Partida Rol por web

Parecía que el parapeto no tenía fin y la niebla no ayudaba en nada ya que no se podía ver hasta que punto había que llegar. Durante el camino algunos aspirantes se encontraron con dificultades para seguir en aquellas dificultades y algunos no lo conseguían, la niebla ocultaba el horrible escenario en el que estaban aunque ejercía mayor presión al resto que aún permanecía con vida en el parapeto. Los gritos de desesperación no ayudaba en nada a la superación del reto y fue peor cuando en mitad de la nada se oyó un rugido atronador como si la montaña se rompiera en dos, algunos de ellos reconocería aquel sonido, como el grito de un dragón cerca de ellos. 

Habían pasado un par de horas desde que comenzó la prueba y algunos de los aspirantes comenzaron a vislumbrar el alto muro que cubría el cuadrante de jinetes y el parapeto acababa en lo que parecía ser un pequeño acceso en el muro, era algo estrecho y que algunos de los aspirantes iban de lado para poder llegar pasar al otro lado. En cuanto llegaron al otro lado podían vislumbrar una enorme plaza que se encontraba al aire libre y que parecía que la niebla no llegaba a colarse a esa zona. Los muros rodeaban la plaza y la torre de acceso al resto del cuadrante que se alzaba justo en frente. 

En cuanto saltaron dentro de la plaza otros dos jinetes les dieron la bienvenida de una manera muy poco calurosa.- Si que este año se lo han tomado con calma...- dijo uno de ellos.- ¿Tu nombre...? - preguntó el otro jinete mientras revisaba los primeros nombres de la lista.- Bien, continúa y espera a que demos nuevas indicaciones.

Según iban llegando los aspirantes se les pidió que se quedaran en la plaza, a la espera de que llegara el último aspirante. No parecían impresionados por la hazaña que acababan de realizar aunque para muchos fue un prueba que arriesgó su vida, aunque hubo dos excepciones que impresionaron y ofrecieron algún gesto de aprobación de los jinetes pues al parecer hubo un par de candidatos que se pudo llegar a visualizar sin ninguna duda que la dificultad de aquella prueba, les resultaba sencilla.

Se acabo el parapeto, me había dejado sorprendido, pero también me había hecho aprender una lección. Da igual cuan preparado creas que estas para lo que se avecina, nunca es suficiente. No lo olvidaría. Este sitio no era un jardincito lleno de flores.

Por otra parte, oir por primera vez el rugido de un dragón (no podía haber sido otra cosa) si que había resultado una novedad absoluta. Lo cierto es que nunca había visto un dragón de cerca, unicamente volando por los cielos de la capital, pero para proferir semejante rugido. ¿que tamaño tenian esas criaturas?

- Asterion - dije respondiendo a la pregunta sobre mi nombre.

Las miradas de los jinetes y sus comentarios tenian un claro objetivo, hacerles parecer superiores y negarse a reconocer los meritos ajenos, el error mas común entre quien se cree superior. En cualquier caso y atendiendo a los comentarios del resto de reclutas todo el maldito cuadrante, las pruebas, las clases, el entrenamiento, esta preparado para cribar a los debiles.

En cualquier caso parecia que algun recluta se habia ganado elogios por su parte, me escabulli disimuladamente cerca suyo y afine el oido, si  eran capaces de elogiar a alguien estaba claro que había hecho una prueba excepcional, merecia la pena saber quienes eran los mas diestros.

Una vez saciada la curiosidad eche un ojo entre el resto de aspirantes. Tal y como me habia parececido ahi estaba Skylar "Fuego", o por lo menos una chica que era la versión adulta de Skylar. De modo que no habia muerto, solo desaparecido. Se la veia en buena forma, dondequiera que hubiera estado no parecia haberle ido mal.

Por ahi andaban tambien algunos de los aspirantes que habian causado impresion en su llegada. Estaba el chico gordo que se habia caido solo, curioso comprobar como las apariencias engañan, la morena esbelta y su hermano de lejanas tierras, el trampero del bosque (un hombre de recursos sin duda), el rubito con porte noble y ropa funcional y por supuesto el principito de turno...

Me acerque a Skylar en silencio, caminando despreocupadamente con las manos en los bolsillos sin perder atencion al resto de aspirantres.

- ¿Me engañan mis ojos o alguien ha vuelto de unas largas vacaciones quien sabe donde? -dije sonriendo francamente, era bueno ver una cara conocida, y lo cierto es que Skylar siempre habia sido demasiado buena persona para el mundo en el que le habia tocado vivir.

Al final Beren consiguió llegar al otro lado... Su corazón aun latía muy rápido, pues aquel rugido le impactó. Imaginó que se trataría de un Dragón, pero la niebla no dejaba ver nada, al menos a los ojos de los mortales...

Este pensamiento le hizo centrarse de nuevo, y recapacitar, si aquella "niebla" no sería algo "especial". Se fijó en ella, e intentó compararla con la típica niebla de su bosque y la que a veces había cerca del rio en la ladera de las colinas... Calaba?, era verdaderamente húmeda? amortecía los sonidos? Si era así parecía que el rugir de un dragón no podía ser amortiguado tan fácilmente...

Ya en la plaza donde les dijeron que esperaran, otros jinetes que allí estaban controlando, pudo observar que los dos hermanos a quien les dio el resto de su tarrito de resina, consiguieron llegar... También el joven orondo, lo .cual le arrancó una sonrisa de admiración... Incluso algunos de los señoritingos nobles por méritos de sus antepasados, que no por su buen corazón o hazañas destacables, estaban allí también.

Miró si veía una fuente o similar... en el peor delos casos, un simple charco con agua le serviría... quería frotarse para sacar la resina antes de que esta se resecara en la piel y le produjera sarpullidos.

Samara, tu y tu hermano deberías quitaros eso mas pronto que tarde.

Luego se acercó al joven "rellenito":

Hola me llamo Beren, reconozco que verte aquí, en este lado del parapeto me ha sorprendido gratamente. Permíteme felicitarte. Me recuerdas mucho a un amigo de mi aldea, y reconozco que verte aquí me ha recordado que la determinación y el tesón son unos aliados muy a tener en cuenta, cuando todo pueda parecer que está en contra...

Es posible que esos jinetes se hayan fijado en otros aspirantes, si yo fuera ellos, me hubiera fijado en ti... Espero que haya alguno que no se de tantos aires y vaya con tanta prepotencia... la sabiduría me ha enseñado que los maestros, también se mueren. Todos tenemos la sangre roja...

Rebuscó en su mochila, y sacó dos trocitos de una raíz. se puso un trozo en la boca y empezó a masticarla... 

Quieres un poco? va bien para mantener la tensión, y tiene buen sabor. Además ayudará a salivar si te quedaste con la boca seca. Es regaliz de palo... la recogí yo mismo. Toma.

Bastian había llegado, sí. Pálido. Con toda la ropa sucia de tierra y humedad. Llorando. Cuando oyó el rugido del dragón no supo de qué se trataba, pero estuvo seguro de que ahora llegaba el momento en el que empezaban a explotar cosas, y él salía disparado en una lejana dirección. Había superado el parapeto arrastrándose, agarrándose a los lados del camino, luchando contra la niebla y el desánimo. 

Nunca había visto ni oído a nadie morirse. Ahora no podía sacarse los gritos de la cabeza. Él también había gritado por su vida, y finalmente la había conservado. Pero ya no parecía real. Nada de lo que había a su alrededor le parecía del todo real. Y lloraba. Lloraba como niño que tiene prohibido llorar. De desesperación, desesperanza, frustración, arrepentimiento. ¿Cómo podían estar tan tranquilos esos jinetes? Sabían que muchos habían perdido la vida, y que algunos supervivientes, como el propio Bastian, se habían traumatizado. Bastian dio un tímido paso hacia esos jinetes desalmados, para decirles unas cuantas cosas, pero no se atrevió. ¿Qué hace aquí un cobarde como yo? 

Y tocaba esperar. Bastian tenía ganas de sentarse en el suelo, pero el suelo le daba vértigo. Todavía no había pasado del todo el miedo. Su cuerpo todavía recordaba casi caerse al vacío. Al menos las lágrimas cesaban de caer. Se limpió los ojos con la manga. Echó de menos a sus seres queridos. Quiso diluirse en un instante. Echó de menos las setas mágicas. Y entonces le habló un tal Beren. Le recordó a una de sus madres. Le dejó el corazón más blandito y calentito. Aceptó la raíz y masticó con la mirada perdida.

Gracias, Beren. Yo soy Bastian. Tus palabras me reconfortan. Perdona que no de buena conversación, es que todavía estoy en shock. Nunca antes había visto morir gente. Más que determinación y tesón, he tenido suerte. Tú pareces muy bien preparado. Y hablas muy bien. Me recuerdas a mi madre. Ella también habla muy bien y me da comida. Gracias. ¿Tú tienes familia?

Kenneth habia sido el primero en pasar, eso le dejaba tiempo para ver quienes más lograban hacerlo.

- Kenneth Ironfield

Contesto a los jinetes que le pidieron su nombre, antes de continuar avanzando por donde le indicaron.

La niebla estaba más densa y aquel rugido atronador le recordaba por qué motivo había venido, aunque también podía acojonarlo un poco.

Una vez dentro del cuadrante fue viendo quienes más habían logrado hacerlo, comenzaron a entrar de uno en uno, algunas caras era de esperar volver a verlas, algunas lo sorprendieron. Pero había algo de lo que estar seguro, todo el que estuviese hoy de aquel lado, tenía mucho más de lo que podía parecer.

Logré pasar el parapeto a salvo y afortunadamente sin apenas problemas, suspiré con alivio hacia las gradas sonriendo esperando que mi hermano me viera. Me centre en los jinetes que estaban preguntándonos nuestros nombres al llegar a la linea de meta.

Mía Baxter.

Me acerqué al resto de de compañeros que habían superado la prueba y me quedé cerca de ellos esperando las nuevas instrucciones. No era muy buena interactuando asi que me quedé callada por ahora.

Había llegado hasta allí y superado el parapeto, era consciente de que había sido en parte suerte, ya que no había visto nada por la niebla, pero había mantenido mi cabeza fría y había triunfado, alli estaba junto al resto de aspirantes que habían logrado pasar y observaba como unos interactuaban con otros.

-Jake Driscoll-dije al llegar a aquellos jinetes ignorando aquel comentario o quizá provocación de que lo tomamos con calma, no se muy bien si era una burla o una provocación, de todas maneras no le di importancia , así que según me dijeron y a esto si presté más atención, que esperara nuevas indicaciones.

Mi habilidad y en parte la suerte me habían hecho salir triunfandor en aquella ocasión pero las pruebas cada vez serían más difíciles, aun nos esperaban retos de alto nivel, de eso estaba seguro.

Así que allí me quedé esperando nuevas instrucciones.

- Hielina.... Le faltaba la respiración. Para ella había sido una carrera, y la había hecho a toda prisa. - ... Scharnhorst.

Intentaba recobrar el aliento, y se puso las manos sobre las rodillas, mientras el aire luchaba por llegar a sus pulmones. Luego pensó si se quitaba los guantes, pero, tras iniciar el proceso con el primero, luego, lo recolocó todo. No tenía nada claro como proceder ni lo que vendría ahora, así que, mejor dejarlo puesto. 

Mientras esperaba esas "nuevas instrucciones", preguntó: - ¿Podré recuperar mis cosas? No es que fuera mucho, pero tenía algunas herramientas y el cuchillo de trabajar el cuero, que usaba para depellejar piezas en las partidas de caza. El cuero había que tratarlo desde el primer momento bien. Si se dejaba en manos de los cazadores, en muchas ocasiones se malograba.

Mis ojos reflejaban cierta sorpresa cuando llegué a pisar el suelo firme tras el parapeto. Miré hacia atrás antes de mirar al cielo y avanzar hacia el resto de cadetes con bastante calma.  

Había hecho oídos sordos a todos los gritos que se habían ido sucediendo en mitad de la niebla. Sabía que un porcentaje de los que habíamos pisado el parapeto no terminaríamos de cruzarlo. Precisamente, en base a eso, no me había dirigido a nadie antes de pasar la primera prueba. Conocer mínimamente a alguien que iba a morir minutos después era algo que me torturaría durante varias noches y quería evitarme el disgusto. 

Cerré los ojos un momento ante el rugido, evitando pensar en el pasado pero no pude evitar que mi mano rozase la cicatriz que se vislumbraba en mi nuca.

—Fiora Vossendir —dije al llegar junto a los dos jinetes que recibían a los candidatos. 

Me mantuve cerca, examinando sus expresiones mientras iban diciendo el resto de los nombres. Quizá ellos sí habían podido ver cómo les habían ido las cosas a los demás durante la prueba, yo había estado demasiado concentrada en no caerme y no había prestado atención a los demás. 

Dirigí una mirada hacia Bastian al darme cuenta de que había conseguido pasar y mi expresión se dulcificó por un momento. Me alegraba comprobar que, a pesar de su torpeza inicial, no se había caído al vacío. 

Mi cuerpo empezó a temblar sentado y sudoroso tras cruzar, seguramente era obra de la adrenalina que abandonaba mi cuerpo tras casi perder la vida en el parapeto. Me cogí las manos temblorosas y las apreté contra mi pecho para relajarme. Permanecí así un minuto hasta que me relajé.

Luego me levanté y fui donde estaban los jinetes para da mi nombre.

Elrik Brightblade

Tras esto me hice a un lado y entonces vi a Kenneth Ironfield. Era un joven de familia noble como yo, pero que últimamente lo estaban pasando mal. Aún así su historia familiar era basta y longeva. Me acerqué a él pues nuestras familias se conocían*.

Kenneth Ironfield, soy Elrik Brightblade. Creo que hemos coincidido en un par de ocasiones, una en la finca de tu familia y otra en la fiesta del emperador. ¿Qué tal tu familia? Espero que esté bien y que dentro de poco el nombre Ironfield vuelva a ser el referente que era antes.

¿Qué tal el parapeto? Yo casi no lo cuento. Espero que las próximas pruebas esté más concentrado y no tenga percances que puedan poner en riego mi vida.

Kenneth esperaba en silencio, sabía que aquel era un lugar peligroso y no sabía si aún estaba alguien a tiempo de asesinarlo, por lo que en silencio veía a todos.

Observó cómo Elrick se le acercaba, aún con las manos temblando por la adrenalina del parapeto. Si una ventaja daba ser el primero, es que para cuando llegaban los demás el ya había tenido tiempo de serenarse.

- Si te recuerdo, un gusto ver qué estés con vida de este lado... Quede con ganas de ver cómo pasabas con el baúl, como lo lograste?

Kenneth no había podido ver qué hacía con el baúl por qué fue el primero en cruzar, pero lo veía con vida y sin la carga. Lo más probable es que lo tirase en el camino.

- no fue fácil pasar, pero me preocupaba más que alguien me alcanzase y quisiese tirarme. Por suerte no pasó y pude cruzar... 

No hay porqué darlas, Bastian. Si unas simples palabras han servido para que te encuentres mejor, doy por bien empleado el tiempo que les he dedicado, jajaja.

Mmm, ciertamente ver morir gente es duro. Por desgracia yo si vi morir a demasiados, todos de mi aldea, entre ellos parte de mi familia. Allí no había niebla ninguna ese día. Cuando ves morir a otros, algo cambia dentro de ti...algo se endurece... Tu seguro que los vistes morir, o sólo los oíste gritar, no es exactamente lo mismo, te lo aseguro...

Preparado, yo? bueno puede ser, pero yo te veo junto a mi, en este lado del parapeto, así que algo debes de tener chico... cada uno tiene sus habilidades, pero todos tenemos una cosa que nos hace iguales... ni escudos de nobleza, ni apellidos ancestrales, ni reconocimientos adquiridos. Lo que nos hace iguales, es que todos tenemos una única vida, y la podemos perder en cualquier instante, así que disfruta el momento.

Comida... pues te diría que un buen trozo de venado con verduras a la brasa, me lo tomaría... pero aquí solo tengo este trocito de raíz, jejeje.

Familia? si claro, aun tengo a mi querida madre y a mi hermano pequeño. Los tuve que dejar atrás para venir aquí... es lo único que me preocupa... Deseo que estén bien. Pero se que Ara... mm bueno un amigo, las cuidará hasta que yo regrese.

Entre tu y yo, tengo la sana intención de salir vivo de aquí y volver, con dragón o sin él.

El corazón de Bastian se achicó de espanto. ¿Ha visto morir a tanta gente? Lo siento, debe de haber sido muy duro.

Puede ser que tener una única vida nos haga iguales, aunque no estaría mal haber sido instruido en combate, o en ejercicios físicos, o tener un cuerpo ágil y fuerte... me siento muy inferior al resto de candidatos, solo hace falta mirarme... casi me caigo en el parapeto. Pensé que me moría. Vi pasar mi vida ante mis ojos y todo.

Cuando salgamos de aquí te invitaré a una buena comida. Un buen guiso con papas, y podremos comer tres platos cada uno. El guiso de mi madre es muy bueno. La cara de Bastian se volvió picarona. Y también te invitaré a unos hongos mágicos. Los cultivo yo mismo. Te hacen ver los colores muy vivos, y puedes ver como respiran las plantas, y todo lo notas suavecito, son unos hongos muy divertidos.

Yo tengo a mis dos madres, a mi novio, y a mi novia. En el pueblo hay unos que nos hacen la vida imposible. Yo también quiero volver con vida, y que la gloria de haber pasado por esta escuela nos proteja de los que nos tratan mal. Aunque no sé como lo haré... espero tener suerte. Si hay alguna prueba de cultivar verduras lo haré muy bien.

Aquel día era realmente pesado y me resultaba muy fastidioso estar ahí pero las órdenes eran órdenes y al menos él siempre las obedecía a raja tabla. Fue viendo como muchos de los candidatos fueron llegando destrozados algunos físicamente y otros mentalmente pero hubo dos que les sorprendió.

Una de ellos era Fiora Vossendir.- Nada mal, candidata Vossendir, por favor prosigue.- dijo con un sonrisa y en cuanto avanzó se quedó mirandola.

Después del paso de varios candidatos y de esperas interminables hubo otra persona y que se sorprendió por su físico.- Vaya, parece que las mujeres de este año son las más prometedoras. Continúe candidata Scharnhorst...

En cuanto pasó el último este recogió la lista y fue hasta la entrada a una torre donde desapareció.

Una vez todos los candidatos ya se habían encontrado en la plaza esperando se les dejó unos minutos para que se recompusieran. El jinete que se encontraba en el parapeto tomando notas de quienes había conseguido lograr el objetivo fue directamente al acceso de una de las torres y entró por una de sus puertas cerrándolas a su paso. 

No tardó mucho en volver acompañado por los jinetes Gongtin y Blaken que era los que se habían encargado de tomar nota al principio de la prueba de todos los nombres de los aspirantes a jinetes en cuanto llegaron a lo que parecía una pequeña plataforma de piedra en un extremo de la plaza. Los tres tomaron posición sujetando las dos carpetas que llevaban anteriormente. Fue cuando Gongtin gritó: ¡En formación!

Esperó a que con esa orden todos los candidatos se levantaran y se colocaran en frente de la plataforma, no esperaba que formaran filas ni mantuvieran un orden simplemente que se posicionaran como ellos. Con los pies juntos, el cuerpo recto y las manos a la espalda como si estuvieran atados.

Al poco tiempo, en cuanto vio que todos estaban colocados, dio comienzo la ceremonia de entrada.

Aran estaba bastante cabreado este año, no solo no habían cambiado las cosas si no que había recibido órdenes que no le gustaban y aquello se podía notar en su rostro más serio que de costumbre. Encima la lista se había reducido mucho más que otros años pero prefirió no dar paso a sus pensamientos y empezar la ceremonia:

- Enhorabuena a todos los aspirantes que habéis pasado la prueba.- dijo en alto intentando que todos les oyera pero su tono parecía muy pasivo y no era de alegría.- Para quienes no me conozcan, soy el jinete Aran Gongtin y el líder de pelotón de vuestro año.- el líder de pelotón era el líder absoluto de todos los candidatos de primer año excepto por los comandantes.- Ahora se os indicará las normas que hay dentro del Cuadrante de jinetes y se les advierte a cada uno de vosotros que cualquier infracción que sea detectada, será castigada con la expulsión inmediata o con su ejecución.- dijo haciendo referencia al dios de la muerte.

Comencé a hablar de las primeras normas del cuadrante y podía ver como algunos ya las conocía por su mirada o por su indiferencia o simplemente les daba igual. Sea como sea ya se les había advertido que la falta de cualquiera de ellas podía causar su ejecución y al menos aquí en el cuadrante de jinetes, no existía la piedad.

- Como todas las normas están claras, comencemos con la ceremonia a Malek.- levanté el brazo para que Monrein me diera su lista de candidatos. Comencé a leer cada uno de los nombres que habían en la lista y que habían comenzado la prueba pero que no habían llegado hasta el final.- Miri Sendan, Artillos Meik, Koran Loust...- continué con la larga lista que seguía y que parecía eterna, este año había entrado más de 150 aspirantes y había llegado con vida apenas la mitad de ellos, se había podido contar 83 candidatos que se encontraban en aquella plaza en ese momento. Durante otros años había llegado a sobrevivir el 80% pero este año no llegaba al 60% de ellos. Continué con la lectura de lista de nombres hasta que añadí al final.- ...que sus vidas sirvan de ofrenda a Malek.

Guardé unos segundos antes de continuar con la ceremonia.- Ahora os daré paso con la líder de sección, la jinete Blaken. Os irá nombrando para ir con cada uno de los jinetes que tenéis en vuestra espalda.- aquellos que habían entrado en silencio durante la ceremonia a Malek y se había formado al final.

No quería andarme con chiquitas por lo que fui directamente al meollo, me dolía la cabeza por tener que usar mis poderes antes y quería terminar con eso lo antes posible.- Como el líder de pelotón ha dicho, mi nombre es Cassandra Blaken y seré la líder de Sección Garra, a quienes nombre a continuación tendrán que acompañarme.- Miró a su alrededor antes de comenzar a leer los nombres de quienes estarían a su cargo. Tenía a su cargo un total de 5 alas, después de haber nombrado a la primera continuó con la segunda ala.- Segunda Ala, Kenneth Ironfield, Elrik BrightBlade y Asterion...- esperé a que los tres candidatos se situaran en frente y continué.- Tercera Ala, Skylar, Samara Askarizade y Mia Baxter

Una vez todos los nombres fueron dichos, me bajé de la plataforma y avancé entre el grupo de candidatos y di una orden simple y sencilla que esperara que siguieran: ¡Seguidme!

El otro jinete que estaba en la plataforma, dio un paso adelante y comenzó a hablar.- Continuemos, mi nombre es Alec Monrein y seré líder de la Sección de Cola, como habéis visto no necesitáis muchas explicaciones diré vuestro nombre y pasaréis adelante. No es muy complicado así que sed ágiles- Comencé a nombrar a las primeras alas hasta que tocó el turno de las últimas.- Cuarta Ala, Fiora Vossendir, Bastian Baltasar Bux y Beren Northwind.

En cuanto se acercaron seguí con la lista.- Quinta Ala, Hielina Scharnhorst, Jake Driscoll y Sam Ulferd.

Una vez estuvieron todos les pedí que me siguieran y entramos por una de las torres.

La chica menudita se puso firme, toda tiesa, mirando hacia los instructores, y procuró entender lo que estaba pasando. Todo aquello, para ella era una sorpresa. Le daba pena el acto. Era poco más que un recordatorio de todos los que habían fracasado, y la mayoría de ellos habían perecido en el intento. Sabía que esto, en principio era una criba. Un esfuerzo directo para eliminar a débiles, incapaces o incautos, y seleccionar los más capaces. Se sentía orgullosa para si misma. Había conseguido entrar en .... Grupo Cola Ala Quinta. Se sentía como extraña. Era como si su grupo fuera "el de apoyo". No le era raro, ya que en las partidas de caza, ella era parte de ese mismo grupo, pero... algo le decía que tenía que ver con lo que se planteaba y esperaba de ella.

También se fijó donde había "caído" el "señorito". A que grupo y ala, para saber ... y planear.

No esperaba en absoluto un comentario agradable por parte de los jinetes. Por lo que tenía entendido, los cadetes de años superiores no solían apenas prestar atención a los novatos, sobre todo tras el parapeto y, aún menos, halagarles un mínimo. 

Le devolví la sonrisa mientras le daba las gracias y, aunque sentí su mirada fija en mí, no me giré. Todavía seguía bastante confundida por el comentario. Rocé mi nuca, recorriendo la cicatriz con la yema de los dedos mientras esperaba a que el resto fuera pasando. 

Cuando comprobé que otra de las personas se había llevado un comentario agradable me quedé mirándola con curiosidad. Era la chica que había pasado corriendo, desde luego parecía muy competente si no le había intimidado en absoluto el parapeto.