Partida Rol por web

Madrugada del día 09 al día 10

Ha vuelto a componer su mascara de chica dura, le de la superviviente, la que necesita para seguir adelante en este sitio. Aunque me duele que sea por mis palabras, me alegro por ella, se que es lo que necesita, y no me importa sufrir su desprecio, quiza hasta las miradas asesinas que a veces me lanza, si con eso esta segura. Lo que vi al inicio de esta noche, me dolio mas que cualquier pulla sarcastica que pudiera lanzar. Me dolio verla sufrir hasta ese extremo.

No puedo negar que el rato que hemos compartido ha sido sin duda el mejor de mi existencia, pero tiene razon, estamos donde estamos y mañana comenzará de nuevo la lucha por sobrevivir. Un dia mas en mi vida. Pero ciertamente un dia mas faliz que el de ayer.

- Tienes razon, algunos aun tenemos que conseguir armarnos y dejar de estar tan indefensos - le digo mientras me aclaro y me limpio. Le dedico una ultima mirada debajo de la ducha, con el agua corriendo por su cuerpo y la marca recorriendo su espalda. Grabo esa imagen en mi retina para siempre. 

Sfeguro qhe shi. Cuamdo estré mejor, firé al fosque a fuscar fierbas.

Al joven cazador le costaba hablar, respirar y casi no podía moverse. Nada que unos días de descanso no pudieran aliviar, pero en ese estado, poco podía interactuar con nadie.

Intentó dibujar una sonrisa en su cara, pero su labio partido se le abrió de nuevo y no pudo mostrar más que una mueca de dolor.

Día 8 - Cuadrante de curanderos

           - Me parece muy bien que tras descansar y recuperarte vayamos a explorar Beren, pero antes de despedirnos permíteme ayudarte un poco con tus cuidados para que bebas, comas y Maluma te ayudara si necesitas ayuda para estar limpio ...  ¿Verdad hermano? -     Dice Samara a Beren respetuosa pero práctica, antes de mirar de reojo a su hermano quien la mira un poco incómodo, pero tras suspirar sonríe al cadete acostado aceptando que le deben al joven su ayuda desinteresdo al cruzar el dificil paso para llegar al colegio y que también le gustaría que le ayudaran a recuperarse en la cama y asiente genuinamente

Perfesto, vendid cuanfdo os apetefca. Grafias.

Beren agradecía la ayuda, aunque sabía que debería de poder hacerlo todo solo. Si salía de ésta, tenía una salida a los bosques acompañado...

Estos hermanos parecen buena gente... por desgracia la buena gente aquí tenemos poca cabida. Creo que aquí solo valoran cafres anti solidarios, individualistas capaces de cortar la cabeza a su propio hijo. No me extraña que no encajemos en los estándares que tienen.

Era por la tarde, después de los entrenamientos de lucha que habíamos tenido y sufrido algunos más que otros. Alguno habíamos tenido que ir a que nos curaran en el ala medica y ya estábamos en las habitaciones cambiándonos de ropa después de habernos duchado para quitarnos el sudor que la lucha genera.

No lo supe apreciar al principio pero, un ruido lejano de varios carruajes acercándose debía haberme puesto en alerta. Pero no hubo dudas cuando escuché la voz de Erzid alzándose entre las de los guardias y demás jinetes de dragón. Supuestamente no podría estar ahí pero al ser un jinete condecorado parecía que se sentía con el derecha a entrar en aquel edificio.

Lo escuché como la gente discutía con él, pero la conversación de ver de detenerse se acercaba más a mí. Al poco rato Erzid, vestido con su habitual traje negro de jinete entró en las dependencias de los aspirantes y sin más chilló mi nombre y mi título.

¡¡Lord Erzid Brightblade!! ¡¡¿Dónde os encontráis?!!

Al dar conmigo se acercó y dos personas que le seguían portando una baúl, que me recordó al que yo traje, le seguían y con ellos varios de los oficiales jinetes de dragón que, visiblemente malhumorados, esperaban que todo aquello acabara.

Lord Brightblade, debe acompañarme a su castillo para oficializar la sucesión del cargo de su padre en su persona.

Al oír aquello el corazón se me disparó. La sucesión del título de mi padre a su primogénito, que era yo, solo podía ocurrir de dos firmas, porque él decidiera apartarse y dejarme llevar el título o porque....

No quise acabar mi suposición pues si era lo que me temía mi padre estría muerto o a punto de morir. Era una muy mala notica. Entonces entendí que Erzid llegara hasta donde yo estaba sin importarle las consecuencias. Le miré y tenía los ojos rojos. Se notaba que había llorado. Aquel hombre que había sido la persona más dura y impertérrita que había conocido, había llorado. No había duda, algo malo había pasado. 

Me levanté y al momento los dos vasallos que portaban el baúl se pusieron manos a la obra y en un abrir y cerrar de ojos me habían vestido con las galas que correspondían a mi nobleza, pero con un marcado corte fúnebre. Al terminar, cerraron el baúl, volvieron a cargar con él y salieron por la puerta. 

Vamos, te espero en el carro. No tardes.

Las apremiantes palabras de Erzid no dejaban lugar a interpretación. Me tenía que marchar, pero me dejaba unos segundos para despedirme de mis compañeros. Había pasado solo unos días con ellos, pero me habían hecho sentir como si fueran mis amigos, mis hermanos de armas. Erzid había sido jinete de dragón y comprendía todo aquello, por eso me había dejado un minuto para despedirme. Miré a los presentes y me fui despidiendo.

Siento las formas y las molestias que os hayan causado la llegada de mi gente. Creo que algo malo, muy malo ha sucedido en palacio y sin duda mi presencia es necesaria. Así que debo dejar la academia. Debo dejar mi entrenamiento. Debo dejar mi sitio, mi ala, mis aspiraciones.

Solo quiero deciros que os echaré de menos. No os deis por vencidos, pues atesoráis un jinete de dragón en vuestro interior. Solo debéis buscarlo y hacerlo fuerte.

Samara, Fiora, Skylar, Mia, Kenneth, Jake ... Asterion... todos, gracias.

Una tímida sonrisa apareció en mi boca y, acompañándola, unas lagrimas cayeron por mis mejillas. Con cuidado las recogí con el pañuelo de seda que colgaba de mi manga. Antes de que aquello superara mi voluntad y no pudiera marcharme, me precipité por la puerta. Allí esperaba un par de asoldados de mi familia que me custodiaban la marcha hasta llegar al carruaje. 

Esta vez habían venido tres carros, todos cargados de gente, sobre todo gente armada. Sin lugar a dudas tenía que ser el hecho de que ahora fuera el señor de la casa Brightblade y que debieran protegerme. Eso despejaba la duda sobre mi padre.

Subí al carruaje y cerraron mi portezuela. Al momento oí el chasquido de un látigo y el carruaje se puso en marcha. No pude contenerme y mientas se movía, miré por la ventana para observar los edificios de la escuela alejándose cada vez más. Más lágrimas cayeron por mis mejillas, pero esta vez no las recogí, esta vez no pude dejar de mirar y sentir como algo que anhelaba se difuminaba de mi futuro. Sin poder dejar de mirar el edificio emití en un susurro una única palabra:

Gracias.

       - Antes que nada deseo la mejor salud para tu padre o nuestras sinceras condolencias si ha pasado lo peor, mu estimado Lord Brightblade! -      Le dice con voz alta Samara al hasta ahora joven y no le cadete mientras trata de acercarse para decirle algo al oído antes de darle un abrazo y un beso para despedirlo y Maluma solo se despide en silencio a la distancia ondeando su mano

Estaba algo dolorida tras la pelea pero muy atenta al resto de los aspirantes cuando algo rompió esa concentración. Los gritos provenientes del exterior no pasaron desapercibidos para ninguno de nosotros. Solo un noble podía ser requerido de esa manera.

Fui espectadora de la escena sintiéndolo por Elrik. Sabía lo mucho que quería estar aquí y ser uno más. Todos sus sueños acababan de estallar de golpe y le entendía demasiado bien, salvando las diferencias obvias.

Se volvió a disculpar y se despidió de algunos de nosotros, incluso de Asterion... Desde luego no esperaba eso y consiguió suavizar mi expresión. Honorable hasta el final, me lo había demostrado los primeros días y volvía a hacerlo. 

Le dediqué una inclinación respetuosa de cabeza y una pequeña sonrisa. No había conseguido llegar hasta el final y tener su dragón pero esperaba que le fuera muy bien. Yo, después de todo, no tenía dudas de que por casa seguiría teniendo noticias del nuevo lord Brightblade.

Estábamos todos en los dormitorios, tranquilos y relajados. El combate había sido duro y difícil. Me dolía todo. Los golpes del tal Chung habían sido francamente brutales. Asaltaron la habitación igual que habían llegado el primer día, con pompa, con boato y con absoluta superioridad. Sin embargo había algo en el tal Erzid que no reflejaba la seguridad de ese primer día. Ese hombre estaba abatido. 

Mire con detenimiento a nuestro noblecito, su semblante cambió al instante en cuanto vio a su maestro. Algo grave pasaba, de hecho, algo muy grave. Empezaron a recoger apresuradamente las pertenencias de Elrik. Iba a suceder a su padre al frente de su casa. Viendo sus caras estaba clara la razón.

Crucé la vista con Kenneth, un miembro menos en nuestro Ala, nos debilitábamos. Sabía que eso era algo que a él no le gustaría. Y en el fondo de mi ser debía admitir que a mi tampoco. De hecho lo sentía por Elrik, no me gustaba ni él, ni sus formas, ni sus enormes ventajas. Pero yo no era una persona mezquina. No le deseaba a nadie el dolor de perder a un padre. Que yo no hubiera conocido al mío y no entendiera su situación no era óbice para entender el sufrimiento de la perdida de un ser querido.

Además Elrik siempre quiso ser uno mas, y se había esforzado por ello. Malek sabia que yo no se lo había puesto en absoluto fácil. Nuestra relación había sido tormentosa. Pero reconocía su voluntad. Había perseguido su sueño y ahora tenía que abandonarlo por circunstancias indeseada.

Cuando pronunció su discurso estuve atento. Cuando nuestros ojos se cruzaron incline la cabeza a modo de saludo.

- Adiós Lord Brightblade - pensé para mis adentros, y por primera vez en mi vida emplee su titulo con respeto.

La pequeña y pitusa chica estaba escondidita en el rinconcito de siempre. Con las piernas plegadas contra el pecho y varios libros cerca. No conocía demasiado al hombre que les dejaba, pero sabía que la enfermedad familiar solía ser un plan de herencia entre los noble. Que sería su sucesor, que sería quién tomaría las riendas de la familia, del feudo y de mucha vidas que necesitaba de una buena y gentil guía para evolucionar y crecer. Para dar lo mejor de si mismo y conseguir que todo fuera a mejor.

- Espero que tu mano sea guiada con sabiduría y tu lengua con dulzura. Que tus ojos vean con justicia y que tu mente no se vea perturbada por nieblas indeseadas. Rezó por lo bajo como despedida. Con un gesto tímido de su mano derecha, le decía adiós.

Beren estaba roto en su camastro. No podía hablar ni dejar de sentir dolor en cada respiración. no estaba por muchas historias y menos para atender al escandalo de esa gente indeseable en SU lugar de descanso... 

Pudo oir al joven Elrik Brightblade, despedirse de todos y algo le pareció entender de que los motivos eran graves. Entre todo ese revuelo que hacia el viejo, le pareció entender que el padre Elrik debió fallecer.

No era motivo de alegría que nadie perdiera un padre. Ese joven parecía mejor que el viejo tutor, y su casa debía tener un digno sucesor. En sus adentros, Beren rezó a Madre Naturaleza para que así fuera.

No se había cruzado con ese cadete, solo coincidió con el esporádicamente cuando los reunían a todos. No parecía mal tipo. Intentaba huir de su posición para acercarse a sus "compañeros", tan poderoso y tan solo , pensó Beren.

Le dedico una frase, aunque dificilmente descifrable.

Sfe masf difgno que los de ezte lufgar, allá en tuz tierdas. Haz felis a zus gentzes. Lorth Brightblade.

Luego intentó relajarse. La tensión le causaba dolor y ya no estaba inconsciente.

El destino te ha deparado algo mejor y más importante que ser un Jinete, un ser sin corazón, tu lugar es el de un líder. es cosa tuya amar y ser amado por tu pueblo o por contrario ser un tirano odiado.

Y con este pensamiento cayo en un sueño de guardavela.

Skaylar estaba con los demás compañeros en las habitaciones. Había sido un día duro de pelea y su cuerpo estaba marcado por múltiples golpes que habían dejado unos cuantos moratones dignos de ser contados en una cantina. Pero allí todos estaban igual y no hacía falta saber cómo los habían conseguido.

Fuen entonces cuando el tal Erzid, un jinete de dragón, pues vestía con los ropajes de estos, entró y buscó a Elrik. Parecía que le reclamaba para ocupar el asiento de su padre. Algo malo había pasado.

No conocía a Elrik, pero de todo lo que había coincidido y había hablado sacaba su porte honroso y honorable, algo difícil de ver en aquellos tiempos y, especialmente en aquella escuela, donde se jugaban el lomo de un dragón fuese al precio que fuese. 

No envidió la suerte del noble, pues era algo que ella no querría para sí. Pero debía reconocer que como noble viviría con la opulencia que Skylar jamás tendría.

Cuando se despidió y le nombró asintió con la cabeza a modo de saludo y, justo antes de salir, le dijo algo:

-Cuando ocupes tu puesto, acuérdate de tus compañeros de ala, ya sabes, para hacernos un regalo acorde -dijo sonriente la pelirroja, sabiendo que entendería la gracia. Así, a lo mejor, lograba que la mala noticia se rebajara un poco.

-Un honor luchar contigo aunque hayamos tenido un  resultado incierto en el combate-conocia poco a Elrik pero no estaba enfadado ni indignado con el y además el debía retirarse por un buen motivo, eso lo respetaba,  pero a pesar de la tristeza que el tenía  no dije más, asentí a Elrik mostrando  mi conformidad por su marcha, aunque fueran motivos nefastos los que le llevaban a eso.

Kenneth inclinó la cabeza con pesar ante la despedida de Elrick, sabía que el noble podía haber llegado a ser un buen jinete y un gran compañero de ala, pero el destino era otro.

- Nos vemos Elrick... Quizás te visite cuando podamos salir por primera vez

Sin más palabras vio partir a Lord Brightblade 

Tarde del dia 8 en Cuadrante de jinetes

               - ¿Ya que no va a usar el arma que se ha ganado justamente con el triunfo desu reciente pelea, por favor me a podría prestar para que al salir de aquí yo se la devuelva junto con un favor que usted me pida? -      Le susurra al oido Samara al joven, noble y apuesto Elrick Brightblade con voz sensual y seductora mientras que se le acerca y acaricia un momento su castaña cabellera po un momento antes de alejarse un poco para no ser regañada por su atrevivmiento ante un noble heredero de manera pública

Aún estaba algo cansada pero me sorprendió bastante la noticia de la retirada después de haber llegado tan lejos. Bueno todos teníamos nuestras vidas por aquí, si a mí hermano le pasará algo quizá hiciera lo mismo.

Mucha suerte y siempre puedes intentarlo más adelante, espero que te vaya bien.

Dia 10 u 11 - Cuadrante de Jinetes

Lista de artículos para solicitar o improvisar en el cuadrante de los jinetes y cuadrante de los curanderos: Mochilas, abrigos, comida y agua, material con qué hacer luz y yesqueros con los que encender fuego, equipo que nos permita crear un refugio rápido.   
Algún aceite oloroso en viales metálicos, material para armar un botiquín médico.

Algún mapita de la zona (Aunque sea copiado de algún libro o de otros mapas) y algo donde meterlos para que no se jodan si se mojan. Algo con lo que tomar notas, Cordón fuerte, cordel, Cuerdas y ganchos ... (para escalar y asegurar pergaminos) , pico y/o pala

          Los hermanos Azkarizade solos o con el apoyo de Asterion recorren a lo largo y ancho de la escuela para buscar, solicitar con el pretexto de caminar en el bosque para prepararse para las siguientes peleas, recoger o reconocer para despues en Aulas, biblioteca, patios, comedor, hospital o habitaciones cualquiera de los artículos o algo que puedan improvisar en su lugar de la anterior lista que puedan recolectar y esconder tal vez en un hoyo que caven dentro de un claro fácilmente reconocible y no muy lejos del bosque y en el siguiente listado solo trataran de ubicar aquello que puedan después recolectar con algunos camaradas si logran organizar con ellos un arriesgado robo de donde se encuentre solo si es posible:

Hachas, cuchillos, arcos y flechas