Partida Rol por web

En los Sauzales de Tasarinan

ESCENA 1 - Las últimas canciones de Beleriand

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28/05/2020, 00:39
Saelh

Fue, en realidad, como despertar de un sueño. La imagen de la princesa elfa, hermosa como solo lo pueden ser los Primeros Nacidos, le transmitió una sensación de seguridad: estaban a salvo con la madre de Daebeg. Qué suerte haberla encontrado aquí, en el lugar más insospechado del mundo.

Después, su propio hijo disparando la flecha que impactó en el hombro de la mujer, y la rabia que sintió al verlo.

Y, finalmente, la horrible transformación que hizo que la mujer se convirtiese en un monstruo de pesadilla, con alas coriáceas de murciélago y una lengua repugnante, como un gusano surgiendo de su guarida.

Saelh sacó el arco y cargó una flecha en el mismo, mientras apuntaba al horrendo ser que se alzaba volando sobre sus cabezas.

- Tiradas (1)
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28/05/2020, 20:09
Daebeg Aenion

Procuraba no pensar, no enfocar, sabía bien que estaba haciendo lo correcto, aunque una parte de su ser gritaba con horror. Cuando se desveló la verdadera forma del ser, todo estuvo otra vez en su sitio, todo bien, aunque no por eso había menos peligro.

- Tiradas (3)

Notas de juego

va, jefe.

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28/05/2020, 20:18
Saelh
- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo hecha la tirada de ataque y la de daño, por si acaso.

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28/05/2020, 22:01
- Tiradas (2)

Notas de juego

Vale, falta Annienor.

por ahora 

Vampira primero con dos acciones. (Crítico en iniciativa)

Saelh

Karel

último Daebeg (pifiote to guapo)

Espero al sábado a Annienor, si no se pnjotiza en su ausencia

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29/05/2020, 23:17
Annienor

Annienor pasó del asombro al desconcierto, y de ahí a la incredulidad, la rabia y el terror. Miraba a Daebeg, a la dama convertida en demonio alado, a sus compañeros. Sin saber cómo, el elfo todavía empuñaba el arco y, sin pensar, lo izó contra la bestia, tensó y soltó la flecha...

- Tiradas (3)

Notas de juego

Arf, arf, ya llego, perdón! Dejo también el ataque y el daño.

Anny usa el arco de Araw, la distancia no debe de ser mucha...

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30/05/2020, 00:11

Notas de juego

Tu iniciativa está mal, es percepción + reflejos más bonos por objeto, que no se aplican al usar el arco, sería un total de 10.

La tirada de ataque tampoco me cuadra, ya que tu habilidad es de 13

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30/05/2020, 00:13

La vampiresa se lanza a por Annienor con la intención de agarrarlo con las garras de los pies en una presa contra Saelh, al que levanta por los aires seis metros para soltarlo dejándolo caer. Milagrosamente el humano cae sobre un montón de maleza y tela, sin resultar apenas dañado.

La flecha lanzada por Annienor impactó en una de las alas membranosas de la criatura desestabilizándola pero la criatura se repuso. Karel, incapaz de atacar cuerpo a cuerpo, lanzó una piedra que golpeó a la bestia sin causarle daño aparente. Saelh y Daebeg lanzaron sendos proyectiles que impactaron en el cuerpo del ser, pero no penetraron gravemente en el cuerpo de la misma, su piel parecía dura.

La criatura volvió a lanzarse en picado para agarrar al enano mientras reía y llamaba estúpido al enano por apedrearla, acto seguido lo arrojaba contra el suelo, haciendo que el enano produjese un ruido sordo y metálico al impactar contra el suelo.

- Tiradas (11)

Notas de juego

Orden de acción: 

Vampira (x2)

Annienor (ini 19)

Saelh

Karel 

Daebeg

1 Karel 2 Saelh 3 Daebeg 4 Annienor

Turno 1

Saelh -3 pv

Turno 2

Karel -5 pv

os toca.

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30/05/2020, 15:02
Daebeg Aenion

Suponía que poco más que cosquillas estaba haciendo a la criatura pero, bien. A base de cosquillas moriría, o antes caería él. Rojo de vergüenza por haber caído en un truco tan clásico, tan... Era claro que aquí tenía que haber un servidor del enemigo, un espíritu de sus huestes, ¿cómo podía haber pensado... ?

En tanto sufría todas estas emociones, sus manos y su arco parecían cantar solos, sin el concurso de su mente.

- Tiradas (2)

Notas de juego

pos 24 de ataque y 8 de daño.

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31/05/2020, 00:59
Annienor
Sólo para el director

Notas de juego

Ya, a mí tampoco me cuadraban. Es que creo que tengo la hoja de personaje mal hecha, o que no me aclaro, con mi proverbial empanada. Perdón.

Creo que es porque en la escena de Creación de Personajes aparece esto:

Iniciativa: Percepción + Reflejos + 1o3d10

Ataque a Distancia: Destreza + Armas Distancia + 1o3d10

Y por alguna razón yo interpreté que eso iba en la parte superior de la hoja de personaje, en la columna VIDA donde dice Iniciativa y A. Distancia, y que era el resultado de sumar la habilidad (si te fijas es lo que puse en la subcolumna Bono, 10 y 13 respectivamente) más una tirada de 1o3d10 (que hice en su momento, recuerdo haberte preguntado al respecto porque en la iniciativa me explotó el dado, véase ese 16 de la columna "punto").

Ahora que lo pienso, en otros ataques usé bien las habilidades, no sé, se me va la olla...

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31/05/2020, 01:07
Annienor

Aquel ser de Utumno se movía a gran velocidad, y su fuerza era terrible cuando los acometía entre chillidos, insultos y aviesas muecas de sonrisa. Poco daño parecía que pudieran hacerle aquellos cuatro, pero pocas opciones más tenían para hacerle daño. Debía de haber, sin embargo, otra manera...

Sin permitirse pensar en quién era aquella bestia, de dónde procedía y cómo había llegado allí, ni en nada que no fuera hacer puntería, Annienor recargó, tensó, apuntó y disparó como un autómata. La flecha voló certera e impactó firmemente en la horrenda carne.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pimba!

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31/05/2020, 18:02
Saelh

La horrenda criatura le había levantado del suelo como un águila coge a un conejo, y lo había dejado caer con un golpe sordo que le había lastimado la espalda. Por suerte, no notó nada roto, ya que unos arbustos habían amortiguado el impacto contra el suelo. Rápidamente volvió a poner una flecha en su arco, que no parecía haberse dañado en la caída y la soltó con rapidez. Volvió a impactar al monstruo, pero no tuvo la seguridad de haber conseguido alcanzar algún órgano vital... si es que el horrendo ser tenía algo parecido a un punto débil.

- Tiradas (2)
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31/05/2020, 22:36

Las flechas llovieron con rapidez sobre la criatura. Primero la flecha de Annienor se clavó profundamente en el abdomen de la criatura haciéndole perder altura, luego el proyectil de Saelh rebotó. Karel permaneció inmóvil cuando la flecha de Daebeg forzándola a caer precipitadamente al suelo quedando en el suelo, manando su sangre verduzca. La criatura ha muerto.

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01/06/2020, 19:27
Daebeg Aenion

──Hemos tenido suerte esta vez ──dijo en voz baja. ──En el último momento, sospeche la verdad. Era un engaño tan absurdo que era creíble. Salgamos de aquí cuanto antes. Esta tierra está maldita por el enemigo. Vamos a ver si encontramos el escondite de ese marinero del que hablábamos que podía existir.

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01/06/2020, 19:46
Saelh

Saelh sintió un estremecimiento y asintió. Eglarest era un bastión del enemigo, repleto de los espíritus de los muertos y de criaturas de pesadilla como la que habían derribado. O más bien, la que habían abatido sus compañeros. Sintiéndose algo inútil, pero fortalecido por la confianza en sus amigos, miró a Annienor, que era probablemente el único que sabría encontrar la embarcación en esta ciudad maldita.

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02/06/2020, 01:02
Annienor

-¿De que inmundo agujero ha salido esa cosa?- Señalaba, alterado, el cadáver que yacía a pocos pasos, pero parecía interpelar a Daebeg, como si el otro elfo fuera responsable de haber caído bajo su maligno influjo. Tardó unos momentos en recobrar la compostura, y todavía miraba a un lado y otro con aprensión.

-Sí, ¡vayámonos!- Sonó anhelante. Miró a los otros tres y buscó con la frente alzada algún camino a seguir, pero estaba desorientado entre aquellas ruinas sombrías, más amenazadoras que nunca. Al final se impuso la lógica más aplastante; si querían ir al mar, el camino más seguro era la cuesta abajo, así que, sencillamente, dejó que sus pies y su cuerpo lo condujeran a la orilla más próxima por su priopio peso.

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02/06/2020, 18:28
Daebeg Aenion

Interpretó su pensamiento leyendo el movimiento de sus pies y escuchando, lejano, el rumor de la música de Ulmo. ──Si. Es posible que él no haya abandonado, al menos, el agua de la costa. Vamos, primo. Y discúlpame, por favor. El monstruo encontró un hueco en mi necesidad, y lo llenó con su veneno, pero ya todo ha pasado.

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02/06/2020, 18:43

El embarcadero era visible desde vuestra posición. Hay una embarcación en el muelle, aunque su estado no es tan bueno como la ilusión os hizo creer. Pero con arreglos básicos podría ser funcional para navegar hacia el norte. Annienor calcula que con buena mar y vientos adecuados podríais llegar en tres días a Lammoth, a pie calculáis que os llevaría un mes de ardua caminata por tierras plagadas de enemigos. Y además, usando el barco podríais volver rápidamente a la Isla de Balar.

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04/06/2020, 15:59
Annienor

Allí estaba: un pequeño navío varado en el muelle, materialización de todas sus esperanzas. Visto de cerca, Annienor se mostró satisfecho, acariciando una de las bordas. Era una myl, aquellas versátiles "gaviotas" para cuatro o cinco tripulantes que los falathrim usaban para costear pescando, comerciando o explorando. Parecía esbelta, y todavía se adivinaban largas ondas añiles y grises sobre el blanco plateado, muy cuarteado, del casco.

Era difícil decir si estaba allí en el momento del ataque a la ciudad (algo improbable) o había llegado después; en ese caso, ¿quién lo tripulaba, y dónde estaban aquellos tripulantes? ¿Se habían perdido en la ciudad, como a punto había estado de ocurrirles a ellos mismos? En todo caso llevaba allí mucho tiempo, pero su estado no era lamentable. Lo importante era que estaba en seco, y eso lo había salvado.

La vela estaba, desde luego, destrozada, pero tuvieron la fortuna de dar con un recambio bien conservado en el único pañol del lanchón. Tampoco fue difícil encontrar unos remos y un timón de codaste, aunque desparejos; y en un almacén cercano, medio derruido y casi completamente quemado, se toparon con un paquete de cabos, viejos pero sin usar y bien conservados.

Había, en todo caso, trabajo por delante. Tendrían que rehacer los zunchos para asegurar el mástil, recuperar la botavara, retocar algunos baos y cuadernas, calafatear todo el casco... El pequeño bauprés, aunque daba elegancia al conjunto, había desaparecido por completo y habría que prescindir de él.

Aplicados a la faena con entusiasmo, todo estuvo listo en un par de días. Saelh demostró ser un aprendiz hábil y solícito, y Annienor comprobó sorprendido sus rápidos progresos; ambos trabajaron mano a mano, sin descanso, y el hombre se ganó todo el afecto del elfo, como ocurría a menudo entre los miembros de ambos pueblos, tan distintos y tan parecidos a la vez. Karel, que miraba la embarcación con la aprensión propia de su gente, fue de gran ayuda con las tareas más delicados, que tenían que acometer sin apenas herramienta.

Pero con quien más habló Annienor esos días fue con Daebeg. Aquel muelle de Eglarest representaba a la perfección la decadencia de los elfos de Beleriand, y era el escenario ideal para abandonarse a la melancolía de los tiempos mejores y los errores cometidos por su pueblo. El carpintero le interrogó tímidamente en un par de ocasiones acerca de la abominable ciratura que lo había encandilado y de las fugaces alusiones a su madre.

Un poco de estopa reunida aquí y allá y algo de pez en mal estado fueron los ingredientes del último trabajo: el calafateado. Una vez rematado, Annienor dio un paso atrás, sudoroso, observando el trabajo con atención y cierta satisfacción. Tripularían una barca vieja pero grácil, robusta y, merced a los últimos brochazos que todavía dejaban entrever algo de la decoración primitiva, negra. Ideal para la imprescindible discrección de la misión que acometían.

-Es fácil -comenzó diciendo cuando tuvo que explicar los rudimentos de la navegación; él sólo no podría conducir el lanchón-. Lo más importante es evitar que ese palo os dé en la cabeza cuando se mueva -señalaba, flemático, la botavara-. Luego se tratará de arriar... de subir o bajar la vela cuando convenga con esas cuerdas y poleas, atándolas aquí o aquí... Trataba de simplificar al máximo el lenguaje marinero, que sabía abstruso para los no iniciados. -Cuando no pueda encargarme del timón, sólo tendréis que mantenerlo en su posición. O eso espero.

Repasó el equipaje, con el ceño fruncido. Algo de agua y escasa comida lo mejor embalada posible, pocos pertrechos de recambio y menos herramienta. Con la dificultad añadida de enfrentarse al Gran Mar con una tripulación bisoña. Miró al cielo, olfateando nubes y vientos. Se encogió de hombros.

-Estamos listos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pos hala.

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04/06/2020, 17:42
Saelh

Al fin, después de un par de días de arduo trabajo, su embarcación estaba lista para zarpar. Annienor había dirigido la operación de reparación del bote, como era lógico, y todos habían ayudado lo mejor que habían podido. Aunque Saelh había navegado antes, no era un experto en modo alguno, y la idea de lanzarse a la mar en una embarcación tan frágil le ponía nervioso. 

Sin embargo, aún sentía más temor de quedarse en la ciudad fantasmagórica de los elfos. El montaraz temía constantemente que los espíritus de los muertos o los siervos del enemigo, tan monstruosos como la extraña mujer murciélago que los había atacado, salieran de entre las ruinas por la noche y que los arrastraran indefensos hasta Angband, dando amargo fin a su viaje y a todas las esperanzas puestas en su misión.

Por suerte, estos funestos pensamientos del Edain no llegaron a materializarse. Annienor terminó el trabajo y, frágil o no, la nave tendría que servir. Tres días de travesía, había determinado el falathrim. Ojalá Ulmo les fuera favorable. Saelh sospechaba que, si no habían sido atacados en este tiempo, la razón estribaba en el temor que los servidores del Enemigo sentían por el mar. 

- En marcha pues. Terminaré de subir las provisiones. - dijo Saelh, mientras echaba mano de los víveres y de las pocas herramientas útiles (*) que habían encontrado en Eglarest. Debían partir cuanto antes.

Notas de juego

(*) Lo de las herramientas útiles es más color que otra cosa.

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04/06/2020, 19:00
Daebeg Aenion

¿Hablar? Se podía decir que habló con su primo, pero mejor sería decir que cantó, canturreó, gorgojeó, golpeó rítmico y se convirtió el compañero más inútil pero más conmovedor que decirse puede. No por nada venía del país de la música.

Si: jugaba con las herramientas, y las manejaba bien, pero las más de las veces se dedicaba a acariciar la madera todavía viva para él, o a tallar alguna filigrana sin importancia, o a dar nombres absurdos a las cosas.

Gastó bromas insulsas, gentiles, quizá inocentes y también fuera de lugar en esa tierra dolorida.

Si Annienor se acercó al edain, Daebeg se alejó. Era difícil para un hombre ver algo en su comportamiento superficial. De sus conversaciones se podía deducir que no había nada mal en su vida: sus padres vivían ambos, el resto de su familia también.

Dicen que los primeros nacidos no ven el tiempo de manera lineal. Están viviendo, seguramente, en una franja temporal mucho más grande que la franja de años, horas o minutos que los mortales pueden abarcar con sus planificaciones o su inteligencia. Esta viviendo de antemano cosas que, por definición, ya han sucedido, pues son tan inevitables, y para uno de los venidos después no tienen sentido por lo lejano en años. ¿Sería eso?

Annienor solamente podía vislumbrar ahí debajo una quietud, una oscuridad. Eso que con el tiempo puede llegar a pudrirse, o brotar y dar a luz a una historia hermosa.

Por fin estuvo el barco a punto, y era del mar el comportamiento que imitaba Daebeg. Al menos en parte: una superficie brillante sobre un abismo.