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Día 11, en el Campo de Vuelo

Me dirigí al campo de vuelo, deseando librarme de todo lo que me carcomía la cabeza. Necesitaba desconectar un poco de los últimos días y la nota de Alec fue como un rayo de luz en mi día. 

Distinguí el brillo azul en el cielo, estaba bastante arriba pero tenía que ser la dragona de Alec. Lo que no esperaba, en absoluto, es ese puntito que estaba cayendo en picado y ahogué un grito pensando que se había caído del lomo de su dragona. 

Al final ella reaccionó rápido como para que él subiera en medio de la caída. Tenía el corazón latiendo casi a más velocidad de la que ellos se acercaban a tierra. 

El aire que se levantó me movió los mechones que estaban sueltos del moño y me acerqué rápido aunque me detuve a distancia prudencial de la dragona. 

—Pues debe ser que tengo un líder de Sección demasiado prepotente y me hace llamar para ver como hace una aparición estelar en la que me pueda dar un infarto —dije con una sonrisa mientras me acercaba hasta él. Quería besarle pero no era demasiada buena idea hacerlo aquí, además que todavía tenía a Asterion dando vueltas incómodamente en mis pensamientos. 

Finalmente solo me puse delante y le peiné el pelo con los dedos con cierta delicadeza aunque acabé el movimiento rozando su nuca sensualmente con las uñas. Todavía me seguía sorprendiendo la electricidad que sentía al contacto con su piel.

Día 11, en el Campo de Vuelo

Notar su mano por mi pelo y mi nuca hizo que se me erizara todo el cuerpo, le sonreí.- Cualquiera diría que estás preocupada por mi seguridad, Candidata Vossendir.- ironicé mis palabras mientras miraba aquella sonrisa en su rostro y que parecía iluminar mi tarde. 

Me fijé aún en la herida de su cara.- ¿Cómo te encuentras...? - dije preocupado y con el rostro algo serio.- Debes estar orgullosa Fiora te has enfrentado a una de las mejores aspirantes femeninas del primer año y la cosa estuvo bastante igualada.- le ofrecí una media sonrisa pero recordé como apretaba los puños a mi espalda mientras veía como peleaba y el corazón me latía a mil. 

''Por favor, Artrea...'' le pedí internamente y parece ser que la dragona me comprendió que se puso entre nosotros y el colegio para evitar miradas indiscretas. En cuanto me aseguré de que nadie nos podía ver la cogí de la cintura y la abracé con fuerza contra mi y deposité un beso sobre su sien. Recordaba la petición que me había hecho Fiora de que nadie se diera cuenta de que la favorecía y eso estaba intentando con todas mis fuerzas. Suspiré.- Entonces, ¿estás bien? - pregunté queriendo confirmar lo que ya sabía.

Día 11, en el Campo de Vuelo

—No acostumbro a ver a gente tirarse desde cientos de metros en caída libre, la verdad —dije poniendo los ojos en blanco con una sonrisa juguetona. 

Toqué mi labio por acto reflejo. 

—Mucho mejor, creo que pronto no quedará ni rastro. ¿Sabes cómo acabé emparejada con ella? No sé, pensaba que me tocaría quizá con Kenneth, el rubito de la Sección Garra —me encogí de hombros—. No solo igualada... —añadí mientras movía un poco la cadera haciendo que brillase la empuñadura de la daga al sol—. Alguien me enseñó a golpear en el mentón bien —volví a sonreír, animada y orgullosa. Lo había hecho bastante bien y había aplicado lo que él me enseñó. 

Noté el movimiento de la dragona y les miré con cierta confusión. Pronto me di cuenta de que nos estaba tapando y murmuré un gracias hacia ella antes de ponerme de puntillas y darle un rápido y suave beso en los labios a Alec. 

—Estoy bien, sí. Ahora muy bien, de hecho. ¿Tú cómo estás? ¿Qué tal el brazo? —me asomé para mirar tanto la herida del dragón como la que le hizo Cassandra—. ¿Qué ocurrió? Estabais viendo los combates nada más... 

Día 11, en el Campo de Vuelo

- Es bastante divertido... aunque a veces me pregunto que Artrea le gustaría dejarme estamparme contra el suelo.- reí alzando la cabeza lanzándole una mirada.

Me esperaba que Fiora me hiciera aquella pregunta pero no quería decirlo ya que aún me sentía culpable por ello, ¿si lo hubiera sabido...? No lo habría propuesto está claro...- Eso fue culpa mía...- le dije con cierto pesar aunque sin soltarla aprovechando que teníamos unos momentos para estar juntos.- ...nos pidieron que dijéramos quienes tenían mayor potencial en nuestros escuadrones, pensé que se trataba de alguna manera de controlar a los mejores de este año pero el comandante tenía otras ideas...- terminé de explicar sobre la reunión y que por eso quería saber quienes eran los mejores para emparejarlos con los favoritos del comandante.

Sonreí recordando nuestro encuentro en la sala de entrenamiento y también me vino a la mente como aquel día me tentó con su piel y puse un cuchillo en su cuello.- Siento lo de aquel día Fiora... no... no quería admitir lo mucho que me atraías y cuando te me insinuaste ahí pensé que era mejor para los dos marcar cierta distancia...- la miré a los ojos buscando su reacción y esperando que no me odiara mucho por aquel momento.

- Mi brazo se encuentra perfectamente, aquel día el comandante nos envió una nota para que fuéramos a revisar un incidente con los jinetes de segundo y Cassandra que últimamente no está muy centrada empezó a discutir con uno de nuestro año. Estaban a punto de cortarse el cuello e intervine y por error, Cassandra acabó clavándome su cuchillo en mi hombro.- suspiré fue un error pero desde el fin de semana Cassandra llevaba distraída. Aunque ahora solo quería centrarme en la mujer que tenía en frente.- Aunque duele bastante, ¿podrías hacer algo para aliviarlo? - dije fingiendo un dolor horrible y me incliné esperando recibir un beso suyo como excusa.

Día 11, en el Campo de Vuelo

Miré hacia el cielo antes de volver a fijar mis ojos en él. Dudaba que fuera divertido tirarse en caída libre. ¿Y si no le hubiera dado tiempo a montar de nuevo? Por otro lado... Artrea se llamaba su dragona, estaba bien saberlo. 

¿Culpa suya? Le iba mirando cada vez con mayor perplejidad aunque finalmente acabé sonriendo. ¿Acababa de decir que tenía mayor potencial? 

—Pero, pese a todo, buscaron voluntarios para Chung. ¿No había suficiente gente con potencial? —me parecía del todo extraño que quisieran un voluntario que acabase hecho puré delante del mejor antes que haber metido a alguien como Kenneth. Eso o Cassandra no se había preocupado por saber el potencial que tenía en la suya—. Pues no he acabado en tan mala posición, aunque he de reconocer que aunque ahora estoy armada no soy tan buena con ella... ¿Crees que me va a traer algún problema haber ganado? —no podía evitar la ligera paranoia que me entraba cada vez que pensaba que hacer cualquier cosa que implicase que lo viese tanta gente. 

Parpadeé rápidamente, desconcertada, tratando de entender por qué se estaba disculpando. Ah, lo del cuchillo. 

—No puedo decir que no tuvieras cierta razón... —suspiré, pensativa— pero teniendo en cuenta que os interpusisteis entre un dragón y yo —desvié un momento la mirada hacia Artrea con agradecimiento. Ese día había vuelto a nacer— creo que puedo ignorar que me amenazases con un cuchillo. 

Asentí, escuchando lo que había ocurrido, con cierta seriedad. ¿Cassandra no estaba muy centrada? No sabía por qué eso me generaba malestar, ¿por qué no iba a estar centrada? ¿Se trataría de Alec? ¿De... Asterion? 

«Mierda, no debería ni pensarlo. Me da exactamente igual», pensé tratando de convencerme. 

Su pregunta y su terriblemente mal fingido dolor me hicieron sacar una sonrisa y me sacaron del ensimismamiento. Aprovechando que Artrea estaba en medio, elevé mis manos para pasarlas por detrás de su nuca y le besé lenta y suavemente. Mi lengua jugaba con la suya disfrutando del momento mientras mi mano acariciaba su incipiente barba. 

Tras unos instantes me separé con una sonrisa y un brillo de deseo en los ojos. 

—¿Te encuentras mejor? 

Cerré los ojos un momento, intentando calmar las sensaciones de mi cuerpo. 

—Por muy tentador que resultes... que lo haces —una risa divertida salió de mis labios—. Cuéntame algo de ti, ¿cómo empezaste a tener buena relación con Dante? 

Quería conocerle y pensaba que era mucho más sencillo preguntar por la persona que era aquí antes que por su vida de fuera y lo que era antes de ser un aspirante o, incluso, sus motivos para entrar. 

Día 11, en el Campo de Vuelo

Llevé una mano a mi nuca algo incómodo, no me gustaba hablar de los demás aunque no me importaba decir mis impresiones.- No me extraña, Aran tiene una forma muy particular de analizar a los aspirantes. Creo... y esto es una suposición mía.- aclaré.- que buscaba ver quienes se ofrecían, ver quien analiza la situación y comparar sus opciones aunque sinceramente no veía a Asterion aguantando en la estera, se nota que el chico tiene agallas, le falta fondo... pero tiene agallas.- no pretendía darle ningún cumplido solo exponía los hechos.

- Solamente tendrás muchos ojos encima de ti, no muestres ningún tipo de debilidad o flaqueza o la aprovecharan. Sinceramente no creo que se atrevan a cometer el error de enfrentarse a ti pero si es así...- le acaricié la mejilla.- ...dímelo. Sé que no quieres que te proteja y lo entiendo, pero tampoco podría quedarme de brazos cruzados...- no creo que pudiera quedarme quieto si le pasaba algo.

Aproveché cuando que me estaba ''curando'' con aquel beso y sus caricias para llevar mis manos a su cintura y recorrer su cuerpo un instante. Un pequeño gruñido asomó en mi boca cuando se separó y cuando mis ojos se encontraron con los de ella la miraban con una intensidad que era palpable.- Me encuentro mucho mejor, gracias - le sonreí.

No pude evitar que se me llenara el pecho de orgullo por su cumplido y que quisiera conocer más de mi era algo que no esperaba pero no se me desagradaba. Parecía que íbamos a estar un rato hablando así que cogí y me eché sobre la hierba con los brazos alzados detrás de mi cabeza mientras miraba el cielo, le di una señal con la mano pidiéndole que viniera a mi lado. No estaba seguro de si aceptaría pero en caso de que no fuera así, simplemente le sonreiría y no le daría mayor importancia.- Dante... mmmmm... pues fue algo bastante extraño, según él, le salvé la vida aunque creo que es una exageración por su parte.- dije intentándole quitar importancia.- Eso me recuerda que parecías muy cercana a él, ¿le conocías antes de venir aquí?

Día 11, en el Campo de Vuelo

Miré con atención a Alec mientras hablaba acerca de sus suposiciones. Cualquier información acerca de la persona que iba a decidir todo ese tipo de cosas, era importante. Justo cuando dijo eso recordé que Aran no parecía solo interesado en Asterion si no en el resto de nuestras reacciones. ¿Qué sería capaz de leer en nosotros? Su comentario final me hizo fruncir el ceño. 

—Creo que estás confundiendo agallas con estupidez —dije con un poco más de rencor del que pretendía—. No ha podido ni con Kenneth ni conmigo. Enfrentarse a Chung era una decisión completamente absurda y suicida. 

Asentí a su opinión. Él ya había pasado por todo esto, era importante que detuviese mis paranoias y me diese un punto de vista mucho más objetivo aunque el final y su caricia me hicieron alejarme un poco y mirarle con fiereza. 

—Eso sí que no. No soy una princesita en apuros, Alec. Me salvasteis de morir devorada y lo agradezco, de verdad, pero no te vas a meter en absolutamente nada de lo que me pueda hacer otro aspirante. Es problema mío. Por supuesto que quiero vivir pero si tengo que morir porque no consigo superar todo ese tipo de cosas por mí misma, lo tendría merecido. 

Nuestro beso había suavizado lo suficiente el ambiente, a pesar de nuestras reticencias para separarnos. Además, no había discusión posible. No iba a permitir que me estuviese protegiendo. Era verdaderamente humillante. 

Le seguí a la hierba y entendí por qué aquel dragón azul estaba tan cómodo aquí. Yo también me podría quedar horas aquí tumbada. Me tumbé de lado, apoyada en el codo, mirándole. 

—¿Que le salvaste la vida? ¿Qué es lo que hiciste? —¿Alec tenía algún tipo de complejo de salvador?—. Sí, nos conocemos desde pequeños... —en ese momento me di cuenta de que hacía verdaderamente patente que éramos marcados pero decidí continuar. Quizá él ya lo sabía—. Era nues... —me volví a detener, no quería que la conversación pudiera derivar en Lucian, ya tuve suficiente con Asterion— mi mejor amigo —y luego mucho más que eso, pero ese era un tema en el que no pensaba meterme. 

Día 11 desde el comienzo de la Escuela Basgiath

Vislumbré la figura de mi compañero de ala de lejos, dirigiéndose al campo de vuelo, y decidí ir tras él para poder hablar. Era verdad que habíamos empezado con mal pie pero también se estaba recuperando de la paliza que le había dado Kenneth. Tras haber entrenado varias veces con él comprendía que tenía que dolerle hasta el alma, hasta para mí y siendo unos entrenamientos más o menos igualados fue doloroso. Quizá necesitásemos esta conversación. 

Inhalé y traté de dejar de lado todo lo ocurrido el primer día. 

Me acerqué despacio y con pasos delicados, no queriendo sobresaltarle. 

—Hola, Beren. ¿Cómo vas? ¿Ya recuperado? —pregunté con un tono de voz suave.

Día 11, en el Campo de Vuelo

Sonreí cuando escuché su comentario de Asterion.- Creo que ambos lo vemos de manera diferente... - aunque me parecía raro que yo estuviera defendiendo al tío que la última vez casi mato por solo acercarse a Fiora y ella en cambio lo estuviera despreciando. Una carcajada salió de mi garganta confirmando mi pensamiento.

Sabía que no estábamos en la misma situación y que no quería que la protegiera y no pensaba hacerlo... o al menos no tan descaradamente para que supieran que había sido yo quien interviniera en su protección y me aseguraría de ello. Alcé la vista para mirarla y sonreírle para que no se preocupara por ello.

Dante se parecía a mi en el primer año en la escuela aunque él era mucho más expresivo que yo, competíamos constantemente e incluso nos enfrentamos en varias ocasiones teniendo un nivel de lucha igualado aunque mi estrategia era mucho más potente que la suya y fue por eso cuando detectó su error.- Estábamos entrenando en el Guantelete y él siempre se retaba con sigo mismo para sacar la mejor puntuación, su error fue que ese día en particular estaba más apurado que de costumbre así que se apresuró en una parte de las pruebas y cometió un error que le dirigía al vacío. Tuve la suerte de tener una de las cuerdas a mano y se la lancé antes de romperse la crisma.- intenté quitar el mayor peso posible a mis palabras, no quería preocuparla al escuchar que era su mejor amigo.- Desde entonces siempre intenta seguirme para devolverme el favor...- me quedé pensando en un momento cuando tuvimos una ocasión de hablar.- Fiora, si no te hubieran obligado a venir a Basgiath, ¿habría venido voluntariamente? - pregunté mirándola.

Día 11, en el Campo de Vuelo

Estaba flipando con que él estuviese defendiendo a Asterion, sobre todo con lo que le dijo. ¿Le parecería bien lo que ocurrió antes de anoche? Yo no iba a decirle nada, habíamos quedado en algo específico, no es como si le hubiese puesto los cuernos o algo así. El sentimiento de culpa no pensaba que viniese por Alec precisamente, más bien por mi propio arrepentimiento de estar dejando fluir cosas que no deberían. 

Parecía que había comprendido mi punto y no lo iba a discutir. De verdad esperaba que no se metiese en nada para salvarme. Esperaba que comprendiera mi posición. 

Escuché la historia revisando cada mínimo cambio en su expresión y mis ojos reflejaron preocupación al saber que Dante casi murió en un entrenamiento del Guantelete. Casi les había perdido a los dos aquí. ¿Qué me deparaba Basgiath a mí?

Apreté la mandíbula ante la pregunta. No me esperaba algo tan directo. Era evidente que lo sabía, era amigo de Dante y solo había que sumar dos más dos. 

—No —respondí con cierta rapidez y firmeza—. De todas formas, desde el momento en el que asumí que no había más opciones no quise darle demasiadas vueltas. ¿Para qué? No me servía de nada. Pensar en lo que me gustaría y perderme en ello solo me roba posibilidades de sobrevivir —la máscara de frialdad me había ayudado a poder seguir adelante y, por ello precisamente, me aterraba que se empezase a resquebrajar. 

Suspiré y busqué su mirada. 

—¿Desde cuándo lo sabes? 

El joven Beren pudo ver, aunque un poco tarde, que su compañera de Ala, se le acercó cuando decidió adentrarse en el Campo de vuelo.

Buenas Fiora. 

Mejorando, pero aun me duele al respirar profundo. Espero que mañana ya será solo un reflejo. Kenneth pega duro, aunque dudo mucho que le sirviera de nada apalizarme. En realidad ni el aprendió nada, ni yo tampoco. Y sobre mi capacidad de sufrimiento yo ya la conocía, no necesitaba esa paliza. Mañana miraré de ir al bosque. En la Enfermería vi que tenían ciertas hojas que bien tratadas van bien para mejorar los golpes.

Y tu que tal? Estar aquí sin camuflar tu olor, creo que no es lo más idóneo, pienso. Esos Dracos, tienen una buena nariz, y me juego un ojo y no lo pierdo a que su olfato es fino. Si quieres un consejo de alguien que sobrevive en entornos naturales, restriégate esto por tu cuerpo y procura ponerte a contra viento.

Me dirijo a ese punto de allí. Es un buen lugar para otear al horizonte y observar pacientemente, y es un lugar algo recogido... si no llamamos mucho la atención espero que no se fijen en nosotros.

Nuestra Ala promete poco eh? Yo medio lisiado y Bastian... Bueno, aquí no se merecen el talento de ese muchacho. De hecho no se merecen el talento de ninguno de los que venimos a aprender algo.

Hasta cuando le seguirán llamando Ala? cuantos miembros son el mínimo para conformar un Ala?

El joven cazador se dio cuenta de que hablaba demasiado, y de pronto se calló. Se detuvo, se giró a la mujer que tenía a su lado y le dijo:

Oye, es cierto que no pensamos igual, pero te pido disculpas. No empezamos nuestra relación de la mejor manera. Si mi madre me hubiera visto, seguro que me hubiera fundido con la mirada. Bueno, de todas formas no has de sufrir, no seré yo quien te haga sombra, visto lo visto. Tu como lo llevas? es lo que esperabas? 

Beren no quería ser descortés y la muchacha parecía interesarse por su estado, aunque dudaba si era por valorar si era mejor eliminarle, aprovechando su momento de debilidad, o si es que en el fondo quería limar asperezas.

El paso de Beren no era muy rápido y cada vez que oía un aleteo en lontananza, se agachaba para mirar de confundirse con el entorno. Ellos eran hormigas allí en medio.

Al llegar al punto de observación, si que hizo una señal a Fiora para que cesaran de hablar durante unos minutos y poder oir y concentrarse en lo que había venido a ver... 

Día 11, en el Campo de Vuelo

Sabía que Fiora no tenía más opciones y aquello me parecía cruel, sabía que había que cambiar muchas cosas en aquel país pero ahora mismo no teníamos otra opción que estar allí, tanto ella como yo. La cogí del brazo y tiré de ella suavemente hasta dejar que su cuerpo se pusiera encima del mío y la abracé. Besé su coronilla y la mantuve ahí mientras hablaba.- Creo que fue en nuestro primer o segundo encuentro en la lona.- me quedé pensativo intentando hacer memoria mientras mi mano acariciaba su espalda allí donde tenía la marca. No estaba seguro de si tenía que confirmarlo con ella pero aún así hablé.- Y por si se te pasa por la cabeza, no me importa... Ni de ti, ni de Dante, ni de nadie, no fueron vuestros pecados, fueron los de otras personas que también os salpicaron, solamente eso...- no quise entrar más en el tema a no ser que ella quisiera.

Miré hacia arriba asegurándome que Altrea estuviera en ese sitio y nadie pudiera interrumpirnos, introduje uno de mis muslos entre sus piernas y giré sobre ella poniéndome encima. Mis manos estaba apoyando su cabeza y su cintura para que encajara con mi cuerpo, le sonreí un instante antes de besarla.- ¿Cómo te va con los entrenamientos? - esperé a que me contestara mientras bajé por su cuello dejando un rastro de besos, disfrutando de su aroma y de su calor.

Día 11 desde el comienzo de la Escuela Basgiath

Le miré con comprensión. 

—Kenneth es una masa de roca, ya lo sé. Seguramente es uno de los rivales más duros del curso —ya me había enfrentado a él y pese a que se había llevado unos buenos puñetazos por mi parte, cada uno de los suyos dolía como si me estuvieran pegando con hierro—. Él suele aprender mucho más en los entrenamientos y si quieres que el siguiente reto no sea otra paliza, tú también los necesitas —me había dado cuenta de lo mal preparado que estaba para ese tipo de cosas y me sentía lo suficientemente culpable por no haberle echado una mano como para ofrecerme a entrenar con él.

Fruncí un poco el ceño, desconcertada con el tema de camuflarme. Había estado muchas veces aquí y no me había preocupado ni un mínimo pero quizá... sí, tenía razón. Cogí lo que me dio y lo restregué contra mi cuerpo, tras mirarlo con curiosidad. 

Asentí, dispuesta a acompañarle y suavizar lo ocurrido entre nosotros. No podía ser que fuéramos menos y encima uno de nosotros hubiera perdido el combate. 

—Yo estoy mejor —respondí rozándome el labio, la única herida visible de la pelea. El violento corte que me hizo Miri con ese puñetazo ya estaba curándose gracias a los curanderos pero estaba segura de que su nariz partida era mucho peor que todo lo que yo tenía y gracias a ello tenía la daga en la vaina de mi cadera—. Los moratones no son nada del otro mundo, curarán. 

»Mira, no puedo estar en desacuerdo con lo criticar ciertas cosas de este sitio pero, lamentablemente, estás aquí y no te va a quedar otra que sobrevivir... 

Suavicé un poco el gesto ante sus disculpas. 

—No, no empezamos de las mejor de las maneras —sonreí de medio lado—, pero todavía hay tiempo para remediarlo. Simplemente no entendí que quisieras ser mi aliado sin conocerme de nada ni ver mis capacidades. No es así como entiendo la idea de alianza, la verdad. Quizá me meti donde no me llaman con los consejos, lo siento. 

»Nunca me preocupó que me hicieras sombra, de hecho prefiero estar en las sombras. Lo que no me gusta de todo ello es parecer débil, cualquiera puede querer eliminarte si eres un blanco fácil y estoy dispuesta a salir a la luz si eso demuestra que soy capaz de partirle la nariz a cualquiera que se plantee ponerme un dedo encima.

»¿Lo que esperaba? Sí, supongo que sí. Entré sabiendo lo que había y aquí estamos, un día más respirando. ¿Tanto quieres el dragón para pasar por esto? ¿Sabes que no acabará incluso cuando te vincules con uno? 

No iba muy preocupada por lo que él quería ver aquí pero sí fui siguiendo sus instrucciones para no acabar discutiendo y que nos comiese un dragón por estar en una zona peligrosa. De hecho, estaba más interesada en sus reacciones que en lo que él supuestamente quería ver. 

Día 11, en el Campo de Vuelo

Inhalé su olor cuando me desplazó encima suya. ¿Cómo era posible oler tan bien? Estaba hasta acostumbrándome al olor de Artrea y lo sentía como un lugar seguro. Me dejé mimar, en contra de lo que debería estar haciendo, pero aún me dolía mucho que ayer Lucian habría cumplido 23. Me tensé un poco al escuchar hablar de los pecados. ¿Ellos que sabían de los pecados de mis padres? Basgiath era cruel y duro, ¿quién decía que Navarre no hubiera eliminado a mis padres por querer cambiar las cosas a bien? No tenía ni idea de todo lo que ocurrió, era demasiado pequeña pero las pruebas estaban ahí. Mis padres eran buenas personas, buenos padres, y esto era el horror en estado puro. ¿Quién podría afirmar con la mano en el fuego que los que cometieron el pecado fueron mis padres y no lo hacían aquellos que habían condenado a niños a pasar por este suplicio para acabar sirviéndoles? 

No quise discutir eso y menos con un jinete. Sí, había buen rollo con él y su dragona, y parecía no tener nada en contra de los marcados, pero no podía simplemente arriesgarme a que me acusaran también a mí de traición. Sobre todo porque no tenía ni la menor idea de cuál fue la traición original. 

Me giró con la misma facilidad de siempre y le besé con suavidad aunque algo dispersa, todavía estaba dándole vueltas al tema. 

—Pues... se echa de menos a mi líder de Sección en ellos —dije con una sonrisa algo más sincera, intentando volver a apartar el tema de la rebelión y la sombra que había establecido en mis facciones—. Ayer estuve entrenando con Kenneth y soy malísima con la daga en comparación. Casi me dejó desnuda a cortes en mi ropa, con eso te lo digo todo. Sí, conseguí llegar al cuello pero, si hubiera querido cortarme de verdad, podría haberme desangrado ahí y no me habría dado tiempo a llegar a su cuello —mi tono de voz destilaba preocupación. Si yo había vencido a una de las mejores y él también había peleado muy bien, podríamos tener que enfrentarnos en algún momento no lejano de forma oficial y ahí ya no cortaría mi ropa. Eso al margen de que me tocase alguien más cruel y con menos honor que el musculitos. 

»Mi ala da pena y yo consigo una daga para usarla fatal. Creo que no has tenido mucha suerte con los aspirantes. 

Suspiré al sentir sus labios por mi cuello, empezando a plantearme que mis entrenamientos no eran lo suficientemente relevantes como para estar ocupando mi boca hablando y no besándole.

Día 11, en el Campo de Vuelo

La miré extrañada cuando me habló del entrenamiento, no había pasado por allí o la había buscado pensando que no quería que fuera.- Fiora...- cogí su mentón con el dedo haciendo que me mirara.- ¿quieres entrenar conmigo? - le pregunté directamente. No éramos niños para andarnos por las ramas y sabía que Fiora no quería que nadie pensara que tenía cierto favoritismo con ella y jamás lo tendría... o al menos intentaría que fuera así. 

- Si quieres puedo enseñarte un par de trucos para que te acostumbres al cuchillo.- dije mientras me incorporaba sobre el césped y le tendía una mano para que se incorporase. Escuché como el día anterior estuvo entrenando con armas y me preocupó su comentario. ¿Quien era Kenneth para que pudiera amenazarla así? Casi no trataba con los de primer año y mucho menos a quienes no eran de su escuadrón.- Cuando tienes un rival que es mucho más fuerte y más grande que tu, amenázale.- dije poniéndome en una posición defensiva colocando ambos antebrazos a modo de escudo.- Comienza a hacer pequeños cortes en los brazos, no será suficiente para noquearle pero si para que se piense dos veces en atacarte. El mayor problema que tiene los tipos grandes es que sus movimientos son más limitados. Así que no te pongas ansiosa, y espera el momento adecuado para atacar. Inténtalo.- iba completamente desarmado y le pedí que me atacara con el cuchillo.

Fiora, no se trataba de lo que yo quisiera. El destino, o uno de esos jinetes egocéntrico, decidió juntarnos en la misma Ala. Eso ya me indicó que lo mejor era aliarnos para ser más fuertes como equipo, y si he aprendido algo en mis años de vida, es que trabajar en equipo no es ni fácil ni agradecido, por eso yo suelo ir solo, pero que si se trabaja para mejorar la coordinación un grupo siempre es más potente que uno solo, salvo raras ocasiones. Cuesta sacrificio y entrega para con tus compañeros, pero el beneficio es mayor. No es lo mismo cazar un venado que un oso. Para cazar un oso es mejor ser mas de un cazador, pero han de coordinarse o pueden acabar matándose entre ellos, sabes?

Es la primera vez que vengo a este lugar. Me dijeron que tenía libertad para venir, pero que era peligroso, que cualquier Dragón sin jinete podría decidir que soy comida, pero si no me arriesgaba a venir, no podría estudiarlos y valorarlos. Por eso intento camuflarme lo mejor posible. 

Si los dragones nos quieren es por algo. Según tengo entendido, nosotros, los insignificantes humanos, los hacemos mejores, así que poniendo en valor eso, les somos necesarios y no podemos dejar que nos pasen por encima. El respeto ha de ser mutuo, para que la confianza gane espacio. Ellos no son perfectos.

Me temo que la falta de Dragones es debido a su largo tiempo de gestación. Deben de nacer pocos y sus crías seran vulnerables.

Me dijeron que son los dragones los que te eligen como su jinete... Y que hay de si ese no es el dragón que tu quieres?

Tu sabes que tipo de Dragón quieres y porqué, o te conformarás con que el que sea te elija?

Si te vinculan a la fuerza, no es a caso eso, un rapto, un acto cruel y despiadado falto de respeto ética y valores? Tu podrías confiar ciegamente en alguien a quien trataras así?

Ni uno solo de esos dragones es mejor que yo, ni uno solo. Son más poderosos, eso es evidente, pero mejor no. Si quieren mi respeto se lo tendrán que ganar si no como mucho obtendrán mi miedo. Y antes que vivir con miedo o siendo un "esclavo" es mejor morir y que tu espíritu sea libre para unirse a Madre Naturaleza. Mi espíritu no les pertenecerá nunca.

Madre Naturaleza es mucho más poderosa que todos los Dragones juntos, de eso estoy seguro sin necesidad de leer ningún libro o manuscrito.

Cuando salga de aquí he de pasarme por el Ala de los Curanderos, quiero saber donde se consigue una hoja que vi. Va bien para hacer emplastes curativos. Pero me parece que habré de pasarme muchas horas en la zona de entrenamiento para mejorar mi pelea de taberna, o no ganaré nunca. Con un arco sería algo distinto, aunque creo que ahora ya llevo muchos días de desventaja...Alguna sugerencia?

Día 11, en el Campo de Vuelo

Dejé que Alec elevase mi mentón, mirándole a los ojos. Debería ser ilegal ser tan atractivo. Me pensé durante unos segundos mi respuesta. Asterion y Kenneth estaban entrenando mucho entre ellos y yo estaba verdaderamente sola... Acabé asintiendo, aunque tendríamos que tener cuidado con que nos viesen. Echaba mucho de menos entrenar con él. 

—Teniendo en cuenta que no tengo demasiadas esperanzas en el resto de mi ala, estaría bien... pero sigo sin querer que nos vean —dije en voz baja. 

Tomé su mano para levantarme y escuché atentamente sus explicaciones. Había usado alguna vez armas pero no tan habitualmente como lo que solía practicar el combate cuerpo a cuerpo. Me sentía algo torpe y, sinceramente, necesitaba instrucción urgente. 

No quería cortarle, desde luego. Trataría de solo hacer un pequeño roce con el filo, si era capaz de alcanzarle, claro. Saqué el cuchillo y lo sostuve durante unos segundos, acostumbrándome nuevamente al peso.  

Me acerqué, con el pie derecho por delante y lancé una rápida cuchillada hacia su antebrazo. 

Día 11, en el Campo de Vuelo

Entendía que Fiora no deseaba que la vieran allí conmigo, que le daba clases privadas para mejorar como jinete y que el resto creyera que la favorecía pero no pude evitar alegrarme cuando se incorporó y quiso clavarme aquella daga que había conseguido en su última clase. Sonreí esperando que me mostrara lo que tenía y pude ver como Artrea se reía en mi mente esperando ver algo divertido de aquel encuentro.

- Adelante.- le di una seña para que comenzara a atacar.- Bien pero muy lenta... no tengas miedo a lastimarme Fiora.- la reté esperando que su próximo ataque viniera con toda la fuerza que teníamos. Mientras me dediqué a esquivar haciendo un juego de pies como si estuviera prediciendo cada uno de sus ataques. Cogí de su muñeca y tiré de ella hacia mi con la daga.- Ten cuidado de los ataques directos, te pueden atrapar de esta manera... ¿Sabes por qué las dagas tienen las hojas curvas? - le pregunté aunque no esperaba una respuesta.

Saqué una de mis dagas del uno de los cartuchos de mi muslo y me puse a su lado para que viera el movimiento con mi brazo. Cogí la cuchilla con el filo hacia fuera y hacia mi antebrazo y comencé a hacer golpes al aire como si estuviera golpeando con los puños pero curvando los movimientos haciendo que fuera la cuchilla que impactara contra el enemigo invisible que tenía en frente.- De esta manera... ¿lo ves? Aunque cada uno tiene que buscar la forma más cómoda según su estilo de lucha es bueno que conozcas diferentes técnicas hasta que te acostumbres y puedas usarlo como una extensión de tu cuerpo.- le volví a dar otra seña con el brazo para que volviera contra mi, esta vez con mi cuchillo en mano.- Ven... 

Día 11 desde el comienzo de la Escuela Basgiath

Asentí, tratando de comprenderle. 

—Sabes perfectamente que aunque seamos del mismo ala uno podría haber matado al otro. Las alianzas fiables no se construyen en un par de frases, eso es lo que te quise decir. No me conocías de absolutamente nada ni habías visto mis ventajas o desventajas como para proponerlo. 

»Y esto no es un trabajo de grupo hasta que somos jinetes, somos competencia. ¿Que se pueden dar alianzas para llegar hasta ahí? Sí, pero no es algo a tomar a la ligera. 

»Ponte que yo te hubiera dicho que sí, hubiera aprovechado tu confianza y luego te hubiera apuñalado por la espalda. ¿Entonces qué? Estamos en un lugar donde no sabes lo que puede hacer la gente por un dragón. No puedes regalar tu confianza así como así. 

Suspiré y pensé en las veces que había estado antes en el campo de vuelo. 

—Es peligroso, sí, pero supongo que todo es tener cuidado. 

Enarqué una ceja ante su comentario acerca de los dragones. 

—Yo que tú no le diría eso a ninguno si quieres seguir respirando. 

Negué suavemente con la cabeza. 

—No, no es así. Los Dragones disponibles lo son por su propia decisión. Si hay menos es porque, por sus propios motivos, no quieren involucrarse. Quizá hayan perdido la fe en los humanos como para querer vincularse a un humano. ¿Quién sabe?

»Recuerda que estamos aquí voluntariamente para que ellos nos elijan. A eso se supone que es a lo que hemos venido. 

Asiento suavemente a su plan de ir al Cuadrante de Curanderos. 

—Mira, has tenido mala suerte con la asignación. Kenneth es duro hasta para mí. No niego que no sea satisfactorio para mí entrenar con él pero en una pelea en serio, sobre todo si no tienes mucha idea de lo que haces, te podría matar a golpes. 

»Si quieres, puedes venir conmigo a entrenar —le propuse como ofrenda de paz a nuestra primera pelea—. Trataré de enseñarte lo básico como para no acabar encamado. Consigue ir sobreviviendo y no tengo dudas de que podrás acabar teniendo ese arco. 

»No puedes olvidar que mientras estés aquí es su juego y sus normas. Si no te adaptas, caerás —dije con un tono suave pero en el que se notaba el resentimiento. 

Entiendo tu punto de vista, pero repito, si lo que quieren es un esclavo lo pueden tener fácil pero si quieren a alguien en quien confiar y depositar su, como has dicho, FE, conmigo deberán hacerlo de otra manera.

Y que no se lo diga a un Dragón, por lo que dicen, no será un impedimento para que lo sepan. Tengo entendido que leen las mentes, es correcto?

Mmm. Tu propuesta de entrenar juntos me gusta. A parte de mejorar, podremos trabajar aspectos para mejorar como equipo. Aunque quizás todo el rato que me dediques, lo estés desaprovechando tu. Y para nada busco que no avances por mi culpa.

Fiora estaba siendo muy generosa con aquella oferta de entrenar juntos para ponerme al día, pero yo podía ser un lastre para ella.

Mira a Kenneth, jejeje, tiene un mal ganar!!! Lo vi enfurecido antes de caer bajos sus puños. Si yo hubiera sabido pelear, seguro que eso me hubiera beneficiado. Sacarle de quicio es muy fácil... Y entonces se cometen errores...

Ha llegado a mis oídos que Aran concluyó algunos combates antes de tiempo... El mío le debió parecer interesante porqué dejó que me reventara. Sin duda alguna ese tipo me quería ver muerto, le debe molestar que siga vivo, y eso me gusta!!!

Bueno, no hablemos del pasado. Lo hecho, hecho está y solo tiene remedio si se mira hacia adelante... y para empezar creo que es buena idea darnos otra oportunidad y conocernos algo mejor. te parece?