Partida Rol por web

Claire agarró la mano de Sextus cuando la tuvo al alcance y le ayudó a subir a lo alto del portaviones. No había dado ni un duro por él, pero allí estaba contra todo pronóstico, vivito y coleando. Aunque su impasible rostro no lo demostraba, le había cogido cierto aprecio a aquel tiparraco y se alegraba de que hubiera sobrevivido, aunque todavía no estaban a salvo y cualquier cosa podía suceder. 

- Se me ocurre que, dado todo lo que hemos vivido en la isla, podría ser que el extraño fenómeno temporal que afecta a todo el lugar también afecte al barco y lo que hay dentro. Eso podría hacer que los cadáveres, que los habrá... - Sonrió ante su propia ocurrencia antes de decirla. - ...hayan dejado de estar muertos y ahora vivan de nuevo aunque sin la mente que les regía entonces. Igual quieren comerse nuestros cerebros para recuperar algo de sensatez... - Y dijo aquello como si nada y sus compañeros no supieron si realmente lo decía en serio o lo hacía en tono de broma. - ¿Vamos a descubrirlo? - Entonces empezó a buscar una entrada hacia las bodegas de la nave.

JAJAJAJAJA LA HERMANA CLAIRE VS ZOMBIES JAJAJAJAJAJAJAA

ME MEOOOOOOOO

Sextus por fin consiguio subir, entre mi zapato y los disparos de la monja que este vez si iban dirigidos hacia el animal y no hacia el pobre Sextus; Como se notaba que entre ellos habia algo conseguimos que el muy inutil subiera.

Me acerque a él tirando mi otro zapato pues ya no me servia de nada.
Tu has estado viajando en el tiempo, verdad? le pregunte duramente mientras escuchaba las palabras de la monja que, aunque en un principio me parecieron subrealistas, poco distaban de toda la realidad que nos estabamos encontrando. Que mas has visto??

El entrar en aquel buque como decia la monja dependia mucho de lo que Sextus dijera, siempre podiamos esperar a que toda la destruccion de la isla finalizara y ver si conseguiamos volver a ella.

Milagrosamente, el enclenque intérprete evitó la muerte que se cernía sobre él, y gracias a la ayuda de algún disparo y zapato volador, logró salir  airoso y renqueante, trepando hasta llegar a cubierta. Zenji no daba crédito y solo pudo acercarse y darle una palmada en la espalda para decirle divertido...

- Parece que has vuelta a nacer. Omedetogosaimasuuu! - bromeó con Sextus, el cual aún suspiraba y estaba pálido como un...¿Japonés? Bueno, será mejor que nos movilicemos... No sabemos si esto está completamente abandonado o no... - trató de expresarse en un pésimo inglés, defendiéndose cómo podía mediante gestos para que le entendiesen.

Zenji observó con detenimiento el lugar, explorando toda la superficie pero sin internarse embellecer interior de aquel navío. Necesitaba hacerse con una idea general de dónde estaban exactamente y que podían usar en su favor. Si era un portaaviones ¿Era posible que encontrasen un avión para largarse de allí de una vez por todas?

Lo primero de lo que te das cuenta es de que aquello de portaaviones no tiene na de na. Estáis en un destructor, y americano, nada de japonés ni ocho cuartos. 

Lo siguiente que ves es que toda la cubierta está medio calcinada, como si hubiese habido un incendio masivo.

Y por último, ves algunos botes salvavidas. Puede que alguno de ellos esté todavía intacto, pero no lo sabréis hasta que no los examinéis en profundidad.

Sextus por fin había conseguido subir, y gracias a los demás, porque si de él nada más hubiese dependido, ya estaría dentro del estómago de ese cocodrilo, pensaba

Todavía no había recuperado el aliento, y Carter me preguntó por sus viajes en el tiempo. Sextus la miró, agotado y confundido.

-Pues... no llegué tan lejos, la verdad. Sí que vi el cocodrilo y escapé de milagro, y vi el barco de lejos pero no llegué a subir, así que no puedo ayudaros con esto, lo siento.

Sextus se levantó y miró a su alrededor.

-Este... es un barco americano, creo.

Un vistazo rápido de lo nipónmoe permitió darse cuenta de que estaban sobre un destructor americano en el que toda la cubierta había sido calcinado por un incendio, puede que algún bombardeo japonés, pero si no estaba hundido, quizá hubiese algún chance de encontrar a alguien con vida en el interior.

Se acercó hasta uno de los laterales y pudo comprobar que habían algunos botes salvavidas, pero la mayoría de ellos también afectados por el fuego o destruidos, por lo que intentó comprobar si al menos uno de ellos estaba en buenas condiciones. Nunca se sabía, y dada la suerte que tenían, era más que probable que tuviesen que largarse del lugar por patas, y había que estar prevenidos su tener una posible ruta de escape, aunque fuese provisional.

- Toda la cubierta ser quemada por fuego - intentó resaltar lo evidente Zenji, para después señalar al centro. Esto ser destructor americano. ¿Debería explorar juntos? Allí haber botes salvavidas, Zenji comprobar si alguno ser de utilidad aún...

Y dicho y hecho, se puso a mirar con más detenimiento los botes, sin dejar de sostener a su querida Diana de la mano. No quería terminar separándose de ella por cualquier contratiempo...

Sextus tradujo a todos lo que decia el japones. Y dajedo claro lo que este queria expresar, aprovecho para expresar su propia opinion al respecto. 

Si este barco esta aqui, no puede ser porque la tripulacion no lo haya echo funcionar. Y es bastante probable que este atorado bajo el agua. Busquemos mejor cosas utiles para sobrevivir y marchemonos mar a dentro. 

Viendo que el traductor me era completamente inútil solo quedaban dos opciones, una los botes salvavidas de los cuales ya se estaba encargando el nipón y otra, la que habia dicho anteriormente la monja, inspeccionar aquella nave para ver que podíamos aprovechar de la misma.
Hermana cuantas balas le quedan?? le pregunte pues si tal y como habia vaticinado en el interior íbamos a encontrarnos zombies mejor que ella fuera delante.

Hermana!! la increpe Usted y yo vayamos adentro, Jack y Sextus si quereis podeis acompañarnos o quedaros aqui con ese par de tortolitos dije mientras observaba como el nipón arrastraba en pelotas a la rubia, si a esta le gustaba ser una traidora era su problema pero en cuantos llegaremos a casa yo iba a entregar a su amorcito a las autoridades, Asi que?? Nos ponemos en marcha??

- He disparado tres, por lo que debiera tener todavía seis disparos. - Respondió entonces la religiosa. - Poca cosa para luchar contra monos gigantes y cocodrilos enormes. - Sonrió. - Lo peor está por llegar... - Dijo entonces resignada. - Lo huelo. Así que vamos a necesitar algo más que seis balas. - Asintió con la cabeza. - Le sigo. - Afirmó entonces rotundamente.

La hermana empezó a seguir los pasos de Carter en dirección a las entrañas de aquel barco. La idea era recopilar armamento, alimentos, mantas y otro objetos útiles para lo que tenían por delante. No sabía que podían encontrar allí abajo, pero cualquier cosa útil sería bienvenida. 

Miró entonces a Sextus y al doctor. Aquella simple mirada decía mucho más de lo que parecía. Expresaba una orden clara y concisa, "haced caso a Carter". Sabía que Jack vendría con ellas, no por nada se había convertido en el perro faldero de su antagonista particular, lo dudaba más de Sextus. Ese condenado tirillas era un cobarde, pero ella prefería tenerlo cerca. Había resultado útil de un forma metafísica, a la hora de sobrevivir.

- Nos vamos. - Apoyó su mirada con una rotunda afirmación que abarcaba a Carter, a su persona y a los dos hombres vestidos que se hallaban sobre el portaaviones.

El corazón me latía a mil mientras veía a Sextur caer por la borda hacia las fauces del cocodrilo gigante.

Afortunadamente, y nunca mejor dicho, la diosa fortuna quiso que se salvara milagrosamente con la ayuda de la hermana y unos reflejos de equilibrista. Entre tanto, para evitar ver el horror de ver al sangre, había enterrado mi cabeza entre el pecho y los brazos de Zenji.

Cuando el intérprete volvió a cubierta y volvió a hablar sobre la grita temporal allí mismo, no pude si no pensar que estábamos perdidos. ¿Cuando podríamos coger un agujero temporal de esos? Como fuera, quedarse allí era peligroso y pocas cosas útiles habría por allí, según Zenji.

- ¿Un destructor... Barco de guerra? - pregunté a Zenji, traduciendo lo que quería decir a duras penas, mientras tiraba de mi mano para explorar mas cosas- ¿No debería haber armas o munición?

Me imaginaba otra vez a los mandos de una torreta lanza-obuses al igual que en el avión. Esta vez, para mantener lejos a los bichos gigantes.

-Vamos, Zenji. A ver si encontramos algo que ponerte encima, no sea que al cocodrilo le de antojo de salami y suba hasta el barco a buscarte...

Poco a poco ibais mirando por todo el barco, a ver qué encontrabais. Diana fue la más hábil, encontrando lo que era la armería del barco... completamente cerrada, tras una puerta con llave, pero al empujarla, el cerrojo saltó, tan achicharrado como todo lo demás.

Dentro había fusiles de vuestro tiempo, ni más ni menos, pero también quemados. Quizás alguno fuese... o quizás no.

- Vaya por Dios... - Exclamó la hermana. - Todo ésto nos hubiera ido bastante bien. - Se agachó junto a una de aquellas armas. - Aunque el fuego no tiene porque haber afectado a su funcionamiento... - Agarró un arma y comprobó su estado. - Aunque solo funcionaran un par de ellas...

La hermana estaba convencida de que todavía tendrían que seguir luchando por sus vidas. Su pistola estaba casi sin munición y necesitaban cuanto antes nuevo armamento, si querían afrontar con garantías los nuevos desafíos que se les venían encima. De no encontrar armas de fuego que pudieran utilizar, buscaría algún tipo de arma a cuerpo a cuerpo, una cuchillo militar, una bayoneta... algo.

Segui a la monja mientras recorriamos el interior del buque y finalmente encontramos una arteria con algunas armas aunque parecían que no funcionaban, yo me decante mas por encontrar ropa que ponernos y una radio por la que hablar.
usted encárguese de investigar las armas le dije a la monja mientras las inspeccionaba con la posibilidad de poder conseguir algo de municion para la pistola que llevaba Yo voy a ver si funciona algo en este maldito barco

Asi que nuevamente me adentre en aquel barco con la esperanza de encontrar algo mas.

Zenji estuvo mirando y revisando por la cubierta los botes salvavidas, pero ninguno le pareció que estuviese en buen estado para navegar mar adentro. A su lado Diana le aconsejó vestirse y dejar de mostrar salami, y le pareció una buena idea, el salami solo era para ella, no había razón alguna para que lo enseñase al resto.

Acompañó al interior del navío a la joven, hasta que ambos encontraron un almacén con muchas armas, aunque lamentablemente la inmensa mayoría calcinadas y sin posibilidad de poder ser usadas. ¿Qué mierda de barcos construían los americanos? Mientras su querida rubia seguía valorando el estado de algunas armas, Zenji decidió abrir la puerta que supuestamente conducía al sector de las habitaciones de la tripulación. ¿Qué encontraría allí? ¿Lograría hacerse con algo de ropa? ¿Habrían camas para poder acostarse con su hermosa alemana?

- Diana... ¿Tu querer venir conmigo a camerino de capitán? Allí tu y yo quizá poder tener intimidad... ¿No querer probar rico salami de Zenji? - expresó divertido contenedores de un lado a otro moviendo su miembro frente a Diana, sin darse cuenta de que había tras la puerta que acababa de abrir...