Partida Rol por web

Turno 012B

Freagulf, ya que el otro hombre no se había puesto en pie, siguió su ejemplo. Además, ponerse en pie en una posada suele ser o que vas a dar un discurso, o da un aire de prepotencia que se puede mal interpretar. Prefirió seguir sentado, pero aún así su tabardo limpito dejaba ver, por su alta talla el símbolo rohir de Burh Marlinge, y las mangas que sobresalían era de su camisa de blanca, que combinaba extrañamente con una capa verdosa. Aún así, tanto su armadura, como el resto de protecciones eran imposibles de disimular, y por tanto, ni lo intentaba. Por afable que pareciese el hombre, no confiaba en él, y se notaba en un rostro serio, donde la cicatriz que recorría casi verticalmente su cara se podía ver. Normalmente se dejaba la barba para disimularla, pero tras el último viaje, varios baños y demás, había resuelto afeitarse en su estancia allí. - Creo que es el momento de dejarse la barba otra vez.

- Freagulf, de los Ailgratha. Y con la mano mostró a: - Maese Gwalin. Era bastante evidente el origen de su raza, pero no quería dar más información de ninguno de ellos ni parecer tonto, presumiendo de lo visible, aunque había dicho el nombre de su tribu, a pesar de portar el distintivo, para que no pareciese que quería evitar responder. Además, parecía que había saltado al escuchar el nombre del comerciante esgathoriano, así que algo tenían que ver con él, y le interesaba. Quería que le dijera algo más, y no dudó en ser directo: - ¿Sabéis algo del comerciante? Tampoco quería dirigirse a el de manera cercana, por si acaso.

Turno 012

La respuesta de Rovis confirmó la sospecha de Grimbeorn. El posadero se limitaría a obedecer los designios de Agranil y hacerles pasar de uno en uno cuando les correspondiera. Al norteño sólo le restaba esperar, como a los demás interesados, por lo que volvió a la mesa y recogió su yelmo. Aun lo tenía en la mano cuando la puerta volvió a abrirse una vez más. A pesar de que el esgarothiano ya había llegado y, por tanto, no debiera tener más interés por los clientes nuevos, el animista examinó a los recien llegados con curiosidad.

El que más destacaba por altura era un humano. Cabellos rubios, barba espesa, abundante melena, indicadores de alguien acostumbrado más a moverse por caminos, ocuparse de sus asuntos y frecuentar cantinas que de alguien entregado a una vida ociosa. Y la cicatriz que asomaba por debajo de la barba podía ser una señal de que los "asuntos" que ocupaban a aquel hombre eran más peligrosos de lo habitual. Su compañero destacaba aun más y no por su estatura; se trataba de un enano. Grimbeorn había oído que los khazad eran mucho más longevos que los hildor, pero eso era una medida bastante inexacta como para juzgar que las numerosas canas que lucía en su barba el enano fueran un indicador fiable de su edad. Al igual que el humano, el enano vestía armadura, por lo que bien era alguien que esperaba problemas con frecuencia o se dedicaba a lidiar habitualmente con problemas.

En cualquier caso, ninguno de los dos parecía encajar en el modelo ideal de cliente de La Rosa, más próximo al de los burgueses que hablaban de sus asuntos o los que se habían retirado a un privado. "¿Más interesados en reunirse con Agranil?"

Turno 012

- Si, Agranil ha llegado hace un rato - dijo son cuchichear - Le comunicare que desean verle - añadió mirando también al enano. El posadero les señalo una mesa y se marcho.

Al poco tiempo regreso y fue hasta la mesa de Grimbeorn y Edan.

- Disculpe, puede usted pasar, Agranil le espera. - Dijo al bosquimano mientras tendía la mano en dirección a la puerta.

Turno 012

Por un momento Leofred pensó que el hombre de la capa verde había ignorado su petición y simplemente se había dirigido a Agranil en el momento que supo de quién de los hombres se trataba; tardó unos segundos más en darse cuenta de que los esargothianos miraban hacia su mesa de reojo y entonaban alguna risita disimulada, con lo que supo que no había sido tan discreto como hubiera deseado.

Su primer instinto fue avergonzarse. ¿Qué pensarían sus antiguos compañeros y hermanos si le hubieran visto en semejante situación? Pero lo que estaba hecho no podía deshacerse, y al menos Agranil había accedido a reunirse con ellos; decidió tomárselo como una buena noticia.

El hombre de la capa había vuelto, sin duda por esperar en algún sitio la audiencia de Agranil. Tal vez estuviera algo ebrio, pero no se le había pasado por alto que se había mencionado ser de la estirpe de los dunadan - eso lo explicaría, es bastante estirado, como la mayoría... - pensó para sí antes de decidir qué contestarle. - Leofred, como ya dije antes. También provengo del norte. - ahora debería ser el turno de presentarse de sus dos recién conocidos, pero llevaban un rato bastante silenciosos, y, sobre todo el que ya había entrado borracho, no tenían buena cara; tal vez el vino les hubiera sentado peor que a él mismo. - Estos son Hallfrid y Larrid. - recitó tras un momento para recordar sus nombres, no sabía mucho más sobre ninguno de ellos, pero eso no era un problema para hacer las presentaciones; además, el vino ya hablaba por él - A Hallfrid también le interesa unirse a la comitiva de Agranil, aunque no se que opinión tiene Larrid de eso. ¿Que dices, viejo bribón? ¿También te unirás a nosotros en un viaje emcionante y repleto de peligros? -

Turno 012

Mirando a sus nuevos compañeros el joven dunadan asintió mientras Loefred les presentaba uno a uno. 

Encantado de conoceros caballeros.

Al decirlo hizo una corta reverencia. Al poco entró en la estancia un enano seguido de un humano. Ional nunca había visto a un hijo de Durin por lo que se sorprendió, pero no dijo nada. Simplemente le observó un rato.

Pero no descuidó la estancia y vio como Rovis, el posadero llamaba a uno de los hombres que estaban apartados para hacerle entrar y que hablara con Agranil. Mientras observaba todo esto, Ional pensaba qué le podía preguntar cuando le tocara a él.

Turno 012C (1)

Se acercó al enano y le susurró algo al oído, luego sonrió al resto, esperando, paciente. Tenía un rostro como agradecido y complacido a la vez. A gusto con sigo mismo. Como si hubiera hecho algo bien, y ya que nadie se lo agradecería, el mismo se daría las palmaditas en la espalda.

Turno 012C (2)

- Es una mesa de contratación. Como sospechaba. - Así que se terminó la cerveza y todo el resto del alcohol. - A agranil no le gustará que sus compañeros no estén a pleno rendimiento.

Había tenido la precaución de taparse el rostro con la mano, así que nadie podría leer sus susurros, y si no sabían leer la mente, no serían capaces de enterarse de lo que decían.

Turno 012

Cuando los allí reunidos comenzaron a presentarse Gwalin estuvo a punto de hacerlo, pero recordó las palabras de Freagulf y se calló. Pero al momento escuchó el nombre de Agranil de boca de uno de ellos. El enano no pudo evitar darle un codazo al rohir y señalar con la cabeza al tipo que acababa de decir el nombre del esgathoriano.

A esto se le acercó su compañero y le habló al oído. Según iba hablando la sonrisa de Gwalin crecía, hasta que Freagulf le dijo la última frase que cambió el rostro del guerrero de imediato, pasando de la dicha a la desdicha.

-¡¿No puedo?! Grrrmmmmmm -gruñó el enano cruzando sus brazos sobre el pecho con el ceño fruncido y cara de enfado.

Turno 012D

Ya bien sentado le respondió, como un padre lo haría a un hijo que se prodiga en esceso.

- Nooo, aún no. Y sonriendo le dejó caer a modo de premio tras la misión: - Luego tomamos una sidra como un tonel.

Entonces se puso a observar con paciencia.

- Un dunadan con pinta de prepotente. ¿Son todos iguales?
- Un gondoriano tupido por el sol de la intemperie ¿Qué será?
- Otro prepotente de esos, pero con pinta de montañero.

Estaba dudando de las compañías. - Ahora entendía a Agranil y sus Procesos de Selección.

Turno 12

Edan se sentó de nuevo con Grimbeorn y esperó pacientemente a su turno.
Rovis no tardó en presentarse ante ellos para invitar al bosquimano al reservado de los comerciantes. El muchacho se sintió decepcionado por verse relegado a un turno posterior, pero intentó ocultar su desilusión y deseo burna suerte a su nuevo colega.
Buena suerte Grimbeor. Espero que consigas esa información que buscas.Hasta que nuestros caminos se crucen de nuevo. Ha sido un placer compartir el vino contigo. Quien sabe, quizas coincidamos de nuevo antes de lo que creemos

Y de este modo se despidió del hombre de los bosques, con quien habia hecho buenas migas durante la cena.
Dedicó un gesto de agradecimiento a Rovis cuando este le pidió que esperase un poco más y cuando Grimbeorn abandonó la mesa, sacó unos naipes de su mochila y empezó a jugar al solitario para hacer algo de tiempo.

Turno 012

Junto a la mesa, Grimbeorn terminó de recoger su yelmo mientras evaluaba a los nuevos clientes. Tras acercarse a aquellos hombres, Rovis volvió hasta la mesa para indicarle que Agranil le vería primero. El hecho le sorprendió y defraudó en parte; al ser primero, perdía incluso la posibilidad de observar a los entrevistados anteriores y evaluar sus reacciones tras la audiencia con el esgarothiano. Pensó en rechazar la invitación, dejar que pasara otro en su lugar, pero temía que Agranil lo considerase una afrenta. Exhaló, sujetó el yelmo bajo su brazo y agradeció el gesto al posadero con una inclinación de cabeza.

- Intentaré ser breve para que tu audiencia llegue pronto, Edan de los eotrhaim. - El norteño confiaba en exponer su asunto de forma rápida y concluir de igual manera, pero le era imposible anticipar las intenciones de Agranil o saber cuánto tiempo se tomaría el esgarothiano en hablar con él. Finalmente, con paso pausado pero determinado, el animista se dirigió hasta la puerta que los comerciantes habían usado anteriormente. Llamó con firmeza y franqueó el umbral una vez le invitaron a pasar.

RESOLUCION TURNO 012
 

Los tres hombres que estaban en la mesa, junto a la puerta, se levantaron. Pudieron ver con más detalle las ropas que llevaban. Eran de muy buena calidad, lino y seda con bonitas decoraciones en oro y plata. Cada uno de ellos llevaba una especie de emblema en el pecho, distinto entre sí, pero a la vez del mismo estilo. No eran demasiado altos, entrados en años y con los rostros poco ajados por el trabajo. Uno de ellos hizo una seña al posadero, que se limitó a asentir con cara agradable y a despedirlos con la mano. Al parecer aquellos tipos no necesitaban pagar, seguramente tendrían cuenta allí o quizás fueran gente importante a la que merecía la pena invitar. Los tres salieron al exterior, no sin antes mirar de soslayo a todos los que quedaban en el comedor.

Cuando la puerta se abrió cuando los tres tipos se fueron, pudieron ver como la luz del sol apenas brillaba ya fuera. La tarde estaba terminando para dar paso a la noche, la noche pronta usual en aquella época del año. Era invierno, quedaba apenas un mes para que la fiesta que celebraba el equinoccio de primavera tuviera lugar en multitud de lugares de la tierra media. Una fiesta milenaria en la que la gente festejaba el fin del invierno y pedía a Yavanna Kementári que las cosechas que plantarían pronto, fueran fructíferas y las tierras fértiles. El invierno había sido, aun lo era, mas frio de lo normal, más que el de años anteriores. Fuera el aire arrastraba aun el frio de las montañas. Las lluvias habían sido copiosas, el rio bajaba bravo y los caminos estaban embarrados. El frio entro en el salón, con una ráfaga de aire que hizo tintinear las velas y recordar a todos los rigores de aquella estación. En aquella posada, con el fuego encendido, casi habían olvidado que, tras la caída del sol, las temperaturas caían. Allí dentro estaban muy bien.

En el salón tan solo quedaban dos mesas ocupadas. Una era pequeña, y aun así se las habían arreglado para sentarse varias personas. Hallfrid y Larrid en un lado, Leofred e Ional al otro, charlaban apaciblemente cuando Gwalin y Freagulf se acercaron para acompañarlos. Los seis pidieron algo de beber y se acomodaron como pudieron. La segunda mesa, al otro lado del salón, estaba ocupada por solo dos personas. Grimbeorn y Edan también bebían y mantenían su propia conversación, ajenos al resto. El posadero se acercó a esa segunda mesa, e invito al bosquimano a ir al apartado donde los esperaba Agranil.

Después, uno a uno, más o menos en el orden en que habían ido llegando a la posada, fue haciendo entrar a todos, Larrid incluido, para ver al regente de Esgaroth. Los que entraban no volvían a salir al salón, supusieron que poco a poco volverían a encontrarse allí dentro.

TURNO 013

El posadero acompaño al rohir por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Freagulf como la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El ailgratha recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes Freagulf - conocía su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Freagulf se sentó, fue directo al grano - Digame, ¿que ha sido de usted desde la ultima vez que nos vimos? ¿Dónde están sus compañeros? Draupner, Ilidan, Groal... - le dijo, tratando de recordar

TURNO 013

El posadero acompaño al bosquimano por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Grimbeorn la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El animista recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes… - dejo que le dijese su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Grimbeorn se sentó, fue directo al grano - Digame, como supo de nuestra empresa, y por qué quiere unirse a ella… - le dijo, dando por supuesto que era lo que el bosquimano quería hacer.

TURNO 013

El posadero acompaño al enano por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Gwalin la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El guerrero recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes… - dejo que le dijese su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Gwalin se sentó, fue directo al grano - Digame, como supo de nuestra empresa, y por qué quiere unirse a ella… - le dijo, dando por supuesto que era lo que el naugrim quería hacer.

TURNO 013

El posadero acompaño al gondoriano por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Hallfrid la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El campesino recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes… - dejo que le dijese su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Hallfrid se sentó, fue directo al grano - Digame, como supo de nuestra empresa, y por qué quiere unirse a ella… - le dijo, dando por supuesto que era lo que el eriadoriano quería hacer.

TURNO 013

El posadero acompaño al dunadan por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Ional la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El montaraz recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes… - dejo que le dijese su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Ional se sentó, fue directo al grano - Digame, como supo de nuestra empresa, y por qué quiere unirse a ella… - le dijo, dando por supuesto que era lo que el dunadan quería hacer.

TURNO 013

El posadero acompaño al rohir por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Edan la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El montaraz recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes… - dejo que le dijese su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Edan se sentó, fue directo al grano - Digame, como supo de nuestra empresa, y por qué quiere unirse a ella… - le dijo, dando por supuesto que era lo que el rohir quería hacer.

TURNO 013

El posadero acompaño al dunadan por la puerta que había junto a la barra. Tras ella pudo ver un largo pasillo con tres puertas a cada lado, distaban entre si algo más de dos metros, y una más al fondo. Esa última fue la que el posadero le señalo a Leofred como la puerta en la que lo esperaban. Rovis no lo acompaño más, se dio la vuelta para volver al salón.

El bardo recorrió el pasillo y abrió la puerta, no sin antes llamar. Cuando entró, vio una amplia sala, de unos cinco metros de ancho por otros tanto de largo. En el centro había una mesa grande, donde podían entrar cuatro o cinco personas a cada lado. Estaba pegada a una de las paredes, por lo que solo había una cabecera. Aun habría sitio, si se ponían más sillas, para meter a más gente, aunque estaba diseñada para albergar a nueve personas cómodamente. Agranil, estaba en el lado de la mesa opuesto a la puerta. A su derecha estaba Egorant, y a su derecha Dorhand. Tal y como le presento Agranil.

- Buenas tardes Leofred- recordaba su nombre - Siéntese, sírvase un vaso de vino - sugirió el regente señalando una de las sillas que había en el lado contrario al que ellos se sentaban.

Cuando Leofred se sentó, fue directo al grano - Digame, ¿que ha sido de usted desde la ultima vez que nos vimos? Ha viajado muy lejos, desde luego. ¿Por que quiere unirse a nuestra empresa?- le dijo, suponiendo que era lo que quería.