Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 1: Rastros imposibles

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21/02/2019, 08:54
Gwalin

Turno 116

Los Argonath aparecieron magestuosos al final del un largo lago. Pese al deterioro por la edad y las guerras eran un bonito referente de la arquitectura antigua, que incluso el enano supo admirar con gusto. Su raza, acostumbraba a realizar tamañas obras en sus refugios bajo montañas, también sabía apreciar la obra de otras razas que trabajaban la piedra.

Pero todo era obra del pasado, ya no se hacían las cosas como antes.

Al atracar, Gwalin se separó nuevamente del mástil y en pocos segundos puso pie en la orilla en la que, nuevamente arrodillado, dio gracias a Aullë por haberle traído sano y salvo a su redil. Luego se acercó al capitán y le estrechó la mano.

-Capitán, no ha sido un placer, espero que no se repita, pero le agradezco que hayamos llegado todos de una pieza hasta nuestro destino -dijo serio el enano.

Luego, tras ayudar a bajar los enseres y los animales, se puso su cota de mallas, sus piezas de armadura, se caló su casco y puso sus enseres en la montura que le otorgaron. Sin duda estaba preparado y mucho más a gusto, para continuar el camino.

- Tiradas (2)

Notas de juego

► Respecto a los rastreos, si no realizáis tiradas (ocultas, recordad) no encontrareis nada. Habrá tiradas que os pida yo, pero sois tan libres de realizar tiradas, como yo de ignorarlas si no proceden. En cualquier caso, mejor que sobren y no que falten.

Jue, tienes razón, Nagre. Creí que realizaríamos otro post y que en él haríamos las tiradas. Pero es mejor tirar nosotros así avanzamos más.

Para muestra un botón. Hago tiradas de Percepción y rastrear en oculto.

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21/02/2019, 19:31
Grimbeorn

Turno 116

Grimbeorn no pudo evitar sentir cierta ansiedad cuando reanudaron el viaje. No era por la travesía en barco, si no por las noticias que los exploradores trajeron de vuelta; no habían encontrado huellas que sugiriesen la presencia de un animal o persona en las inmediaciones. Y, sin embargo, todo lo que había ocurrido la noche anterior...

El norteño permaneció un rato más oteando la orilla en que habían pernoctado mientras ésta se quedaba en la lejanía y El Madero se deslizaba Anduin abajo. Por suerte, el tramo de viaje que quedaba resultó ser más estable que los anteriores y pronto contempló algo que jamás hubiera podido imaginar si no hubiera salido del bosque: los colosales Argonath. Las estatuas de reyes de antaño aun se erguían en una vigilía permanente, como si de eternos centinelas se tratasen para vigilar los reinos humanos del sur. El animista no podía concebir cómo fue posible que aquellos monumentos hubieran sido creados por la mano de los hombres pero no podía negar su existencia. Estaban allí, ante sus ojos, y seguirían posiblemente muchos años después de que él hubiera dejado de existir. Pero no asi su relato sobre aquella visión.

Atrás quedaron las figuras labradas en la roca y la comitiva se internó en el Nen Hithoel. Y el viento les trajo el rugido del Rauros hasta sus oídos, algo que causó inquietud en Grimbeorn. Este sentimiento, sin embargo, no duró mucho porque el capitán maniobró pronto la embarcación para dirigirla hacia la orilla donde habrían de desembarcar. El animista se unió al esfuerzo por sacar del barco los enseres para la expedición mientras aprovechaba para examinar el pequeño asentamiento junto al muelle y lo despoblado que parecía en comparación con el bullicio de Tir Anduin. Le sorprendió aquel pensamiento pero no tuvo tiempo para indagar más en él, pues los preparativos para continuar su ruta por tierra pronto estuvieron listos y el grupo se dispuso para partir.

- ¿Viajaremos a lomos de las monturas? - El animista observaba con suspicacia a las bestias. En el bosque no había lugar para un ejercicio como la equitación y, aunque los relatos hablaban de cómo los elfos del bosque montaban en ocasiones imponentes ciervos, la gente del bosque no había adquirido tal destreza. Además, todo aquel correaje y silla y estribos parecía demasiado molesto para el animal.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Yo dejó, por si acaso, también unas tiradas. Percepción para los peligros del camino y Rastrear y Forrajear por si Grimbeorn ve algo comestible o que se pueda cazar para la acampada posterior.
 

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22/02/2019, 15:19
Freagulf

Turno 116

Se despidió de Captarión como la otra vez. - Mil gracias por traerme. Sabía, como la vez anterior que el viaje estaba pagado, pero el llegar sano y salvo era un alivio. Tal vez, no una ventaja, como en la anterior travesía, pero en este caso era ... diferente. Mejor. Tras eso, con un gesto de la mano en alto, también se despidió del resto de marineros: - Mil gracias chicos.

Entonces habló el animista.

- Ni se te ocurra. Espetó como una amenaza. - Los animales aún se tienen que acostumbrar a caminar sobre el suelo normal, y necesitan unos minutos .. y unos cuantos pasos. El enano ya estaba en tierra y era feliz por ello. Los animales no tenían esas manías, pero se tenía que reacostumbrar al nuevo medio.

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22/02/2019, 23:39
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 116

El tramo final de la travesía resultó mas tranquilo que los rápidos del día anterior. La imagen de las impresionantes moles de piedra que custodiaban la entrada en el gran lago todavía permanecian en las retinas del Rohir.
No recordaba haber visto nada semejante en su vida, mención aparte de las cuevas de Aglarond que habia visitado en alguna ocasión de joven, y tal vez nunca volviese a ver algo parecido.
Aquel tipo de vivencias eran quizas, parte del anhelo que Edan habia sentido desde niño. Su corazón se regocijó con aquella visión y trató de cerrar los ojos fuertemente durante unos segundos para atesorar aquel recuerdo para siempre.

Una vez en tierra, se despidió de Captarion con un saludo cordial y ayudó a acomodar las cargas, tal y como Larrid habia previsto.
Cuando este les puso sobre aviso de lo que vendría, Edan no pudo evitar caer de nuevo en el nerviosismo.

Si hemos de atravesar una senda como la que describes, no estaría de más que un par de los nuestros se adelantase para tantear el terreno. Si los orientales ya han pasado por aqui, es posible que hayan tomado precauciones..

Edan no estaba seguro de que debieran tomar tantas precauciones a aquellas alturas, pero no pensaba descuidarse lo más minimo. Era la primera vez que se presentaba ante un reto como aquel. Temía por su vida y prefería pecar de cautela que de inconsciencia.

Notas de juego

Edan propone que vaya alguien por delante como exploradores. Pero no se presenta voluntario. No se considera el más apropiado para la tarea, pero cree que alguien debería hacerlo.

Ayuda a acomodar las monturas como dice Larrid.

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23/02/2019, 01:46
Ional

Turno 116

Habían llegado a su destino y ahora dejaban el barco y les tocaba caminar e ir en caballo, algo a lo que estaba más acostumbrado el dunadan. El meterse en los bosques y recorrer los caminos era lo suyo, por eso se le veía alegre, más incluso que la experiencia vivida en el barco, con rápidos y golpes.

Tras despedirse de la tripulación el joven se puso su armadura y puso sus pertenencias en el caballo que le tocaba. Siguiendo al grupo caminó senda adelante intentando reconocer el terreno por si veía o encontraba algo que pudiera ponerle sobre aviso.

Sí queréis yo me ofrezco voluntario para adelantarme y reconocer el terreno. Soy bueno rastreando y escondiéndome, aunque la última palabra la tiene Larrid.

- Tiradas (2)
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23/02/2019, 02:12
Leofred

Turno 116

Como era previsible, no encontraron nada que indicase que habían tenido compañía la noche anterior. Leofred estaba seguro de haber visto algo y continuaba intranquilo, pero se olvidó de ello en gran medida en cuanto el barco continuó su travesía por el río. Incluso si había algo, no podría seguirles el ritmo por tierra.

El último tramo de viaje fue el más sosegado, pero también el más interesante. El bardo jamás había seguido aquél camino ni había visto antes las estatuas de los Argonath, unos vestigios aún majestuosos e impresionantes que merecían ser recordados. Guiado por un impulso, Leofred inclinó la cabeza ante los guardianes de piedra, y solo la levantó cuando hubieron pasado de largo.

Finalmente desembarcaron y así llegaron al fin de su trayecto naval. No podía decirse que a todos les desagradase abandonas definitivamente elebaeco, pero para Leofred había sido una experiencia nueva e intrigante. - Gracias por todo capitán. No ponga en duda que volveré a verles si mis pasos me llevan de vuelta por Tir Anduin. -

Una vez terminadas las despedidas los mercenarios prepararon las monturas para continuar su camino. El bardo casi se alegró de escuchar que en primer lugar atravesarían una zona un poco escarpada, pues dudaba que su fiel mula pudiera aguantar el ritmo de los caballos en campo abierto si cabalgaban con ellos. - Larrid ¿Qué terreno nos espera una vez pasado el sendero? Mi mula podría llevar el exceso de peso, pero si se trata de velocidad no puede igualar a un corcél. Si me voy a ver obligado a abandonarla preferiría venderla ahora mismo, o incluso cedérsela a Captarion, así al menos sabría que está en buenas manos. -

Ante la mención de llevar a una avanzadilla examinando el terreno, Leofred se mantuvo en silencio. En parte porque no estaba muy confiado en sus capacidades, y en parte porque seguía pareciéndole inverosímil que los orientales hubieran seguido la misma ruta que ellos.

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23/02/2019, 03:11
Director

RESOLUCION TURNO 116
 

 

Tras la llegada de El Madero, y la despedida del capitán, cargaron con sus pertenencias los caballos. La docena de equinos les servirían tanto de montura como de animales de carga. Los siete recientemente involucrados, Larrid y los tres esgarothianos, disponían de un caballo cada uno, y otro extra para llevar los víveres y pertrechos para del viaje.

Se acercaron a las chozas, y los pocos habitantes de la aldea comenzaron a salir de sus toscas viviendas, curiosos. Aquella ruta era más habitual de lo que muchos pensaban. Había bastante gente que prefería la presteza de una embarcación, que una larga ruta por los caminos. No obstante, la mayoría eran comerciantes y mercaderes que conocían aquellas vías para mover sus productos. Lo normal es que la gente corriente eligiese los anchos caminos, repletos de posadas y paradores para sus largos viajes. Era pronto, y los aldeanos se preparaban para otro monótono día.

Cruzaron el asentamiento sin detenerse demasiado, aunque allí no había presencia militar, sí que supieron que más adelante había un pequeño destacamento gondoriano. La zona era segura, no tenían nada que temer, como algunos parecían sospechar. Larrid desechó la idea de tener que rastrear, o forrajear en aquel sitio. Tenían aun por delante una larga jornada y poco encontrarían en aquel lugar.

Todos fueron en fila, a pie, tirando de sus caballos para que estuvieran descansados, y por recomendación de Egorant, que sabía que el descenso por el camino no era tan fácil como parecía. Se dirigieron hacia la base de una elevación llamada Amon Hen. Era alta, casi quinientos metros en que los arboles iban desapareciendo rápidamente según subía. Había un sendero subía hacia la cima, y en su inicio se apostaban varios soldados en un puesto de guardia. Dorhand se adelantó un poco para tratar con ellos. No solo el sendero de subida se iniciaba allí, también comenzaba uno que descendía abruptamente. El esgarothiano aviso al resto cuando terminó, había pagado el peaje por todos, y podrían continuar su viaje. Los soldados vestían la armadura de Gondor, llevaban largas lanzas, yelmos relucientes, y el escudo del reino unificado. El árbol blanco, coronado con las estrellas, y sobre el yelmo alado del rey. Amables, pero diligentes, permitieron el paso del grupo.

Al frente, tras una pequeña arboleda, salieron al comienzo de un precipicio. El terreno parecía romperse repentinamente en una gran caída. A la izquierda se veía como el Anduin precipitaba todo su caudal en una gran cascada, los saltos del Rauros caían unos cincuenta metros en un estruendoso espectáculo que casi impedía oír nada más que el golpear del agua. El Rocío Rugiente llamaban a aquella imponente cascada. Todo a su alrededor hacia valer su nombre, pues la humedad, cubría la roca y el camino. La Escalinata Norte era el único modo de bajar con cierta seguridad hasta la planicie. Escalones anchos excavados en la roca, serpenteantes en busca de una pendiente menos peligrosa. Innumerables botes y mercancías habían sido vadeadas por aquel lugar durante generaciones, y ahora se abría ante ellos.

Les llevaría tiempo descender, tendrían que bajar a paso lento y seguro, esquivando rocas y tratando de no resbalar por el agua acumulada. Aunque podía parecer una locura descender por allí, en realidad no era tan peligroso como aparentaba. Sin miedo, comenzaron el descenso.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 117

► Tirada de MM, “Dificultad media” para el descenso. EL resultado determinara cuanto tardáis en llegar abajo. Un fallo supondrá una segunda tirada.

► Respecto a lo de las tiradas, tampoco hace falta que me tiréis percepción, rastrear, forrajear y sabe dios cuantas cosas más se os ocurran, cada turno. No es que avance mucho en cada turno, eso dejármelo a mí, el paso del tiempo es relativo. Lo que sí os pido es que, si decís que vais a rastrear, tiréis. Es simple. Si no tiráis interpreto que no le dedicáis tanto tiempo XD

 

► Resolución del próximo turno: martes 26-02-19

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23/02/2019, 08:42
Gwalin

Turno 117

Gwalin se le notaba otro talante. La preocupación por ahogarse en el río y no volver a pisar tierra firme se tornó en confianza al seguir el camino pisando tierra firme. Y es que a pesar de que le gustaba caminar, algo no muy común entre los naugrim, a Gwalin le encantaba volver a su elemento que era la tierra. Y la costumbre de proteger las caravanas le había hecho que le gustase caminar...eso y, como el solía decir, "esa edad a la que llega un enano que te hace coger el camino y descubrir mundo".

-Si no os importa yo iré de los primeros, por si ocurriera algo estar preparado -dijo mirando a Larrid y luego a los esgarothianos. Y es que tras el primer día en el campamento, Gwalin por fin se dio cuenta de que en aquella travesía él no tenía el mando, si no que era uno más de grupo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy de los primeros si es posible o si eso tiene importancia.

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23/02/2019, 12:20
Freagulf

Turno 117

Fragulf colocó sobre la montura tudas sus cosas. No esperaba ser atacado ni nada por el estilo en estos momentos, así que, exceptuando la espada al cinto, todo estaba sobre el cuadrúpedo. La verdad es que andaba despacito, pero como dejó pasar a todos, observando las monturas, a ver como caminaban por si tenían algún tipo de pega, no estorbaría a nadie. Además, eso le permitiría poder ir a la marcha que le interesase. Sin correr. Sin prisas. Incluso quería empaparse un poco del ambiente, ya que tras una larga estancia de urbanita, quería poder oler otra vez el campo, el bosque y todo eso. Desintoxicarse de la ciudad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La ropa la tengo puesta, que nadie se haga ... ilusiones de striptease. ...

 

 

Yo el último.

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23/02/2019, 16:32
Grimbeorn

Turno 117

El animista optó finalmente por dejar en su montura la mochila en la que guardaba su equipo y aquellos objetos más pesados, como el rollo de cuerda y su escudo. Se sentía más confiado con sus pies en el suelo y, mientras la comitiva no pretendiera montar y viajar al galope, Grimbeorn prefería dejar que el caballo llevase la carga y él se limitó a tirar de la rienda para que la noble bestia echase a andar cuando el grupo inició la marcha.

Mientras tanto, a su alrededor, el asentamiento cobraba vida con los lugareños acercándose, curiosos, para ver a aquella peculiar comitiva. Sin embargo, los esgarothianos no perdieron más tiempo y mantuvieron la marcha, por lo que pronto dejaron atrás aquellas cabañas. Lo único que alteró la monotonía del viaje fue la aproximación a una colina, con soldados de Gondor apostados en una bifurcación de la que partían dos caminos; uno discurría por la ladera, el otro tenía una marca pendiente descendente. Al menos, eso es lo que creyo el norteño, porque cambió de opinión cuando, al iniciar el descenso, un precipio pareció abrirse a su izquierda.

De pronto se encontró contemplando la fiera majestad del Anduin, con sus aguas vertiéndose al vacío desde gran altura. Si los Argonath eran un prodigio creado por la mano del hombre, el Rauros era un portento de la naturaleza. Grimbeorn no se dió cuenta pero, por unos instantes, contuvo la respiración involuntariamente, sobrecogido como estaba ante aquella visión. - Sólo por esto ya ha merecido la pena salir del Bosque Verde. - Acertó a decir antes de comenzar a bajar por los escalones labrados en la roca. Alguien explicó que, durante años, aquella era la ruta usada para trasladar embarcaciones y mercancias salvando la imponente catarata. Pero aquello se quedó en la anécdota que era por que lo verdaderamente importante en aquella serpenteante pendiente era vigilar el paso, pues la roca era resbaladiza debido a la humedad y los charcos que se formaban en los huecos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Grimbeorn ocupará la retaguardia.

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24/02/2019, 12:08
Leofred

Turno 117

Si el trayecto por río había sido rápido y emocionante, la siguiente parte de su recorrido fue sin duda más relajada. En aquellas tierras ni siquiera se percibía la amenaza de un posible ataque de los orientales, y de hecho la guardia de soldados Gondorianos en el camino ya advertía que era imposible que aquellos a quienes perseguían hubieran pasado por allí antes que ellos.

Leofred se posicionó en el medio de la fila, e intentando que el caballo que le correspondía se habituase a él se pasó gran parte del viaje a pie tentándolo con un puñado de forraje que llevaban y acicaládolo un poco, aunque en su mayoría el bardo no sabía realmente lo que estaba haciendo y se guiaba por su intuición o repetía lo poco que había aprendido en el pasado por imitación. Al fin y al cabo, hasta ese momento lo más que había cuidado era de su terca mula.

Finalmente llegaron al empinado camino de descenso. Entre lo escarpado del terreno y las resbaladizas rocas no había una buena ruta que tomar, y los pasos del grupo tenían que ser siempre cautelosos y vigilantes, abriendo paso ante los animales para que estos no resbalasen o tropezasen con una piedra suelta.

- Si vos lo decís, os creo, pero este no es el camino que yo elegiría para un viaje de placer. - respondió a Grimbeorn mientras avanzaba dificultosamente.

- Tiradas (1)
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24/02/2019, 12:37
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 117

Tras cargar las cosas en los caballos y las mulas, comenzaron la lenta marcha. Las palabras de Edan sobre mandar exploradores no fueron tenidas en cuenta y el joven no tardó en comprobar la razón. A orillas del Rauros había un pequeño asentamiento costero, estaba bien guardado y varios guardias custodiaban la entrada al sinuoso camino que serpenteaba hasta la meseta.

Aquello reconfortó al Rohir, quien buscó un lugar en medio de la comitiva y comenzó a descender a pie, mientras guiaba con la mano a uno de los caballos. Le hubiese gustado subirse a lomos de su corcel desde un principio, pero comprendió la dificultad que entrañaria aquella bajada de hacerla montados y se resignó a seguir las ordenes de Larrid sin rechistar.
A medida que descendían, pudieron comtemplar, a su izquierda la poderosa majestuosidad de los saltos del Rauros, 50 metros de caída donde las aguas del Anduin se precipitaban con una violencia estremecedora. El estruendo y el vaho que provocaban sumieron a los viajantes en un sopor casi mágico. Era difícil concentrarse en otra cosa que no fuera aquello. ¿Cuantos miles de años habrian pasado desde que las jóvenes aguas del Anduin empezasen a horadar aquella zanja en medio de la tierra? Aquel tipo de pensamientos hacian que Edan se sintiese más pequeño que nunca. Entre el sonoro fragor de la cascada, alcanzó sin embargo a oir las palabras de asombro de Grimbeorn.
Sin lugar a dudas... contestó ...una maravilla para la vista.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de MM.

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26/02/2019, 00:09
Ional

Turno 117

Ional miró el paraje en el que se encontraban. Realmente era una maravilla como sus compañeros estaban diciendo. Sin que Larrid le diera el visto bueno, el joven dunadan se quedó con sus compañeros en el grupo, pero se ofreció para ir el primero y poder observar el entorno verificando que todo estuviera en su sitio y no les cogieran en una emboscada.

Iré el primero para ver si nos emboscan.

- Tiradas (1)
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26/02/2019, 10:33
Hallfrid

TURNO 117

No importaba ya lo que la noche pudiera depararles. Ni había sorpresa alguna que conseguiría arruinarles la jornada,  por más desagradable que fuese. Aquel había sido un día de grandes maravillas para el joven campesino, y por fin el muchacho volvía a sentir ese regocijo en el alma que lo había empujado al camino, ya tantas semanas atrás.

Por primera vez desde que había abandonado la granja, HALLFRID dejó de sentir aquella amarga añoranza que lo había acompañado casi a cada momento. Y su mente se olvidó por completo de los músculos agarrotados y los pies cubiertos de ampollas. Del frío de las noches y la crueldad de la intemperie. En su pecho volvieron a crecer esas ansias que lo habían lanzado a la aventura, y una radiante sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro mientras tiraba de las riendas de su montura colina abajo.

Por supuesto, el joven campesino había crecido escuchando historias sobre aquellas maravillas. Pues tanto los imponentes Argonath, como la furiosa caída de agua que parecían proteger los silenciosos guardianes, eran parte de la historia viva de su pueblo. De lo que significaba ser un hombre de Gondor.

Sin embargo, tal como ocurría con la mayoría de la gente que conocía, HALLFRID jamás había visto con sus propios ojos su apabullante majestuosidad. Ya solo aquello bastaba para compensar tantos días de sufrir penurias en el camino.

Por supuesto, sumido en semejante estado, el muchacho ni siquiera escuchó cuando algunos se ofrecieron a adelantarse para otear el camino. Y de hecho, durante el trayecto a pie, varias veces sus camaradas debieron de apremiarlo para que avance. Pues el joven continuamente se retrasaba, deteniéndose aquí y allá para contemplar embobado las inmutables figuras de los gigantes de roca.

Tal había sido la impresión que le habían causado las moles de piedra, que el muchacho apenas si reparó en soldados gondorianos. Cuya visión era de por sí todo un prodigio, solemnes y magníficos en sus libreas, con el emblema del Arbol Blanco destacando como un faro de sabiduría y justicia.

En otras circunstancias, a HALLFRID quizás le habría dado un vuelco el corazón al tener la posibilidad de intercambiar siquiera unas palabras con aquellos héroes de su infancia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hallfrid sigue sin llevar armadura ni nada. Solo su lanza, que utiliza para ir ayudándose a avanzar por el sendero.

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27/02/2019, 02:44
Director

RESOLUCION TURNO 117
 

 

Para todos, aunque algunos no podían evitar que se les notase, la visión de los Argonath y del propio Rauros, representaba todo un espectáculo. Era algo digno de ver, imperdurables llevaban allí tanto tiempo como el propio mundo, al menos la catarata. Las estatuas fueron erigidas por los antiguos reyes, ya casi olvidados por el paso del tiempo.

Dejaron atrás el asentamiento, y la guardia que hacia guardia en lo alto del sendero. Por delante tenían La Escalinata Norte, aunque no solo se componía de escaleras, sí que había numerosos y amplios peldaños compuestos por troncos y pesadas losas de piedra. El camino era ancho, más de lo que en un principio podía pensarse, aunque no podía decirse lo mismo de la inclinación que mostraba. Tenían que salvar un desnivel muy fuerte, media centena de metros prácticamente verticales. Para salvarlos con seguridad el camino describía suntuosas curvas entre empinados tramos casi rectos. Varios escalones de roca pulida por el paso de miles de pies, se alternaban con un sendero embarrado y series de amplias escaleras. Todo estaba temerosamente cubierto del agua que subía del salto, y en muchas partes, cubierto de resbaloso verdín. Todo parecía demasiado peligroso para aventurarse a bajar, más aún con caballos. Pero era un camino frecuentado, de algún modo, por viajeros que portaban cargas e incluso botes pequeños. Aquello les daba algo de tranquilidad.

Comenzaron a descender. En cabeza iba Ional, que, pecando de un claro exceso de celo, veía en cada recodo o roca un lugar donde ser emboscado. Su recelo lo hizo ir demasiado despacio, y ralentizo al grupo. Gwalin lo seguía, y aunque iba más rápido que el compañero que tenía delante, tuvo que andar azuzando al dunadan e ir más despacio. Todo el grupo lo hizo en realidad, aunque en honor a la verdad, ninguno se mostraba tan ágil como para haber ido demasiado rápido. Tras el naugrim iba el fascinado Hallfrid, a quien la visión del Rauros no dejaba de fascinarle. Los seguían Leofred, Larrid y los esgarothianos. El grupo lo cerraban Edam; Grimbeorn, que también disfrutaba de la naturaleza que se le abría delante; y por último Freagulf.

Cada uno llevaba las riendas de una de las monturas, la misma que había cargado con sus cosas, Leofred, además, había atado su mula a la silla del caballo, no la dejaría atrás, así como así. El descenso no era cómodo, hubo resbalones, lugares que se estrechaban y hacían algo difícil el avance de las bestias, y mucho barro. Sobre los escalones crecía el verdín típico de los lugares húmedos, y aunque las botas y cascos parecían encontrar como sujetarse con total seguridad, no pudieron evitar perder el equilibrio en más de una ocasión.

El descenso se hizo muy lento y penoso. El miedo a caer despeñado era grande y se perdió mucho tiempo. Apenas habían bajado una cuarta parte del camino, y ya llevaban casi una hora

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 118

► La Escalinata del Norte puede bajarse, cargado, en dos horas. Dividiré en cuatro tramos de media hora cada uno.

► Resultados: Grimbeorn y Edam (20%), Leofred, Ional y Freagulf (30%), Gwalin (40%) y Hallfrid (60%). Solo pondré los resultados de los PNJ's si son mas bajas que las vuestras (ellos os ralentizan)

► Vuestra menor tirada ha sido del 20%, lo que implica que el primero de los tramos lo completáis en un 80% más de tiempo (es decir, 24 minutos extras, un total de 54 minutos).

► Nueva tirada para el segundo tramo. Solo un Fallo puede haceros caer, individualmente.

 

► Resolución del próximo turno: viernes 01-03-19

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27/02/2019, 09:58
Freagulf

Turno 118

Era una suerte haber llegado temprano. Tenían buena luz y todo el día por delante. A este paso, igual, llegaban para comer. No había más prisa que la necesaria para llegar antes que su "objetivo". Lo que le preocupaba era una caída. Los resbalones eran normales, pero no había manera de sobrevivir si uno era despeñado. Y peor aún arrastrar a alguien tras de si. Nadie parecía tener miedo, pero todos lo tenían en cuenta. Él al menos si.

- Tiradas (1)
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27/02/2019, 09:50
Gwalin

Turno 118

Cada poco  Gwalin  se paraba a mirar el espectáculo que ofrecían las vistas de la bajada. El valle del Rauros se abría en bosques, mesetas y colinas por donde serpenteaba el río a su paso. Pero delante de él, el joven dunadan no paraba de buscar enemigos en cualquier recodo del camino. Esto molestaba al naugrim sobremanera, pues relentizaba su descenso. Pero al darse la vuelta veía que el resto del grupo iba más o menos al mismo ritmo. Aun así no pudo reprimirse dedicare un gruñido reprobatorio.

-Grrrrmmmmm. Muchacho, vas a acabar con mi paciencia. Deja ya de mirar detrás de cada piedra en espera de una posible emboscada. Si están tan locos como para emboscarnos será en un sitio más amplio y menos complejo, donde puedan esconderse varias personas -dijo el enano molesto. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Editado por el jugador: Se me había olvidado hacer la tirada de MM

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27/02/2019, 11:26
Hallfrid

TURNO 118

Incluso a pesar de las dificultades que surgían a cada paso, y del peligro inminente que representaba una caída por el desfiladro, HALLFRID no podía evitar que la fascinación lo abrumara por completo. Y apenas si era consciente del gran riesgo que corrían todos utilizando aquella escarpada ruta.

Aunque procuraba moverse con cuidado, tanteando con su lanza cada piedra y cada charco de barro antes de avanzar, invariablemente su mirada se alejaba de tanto en tanto del camino para posarse soñadora en la monumental caída de agua que dominaba el paisaje.

El joven campesino había crecido al Sur de allí, a unos pocos días de viaje de aquel lugar. Quizás algunas semanas. Pero nunca sus pasos lo habían llevado hasta tan majestuoso paraje. Conocía las montañas que se alzaban al sur de su patria, por supuesto. Las llamadas Montañas Blancas, o Ered Nimbrais en la lengua antigua. Pues había ido alguna que otra vez de expedición con su padre o sus amigos. Pero todo lo que había al norte del Anduin era un enorme misterio.

Según se decía, por allí había pasado el gran Aragorn en días antiguos, durante la que fue conocida como "Guerra del Anillo". Y seguramente también el resto de su Compañía.

Quizás, si las leyendas eran ciertas, pensó el maravillado campesino, no muy lejos de allí se alzaría la tumba del noble Boromir, que había caído junto al valeroso rey enfrentándose a los siervos del Enemigo...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que es un +15 a la Tirada, por ir Sin Armadura y eso. Pero ya tu dirás, Jefe.

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27/02/2019, 16:06
Grimbeorn

Turno 118

Grimbeorn hubiera preferido detenerse más a menudo para contemplar el espectáculo que eran las toneladas de agua que el Anduin precipitaba acantilado abajo. Pero ni estaba solo para hacerlo sin importunar a nadie ni había llegado hasta allí por aquel motivo, asi que se obligaba a seguir descendiendo con cautela. A veces, creía que excesiva pero, al mirar al resto de la comitiva, veía que todos avanzaban a un ritmo similar. Pensó en intercambiar algunas palabras con Edan, que marchaba cerca, o Freagulf, quien cerraba la expedición. Pero la senda requería de bastante atención y el estruendo del agua ahogaba casi cualquier sonido que saliera de sus labios. De vez en cuando, sin embargo, lanzaba miradas hacia atrás, en parte para asegurarse de que el rohir aun les seguía, en parte porque algo le carcomía por dentro. El compatriota de Edan había elegido marchar el último, por detrás incluso de la retaguardia del grupo, y el norteño se preguntó por un instante si, en el encuentro anterior que Freagulf relató, pudo haberse encontrado con un brujo oriental (si es que los orientales tenían siquiera algo parecido) que hubiera doblegado al rohir con alguna oscura magia y le hubiera dejado marchar, obligado a obedecer siniestras ordenes que les pondrían peligro. Negó con la cabeza; aquello no podía ser posible pero, al menos, tenía que haberlo considerado. Sin duda, Freagulf tendría motivos legítimos para viajar en aquella posición.

- Tiradas (1)
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28/02/2019, 01:01
Ional

Turno 118

La bajada por la escalera estaba siento toda una aventura para el joven dunadan. Ional corría de un lado para otro buscando detrás de cada piedra grande si había alguien ahí escondido, o siguiendo con la vista cualquier persona que se acercara ya fuese subiendo o bajando. Estaba atento, demasiado atento a lo que pudiera pasar y eso, pese a que el Ional estaba bien físicamente, relentizaba la marcha del grupo.

Tras la reprimenda del enano Ional se centró más en bajar las escaleras y no en buscar enemigos en todas las partes. Pero la bajada seguía siendo bastante peligrosa, así que tampoco iba lo rápido que hubiera querido, ni él no el gruñón del enano.

- Tiradas (1)