Partida Rol por web

Zenji encontró ropa, de marinero, teniente e incluso de capitán. Los camarotes tenían muchos uniformes, algunos en mal estado, quemados, empapados y arrugados, pero otros muchos estaban en perfecto uso. Si quería ser el de mayor rango de aquel estrafalario grupo, podía serlo, aunque era dudoso que sus órdenes fueran a cumplirse. Eso ya era otro cantar.

Zenji era Zenji, siempre iba a lo grande, como su salami, por lo que nada más encontrar algunos uniformes con los que vestirse, no dudó en colocarse el uniforme de capitán, y tras aquello, salió al encuentro de su hermosa rubia alemana en la cubierta. Estaba impecable, como un pincel, y casi con total seguridad muchísimo más atractivo que jamás en su vida. 

Al ver a Diana le sonrió divertido, la miró de arriba a abajo, y simuló ser un oficial americano realizando pasos militares y flirteando con ella.

- Yo ser oficial de marina americana, importante capitán Zenji Abe. - Entonces se acercó con elegancia, colocando su brazo para que la joven se abrazara a él. ¿Quieres que yo invitar a una bebida, querida? Conmigo no faltar nada, yo cuidar siempre de ti, baby. Poder casarnos y tener hijos gringos ¿Decir así? ¡Oh! Yo olvidar...

Entonces se colocó la mano en la sien, simulando el saludo militar que había visto en sus grabaciones antes de atacar a su acérrimo enemigo en Pearl Harbor, y realizó el movimiento a la vez que gritaba.

- ¡Viva EEUU! ¡I LOVE AMÉRICA! ¡Fuck yeah! - inconcebible viniendo de un japonés...

Mientras el resto se empeñaba en seguir rebuscando entre los restos de aquel cascarón vacío, la hermana continuó haciendo descender aquel bote. Puede que fuera peligroso salir a mar abierto, pero era la única forma que tenían para salir de allí. De todas formas, seguir en las inmediaciones de aquel lugar era igual o más peligroso todavía. La experiencia se lo había demostrado a todos ellos.

- ¿Alguien puede ayudarme con ésto? - No solo buscaba ayuda para poner en el mar el bote, sino que además buscaba apoyo de alguno de ellos en la idea de salir a mar abierto, pues parecía ahora, que nadie estaba dispuesto a irse con ella y sobrevivir sola iba a ser más difícil.

En el barco no se podía hacer gran cosa mas aquello estaba claro y en la cubierta poco probable era el resto, la idea que habia tenido Diana de buscar una grieta temporal era interesante pero tampoco conocía mucho de como le habia ido a Sextus asi que intento razonar con la monja.
-hermana ir a mar abierto es un suicidio le dijo mientras veía como la misma intentaba bajar uno de los botes Si quiere volver a la isla para ver si podemos sacar algo de lo que haya quedado allí la ayudare con gusto pero si su idea es ir mar abierto lo siento...

Mire a Jack pues parecía que después de todo lo que habia sucedido era un muñeco que se movía tan solo porque yo le estiraba, mire a lo lejos para ver la isla y si se podía volver ya a ella o aun era pronto mientras buscaba a Sextus para preguntarle como funcionaba todo lo de las grietas temporales.

Apenas había dicho aquello Carter cuando una gigantesca colada de lava empezó a deslizarse montaña abajo hacia la costa. Puede que la isla sobreviviese, pero sin duda hacerlo en ella no iba a ser nada fácil. Las llamas parecían extenderse por el bosque y desde vuestra posición podíais ver numerosas criaturas moviéndose, incluyendo a ese maldito mono gigante.

La isa era como una gigantesca trampa mortal, en todos los sentidos.

- ¿Una jodida trampa mortal? - Dijo la monja de combate al aire. - ¡No jodas, eso ya lo sabía yo sin necesitar tú estúpida aclaración! - Dijo la hermana sorprendido a todos. Era como si le estuviera hablando a un supuesto narrador omnisciente al que solo ella escuchaba. Entonces miró a Carter. - ¿Vas a ayudarme con el bote, o vas a seguir haciendo de listilla? - Le preguntó de manera tajante.

Sextus se puso a ayudar a la alemana sin miramientos, y mientras ella tiraba de un lado, el aguantaba como podía el peso, y viceversa.

Una vez pillado el sistema de la polea, era mas maña que fuerza. Y menos mal, porque de fuerza no iba precisamente sobrado.

Para dar una explicación mas detallada… ufff.

La isla vive dentro de una burbuja temporal. Hay animales extintos y bestias de otras epocas.

Los portales, son concentraciones magnéticas de gran poder. Coño, no suelte doña.

Dijo con esfuerzo.

Luego de que me atrapara una, nos vimos carter. Volvi justo al momento del accidente.

Pero aquella cosa te traga como si fuera. OHhhh.

Ich lasse nicht los, beruhige dich.

Le dijo a la monja.

No puedes elegir a donde vas, geográficamente hablando. Y mucho menos a la época. Estuve a punto de morir una docena de veces, creo incluso poder escri i i bir un libro al respecto.

Siguió tirando de la cuerda y vigilando la polea.

Descartelo.

Y esa fue la sentencia.

La hermana miró al intérprete de reojo.

- Du musst mich nicht gehen lassen. Ich werde tun, was aus meiner Muschi kommt. - Le respondió agriamente. - Wer bist du, der mir sagt, was ich zu tun habe?

Por suerte, al menos le había ayudado bastante con el tema de soltar el bote. Ya estaba listo para ser utilizado y salir de una vez por todas de allí.

- ¿Nos vamos? - Preguntó a todos haciendo claras señas hacia el interior del bote. - Tengo ganas de llegar a casa y echar un buen polvo... - Tragó saliva. - ...con Dios. Que es mi... - Tragó más saliva. - ¿Marido?

Entre Sextus y la hermana, lograron bajar el bote, que por fortuna estaba entero y no parecía hacer aguas. Mientras tanto, el barco os protegía del intenso oleaje que había cerca de los arrecifes, dejandoos el mar abierto o la costa como únicos lugares a los que ir, aunque en la costa, la lava parecía estar extendiéndose a todo lo largo de la misma.

Un tremendo rugido resonó entre el ruido de las olas.

Aquel maldito mono ya estaba haciendo de las suyas o al menos, fingiendo que lo hacía (los machos siempre haciendo de machos). Suerte que ese sonido ahogó las confusas palabras de la hermana, que nadie acertó a comprender del todo, aunque sí a imaginar a todo lo que podía referirse.

Así que nada de viajar seguro.

Pensé mientras Sextus hablaba la la escapada por el agujero temporal era algo que se descartaba. Solo nos quedaba viajar en el bote que el resto estaban bajando por la borda del barco mientras Zenji se hacía el gracioso vestido con uniforme Americano. 

No puede evitar una risilla al verle hacer el tonto, imitando el acento Americano. Era bueno tener un poco de humor en aquella situación tan precaria. - Oh, Capitán, mi Capitan!- Dije respondiendo a su saludo militar con otro mio, después de darle un beso en la mejilla.- Si tenemos la suerte de llegar a salvo te prometo cantarte el cumpleaños feliz como si fuera el presidente de los Estados unidos -¿Quién dice que Marilyn Monroe no lo copiara de una artista de verdad? Yo misma se lo enseñe a esa aprendiz de ....!

Miré a un lado y me hice yo misma con otro atuendo de la marina Americana. Ya que tenía la posibilidad, no iría por ahí en braguitas y sujetador.

- Este mismo-Dije vistiéndome a toda prisa mientras veíamos de lejos como el bote tocaba mar y la isla parecía gritar de dolor por el fuego del volcán. Elegí uno a la azar. ¿Teniente? Ni idea de que era eso pero parecía mas bonito que uno de marinero. - ¿Yo seré una gran... no se...generala? ¿De que es este? Creo que...-

No terminé de decir nada mas, cuando oí al mono gritar desde allí. No se porque pero me daba la sensación que el puñetero bicho iría hasta el barco. Todo el mundo sabe que los monos no saben nadas, pero ese bicho, con tal de hacer pie, sería capaz de cruzar a pie el océano!

- Corre, Zenji!- Tiré de él para reunirnos con los demás justo cuando la monja decía cosas dispares.- ¿De que orden sagrada dice que es? ¿De Santa Verga Bendita?- Es mujer estaba mas caliente que el picaporte del infierno, o esa sensación me daba.

- No me gusta, pero el mar parece mas seguro que este sitio - Añadí mientras esperaba mi turno para bajar al bote.- Que no se olviden los remos!

- ¡Bien Diana! - Sonrió la veterana religiosa. - ¡Por fin alguien con los suficientes cojones! Y no es ninguno de estos hombres... - Repasó de arriba abajo a Jack, Zebji y también a Sextus.

Lo mejor era que si Diana decía que si al bote y al mar, también lo haría el amarillo. Ya eran tres contra la morenaza, solo faltaban pronunciarse el intérprete y el doctor, quién por otra parte, llevaba demasiado tiempo callado. ¿Que carajo le pasaba? Lo recordaba más hablador.

- Está decidido entonces. - Sentencia hermana colcando los remos en el bote y asegurando que no faltaban chalecos salvavidas. - Jack, Sextus, Carter. Al bote. - Les ordenó.

Aquello no era una democracia. Se decía de la democracia que era la menos malas de las formas de gobierno. Ella creía en cambio que su bien amado Fhürer era la mejor de las formas de gobierno. Un líder carismático, un líder fuerte y un líder implacable. Si, sin duda esa era la mejor forma de gobierno y allí ella era la mejor representante del Kaiser. Por lo tanto, se haría lo que ella ordenase.

Zenji dudó durante unos segundos. ¿De veras la opción más segura era adentrarse mar adentro, haciendo frente con un mísero bote a remos a olas descomunales? Si la isla todavía estaba en erupción y no era una posibilidad viable, antes de adentrase sin rumbo fijo a lo desconocido, ennalta mar, Zenji prefería mil veces quedarse en aquel destructor americano. ¿A caso iban a estar mejor en alta mar y sin recursos? Quizá explorando mejor el barco lograban encontrar algo más, y los agujeros en el tiempo de los que hablaba Sextus...¿No sé producían cerca de la isla y de ese barco? ¿De verdad la mejor ocurrencia era ir mar adentro?

- Diana, creo que bajar a bote y remar mar adentro es una pésima idea de monja de Santa Verga Bendita.. - le dijo con firmeza, sujetando su mano para que no bajase sin más al bote. Este navío no ser destruído fácilmente por olas gigantes o cocodrilo que casi acabar con Sextus y partir en dos como nuez canoas connlos que llegar aquí. ¿De verdad creer que ser buena idea ir sin rumbo, provisiones ni nada de nada, mar adentro? Monja estar mal de cabeza, yo mantenerte a ti aquí conmigo... No querer que mueras por insensatez de vieja pocha...

No obstante, no pretendía hacerle daño ni retenerla contra su voluntad,npornlomque si bajaba, dejaría que lo hiciese, a expensas de ver qué quería hacer el resto. De momento se mantendría en cubierta pero con mirada triste y dolida si Diana decidía irse...

Sextus ayudo a la hermana a bajar el bote mientras yo seguia mirando como la lava se comia la isla y el me explicaba el tema de lo agujeros temporales, estaba visto que eran incluso mas suicidas de utilizar que lo que pretendiamos hacer.

Aquel gigantesco mono parecia que queria lanzarse hacia nosotros a un intento desesperado de salvar su vida con lo que el quedarnos alli tampoco era una idea genial.
-Si quieres quedarte tu mismo le dije al nipon sin saber si me entenderia o no Pero tal vez ese mono no opine lo mismo

Y despues de aquello me subi al bote junto a Jack con la intencion de remar en contra de aquella fuerte marea.
Si tenemos mas remos y lo hacemos entre todos tal vez consigamos salir de este maldito lugar dije agarrando uno de los remos con fuerza y disponiendome a remar.

Era una idea descabellada pero que no lo era en aquel maldito lugar??

- Sabía decisión, Carter. - Le dijo la monja a la zorra morena.

Abordo del bote ya estaban Carter, Diana, Jack y ella. Tan solo faltaba que se unieran a ellos dos de los hombres. Cómo de costumbre, eran las mujeres las más aguerridas y valientes de aquel variopinto grupo. Sobre todo teniendo en cuenta que Jack había subido al bote embelesado por el hechizo de la morena y la promesa de volver a libar su flor.

- No vamos a esperar a nadie. - Dijo Claire. - Es ahora o nunca y no creo que queráis enfrentaros al monito...

Sin más pudo un remo en el agua y esperó unos pocos segundos antes de empezar a remar. Una última oportunidad para los dos indecisos hombres, el japonés y el hombrecillo escuchimizado.