Partida Rol por web

Al escuchar las palabras de Riqueza Efímera recibiéndome con un plato de alimento caliente y una bebida para comenzar la jornada de viaje, sonrío espontáneamente pues es un gesto que no me habían hecho desde hace mucho tiempo. La palabra desayuno era la que usaba para designar alguna alimaña que comería cruda en una mañana, quizás con un poco de agua sucia para pasarla, pero nada más que eso, pues cuando se debe sobrevivir como yo lo he hecho por tanto tiempo, todo rito y comodidad pierde significado.

Bajo del pequeño tejado y recibo la taza y el plato, inclinándome como es debido para dar las gracias por el alimento. Comienzo a comer sin haber dado las gracias religiosas que mucha gente da, pues no creo en que ningún Dios me ayudará y sé que si tengo un plato de comida frente a mí, es por obra y gracia del mortal que me lo brinda y no de un espíritu invisible que mueva hilos allá donde no los veo.

Me pongo a comer sin espera, mientras miro el horizonte hacía el que nos dirigimos. Vamos a un pueblo, Mu si mal no recuerdo. En todo este tiempo, los nombres y el significado de los pueblos han perdido propósito, pues ahora solo son agrupaciones de humanos en las que tengo que moverme con más cuidado que en los terrenos más rurales. Más ojos que pueden verme y más armas que pueden dañarme, sin contar que a veces tienen guardias y puede que hasta ejercito, con lo que mi sobrevivencia en la zona sería casi nula. Debo tener cuidado, por más que vaya con el bueno de Riqueza Efímera y su grupo, no puedo compartir todo su camino, no a menos que encuentre alguna forma de esconderme.

Por más que evite aceptarlo, no pertenezco al mundo de los humanos.

- "Hermano, yo más bien diría que mañana para el ocaso podemos estar en Mu, a más tardar. Tus previsiones son en exceso pesimistas." -

Do Trang se queda un rato pensativo.

- "Tienes razón, hermano. Quise decir al ocaso del día catorce, no he contado el día de hoy." -

Riqueza vio al muchacho comer en soledad mientras miraba al frente. Las palabras de los dos marineros le llegaron con total claridad, como sabía llegarían a Ojos Rojos. Suspiró.

-Hermanos Do, estad tranquilos. El muchacho duerme fuera y tan solo desea pasaje. Mañana al atardecer dejará el sampang y no lo volveréis a ver. Tened paciencia hasta entonces y procurad no arrepentiros de lo que decís. Uno nunca sabe dónde esta la mano que puede ayudarte. Os dejáis llevar por lo que vuestros ojos ven. ¿Y si estuviérais ciegos? ¿Obraríais igual? Venga, venga, a trabajar -dijo despidiéndoles con las manos.

Por su parte, tenía cosas que hacer. Promesas que cumplir, así que se puso con sus diarios rituales de oración y ofrendas. La vida de un mercader no podía estar sujeta a las veleidades de la irresponsabilidad.

Como mis alimentos en calma y disfrutándolos todo lo posible, pues nunca se sabe cuando dejaré de tenerlos a mi alcance. Mientras ingiero aquel arroz y lo paso con la suavidad del Té, escucho como Riqueza Efímera reprende suavemente a sus trabajadores. Me da gusto y casi parezco sonreír un momento, pues las palabras que usó son muy apropiadas:

"Si fueran ciegos. Jamás olvidaré lo bien que me trató aquel ciego que cuidó de mí una noche, tiempo después de la muerte de mi madre. Él no me juzgó, no me odió, no me temió, solamente me recibió como a un joven que no tiene donde dormir ni qué comer. Esa clase de caridad que los hombres buenos le dan a sus semejantes cuando la necesitan. Probablemente estos hombres serían igual de amables conmigo si no pudiesen ver mis inusuales colores ni mis cuernos ni garras. Pero a veces me pregunto si eso está bien o es solo producto de su discapacidad que no son capaces de reconocer el peligro que acecha en mí. Esa noche Svok se me apareció y me instó a matar a aquel hombre. Yo no soy un demonio e ignoré sus palabras, pero es cierto que yo solo cargo desgracia. Casi todos los que se han involucrado conmigo terminan mal, quizás por mi culpa, como por el sino aciago que porto a mi alrededor. El punto es que quizás rechazarme sea lo más sabio y que la vista es justamente el sentido que les indica lo correcto. Espero no traer mal alguno a Riqueza Efímera por ayudarme, es un buen hombre y no quisiera que mi oscuro destino manchase su porvenir."

Sigo comiendo en silencio, mientras me pregunto si como un acto de bondad y amistad no debería alejarme yo mismo de las personas que aprecio. El punto es que, por más que lo quiera, soy de corazón frío y estoy cerca de Riqueza Efímera porque me es útil, pero si le pasase algo, no me importaría mucho. Es muy pronto como para involucrarme sentimentalmente con un humano y poder decir que es mi amigo. Solo el tiempo dirá a donde llegaremos, pero lo único seguro es que yo seguiré mis objetivos sin preocuparme en exceso por el bienestar ajeno.

TRANSCURRE TODO EL DIA Y TODA LA NOCHE.

- A la mañana siguiente los dos hermanos marineros retoman las tareas de navegación fluvial.

Conforme se acercaba la hora de llegar al destino y descubrir qué había sido de sus compañeros de viaje, Patán se sentía cada vez más nervioso y no dejaba de dar vueltas por la cubierta.

-Hace tanto que no sabemos nada de ellos, Riqueza... Espero que no les haya pasado nada. Seguro que están bien, pero ¿y si han tenido algún problema que necesitara de tu sabiduría? Martillo Blanco, el Maestro Garra y Emisario son fuertes, pero Dulce Loto... estoy preocupado por ella. ¿Y si la pobre ha seguido viendo esos horrores que dejan atrás los Yomas?

Estuve todo el día viajando sobre el sampan, en la parte más alta de este, para mirar bien a los alrededores y oír los sonidos que el río lleva. Miraba hacía todos lados, los cuatro horizontes se veían a lo lejos, mostrándome la infinidad del mundo en el que habito. Al caer la noche, me retiré como de costumbre, despidiéndome amablemente de los tripulantes y durmiendo oculto entre la espesura.

Al llegar la mañana siguiente, del que vendría a ser el último día de viaje antes de llegar a nuestro destino, me presenté en el sampan, para despedirme de todos, pues esta jornada correspondía a la que debía viajar por tierra, antecediendo el encuentro del grupo con sus compañeros. Me paré frente a Riqueza Efímera y a Patán Sabio y hable:

 - "Buenos días a ambos. Siguiendo las instrucciones del bueno de Riqueza Efímera, viajaré este día por tierra, siguiendo el camino del río. Dejaré a mi fiel compañero Garra Ósea junto a ustedes, para informarme de que estén bien y de todo lo que suceda mientras me ausento. Les deseo un viaje en calma y que la seguridad los acompañe hasta el final. Muchas gracias por la hospitalidad prestada, a ambos."

Hago una reverencia profunda en símbolo de agradecimiento y profundo respeto por ambos. He comido y he viajado seguro estos días gracias a ellos. Es algo que no olvidaré fácilmente, pues me siento en deuda y a mí me gusta pagar mis deudas. Me mantengo frente a ellos, por si quieren decirme algo antes de retirarme definitivamente.

-Adiós, Tiwoka. Buen viaje y sé paciente. Este encargo no va a ser sencillo de realizar -dijo Riqueza al tiempo que saludaba con la mano a modo de despedida. Vio cómo se alejaba por la orilla, desapareciendo pronto de su vista.

-Yo también estoy inquieto, Patán, pero no temo por Dulce Loto ni por Martillo Blanco. Las señales son buenas. Sin embargo, Emisario y Garra. Esa es harina de otro costal. Ayer vi en el cielo un mal presagio. Tan solo nos queda aguardar y confiar en que llegaremos a tiempo -dijo al automatón-. Cuando el sol se ponga, ya habremos atracado y confiemos en que las nuevas no sean funestas. Y como estar ocioso es el peor remedio para la mente inquieta, trabajemos. Hay que limpiar la cubierta, barrer los camarotes, limpiar la ropa sucia, bruñirte, ordenar la carga, hacer inventario... Vamos, hay mucho que hacer.

-Sí, Riqueza. Empezaré por la bodega. Con tanto ajetreo he perdido la contabilidad de las provisiones. Y así no estaré mirando continuamente el horizonte, pensando en tu mal presagio. ¡Oh, tengo tantas ganas de volver a veros! -se quedó pensando el automatón mientras abría cajas y pesaba sacos de comida.

El cuervo Garra Ósea se queda en el sampán, espiando a sus ocupantes.

TRANSCURREN LAS HORAS.

- Ojos Rojos viaja por tierra, fuera de la vista del sampan y del río.

- A lo largo del día se va quedando atrás, pese a su extraordinario atletismo y saltos.

- Su única ventaja es que puede seguir viajando al caer la noche, pues es cuando parece sentirse más cómodo. La ausencia de Luna, especialmente, es muy probable que fortalezca peligrosamente su mitad demoníaca, sometiendo a dura prueba a su mitad humana.

Me bajé del sampan después de despedirme de sus tripulantes para seguir con el camino a pie durante ese día. Garra Ósea se quedó en el vehículo, descansando en la parte más alta de la vela de aquella embarcación mientras yo corría por la ribera del río. A veces se debe haber podido ver desde el sampan una sombra de color rojo, como una llama, pues mi cabello de color carmesí ondeaba a la velocidad de mi carrera.

Como criatura sobrenatural que soy, el cansancio no me afecta al igual que a los mortales, por lo que puedo sostener largas carreras sin sentir la fatiga y el agotamiento de los mortales. Así fue como logré huir de mi pueblo natal, saltar y correr, usando una acepción muy literal del viejo dicho: "Correr como alma que lleva el diablo".

A pesar de mi gran velocidad y mis esfuerzos, el sampan de Riqueza Efímera me deja atrás a lo largo de la jornada. Lamentablemente la embarcación navega más rápido de lo que yo corro, por lo cual me supera a pesar de que yo no me detengo. La vegetación a los lados del Río Hu es intensa en ciertos sectores, lo que me obliga a saltar grandes tramos y a esquivar otros, siguiendo ciertos momentos a través de los árboles, saltando entre sus ramas.

Al anochecer, noto como mis fuerzas parecen incrementarse un poco. Debe ser la ausencia de luna, pues se dice que durante las noches de Luna Nueva los demonios se sienten más poderosos. Es una lastima sentirme tan bien y vivo y saber que aquello proviene de la parte oscura de mí mismo. Ahora que lo pienso, a lo largo de toda mi vida me he sentido distinto durante estas noches. Generalmente huía de los otros jóvenes del pueblo cuando querían golpearme, pero durante estas noches los buscaba para pelear. Así aprendí a luchar, pues durante la Luna Nueva, sentía ganas de combatir, de enfrentarme a todo, una inocente búsqueda de violencia, que si mi alma fuese más oscura habría terminado en la muerte de varios niños.

Durante las noches de Luna Nueva también se incrementa mi deseo sexual, cuando pasaba por un pueblo durante estas noches, pasaba horas sobre los tejados de las chozas de mujeres bellas, esperando a que se desnuden o estén aseándose para espiarlas y mirarlas, algo que no me atrevería a hacer durante otros momentos. Definitivamente el demonio en mí es más fuerte durante la ausencia de luna.

Continúo mi camino, que solo se detiene a tramos, cuando encuentro un lugar seguro para hacer mis necesidades, algún bicho para comer crudo mientras corro o algún lugar tranquilo en el que ver a través de los ojos de mi buen amigo Garra Ósea para informarme de la situación del sampan.

Así me mantengo corriendo, hasta el momento de ver el pueblo de Mu, donde me detengo, lejos de la población, sobre algún frondoso árbol enorme desde el cual observar a mí alrededor y ver a través de los ojos y oír a través de los oídos de mi compañero seguro de que no seré visto por ojos curiosos de aldeanos que se alejen de sus hogares. Una vez ahí, cambio la vista para ver por los ojos de mi cuervo hasta el momento de que vea a los Sangre de Dragón, momento en el que pasaré a oír por sus oídos para escuchar toda la conversación que sostengan con Riqueza Efímera y sus acompañantes.

TRANSCURRE TODO EL DIA.

- El sampan de Riqueza Efimera arriba a Pueblo de Mu.

- "Nos encontramos felices de haber llegado por fin a nuestro pueblo." -