Partida Rol por web

Demasiadas cosas pasaron en un momento. Pero ahora frente a esa campana reducida a una pelota metálica con una compuerta sabía que estaba en pleno centro del meollo del ataque *Y yo que quería mantenerme en una esquina mirando como sucedía todo!! - Quién me mandaba a mi meterme con todo el camión.

Aunque con camión o sin camión, esas bolas como cañonazos iban a llover sobre la ciudadela de todos modos. Algo tenía que haber allí dentro... o ¿alguien?...

Asegurándome que no corría peligro inmediato, abrí la compuerta.

Una vez que El Negro logró abrir la compuerta aquella, costándole Santo y la madre, este pudo ver que el interior estaba vacío y no solo eso, si no que también se encontraba recubierto con un montón de almohadas, mantas y colchones recortados y doblados para caber en aquella esfera maciza.

-Abrir... -Dijo una debilitada voz del interior que, El Negro, apenas pudo reconocer- Abrir las puertas... Fugazza... lo pide... tengo que... abrir... las puerta...

Cuando una pequeña mano salió de interior de la esfera, y tras esta apareció el rostro magullado y malherido de Asher Hoffman se hizo más que evidente quien estaba detrás de todo esto, y no solo eso, si no también lo que había hecho y lo que quería con aquel ataque.

EL NIÑO KOSHER!! Diciendo cosas extrañas!? Se podía haber matado ahí dentro!

-Fugazza? desde cuando haces caso a lo que dice Fugazza? estás bien? - si el cura era el responsable de todo tal y como sospechaba, cómo hizo para convencer a la mujer de Elijah para meter a su hijo en una bola metálica y lanzarlo aquí dentro? con lo peligroso que era!

El muchacho parecía ignorar lo que El Negro decía, su convicción por cumplir con la misión que le habían asignado era superior a cualquier otro tipo de impedimento que le pudiera suponer tanto aquel agente como, evidentemente su propio cuerpo magullado y herido por el tremendo golpe.

-Abrir las puertas... -Dijo con su debilitada voz mientras se arrastraba hacia donde las puertas de la muralla se encontraban- Abrir... las... puertas... Fugazza... lo pide... tengo que... abrir... las puerta...

Ese niño estaba... actuando extraño. Demasiado extraño.

-¿Donde está tu madre? ¿y tus hermanos? - pero no parecía hacerme ni caso. La sola idea de que hubiera más gente dentro de esas bolas y además estuvieran obsesionados con abrir las puertas... era evidente que eran carnaza - esto..eh... FUGAZZA me ha dado nuevas órdenes! Fugazza quiere que me sigas! los demás abrirán las puertas! Nosotros seguiremos órdenes especiales de Fugazza!! - mentí, intentando agarrarle fuerte para que no avanzase penosamente y esperando ver si reaccionaba.

Por fortuna para El Negro el era algo más grande que un pequeño niño, por lo que no le fue demasiado complicado agarrarlo para evitar que este se marchara a actuar bajo los designos de Fugazza, percatándose ya de paso lo mal que estaba el cuerpo del joven luego de aquel terrible golpe.

-Abrir las puertas... -Dijo con su debilitada voz mientras trataba de apartarse de El Negro para cumplir con su cometido- Abrir... las... puertas... Fugazza... lo pide... tengo que... abrir... las puerta...

No parecia escuchar la mentira de El Negro, tampoco parecía reconocerle; estaba absorto con aquella misión.

Sin dejar de agarrar al niño para que no avance, obviamente en un estado mental deficiente, miro las demás bolas a mi alrededor para ver si estaban saliendo más personas de allí, y si se habían acercado a las puertas si eran vistos por los guardias del interior de la ciudadela.

Iba a ser imposible para mí detenerles a todos si de verdad iban a salir de esas bolas. ¿alguna forma de evitar que fuesen hacia la puerta? ¿Y si meto al niño en la bola de nuevo y la cierro?? 

Pensaba frenéticamente sabiendo que el tiempo se me venía encima...

De las demás bolas no salía absolutamente nadie, al menos que El Negro pudiera ver con sus ojos; pero entre los gritos de soldados yendo y viniendo de aquella fortaleza y de la gente de la ciudad que ahora tenía una enorme bola metálica incrustada en su sala de estar, El Negro pudo notar algo: Golpes.

De una bola cercana parecía que algo, - o alguien - de su interior quería tratar de salir, aunque sin demasiado éxito al respecto; probablemente este mismo fuera el caso del niño que acababa de liberar, porque una cosa era que fuera pequeño para ahorrar material, pero otro distinto es que tuvieran fuerza para abrir las compuertas.

Lo más probable es que todas aquellas bolas metálicas que lanzaron hubiera al menos un niño enviado con aquella misma misión; abrir las puertas de entrada.

A pesar que el niño se encontraba herido por el golpe, y por haber sido lanzado por los aires en el interior de una bola metálica, pero principalmente por el golpe; este seguía moviéndose, usando sus fuerzas para tratar de alejarse de El Negro y cumplir con el cometido por el cual fue lanzado por los aires.

-Abrir las puertas... -Dijo con su debilitada voz mientras trataba de apartarse de El Negro para cumplir con su cometido- Abrir... las... puertas... Fugazza... lo pide... tengo que... abrir... las puerta...

Escalofríos inmediatos. Esperaba que no fuesen niños, sino chinos muy bajitos. Y debiluchos. 

Intenté meter al chico de nuevo en su bola para cerrarla y que no se fuera directo al suicidio. Las puertas estaban demasiado vigiladas!!! - Vamos!! venga, a dentro! - con un gran esfuerzo.

Cuando El Negro se acercó a la bola nuevamente para tratar de meter al niño en su interior, este se encontró con que el jovencito luchaba con todas sus fuerzas para no volver a ser encerrado en aquella esfera metálica; a fin de cuentas, si era encerrado iba a estar más lejos del objetivo.

-¡Abrir las puertas! -Gritó con su debilitada voz mientras trataba de apartarse de El Negro para cumplir con su cometido- ¡Abrir... las... puertas... Fugazza... lo pide... tengo que... abrir... las puerta...!

Entre que el niño gritaba y se resistía a ser metido en el interior de aquella esfera, era probable que alguien escuchara semejante jaleo, y teniendo en cuenta que estaban cerca del palacio donde Peggy se encontraba, lo más probable es que los soldados pudieran escuchar aquello.

No había otra. Le di un golpe en la nuca al niño para dejarle inconsciente. De esas fuertes pero no tan fuertes como para matar. Le arrastré hacia dentro de la bola para que estuviera "a salvo" y medio cerré la compuerta para que no fuese un blanco fácil. Ojalá cuando despierte fuese él mismo.

Tras eso me escondí como pude para evitar ser visto por los soldados que pudiesen aparecer. Por fortuna las demás bolas seguían cerradas!!

Era claro que "El Negro" era un Agente porque había visto demasiadas películas de espías, puesto que no existe ese golpe de karate capaz de noquear a ningún niño; pero aún así aquel golpe fue lo suficientemente fuerte como para que el pequeño Asher se llevara las manos a la nuca el tiempo suficiente como para que El Negro pudiera meterlo dentro de la esfera.

-¡Ay!. -Se quejó por el golpe antes de ser encerrado- ¡La... Puerta...! ¡Fugg-

Un problema menos.

Por fortuna par "El Negro" este pudo ocultarse justo a tiempo antes de que una pareja de soldados uniformados con unos uniformes distintos a los que este llevaba y estaba acostumbrado llegaran a la zona de la "Ex-Campana convertida en Bola Metálica Embarazada con el Niño Judío".

Al parecer estos soldados formaban parte de otra rama militar que la que este había robado; probablemente fueran las fuerzas especiales de seguridad de la presidencia. Algo que se destacaba por sus uniformes notablemente más elegantes y menos de color verde y caqui... ¡Y llevaban gafas de sol para verse más COOL!.

Al parecer iba a tener complicado infiltrarse en el inerior de aquella instalación a pesar de llevar aquellas ropas que había logrado mangar; no solo por el hecho de estar disfrazado de un uniforme distinto a los que pasaban por allí si no porque su rostro ya había circulado por el público y no es como si hubiera visto a mucha gente de color por la isla.