Partida Rol por web

Las orejas de la gata se mueven sutilmente pero no parece con intenciones de reaccionar a tu llamada. Sigue profundamente dormida y no parece tener intención de cambiar ese estado.

La adrenalina corría descompasada con cada bombeo de su corazón a raudales por sus venas, una sensación agradable, conocida y bien recibida. El efecto de la hormona mas que nerviosismo  o indecisión  evocaba en ella un placer autónomo mientras sus sentidos se aguzaban y una pasmosa ecuanimidad se adueñaba de su persona.
-Entiendo. Contesto en voz baja, grave, a la petición lógica de su compañera.
Yaimee había contemplado las armas desplegadas ante ella, mientras con parsimonia  descolgaba de su hombro el cilindro blanco de mapas que hasta ese momento le había acompañado.
Desenroscando la tapa procedió a extraer el contenido, una katana de hoja gris enfundada una vaina trenzada simulando rombos rojos y naranjas.
Tendría el mismo nivel de la espada de hierro, pues para Yaimee estaba claro no debía concentrarse en mejorar un arma, sino su propia esencia hasta convertirse en la mujer que estaba destinada a ser, la versión mas peligrosa de la mas filosa espada.
Tomo la linterna y la hizo rodar suavemente por el pasillo para que alumbrara adelante, de este modo tener una idea de lo que les esperaba en las sombras.Por unos segundos el has de luz antes de alejarse ilumino sus rostro, una expresión macabra casi grotesca contorneaba su fisonomía, escudriñando las sombras como si ella misma perteneciera a lo que se había jurado exterminar.

-Que empiece la fiesta entonces? Finalizo con una tetrica sonrisa.

Resignado, y haciendo de tripas corazón, Jareth rompió el círculo de papel usado para invocar a Inubashiri. Mientras se pensaba en si invocarla de nuevo ya o hacerlo más tarde, el joven buscó un alfiler o algo que pudiera pinchar para hacerse con una herida muy leve para invocar de nuevo a su acompañante.

-Cuando quieras -dijo cuando encontró algo que le valiera para tal propósito.

En el mismo instante en que Jareth rompió el papel, los ojos de Inubashiri se abrieron de golpe, unos ojos inyectados en sangre. Un grito sobrehumano que parecía sacado de la ultratumba salio de la garganta de la chica haciendo vibrar toda la residencia y resquebrajando la ventana. La demonio se deshizo como si se tratara de una bocanada de humo y desapareció sin dejar rastro.

Mientras los dos grupos os equipabais con las armas que reposaban en vuestras camas, un grito ensordecedor cruzo ambas residencias, haciendo que las paredes de madera temblaran y los cristales amenazaran con romperse en mil pedazos. Era curioso ya que desde la residencia femenina, se notaba que el grito venia de fuera, no era de dentro. En todo caso ahora aun teníais problemas mas importantes a los que atender.

Cuando ambos grupos salieron al pasillo, se podía observar como una especie de neblina negra parecida a la miel se descolgaba de entre las planchas de madera, manchando paredes y suelo. No era muy agradable y mucho menos lo que salio de esa viscosa gelatina. Una especie de cabeza verde comenzaba a sobresalir junto con unos largos brazos, su piel estaba llena de granos y unos cuernos coronaban la cabeza. Era casi totalmente verde salvo por algunas marcas de lineas por su cuerpo que variaban de rojo a negro. Una enorme sonrisa, si se podía llamar sonrisa, adornaban casi toda la cabeza y os miraban con hambre, como si quisieran devoraros. Para los chicos habían unos 3 y para las chicas 6.

Segun Audrey sale de la habitación, se encuentra en medio de la neblina y seguida muy de cerca por Giulietta. Es entonces cuando esos seres empiezan a brotar como champiñones putrefactos. Uno de ellos no estaba demasiado lejos de donde ellas se encontraban y tapaba justo su vía libre hacia las escaleras. 

Enfrente estaba la habitación de Yaimee y Charlotte, que seguro no tardarían en salir, y Sora estaba con sus peluches, seguro que estaba bien. 

Reprime una arcada cuando el primero se le acerca babeando pus verde. Coge el bastón como un palo de hurling y lo usa como tal estampándoselo en la cara al feo demonio y esperaba que con eso arrastrarlo lo suficientemente atrás como para poder pensar algo mejor. 

Pero le pasa rozando (¿o le ha dado en un costado pero lo ha atravesado como gelatina?) y retrocede prudentemente. 

Presa de un furor algo inusual, incluso mas del común, Yaimee se abalanza sobre una de las prominentes cabezas, la que estababa mas cerca de Audrey, que comenzaban a pulular  entre aquella singular mezcla de humo viscoso,.

Aunque tal vez no fuera el tecnicismo apropiado, ya mas adelante le preguntaría a las arias o a la doctora sobre esas cuestiones; por suerte ellas eran las inteligentes.
El caso es que sin mucho miramientos enterró la espada justo al desenvainarla en un tajo limpio de semi circunferencia frente a si, precisamente en aquel amasijo verde.
-ahh.. Escupió la pelirroja, farfullando luego en aquel tono siniestro que se adueñaba de su persona.
-uno abajo , cinco en turno. Ataquen juntas, iremos haciéndonos camino hasta afuera, quiero saber que  o quien rayos dio ese grito .
No parecían demonios demasiado fuertes, estaba segura que si tuvieran algo mas de entrenamiento esto no les hubiera llevado mucho tiempo, pero joder!!! Eran novatas todas..su único beneficio radicaba en que Yaimee tenia una hoja cortante. Además estaba convencida que no se trataba mas que una ceremonia de iniciación, algo para probarlas y ver como se desarrollaban, algo que de cierto modo le infundía aun mas hervor a la batalla y al descontrolado espíritu escocés, y por supuesto la cabreaba.
-En el peor de los casos nos saltamos por la habitación, hice bien en escoger una habitacion con árbol en la ventana. Porque me sospecho que si estos bichos nos llevan algo de tiempo me pregunto que nos esperara al bajar las escaleras.

claro que yo preferiria verlo directamente.
Y río, río como una verdadera poseída, una risa histérica que se detuvo como mismo comenzara mientras empuñaba la espada dispuesta a continuar y tasajear a la próxima bola verde..

En tu caso seria 2 + sabiduria.

Charlotte escucha el grito ensordecedor y hace un gesto de desagrado, pero no cesa su paso. Al salir y encontrar a esa criatura, aprieta el arma con mayor fuerza pero se concentra en analizarlo. Su estructura, su forma, su apecto, todo lo que pudiera hacerle recordar a ese demonio.

Cuando Inubashiri hizo su salida, Jareth no pudo evitar cerrar los ojos y apretar los dientes mientras ella gritaba y la ventana se rompía. No quería haber tenido que hacer eso, no le gustaba nada, pero la necesitaba y ella parecía estar poniéndole a prueba, al fin y al cabo ella misma se lo dijo en cuanto la convocó. Le dolía, pues no le gustaba sentirla como una esclava. Quizás no sirviera para eso...

-Joooder -dijo con un ligero tartamudeo al ver aparecer esas cosas- ¿qué hacemos? ¿las disparamos? -estaba ligeramente preocupado y apuntaba con la pistola y un pulso bastante alterado- elige rival y yo intento acabar con los que están en el lado opuesto -dijo Jareth, intentando hacer de tripas corazón para enfrentarse a esa situación.

Al ver esas criaturas miré a Jareth de reojo. Se le veía alterado, cosa que se notaba cuando intentaba apuntar con la pistola.

- Tsk... Maldita sea! - Pensé llevandome la mano a la empuñadura como autoreflejo al ver a esos bichos.

- Jareth. Te lo repetiré una vez más; No... Dudes! - Dije sin dejar de mirar a esas criaturas.

Acto seguido me dispuse a atacar a una de esas criaturas. Exactamente al del centro. Fui corriendo e chice un corte vertical aunque algo inclinado, de arriba a abajo queriendo acabar rápido.

Después de decir en voz alta lo que recordó de ese demonio, miró a Yaimee. Si alguien tiene un arma de fuego, sería un buen momento para usarla.

Sabe que las pistolas no son su especialidad pero podía intentarlo. Dispara pero pierde de vista la bala y no sabe dónde queda, pero no impacta a su enemigo. 

-Tenemos... ¿tenemos que echarlos de aquí?- No solo era completamente injusto por parte de la dirección de la academia dada la inexperiencia de las alumnas... aunque ahí por lo visto la rara era ella por no saber empuñar un arma.

¿Qué tipo de vida habían llevado sus compañeras para tener que saber manejar armas?

Ninguna normal, de eso estaba segura... tan segura como que yendo en primera línea ahí no pintaba nada además de ser un estorbo para quien disfrutara haciendo daño a unos bichos que seguramente habrían escogido la residencia de la Academia True Cross como último lugar en el que colarse.

Lo que estaba pasando ahí era, simplemente, una especie de diversión retorcida. Un combate de gladiadores de la antigua roma pero con demonios arrastrados hasta ahí y cuatro chicas que tampoco esperaban ser parte de ese espectáculo.

...Esto es muy cruel.- dijo para sí dejando que el resto la sobrepasara al caminar quedándose al final del pequeño grupo.
 

Al pasar la hoja de la espada por la carne del demonio, una especie de sangre entre verde y negro comenzó a brotar de la profunda herida. El goblin se deshizo como si de un globo se tratara y finalmente desapareció en el charco del cual había aparecido. En ese momento aun quedaban dos con vosotros y no tenían ninguna intención de seguir a su compañero. Acercándose de forma amenazadora el primer goblin escupió una especie de pringue oscura contra Jareth que hacia un olor muy fuerte, como de algo podrido, por extraño que pareciera era como si te debilitaros al tenerlo encima (-1 de vida ). El segundo se abalanzo contra Naxael con las garras en ristre que consigue golpear un poco uno de sus brazos, pero por suerte sus reflejos y la espada le habían impedido recibir mas heridas (-2 de vida). Detrás de los goblins parecía que los charcos aun se movían y mas cabezas de estos seres emergían, seria seguro permanecer en este lugar?

Al pasar la hoja de la espada por la carne del demonio, una especie de sangre entre verde y negro comenzó a brotar de la profunda herida. El goblin se deshizo como si de un globo se tratara y finalmente desapareció en el charco del cual había aparecido. En ese momento aun quedaban cinco con vosotras y no tenían ninguna intención de seguir a su compañero. Acercándose de forma amenazadora tres goblins escupieron una especie de pringue oscura contra Audrey, Charlotte y Giuletta. Hacia un olor muy fuerte, como de algo podrido, por extraño que pareciera era como si te debilitaros al tenerlo encima (-1 de vida a todas, no lo esquiváis ). Los dos restantes se abalanzaron contra Yaimee con las garras en ristre, uno consigue golpear un poco uno de sus brazos, pero por suerte sus reflejos y la espada le habían impedido recibir mas heridas (-2 de vida), el segundo es fácilmente esquivado por sus reflejos. Detrás de los goblins parecía que los charcos aun se movían y mas cabezas de estos seres emergían, seria seguro permanecer en este lugar?

Sin dudar Yaimee empuño la espada nuevamente buscando venganza tras los escupitajos provenientes de los demonios  que habían debilitado su cuerpo
-que ascooo.
Escapo de sus labios la queja mientras se cuadraba en el pasillo siendo la primera en la línea, interponiendo su cuerpo entre el grupo de muchachas y las viscosas bolas.
-Por aquí no podremos continuar, como no le quieran prender fuego a los dormitorios.
Comento irónica, aunque agradecía el dato por parte de Charlotte, la frase sin embargo ocasiono una idea súbita en su mente.  
-Arias retrocedan, busquen una segunda escalera de emergencias, es eso o bajarnos por la ventana.
Indico sin admitir replicas mientras retrocedía de espaldas, manteniendo la espada y su atención en los molestos bichos. Su humor de perros había empeorado, sobretodo tras escuchar a Giuletta y su comentario de “esto es muy cruel” . Tampoco se iba a poner a disertar : cruel, si, podría ser cierto; desde el maldito incidente con el espantapájaros dudaba de la coherencia y sentido común de los profesores y dirección del colegio.
Por otro lado estaba conciente que tenían que pasar la cuchilla, muchos de los iniciados se” rajaban” esa noche incapaces de hacerle frente a los demonios como exorcistas que juraban ser.
Era el momento de separar los niños de los hombres, así decían en su pueblo; y por los dioses que por ella ninguna de las mujercitas se iría con las maletas a casa.
-Ahora. Finalizo enérgicamente mirando sobre su hombro
-Charlote intenta otra vez

- ¡Giulietta, ayúdame! ¡Tengo una idea! - grita Audrey mientras vuelve de nuevo a su habitación y, al fin, coge su arco dejando el inútil báculo de lado. 

A continuación, coge la espada y hace tiras con ella la funda de una almohada que encuentra en el armario. Empapa las tiras con un bote de aceite perfumado que usa para después del baño y cruzó los dedos para que fuera lo suficientemente inflamable. Era de elaboración casera, algo tendría que contar. Lo hacía su abuela. Le quedaba sólo ese frasco. 

- Ayúdame a envolver las flechas - le pide a su compañera. 

Una vez que consigue hacerlo, le pide a Giulietta que salga después que ella. 

Sólo le quedaba el toque final. 

- Yaimee, Charlotte, ¿tenéis fuego? - dice mientras les enseña las flechas indendiarias más de andar por casa que jamás se hayan visto. 

Ahora sólo tenía que dar a los mocos verdes que pululaban por el lugar. 

¿Dónde demonios se ha metido Sora? Y nunca mejor expresado. Es la primera vez en todo el día que de verdad tiene ganas de ver al conejo psicópata en acción. Sobre todo, porque también tiene llamas y es el único medio de salir de ahí que tienen. 

- ¿Sora? - pregunta entonces mientras espera la llegada del mechero.