Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 8: Ceremonias

Cargando editor
19/11/2020, 16:11
Grimbeorn

Turno 809

Grimbeorn declinó la oferta de Edan. Si bien el animista estaba familiarizado con el juego, el concepto de jugar para ganar dinero se le antojaba algo perverso. Así que prefirió quedarse a conversar con la Wuitan y con aquellos compañeros de viaje que tampoco fuesen a jugar, antes de cenar algo y acostarse. El norteño casi había olvidado lo que era dormir sobre algo distinto al suelo y la roca, así que aprovechó aquella noche para descansar a cubierto y sin preocupaciones como no lo había hecho desde que se embarcara en aquel periplo.

Pero ni siquiera estar en la civilización les perdonaba de la tarea que aun les quedaba por hacer. Y Larrid se molestó en recordárselo al grupo. Hubo que madrugar, como cuando estaban en la espesura. Hubo tiempo para un desayuno caliente, que Grimbeorn agradeció sentidamente, igual que sus camaradas. O, al menos, eso suponía. Tras eso, el grupo tuvo que cargar de nuevo las monturas para echarse al camino una vez más. En esta ocasión, al menos los mozos de cuadra ya se habían molestado en ensillar y aparejar a los caballos, en lugar de ser ellos mismos quienes realizasen esa tarea. Incluso con el ahorro que les supuso el desayuno ya hecho y los caballos listos para cargar y montar, a Grimbeorn le sorprendió comprobar que dejaban la ciudad con las primeras luces del alba.

Cerca de las puertas les esperaba un grupo de hombres, al frente de los cuales estaba un sacerdote, como les explicó el rohir. Aquel hombre les informó de la ruta que seguirían, lo que era una buena noticia en sí pues no les desviaba mucho del camino que habían de seguir hacia Minas Tirith. El resto de aquellos lugareños ayudaba a cargar el cuerpo ya amortajado del bardo, pero no era aquella la única tarea que habrían de realizar. De ellos dependería también el levantamiento del túmulo, como quedó claro cuando algunos se echaron al hombro herramientas.

Grimbeorn siguió aquellos preparativos con curiosidad, pues tuvo ganas de presenciar la ceremonia cuando se enteró del tipo de entierro que realizarían.

Cargando editor
22/11/2020, 10:38
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 809

Tras una lúdica velada que se alargó más de la cuenta, Edan se retiró a su dormitorio.

A pesar de no haber bebido en la exceso se sentía cansado. La fatiga de los días previos parecia dispuesta a cobrarse su factura ahora que la tensión había abandonado su cuerpo y cuando se dejó caer sobre la cama, apenas aflojado el fajin, Morfeo cayó sobre él como una losa de piedra y su mente se hundió en sueños pesados e inquietantes. Al dia siguiente no recordaría nada de lo que habia soñado, pero aquella extraña sensacion de intranquilidad lo acompañaría el resto de la mañana.

Las voces del piso de abajo lo despertaron, todavía legañoso se aseo un poco y se mudó la ropa. Cuando llegó a bajo el resto ya se encontraban allí, disfrutando de un generoso desayuno.
De camino a su asiento se hizo con un poco de pan y algo de mantequilla para untarlo y pidió algo de leche con aguamiel a la camarera. No disponiam de mucho tiempo y el rohir quería preparar bien sus aperos antes de partir.

Antes de salir prepararon un ungüento con las hierbas aromaticas y rociaron las mortajas de su compañero Leofred con ellas. Edan quiso hacer guardia personalmente, y acompañó el cuerpo de su compañero caído durante todo el recorrido sin separarse de uno de sus costados. Después de todo, tanto el bardo como Hallfrid eran paisanos de La Marca y de algún modo sentía la obligación de acompañarlo en su último viaje.

Cargando editor
23/11/2020, 00:15
Gwalin

TURNO 809

Gwalin se quedó mirando como sus compañeros Edan y Larrid jugaban a las cartas con algún parroquiano de Minas Ithil. A él no le gustaban aquellos juegos pero no tenía otra cosa que hacer por lo que se preparó una pipa y se la encendió mientras veía como jugaban. O por lo menos eso parecía hacer, aunque realmente mirar de vez en cuando y el resto del tiempo se dedicara a pensar en los compañeros perdidos y las aventuras vividas.

Ya había recogido su ropa que había dejado para que se la lavaran y la había metido en su petate. Parecía otra ropa tras el trote recibido estos días. No es que le molestara el olor, pero tampoco le disgustaba que oliera bien, de hecho lo prefería. Guardó también sus compras de hiervas que había hecho en aquella ciudad, cosa que agradeció sobremanera, pues ya casi no tenía tabaco que echar a su pipa y las noches delante de una hoguera eran muy diferentes con una buena pipa en su boca.

Contempló meditabundo los pasos seguidos y los que le faltaban por dar. Estaba casi ansioso de ver la cara de Agranil al recibir la cota de malla y también al decirle lo que les había ocurrido a su amigos. Malditos orientales -pensó gruñendo por lo bajo cambiandose la pipa de lado a lado de la boca con una maestría labrada a lo lardo de los años. Pronto lo descubriría y pronto enterrarían al bueno de Leofred. Echaré de menos a ese maldito bardo -se dijo volviendo a mover la pipa y soltando otro de sus sempiternos gruñidos.

Notas de juego

Casi llego...llevo unos días fatales  U_U

Cargando editor
23/11/2020, 01:04
Director

RESOLUCIÓN TURNO 809
 

 

Desayunaron temprano, antes incluso de que el sol clareara el horizonte, después de que el posadero los despertarse tocando las puertas de todos. Cambiados y bien descansados, degustaron pan tostado, leche, mantequilla y algunas jaleas. No estaban solos en el local, pues los campesinos también se levantaban muy temprano para aprovechar bien las horas de sol. Cuando terminaron, fueron a buscar los caballos y a ponerse en marcha.

Todo estaba preparado, los mozos de cuadra habían vuelto a cargar todas las pertenencias sobre las alforjas. Cinco caballos para cada uno de ellos, más un par llevando lo necesario para el viaje que los esperaba por delante. Alimentos para cuatro días, aunque realmente eran tres jornadas largas las que les separaban de la capital gondoriana; también mantas y tiendas, para montar el campamento nocturno.

Ya en la puerta, dispuestos a despedirse de Minas Ithil, se reunieron con un sacerdote y seis acólitos. A juzgar por las ropas del clérigo, profesaba su devoción ante Námo, Señor del Destino. Era bastante mayor, rondaría los ochenta años, y caminaba algo encorvado. Vestía de blanco puro, con una capa de un rojo muy tenue, con una capucha amplia que cubría su total calvicie. Una poblada barba blanca caía sobre el pecho, asomando sobre la capa. Carecía de adornos, ni joyas, y apoyaba toda su vejez en un bastón retorcido que alguna vez fue la rama de un árbol. Sus hombres no vestían de un modo especial, ropas pardas de lana y lino, salvo por el uso de una capa similar a la del religioso. Todos tenían su propia montura, además de otros dos caballos que cargaban picos, palas, alimentos y agua. El tercero llevaba el cuerpo de Leofred, amortajado y dispuesto de un modo digno, y no como si de un vulgar saco se tratase. Sobre la silla había una especie de camilla, unos tableros que permitían llevar el cuerpo bien estirado, apoyada hasta la grupa del animal. Había sido perfumado y un nuevo lienzo cubría al dúnadan, aprovechando también para sujetarlo con fuerza a la estructura de madera.

Se pusieron en marcha tras las presentaciones, saludos y de presentar los debidos respetos hacia su compañero caído. El lugar al que se dirigían era un gran claro, a una jornada de camino entre la Ciudad de la Luna y Osgiliath. Tendrían que recorrer el Men Osgiliath durante toda la mañana, para después desviarse al sur poco más de una hora. Cualquiera podría decir que desviarse ese tiempo, para después deshacer el camino, podía no considerarse un lugar de paso, y en cierto modo era así. Sin embargo, ya no tenían prisa, y la idea que Leofred descansase junto a sus ancestros, hacía que mereciese la pena.

La comitiva avanzó durante todo el día, parando para comer un poco antes de tener que dejar el camino principal y desviarse. Tanto el sacerdote como sus hombres escoltaban el cuerpo, junto a Edan, que quiso acompañar de cerca al bardo. La funesta procesión era seguida por Larrid y los demás que cabalgaban detrás en silencio. El ritmo era tranquilo, un paso relajado que le daba un cierto aire solemne a esa parte del viaje. El sendero ancho que se separaba del Men Osgiliath los llevo hasta un lugar en que el sacerdote se detuvo.

Era media tarde, aún no estaban en el lugar donde Leofred sería enterrado, pero sí donde montarían el campamento mientras el sacerdote y los suyos preparaban el túmulo. Allí prepararían el fuego, montarían las tiendas, y se dispondrían a dormir, no sin antes oficiar la ceremonia. Gildorf, así se llamaba el religioso, no quería acercarse a perturbar el descanso de los muertos Fue por eso por lo que se quedaron a una buena distancia del cementerio. Mientras el grupo preparaba todo, los sirvientes de Námo, fueron a cavar y hacer los preparativos.

Quedaba apenas una hora para el anochecer cuando el sacerdote comenzó con la ceremonia. Todos en silencio, escucharon las plegarias que el anciano hacía. Muchas no pudieron entenderlas, pues estaban siendo hechas en la lengua antigua, salvo Edan, que pudo entender el mensaje global con el poco conocimiento que tenía. El mensaje hablaba de misericordia, de acoger en su seno, y de perdón. Alguno de sus amigos, incluso se atrevió a decir también unas palabras en su honor. Al poco, se finalizó con el rito.

El cuerpo del dúnadan descansó directamente sobre la tierra, en un amplio agujero horadado en el suelo y rodeado de un pequeño murete de piedra que había sido dispuesto alrededor. Sobre el cuerpo sin vida, y apoyado en las rocas, se colocaron una serie de tablones de buen grosor, y acto seguido comenzaron a echar tierra sobre el conjunto. El trabajo se alargó hasta que hizo falta la ayuda de algunas antorchas para culminarlo. El resultado fue una elevación de algo mas de un metro de altura, con la forma alargada del cadáver que contenía bajo ella. Por el momento, era tierra revuelta y húmeda, pero con el tiempo se parecería a otras que había en los alrededores. Hermosos montículos de hierba corta, de un verde más intenso que la que crecía alrededor, y sobre los que crecían multitud de florecillas de varios colores, entre las que predominaban unas azuladas que parecían brillar con luz propia.

Dando por terminado el sepelio, Gildrof apremio a todos para alejarse de allí. Los muertos debían descansar, y los cementerios no eran lugar para los vivos en la oscura noche. Ya en el campamento, cenaron caliente, a la luz de la hoguera.

 

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 810

► El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Leofred ya está enterrado

► Pasará la noche, y comenzará el viaje hasta Minas Tirith, ya sin el cura y los monaguillos.

► En principio no harían falta guardias, es una zona tranquila, pero si queréis hacerlas, tiradas de Percepción (por aquello de la horda de tumularios que os rodeará).

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 25-11-20

Cargando editor
23/11/2020, 19:25
Gwalin

TURNO 810

La mañana llegó y era un momento especial. Especial por varias cosas. Primero porque dejaban atrás la maravillosa ciudad de la luna, Minas Ithil. Al enano le hubiera gustado haber tenido un poco más de tiempo para recorrer sus calles. Segundo porque por fin ponían rumbo a Minas Tirith, que era su destino y la ciudad que quería ver y por la que se enroló en esta aventura. Y Tercero y más importante, porque era hoy cuando enterraban a Leofred. Pero si bien enterraban al bardo, con él también enterraban a los demás compañeros muertos en por los orientales, a los que dejaron bajo una sepultura hecha de piedras. Ahora todos descansarían, incluso ellos.

Para hacer los oficios, un sacerdote de Namo y varios acólitos se presentaron y les dirigieron hasta el lugar donde prepararían la tumba donde descansaría Leofred. Tras recorrer bastante tiempo, llegaron a un lugar donde había varios túmulos. Sin duda alguna ese era el lugar indicado.

Acamparon y mientras los acólitos cavaban un hoyo, el sacerdote preparó el oficio. Cuando todo estuvo listo metieron el cuerpo del bardo y oficiaron con unas oraciones. Gwalin se acercó y le puso su instrumento en el pecho y una moneda bajo uno de los pliegues de la mortaja.

-Mmmmgggrrrrmmm Leofred, echaré de menos tus historias en el fuego. Acuérdate de recoger a Ional, a Freagulf y a Ibenar, que seguramente ya estén con Eru, pero por si acaso guíales, sobre todo al muchacho que estaba un poco perdido. Nos vemos en el otro lado amigo-. Dijo y se echó a un lado por si sus compañeros querían decir algo.

Luego le echaron encima un montón de tierra hasta formar otro de aquellos túmulos que salpicaban aquel paraje. El ambiente era serio pero no triste, si solemne y sobrecogedor. Esa quietud y silencio, solo perturbada por algún animal, hacía que la mente vagara por los recuerdos, acercando al bardo y a sus amigos a su memoria.

Acabado el funeral y el sacerdote les pidió que se fueran de allí, que no era sitio adecuado para permanecer mucho tiempo, sobre todo por la noche. Así hicieron y se alejaron para montar nuevamente el campamento. Hoguera, viadas, bebida y el recuerdo de los amigos perdidos impregnó el ambiente de aquella noche. Mañana sería otro día.

Notas de juego

(por aquello de la horda de tumularios que os rodeará).

WTF!!!

Cargando editor
24/11/2020, 16:28
Grimbeorn

Turno 810

La marcha de aquel día parecía haber tomado cierto aire nostálgico. Habían viajado detrás de la comitiva fúnebre al paso durante casi todo el día y, si bien habían alcanzado el lugar en la misma jornada, Gildorf (el sacerdote que les acompañaba) había expresado reparos en realizar la ceremonia con la avenida del anochecer. Al animista le parecío una actitud respetuosa y, a mismo tiempo, pragmática. Hacer un túmulo a la luz de las estrellas seguramente era algo mucho más difícil que bajo la del sol.

Así que una noche más y el día siguiente para oficiar la ceremonia y erigir el túmulo del bardo le parecieron un precio aceptable. Confiaba en que los orientales tardasen también varios días en percatarse de que su grupo no regresaría antes de hacer algo. Si es que tenían algo planeado realmente. Pero la tristeza del acto y del lugar en que estaban pronto arrastraron aquellos pensamientos lejos de su mente.

Una noche más de acampada y, por fin, pondrían rumbo hacia la conclusión de su encargo. Sin embargo, el norteño no dejaba de tener aquella extraña impresión de que estaban en marcha acontecimientos aciagos y que la paz no sería posible. Que, en cierto modo, todo aquello no terminaba con la entrega de la armadura. Observaba distraidamente a sus compañeros de viaje, a los que aun permanecían en estas costas. Se preguntaba si ellos tenían aquella misma impresión de oscuridad inminente, que se cernían no sólo sobre ellos, si no también sobre lo que llamaban hogar.

Tal vez fue por ese ominoso presentimiento que sugirió a Larrid hacer guardias normalmente. Tal vez no ocurriera nada, tal vez su oscuro presagio se demorase una edad, pero no le parecía conveniente relajarse en demasía ahora que estaban ya cerca de completar la misión.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tumularios no sé si habrá, pero lobos u otras bestias nocturnas pueden rondarnos. Así que Grimbeorn se presta para una guardia :)

Cargando editor
25/11/2020, 12:33
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 810

Era ya media tarde para cuando llegaron al camposanto donde se oficiaria la ceremonia.
Edan no se separó del cuerpo de Leofred durane todo el camino. Se trataba más de un acto de camaradería con un paisano, que una verdadera muestra de amistad. En realidad, apenas si se conocían, pero las últimas semanas habian resultado muy intensas para todos, y en tales condiciones los lazos se forjan más rápido. Edan no olvidaba la bravura con que sus compañeros caídos habían luchado en el delta y en la caldera del infierno. De no ser por Leofred, muy probablemente él ya estaría muerto. No dudaba que el bardo había actuado con esa misma valentía en su ultima liza...y tal vez por ello, ahora se encontraban todos en aquel lugar.
Aparte de aquello, el bardo era un hombre que se hacia querer, su facilidad de palabra y las baladas con que amenizaba las frias noches de cacería le habian hecho ganarse un rinconcito en el corazón del resto de viajeros.

Pero cuando los monagillos retiraron el cuerpo de la camilla que habian improvisado y retiraron la mortaja el joven de la Marca no parecía el mismo.

El color lo habia abandonado, y la piel se había hundido sobre la cara revelando un perfil más huesudo y afilado del que todos recordaban.
Sus ojos permanecian cerrados pero el rictus de su cara desprendía una falsa tranquilidad, muy diferente a la sempiterna sonrisa del Rohir.
Edan no pudo evitar torcer el gesto brevemente. Sentía una enorme pena por el muchacho, y el duro rostro de la muerte lo afligió hasta el punto de obligarle a apartar la mirada en el último momento. No dejaba de ver su propio rostro en el lugar en que Leofred se encontraba. En realidad no habia estado muy lejos de sufrir su mismo destino.

Allí de pie, bajo el rocío de la tarde Edan se dió cuenta de lo poco que sabian sobre la vida del muchacho. A pesar de tratarse de un gran hablador, pocas veces habían compartido algo mas que viejas historias y palabras triviales. Aquello lo atribulo todavía más. Nadie merecía morir lejos de su hogar, alejado de aquellos que en verdad lo conocían y lo amaban, a manos de unos salvajes infieles.

Cuando llegó la hora del sepelio y tuvo su ocasión se acercó y arrodillándose junto al murete de piedras dejo caer la cantimplora del bardo sobre su cuerpo. Dias atras habian aprovechado su licor para mantenerse calientes durante la cena y las guardias. Edan la habia conservado y la habia mandado rellenar con el licor favorito del bardo.
Siguiendo la tradición de su pueblo habia sido enterrado con sus aperos de montar y con algunos trofeos. El propio Edan se habia encargado de buscar armas, colgantes o algun ajuar que hubiese pertenecido a los salvajes que el bardo había derribado en combate. Aquella seria su carta de presentación cuando llegase a presencia del Cazador.

Antes de incorporarse recitó un viejo proverbio de su tierra, para finalmente coger su propia cantimplora y realizar un ultimo brindis.

Rikdom dør, slektninger dør; man må også dø.
Jeg vet om en ting som aldri dør: Berømmelsen til en død mann.
Gratis tur Leofref, sønn av La Marca.
(*Las riquezas mueren, los parientes mueren; uno también debe morir.
Se de una cosa que jamas muere: La fama de un hombre muerto.

Cabalga libre Leofref, hijo de La Marca.)

La oss drikke, kompis! For Victory, kvinner og for det nye livet!
Men ikke hold på for mye til hornet, drikk med din varme venn!
(*Bebamos amigo! Por la Victoria, las mujeres y por la nueva vida!
Pero no te aferres demasiado al cuerno, bebe con tiento amigo!)

- Tiradas (1)

Notas de juego

Edan hará otra de las guardias. Estoy de acuerdo con Grimbeorn. Aunque los caminos sean mas seguros, podria haber animales salvajes o asaltantes esperando para llevarse las riquezas del clero. Aumque las guardias sean mas relajadas no esta de mal hacerlas. Dejo tirada de percepción.

Cargando editor
29/11/2020, 23:39
Director

RESOLUCIÓN TURNO 810
 

 

La luna estaba menguando, en dos o tres días desaparecería por completo. La oscuridad invadía todo, mientras el campamento era iluminado por un generoso fuego. El calor que manaba de sus llamas era bien recibido por los viajeros, que sentados a su alrededor extendían las manos para atraparlo.

La ceremonia fue algo larga, pero muy emotiva. Se escucharon palabras de afecto por el caído, aunque en realidad todos pensaban en el resto de los compañeros fallecidos. De alguna manera junto al cuerpo de Leofred estaban también el espíritu de Freagulf, Ional, e Ibenar. Una vez dieron por terminado el sepelio, se retiraron a descansar

Las tiendas habían sido dispuestas en círculo, como tantas veces habían hecho. Aunque no estaban en zona hostil, decidieron hacer guardias, a lo que Larrid no solo no se opuso, sino que le pareció una gran idea. Ellos se ocuparon, no dejaron que los seguidores de Námo hiciesen ninguno de los turnos. Cada uno de los cinco integrantes del grupo que quedaban, hicieron una imaginaria de una hora y media aproximadamente, aunque era difícil medir ese tiempo. No hubo sobresaltos, en la noche solo se podía escuchar el ulular del viento, los arboles meciéndose, y a algún pequeño roedor que se acercaba olisqueando las sobras.

El amanecer trajo consigo un espléndido y soleado día. Solo unas pocas nubes flotaban en un cielo azulado. Se levantaron sin prisa, y tras un tranquilo desayuno, comenzaron a recoger todo. Cuando terminaron, todos se pusieron de nuevo en marcha, en dirección al Men Osgiliath. Llegaron al camino principal, momento en que el sacerdote y sus acólitos se despidieron de ellos para dirigirse de vuelta. Pudieron saber por ellos, que llevaría hasta Osgiliath al medio día, y que desde allí tendrían cuatro jornadas de viaje más hasta Minas Tirith.

Hacia el oeste, y pasada la mañana y tal como les habían dicho, llegaron a la ribera del Anduin. Allí se erigía la reconstruida Osgiliath, con nuevas murallas, edificaciones y una creciente agricultura en sus alrededores. Entraron por la puesta este, y recorrieron maravillados la calle principal. Columnas de mármol y edificios de piedra blanquecina, escoltaban al viajero en dirección al puente que cruzaba el Rio Grande. En aquella arteria estaban los negocios más importantes y los artesanos más reconocidos, entre las idas y venidas de una buena cantidad de gente. Era un lugar con una población muy grande, más de dos mil personas se agolpaban en una de las mayores urbes del Reino Unificado. A un ritmo lento, el que podían llevar con sus monturas entre el gentío, llegaron hasta el puente, donde les dieron el alto.

El puente era muy largo, casi cinco kilómetros, pues el Anduin era ancho y caudaloso en ese punto. Su reconstrucción llevó años, era difícil igualar la destreza de los antiguos numenoreanos, que construyeron todo un portento de la ingeniería en aquel lugar. Ahora era incluso más ancho, albergando en él palacios, algunas casas y almacenes. En su parte media, espléndida, se alzaba como ya lo había hecho en los tiempos antiguos, la Torre de la Piedra. Ahora no llevaba aquel nombre, pues la palantir que en ella se guardó, había dejado de existir. Ahora se la conocía como la Torre de la Bóveda, estaba cubierta por una cúpula de plata, y coronada por una alta aguja de ese mismo material, que simbolizaba el árbol blanco con su forma. En la superficie del brillante tejado, de un color azulado, podían verse las siete estrellas del Reino. Cuando se disponían a pasar, dos soldados debidamente ataviados con pulidas armaduras completas, largas alabardas y relucientes yelmos alados, les dieron el alto. Al instante un tercer hombre, un civil, se acercó a ellos para pedir el portazgo. Cruzar el puente tenía un precio, que Larrid abonó enseguida.

Era pronto aun, podrían comer antes de abandonar la ciudad, o quizás hacer noche y retomar el viaje el día siguiente. El etheod no tenía claro aun que hacer, y pidió la opinión al resto de compañeros. No había prisa, pero él prefería avanzar lo máximo posible y quitarse de en medio la carga que transportaban.

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 811

► Vosotros diréis lo que hacemos, seguir, o liarla en la ciudad.

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 02-12-20

Cargando editor
30/11/2020, 20:08
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 811

El sol de la tarde arrojaba ya un agradable calor sobre los viajeros cuando alcanzaron la ciudad del paso: Osgiliath. La que otrora fuera orgullosa capital del reino de Gondor, había vuelto a la vida en tiempos de piedra de elfo, y aunque sus añoa de explendor quedaban ya lejanos, Edan y el resto no pudieron por más que maravillarse ante las megalíticas construcciónes que los rodeaban. La murallas eran nuevas, pero aún podian verse los viejos cimientos de piedra
Blanca, Inmaculada, y sobre ella,de un tono mas grisaceo, podia distinguirse con claridad la parte que se habia añadido con posterioridad.
Sin embargo lo que mas llamó la atención del rohir fue el puente...si es que a aquello se le podia dar tal nombre.
La colosal magnitud de aquella estructura, daba no solo fé de la maestria que habian alcanzado los descendientes de Numeror en las artrs de la ingeniería. Sino de la tenacidad y el orgullo de que hacían gala sus gobernantes. El puente habia sido construido alli donde el rio Anduin era más ancho y profundo, desafiando las leyes de la naturaleza y con una capacidad casi insultante. Capaz de albergar edificios y construcciones como la torre de la piedra,era mas una ciudadela aue un puente. Edan no podia imaginarse una construcción de semejante envergadura en su tirra natal y sus ojos no perdian detalle del espectáculo. Allá donde miraba, una nueva maravilla lo sorprendía.
Otras veces había oído hablar del antiguos feudo de los hombres y de sus descomunales medidas. Pero solo ahora que las contemplaba de primera mano, podia hacerse una idea de la grandeza que antaño habia ostentado.
Tras cruzar el puente Larrid les comentó su intención de demorarse lo menos posible, pero dejó en sus manos la decisión de pasar la noche allí o seguir adelante sin detenerse.

Ed'Rohir comprendía la preocupación del etheod. Portaban consigo una pesada carga, no solo por su valor, sino por el precio que habian tenido que pagar para recuperarla. En las cuidades los rumores no corren, sino que vuelan con alas ligeras y ladinas. Cada día que alargaban su viaje, era un día más que se arriesgaban al infortunio. Bandidos, ladronzuelos, maleantes; incluso caciques y autoridades locales podian suponer una amenaza. Y perder aquello que tanto les había costado ganar supondría una verdadera catastrofe para todos.

Sin embargo Edan no veía mayor inconveniente en pasar allí la noche y retomar la marcha al dia siguiente. Podrian dormir bajo techo y al amparo de la seguridad que ofrecía la ciudad. Lo cierto es que habia quedado embelesado por la grandeza y la opulencia de Osgiliath, su alama sedienta de aventuras habia nacido para disfrutar de momentos como aquel, y ahora que se encontraba por fin en uno de aquellos lugares que su abuelo le relataba en sus historias, su corazón se resisitia a abandonarlo sin más.

Notas de juego

Edan vota por hacer noche. Y si es necesario hacer guardia para vigilar la armadura.

Cargando editor
30/11/2020, 23:53
Gwalin

TURNO 811

El camino les llevó directamente a la antigua ciudad de Osgiliath, antigua capital del reino que fue abatida hasta ser prácticamente destruida hasta los cimientos en la guerra. Pero al llegar pudieron contemplar que las reparaciones y reconstrucciones de la ciudad la habían dejado espectacular. Si ya Minas Ithil era una perla, sobre todo por lo cerca que estaba de la tierra negra y marchita de Mordor, Osgilith no se quedaba atrás. Se notaba que era la capital de aquel reino. Ya el puente era una maravilla de la ingeniería. Largo y portentoso, en él había incluso edificaciones y no precisamente pequeñas.

Gwalin silbó al contemplar aquella maravilla. Se paró cuando los soldados le dieron el alto pero seguía mirando los edificios, las torres y los tejados azules con veletas plateadas.

Fue entonces cuando Larrid les puso una disyuntiva, o seguían y acortaban el tiempo que les quedaba hasta llegar a Minas Tirith, o se quedaban aquella noche en Osgiliath y salir por la mañana para cntinuar camino. El enano no se lo pensó y mucho y lo expuso de inmediato.

-¿De verdad pides que elijamos entre dormir en una cama en un a posada caliente o en el duro suelo frío a la intemperie? ¿De verdad que nos pides elegir entre disfrutar de esta ciudad dando un paseo o estar a horcajadas de un cuadrúpedo durante largas horas? -expuso el guerrero-. Larrid, te hacía más suspicaz. Aunque también veo tu preocupación, entiende nuestra preferencias. Llevamos mucho tiempo durmiendo bajo las estrellas y casi sin detenernos montando en balsas y caballos. No está mal que esta vez podamos ir un poco más despacio y ganar en comodidad y alegría para nuestros ojos y espíritu. ¿No te parece?

Al naugrim no dijo nada más, pues aunque prefería quedarse, solo era uno entre un grupo y además se debía a un contrato. Pero por lo menos su opinión la había mostrado.

Cargando editor
01/12/2020, 16:45
Grimbeorn

Turno 811

Estaba claro que a los sureños les encantaba la piedras. Tir Anduin había sido un ejemplo que había preparado al animista para su visita a Minas Ithil... pero nada en el mundo le podía haber servido para hacer frente a la visión de la nueva Osgiliath. La cantidad de gente que se había instalado allí, con sus idas y venidas por sus calles pavimentadas, flanqueadas por edificios y columnas de blanca piedra, los guardias con sus brillantes armas y armaduras, los pendones con la silueta de un árbol blanco al viento en lo alto de torres, las tiendas y talleres que se abrían a diestro y siniestro,... Nada de lo que los comerciantes que subían al norte contaban hacía justicia a aquel sitio.

Pero todo aquello también reafirmaba al norteño en su afán por volver, aunque sólo fuera temporalmente, al bosque. A caminar bajo las ramas de los árboles, con una alfombra de maleza, musgo y hojas caídas bajo sus pies. El paso de la montura era molesto, pero no lo suficiente como para que Grimbeorn cambiase la tranquilidad de descansar en un talan por la atmósfera sofocante de aquella ciudad.

- Entiendo que algunos prefieran descansar en una cama mullida antes que en la espesura, pero no deberiamos demorarnos innecesariamente en nuestra entrega. Aprovechemos para hacer una parada, comamos caliente, reabastezcamos nuestras provisiones si es preciso, pero deberíamos seguir con nuestro camino a no más tardar. - Tir Anduin o Minas Ithil habían sido altos en un camino necesarios, pero Osgiliath se le antojaba un desperdicio de tiempo si podían hacer algunas leguas más de viaje antes de que cayera el sol.

Notas de juego

Grimbeorn le da 12 puntos a la idea de dejar Osgiliath atrás y hacer un poco más de camino.

Cargando editor
03/12/2020, 00:32
Larrid

Turno 811

 

- Después de todo lo que hemos pasado, entiendo que querríais dormir en la seguridad de una gran ciudad - comenzó a decir el etheod - Pero sea como no sea, nos separan tres noches al raso, dos si aprovechamos lo que queda del día para avanzar - informó.

- Aunque creo que Grimbeorn lleva razón, pasaremos la noche aquí - dijo sonriendo, esperando ver la reacción del enano y el rohir - Veamos que nos ofrece la ciudad esta noche - añadió con cierta complicidad.

- Antes vayamos al cuerpo de guardia de la ciudad, para que nos guarden cierto objeto... - susurro con cuidado

 

Cargando editor
03/12/2020, 02:13
Director

RESOLUCIÓN TURNO 811
 

 

La ciudad era impresionante, más aún bajo el brillante sol del mediodía. Dentro de sus murallas, entre las casas, por las calles, apenas podía notarse el viento que soplaba más arriba. Todo ello generaba un ambiente sofocante, que era aliviado por el frescor que arrastraban las aguas del Anduin.

Habían decidido pasar la noche en la ciudad, antes de recorrer las dos o tres jornadas que aún los separan de Minas Tirith. Larrid no se decidía, y dejo que fuesen sus compañeros los que decidiesen. Gwalin y Edan, estaban convencidos de quedarse, dormir en un colchón cómodo, al calor de una chimenea, y proseguir la mañana siguiente. Grimbeorn en cambio pensaba que lo mejor hubiera sido continuar, al fin y al cabo, ya estaban acostumbrados a dormir al raso. El etheod decidió darles una noche de comodidad, ya no había tanta prisa, y también tenía curiosidad por aquella urbe, le fascinaba la construcción del puente.

Antes de buscar alojamiento, o entretenerse en los comercios, Larrid quería dejar la cota de malla bajo la supervisión de la guardia de la ciudad. Era una práctica bastante común entre los comerciantes, y si se era generoso, te podías asegurar una total discreción. Fueron hacia la puerta oeste, donde según les habían indicado se encontraba el cuartel de aquella rivera del río. Larrid fue a hablar con el sargento, mientras los demás esperaban fuera. Le entregó la cota, aunque estaba envuelta y realmente no eran consciente de lo que guardaban. Fue puesta bajo llave y vigilancia, en unos cubículos diseñados al efecto. Solían contener joyas, monedas, pero en esa ocasión era algo más importante que un simple objeto. Una suma adecuada de monedas, y no tendrían que preocuparse por la seguridad de la armadura, bastaría con recuperarla el día siguiente.

Lo siguiente que hicieron fue buscar un buen local en el que pudieran pasar la noche. No buscaban una simple posada, sino algo más elegante, donde poder relajarse con un buen baño, cenar en condiciones, y que tuviese buena cerveza. A base de preguntar, dieron con una fonda, nada exclusivo, pero con todas las comodidades que podían imaginar. El local disponía de habitaciones individuales, con chimenea, baúles con llave, camas de pluma y pieles por alfombra. En la parte de abajo, del edificio de dos plantas, había una acogedora sala con mesas pulidas y sillas acolchadas. Un gran hogar ardía en el centro, dando calor al local e iluminando con la calidad de un fuego que se mantenía bajo. Tenían buen vino, licores y cerveza escanciada. Era la hora de comer, y después tendrían toda la tarde libre.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 812

► Pues vosotros diréis, la ciudad es vuestra!!

► Dos para uno, gana pasar la noche en la ciudad

 

► Resolución del próximo turno: domingo 06-12-20

Cargando editor
03/12/2020, 16:24
Grimbeorn

Turno 812

Sus compañeros podían decir lo que quisieran sobre la humildad de la fonda que habían escogido para hospedarse, pero a Grimbeorn se le antojaba aun más suntuosa que La Rosa allá en Tir Anduin. Pero, habida cuenta de que habían pagado por los servicios que ofrecía aquel hostal, el animista aprovechó para adecentarse un poco (al menos, metió los pies en un barreño de agua caliente y los frotó con fuerza, mientras dejaba el calzado en la ventana para que se refrescase).

Sólo cuando se sintió refrescado y se hubo asegurado de que todo le fuera bien a la Wuitan, el hombre del bosque se reunió en el salón común con los compañeros que estaban allí. Por el momento, el fuego bajo que ardía en el medio de la sala era agradable pero no necesario, por lo que el norteño pidió una copa de hidromiel para pasar el rato antes de comer.

- Aparte de jugar a las cartas, ¿qué otras cosas se pueden hacer en las ciudades sureñas para pasar el rato? - El animista tenía dos motivos legitimos para indagar al respecto. El primero era sana curiosidad; la vida en aquellas ciudades de piedra no parecía igual que entre los troncos y bajo las ramas de los árboles. El segundo, un interés pragmático por saber qué hacer aquella tarde. Las horas interminables de marcha a lomos del caballo, durante los últimos días, habían llegado a convertirse en una rutina, una forma de pasar las horas y estar "entretenido". Ahora, era algo que no iba a tener y, para su sorpresa, se encontraba considerando opciones alternativas a las horas de cabalgata que no iban a tener esa tarde.

Cargando editor
05/12/2020, 16:00
Gwalin

TURNO 812

Por fin habían decidido quedarse en Osgiliath a pernoctar. Pero lo mejor es que aun tenían tiempo de luz como para dar una vuelta por la misma, descubrir algo de sus entresijos y ver la majestuosidad de aquella ciudad. Ya Minas Ithil le había dejado maravillado al naugrim, y por lo que podía ver aquella ciudad tampoco iba a defraudarle.

Dejaron las cosas en la fonda que sería su residencia aquella noche y luego se reunieron en la sala común de la fonda. Allí Grimbeorn les preguntó por qué hacer allí y el enano sonrió y le contestó.

-Pues sin duda alguna lo que yo voy a hacer es dar una vuelta por esta maravillosa ciudad y luego tomarme una... bueno unas cuantas cervezas. Para probar la habilidad de los maestros cerveceros de esta ciudad -dijo dibujando una amplia sonrisa-. ¿Te animas? -le preguntó al animista-. ¿Y los demás? -dijo mirando a todos.

Cargando editor
06/12/2020, 12:29
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 812

Con la cota de Agranil a buen recaudo buscaron un lugar para pasar la noche. Larrid se mostró inesperadamente generoso y les procuró alojamiento en una posada de cierto empaque. Desde luego en aquello no podrían quejarse, la misión habia resultado más difícil de lo esperado, pero al menos Edan se sentía mas valorado que antes de aceptarla. De algún modo aquella vivencia les habia granjeado cierto respeto y eso le agradaba.

Sentados, al calor de un buen hogar y disfrutando de una suculenta comida todos conversaban sobre que hacer aquella tarde-noche.

También podemos jugar a los dados, o buscar una gallera y apostar... sonrió el joven ante la pregunta del bosquimano. Seguro que en aquella ciudad encontraban algún evento similar. En las ciudades grandes siempre había algo que hacer. Especialmente por las noches, cuando la larga jornada de trabajo tocaba su fin.

Yo me apunto a esa ruta cervecera Gwalin! Siempre que invites, jajaja
El rohir se veía muy animado. Atrás habían quedado las largas jornadas de fatigas y penurias bajo el sol. Todavia no habian finalizado su encargo, pero era el momento de disfrutar de una merecida victoria, y Edan resultaba tan pragmático en el trabajo, como entusiasta en la celebración.

Notas de juego

Cartas, dados, peleas de gallos, carreras de perros...un lupanar. Seguro que encontramos algo de todo eso. A Edan le vale cualquier cosa para pasar un buen rato. Vamos, lo típico que un hombre pobre que de repente se ve con dinero haria en la tierra media...malgastarlo xD

Cargando editor
09/12/2020, 00:30
Director

RESOLUCIÓN TURNO 812
 

 

La ciudad, como todas las grandes urbes, tenían mucho que ofrecer. Osgiliath era uno de esos lugares seguros, donde el ajetreo del día a día lo inundaba todo, y que ofrecía innumerables opciones de comercio, ocio, y futuro. Mucha gente emigraba de las poblaciones en busca de una vida mejor, uno que pasaba por dedicarse a cualquier actividad que surtiese a la insaciable ciudad. Hacia falta darles de comer, grandes campos de cultivo se extendían en los alrededores, así como pastos para la ganadería. Una gran industria de curtidores, telas, almacenes, alfareros, y muchos otros artesanos, surtía de material el generoso comercio que abundaba allí. Los barcos bajaban y subían el Anduin, en una de las mas rentables rutas de comercio jamás vistas.

La tarde libre fue ocupada por unos y otros de distintas maneras. Gwalin y Edan se perdieron por las calles, en busca de algún divertimento. Unas partidas de dados, varias cervezas y la visita a algunos lugares no del todo decentes, les mantuvieron ocupados hasta la caída de la noche. Por otro lado, Grimbeorn y Geleswinta se dedicaron a recorrer las calles, los muelles y maravillarse con las grandiosas edificaciones. Aunque fascinados, no terminaban de comprender como alguien podría querer vivir entre todo aquel barullo, lejos del bosque, y sin depender de lo que la naturaleza les ofrecía. Lo que más les gusto, es la buena cantidad de jardines, entre los que destacaban algunos destinados al cultivo de hierbas curativas. Lo que no me gusto era que estas eran demasiado caras, todo aquello lo ofrecía la tierra gratis. Larrid por su parte, fue a visitar los cuarteles, en busca de alguna noticia del este, y de lo que ocurría en Rhovannion. Lo que pudo llegar a averiguar, era que, en principio, el ejército enemigo había sido repelido en Burh Marlinge. Lo malo de aquella buena noticia, era que no parecían conocer la posible existencia de otro ejército más numeroso que lo seguía a varias jornadas. Alerto a las autoridades, y lo mismo haría en cuanto llegasen a Minas Tirith.

Entre las lujosas casas, en barrios bien cuidados, limpios y llenos de gente, también había otras zonas mas abandonadas, en las que la gente menos pudiente vivía con menos lujos. No había una pobreza extrema, pero con menos recursos, se veían obligados a convivir en espacios más pequeños, y donde la seguridad no era tan evidente. Sin percances, todos volvieron hasta la posada donde pasarían la noche. Cenaron y degustaron un delicioso vino especiado mientras lo hacían. Se fueron a descansar con la promesa de un par de días de travesía hasta la capital del reino.

La mañana siguiente, una vez hubieron desayunado copiosamente, recogieron sus cosas y pasaron a buscar la cota de malla. En apenas una hora ya estaban dejando atrás Osgiliath, por delante tenían un buen trecho, que los llevaría a cruzar el Pelennor hasta llegar a su destino. No podrían hacer el viaje en un solo día, pero bastaría con una sola noche más al raso, para dar por concluida la tarea que los había llevado hasta allí. A media tarde, llegaron hasta Los Fuertes de la Explanada, antiguas edificaciones, ya en ruinas, que un día conformaron una de las entradas del Ramas Echor. De aquellos muros que rodearon un día los Campos, no quedaba más que una sombra de piedras dibujada en la campiña. No era necesario levantarlos de nuevo, pues el mal había desaparecido. Atravesaron los restos, marcando el hito de entrar, ahora si, en los dominios de Minas Tirith.

Durante el camino se cruzaron con otros viajeros y comerciantes que en ambas direcciones seguían el mismo camino que ellos. Antes de que cayera la noche por completo, se acercaron a un campamento, donde varios grupos se habían juntado, a compartir una buena velada. A Larrid no le importó compartir el camino, y se unieron a aquel improvisado asentamiento. Tres grupos de comerciantes, con una mínima escolta a su servicio, y una familia acomodada que se mudaba, eran los que se habían reunido allí. Un total de dos docenas de personas cargadas de bultos. Tiendas, carretas y animales fueron puestos formando un círculo, iluminado por una gran hoguera. A su alrededor, todos charlaban distendidamente mientras el frío hacia acto de aparición.

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 813

► Última noche al raso, esto va llegando a su fin.

► Antes de marchar de vacaciones navideñas, finiquitamos con una entrega de la armadura, y el pago. Quien sabe, quizás esto de paso a una nueva partida de la campaña (me lo tengo que pensar seriamente, estoy cansado de la cuarta edad)

 

► Resolución del próximo turno: domingo 13-12-20

Cargando editor
09/12/2020, 21:38
Gwalin

TURNO 813

Recorrer las calles de Osgiliath fue todo un descubrimiento. Se notaba que la ciudad estaba todavía renaciendo de la guerra, pero aun así mantenía su encanto que un día tuvo. Casas blancas y casas señoriales se alojaban por doquier en sus amplias calles. Pero el Gwalin y Edan no fueron tan solo por esas calles, si no que también recorrieron los barrios más desfavorecidos. Allí las tabernas y los tugurios de distinta índole se alojaban y sobrevivían como podían. La gente les acogió pues tenían dinero con qué pagar sus bebidas. Escucharon canciones, historias y gozaron de buena compañía.

Tras la vuelta se fueron al hostal donde durmieron en cama, en una habitación caliente. Al día siguiente salieron camino de Minas Tirith, el final de su camino. Se notaba que estaban cerca de la capital pues el tránsito de gente era mucho mayor que cualquier camino que hubieran recorrido antes. 

Acompañados de varias carretas, se detuvieron para pasar la noche. Compartieron fuego, tabaco e historias. Ahí fue, cuando nuevamente el guerrero recordó al bardo que hacía poco habían enterrado en la orilla opuesta.

La noche era fría aun, pero no tanto como en la soledad de las montañas que habían recorrido. Aun así, Gwalin se acercó a la hoguera y se echó la manta por encima de los hombros para pasar una mejor noche. Quizás también mañana durmieran en una cama caliente y acogedora.

El guerrero, después de cenar, pipa en la boca, probando el tabaco que había comprado en Minas Ithil, miró a Larrid y le preguntó sin más.

-Larrid, hacemos guardias -afirmó más que preguntó-. Nos queda solo una noche para llegar a nuestro destino, no me gustaría que algo ocurriera y no estuviéramos preparados por estar durmiendo mmmgggrrrrmmm -gruñó el naugrim reforzando sus palabras.

-Yo si queréis puedo hacer una de las guardias, no me importa cual sea -propuso.

- Tiradas (1)

Notas de juego

► Antes de marchar de vacaciones navideñas, finiquitamos con una entrega de la armadura, y el pago. Quien sabe, quizás esto de paso a una nueva partida de la campaña (me lo tengo que pensar seriamente, estoy cansado de la cuarta edad)

Yo como veas. Ahora estoy bastante liado, así que tampoco veo mal un parón...aunque no podría decir que no a continuar.

He hecho la última tirada de percepción por la guardia... yo que sé, por añoranza de otras jornadas.

Cargando editor
10/12/2020, 16:01
Grimbeorn

Turno 813

Cuando la nueva Osgiliath quedó finalmente a sus espaldas, el norteño no tenía muy claro si se sentía defraudado o aliviado por aquel hecho. Por un lado, no acertaba a comprender del todo ese afán por rodearse de piedra; en el caso de los enanos y sus dominios subterráneos era más una consecuencia que una elección. Pero en el caso de los atani...

Sin embargo, había visto muchas cosas novedosas y aprendido, lo que nunca estaba mal y podía servir para ampliar el saber del clan. Algo que le había dejado perplejo era que los sureños no contaban con custodios vivos del conocimiento, si no que preferían dejarlo registrado en tomos y pergaminos. Empleó parte del tiempo de marcha en discutir con la Wuitan la posibilidad de recoger todo el conocimiento de su gente de aquella forma, con el propósito de ayudar a formar a las siguientes generaciones de mujeres sabias y como precaución para evitar la pérdida de dicho saber.

Sólo una vez el grupo acampó junto a varios viajeros, cuando comenzaba a declinar la luz del sol, el animista se envolvió en su capa para resguardarse del viento fresco que se levantaba e intercambió algunas palabras con algunos acompañantes mientras se sentaban alrededor de un buen fuego. De seguro, y de haber sido su misión menos peligrosa, una fogata de aquellas características se habría convertido en compañera inseparable de campamento en sus pernoctaciones. Con suerte, todo tocaba a su fin.

- La propuesta de maese Gwalin parece sensata. - Grimbeorn sacó las manos de debajo de la capa para coger una escudilla con la cena, al tiempo que asentía con la cabeza. - Sería estúpido echar a perder nuestro cometido sólo por confiarnos en la última noche de viaje. Y después de que hayamos cumplido, ¿creéis que nuestros caminos volverán a cruzarse? - Si bien la añoranza del hogar le hacía desear regresar bajo el dosel arbolado del Bosque Verde, la amenaza de los orientales le hacía temer una nueva tarea de la que no podría desentenderse, por el bien de su gente. O del Oeste.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Yo también dejo tirada de percepción para guardia. Por si las moscas de Mordor :P

Antes de marchar de vacaciones navideñas, finiquitamos con una entrega de la armadura, y el pago. Quien sabe, quizás esto de paso a una nueva partida de la campaña (me lo tengo que pensar seriamente, estoy cansado de la cuarta edad)

El problema que yo le he visto siempre a la Cuarta Edad es que la Tierra Media se queda sin elfos, los enanos se retraen cada vez más en sus "agujeros" y los hobbits en La Comarca prefieren que el ancho mundo les ignore. Sólo quedan los conflictos internos entre los Hombres y, en el mejor de los casos, aventuras de mazmorreo puro y duro en antiguas ruinas de la Tercera Edad (o incluso anteriores).

Cargando editor
13/12/2020, 11:38
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 813

Al caer la noche, el grupo se reunió con otros comerciantes y algun particular que habian levantado un pequeño campamento.

El frio empezaba a alargar sus dedos sobre la llanura y todos agradecieron el fuego de la hoguera y la compañia para pasar la noche.

Edan habia vuelto a su faceta de mercenario y se mostraba mucho menos hablador que los dias previos en la ciudad. Estaba deseando terminar el encargo para bien, y eso suponía cumplir el último trámite de transportar la cota hasta Minas Tirith, donde Agranil les estaría esperando.

Como cada noche, antes de sentarse frente al fuego, reviso las pezuñas de los caballos y se aseguró de que bebian y comían lo suficiente. El viento del Oeste arrastraba aromas conocidos. Olores que lo transportaban de vuelta al hogar. Cada dia que pasaba sus pasos lo acercaban más a La Marca, y un familiar sentimiento de añoranza empezaba a aflorar en él.

Yo haré la última. Hoy me acostaré temprano si os parece bien. respondió, secundando la propuesta de sus compañeros.

El rocio caia sobre las capuchas de sus capas formando pequeños corpúsculos de agua que brillaban al reflejarse en las ascuas de la hoguera. Hacia frio, pero arrebujados en sus mantas los comerciantes no parecían incómodos. Más bien se trataba de un frio confortable. Uno que animaba a reunirse alrededor del fuego y compartir una buena taza de caldo mientras se intercambiaban las andanzas del camino.

Quien sabe amigo... La pregunta de Grimbeorn evidenciaba que la aventura que todos habian iniciado en Tir Anduin llegaba a su fin y el dia de la despedida se aproximaba.

...Yo regresaré por un tiempo a mi hogar, y mis pasos rara vez me traen tan al Este...pero si algún día viajais a la Marca, y pasais por Aldbûhr, perguntad por Edan Ed'Rohir. Sereis bien recibidos en mi casa, y si traeis una propuesta de oro con vosotros, nada me gustaria más que volver a recorrer los caminos a vuestro lado ..amigos aquella última palabra resonó con una contundencia inapelable.
Ambos habeis demostrado ser compañeros confiables y hombres de palabra. No imagino a nadie mejor para cubrir mis espaldas en tiempos de necesidad

Edan no era un hombre que regalase su amistad con facilidad. Pero aquellos cuatro hombres, asi como algunos de los que habían quedado atrás habian dado muestras mas que sobradas de su valor y lealtad, algunos hasta el punto de pagarlo con sus vidas. Para Edan no existía mejor prueba de amistad que aquella. Y asi se lo hizo saber a todos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Este se acaba. Edan se tomará un descanso con su familia. Como suele hacer. Pero como siempre, pronto se agobiará y volvera a recorrer mundo. Ojala sus pasos se crucen de nuevo con Grimbeorn, Gwalin,Halfrid y Larrid.^^