Partida Rol por web

Vayamos pues compañeros, el tiempo corre en nuestra contra.

Turak apenas podía comprender la naturaleza de ese lugar. El viento era frío, agresivo, no podía escuchar el susurro de la brisa, mas bien era un rugir continuo que lo desorientaba, y le estaba llevando tiempo acostumbrarse. Las ropas eran cómodas, abrigadas, y no le impedían moverse, pero la piel de su cara se helaba con facilidad, y era una molestia indeseada para él. Tomó sus dos cimitarras y se puso a hacer juegos con ellas para mantener su cuerpo caliente mientras esperaba el regreso del medio elfo con las sogas. 

Observó al grupo aprovechando la ausencia de Edio, era de lo mas dispar, y a juzgar por la hostilidad del clima y la peligrosidad de la situación, sumado a que los expertos exploradores no estaban volviendo y que la paga era generosa, era un hecho evidente para él que no volverían todos, si es que volvía alguno.

De acercó a Galand - Cuando veas a Barlove, dale mi parte de la paga, eso le prometí y eso cumplo... pero tu deberás cumplir su parte en lugar suyo, y respetar las posesiones de mis muertos- hablaba convencido de que eran personas diferentes, sin comprender del todo lo que sucedía entre ellos.

Luego cruzó unas palabras con la hermosa guerrera - Sol de Fuego, de que te sirve la prisa si no sabes donde ir? En mi tierra es mas importante conocer la dirección y no malgastar energías, a avanzar a ciegas, y este lugar quizás solo se parezca en eso al desierto -

Luego se paró al lado de Za y le susurró - Mago, al fin nuestros ojos ven lo que tu magia nos mostró, y es mas hostil que tus presagios. No te apartes de mi, Nube de Luz, que aquí también el filo de la espada es un fiel aliado-

Ves a Edio solo en mitad de unas montañas heladas está mirando el suelo nevado, hay huellas.

Ves que no son huellas humanas, si no de bípedos con pies que parecen palmeados¿?

Logen sacó una tiza del bolsillo y se puso en cuclillas. - Za... - Llamó la atención del erudito.- ¿Tus libros alguna vez te enseñaron una huella como esta? - Pregunta mientras dibuja una huella bípeda, parecida a una humana, pero con pies palmeados. - ¿Sabes que criatura podría ser? - Finaliza, estudiando detenidamente al semielfo por si mostraba alguna reacción

El Semi-elfo parece atento, pero no muestra nada más allá.

Al decirle el semielfo que ni usaban mensajería ni usarían monturas, comprendió que era normal que estuvieran en peligro y casi ni se hubieran enterado. La organización era muy vulnerable. Quizá por ello había empezado el mal por aquí. 

Comprendo. Poco sé de los animales de la zona. Ni si hay alguno volador. Mas me extraña que no se emplee alguna manera de mandar mensajes a distancia: hogueras, atalayas bien dispuestas, mensajeros montados,... Sea como sea, mejor partamos ya. Aprovechemos las horas de luz que quedan del día. 

El sabio estaba preocupado por un modo de escritura, aunque, optimista, como siempre, decidió que ya se apañaría. 

Si atáis, amigo mío, la ampolla a vuestro cuello, con el calor de vuestro cuerpo, la tinta se mantendrá líquida. Lo mismo pasa con el agua. Bien, y esa huella? Dónde la habéis hallado, Logen?

-Gracias por el consejo, Sidoc, contestó el erudito en voz baja. Los ojos de Za Harvaya estaban fijos en la huella que había dibujado Logen, pero en su interior maldecía un poco al no haber caído en la cuenta de aprovechar su propio calor corporal para calentar la tinta. Un conocimiento práctico... Un pequeño atisbo de orgullo laan se asomaba desde lo profundo de su ser, pero pronto volvió a componerse. Respiró hondo, y se frotaba la nariz con su dedo índice y pulgar, luego se daba golpes en la frente, pensativo, tratando de recordar.

Y volvió a sentir el tacto de aquel libro, a oler el pergamino, a ver las letras y los dibujos... Abrió los ojos, y miró incrédulo la huella una vez más... ¿Cómo era posible? Esperó unos instantes para estar seguro, y luego le miró a Logen con rostro serio: -Sí, he visto esta huella antes...

Sabes que hay una raza de hombres rana anfibios llamados Gratar, dos de las ramas evolucionaron para adaptarse a la nieve. Son malvados, miden entre 1,5 y 1,65 m, su piel es celeste. Poseen una esperanza de vida de 85 años. Caminan jorobados y sus manos llegan a tocar el suelo. Utilizan armas, pero no armadura. Visten ropas harapientas. Sabes que hay varias subrazas de Gratar, pero aquí sólo pueden estar los de las nieves. Aunque hay dos subrazas de las nieves, por el tamaño de la huella es esta que has identificado, los otros son más peligrosos, su piel es azul y son de mayor tamaño. 

-Si has visto estas huellas por el Glaciar, significa que nos enfrentamos a unas criaturas que no son humanas, dijo Za Harvaya serio. Aún de cuclillas junto al dibujo, levantó la vista. Trataba de captar en el único ojo de Logen la fuerza que necesitaba de él, de todos. Todos se habían conocido en el largo viaje, pero aún no se habían puesto a prueba.

-Estas huellas pertenecen a una raza de hombres-rana. Son criaturas anfibias, es decir, pueden respirar aire o agua. Caminan jorobados, apoyándose en sus manos. Son malignas y peligrosas, y saben manejar armas. Pero por las descripciones que he leído, no llevan armadura. En los textos antiguos se les conoce como los Gratar, y hay una subraza de los Gratar que se han adaptado perfectamente al frío.

El erudito se levantó.

-Tú estarás de acuerdo conmigo, Logen, que esta huella es de una criatura de 1,50 metros o poco más de estatura. Eso es bueno, porque existe otra especia de Gratar de las nieves, más peligrosa aún. Lo sabremos cuando los veamos. Los de tamaño más pequeño tienen la piel color celeste, y los grandes azul.

Za Harvaya se acercó a Turak. -Quiero que veas al enemigo en tu cabeza antes de que lo vean tus ojos. De esta forma serás un guerrero aún mejor. Confío en ti, y en tus cimitarras, Ojo de Trueno.

-Por mí nos ponemos en marcha ya como dice Sidoc aprovechando las horas de luz, añadió, a ver si Logen nos puede indicar dónde vio la huella. No me gustaría encontarme con avanzadillas o grupos de exploradores de estos hombres ranas a nuestras espaldas mientras avanzamos hacia ese ejército.

Sidoc se admiró de los conocimientos de Za.

Cuanto me alegro de teneros cerca, camarada. Estar preparado es una alegría, para variar, en medio de tanta incertidumbre. Gratar! Nunca había oído hablar de semejantes seres. Creéis que pueden ser organizados como un ejército? O simplemente viven y deambulan por la zona? Sea como sea, deberemos ser cuidadosos. 

- Magia...- Rezongó Logen con ironía a la pregunta de Sidoc de dónde había visto la huella.- Es increíble lo que se puede ver cuando tienes un ojo en el camino en vez de en el fondo de un vaso.- Mintió el hombre de los bosques.

Se llevó una mano a la barbilla pensativo, mientras Za continuaba su discurso. Respeto y admiración se veían en su mirada.- Lo cierto es, amigo mío, que poco o nada puedo añadir a tu sabiduría. Lo que está claro es que no nos enfrentamos a un ejército de hombres, lo cual sube sustancialmente mi interés hacia este pedazo de roca helada. - Mirando al callado elfo, continúa.- Si allí fuera sólo nos vamos a tener los unos a los otros, deberías pensarte decirnos a que nos enfrentamos, y cómo se los mata... De otra manera volverás de nuevo sólo, "último de los exploradores". - Finaliza con su habitual diplomacia

Galand miró extrañado a Turak cuando le habló de Barlove. ¿Cómo era posible que no se hubiese dado cuenta?
Pero intentó ser prudente y calló el engaño. Si decía a Turak que se había disfrazado con magia podía ser un problema. Debía encontrar el mejor modo de hacerle entender su forma de trabajar.

Revisó su equipo, tenía todo en su lugar, la esfera, las flechas y el arco, la espada corta y por supuesto sus ganzúas y la daga lanzable. El equipo de escalada fue una grata sorpresa.

Quedó sorprendido por los asombrosos conocimientos del erudito.

Dime. ¿Conoces algún punto débil de su anatomía? ¿Son afectados por algún tipo de veneno? ¿Necesitan suministros de algún tipo? ¿Se organizan sus ejércitos bajo una figura carismática o tienen varios generales?

Lo que le interesaba era saber cómo parar a un ejército así que debía saber si iban a tener un líder o varios, si se podían por ejemplo, envenenar los suministros, si había alguna forma de desorganizar las tropas. En resumen, técnicas de terrorismo y desestabilización ante un enemigo mayor. No les quedaba otra. Si las cosas eran tal como pintaban cualquier enfrentamiento frontal era un suicidio.

Si son demonios tienen que venir desde otro plano, ¿no es cierto erudito? ¿Habrá alguna puerta abierta? ¿Se podrá cerrar? ¿Tienes conocimiento sobre algo parecido que haya sucedido?

Porque si lo que pasaba es que alguien había abierto una puerta al plano demoníaco daría igual cuantos demonios matasen, iban a seguir llegando más.

Nube de luz seguía usando su poderosa magia para ver lo que era vedado para el resto, podía de una simple huella sacar tanta información como quisiera, y eso era un testimonio claro de sus dones. Y su consejo era sabio, ver al enemigo como había visto al glaciar, antes de enfrentarse a él, era una ventaja. El resto, sin embargo, solo hacía preguntas y mas preguntas, antes se las hacían al señor del hielo y ahora a este explorador... y mas preguntas, y preguntas...

- Porqué no se sacan las dudas cazando un par de esos renacuajos? pueden preguntarle todo eso a ellos... creo que si el explorador supiera a que se enfrenta, no estaría explorando sino organizando las defensas...- negó con la cabeza y tomó las herramientas que le correspondían. Luego miró al medio elfo de ojos azules - Estoy listo para partir - y se colocó delante del sabio.  

Los halagos de sus compañeros le sorprendieron gratamente al erudito. No estaba acostumbrado, y durante el viaje a menudo había dudado si realmente podía ayudarles de alguna forma llegado el momento. Al final Voriig había tenido razón parece ser.

-Sidoc, y los demás. Lo que sé es lo que os he contado. Es hasta donde llegan mis conocimientos, a partir de allí sólo puedo aventurarme al reino de las suposiciones. El erudito sonreía de nuevo, un gesto nada habitual en él durante sus años en la Metrópolis, pero cada vez más frecuente en este viaje. Recordaba a los otros sabios, y cómo estos a menudo escondían sus conocimientos adquiridos, revelando partes, filtrando la verdad, con tal de aparentar tener un pozo infinito y así aumentar su poder sobre los demás. Za Harvaya siempre había detestado eso. Para él, la verdad era el camino en sí, no el medio para alcanzar metas personales.

-No tiene sentido que nadie oculte una información que nos puede salvar a todos, y al mundo. Cuánto más sepamos de lo que nos espera, más posibilidades tenemos de sobrevivir. Compartir lo que uno sabe es como encender una antorcha en la noche oscura, y luego compartir ese fuego para encender otra. Y otra. Cada antorcha que se enciende hace que la oscuridad sea menor, y ninguna antorcha ha perdido intensidad por haber encendido otras. El agradecimiento no me corresponde a mí en mayor medida que a Logen por haber hallado esa huella y compartido esa información con nosotros. O el hombre que escribió el libro sobre los Gratar que tuve la fortuna de poder leer. Al final es eso, nada más. Antorchas en la noche.

Trataba de explicar su forma de ver el mundo, su búsqueda de la verdad, en términos que pudieran entender todos los presentes. Pero en realidad, era el mismo ejemplo que había usado en la Gran Biblioteca, cuando le cerraron algunas puertas en sus narices. Todo eso quedaba muy lejos ya.

-Galand, no se trata de demonios. No han cruzado ningún portal para llegar hasta aquí. Son una clase de hombres que se han adaptado a estas tierras. Lo que les hace incluso más peligroso. Sobre el resto de las preguntas, creo que mi amigo Turak está en lo cierto. Nada mejor que capturar a uno de estos seres o verlos con nuestros ojos para averiguar más.

Edio da por concluida la conversación y dice de partir, aunque antes os pregunta vuestros nombres.

Salís del castillo por el patio y ahora os dais cuenta de que en un lateral tienen una perrera con lobos.

Tomáis dirección norte y a lo lejos nada más salir de esta pequeñísima ciudad donde estaba el castillo, divisáis una Villa. Al acercaros más veis un lago enorme y otras dos Villas más a cada lado del lago. Vais por la orilla este del lago y dejáis atrás la primera Villa (Konig), después llegáis una segunda (Taelen) y allí echáis la primera noche. En la orilla opuesta a Taelen está la Villa de Malak, y por último en un pequeño bosque en la zona más al norte del lago está la Villa de Alhondra. Estas cuatro Villas están en la orilla del lago y parecen que viven de la pesca.

Al día siguiente seguís al noreste y empezáis a ver las montañas, cuando lleváis nueve horas de camino en el segundo día estáis ya dentro de las montañas y Edio os hace parar.

-Mirad aquí señala el suelo y veis huellas como las que dibujo Logen e identificó Za. Quedan unas tres horas para que anochezca, las huellas son relativamente recientes, hay más de tres centenares diría yo. Sigámoslas pero sigilosamente. Esperad, mirad aquí no son sólo huellas de Gratar Celestes lo que veo. Aquí hay huellas de Gratar azules y esta otra huella no sé de qué es. Se dirige a Za Harvaya ¿Podrías identificarla?