Partida Rol por web

Kenneth se mantenía en silencio, escuchando todo lo que Cass tenía para decirles. Sabía que el parapeto era solo la primera prueba, pero sabía que no era ni la más dura ni la más letal.

En el momento en que sintió el aleteo y vio al draaagon posarse frente a ellos instintivamente bajo la mirada. Había leído sobre los dragones, pero no sé comparaba en nada con ver a uno frente a frente y aquella era una imagen que podía acojonante. Pero sabía que el que retrosediese asustado o corriese demostraría no ser digno.

En silencio y con la mirada baja Kenneth escucho las palabras finales de Cass, aquel dragón a su espalda daba más carácter a lo que decía y eso era bastante decir ya que aquella mujer se veía bastante dura por si sola.

Eso iba a ser todo por ese dia. Hora de retirarse, dejar sus escasas pertenencias en la habitacion (que parecia iba a compartir con el resto de compañeros) y ver que podia ofrecerle su nuevo destino.

Mientras su lider de seccion hablaba y daba las ultimas instrucciones, de espaldas a un vacio que aseguraba la muerte en caso de caer, un dragon verde con reflejos dorados se poso a su espalda. La chica ni se inmuto. Asterion intensifico la mirada sobre la chica. Se habia dado cuenta y estaba ignorando deliberadamente a un dragon que podria masticarla sin pestañear habida cuenta de la diferencia de tamaños.

Nunca había visto un dragon hasta ese dia, no sabia nada de esas monstruosidades con alas, desde luego parecian seres muy racionales, pero ¿como interactuar con algo como eso? Guiandose por su instinto decidio no hacer nada, imitar lo que veia de la lider de sección, si ella ignoraba al dragon Asterion lo ignoraria. 

Segun decia la tal Cassandra los grupos cambiarian y estaba dispuesta a soltar lastre, no era preciso ser demasiado inteligente para tener claro a que se referia. Asterion nunca habia sido incluido en esa clasificación, no habia llegado hasta ahi ni sobrevivido durante esos años siendo una remora. No empezaria a serlo ahora.

Una media sonrisa curvo la parte derecha de sus labios.

          - ¡Muchas gracias por sus sabios consejos maestra! -    Alcanzó a responder Samara con un tono neutro, frío, seguro y ecuánime solo después de haber logrado controlar el miedo que le pudo haber provocado la sorpresiva aparición del dragón y el nervio que la actitud y presencia intimidante de la misma instructora le confería; entonces de acuerdo a la controlada reacción de Cassandra y las silenciosas reacciones de algunos de sus compañeros, a quienes solo miró de reojo por un momento mientras que controlaba por medio de su propia respiración ... concentrando por un momento su mente para dejar que la bella creatura la reconociera de acuerdo a lo que alguna vez de niña recuerda tabién le comentó su madre ..... sus debilidades y al mismo timpo sus fortalezas ... su familia, así que para ella su nueva familia incluía un dragón

         Por supuesto que la bella joven era consciente del riesgo al que voluntariamente se exponían desde un principio, también sabía que no podía confiar del todo en ninguna relación con los otros prospectos.     Pero aún así estaba segura que es necesario colaborar como parte de una maquinaria complementaria con el dragón y los compañeros que lo conduzcan cuando se enfrenten en el aire las adversidades por las que habían sido traidos aqui 

—Deberías pensar mucho mejor lo que dices cuando hablas. Si realmente te crees todo lo que acabas de decir, eres un peligro para ti mismo y para cualquiera que esté cerca de ti. 

Lo de ser un peligro para mi mismo, lo llevo bastante bien, por ahora, como puedes ver...

Lo de ser un peligro para los demás, es tu opinión, aunque pensando así, espero que te alejes de mi y no te me acerques a menos de 10 metros, por tu seguridad, claro... 

Mientras Beren y la muchacha seguían discutiendo, y ella se empeñaba en ir dando consejos, un enorme Dragón se vino a posar en el patio donde nos tenían formados... Esa criatura era enorme, poderosa, inteligente, y muy posiblemente, prepotente como todo el que puede permitírselo, y era obvio que podía, negarlo era de necio, y Beren no lo era. Pero eso no quería decir que le gustara...

El cazador se supo observado y en el instante que los ojos del Dragón se cruzaron con los suyos, dejó que un pensamiento fluyera dentro de su cabeza... luego apartó la mirada. Dudaba mucho que ese fuera el Dragón que él deseaba, y mucho menos que él fuera el elegido por el Dragón Azul...

Estoy aquí para encontrar un Dragón de noble corazón. Espero que exista alguno, y ganarme su favor. Lo demás no me importa. Mi causa y mi juramento lo vale, y eso está por encima de todo.

Estaba cada vez más claro que aquel lugar era muchas cosas, pero honorable?... Beren tenía sus dudas...

Cuantos llegaban allí lo hacían forzados, o creyéndose el mejor ser vivo del mundo, con unas habilidades magníficas y dignos, sobre todo eso, dignos para cabalgar un Dragón. Allí no existía la hermandad, ni la amistad, ni nada que tuviera unos valores destacables para la forma de entender la vida del joven Beren...

Los instructores, parecían hastiados de tener que hacer aquel trabajo. Alguno seguro que prefería limpiar las letrinas o los sumideros de los Dragones antes de tener que hacer algo tan "denigrante" como liderar a un grupo de "novatos", como si ellos no hubieran pasado por la misma humillación.

Bien, yo puedo seguir solo, no es algo que me incomode, de hecho en mi trabajo generalmente es como me muevo, y no obstante, tengo más amor a mi alrededor del que tendrán la mayoría de los que están aquí. Pero cuando podamos romper filas, si quieres ese abrazo, a mi no me importa darte uno, Bastian...

¿Entonces se acabó por hoy? Suspire con alivio ante la idea de descansar, estaba agotada de todo lo que había pasado hoy, aunque no podía relajarme ahora es cuando venía lo duro. Cuando era momento de demostrar o morir. 

Si, maestra, entendido.

La verdad, es que me gustaba, la maestra de la sincera, no nos lo dulcificaba, era realista  eso es mejor para que la gente no baje la guardia y más en algo tan serio como es esta escuela.

Bastian estaba alicaído. No había conseguido parar la pelea. Caminaba como con plomo en los zapatos. Lo que más le había dolido había sido la mirada de preocupación de Fiora. Estaba muy preocupada. Estaba tan preocupada que dolía. Es lo que sintió Bastian. Sin duda, es muy simpática. Bastian le sonrió con tristeza y levantó los hombros, como para consolarla. 
 

Sonrió de otra manera cuando su abrazo fue correspondido.

Bastian siguió preocupado a esta nueva figura de autoridad, distrayéndose un poco. No podía evitar mirar a todos lados, fijarse en los alrededores, en lo que hacían las otras personas. Así podía intentar copiar la actitud, que pareciera que sabía dónde estaba metido, que no pareciera débil. Hasta se fijaba, disimuladamente, de reojo, en cómo hacían para tener cara de serios, y emulaba chapuceramente esas expresiones.

La nueva figura de autoridad le dio miedo con su discurso. ¿Quiere que nos matemos entre nosotros? Es una locura. Es muy simpática. Cuando el líder se dirigió directamente a él, llamándolo gordito, se petrificó de miedo y de vergüenza. Se había quedado casi pálido, tirando a lila. Pero respondió. Tomándose su tiempo, su titánico esfuerzo en cada palabra.

Me llamo Bastian.

Pretendo ser valiente.

Y ahí, en ese instante, quedó su respuesta. En el siguiente apareció un dragón rompiendo muros como ramitas, Bastian soltó un grito, ¡Ah!, y se cayó de culo. Fue sonoro y doloroso. Le dolía el coxis. Pero el dolor lo espabiló. Y espabilado de dolor en el coxis, se fijó en algo más allá del miedo. Belleza. Art era un animal magnífico. Se notaba que era un animal más extraordinario que los humanos. Incluso más que las gallinas o los hongos mágicos. Todavía daba miedo. Bastian puso una mano en el suelo, y se levantó. Puesto de adrenalina, le gritó a Art.

¡ME LLAMO BASTIAN! ¡PRETENDO SER VALIENTE!

Impresionante

Fue el único pensamiento que me vino al ver el dragón a la espalda de Cassandra. Pero no debía dejar que la imagen de aquella belleza alada me distrajera de lo que estaba diciendo mi líder de sección.

Escuché atento y me sorpendió sus palabras al decir que nos dejaría manga ancha y que no tendríamos porqué acabar el mismo grupo: ¿podríamos luchar a muerte? ¿nos reemplazarían por otros si no cumplíamos o si no dábamos la talla? 

Daba lo mismo, yo daría todo lo que sabía para poder ganarme mi dragón.

Luego del llamado a formación, me levantaría de la roca y caminaría hacia el grupo en donde juntaría mis piernas en silencia y colocaría mis manos detrás de mi espalda mientras miraba al resto hasta escuchar a que Ala pertenezco a partir de ahora y quienes son mis compañeros.

- . . . Si mi mirada al principio era de aburrimiento, ahora era de decepción al ver a un chico que parecía nunca haber levantado un arma en su vida y a una chica pequeña junto a mí. - (¿Cómo estos dos pasaron el parapeto?) A una no se le veía músculo y al otro lo único que le faltaba era un libro en su mano, parecía alguien que mejor aplicaría para ser escriba que jinete.

- . . . (Algo destacable tendrán para haber llegado aquí al menos). No sería negativo, a fin de cuentas, si no mueren al menos serán sus compañeros.

Sin más avanzaría por las indicaciones del tal Alec a la sección que nos toda con la otra Ala.

Una vez todo reunidos esperaría a escuchar a nuestro "Jefe" mientras miraba a los otros miembros del ala 4... y solo podría apartar mi mirada con desdén. De las dos alas al menos le tocó la que parecía que más sobreviviría y teniendo en cuenta las palabras del tal Alec parecía que tenía razón.

- . . . Todo el tiempo miraría a los ojos a Alec mientras hablaba, esperaba cualquier cosa de este tipo, pero no lo que ocurriría a continuación.

Viendo el enorme dragón que se cernía sobre el muro rompiéndolo como si fuera de paja... sin duda eran seres destructivos y me constaba de antemano.

Sintiendo su mirad en mi miraría a la bestia directamente a los ojos, no era la primera vez que me encontraba con los ojos de un dragón y solo podría apretar la mandíbula al recordar mientras en mi corazón ardía el odio una vez más.

 ¿Hola chicas!    ¿Has venido hasta acá sola Mía Baxter?    ¿O veniste acompañada como nosotras?   Espero que después nos cuente Skylar por favor una historia interesante acerca de su antiguo galán infante de cloacas ... jajaja, se puede poner interesante el cotorreo si te relajas un poco guapa -

Skylar escuchó como Samara le preguntaba por Asterion y pensaba que habían venido juntos. La pelirroja asomó una sonrisa en sus labios para luego negar con la cabeza.

-Na, yo he venido sola. No tengo nada con nadie -zanjó el tema-. Nos conocemos desde que heramos niños y vivíamos los dos en la calle. Ahí o te pones las pilas o tienes buenos amigos que a veces te las sacan... y Asterion era uno de ellos, aunque más le he sacado yo las castañas del fuego que él a mí. pero es entendible, pues las chicas crecemos antes y nos volvemos mucho antes más duras, fuertes y espabiladas que los hombres.

-Y tú, Samara, ¿te has dejado a alguien especial en tu pueblo? ¿y tu hermano? -preguntó con una sonrisa picara en la cara.

Al rato Cass, nuestra líder de escuadrón, nos llevó a parte a las "garras" y nos habló. El lugar era espectacular, un balcón sin barandilla en el que solo se veía las montañas y valles circundantes. Habiendo estado cinco años enjaulada, presa de algún maniaco demente que quería hacer de ella una jinete, aquella visión le sobresaltó.

pero por si fuera poco, apareció el dragón de Cass, quien abrió las alas haciendo que el espectáculo fuera mayúsculo. Skylar abrió la boca asombrada. No había visto un dragón tan cerca en su vida... de hecho no había visto un dragón en su vida. Y en ese momento se enamoró de aquella raza. Aquel portentoso animal era lo que había venido a buscar y a fe suya que lo lograría o moriría en el intento.

-¡Sí señora! -contestó al igual que sus compañeras pero más marcial y segura de si mima, para que su espiritu se empapara de esa energía y no la liberara jamás.

Asterion escuchó con calma la explicacion de Skylar y su referencia a sacarse las castañas del fuego unos a otros. Si, recordaba el espiritu combativo de Skylar, siempre dispuesta a dar uno o dos puñetazos por quienes consideraba sus amigos.

-No tengo yo esos recuerdos de que nuestro conteo estuviera a tu favor Srta. Fuego, ni que nunca demostraras ser mas dura que yo - dice cruzando los brazos e inclinandose un poco hacia ella, madre mia, habia crecido en estos años, lo cierto es que si se inclinaba mucho quedaria por debajo de ella- en otro orden de cosas -dice volviendo su mirada hacia Samara y sonriendo con atención - veamos que tiene que responder nuestra sureña interrogadora cuando le devuelven las preguntas.

Skaylar levantó una ceja cuando Asterion contestó a lo que estaba hablando con Samara.

-No te ha enseñado nadie que no está bien escuchar conversaciones ajenas... y menos de dos señoritas como nosotras -comentó divertida mirando a Asterion.

- En primer lugar sabes perfectamente que nunca fui educado en las "nobles artes de la corte", en segundo lugar, define señoritas Skylar - le reta Asterion juguetón - y por ultimo, explicame exactamente en que momento se te aplica a ti esa definición - dijo sacandole la lengua, a contiunuación se vuelve hacia Samara - además estoy seguro de que a ella no le importara responderme, ¿estoy en lo cierto?

Skylar miró divertida a Asterion y, dándole un toque con el coda a Samara le advirtió.

-Ten cuidado Samara, que es uno de los supervivientes de la apuesta de la calle del mercado... y eso que era solo un mico. Ahora que es más... más grandote, quizás sea hasta peligroso -dijo punzante la pelirroja esbozando una sonrisa pícara en sus labios.

Asterion miró divertido a Skylar y se rió por el comentario.

-Que posibilidades hay de que una rata de cloaca sea peligroso para...-se llevó la mano a su barbilla pensativo- ¿como has dicho antes? Ah si, dos "señoritas" -dijo haciendo un gesto de parentesis con sus dedos y mirando directamente a Skylar.

-Na, yo he venido sola. No tengo nada con nadie -zanjó el tema-. Nos conocemos desde que heramos niños y vivíamos los dos en la calle. Ahí o te pones las pilas o tienes buenos amigos que a veces te las sacan... y Asterion era uno de ellos, aunque más le he sacado yo las castañas del fuego que él a mí. pero es entendible, pues las chicas crecemos antes y nos volvemos mucho antes más duras, fuertes y espabiladas que los hombres.

-Y tú, Samara, ¿te has dejado a alguien especial en tu pueblo? ¿y tu hermano? -preguntó con una sonrisa picara en la cara.

 

           - Yo, jajaja!    Claro que me dejé a alguien especial; a mi padre, dos hermanos menores y un prometido, seguramente el galán de mi hermanito también dejo algunos corazones rotos, no me extrañaría por el cazanova ... pero tampoco me pudo dejar venir sola ... ¿Como no amarle? -    Le ressponde Samara con un susurro a Skylar, quien de inmediato le cae bien la guapa pelirroja y le da cierta confianza

-No tengo yo esos recuerdos de que nuestro conteo estuviera a tu favor Srta. Fuego, ni que nunca demostraras ser mas dura que yo - dice cruzando los brazos e inclinandose un poco hacia ella, madre mia, habia crecido en estos años, lo cierto es que si se inclinaba mucho quedaria por debajo de ella- en otro orden de cosas -dice volviendo su mirada hacia Samara y sonriendo con atención - veamos que tiene que responder nuestra sureña interrogadora cuando le devuelven las preguntas.

Skaylar levantó una ceja cuando Asterion contestó a lo que estaba hablando con Samara.

-No te ha enseñado nadie que no está bien escuchar conversaciones ajenas... y menos de dos señoritas como nosotras -comentó divertida mirando a Asterion.

- En primer lugar sabes perfectamente que nunca fui educado en las "nobles artes de la corte", en segundo lugar, define señoritas Skylar - le reta Asterion juguetón - y por ultimo, explicame exactamente en que momento se te aplica a ti esa definición - dijo sacandole la lengua, a contiunuación se vuelve hacia Samara - además estoy seguro de que a ella no le importara responderme, ¿estoy en lo cierto?

                  - Calma chicos por favor, hemos mi hermano y yo convivido con algunos círculos nobles, pero la mayr parte de tiempo con otros muy diferentes, así que no nos sorprende un trato mas descortés o hasta provinciano que el vuestro, a veces en confienza mis hermanos y yo nos llevamos un poco así, gracias por la intención Skylar sin embargo antes he tratado con tipos mas rudos que tu amigo de infancia, aunque un poco menos chicmosos ... Jajaja!      Tal vez te hubiera convenido Asterión dejar a Skylar impresionarme con lo que me decía de ti ... jajaja! -     Responde jovial pero con vos baja para dejar la conversación entre ellos, pero no extender las explicaciones frente a los demás, ya que aún no le hbían ganado su confianza como ellos, por otro lado le habían intimidado un poco la maestra y el dragón y no quería su enojo por relajarse tan pronto se hubieran retirado del lugar, pero el interrogatorio de la pareja si le tomó por sorpresa, así que tras mirar por un momento a la simpática pelirroja les contestó con voz baja:

                  - Mi hermano y yo dejamos atrás a la familia y a algún corazón roto tal vez - 

Skylar miró divertida a Asterion y, dándole un toque con el codo a Samara le advirtió.

-Ten cuidado Samara, que es uno de los supervivientes de la apuesta de la calle del mercado... y eso que era solo un mico. Ahora que es más... más grandote, quizás sea hasta peligroso -dijo punzante la pelirroja esbozando una sonrisa pícara en sus labios.

Asterion miró divertido a Skylar y se rió por el comentario.

-Que posibilidades hay de que una rata de cloaca sea peligroso para...-se llevó la mano a su barbilla pensativo- ¿como has dicho antes? Ah si, dos "señoritas" -dijo haciendo un gesto de parentesis con sus dedos y mirando directamente a Skylar.

             - ¿Qué es eso de la apuesta de la calle del mercado? -     Mira con cierta sorpresa la confianza con la que le dio el codazo Skylar y mira de reojo la figura alta de hombre de cabello azabache y le mira analizandolo por un momento antes de responder, pero se abstiene para escucharlo primero, entonces susurra antes de mirar de reojo al resto de los presentes y cerrarles el ojo:

             - ¡Por supuesto que existe la posibilidad mis queridas ratas de cloaca!      Ya que las ratas de campo las reconocemos después de algunos cruces -