Partida Rol por web

Las semanas pasaron con la prueba que habíais tenido en vuestras mentes. Algunos eventos habían ocurrido en este tiempo, el principal era que vuestro entrenamiento como exorcistas habían dado sus frutos, los que quedabais ahora sabíais mas, erais mas fuertes, no os tomarían tan fácilmente por sorpresa. Aunque esa ultima parte no era del todo segura ya que los demonios siempre se las ingeniaban para tomar desprevenidos a mas de alguno de vosotros. Hubo un evento, hubo algo por lo que todos os sentisteis por un momento nostálgicos. Después de la prueba, a la mañana siguiente Jareth se encontró con una nota encima de la cama de Naxael. En ella explicaba que ser exorcista le venia grande, que las grandes aventuras que había imaginado en su momento no era por asomo parecido a lo que había vivido estos días. Ademas de que aunque hubiera parecido valiente y decidido en su interior algo se había quebrado como al demonio que combatieron, algo que no quería volver a sentir. Miedo de perder a las personas que quería por ser débil. En todo caso se fue de la True Cross, Yukio os lo confirmo al día siguiente.

Pero no todo había sido agrio después de todo. Una nueva chica se había unido a vuestra clase. Era nacida de Japon pero por temas de familia había tenido que viajar por Europa por un tiempo antes de volver a su tierra, su nombre era Yûka y fue agradable un viento de aire fresco ante la memoria de Naxael. Os encontrabais todos en la plaza, cerca de los dormitorios, acababais de finalizar un entrenamiento con el padre Fujimoto en el que consistía en disipar las huyas que se habían colado en el campus. Teníais el resto del día libre, eso si, antes del anochecer debíais volver donde os encontrabais, esta vez Shura seria vuestra siguiente instructora.

Se pasó el antebrazo por la frente suspirando.

Las huyas no parecían especialmente molestas y en algún momento se sorprendió preguntándose cómo sería convencer a una para que se anudase en una de las trenzas aunque ya no decía en voz alta aquellos pensamientos. Realmente en voz alta ya no decía prácticamente nada.

Se sacudió parte de tierra que se le había quedado adherida a la falda al tropezar en el jardín por ir distraída y miró al resto.

-Ha sido un buen trabajo- dijo sin alzar la voz- os veo esta noche- giró sobre sí misma y se alejó de la plaza.

Quizá pueda tomarme un refresco... hmmm no, tienen muchas burbujas....

Audrey suspiró al ver a Giulietta alejarse. Dejó caer la cabeza hasta apoyar la frente sobre el enorme palo del cepillo con el que había estado espantando huyas. 

Todos insistían en que debía darla tiempo. El tiempo se estaba dilatando demasiado y no parecía ir a mejor. Quizá sería bueno hacer las cosas bien. Ya era tarde para ir a las oficinas, pero pediría una habitación individual. Quizá si se daba prisa, aún la pillaba abierta. Luego tendría que cruzar los dedos para saber si se la daban. Quizá para el siguiente semestre...

Con Jareth tampoco habían ido demasiado bien las cosas. No había vuelto a hablar con él desde que... bueno, le contó todo. Se sentía bastante desesperanzada al respecto. Viendo cómo salían las cosas con su compañera de cuarto, ¿cómo iba a esperar que con él fueran mejor? Ojalá tuviera el valor de haberle contado más. Pero ahora mismo no se sentía con ánimo de abordar más situaciones difíciles. 

De cuando en cuando, los tes con Yuuto, aura balsámica y su extraordinaria capacidad para ver el lado bueno en todo tipo de situaciones, hasta en las más negras, era lo único que hacía que Audrey siguiera centrada en los estudios, avanzando en los nuevos campos que había descubierto en las últimas semanas. En esos momentos era el único al que podía llamar amigo. Bueno, él y Shiro. Seguía llevándose muy bien con su compañero Knight, pero visto todo lo que había causado, no se atrevió a contarle el resto de la historia a él también. 

En la mente de Audrey, hasta que se demostrara lo contrario, había aparecido una nueva categoría de gente. La llamaba en su fuero interno "conocidos habituales". 

Tras unos minutos de contemplación, al fin levantó la cabeza, la guardó en el cobertizo con el resto de útiles espanta-huyas que había estado usando (la mayor parte, cosas de jardín) y estiró los brazos. 

- Yo voy a pasarme un segundo por las oficinas de estudiantes. 

Su mirada pasó fugazmente por encima de todos sus compañeros (se saltó a Jareth) y se detuvo en Shiro. 

- ¿Tienes algo que hacer luego? Me gustaría que me enseñaras el truco ese de cartas que hiciste esta mañana en clase - dijo sonriendo. 

Cada vez se le daba mejor hacer como que no pasaba nada en absoluto. 

- Por cierto, Yûka, encantada de conocerte. Si necesitas algo, no dudes en preguntarnos a cualquiera de nosotros - aprovechó para decir a la recien llegada -. Me llamo Audrey. 

---Jooo...acabar con huyas es un muermazo...- comento  al rato de salir de la clase sin dejar de bostezar hacia un buen dia y apenas le apetecía moverse, así que aprovechando que tenia el resto del día libre me tumbo a la sombra de un árbol y me pongo a dormir...o eso intento ya que era algo difícil puesto que Folen no paraba de revolotear a mi alrededor sin dejar de molestarme; como siempre el demonio ígneo tenia demasiada energía encima y tenia que derocharla de alguna manera y claro, como le tenia prohibido severamente quemar las cosas tenia que gastárselas con alguien....

Habían terminado las clases y por fin tenía el día libre.
- Que muermo es acabar con hullas. ¿No podríamos hacer misiones algo más importantes? - pensé

Sin perder más el tiempo aproveché para presentarme así que me dirijo hacia la nueva.
- Yûka. Mi nombre es Naxael, encantado. Espero que nos llevemos bien. - me presenté amablemente.

Audrey parecia tener cosas que hacer en las oficinas, así que no interferí. Miré a Giulietta de reojo, pero no dije nada, permanecí en callado, en completo silencio. Dejé de mirarla para que no se percatara de ello. De todas formas no tenía nada que decirle. Al menos por ahora.

- Yo por ahora no tengo nada que hacer así que voy a darme un baño. Si alguien tiene algo planeado que hacer podemos quedar luego. - Dije. Acto seguido me puse en marcha

Yûka se acercó a sus compañeros y los saludó con energía (más de lo esperada dada la situación) Muchas gracias por la bienvenida! Aunque muchos ya me conocéis me volveré a presentar: Me llamo Yûka Hanato, tengo 16 años y adooooro los animales y escribir. Espero que nos llevemos todos bien! Dijo con energía, moviendo mucho los brazos y se acercó a Naxael mirándolo con curiosidad Hum...sabes, he creado un personaje que se parece mucho a ti Dijo sonriendole con amabilidad. Cuando se dispuso a saludar a Audrey, vio como se iba alejando así que corrió hacia ella Esperameeee!! Yo también quiero ir a la oficina de estudiantes, como soy nueva pues...no me se el camino, que me podrías acompañar??? Preguntó a Audrey al tiempo que la abrazaba por detrás, a Yûka no le costaba nada relacionarse con los demás, le era muy fácil hacer amigos por su simpatía. Ella sabía que había personas tímidas que no se atrevían a hablar por miedo a hacer el ridículo o algo parecido así que siempre intentaba llevarse bien con todos y no juzgar por su primer comportamiento.

Charlotte estuvo en toda la práctica y trataba de repasar algunas de las cosas nuevas que iba aprendiendo a medida que acababan con las huyas. Estaba de acuerdo con Ryutaro, era un muermo.

Al ver a la nueva, Charlotte le hizo una reverencia cortés y le dijo - Bienvenida, Charlotte - con su cara impasible y acomodando un mechón de cabello que había caído al ella hacer la reverencia. Luego observó a Naxael y se acercó con cuidado, no quería importunar pero ella era quien no se hablaba con nadie, no era como si sus compañeros lo hicieran, es más, estaban demasiado callados y eso era extraño.

- ¿Te sucede algo? - tocó el hombro de Naxael para llamar su atención aunque era un gesto poco común - Creía que era la única a la que la profesora no le parecía tan profesora - era lo más cercano a una broma que se podría escuchar de ella.

-Si claro sin ningún problema. Dijo Shiro con una sonrisa mientras movía su sombrero para atrapar una hulla perdida. -Siempre es divertido enseñar los trucos, aunque este es mas bien simple.

La oficina de estudiantes se encontraba en el edificio principal, era una de las pocas ocasiones en las que teníais que entrar en este edificio ya que todos vuestros asuntos sobre exorcistas pasaban fuera de el. Allí se congregaban bastantes de los estudiantes normales, viviendo la vida tranquila y medio despreocupada que podrían tener los ignorantes del mundo de los demonios. Suerte de ellos. Antes de entrar en el edificio, una gata blanca corrió por los terrenos hasta acabar en el hombro de Audrey, tenia un buen equilibrio así que se quedo allí, moviendo un poco la cabeza de lado a lado junto con su cola.

Después de pasar por un sinfín de escaleras y de pasillos, ademas de perderos en alguna que otra ocasión, os encontrabais delante de la oficina, al entrar os sorprendió lo que encontrasteis. -Venga...venga....un poco mas un poco mas..... Dijo una voz de hombre desde el interior. La oficina estaba enteramente llena de cosas rosas, desde posters de algún anime femenino hasta un sofá del mismo color, jugaba con la tonalidad blanca y rosa para parecer que estuvierais metidas en una tarta de cumpleaños. -Yeeeeeei, si! Lo conseguí! La voz provenía de nada mas y nada menos que de Mephisto Pheles, director de la academia. Se encontraba medio tirado en un sillón de aspecto cómodo detrás de una mesa llena de papeles, estaba jugando a algun juego de consola con una tele instalada a proposito para ese motivo. Al veros se os quedo mirando unos instantes antes de colocar un dedo en sus labios. -Ssssshhhhhh....vosotras no habéis visto nada. Chasqueo los dedos y el mando desapareció, o tal vez se ordeno en otra parte, eso no lo podíais saber. -Pero porque no habéis llamado? Y si me hubiera estado bañando?

Una vez mas, al igual que hacia unos días, te habías separado del grupo. Quizás se estaba volviendo costumbre el aislarte tu sola, pero sabias que aquello no debía durar. Para bien o para mal tarde o temprano volverías a hacer grupo con ellos y estaba mejor si como mínimo os tolerabais. Ademas no notaste ningún comportamiento anormal en Inubashiri, es decir, era exactamente igual a Figaro.

Caminaste distraída hasta que sin darte cuenta te chocaste con algo. Al principio solo notaste algo mullido y suave en tu rostro antes de golpear algo meramente firme y duro. Al levantar la mirada una sonrisa amable te estaba mirando. -Me parece que esto se esta volviendo costumbre Giulietta. Dijo una voz amable mientras se separaba sutilmente de ti. -Estas bien? Pareces distraída. Como no, delante de ti se encontraba Yuuto, una vez mas habías chocado con el.

Audrey sonrió a la nueva.

- No te preocupes, ven. Iba a pasarme de todas formas. 

Echaron a caminar y en el camino Inu las interceptó. Se subió a su espalda y en su fuero interno no pudo evitar compararla con "Pikachu". Acarició a la gatita debajo de la barbilla a modo de saludo. Ya se había acostumbrado a sus idas y venidas, pero siempre estaba con ella cuando la necesitaba. 

- ¿Ya sabes qué especialidad vas a coger? - preguntó mientras seguían caminando. 

Hasta que al fin llegaron a las oficinas. 

- Es aquí - dijo cuando llegaron al edificio.

Realmente, ella sólo lo había visto por fuera, pero nunca había entrado. Por eso mismo, se quedó igual de sorprendida a ver al director jugado a la consola en medio de esa empalagosa habitación con un rosa tan chillón que dolía en los ojos. 

- ¿Bañarse en la oficina de estudiantes, señor? - preguntó Audrey dudosa. 

Se sintió tentada para mirar fuera a ver si se había equivocado de sitio. 

- Yo venía a solicitar un cambio de habitación para el nuevo semestre, ¿no es aquí donde debo hacer el trámite? 

-...Yuuto-levantó la mirada del pecho del chico para encontrarse con su mirada-hm- movió la cabeza ligeramente hacia un lado. No, no estaba bien. Se sentía sola pero no quería compañía, la presencia física de otros no aliviaba en nada su soledad.- claro, estaba mentalizándome para una clase con Shura más tarde.

Acompañó sus palabras con una sonrisa apagada que no subió hasta sus ojos aunque lo mismo le daba. Sonreía por educación, a nadie le incumbía cómo se encontraba ni pretendía hacer partícipe a otros de su, quizá exagerado, drama personal.

-Lo siento, el solo pensar en Shura me...- hizo un gesto como espantando algún bicho frente a sus ojos, incapaz de encontrar una palabra que no pudiese malinterpretarse como un insulto hacia la enérgica profesora.- no miraba por dónde iba, siento haberte interrumpido en tu paseo. ¿Ibas a clase?- no sabía cómo se las apañaban los más veteranos pero siempre parecían ociosos frente a las ocupaciones de los de primer año.

Cuando Yûka vio al gato su rostro se iluminó y empezó a acercar su mano despacio hacia él Gatitooo~ Que monaadaaa! Es tuyo? Preguntó mirando a Audrey Ñoi que envidia... mis padres nunca me dejaron tener un animal porque decían que sería demasiado irresponsable Dijo inflando las mejillas como una niña pequeña, como ya había dicho adoraba a los animales.

Especialidad? Bueno, yo quiero ser dragoon, no soy muy buena en armas cuerpo a cuerpo Afirmó un poco mas seria pero sin dejar de sonreír y acarició al gatito con dulzura Tu eres tamer? Lo digo por el gatito, no creo que en la escuela se puedan traer animales Dijo en tono divertido.

Al entrar Yûka se quedó totalmente sorprendida. La decoración de esa sala era de lo más extravagante y llamativa, pero no se comparaba con el hombre que estaba dentro: Una ropa singular, un comportamiento singular...no había duda que los rumores eran ciertos, el director era de lo más escandaloso. Perdona las molestias director Dijo con una inclinación Me llamo Yûka y...espera, quieres cambiar de habitación? Preguntó a Audrey Si no me equivoco las habitaciones son compartidas no? Te gustaría compartirla conmigo? Yo aún no tengo así que... bueno, si al director y a ti os parece bien por supuesto Dijo sonriendo con amabilidad, más quieta de lo normal.

Jareth estaba cansado de perseguir esas pequeñas motas de polvo de todos lados, como si fuera espantar el polvo de verdad, algo imposible.

Miraba como iba la relación de Giu y Audrey y no podía evitar negar con la cabeza, pues entendía ambas posiciones, pero no quería hablar del tema, en cambio Audrey parecía haberse tomado mal eso, pero no había quien entendiera a las chicas, así que dejó pasar ese pensamiento sin darle demasiada importancia.

Bostezó mientras volvía a presentarse la chica nueva, no por ella, sino porque estaba agotado y ahora parecía que les iba a tocar trasnochar de nuevo- Bueno, nos vemos a la noche -dijo despidiéndose con una mano y comenzando a vagar sin un rumbo muy fijo.

De camino al despacho...

Audrey mira con cierto temor cómo la mano se acerca a la gata. No sabe cómo puede reaccionar Inu, lo mismo trata de morder. 

- Sí, es mío. Aquí no creo que tengas problemas para tener animales. No nos pusieron ningún problema. 

Y entonces le pregunta lo más evidente, si es una invocación. Involuntariamente, al escuchar la palabra tamer, Audrey da un respingo. Es tamer, le guste o no. No puede seguir sin asimilarlo. 

- Sí, soy tamer. Aunque aún no lo domino mucho - dice al fin. 

Ya en el despacho...

Cuando escucha a Yûka sugerir que podían compartir cuarto, no pudo evitar girarse alarmada.

- Ehhh, Yûka, lo siento, pero buscaba una habitación individual. La verdad es que ya comparto habitación con alguien, pero buscaba algo más de espacio. Espero que no te importe. Aunque, si quieres, la chica con la que vivo tiene cariño por los animales. Si quieres tener mascota, puedes compartir con ella. 

Al oír a Audrey Yûka suspiró, le habría gustado compartir habitación con ella,  pero no tarda en volverse a poner alegre otra vez Tranquila tranquila, no me importa, mientras seamos amigas. Dijo y miró a Mephisto Director, si alguien necesita un compañero de habitación no me importa compartir, sea hombre o mujer. Aunque si queda una habitación individual de sobras la aceptaré con gusto Afirmó con una leve inclinación con la cabeza. En ese momento miró a la gatita que llevaba Audrey y volvió a dirigirse al director Perdone pero, ¿Puede haber animales en las habitaciones aunque no seamos tamer? Me gustaría tener uno de compañía si puede ser Preguntó con curiosidad, hacia tiempo que deseaba tener una mascota, pero como ya había dicho sus padres no le dejaron nunca.

Se te quedo mirando unos instantes antes de ladear la cabeza con una sonrisa. -Bueno las clases con Shura suelen causar ese efecto. Yo la verdad es que no me gusta mucho tenerla en las misiones. Se queda constantemente dormida y es pesado llevarla hasta la habitación. Ademas para mi gusto su ropa es demasiado reveladora. Pero claro eso es cuestión de gustos. Comento Yuuto mientras se colocaba bien la túnica y cruzaba sus manos por dentro de las mangas.

-No me has interrumpido, es siempre un placer encontrarme con cualquiera de vosotras. En este momento me iba a cuidar de los invernaderos. No es un gran trabajo pero me ayuda a relajarme, ademas viven algunos demonios de lo mas curiosos. Quieres venir? Te pregunto Yuuto con sinceridad. -Tal vez a ti también te vaya bien desconectar un poco.

Un bufido salio de los labios de la gata antes de mover la zarpa rápidamente para hacer una pequeña herida a la mano de Yûka antes de que llegara a tocar su cabecita. Pero no se sintió mal por ello, simplemente empezó a lamerse la sangre de la pata como si nada mientras ronroneando al tocar la mejilla de su ama. Aun parecía que solo era de unas cuantas aquella gata.

Mephisto escucho vuestra discusión sobre si ibais a estar juntas o no, ademas de los animales de compañía. Cuando acabasteis levanto una ceja y saco una bolsa de galletas de arroz de algún cajón de la mesa, se puso a comerlas. -Que queréis cambiaros de habitación? Bueno, tenéis un montón libres donde estáis. Creo que hay unas.....unas.....cinco mas o menos, pero tampoco me hagáis mucho caso. A ver.....los papeles estaban por.... Toca la montaña de papeles de encima del escritorio y inevitablemente se cayeron esparciéndose por todo el suelo. Mephisto tenia unas hojas en su mano, las miro y exclamo. -Anda mira, aquí están. Os los dio. -Los rellenáis y cuando os apetezca se lo dais a Yukio, ese chico siempre tan serio, seguro que se lo toma con mas ganas que yo. Por lo de mascotas, mientras no me traigáis muchos bichos raros a mi me da igual. Pero eso si, no se puede pasar del dormitorio masculino al femenino. Las hormonas chica, tengo que controlaros un poquito. Volvió a comer las galletas tranquilamente esperando a que le preguntarais algo mas o a que os marcharais. También podríais tomar alguna galleta.

Audrey coge los formularios. No se esperaba que fuera tan fácil en absoluto. El primer día fueron estrictos con eso de las habitaciones. Si Yukio era el que se oponía, más que el director, esperaba poder darle argumentos de peso. El director parecía pasar un poco de todo. 

- Bueno, pues gracias - murmura aún con sorpresa mientras se guarda los formularios. 

Se los daría a Yukio mañana en clase, si seguían enteros después de una noche con Shura. 

Se vuelve entonces hacia su compañera: 

- ¿Necesitas algo más? ¿Horario, algún dato? 

Ai! Liz apartó la mano rápidamente al sentir las garras de la gatita raspándole la mano mientras se la cogía con la otra Jo...vale vale...no eres muy amigable eh? Preguntó de manera irónica a la gatita y sonriendo.

Mmmmm...nada más, solo ir a las habitaciones...no se donde están Dijo algo vergonzosa Supongo que si busco lo acabaré encontrando pero claro...es más rápido si me ayudas Afirmó mientras sonreía con cara de niña pequeña Me acompañaaaas????? Le preguntó mientras

Suspiró al ver el arañazo, pero ella se lo buscó al ir tocando invocaciones ajenas. Un demonio no es un mascota y no tiene por qué respetar a nadie, a veces ni a su tamer. 

Audrey la miró extrañada. No le gustaba demasiado las personas que sobreactuaban de esa manera. Con esa actitud tan infantil no estaba segura de que fuera a durar mucho. La primera prueba ya fue dura para muchos. 

También en las últimas semanas se había vuelto ligeramente más arisca que antes. 

- Si, claro, te acompaño. Así podrás instalarte. De todas formas yo tengo que ir a dejar los formularios. 

Mientras los metía en su zurrón, se despidió del director y empezó a salir del edificio.