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En los inicios de la corrupción (Hentai +18)

Pueblo elfico, pantano del norte

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27/05/2020, 12:27
Cirlia

Las elfas oscuras se habían separado de las elfas del bosque hacia ya mucho tiempo, fue porque una parte de esas elfas querían ver la belleza del mundo desde otro aspecto de la vida, así nacieron las elfas oscuras. Durante muchos años las pieles de las elfas se fueron oscureciendo por la falta de sol, mimetizándose con lo que las rodeaba, no era extraño ver a algunas elfas con muchos tatuajes en la piel, ademas la sociedad se habia vuelto mas tribal que sus primas y solían haber varias reuniones alrededor de un fuego y de una chaman para saber que auguraban las aguas.

Tu te habías criado en ese ambiente, naciste con el don de la magia así que tu maestra te entreno y te enseño el camino, pero no te adiestro del todo, ella pensaba que si te lo enseñaba todo no aprenderías ya que te cerrarías tan solo a sus enseñanzas así que te dejo con una base solida para hacer conjuros. La sociedad elfica era matriarcal, había una matriarca entre vosotras y una chaman que servia como mano derecha y consejera de la matriarca, pero en si no había habido conflictos serios, como mucho disputas pequeñas fáciles de solucionar. Tu hogar era el pantano y se dividía en dos secciones, una que era un trozo de tierra que se había adaptado como una zona común donde se encontraban las tiendas y donde las cazadoras se preparaban para ir a cazar, ademas de que servia como lugar de reunión, seguidamente vivíais encima de los arboles en casas de madera sin perturbar al árbol, era un lugar cómodo donde vivir en comunión con la naturaleza y no conocías nada mas.

Aquel día era bastante húmedo, parecía que la humedad se podía tocar con la mano pero no te afectaba demasiado ya que estabas acostumbrada. Te dirigiste al cónclave, un lugar construido entre la tierra y las aguas del pantano para que tanto druidas como hechiceras os pudierais reunir, la mayoría eran jóvenes como tu y se encontraban arrodilladas en el suelo meditando y intentando entrar en comunión con las energías que allí habían.

Viste a tu maestra, Cirlia, hablar con una de las nuevas aprendices, esta chasqueaba constantemente los dedos como si tuviera algún tipo de ritmo pero la maestra la corregía constantemente haciéndolo ella también y de un chasquido un pequeño orbe verdoso se quedo en la palma de su mano, era el hechizo de luz. Cirlia era una mujer esbelta de cabellos grisáceos que estaban adornados por unas pequeñas trenzas en la parte de delante. Su semblante era firme aunque a veces dejaba escapar su lado alegre, pero nunca cuando enseñaba. Vestía un vestido de tela muy simple pero que perfilaba perfectamente su alta figura ademas de dejar una pierna libre mostrando parte de su muslo y pelvis, pero solo un poco, sus pechos no eran muy grandes pero eran de lo mas firmes. Al verte esta saludo con la mano y dejo a la joven practicando.

-Sheliva, bienvenida, vienes un poco tarde, espero estés lista para la practica.

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27/05/2020, 15:01
Sheliva
Sólo para el director

Cerré los ojos al sentir como sus labios se acercaban a los míos, sintiendo el contacto y su suavidad, correspondiendo aquel beso antes de entreabrir mi boca para dejar que su lengua se colara en busca de la mía. Su mano, firme y segura, acariciaba mi cuerpo desnudo mientras bajaba por mi costado provocándome y excitándome, haciendo que mi piel se erizara y se marcaran los poros suavemente como pequeños puntitos. Hasta que entonces sentí como llegaba a la parte baja de mi vientre y se deslizaba entre mis muslos alcanzando mi femineidad todavía intacta. Abrí los ojos, separando mis labios de los suyos y la miré. Era tan hermosa...

Cirl... ¡uhmf! —comencé pronunciando su nombre, el de mi maestra, pero mis palabras se cortaron cuando lo sentí.

Aquellos dedos empezaron a entrar dentro de mí. Se abrieron paso por mi cuerpo que temblaba de los nervios y de las extrañas sensaciones que me provocaba. Podía sentir como cada vez estaba más caliente, como los jadeos de placer se escapaban entre mis labios, hasta que al fin...

...

Abrí los ojos lentamente, con dificultad, sintiendo como mis párpados se quedaban pegados y todavía lo veía todo borroso. ¿Qué había pasado?, ¿dónde estaba mi maestra? Me incorporé un poco mirándome a mí misma, viendo que llevaba puesta una tela fina y ligeramente transparente de color blanco como pijama, con la mitad de mi cuerpo aún arropada bajo las sábanas. Tardé unos segundos entonces en darme cuenta que aquello no había sido más que un sueño. Otra fantasía donde mi maestra volvía a besarme y hacerme aquellas cosas... un sueño que últimamente se había vuelto cada vez más frecuente. Y a pesar de que ya estaba despierta, parecía que mi cuerpo todavía seguía en aquel sueño, notando un fuerte cosquilleo entre mis muslos y el calor que recorría mi interior.

Miré por la ventana y entonces abrí los ojos como platos, se me había vuelto a hacer tarde y ya me estarían esperando. Con un amplio gesto me quité las sábanas y de un salto me puse sobre el suelo. Me quité aquel camisón que hacía de pijama quedando completamente desnuda, sin un solo bello en mi cuerpo, y corrí a por mi pequeño traje para ponérmelo con la misma prisa. Me senté en la cama para empezar a vestirme cuando entonces me di cuenta... de que estaba mojada. Me mordí el labio suavemente y llevé el dedo corazón entre mis piernas ligeramente abiertas, acariciando mi sexo, deslizando la yema entre mis labios soltando un pequeño jadeo mientras notaba lo húmeda que estaba. Tanto que incluso al separar el dedo un pequeño hilo de brillante flujo se quedó pegado hasta que se rompió al separarlo demasiado.

Sentía unas ganas enormes de masturbarme antes ir con mi maestra pero no tenía tiempo, ¿o sí?... ¡No! Apreté los labios molesta y me terminé de vestir, cogiendo el bastón que tenía junto a la puerta para salir corriendo en dirección al cónclave.

Lo siento, maestra. Yo... —respondí por haber llegado tarde, mirándola a la cara notando como me ruborizaba ligeramente — Tuve una pesadilla y me acabo de despertar. ¡Pero estoy lista para la práctica!

Aún podía sentir aquellas extrañas sensaciones en mi cuerpo, el hormigueo constante en mi sexo, ahora un poco más suave que tras haberme despertado. Pero estar allí junto a mi maestra me hacía recordar lo que ocurría, lo que soñaba que sus dedos me hacían y... esperaba que las prácticas de hoy fueran lo suficiente complejas para quitarme esos malos pensamientos de la cabeza.

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28/05/2020, 12:02
Cirlia

-Deberías descansar mas.- Comento Cirlia mientras se acercaba al verte tan roja y te ponía una mano en la frente, rápidamente y con la misma rapidez te la quito.- No tienes fiebre, en esta época hay que tener cuidado, ve luego con alguna druida para que te de algo para reconstituirte. -Era un poco seria durante las practicas así que aquel trato no te era indiferente, quizás eso es lo que hacia especial a tu maestra y lo que te atraía. -Vamos a repasar los conceptos básicos y practicaremos un par de hechizos.

Junto a su atenta supervisión, tuviste que luchar y practicar con un monigote de algas y enredaderas, lo hiciste bien y no te costo concentrarte una vez comenzaste a lanzar conjuros, cada vez que te equivocabas Cirlia se acercaba. No tenia reparos en tocarte, si tenia que levantarte el mentón, los brazos, separar un poco los pies, ella era eficiente en lo que hacia, lo único que quizás te tocaba demasiado para la calentura que llevabas encima, por fortuna lo mas lejos que fue, fue tu vientre y un poco tus pies, por fortuna.

Una vez hiciste toda la tabla de ejercicios Cirlia asintió complacida. -Bien, parece que ya tienes los conceptos básicos...ven.- Indico mientras os sentabais cerca, en unos tocones preparados para poder descansar. -Escuchame Sheliva, lo estas haciendo bien, pero nuestro tiempo juntas para entrenar esta llegando a su fin. No es algo triste.- Levanto la mano rápidamente para cortarte por si ibas a decir algo. -Tampoco te diría que no vuelvas a practicar o a pedirme consejo, pero hay otras aprendices que necesitan mi guiá y tu, ya estas guiada. Conoces los conceptos de la magia transmitida de maestra a maestra, si sigo enseñándote te podrías volver una buena hechicera, una igual que yo, pero mi deseo es que seas mucho mejor. Quiero ver como mis aprendices aprendes por si mismos experimentando con la magia, por eso le he pedido permiso a la matriarca y hoy vas a tener tu prueba de graduación.

Se levanto un momento para ir a por su bolsa, se inclino para hacerlo haciendo que todo su traje se pegara a su cuerpo para tu deleite o tortura antes de volver con un pequeño libro de hojas gastadas. Lo abrió y busco algo que te mostró, el dibujo de lo que parecía ser una planta con unas semillas colgando de unos tubérculos. -Esta es la esencia de Marae, la esencia de la diosa, es una planta muy curiosa que solo nace en los lugares mas apartados de nuestro mundo, eso incluye nuestro hogar. Quiero que me traigas una de las semillas. -Te señalo la semilla en particular.- Crees poder aventurarte en el pantano para traérmela? Es una salida sencilla pero el pantano puede traer muchas sorpresas.

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28/05/2020, 12:40
Sheliva

Cuando siento como su mano se colocaba en mi frente, tan cerca de mí, no puedo evitar que aquel sonrojo en mi piel se acentúe todavía más. Mientras trago saliva y me quedo callada sin saber qué decir. Totalmente avergonzada como si hubiera hecho algo malo por tener aquellos sueños y pensamientos con mi maestra, cuando ella lo era todo para mí. ¿Por qué me estaban pasando estas cosas? Antes solo la veía como mi mentora y en cambio ahora… tan solo empiezo a relajarme cuando me dice que es hora de practicar con los hechizos.

S-sí, maestra —pronuncio de forma tímida, pues aunque no sabía por qué tenía esos sueños, sabía que no había sido por falta de fuerzas —. Iré a verlas antes de volver a casa.

Al empezar con los hechizos comienzo a sentirme un poco más relajada, concentrándome más en la postura de mi cuerpo y en los conjuros, que en lo que mi mente trata de pensar. Algo con lo que tengo que luchar cada vez que Cirlia se acerca a mí y me toca con aquellas manos, firmes y suaves, las mismas que había imaginado recorriendo todo mi cuerpo y entrando dentro de… ¡maldiciones! Tengo que concentrarme. Pero aquel cosquilleo en mi entrepierna no se va por más que dejo de pensar en lo he soñado.

Así que continúo practicando lo mejor que sé hacerlo, como me ha enseñado durante toda mi vida, intentado colocarme bien para que pueda sentirse orgullosa de mí algún día. Con ella… yo no era tan yo. Normalmente era una chica vivaz y resuelta, lanzada a hacer cualquier tipo de cosa y contestar sin pensarlo dos veces, pero junto a Cirlia… mi mente se nublaba y la timidez afloraba. Al menos había sido así desde que empezaron aquellos extraños sueños.

Cuando me indica que el entrenamiento a terminado voy junto a ella con paso ligero, ahora más contenta que al inicio del día. Pero cuando me siento en aquel tronco y empiezo a escuchar lo que tiene que decir, no me gusta. ¡Separarnos! ¡¿Cómo que separarnos!? Abro la boca al momento para quejarme, pero con un gesto de su mano me calla y termino en un pequeño mohín apretando los labios mientras la miro.

Maestra… ¿de verdad creéis que estoy lista? —pregunto mientras miro como se levanta y entonces se inclina para tomar un libro de su bolsa.

Aquella dulce visión provoca que de nuevo un rubor acalorado nazca en mis mejillas, pero no solo eso, puedo sentir como aquel cosquilleo se agudiza aún más hasta volverse molesto. Las formas de su cuerpo pegadas contra aquel vestido, marcándose contra la fina tela. Me muerdo el labio suavemente y cierro las piernas sintiendo el contacto de mis muslos el uno contra el otro, pero también siendo una extraña sensación en mi sexo que provoca que lleve mi mano derecha sobre la parte baja de mi vientre.

Observo aquel libro fijándome en las formas de las semillas, sé que es muy importante, que es la primera vez que me voy a embarcar en una aventura yo sola y no quiero hacerlo mal. Pero no puedo evitar también contemplar sus pechos antes de alzar la vista hacia su rostro y asentir a su pregunta.

Sí, maestra, lo haré —respondo segura, haría cualquier cosa que me pidiera —. Le traeré la semilla y le demostraré que estoy preparada.

Me apenaba profundamente pensar en separarme de ella, dejar de ser su alumna. Pero por otro lado desde hacía ya un tiempo me creía lista para hacerlo. Siempre había tenido mucha confianza en mí misma y aquello no era diferente, por lo que estaba dispuesta a demostrarle que era la mejor de las alumnas que alguna vez hubiera entrenado.

¡Haré que se sienta orgullosa de mí, se lo prometo! —digo poniéndome entonces en pie, notando la emoción en mi pecho y la excitación todavía latente en mi sexo.

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29/05/2020, 11:43
Cirlia

-Me alegra ver que ese entusiasmo.- Mientras ella también se levantaba pero no de un brinco como tu si no de una forma mas recatada. -El pantano es nuestro amigo, pero también puede ser traicionero, pero se que podrás lograrlo. Ve a prepararte y vuelve aqui conmigo.

No podías hacer demasiado para prepararte mas de lo que ya estabas, estaba a tu elección el llevar o no tus objetos personales como podían ser tu lampara y tu petate, no esperabas estar hasta el anochecer en el pantano, después de todo sabias que habían patrullas que eliminaban los peligros que se encontraban en el. Te prepararas como te prepararas, tardaras lo que tardaras al final te volviste a encontrar delante de tu maestra.

Se habían reunido alrededor de ti un par de compañeras hechiceras que reconocías por haber estado en tus practicas, al lado de tu maestra se encontraba una druida que estaba mezclando diferentes bayas que soltaban un jugo de color rojizo y marrón que iba mezclando en un cuenco con diferentes tierras para crear una pasta. Cirlia tomo un poco de esa pasta y empezó a dibujar en tu frente, brazos y vientre diferentes runas tribales para que te dieran suerte. Su tacto como era de esperar era firme pero suave, era una agradable sensación el hecho de que escribiera en tu cuerpo porque lo hacia de tal forma que solo notabas el deslizar de su dedo indice sin que se volviera rasposo en ningún momento ni desagradable.

Una vez acabo no quedaste muy adornada pero si te veías en la superficie del agua se te veía mucho mas tribal, mas llevando la ropa que llevabas. -Pedimos al pantano que guie a nuestra hermana por sus aguas, que su viaje sea propicio, que encuentre lo que esta buscando y a si misma.- Como oración mientras todas levantaban sus manos y chasqueaban una vez para que sus palmas se iluminaran de rojo, verde y azul, bañándote en esa distopia de luces mientras Cirlia se acercaba a ti.

Estaba bastante cerca, tanto que vuestras pelvis casi se rozaron por un instante y podías sentir su respiración. Tomo un poco de pasta, se la coloco en los labios como si fuera labial y te dio un beso en la frente que no dejo marca pero si una agradable sensación que se difumino y disperso en tu pie. -Te llevas mi bendición, vuelve sana y salvo.- Entonces como si un hechizo se rompiera Cirlia se separo de ti, se echo a un lado y te señalo el pantano, sus profundidades para que te adentraras en ellas.

 

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29/05/2020, 12:22
Sheliva

Me separé de mi maestra sin dejar de darle vueltas a lo que ha dicho... ¿separarnos?, ¿de verdad era el momento de buscar mi camino? Una parte de mí odiaba hacerlo, la parte que quería estar con ella y seguir aprendiendo, pero otra parte deseaba ser libre para demostrar que ya estaba preparada. Así que lo que tuviera que ocurrir, ocurriría hoy durante la prueba. Cogí algunas cosas de mi equipo pero nada de material de acampada, tan solo por si necesitaba hacer fuego para algo. No pensaba pasar la noche fuera y si necesitaba luz podría hacer el uso de nuestra magia para iluminar a mi alrededor. Así que en cuanto estuve lista regresé junto a Cirlia, y las demás, como me había pedido.

Permanecí en silencio notando como aquella sensación de nerviosismo llenaba mi estómago de mariposas, ahora más tranquila que por la mañana. Mientras sentía como mi maestra dibujaba las marcas que nuestra tribu había lucido durante generaciones. Su tacto era suave, delicado, como ella siempre me había tratado. Provocando que mi piel se erizase ligeramente allí donde la yema de su dedo extendía la mezcla que se quedaba dibujada sobre mi piel. ¿Notaría ella lo que me hacía sentir?

Maestra...yo... —susurré debilmente, tanto que seguramente ni escucharía mis palabras, quizá ni siquiera llegué a pronunciarlas con mi voz.

Cuando la oración dio comienzo sentía que no podía apartar la mirada de ella, de escuchar las hermosas palabras que pronunciaba con su dulce voz. Y de pronto todo se lleno de un mar de luces, que se alzaban y combinaban danzando entre si, creando un fantástico espectáculo. Me había preparado tanto para ese momento. Entonces dibujé una sonrisa maravillada por todo aquello, que se fue difuminando a medida que vi como mi maestra se acercaba de nuevo a mí.

De nuevo, aquella cercanía, su cuerpo casi al contacto del mío... me hizo recordar algo que pensaba que ya había dejado atrás. Jamás podría deshacerme de esos sueños. Estaba tan cerca de mí que podía sentir como su respiración me acariciaba y me volvía loca, como aquel pequeño gesto me provocaba y volvía a excitar mi cuerpo haciéndome desearla de nuevo. Contemplando como humedecía sus labios con aquella pasta, deseando que se posaran sobre los míos y me besara cómo lo hacía antes de que me hubiera despertado. Pero no lo hizo. Sentí su contacto en mi frente y cerré los ojos, sonrojada por pensar esas cosas tan extrañas con mi maestra. 

Contemplé como se alejaba y fruncí los labios con cierta melancolía. Ella nunca me vería de la misma forma cómo yo la veía a ella. Yo era más pequeña que el resto de las elfas de mi edad, mis pechos no habían crecido lo suficiente... dejándome con este aspecto ligeramente infantil. Pero ahora no podía pensar en eso.

Gracias por todo lo que me has enseñado, maestra —agradecí con sinceridad, haciendo una leve reverencia hacia ella, antes de girarme y ver el camino que tenía por delante —. Volveré con la semilla que necesita, se lo prometo.

La miré entonces de nuevo, tan solo unos segundos, y tras ello comencé a caminar... fueran cuales fueran los peligros que entrara ahí fuera estaba dispuesta a luchar y a darlo todo por hacer que Cirlia se sintiera orgullosa de mí. 

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30/05/2020, 14:55
Directora

Aquella despedida había tenido sus luces y sus sombras, el cariño que te había transmitido Cirlia a través de ese beso en la frente no era el mismo cariño que tu querías sentir. Hubieras deseado ese beso en la boca pero no pudo ser, tal vez no sentía lo mismo, tal vez no eras lo suficientemente importante, pero aun así la maestra había estado ayudándote y había estado muy pendiente de ti, tal vez con acciones mas agresivas o sin tantas sutilezas podrías llegar a conquistar su corazón...tal vez si le llevas aquella semilla...

Con eso en la cabeza te pusiste a caminar por el pantano, te habías criado en ese lugar y sabias como moverte, el pantano era un aliado caprichoso, tal vez travieso para sus habitantes, sabias donde pisar, cuando subirte a un árbol para ir correteando por sus ramas y cuando debías mojarte los pies, era como si el bosque te invitara a darte un paseo por el.

Las luces que tus hermanas habían hecho para ti iluminaron tu camino tan solo unos instantes luego te tenias que servir de tu luz o de la luz de tus luciérnagas para poder ver mas allá. Por el momento lo que veias era un lugar tranquilo, armonioso, escuchabas el sonido de los pájaros revoloteando encima de tu cabeza a varios metros buscando pareja, el sonido del agua mientras alguna criatura se deslizaba por encima de ella o el chapoteo de las ranas cayendo dentro.

Paso cerca de una hora cuando empezaste a sudar un poco por el ejercicio y decidiste dar un pequeño parón para recuperar el aliento, te apoyaste en el tronco de un árbol pero entonces algo llamo tu atención...eran...risas?¿

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30/05/2020, 20:17
Sheliva

Con aquellos pensamientos dando vueltas en mi cabeza apenas podía concentrarme, ¡pero tenía que hacerlo! Dejar de pensar en mi maestra, en el sueño que habíamos vivido donde ella me... me... ¡Sheliva, basta! Apreté los labios decidida en quitarme aquellos pensamientos de una vez por todas y traté de centrarme en el basto pantano que me esperaba por delante. Me resultaba fácil y cómodo moverme por aquel terreno aunque a aquellos que se acercaban parecían sentir un efecto totalmente contrario. Sin duda lo peor era la humedad y los bichos, haciendo que los días calurosos fuese difícil no echar a sudar y que toda la ropa se te pegase aún más al cuerpo.

Me detuve para recobrar el aliento, acompañada por unas pequeñas luces que orbitaban a mi alrededor alumbrándome el camino. Aquel había sido uno de los primeros hechizos que había aprendido pero había resultado tremendamente útil en muchas ocasiones. Así que saqué mi odre de agua y di un largo trago, notando como algunas gotas resbalaban por mi barbilla y se deslizaban después por mi cuello. Estaba algo cansada y el sudor había empezado a perlar mi piel, humedeciéndome, como si me hiciera falta aquello después de lo húmeda que me había sentido durante toda la mañana.

Todo parecía tan tranquilo, hasta que algo rompió con el sonido de la naturaleza habitual del pantano. Lo que parecía ser una risa, allí en mitad de aquel lugar. ¿Quién se habría alejado tanto del pueblo y por qué?, ¿y si eran forasteros? Fuera como fuese sentía la necesidad de acercarme y satisfacer mi curiosidad sabiendo de qué se trataba. Al fin y al cabo eran risas. Me incorporé y sin pensármelo dos veces comencé a caminar con mi báculo en la mano, dirigiéndome hacia aquellas risas para ver de donde procedían. Con suerte incluso pudieran indicarme el lugar de aquellas semillas y podría regresar con mi maestra... y quizá así... ¡otra vez estaba pensando en lo mismo!

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31/05/2020, 16:37
Espiritu del bosque?

Caminaste por no mas de un par de minutos pero si que notabas como algo a tu alrededor, algo...mágico, aunque no sabias bien bien que clase de magia era parecía una magia del bosque benigna. Tus pies empezaron a pasar de estar mojadas a estar como cubiertas por hojas y mientras pasabas por el pantano hubo un momento que sentiste una sensación como de un tirón en tu vientre y pecho. Entonces de repente el bosque parecía cambiar, estabas en un bosque diferente lleno de vida y de colores verdes y cobrizos, el suelo que hacia tan solo un par de pasos estaba encharcado ahora era duro y al mismo tiempo suave al tacto.

Mirando un poco en ese lugar, las risas eran mas persistentes y podías ver a dos jóvenes como jugando entre ellas. Ambas dos tenían en su cabeza dos cuernos como si se trataran de ciervo, llevaban un vestido de hojas que se abrían conforme sus manos se iban acariciando, la piel era de un tono como blanquecino y tenían ambas dos el cabello castaño, largo hasta la cintura. Parecían iguales, pero habían pequeñas diferencias entre ambas dos como para saber que eran diferentes, aunque costaba tanto como diferenciar dos gemelas.

Parecían estar pasándoselo bien, se besaban entre ellas y sus manos se perdían en los vestidos de hojas apretando sus pechos entre abrazos y pasando con caricias los dedos por sus pelvis. Cuando estuviste lo suficientemente cerca ambas se miraron con una sonrisa en la cara, algo traviesas y se quedaron tumbadas mientras te hacían un gesto con los dedos.

-Es una elfa?- Pregunto la primera mientras la segunda besaba su mejilla.

-Es una elfa morena, es preciosa verdad?

-Me gusta su pelo...

-Me gusta su vientre...

-Nos gusta su color de pelo...

-Acercate...

-Ven a jugar con nosotras...

Te iban diciendo mientras te hacían gestos con los dedos para que te acercaras. No notabas nada maligno, de hecho parecían espíritus del bosque, no habías visto nunca una, pero si que habías escuchado que las druidas se ponían en contacto precisamente con espíritus parecidos para encontrar su alma animal interior. Tampoco notabas que el hechizo te tuviera presa, tenias tus cosas y la bola de luz brillaba a tu lado, no había alarma.

- Tiradas (1)
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31/05/2020, 18:02
Sheliva

Todo a mi alrededor comenzó a cambiar sin que yo ni siquiera me diera cuenta, sentía como aquellas dulces risas tiraban de mí, como me atraían haciéndome dar un paso tras otro. Mis pies salieron del agua y ahora apartaban las hojas, que se quedaban pegadas un poco a mí por la humedad. Los árboles de aquel extraño lugar se veían mucho más grandes y frondosos, incluso el suelo estaba duro sin la habitual humedad del pantano. Yo… jamás había visto un lugar así, jamás había salido de mi hogar, pero sabía lo que era. Eso era a lo que Cirlia había llamado un bosque y era realmente precioso.

Cuando vi a esas dos chicas no sentí miedo, sino curiosidad. Su aspecto no era tan diferente al mío, no de una forma general. Pero en cambio multitud de detalles provocaban que fuésemos completamente diferentes. Su piel era clara, tenían cuernos y sus ropas eran extrañas hojas que se apartaban dejando que viera un poco más de ellas.

Me quedé unos segundos allí parada, viendo como sus labios se juntaban en dulces besos y las caricias que la una a la otra se entregaban de una forma que… que provocaban que incluso mi cuerpo reaccionase con solo verlas. Sentí de nuevo aquel cosquilleo entre mis muslos producto de lo que hacían, admirándolas con sorpresa, y esta vez no había sido por mi maestra…

¡Hasta que entonces ellas me miraron! Aquello provocó que mis mejillas se encendiera al instante y mi piel se oscureciera ruborizada, pensando que se les molestaría que las estuviera mirando. Pero para mi sorpresa, parecía todo lo contrario. Seguí los gestos que me hacían y caminé hacia ellas, lentamente, con los labios algo apretados todavía confusa sin saber cómo había llegado hasta allí. ¿Serían espíritus de la naturaleza? Uhm…  Pero no parecían peligrosos. Así que paso a paso me coloqué junto a ellas, viéndolas en el suelo, examinando sus cuerpos mientras escuchaba como hablaban de mí notando el calor que ascendía de mi sexo por mi vientre.

Soy una elfa, así es… pero no soy de aquí. Yo pertenezco al pantano y no sé cómo he llegado hasta vuestro bosque —respondí sin apartar la vista de ellas, agachándome para quedar a su altura. Dejando mis piernas un poco abiertas —. Vosotras… uhm… también me gustáis, sois muy bonitas.

Decir aquello me hizo sentir un tanto extraña. Siempre había sido algo impetuosa y lanzada, pero nunca en este aspecto. Jamás me había dado un beso con ninguna de las otras elfas, ni mucho menos había llegado a hacer nada… solían preferir a las que ya eran más altas y sus pechos más grandes. Por lo que siempre había estado por detrás de las demás.

Yo me llamo Sheliva, ¿y vosotras? —dije para presentarme, mordiéndome suavemente el labio mientras las miraba, primero a los ojos, pero luego bajé por su cuerpo fijándome en las curvas que se escondían bajo las hojas—¿Qué… qué sois?, ¿sois espíritus del bosque?

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01/06/2020, 16:14
Espiritu del bosque?

Ambas empezaron a reir suavemente, no en tono jocoso si no con un tintineo suave de voz agradable mientras te acercabas y cuando te arrodillaste para estar a su altura, podías notar como ellas no se cortaban precisamente.

La primera de las espíritus empezó a tocarte el cabello, levantarlo y a pasar su cara debajo y en medio mientras se iba deslizando por el suelo como si fuera el viento dando una agradable sensación a tu cabeza mientras que la segunda te miraba muy de cerca, pasando una mano por tu vientre, subiendo su mirada hasta tus pechos regalándose con la vista antes de seguir subiendo hasta tu frente, pasando su otra mano por tus brazos para observar con detenimiento tus tatuajes. Te podías sentir un poco acosada porque ambas estaban muy muy cerca de ti y te tocaban con descaro pero era un roce bastante suave.

Entonces la segunda hablo, apoyando sus pechos en tu espalda y, notabas la calidez de su cuerpo ya que de pronto si la mirabas su vestido de hojas se había caído al suelo revelando una silueta fina. Sus pechos no eran muy grandes pero si femeninos y firmes, su cadera no era ancha pero era lo suficiente para perderse en sus curvas mientras que su vagina estaba apretada entre sus muslos, casi parecía perfecta, lo único a destacar es que tenia un triangulito de vello en la zona pelvica pero todo perfectamente recortado y aseado. Se abrazo a ti mientras te decía. -She...li...va...- Como silabeando tu nombre mientras la primera en un movimiento también se deshacía de su vestido de hojas mostrándote en un primer plano un cuerpo muy parecido a la de su hermana.

Dejo de pasarte las manos por el vientre y las subió a tus mejillas, acariciando ambas mejillas para seguidamente acercar los labios. -Uhm...- Y sin previo aviso dio un suave beso en tus labios, no profundo, pero lo suficiente para robarte el aliento durante unos segundos antes de separarse y reir divertida. -Ah...dulce...mhnnn...

-Nosotras no tener nombre.- Escuchaste susurrar detrás de ti a la espíritu que te abrazaba mientras dirigía las manos a tu traje como queriéndotelo quitar.

-Nosotras somos parte del bosque, somos parte del todo.- Continuo la primera la cual te lamió un poco los labios mientras ahora ayudaba a la segunda para quitarte la ropa.

-Quieres jugar con nosotras?

- Tiradas (1)
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01/06/2020, 19:00
Sheliva

Me sentía tan rara, embriagada por aquellas dos criaturas, como si todo a mi alrededor se moviera lentamente y no pudiera reaccionar a tiempo a sus movimientos y a sus palabras. Podía notar como se colocaban junto a mí y sus manos empezaban a recorrerme, cómo me miraban aquellos preciosos ojos. Cada caricia que me entregan provocaba en mí que sintiera más calor, que el ritmo de mi corazón se acelerase y mi sexo palpitara con ganas de que lo atendiera.

¿Por qué… —intenté preguntar algo, hablar, pero no fue capaz de hacerlo.

Mis ojos se cerraron al sentir como una de ellas se colocaba tras de mí y apretaba su cuerpo contra el mío, dejando que sintiera sus turgentes en mi espalda desnuda. Podía sentirla completamente desnuda, el susurro de sus dulces palabras en mi oído. Solté un pesado suspiro y abrí los ojos lentamente casi con temor, llena de una timidez que se veía reflejada en mis mejillas enrojecidas, pero también completamente excitada por lo que me estaban haciendo.

Contemplé entonces como la que estaba frente a mí se deshacía de su vestido de hojas, las cuales salían volando por el viento mientras su belleza me embelesaba como si aquello fuera lo más bonito que jamás hubieran visto mis ojos. La observé con cierto descaro, fijándome en las formas de su cuerpo: sus pechos, su vientre, su pubis, su apretado sexo entre los muslos.

Hasta que el sentir sus manos sobre mi rostro provocó que alzase la vista y contemplara aquellos ojos. Sus labios se pegaron a los míos en un suave beso al que yo no supe reaccionar, aún la miraba tan de cerca durante un segundo, hasta que mis ojos también se cerraron y cuando quise devolvérselo ya era demasiado tarde y de nuevo se separaba de mí. ¿Aquello era lo que se sentía cuando te besaban?, ¿Cuándo alguien te deseaba? Quería más, mi cuerpo necesitaba más…

¿No tenéis nombre…? —repetí casi sus palabras, como si me costara pensar, mientras seguía disfrutando de sus caricias y su hermosa visión.

Jamás me había sentido de aquella forma en mi vida, tan tentada, tan excitada… notaba como mi vestido comenzaba a separarse de mi cuerpo y me rebelaba ante ellas y no hice nada. Dejé que siguieran, que retiraran aquella tela de mi cuerpo para que primero mis pequeños pechos quedasen a la vista, con los pezones ya endurecidos de la propia excitación que sentía. Sintiendo como continua bajando por mi vientre, bajando hasta mis caderas, separándose de mi sexo húmedo y ardiente.

N-no… no puedo jugar… —pronuncié con una horrible dificultad, como si fuese en contra de todo lo que creía. Deseaba jugar con ellas, tocarlas, besarlas, lamerlas, hacerles lo mismo que mi maestra me hacía en los sueños. ¡Mi maestra, Cirlia! —Tengo que encontrar una semilla… m-mi maestra me lo ha pedido, no puedo quedarme a jugar con vosotras… lo siento...

Alargué entonces mi mano derecha hasta la que tenía frente a mí, colocándola en su cintura sintiendo la extrema suavidad de su cálida piel. Empezando a ascender por su costado mientras mis ojos la miraban con la misma vergüenza, mientras me mordía el labio inferior con fuerza. Notando como casi sin darme cuenta empezaba a abrir mis piernas poco a poco… dejando expuesto mi sexo. Estaba completamente mojada y mis labios carnosos ocultaban casi a la perfección el rosado interior que destacaba con el tono oscuro de mi piel, mostrándose en la pequeña abertura.

Tenéis que parar… por favor —supliqué mientras mi mano todavía recorría el su precioso cuerpo, colocándola bajo su pecho, caso sopesándolo —. Tengo que encontrar la semilla antes de que se haga tarde o… o… lo siento...

Entonces aparté la mano de ella con la misma suavidad con la que la había puesto sobre su cuerpo, intentando levantarme a pesar de que podía sentir como todo mi cuerpo estaba temblando.

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02/06/2020, 11:42
Espiritu del bosque?

Ambas dos espíritus te observaban con una sonrisa juguetona mientras te debatías internamente sobre si estar con ellas o ir a tu tarea. Cuando la acariciaste efectivamente, su piel era de lo mas suave, cálida, daban ganas de seguir acariciándola. Ellas por su lado te acabaron de quitar la ropa, tirándola a un lado pero que era fácilmente accesible por ti mientras que hacías el esfuerzo por levantarte. Pero entonces la de atrás cargo peso contra tus hombros medio obligándote, medio acompañándote, para que no te levantaras, para que siguieras sentada mientras que la que tenias delante te agarro de la mano que habías quitado de su pecho y sin reparo ninguno la guiaba hasta que tu palma rozo su pezón atrapando con tus dedos ese firme pecho. -Porque???- Pregunto la primera ladeando la cabeza divertida mientras jugaba con tu propia mano acariciándose ella misma el pecho para que notaras su suavidad y deseo.

-Porque???- Susurro la segunda mientras que con una mano te acariciaba los hombros y la otra empezaba a serpentear por tu cuello, bajando, dando una caricia a uno de su pechos como si se tratara de una leve brisa que pasaba por los alrededores hasta colarse para atrapar tu pezón suavemente. Describiendo una forma ondulada continuo bajando hasta llegar al vientre donde describió un circulo con sus dedos acariciando las marcas que te había hecho antes de aventurarse por tu pelvis, rozando con dos dedos tus labios vaginales, descansando los dedos en esa zona antes de empezar a acariciar con mimo. -Porque marcharte?

-No lo sientas, quedate con nosotras.- acercándose de nuevo a ti la primera dejando muy poca distancia entre ambas mientras rozaba con sus labios los tuyos y de nuevo los lamia tentándote. Los dedos de la segunda comenzaron a acariciar tus labios, palpándolos y abriéndolos con maestría antes de acercarlos a la entrada de tu humedad, empapando el dedo indice mientras recorría desde el final de tu vagina hasta tu clítoris rodeándolo unos instantes antes de seguir acariciando, jugando con tu feminidad.

-Maestra, maestra...no es tarde...estas jugando con nosotras.-

-Nosotras no pararemos...nos gustas...vamos a jugar.-

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02/06/2020, 15:49
Sheliva

No conseguí levantarme y apartarme de ellas, pero lo cierto es que ni siquiera fui capaz de oponer resistencia. Cuando noté como la que estaba tras de mí me empujaba con suavidad para que no me marchara, yo simplemente me dejé llevar y volví a sentarme entre ellas. Eran tan bonitas… que realmente no quería marcharme, quería sentir de nuevo sus labios, sus caricias... hasta que la primera tomó mi mano, la que con timidez había intentado apartar, para llevarla de nuevo a su cuerpo donde no me había atrevido a llegar. La miré a la cara con y tragué saliva, mientras sentía entre mis dedos aquel pezón y apretaba con suavidad haciendo que mis dedos notasen su calidez.

Porque mi maestra… —intenté responder mientras sentía como la segunda se deslizaba por mi cuerpo, bajando desde mis hombros, hasta mi cuello, hasta mi pecho — Yo… no…

Alcé el rostro cerrando los ojos, mordiéndome el labio al sentir sus dedos en mi pecho como por un instante atrapaba mi pezón y continua deslizándose con su suave brisa por mi vientre. Sabía a donde se dirigía, lo sabía y lo ansiaba, más que ninguna otra cosa que jamás hubiera querido. Estaba tan caliente y excitada que no podía dejar de desear que lo hiciera y me acariciase allí donde la humedad se acumulaba y la sensación de necesidad se hacía cada vez más fuerte y angustiosa. Aguanté la respiración justo antes de sentir aquella caricia entre mis muslos, como sus dedos abrían los pliegues de mi cuerpo haciendo que la humedad se deslizase con una solitaria gota mi muslo.

Hmf… —jadeé de forma suave y placentera mientras cerraba los ojos y pegaba más mi cuerpo contra la que tenía detrás, colocando mis glúteos contra sus caderas.

Abrí entonces mis labios para soltar un pesado suspiro, pero lo que me encontré fueron los labios de la primera tan dulces y tiernos como la primera vez lo habían sido con su beso. Intenté corresponderla pero ni siquiera fui capaz pues no podía más que sentir como la segunda deslizaba ya sus dedos en el valle que formaban mis labios vaginales, recorriendo mi sexo por completo, desde la entrada hasta el clítoris ya hinchado por lo excitada que me encontraba.

Mis muslos se abrían cada vez más, muy lentamente, entregándole el control de mi cuerpo a aquella que me hacía sentir tan bien. Mientras guiaba a mi mano libre sobre la suya, colocando mis dedos con suavidad sobre los suyos, notando como se deslizaba por mi sexo. Haciéndome querer más, que se metiera dentro de mí como lo había hecho mi maestra en el sueño, que usase sus dedos y me penetrara.

¡No!, para… —dije alzando la voz, tomando su mano haciendo que se detuviera pero dejándola todavía entre mis muslos. Mientras con un gesto algo tosco retiraba la otra del cuerpo de su gemela. O al menos lo parecía— ¡Os he dicho que no puedo jugar con vosotras! ¡Parad!

Me levanté entonces de forma rápida y brusca, buscando apartarme de ellas antes de que perdiera el control total sobre mi cuerpo, el que ya casi había perdido. Tenía que hacerlo. Tenía que irme o acabaría sucumbiendo ante ellas en aquel juego y no encontraría la semilla que me había pedido mi maestra. Así que fruncí el ceño mirándolas y apreté los labios en un mohín, mientras tapaba mis pechos con una mano y mi empapado sexo con la otra.

¡Ayudadme a encontrar la semilla y podremos jugar!, o… me iré. Tengo que obedecer a mi maestra, no puedo pararme a jugar —pronuncié intentado recriminarles lo que hacían, más el tono de mi voz era demasiado suave como para sonar a algún tipo de bronca, más bien parecía una niña enfadada —. Por favor… no seáis malas… no quiero tener  que usar mis he-hechizos con vosotras.

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03/06/2020, 15:51
Espiritu del bosque?

Aquella accion sin duda no fue del agrado de la espiritu, de ninguna de las dos, las cuales te vieron como te levantabas cargada de determinación aunque el gesto no fuera el mejor del mundo. Las espíritus se quedaron mirándose un momento y luego mirándote a ti.

-No deseabas eso?

-Ser tocada?

-Penetrada?

-Amabas...

-Querías ser amada...no...

-Querías que tu maestra te diera lo que nosotras te íbamos a dar.

Riéndose divertidas se miraron de nuevo y se rozaron los labios antes de darse un apasionado beso entrecruzando sus lenguas mientras se iban frotando a si mismas. -Débil...- Susurro una pero fue lo suficiente alto como para que lo escucharas tu. -Elfa...aburrida...- Entonces después de un ultimo beso te volvieron a mirar y sus ojos no era ya del color de la miel, si no rojizos.

El bosque tembló literalmente como si una honda hubiera cruzado el lugar y de repente los arboles parecían tomar un aspecto tétrico mientras las hojas caían al suelo podridas, pero solo con mirarlas...aquellas hojas no se habían caído ahora, estaban tus pisadas, aquellas hojas habían estado caídas todo el tiempo, habías sido tu la que había creído que todo aquello había sido real.

Las hermosas figuras de las espíritus se volvieron de color blanquecino, mortecino conforme sus cabellos perdían el color marrón y se teñían de un tono negro carbón, sus facciones se volvían mas humanas mientras la piel perdía todo el tono saludable y se volvía de un tono mortecino, entre el blanco y el gris. Sus cuerpo seguían siendo hermosos, sus pechos botaron un poco aun estando abrazadas ambas dos mientras que sus dedos se acariciaban, pero sus uñas se habían vuelto ligeramente mas afiladas como si de garras se trataran.

Se dieron un ultimo beso, entrecruzando unas largas y rojizas lenguas antes de mirarte por ultima vez. Iban desnudas, al igual que tu, se dieron la mano un instante antes de separarse y caminar hacia ti.

-Ven con nosotras...elfa...

-La maestra quiere juguetes nuevos...

-No quieres sentir placer?

-Te daremos placer...te derretiremos en placer...tanto que no podrás pensar en nada mas.

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03/06/2020, 18:21
Sheliva

A medida que comenzaron a hablar, a hacerme esas preguntas, mi gesto fue cambiando. Lo que al principio era una expresión de sorpresa que entreabría mis labios ligeramente se fue convirtiendo en enfado. Sentía como mi cuerpo temblaba ahora, pero era de una forma diferente, de enfado. ¡Habían estado jugando conmigo todo este tiempo! Se habían metido en mi mente y ellas… ellas… sabían la clase de cosas en las que no había podido dejar de pensar desde que empezaron aquellos sueños. ¿Pero cómo?

¡No es cierto, yo no quería nada de eso! ¡Fuisteis vosotras las que empezasteis! —chillé alzando la voz, algo aguda, sin perder el gesto de enfado de mi rostro.

De nuevo se unieron en un beso lleno de pasión y me quedé mirándolas, todavía notando como la excitación rebosaba de mi sexo. Pero entonces todo comenzó a cambiar. La hermosura se convirtió en algo horrible y la verdadera forma se reveló a mi alrededor. Comencé a mirar asustada a un lado y a otro mientras retrocedía un par de pasos, antes de ver como sus cuerpo cambiaban y dejaban de ser aquellas hermosas y juguetonas criaturas para convertirse en algo de apariencia más oscura.

Aquello era para lo que mi maestra me había estado entrenando durante toda la vida, no podía fallar ahora, no podía fallarle. Sentía el miedo en mi interior pero también sentía rabia por haber sido engañada, por saber que si no luchaba me harían algo malo y no podía dejar que lo hicieran.

Me habéis engañado… vosotras sois malas y ¡no pienso dejar que me hagáis nada! —alcé la voz mientras me envalentonaba, separando las manos de mi cuerpo ya dándome igual el estar desnuda —No soy una elfa cualquiera y haré que os arrepintáis de lo que habéis hecho…

Alargué el brazo en su dirección alzando la mano hasta dejarla en vertical mientras cerraba los ojos. Trataba de recordar los hechizos que mi maestra me había enseñado, cuál debía usar en cada caso, cuando debía hacer daño y cuando no. Aprovechando que ambas criaturas se encontraban una junto a la otra haría una magia que alcanzara a las dos y con suerte las pondría a dormir antes de que pudieran darse cuenta de lo que había sucedido. Después ya me encargaría de ellas a mi manera, pues algo me decía que estos eran los tipos de peligros de los que maestra me advertía.

- Tiradas (1)
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04/06/2020, 11:04
Espiritu del bosque?

-Nosotras estábamos aquí...tranquilamente...

-Fuiste tu la que te acercaste voluntariamente...

-Sientes miedo?

-Dejaras de sentirlo.

Estabas dispuesta a combatir, pero en otro orden de cosas, aquello no eran espíritus del bosque de eso estabas segura, pero tampoco estabas segura de lo que eran. Aunque te habían enseñado sobre criaturas que vivían en el pantano y en otros lugares del mundo, ambas dos no se parecían a nada que la maestra te hubiera enseñado.

Comenzaste a conjurar tu magia, notabas como la corriente empezaba a reunirse alrededor de tu mano y casi podías visualizar un circulo alrededor de ambas mujeres. Ibas a lanzar el ataque cuando de repente notaste un bajo, como una presión en el pecho conforme ese hechizo no se pudo realizar, era como si de repente notaras un mareo por extenuación que lo habías sentido antes...fue cuando tu maestra te enseño el limite de tu magia, las veces que podías hacer hechizos al día y al intentar hacer uno nuevo no pudieras.

Ademas, no te habías fijado pero tampoco se encontraba tu bola luminosa cerca, la luz que habías conjurado antes. Una de las mujeres comenzó a reír de lo mas divertida mientras se llevaba un dedo a los labios. -Estuvieron...deliciosos.- Relamiéndose de forma pervertida antes de que la segunda hiciera que sus garras se alargaran lo mas que pudieran.

Fue todo tan rápido, no la viste, fue como si desapareciera en un instante y apareciera detrás de ti. Notaste como con una mano te inmovilizaba mientras la otra apuntaba con sus afiladas garras a tu cuello. -Ah...no eres como cualquiera...eres peor...una cachorra que a salido a pasear...pero tranquila...- Lamiendo un poco tu cuello. -Te llevaremos ante la maestra y ella te pondrá una correa.

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04/06/2020, 11:31
Sheliva

De pronto comencé a sentir aquella debilidad, la misma extenuación que había experimentado cuando mis hechizos agotaban todo mi poder. Pero... no conseguía entender por qué me sentía así, cuando tan solo había empezado a conjurar. Bajé la mano agotada mientras escuchaba sus risas y un segundo después una de las dos ya se encontraba detrás de mí, agarrándome mientras sus afiladas garras pinchaban mi cuello de amenazándome. Intenté alzar el cuello todo lo que pude para huir de ella, zafarme, pero era totalmente inútil. 

¡No, suéltame! —dije en voz alta de forma furiosa, sintiéndome totalmente expuesta ante ellas —¡No quiero ir con vuestra maestra! —intenté replicar a la vez que sentía la humedad de su lengua sobre mi cuello, una que antes sabía deliciosa y ahora me provocaba temor — ¡Cirlia vendrá a rescatarme y vosotras... vosotras... os arrepentiréis de esto! ¡Vendrá a salvarme y castigará a vuestra maestra por lo que habéis hecho!

Incapaz de deshacerme de su agarre no podía hacer nada, tan solo pensar que mis propias palabras se convertirían en verdad. Nadie más sabía que yo estaba allí y esas criaturas eran demasiado fuertes para mí, demasiado fuertes para que las venciera sin ni siquiera poder usar mi magia. La única persona en la que podía confiar para que me encontrara era ella, mi maestra, la que me había enseñado todo. ¿Qué pensaría si me viera así ahora?, ¿que era una mala alumna?, ¿una inútil que no podía ni hacer un hechizo?

Apreté la mandíbula furiosa mostrando mis dientes mientras las miraba con un gesto de enfado, pero también noté como mis ojos se humedecían por la frustración que contenía de sentirme tan débil. Allí sin poder hacer nada... ahora mi destino estaba en sus manos y su maestra... no quería ir con ella... las odiaba a todas.

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05/06/2020, 15:39
Mytha

-Si...quizás vendrá...

-O no...

-Si viene...

-La estaremos esperando...

Riéndose ambas dos mientras comenzaban a arrastrarte hacia el interior del pantano o al menos hacia la versión de su pantano. En todo momento la que se encontraba detrás de ti no dejo de apuntar en ningún momento con sus garras a tu cuello, aquello hacia que el zafarse fuera complicado ademas de que te arrastraban con bastante firmeza. Poco a poco empezaste a adentrarte en el pantano y la visión que viste no fue demasiado de tu agrado.

Los arboles estaban empezando a tomar una especie de tinte rojizo mientras las lianas que decoraban la corteza parecían venas que transportaban algún tipo de liquido rojizo, el verde oscuro que caracterizaba el pantano se iba tornando un marrón claro, cobrizo y rojizo que iba tiñendo incluso el agua. Cuanto mas te acercabas mas te asqueabas porque aquella no era la versión del bosque que tu amabas o con la que habías crecido.

En el corazón del bosque, cerca de un árbol que parecía guardar una extraña planta que nada mas verla sabias que era esencia de Mareth, con unas semillas que brillaban con luz propia como si unas luciérnagas estuvieran en su interior, se encontraba sentada una figura. Era una joven de cabello blanquecino, su piel era blanca como la leche y sus ojos eran rojos como la sangre. Llevaba un vestido pesado, largo que nunca habías visto y no sabias como categorizarlo, salvo que era tapado y con mucha floritura y lazos aquí y haya. Parecía una especie de noble o al menos así se comportaba, cuando vio que os acercabais ambas te empujaron para quedar un par de pasos hacia delante mientras se arrodillaban ante aquella mujer.

-Vaya vaya, que me habéis traído?- Pregunto mientras los ojos de aquella mujer se clavaban en ti y notabas una presión en el pecho. -Parece una ardilla...mmmm...- Dio un ligero salto y camino con los pies descalzos por la superficie del agua como si fuera una membrana que impedía que se hundieran sus pies. -Tu nombre ardilla, dímelo.

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05/06/2020, 23:09
Sheliva

No pude hacer nada para resistirme, así que simplemente me dejé llevar con ellas como me habían dicho. Caminé por aquel bosque mientras me fijaba como poco a poco todo iba cambiando a mi alrededor. Los tonos verdosos y marrones del pantano se tornaban ahora por otros mucho más pálidos y rojizos, como si de una enfermedad se tratara. Incluso de alguna forma parecía que pasaba lo mismo que había ocurrido con las dos criaturas. Antes de colores más naturales y un aspecto tan tierno, mientras que ahora... se veían más más malvadas.

Finalmente llegamos al lugar donde pensaban entregarme a su maestra y para mi sorpresa, allí, en aquel apartado rincón se encontraba la semilla que había estado buscando... ¿pero cómo era posible?, ¿Cirlia sabría que se encontraba aquí?, ¿con estas criaturas? No... no era posible o ella no me habría mandado sola a buscar la semilla sabiendo que no podría usar mis poderes contra estos seres. Ella no...

Contemplé a la mujer que se encontraba junto al árbol, con gesto de enfado sobre mi rostro frunciendo el ceño y apretando la mandíbula mostrando mis dientes furiosa. Haría que pagase por lo que estaba haciendo, ¡las tres me lo pagarían! 

¡No soy una ardillita, soy una hechicera elfa! —dije llena de rabia alzando la voz, notando como mi cuerpo temblaba por culpa de todos los sentimientos y emociones que me recorrían. Furia, enfado, miedo... — Mi nombre... soy Sheliva y no pienso doblegarme ante ti. ¡Eres mala, puedo verlo! ¡Y y y mi maestra vendrá y te derrotará! Ya lo verás...