Partida Rol por web

Al escuchar las palabras de Yuri miré a mi alrededor para asegurarme que nadie más lo oía y le dije en voz baja. No se cuánta razón hay en esas palabras compañero, pero algo está claro, aquí las piezas no encajan para nada, y todo esto me está sonando cada vez más a chamusquina. Quizás no fuera la frase más acertada dados los numerosos fuegos que rodeaban el campamento, pero Yuri era agudo y seguro que sabía a qué me estaba refiriendo.

El vidente, aunque por la distancia no puede haber escuchado los susurros de Yuri y Tarkov les mira mientras dice: El Emperador ha apoyado siempre esta Catedral y la Inquisición nos ha mandado para defenderla de los elementos que conspiran contra ella. Puede contar con nosotros abad Skae.

El abad relaja el gesto con las palabras de Aristachus: Gracias, no esperaba menos. Bien, todos tenemos trabajo por delante - dice para la masa de gente que se congrega en las escaleras - no dejemos que esto enturbie nuestra labor, ayudad a reconstruir y sed solidarios con el que haya tenido pérdidas.

La multitud comienza a dispersarse y entonces os dice: Agradezco su esfuerzo, vayan a descansar a la posada y el hermano Soras irá para atender sus heridas.

Dhamon observo la situación, estaba claro que las ultimas palabras habían sido una despedida clara y concisa por lo que saludo al Abad y al Inquisidor Aristarchus. Sus pasos le llevaron hacia la salida y hacia el lugar donde descansarían para recibir esos cuidados y ponerse manos a la obra con la siguiente investigación. El noble no tenia muy bien las ideas claras, pero estaba convencido de que ese Seth podría ser una pronta amenaza de nuevo contra la catedral y el asentamiento. Debían averiguar los motivos reales de todo ello.

-Hay que acabar con todos los herejes, la iglesia es quien manda, y cualquier enemigo de ella lo es nuestro, en especial ese Seth que está sembrando la discordia y el pánico entre esta gente religiosa y pacífica. Abad Skae, nuestra bota erradicará esa infección de un pisotón. ¿a qué si muchachos? Todos aquí estamos con la iglesia, aunque alguno parezca diferir de sus métodos, pero la fe y los métodos le hará entrar en razón tarde o temprano. -continué mi discurso alentado por la eficacia del anterior, me planteaba hacerme predicador -Descansaremos lo mínimo mientras disfrutamos de las curaciones y los tratos que nos brindáis y defenderemos a la Cantamuertes y la catedral hasta el último aliento que nos quede. ¡POR EL IMPERIO UHA!

- Seth tiene un ejército, si realmente decidiera erradicarnos poco podríamos hacer - responde el abad aplacando la euforia del guardia imperial. Sin embargo no creo que se arriesgue a atacar de nuevo antes de la consagración y sufrir más bajas pues limitaría su poder contra los otros señores de la guerra...esperemos tener un respiro.

Octus se relaja pensando que alguien atenderá sus heridas. Unas horas de sueño le parecen una recompensa divina en este momento, cuanado va a marcharse para seguir a sus compañeros dice:

¿Teníamos pendiente entrevistarnos con la Cantamuertes?¿Podría ser ahora?

- Ha insistido en quedarse en el campamento de guerreros - vayan a preguntar por ella allí. Dicho esto se va.

- Aprovechen para descansar y que les curen esas heridas, nos queda trabajo por hacer. Yo voy a hablar con el abad - sa marcha detrás de Skae.

Estáis solos en las escaleras de la catedral.

Octus respira hondo. Ha sido un duro día al servicio del Emperador.

Bien, pues yo me voy a que me remienden y luego iré al Campamento ese de Guerreros, por si alguien quiere acompañarme.

El arbites se echa el equipo a la espalda y se encamina arrastrando los pies hacia el lugar don de les han alojado.

Será mejor que vayamos todos juntos.-Añade Yuri asintiendo a las palabras tanto de Tarkov como de Octus, si a Yuri le pagaran por cada vez que desconfiaba de algo sería el hombre mas rico de la humanidad.-No vaya a ser que nos maten por el camino o nos ataque algún animal salvaje.-Dice rememorando ese inusual ataque de la criatura en lo alto de aquella colina.

-Yo voy, he de conocer a la cantamuertes.

Dije lacónico.

Sí, claro, vamos todos. Pero… ¿Nos esperareis a que nos den unos puntos o algo? Yo tenía algún remiendo que requerir, pues se me habían descosido algunas costuras del cuerpo. Te acompaño al costurero Octus.

Voy con ustedes, no me gustaría que se me infectara alguno de estos cortes.-Comenta con cierta indiferencia mirándose las escuetas heridas que tenía visibles, como si hace unos minutos no hubiese estado rodeado por las llamas.-Definitivamente he de reconocer que tenemos mucha suerte...o una gran pericia matando gente.-Lanzó el comentario mientras seguía bien de cerca a la pareja de moribundos quejosos que conformaban sus dos compañeros Octus el tozudo y Tarkov el astuto.

En las posada subí a vuestro cuarto para la lavaros las heridas mientras llega el hermano Soras. El propietario os sube el almuerzo al cabo de un rato y justo en ese momento llega el acólito que diligentemente y por orden comienza a revisar vuestras lesiones.

Tras varios vendajes compresores, unos analgésicos para el dolor, alguna sutura y recomendación de resposo el religioso se va y la mayoría no es que os encontréis mucho mejor.

Dhamon agradeció los cuidados del Hermanos Soras, pero la verdad es que estaba en muy mal estado.

- No se si podre acompañaros. - Dijo el Noble, mirándose de arriba abajo. - Un nuevo enfrentamiento pondría mi vida mas cerca del Dios-Emperador en este momento tan crucial. 

La situación había sobrepasado las expectativas de Dhamon de una forma bastante desagradable y el dolor por las quemaduras no ayudaban en nada. Hubiera esperado que Aristarchus pudiera sanarlos un poco con los Dones del Emperador. Pero este no había abierto la boca para nada, tal vez debería incluso hablarlo con el.

-Dhamon, no te preocupes, descansamos unas horitas y luego vamos en busca de la Cantamuertes, igual ella tiene mas poder de curación para ti. ¿y si me hago una herida para que ella me cure?, ya veremos...

Le di ánimos para que continuásemos. Cuanto mas fuésemos mas alegría le daríamos a la Señora, además, el grupo de Seth era numeroso.

Yo me siento algo mejor. Vayamos a ver a esa mujer...

Zachariah no puede disimular la molestía que todavía siente, pero no quiere seguir mostrando debilidad...

Tras comer y descansar un rato os dirigís al campamento de guerreros. Reparáis en el espantoso precio que ha pagado el asentamiento por la victoria. Hay decenas de muertos, secciones enteras de Desesperenza han quedado reducidas a cenizas y todavía se escuchan los gritos y gemidos de dolor y pérdida por doquier. Pero sabéis que el desenlace podría haber sido mucho peor.

AL llegar y solicitar audiencia con Esha Raine, los guardis de la puerta no paran de rechazar vuestra solicitud sin dar más explicaciones. Tras mucho discutir con ellos, uno se adentra en un tienda al fondo y de ella sale Kos'ke que con gesto duro viene hacia vosotros.