Partida Rol por web

El enano no dijo nada durante unos segundos. Escrutó a sus interlocutores y alzó las cejas a modo de resignación. Estaba claro que se mordía la lengua, pues la respuesta era obvia, pero sufrido el caracter de los humanos cuando estaban en su ciudad, que no en la del enano, se lo pensó varias veces cómo contestar.

-Como he dicho antes he trabajado mucho en este tema y he tenido muchos jefes. A todos los he respetado, pues eran los que pagaban. Pero dentro de mis funciones era yo el que decidía -dijo tras pensarse un rato lo que debía decir.

-Y pues parece que sois como yo, que la palabra puede que se la lleve el viento, he traido un contrato tipo con el que suelo concertar con quien me contrarta.

Dicho esto Gwalin rebuscó en su mochila y sacó lo que parecía un pequeño listón de bambú de medio brazo de largo. Deserroscando una de los finales, sacó un pliego que pasó a desenrollar y se lo pasó a los tres humanos que estaban delante de él.

CONTRATO DE TRABAJO

....

Turno 014

El ánimo de Leofred había decaído un poco, ¿seguían considerándolo poco capaz? Desde luego, solo era un bardo, pero también un dúnadan aunque no alardease de ello publicamente. Le decepcionaba que lo considerasen solo como un simple músico y cuentacuentos ambulante pero no podía culparlos. Al fin y al cabo era así como había decidido vivir.

- Ya veo, dejemos entonces de lado las palabras y pasemos a los hechos. Dispongo de mis propios pertrechos de viaje y mis propias armas. No se qué clase de aptitudes están buscando ya que dicen que su objetivo es de algún modo secreto, pero soy ágil, diestro con las manos y también silencioso si la situación lo requiere. -

El bardo se detuvo, después de pronunciar aquellas palabras parecía que se estuviera vendiendo como mercenario y saqueador. Apartó ese pensamiento de su cabeza, debía de estar imaginándose cosas debido al vino.

- Si aún dudan de mi, solo me queda una cosa que proponerles. Pónganme a prueba: con la espada, la ballesta, o incluso trepando a un árbol; ustedes dirán. Así yo demuestro mi destreza y todos quedamos satisfechos. -

Turno 014

- Es usted entusiasta, de eso no hay duda - contesto Agranil - He visto morir gente como tu, demasiado "valiente" para ver el verdadero peligro - dijo algo apenado - Lo que necesitamos es templanza, tratamos de pasar desapercibidos hasta que llegue el momento - advirtió.

- Pero dinos, ¿que pedirás a cambio?  - Pregunto Egorant - todo hombre tiene un precio.

Turno 014

- Gracias, le veremos en un rato, cuando hayamos elegido - dijo Agranil - Le pido una ultima cosa, me gustaría que no comentase nada ahí fuera, no hasta haber entrevistado a todos los que hayan venido - pidió Agranil - Luego nos reuniremos y daremos mas detalles - termino por decir antes de que Grimbeorn se marchase tras despedirse.

Turno 014

- Como he dicho, no ha de malinterpretarme, estoy seguro de que posees mas habilidades que la de ser músico - continuo disculpándose - No será necesaria tal prueba, por supuesto, el propio viaje que estamos por emprender será suficiente - siguió hablando - Estoy dispuesto a aceptarle, me parece que tiene que ofrecer mas de lo que imaginamos, necesitamos gente como tu.

- Todo hombre tiene un precio, díganos, ¿Cuál es el suyo? - pregunto de inmediato el pragmático Egorant.

Turno 014

- Vaya, podemos comprobar aquí que ya ha lidiado con estas vicisitudes antes... - dijo Agranil tomando el contrato y mirando algo sorprendido a sus compañeros.  - Egorant se encargara de él - dijo pasando el contrato, tras echar un vistazo por encima, al anciano comerciante.

- Lo estudiare, muchas gracias, puede retirarse - dijo Egorant guardando el contrato, sin mucho animo.

​- Oh, venga - salto Dorhand - Es un guerrero, nos vendrá muy bien sus servicios, no podemos descartarle solo por que venga con su propio contrato - dijo el comerciante sabiendo que lo mas seguro era que ni lo leyese

- Vera maese Gwalin, cierto es que somos comerciantes, y acostumbramos a hacer contratos detallados para muchas cosas de nuestras vidas, pero me temo que en estos momentos, necesitamos algo mas rápido - dijo el regente.

- Si, tendrá que fiarse de nuestra palabra, y nosotros de la suya. - continuó diciendo Egorant - No hay mucho tiempo, y no firmare un contrato como este sin haberlo leído con detenimiento. Solo díganos un precio, una razón para venir con nosotros y mas tarde hablaremos de los pormenores.

Turno 014

Que dijera su precio... Leofred se había preocupado tanto de encontrar y persuadir a Agranil que no había pensado en eso. Tuvo que pensarlo genuinamente durante casi un minuto antes de decidirse. ¿Cuanto podían valer sus servicios? Ni siquiera sabía qué se suponía que debía hacer, o por cuánto tiempo, además tenía mal ojo como mercader y sería incapaz de marcar una cantidad de oro o plata razonable. Al final se le ocurrió algo.

- Una montura dócil y fuerte haría mis viajes más sencillos en el futuro. Y tal vez la suficiente plata como para llegar a la próxima ciudad por mi cuenta, una vez hayamos terminado. -

Turno 014

Después de haber dejado el recado al posadero, Grimbeorn echó un último vistazo a la sala común para comprobar si estaban todos los que él había supuesto interesados en la oferta de los esgarothianos, excepto el siguiente que Rovis había hecho pasar. Fiel a la última recomendación de Agranil, el animista se abstuvo de entablar conversación con ninguno de los presentes y salió de la posada.

En el exterior, vistió su yelmo de nuevo, más como un medio para evitar el frío en la cabeza que como protección, y se envolvió en la capa mientras observaba la poca actividad en las calles. Mercaderes y artesanos que terminaban de recoger sus mercancias antes de cerrar sus puestos y tiendas para volver al calor del hogar. Campesinos y pastores que habían apurado hasta los últimos rayos de sol en el campo y pastizales ahora andaban a paso ligero al tiempo que se frotaban las manos y lucían coloradas mejillas. El propio norteño sintió en su rostro descubierto el aguijón de una fría ráfaga de viento, heraldo de la estación fría que se les echaba encima. Sin embargo, Grimbeorn encontró la sensación vivificante, como si volviera a encontrarse en el bosque, en un día de invierno. Pronto, Tir Anduin quedaría tan en calma como la floresta con sus animales hibernados o guarecidos en sus cubiles, con el silencio envolviendo todo. El animista alzó la mirada al cielo cada vez más oscuro, en el que las estrellas comenzaban a brillar timidamente. Y reflexionó sobre los hechos acaecidos aquella tarde; sobre su problema y cómo éste le había conectado con los esgarothianos. O sobre cómo había llegado a conocer a un descendiente de los eothraim de Rhovanion y se preguntó quiénes serían los demás forasteros y qué historias tendrían, que les empujaban a buscar al señor esgarothiano.

Turno 014

Gwalin se encogió de hombros. Al enano le daba lo mismo que firmaran un contrato o no. Si había elegido ir hasta aquel sitio era por viajar junto con Agranil hasta Minas Tirith...con Agranil o con cualquier otro. Lo que queería era viajar y vivir aventuras dada su edad.

-Como les he dicho es un contrato tipo. No es que sea necesario usarlo, pero cuando trabajaba en Barukkizdin y en Anglarond tenía que tener uno de estos a mano para que firmaran quienes me contrataban, pues nunca sabía con quién me iba a encontrar por el camino y si necesitaban de mis servicios, nada más. De hecho se firmaban dos copias, una para cada una de las partes interesadas -dijo sin darle mucha importancia-. Pueden quedárselo, tengo unos cuantos más, aunque creo que ya no los necesitaré más en mi vida -dijo de pasada.

-Pero lo que sí quiero que entiendan con ese contrato, es la dedicación, esmero y profesionalidad que tengo en mi desempeño laboral -dijo categorico-. Vuelvo a repetir, he trabajado pretegindo caravanas y sus ocupantes casi tantos años como la suma de sus edades. No quiero parecer presuntuoso, pero en esto tengo mucha experiencia.

Gwalin miró a cada uno por separado deteniéndose unos segundos en mirarles fijamente a los ojos. Su mirada era clara y firme, dejando a las claras que lo que decía era cierto.

-Y no tengo problemas en fiarme de ustedes. Lo que si necesito es estrechar la mano de quien sea el contratante mientras nos miramos a los ojos. Eso bastará.

-Y mis pretensiones no son monetarias. No quiero un sueldo por lo que hago, pues he decidido hacerlo por decisión vital. Como le comenté a Freagulf, un gran tipo por cierto, cuando un enano llega a mi edad le pueden ocurrir dos cosas. o bien se queda en su fortaleza en la que se va marchitando hasta que muere de aburrimiento; o bien le entra unas ganas de viajar y vivier experiencias hasta que muere por cualquier coas que le suceda, jajajajaja -rió de buena gana

-Pero un trabajo siempre tiene que ser remunerado -cambió de tema el enano-. Así que me conformaré con una parte de lo que encontremos por el camino y la manutención durante el viaje, tanto de comida, como de alojamiento y transporte.

Gwalin miró esta vez a Agranil, que parecía ser el más callado, para ver su reacción, cuando de repente recordó algo y hasta dio un paso adelante.

-¡Ah!, y tendré prioridad en elegir todo objeto que encontremos de manufactura naugrim, vamos, hecho por mi raza, de un posible botín.

Dijo seriamente.

RESOLUCION TURNO 014
 

Freagulf termino de hablar con Agranil y los suyos. Contaban con él, tenía que ser así. Salió tras despedirse de los esgarothianos, y de asegurarles que no contaría nada de lo hablado allí dentro. Aunque al ailgratha le sonó un poco a despedida, la verdadera razón no era más que la de poder dialogar con todos y cada uno de ellos, sin que se contaminasen los unos a los otros.

Recorrió de nuevo el pasillo en dirección a la puerta que daba al salón principal. Una vez allí se sentó en una de las mesas vacías. El había sido el último en entrar, por lo que todos estaban expectantes sobre lo que pasaría a continuación.

RESOLUCION TURNO 014

Grimbeorn salió satisfecho de la reunión. Aunque su empeño le hubiera llevado a seguir el rastro de los orientales se sintió aliviado al saber que no estaría solo a la hora de enfrentase a ellos. Liberar a Geleswinta era lo que le empujaba, y seguir a Agranil y sus pesquisas, podría dar con los salvajes que se la habían llevado.

Tras despedirse, y asegurar a los esgarothianos que no contaría nada de lo hablado allí dentro, salió al pasillo de nuevo. Allí no se oía nada, el resto de salas parecían estar vacías. Se dirigió hasta la puerta que daba al salón principal. Tras cruzarla vio al resto de sus compañeros. El había sido el primero, por lo que decidió esperar fuera para asegurarse de que nadie le preguntaría sobre lo ocurrido. Antes de salir, pido a Rovis ser avisado y Agranil volvía a llamarlo, cosa de la que estaba seguro. El posadero afirmo con la cabeza que así lo haría, mientras el bosquimano salía fuera.

En el exterior no se oía casi nada, todo estaba tranquilo. Aunque no hacía mucho que la noche había caído ya se podía sentir como el frio calaba hasta los huesos. El animista se ajustó su yelmo de piel para calentarse, aunque la sensación de frio no le disgustaba del todo. Allí aguardaría a ser llamado.

RESOLUCION TURNO 014
 

- Los pormenores de nuestro viaje serán discutidos después, cuando se conforme el grupo - dijo Agranil - Nuestra palabra vale tanto, o más que un contrato tipo, como usted lo llama - añadió.

- Puedo decirle que por supuesto que los gastos correrán por nuestra cuenta - siguió Dorhand - No vamos en busca de botines, aunque si encontramos algo, se repartirá equitativamente entre todos - dijo aceptando esa parte de la petición.

- Y si entre ellos hay algún objeto de manufactura enana - abordo  Egorant el último tema - será usted el primero en poder examinarlo, aunque creo más justo venderlo y repartir su valor entre todos - hizo una pausa - se tendrá en cuenta su valor “sentimental”, y se podrá llegar a un acuerdo - termino por decir.

- Seamos realistas, nuestro objetivo está claro, dudo que encontremos grandes tesoros, cofres repletos de monedas, u objetos naugrim - dijo amable Agranil - Sé que puede aportar mucho a nuestra empresa, y cuento contigo apelando a tus ansias de aventura, sin duda la tendrás - arengó el regente antes de tender su mano hacia el enano - ¿Nos acompañara?

RESOLUCION TURNO 014
 

El eriadoriano se quedó pensativo, no sabía que podía decir, enmudecido por momentos. Él no era más que un campesino, sin habilidades muy desarrolladas, pero con capacidades naturales que lo hacían sobresalir del resto…

RESOLUCION TURNO 014
 

El dunadan era todo un entusiasta, cosa que lo hizo caer en gracia entre los esgarothianos. Por alguna razón pensaron que alguien así sería útil en su viaje. Además, según aseguraba, poseía ciertas habilidades para el rastreo, el sigilo y el uso del arco. No sabían si todo aquello era verdad, pero decidieron darle una oportunidad. Le preguntaron por su precio, dispuestos a aceptarle.

RESOLUCION TURNO 014
 

Los esgarothianos ya conocían a Leofred, lo tenían por un músico, un charlatán capaz de elevar la moral, pero el bardo supo encauzar la conversación y convencerlos de que poseía alguna que otra habilidad más. Agranil estaba convencido de llevarlo con ellos. Egorant quiso saber el precio, pues era un hombre pragmático y sabía que tarde o temprano todos querían poseer bienes para prosperar.

- Vaya, es un precio alto - dijo Egorant - Me temo que no podemos alcanzarlo, gracias por venir - se limitó a decir.

- Mi compañero lleva razón - dijo Dorhand mirando al comerciante con desaprobación - No disponemos de tantas monedas, no podemos ofrecerle más que un bronce al dia, a pagar cuanto completemos nuestro cometido y lleguemos a Minas Tirith. - le ofreció - Por supuesto, los gastos durante el viaje correrán de nuestra cuenta - añadió. - Los caballos van a la guerra, escasea su venta, pues todo animal es requerido para tal fin… - se escusó.

- Lo lamento, es cuanto podemos ofrecer, no es un mal precio - confirmó Agranil - Espero que lo considere, cuento contigo Leofred - añadió tendiendo la mano para cerrar el “trato”.

RESOLUCION TURNO 014
 

Los esgarothianos no conocían a Edan, pero algo en ellos le decía que era un buen guerrero. Tal vez su presencia, su armadura o su carácter directo. Agranil estaba convencido de llevarlo con ellos.

Hablaron un tiempo, querían conocer lo que el rohir sabía, o creía saber de los motivos por los que buscaban gente que se les uniese. De mano de Edan comprobaron que, como solía suceder, las historias se magnificaban. Pero no importaba, todo era para conseguir una cierta complicidad poder contar con aquel hombre.

Egorant ofrecio un precio, pues era un hombre pragmático y sabía que tarde o temprano todos querían poseer bienes para prosperar. Le ofrecieron un precio, justo a ojos de los esgarothianos, aunque Edan no estaba seguro de ello. En el fondo sabía que no era un mal pago, quizás quería más…

RESOLUCION TURNO 014
Prolepsis
 

Uno a uno todos fueron entrando. El primero había sido Grimbeorn, seguido de Ional y Edan. Después fue Leofred, que dio el relevo a Larrid y posteriormente a Hallfrid. Solo quedaban Gwalin y Freagulf, el enano entro antes, quedando el ailgratha para el final.

Una vez todos habían pasado por el cuarto donde Agranil, Egorant y Dorhand los habían recibido, volvieron silenciosos al salón principal. Algunos se quedaron, otros salieron a tomar el aire a la calle. Fuera la noche comenzaba a levantarse, era lo que tenía el invierno, que sin ser demasiado tarde la oscuridad de la noche enseguida ocupaba el cielo.

El frio arreciaba fuera, el viento soplaba helado, gélido pese a que las casas de piedra y las murallas mitigaban la mayoría de la sensación. El contraste entre el interior y el exterior se hacía patente cuando la puerta se abría.

TURNO 015

El joven campesino volvió a negar con la cabeza ante el nuevo ofrecimiento de bebida por parte de los esgarothianos, sin atreverse por supuesto a ensayar ningún tipo de explicación. Pues cada vez que abría la boca, corría serios riesgos de dejar en evidencia su patético estado. Así que procuraba hacerlo lo menos posible. Estaba firmemente decidido a hablar olo lo justo y necesario... o eso esperaba.

Para empezar, ya era un verdadero problema el siquiera intentar pronunciar cualquier palabra. Pero también estaba la posibilidad (bastante alta, por cierto), de decir alguna estupidez que pusiera de inmediato fin a la reunión. Así que el joven optó por concentrar todos sus esfuerzos en las frases mínimas que la entrevista requería.

Lo cual también parecía ser todo un problema.

Pues, a decir verdad, no sabía que respuesta darle al tal AGRANIL. El astuto personaje parecía haberlo enredado con algún tipo de acertijo. O eso creía el embotado cerebro de HALLFRID, que incluso cuando no estaba bajo los efectos del alcohol, tampoco era de los más brillantes. Y el inexperto campesino se afanaba en vano por encontrar alguna salida al atolladero en el que se había metido.

Así, los instantes se prolongaron. Mucho más de lo que parecía educado. Hasta que un incómodo silencio se adueño de la sala. Por fortuna, el estado de euforia en que se hallaba el campesino le impedía ser plenamente consciente de todo ello. Como también de las miradas extrañadas que se dedicaban los esgarothianos entre sí. De otro modo, el nerviosismo que se habría apoderado del joven muy probablemente hubiera conseguido paralizarlo por completo.

- Entonces... por lo que dicen... - dijo por fin con aire dubitativo, sin estar plenamente seguro de haber entendido del todo - ... parece que están buscando a alguien en quien puedan confiar.

- Quiero decir... Supongo que eso de recibir órdenes... Pues, seguro... Pero también necesitan a alquien que pueda reconocer el bien y el mal... Y eso ya es más extraño. Imagino que debe de tener que ver con su misión.

El joven se tomó otros largos momentos para pensar como continuar, y sus anfitriones casi podían oír el rechinar de sus neuronas estrujándose en busca de una idea.

-  La verdad es que yo solo quiero ir a casa. - hablaba con tono sereno, pero decidido, y con la mirada perdida en algún punto en la distancia, casi como si hablara consigo mismo - Las armas y armaduras que llevo son de mi señor. O de alguien de su casa. Y creo que ya es hora de conseguir las mías propias. Y devolverlas.

- No me interesan demasiado el oro ni las joyas. Ni tampoco la gloria de la batalla y todo eso. Pero creo en dar a cada uno lo suyo. Así que no importa la carga que lleven. O la que vayan a buscar. Pueden estar seguros de que no intentaré quedarme con ella. Ni permitiré que otros lo hagan.

Turno 015

El rohir estaba taciturno y silente. No era capaz de levantar gran cosa la mirada. Era como si lo hubieran castigado por una falta anterior. Por un delito viejo y expirado, que además, ni si quiera se consideraba responsable, por no haber cometido. Había habido un fallo, y el tenía que colaborar en su subsanación. Ya había ocurrido anteriormente, pero no esperaba que, por circunstancias que escapaban a su control, y ya sucedidas, muy lejos de su persona, había acaecido. Levantó la mirada hacia el resto, desde la perspectiva que da la distancia, y el encontrarse lejos de todo. Como separarse de un problema, para verlo desde fuera. Con esa imagen, todos los demás, atentos a su rostro, cambió la faz. Se alegró. Había tomado una decisión.

- Lo haremos.

No sabía las circunstancias de cada uno para llegar allí, pero ahora tenían que trabajar juntos para un fin. Con una misión.

En sus ojos brilló una pizca de esperanza y mucha ilusión.

- Y lo conseguiremos.

Turno 15_ Analepsis

Edan echó cuentas internamente mientras los comerciantes le explicaban lo que esperaban de él, asi como algunas curiosidades del encargo. Le sorprendió saber de las muertes de la mujer y el hijo de Agranil. Por un momento se compadeció del anciano pensando en su propia esposa y niños. Pero Edan no era alguien fácil de conmover. No al menos con aquellos a quienes acababa de conocer.
El mismo había desvelado que tenia familia. Y hasta donde sabia, bien podía tratarse de una ingeniosa estratagema para ablandar el corazón de los mercenarios y abaratar su coste. Un hombre mas inclinado a hacer el bien tendería a ignorar parte de la asignación a cambio de la satisfacción de realizar una buena acción.
Esto era en parte verdad, tambien en el caso del Rohir. Pero ya se habia visto envuelto en suficientes engaños como para no echar cuenta de ciertas historias a primeras de cambio.

La asignación no obstante, le pareció generosa, y solo la posibilidad de estar sujeta a un riesgo excesivo le impedía dar su beneplacito final a los comerciantes.

Siento su pérdida señor comentó escuetamente cuando Egorant mencionó el desafortunado incidente.

Un bronce al día me parece suficiente sin duda... respondió cuando llegó el momento de hablar de dinero. ...aunque para juzgarlo con más veracidad necesitaría algo más de información de la que me han dado...
En verdad no tenía muchas alternativas, pero a Edan no le gustaba tomar decisiones precipitadamente. Dió un nuevo trago de vino para buscar la mejor forma de exponer su posición de un modo asertivo, pero sin sonar pretencioso o vanidoso.
...un cofre de oro podría considerarse un tesoro, pero de poco sirve la promesa de fama y fortuna si quien lo custodia es un Dragón...trataba de mostrar con una metáfora el asunto que lo preocupaba.
...han dicho que buscan a cinco valientes para su empresa. Pero todavia no se nada sobre el número de orientales que persiguen...¿Se trata de un par de fugitivos del incidente de Limclaro? conjeturó intentando atar cabos, aunque sin mucho convencimiento......¿O quizas es un grupo mas numeroso? Sus dudas estaban claras y le pareció sensato intentar resolverlas antes de dar su palabra.
1 bronce diario es una gran suma para un trabajo de guardaespaldas donde no se esperan mayores contratiempos...y del mismo modo, 5 perros de presa parecen suficientes para dar caza a un par de lobos hambrientos... poco a poco iba perfilando su argumento para que los comerciantes pudiesen comprender sus inquietudes.Pero los lobos tienen dientes y garras...y si de repente fuesen mas de uno o dos, podrían revolverse si sienten que ya no estan en desventaja... recordó entonces al resto de candidatos que había en la posada. Un par de ellos parecían hombres de armas rudos y con buenas armaduras...pero el resto...se trataba de trotamundos y campesinos...si los 4 restantes eran hombres sin experiencia como él, el riesgo se disparaba demasiado para lo que Edan hubiese deseado
...y si eso ocurre y alguno de los perros de presa flaquea y huye...en fin,supongo que ven a donde quiero ir a parar. el Rohir posó la palma de su mano sobre la mesa y miró a los ojos de sus entrevistadores...en ese caso ni 1 oro diario mereceria la pena.

Los comerciantes lo emplazaron entonces a discutir los pormenores de la misión mas tarde, cuando todos estuviesen juntos. El Rohir podría posponer su decisión final hasta entonces. Algo que le pareció justo. Una vez que supiese la identidad de sus compañeros y tuviese una estimación mas precisa de a qué se enfrentarían, tendría todo lo que necesitaba para tomar la decisión correcta.

Asi sea pues. Pueden contar con mi compromiso entonces. Si todo se desenvuelve conforme a lo esperado, estaré mas que dispuesto a acompañarlos y ofrecerles mis servicios

Dicho esto, pidió permiso para levantarse y tras anotar el lugar y la hora de la próxima reunion se despidió de ellos.