Partida Rol por web

Narro sólo hasta la llegada, por si queréis hacer algo durante el viaje por el Glaciar.

Irinade, esperaba ansiosa la llegada al Castillo, para conocer a Dinevar y comenzar su misión.

Sidoc había visto cómo el viaje se iba haciendo duro por momentos. Agradeció haber comprado el equipo de invierno, vistas las congelaciones de los otros pasajeros. Afortunadamente tenían al comerciante y sus hiervas. Pero no dinero para comprarle gran cosa. 

Los semielfos se fueron y sólo les acompañaron los enanos, con los que se iba relacionando sin problemas. 

El grupo todavía no estaba unido del todo, pero Sidoc tenía la esperanza de que los desencuentros del viaje se fueran olvidando a medida que el peligro real, el que amenazaba al mundo, fuera más y más patente. 

Otro grupo de semielfos se aproximaba. De fondo, un castillo. Sería el del Señor Dinebar?

Mientras no quitaba ojo a los semielfos, preguntó a los enanos.

De quién es este castillo, amigos?

-Pues ese castillo pertenece a las Cinco Villas, es de la propiedad de Dineval. Hace una pausa. Y es raro pues viene a recibirnos él mismo junto con su guardia personal. ¿Qué ocurrirá?

Veis que el grupo de semi-elfos se pone a hablar con el jefe de la caravana y luego con los enanos, tras esto se dirige a vosotros y uno de ellos os habla: -Saludos viajeros, mi nombre es Dineval y soy el señor de este castillo, no sé lo que os ha traído a estas tierras, pero si es el dinero tengo algo que ofreceros si es que estáis dispuestos a poner en peligro vuestras vidas a cambio. Si os place seguidme y hablemos en privado. Tras estas palabras se da la vuelta y se dirige en dirección al castillo.

El hombre de pelo dorado y ojos de hielo le habla con autoridad. Tiene el prote de un guerrero, y se proclama a si mismo senñor del lugar. Se imagina cuando las caravanas lleguen al desierto y sea él quien les hable de ese modo. Quiso contestarle pero éste le dio la espalda y se dirigió al castillo, en clara muestra de superioridad.

- Este hombre es un gran líder, lo has notado? y pide ayuda para pelear por su pueblo... si no hiciese tanto frío me quedaría con él un buen tiempo- le susurra a su amigo Nube de Luz

La paladina asintio ante la presentación del Señor del Castillo. A continuación se presentó.
Vayamos pues compañeros, pues a eso hemos venido!
Siguiendo al Lord!

Sidoc se despidió de los enanos, especialmente de aquel con quien más migas hizo. 

Adios, amigos, me alegro haberos conocido. Espero que no sea la última vez que nos veamos. Que os vaya bien.

Luego siguió al grupo y a la comitiva de Dineval.

Los rigores del viaje no parecían afectarles y ya fuese por lo que dijo Voriig o por simple fortuna llegaron sin más problemas.

El señor Dineval era un medio elfo de porte aristocrático. Era momento de ver en qué consistía aquella misión y por los dioses que no le iba a ir nada mal el dinero. Miró al resto y cuando dejaron atrás a los últimos integrantes de la caravana sacudió sus ropas. El abrigo de campesino y los gastados pantalones terminaron siendo ropa de buena hechura, camisa y calzas, que le ajustaban con justicia. Terminada la argucia y harto ya de ella el elfo por fin se mostró tal como era.

Ahora ya podéis llamarme Galand. No hablaré con subterfugios al señor Dineval ni le ocultaré mi naturaleza.

Turak estaba decidido a hablar con el señor del lugar, sentía respeto hacia él. Todo el grupo se estaba preparando para el encuentro, pero uno de ellos le llamó la atención, el que se hacía llamar Barlove ahora cambió sus ropas, e incluso habló de su aspecto como verdadera identidad... que ganaba presentándose con un falso nombre a Ojo de Trueno? como se puede confiar en quien se enmascara frente a sus compañeros? sin duda éste hombre no gozaba de la bendición de tener un nombre de viento, como él, o la paladina o el sabio. Sintió cierta pena por él, Barlove le había caído bien.

- Brujería... - Masculló Logen mientras escupía al suelo. Era evidente que todo lo relacionado con la magia le volvía de mal humor. Su ceño se fruncía casi al infinito cuando sus compañeros sacaban a relucir sus talentos.

Afortunadamente hacía un frío tan tenaz que le quitaban las ganas de discutir y, tras asegurar que sus hachas estaban dónde tenían que estar, siguió a sus compañeros a ver que quería el famoso Dineval aquel.

El frío intenso era una sensación nueva, diferente. A Za Harvaya el Glaciar le gustaba a pesar del peligro de congelación. La sensación de no haber malgastado las monedas comprando la ropa de abrigo le reconfortaba. Los semielfos se habían ido, y los enanos cumplían su función. El grupo estaba cada vez más unido, y Sidoc estaba adoptando la posición del líder. Eso era bueno, todo grupo necesita de un líder.

Durante el breve encuentro con Dineval, el sabio se mantuvo en un segundo plano. Voriig apenas le había mencionado su nombre, y el castillo. Intentaba recordar alguna información sobre el lugar, mientras le contestaba a Turak. -Es un líder, de eso no hay duda Ojo de Trueno. Y actúa como tal. Pero no lo dudes, él nos necesita. Y es capaz de renunciar su orgullo por su pueblo. Eso denota carácter. O eso, o debe estar realmente desesperado.  

El cambio de Galand no le sorprendió, el elfo ya había avisado de sus capacidades. Las ilusiones no pueden alterar la verdad, sólo esconderla.

Seguís a Dineval y su séquito hasta el castillo que está en una ciudad muy pequeñita, abren las puertas y pasáis un patio. Tras el patio entráis a una salita llena de armas y armaduras, de ahí a un gran salón con una mesa muy larga y sillas a los lados, Dineval entra en una habitación lateral donde quedan dos de los ocho guardias y os hacen pasar junto con los otros seis semi-elfos. Entráis en la sala donde hay una mesa cuadrada y diez sillas. Dineval se sienta presidiendo uno de los lados de la mesa y os ofrece sentaros, mientras el resto de su guardia queda en pie. Observáis que el castillo es grande para la poca gente que hay en él.

-Bienvenidos a mi castillo. Las Cinco Villas están siendo amenazadas por lo que parece ser un ejército. Necesito saber el tamaño del ejército, si realmente es una amenaza. Un explorador de mi pueblo os acompañará. Él sabe donde se encuentra aproximadamente el enemigo, están si no nos equivocamos a un día y medio de aquí. Por este trabajo os daré 1 mo a cada uno ahora por aceptar el trabajo y cuando lleguéis aquí con la información os daré 6 mo, a cada uno, más.

aceptaría el trabajo gratuitamente, si no fuera por mi poco provisión de fondos. Por lo que respecta a mí y creo que a mis compañeros, estamos listos para partir.

Lord Dineval! Agradeceríamos pocimas y hierbas para resistir el frío del Glaciar eterno. Así mismo, saber que tipo de seres habitan en estos parajes. Yoda la información que nos brinde Nos preparará mejor para enfrentar este mal.

Galand se adelantó para hacerse notar.

Tamañó, composición, tipo de tropas, todas esas cosas no son difíciles de calcular.

Pero el riesgo sería alto. Seguro que el enemigo tendría oteadores, exploradores y demás calaña

Pensó al mismo tiempo.

Se me antojan muy cercanos. ¿Cuánto tiempo ha tardado el ejército en llegar aquí?

Un día y medio de camino era muy poco

¿Tienen abastecimientos?

-No sabemos cuanto tiempo han tardado en llegar, se han acercado ocultándose por las montañas del noreste de las Cinco Villas. Tampoco sabemos si están siendo abastecidos.

-¿Ha intentado enviar exploradores ya?, pregunta de repente Za Harvaya en voz alta. -Me refiero a que si han enviado exploradores y estos no han vuelto. Parece que considera necesario enviar un grupo diferente esta vez, eso es todo. También he notado que soís pocos en este castillo... ¿ha pasado algo?

Sidoc disfrutó contemplando el castillo y su señorial ambiente. Se preguntaba si el castillo había pertenecido siempre a los semielfos. 

El señor de tal morada era digno de ella. Aunque les proporcionaba pocas explicaciones. Daba la impresión de que no sabía nada cierto. Sin embargo, las preguntas de sus compañeros eran inteligentes y pertinentes. 

En ese caso, poco se sabe de la amenaza que se cierne a apenas día y medio. Ni siquiera si no es más que un rumor. Pero temo, mi señor Dineval, que si fuera realmente un ejército a punto de invadir las nueve villas, no habría un defensa suficiente contra él. El factor tiempo es vital. Solicito aves mensajeras o algún medio de mensajería rápido que usen en las tierras heladas que gobierna. Además, me gustaría saber de qué defensas disponen para poder informar qué puntos débiles pueden ser aprovechados por sus soldados. 

De repente sus compañeros asaltaban a preguntas al Lord del Castillo- pero que es esto pensaba, observando la escena, si hemos sido enviados por Voriig a acabar con un mal, que hacemos haciendo tantas preguntas, si es él quien nos pide ayuda.

No entendía la mentalidad lógica de alguno de sus compañeros, ya que la bella paladina había sido criada y entrenada en el uso de las armas, por ende era más una persona de acción, por lo que veía una perdida de tiempo tanta verborrea.

De repente las pregunta de Za Harvaya llamaron su atención...