Partida Rol por web

Las conversaciones en cada una de las residencias parecían ir creciendo, poco a poco los integrantes se iban conociendo. Parecía que la noche iba a ser tranquila, un momento de paz en un día de lo mas ajetreado. Pero esa solo era una ilusión ya que sin previo aviso las luces se apagaron, dejando tan solo la luz natural de la luna iluminando las salas a través de la ventana. Quizás un apagón o algo mas?

Las veteranas se quedaron mirando durante unos instantes el como se habían apagado las luces tan de repente, por alguna extraña razón parecía que ya sabían que se iban a apagar ya que no se sobresaltaron en ningún momento. -Otra vez igual...nunca se cansa? Se escuchaba la voz de Hikari mientras también se escucha el sonido de los cajones siendo movidos, tal vez para encontrar alguna vela o linterna. -A mi me da igual. Fue la respuesta Ayame, seguido del crujir de las galletas al ser masticadas. Las veteranas no estaban nerviosas, como si fuera algo que ya estaba previsto.

Una tenue luz comenzó a brillar desde el suelo, al mirar se podía ver a Agnis con los ojos y boca en llamas otorgando luz a su dueña, aparte de a todas las presentes. Por el momento lo único que hizo fue quedarse riendo y Sora se abrazo aun mas a su peluche azul sin saber que era lo que pasaba.-Chicas no os asustéis mucho, el director es un gran bromista y hace todo esto a los nuevos estudiantes. Va diciendo Hikari. -Me parece que os harán lo mismo que a nosotras cuando empezamos así que preparaos. No os podemos ayudar, vuestro único objetivo es, si mal no recuerdo, llegar a vuestras habitaciones y volver.

En cuanto la luz se apago se podían escuchar pasos bajando las escaleras. Por ellas apareció uno de los veteranos de la residencia, lo único que Jareth aun no había tenido la oportunidad de conocer a ninguno. Caminaba tranquilamente, sin importarle del todo que la luz hubiera desaparecido, se podría decir que ya lo tenia previsto. El joven saludo al entrar, o al menos creíais que saludaba ya que estaba todo bastante oscuro, y comenzó a hablar. -Vale, parece que un año mas el director va a hacer de las suyas. Mi nombre es Yuuto Takumi, podéis llamarme Takumi solamente.

El sonido de algo sentándose os indico que simplemente se había sentado en una de las sillas del comedor. -Creí que este año nos libraríamos, pero va a ser que no. Veréis, debéis ir cada uno a su habitación y volver aquí. Ya se que os sonara extraño pero es casi lo mismo que nos hicieron hacer a nosotros cuando pasamos el primer día. Lo podéis tomar como una prueba de supervivencia o algo por el estilo. Lamentablemente no os puedo ayudar, pero creo que hay velas en ese cajón de la cocina, con eso veréis el camino. Buena suerte, estaré aquí por si pasa cualquier cosa mala.

- Maldita sea. justo se va la luz cuando acabo de prepararme la cena. - Pensé

De repende, oigo pasos en las escaleras, alguien o algo baja. Al final resultaba ser Yuuto. Ya me había encontrado con él en los baños.

- ¿Quéee...? Que estupidez y encima ahora que acabo de prepararme la cena... ¿Y tiene que ser ahora, No podía haber esperado al menos a que acabara de cenar? - protestaba mientras mis tripas rugían.

Sople. Me mentalizaba para hacer lo que Yuuto había dicho. Acto seguido me llevé las manos a los bolsillos.

Bien. Acabemos con esto de una vez. Tengo hambre, si tengo hambre no estoy de humor y mucho menos para tonterías de este tipo. - Dije sin dejar responder mi protesta.

Me dirigí a la cocina como pude y busqué las velas en los cajones. No había empezado y ya estaba harto de esto.

Yuuto. ¿Esta "prueba" debemos hacerlo solos o nos podemos ayudar? - Pregunté desde la cocina sin dejar de buscar con un tono de voz poco contento por el hambre que tenía.

Estaba tranquilo, aprendiendo de lo que decían, pero entonces las luces se empezaron a apagar y Jareth se sobresaltó. Cuando escucharon los pasos de alguien más, alguien que no esperaba el joven, dio un ligero respingo justo cuando se presentaba y comentaba lo de la prueba- ¿de supervivencia? -dijo Jareth mientras se ponía nervioso. Su "poder especial" dormía en su habitación, y eso era malo- yo soy Jareth, un placer -contestó al que se le había presentado

Escuchaba los consejos y se fue rápidamente al cajón, en busca de velas para usarlas como guía, incluso buscó un poco de papel de alumino para hacer una especie de protector para que la cera no cayera sobre la mano que la sujetara- Si podemos ir juntos, mejor -dijo, aunque sabía que él sería una carga, pero ir con Naxael y con Kai sería lo mejor- Inubashiri, ¿me oyes? ¿Puedes bajar a la cocina? -pensó con todas sus fuerzas. Si era su demonio y tenían un vínculo, puede que tuvieran telepatía, ¿no?. Por probar no perdía nada.

En cuanto la luz se fue, Audrey se secó las manos y cogió el móvil de su bolsillo. Iluminó con él la habitación. 

- ¿Es una novatada o algo? Para ser el director, no parece un tipo muy serio - dijo mientras buscaba a su compañera de cuarto.

Se acercó a su lado poco a poco.

- ¿Os importa vigilar a Fígaro? No quiero marearle - preguntó a las veteranas. 

Audrey se esperaba que la novatada fuera más que un apagón. Seguramente, les podrían algo como el espantapájaros estropeado, o peor. 

- Yaimee, no sé si has hecho kendo, pero allí hay una escoba - sugirió mientras se encogía de hombros -. Yo no soy buena con las armas cuerpo a cuerpo, pero en la cocina hay muchas cosas que cortan. Yo creo que me llevaré esto... - dijo mientras agarraba una sartén.  

Ella no tenía su arco cerca, eso tendría que servir. 

- Yo creo que recuerdo el salmo de la cadena por si algo pasa... - añade -. Lo leí junto con Giulietta.

Ante el silencio de sus compañeras. 

- No soy la única a la que estas cosas no le gustan nada, ¿no? Teniendo en cuenta que estamos en una escuela de exorcistas, me imagino que nos pueden gastar una buena broma. ¿Vamos juntas? - dijo mientras se acercaba a la puerta que llevaba a las escaleras. 

Tanteando los muebles convertidos en sombras relativamente visibles gracias al pequeño peluche se acercó hasta Audrey, dando con el pie a una silla y, por tanto, medioabrazando al mueble para evitar caerse.

-Pero que... auuuchhhhhhsss.... espera Audrey-cuando al final alcanzó a Audrey tocó su brazo para calcular la distancia a la que se encontraba y miró alrededor hacia las sombras de sus compañeras-¿Sora también eres de primer año? Ven conmigo,va -volvió sobre sus pasos hasta Sora, la única con una pequeña y demoniaca fuente de luz-si vamos de la mano es más fácil que no nos pisemos.

Ya había invitado a Sora a pasar tiempo con ellas, así la tarea de comprar no sería tan aburrida así que no tenía ningún motivo para dejarla de lado, de hecho, casi sentía la necesidad de mantener a Sora cerca para que confiase un poco en las demás aunque no hablase.

Se volvió con la sartén en alto en una mano y sujetando el móvil, que alumbraba bastante poco, en la otra. 

- Claro, todas juntas mejor - dijo mientras sonreía y las esperaba.

Trató de escudriñar la oscuridad, pero no vio nada. Estaba solo, eso, oscuro. Entonces, notó algo en la pierna que casi le hizo tirar el móvil y la sartén. Era Fígaro restregándose contra su pierna. Dioses, qué susto se había llevado.  

..una escoba?
Tenia que estar bromeando. Un cabeceo negativo que se perdió en la obscuridad del momento y un suspiro resignado que sonó mas como un fastidioso resoplo. 
-Pues mas que susto esto se siente divertido, como jugar a las escondidas- Confesó la pelirroja con desden, era su tan peculiar forma  de restarle importancia al rito de iniciacion y al apagon, ademas quien no podria conmoverce con esa carita de animalito asustado que tenia Sora y si rememoraba el aburrido discurso de iniciación cuando se había planteado seriamente escapar de la escuela; ahora con todos estos altos y bajos estaba cada vez mas convencida de su buena fortuna al unirse a este institutos de locos. 
-No creo que nos salgan con nada tan peligroso que requiera que carguemos con cuchillos de la cocina Audrey.  De todas formas que sentido tiene el ir y venir de las habitaciones, no cumple ningún propósito.
Comento esto ultimo en dirección a las veteranas.
 “como no tengan segundas intenciones y sea un chiste general donde participen hasta los de curso superiores”
Enarco una ceja en la penumbra, acomodando el inseparable cilindro. Por los dioses que se iban a llevar un buen tubazo si le jugaban una fea.
-Bueno andando. ¿Linternas o velas a mano ?
Pregunto antes de partir, ella misma rebuscando en los cajones.

El gatito al ver que Audrey se sobresaltaba también dio un respingo y acabo dando pequeñas zancadas hasta Hikari, que no tardo en atraparlo con las manos y colocarlo en su regazo. -No os preocupéis, estará bien aquí. Seguidamente se dispuso a contestar a Yaimee. -Has hecho la misma queja que yo hice hace un año mas o menos. Lo único que puedo decirte es que las veteranas nos dijeron lo mismo que te estoy diciendo ahora y que por extraño que parezca si que tiene un significado el hacerlo. Solo os puedo decir que estad alerta.

Ademas, Sora asintió a la petición de Giulietta y se coloco al lado de vosotras acompañándoos. No os dio la mano, las tenia bastante ocupadas con el peluche azul, que en esta ocasión miraba de lado a lado con tranquilidad, Agnis la seguía caminando. Si no tuviera ese aspecto tan desastroso seria hasta adorable ser perseguida por un peluche.

No hizo mas que encogerse de hombros. -Si claro, no veo por que no. No os voy a ir diciendo que solo podéis pasar de uno en uno. Yo también hice esto con mi grupo así que no os preocupéis. Tened cuidado, vale?

El intento de Jareth por comunicarse con Inubashiri fueron mas bien mal. Por mucho que pensara en las palabras que quería decirle a la demonio, no le llegaba ninguna respuesta. Quizás era que seguía durmiendo? O tal vez simplemente habías pensado en lo que querías decirle pero no había salido de tu cabeza? Quien sabia, las habilidades que tenias con ella eran del todo desconocidas.

Tal como habían dicho los veteranos, los pasillos eran de lo mas oscuros. Apenas se filtraba nada de luz del exterior y si no fuera por las fuentes de luz que teníais cada uno, os habríais perdido o caído durante el corto trayecto. Ademas, se escuchaban ruidos extraños por las paredes, como si la madera estuviera siendo arañada por ratas o alguna cosa pequeña, eso juntando el ambiente lóbrego que solo las estructuras de madera podrían tener daban una atmósfera de terror. Pero erais exorcistas y esto era lo de menos, teníais que acostumbraros después de todo.

El camino a las habitaciones fue de lo mas tranquilo dentro de la tensión que había en el ambiente. Pero algo extraño había pasado, las puertas estaban abiertas. Al entrar con cautela, encima de cada una de las camas había lo que nunca os habríais podido imaginar. Un arsenal. Una gran variedad de armas estaban perfectamente colocadas en la cama, esperando a que las reclamarais. Ahora mas o menos os imaginabais de que iba la supervivencia y fuera de las habitaciones ya empezaban a escucharse golpes. No estabais solos.

-¿oís eso?-Giulietta daba cada paso recurriendo a toda su fuerza de voluntad. Odiaba los juegos de miedo en los que todo está a oscuras y no se ve casi lo que hay a dos pasos del personaje...tenía demasiada imaginación y no ayudaba en nada al valor de la muchacha italiana.

-Bueeeno, hemos llegado-dijo con evidente alivio cuando alcanzaron las habitaciones-no ha sido para tanto ¿eh? ¿ A los chicos les habrán hecho lo mismo?-a medida que iba hablando su voz se fue apagando hasta convertirse en un susurro. Tomó el báculo y las anillas tintinearon con el sonido del metal chocando entre sí.

-Chicas...

Charlotte se había quedado en silencio en la cocina, algo distraída cuando ocurrió el apagón. Se sentía algo extraña de irse de la mano de las chicas, así que solo las siguió detrás pero muy de cerca.

Al llegar a sus habitaciones, vio cómo cada cama tenía un arsenal completo de armas y otras cosas pero aquello que llamó su atención fue el equipo de doctor. De inmediato, se lanzó por él, aunque pensaba tomar la pistola también. Definitivamente, necesitaba tener opciones.

Se acomodó el equipo y dijo - Bueno, ya viene la verdadera prueba... Yaimee, creo que es mejor que estés al frente y yo te cubro -.

Jareth había caminado por los pasillos visiblemente alterado por la situación. No se sentía nada fuerte como para hacer frente a algo tan pronto, no sabía como controlar a Inubashiri, no era bueno con las armas y no entendía mucho de demonios, pero eso tenía que cambiar.

Cuando llegó a la habitación, Jareth exhaló un suspiro y se dirigió hacia su demonio- Eh, Inubashiri, vamos, te necesito -dijo mientras trataba de despertarla- Naxael, yo no soy bueno con las armas, pero con la pistola me puedo defender a no ser que tú la prefieras -comentó a su compañero en lo que su demonio se despertaba.

Había llegado sin problema a la habitación con Jareth, gracias a las velas. Al entrar me encontre a Inubarashi en m ohh cama, durmiendo placidamente y en la cama de Jareth varios tipos de armas, desde una espada a equipamiento de curación y grabadas.
Sin dudar, cogí la espada a una mano ya que la otra la encontraba demasiado grande para mí.
- Tranquilo. De todas formas pensaba en coger esta espada - DijeRespondí mientras sugetaba dicha espada a la par que le mostraba a Jareth una leve sonrisa de amabilidad.

Acto seguido cambié a una cara más sería. Si nos habían dejado armas aquí es por algún motivo.
-Jareth. No bajes la guardia. No sé que pintan estas armas aquí, pero algo me dice que no va a ocurrir nada bueno. Está bien que me digas que no eres bueno luchando. Yo me encargare de luchar en tu lugar. Ya que usarás una pistola en caso de que sea necesario cubreme las espaldas. No vaciles un solo segundo. Apunta bien o todo se irá al traste. Confio en ti. Bien, cuando estés listo bajamos. - Argumenté con seriedad.

Nada más llegar al cuarto, ve a Giulietta delante de su cama mirando algo en el edredón. Alumbrando con el móvil, descubre que ella tiene armas en la suya. Deduce que Giulietta debe de haber encontrado lo mismo. 

En un primer instante, acerca la mano al arco. Sin embargo, se detiene a medio camino. Un arco para interiores no es la mejor opción del mundo. Necesita espacio para apuntar y ademas no era una experta. Si la situación se ponía seria, casi seguro termina usando el arco como porra y las fechas como puñales. 

Acerca la mano al báculo, entonces escucha las anillas que hace el arma de Giulietta a su espalda. ¿Será sensato que las dos lleven lo mismo? Su puntería no era mala, quizá... 

Su mano pasa por encima de la pistola. Pero la aparta bruscamente casi con temor mientras escucha las palabras de su abuela de fondo. Sí, las mismas que terminaron causando su muerte. Sin embargo, si ella tomaba ese paso ahora, el de agarrar el arma, estaría dañando su memoria. No es lo que ella la enseñó, su deber es el de ser fuerte y mantenerse fiel a esas enseñanzas. 

Audrey sabe es su subconsciente muy claro que si algún día dejaba el arco y cogía la pistola, sería porque un profundo cambio había tenido lugar en ella, algo que le hubiera hecho renegar por completo de lo que ya tenía aprendido. Mientras tanto, seguiría caminando por el estrecho sendero de la duda, hasta que determinara si los métodos de su abuela eran tan buenos como ella predicaba, o ella tenía que escoger los suyos. 

Sin embargo, para la ocasión, no escogería ni uno ni otro. Escogió el báculo. Adecuado para un pasillo estrecho, más fácil de llevar que un arco con flechas y, si erraba al enemigo a dos pasos, tenía que ser una señal de Dios para que dejara la academia. 

Tintinea al igual que el de Giulietta. 

- Sí, yo también lo he oído - murmura con voz seca como consecuencia de su monólogo interior -. Saldré yo primero si quieres - añadió sacando valor, porque era lo único que en estos momentos creía tener.

No se siente ni segura, ni con poder suficiente como enfrentarse a... lo que quiera que estuviera fuera. Solo podía confiar en que el director no estuviera loco, aunque empezaba a dudarlo, y en que la voz no le fallara al entonar los cánticos. 

Dicho esto, apaga el móvil. Cierra los ojos momentáneamente, forzando a sus ojos a acostumbarse a la oscuridad. Cuando los vuelve a abrir, ve la habitación un poco menos negra. Hecho esto, se pega a la la pared al lado y cuanta hasta tres para abrir la puerta y encarar lo que fuera que había fuera. 

El tacto que tenia la piel de Inubashiri al tocarla era casi exactamente a la que tendría una gata, suave y blandita, demás de cálida. Pero por mas que la llamaras, el sonido de la respiración tranquila de Inubashiri no cambiaba ni tampoco los ojos se abrían. Parecía profundamente dormida y no tenia mucha intención de cambiar su estado. La forma tradicional de despertar (llamarla y suaves sacudidas) no parecía tener reacción alguna. Era necesario usar otra forma? O tal vez dejarla dormida? Pero el sonido del pasillo era atemorizante, seria conveniente ir solos sin alguien que supiera combatir?

Jareth no sabría decir después si fue el miedo o la frustración, o tal vez las dos cosas, pero el que su "baza" y su "habilidad" estuviera durmiendo plácidamente en un momento de crisis era algo que le superaba por completa. Buscó entre sus bolsillos el papelito con el círculo de convocación manchado con sangre y lo sacó, pensando si romperlo o no, pero optó por darla una última oportunidad.

-Inubashiri -dijo con toda la fuerza de voluntad y convicción que pudo reunir- levántate de una vez, tu amo te ordena que te levantes -si no, rompería el círculo y trataría de invocarla de nuevo. Tal vez eso la despertara del todo.

-Esp...-Audrey parecía estar en esos momentos de "o lo hago yo o no lo haré nunca porque no voy a poder moverme de puro yuyu" así que se apresuró a acercarse a ella como si fuese su sombra y, con un toque leve en el hombro de la muchacha, le indicó lo cerca que estaba para apoyarla en eso de echarle genio a algo que no sabían qué narices eran.

Que no sean ratas.