Partida Rol por web

Reúno a todos, algo apartados de los ogros, lo suficiente para que no nos vean ni nos oigan.

- "Podemos vencer a uno, pero difícilmente a los dos a la vez. Quizá si atacamos muy deprisa todos a al mismo y le derribemos antes de que el otro sea capaz de reaccionar tendríamos una posibilidad de victoria.

También podemos intentar usar la astucia o la diplomacia." - Afirmo, mirando a Frau Helene.

- "En cualquier caso, Ivalic, deberías de tratar de ocultarte ahora mismo, que no te vean." -

La razón por la que el río no fluía quedaba claro tras ver aquel dique propio de castores gigantes, pero afortunados como eran no deberían hacer frente a dos enormes roedores mutantes sino a simples ogros capaces de dedicarse al lanzamiento de troncos como si de simples guijarros se trataran.

Helene suspiró mientras observaba a los dos gigantes y escuchaba un tanto absorta su estúpida y muy irracional conversación. Las voces de Ivalic despertaron su mecanismo de collejas pero se abstuvo, recordando que quizá el muchacho alterara su naturaleza aquella noche. No obstante, su mirada era lo suficientemente convincente como para que Ivalic fuera consciente de que su nuca estaba en peligro.

-Aquí no hay opción a lucha. Quizá la astucia sirva, como dices, Urik. En todo caso, ocultaos todos vosotros, estad atentos, manteneos vigilantes y si fuera necesario, acudid en mi rescate.

Dicho aquello y tras ver que hacían un cuerpo a tierra más que digno, Helene avanzó decidida, su arma enfundada, en dirección a los ogros. Se detuvo a una prudente distancia.

-Buenos días, señores ogros -dijo en voz alta-. Busco a dos miembros de su especie, dos ogros llamados Cástor y Pólux. ¿No sabrán ustedes por un casual dónde podría encontrarlos?

Obedeciendo a Helene, me oculto, a falta de un escondite mejor, detrás de Parriwimple. Al menos no se me ve, pues él me tapa por completo y evito traicioneros reflejos de todo el metal que llevo encima.

¿Cástor? No... mi nombre no ser Cástor-dijo Pólux con toda certeza.

Y yo no ser Pólux, así que no ser los ogros que mujer buscar-razonó Cástor.

Hermano, ¿tú tener hambre?

Haaambreeee... Tirar troncos dar mucha haaaambreeee.

Cástor soltó el árbol y avanzó en dirección a Helene.

¡POM! ¡POM! ¡POM! ¡POM!

Pólux se le sumó y fue tras él.

¡POM! ¡POM! ¡POM!

Gracias a que Helene se detuvo a una prudente distancia, la mujer tenía tiempo suficiente para reaccionar antes de que los malvados ogros llegasen hasta ella. Por otro lado, por culpa de que Helene se detuvo a una prudente distancia, Herr Urik estaba escondido demasiado lejos de los ogros para poder cargar contra ellos.

Está claro que los ogros tienen hambre y que consideran a Frau Helene un bocado apetitoso.

Avanzo hacia Frau Helene (al menos intento ponerme a su lado o delante de ella para protegerla), al tiempo que desenvaino la espada.

-¿No? Pues qué pena. Porque me envía Frau Eva, la bruja vistani -dijo Helene tratando de mantener toda su entereza-. Oh, mierda. Veo aquí a los enviados de Kavan. ¿No podíais haber caído en mi emboscada?

- "¡No creáis a esta impostora! ¡Yo soy el enviado de la poderosa Madame Eva, rival ahora del mismísimo Conde gracias a los Poderes Oscuros! ¡Ella sirve a Lord Kavan, ese esbirro de Stradh! ¡Ha venido a poner a prueba vuestra lealtad, pero yo os ofrezco recuperar el favor de Madame Eva!" -

Parriwimple estaba listo para salir a la carrera, pero la caótica interpretación de Helene de Herr Urik hizo dudar a los dos ogros, que aminoraron el paso para, finalmente, detenerse por completo, confusos.

Uuuuh... No entender. Ama Eva hacerse niebla durante gran pelea con Kavan y Strahd en campamento gitano. Hermano Pólux y hermano Cástor no volver a ver más.

No estaban muy claros los procesos mentales de los ogros. Quizás Cástor daba por supuesto que Madame Eva nunca regresaría. Quizás creía que Madame Eva, al haber huído primero del combate, debía ser la que se hiciese merecedora del favor de los ogros, no al revés.

Cástor querer servir a amo más fuerte. Ama Eva perder batalla. Amo Kavan ser más fuerte.

No, hermano Cástor. Amo Kavan tener amo. Ama Eva no tener amo. Ama Eva ser más fuerte.

Cástor y Pólux se devolvieron las miradas esperando que su hermano diese una tercera razón que desempatara la discusión. Llegó de la mano del propio Pólux.

Si enviado de Ama Eva matar a enviada de Amo Kavan, Ama Eva ser más fuerte. Si enviada de Amo Kavan matar a enviado de Ama Eva, Amo Kavan ser más fuerte. ¿Qué parecer a hermano Cástor?

Jojojojo... ¡Sí! Vosotros luchar-ordenó a Helene y Herr Urik-, o si no...-amenazó con el puño cerrado.

Tanto Cástor como Pólux se recostaron en la nieve para ver un sangriento espectáculo.

El niño se mantuvo oculto tras un árbol como le habían ordenado y asomó su cabeza para poder contemplar lo que estaba sucediendo.
Pensó que la idea de la Señora Helene no era del todo mala y además aquellos ogros no parecían muy listos, quizás podía funcionar, incluso tenía su punto divertido. Pero dejó de serlo cuando a Cástor y Pólux les entró el hambre y quisieron comerse a la madre de su amigo. Ivalic contuvo el aliento mientras Herr Urik salía de su escondite y comenzaba a gritar. El paladín y la sacerdotisa se enfrascaron en una discusión que pretendía confundir a los ogros, pero estos parecían no ponerse de acuerdo y decidieron que harían caso al más fuerte de entre ellos.

¡Quieren que la Señora Helene y Herr Urik luchen!

Aquello se ponía muy tenso. ¿Que iban a hacer sus amigos ahora? ¿Se les ocurriría alguna estratagema para engañar a los ogros? Quizás si uno de ellos se dejaba ganar... O podían intentar que los ogros pelearan entre ellos para que se pusieran de acuerdo entre quien tenía la razón, algo que parecía imposible.

-Maldito chivato. Pues hay un problema, porque Kavan quiere solo al más fuerte de vosotros dos. Y me imagino que este sicario de Madame Eva vendrá con un encargo similar. Así que deberéis pelear entre vosotros para ver quién es el más fuerte. Y entonces pelearé con este milindris para vencerle, no antes. Y así, el más fuerte de vosotros se vendrá con el más fuerte de nosotros.

- "Esta maldita bruja mentirosa ama-vampiros ha dicho la verdad, por una vez. Madame Eva ya sabe de sobras que los humanos son débiles, y no le preocupa, porque tiene muchos, todo un campamento lleno de ellos. Pero los ogros ya son otra cosa, y Frau Eva sólo quiere al ogro más fuerte y más leal a su servicio." -

Jojojo... ¡Bien! El hermano que ganar pelea ir con el humano que ganar pelea a servir a Amo más fuerte. El hermano que perder pelea ir con el humano que perder pelea a servir a Amo menos fuerte. ¡Arriba, hermano Cástor!

Los dos hermanos se pusieron en pie. No era la primera vez que peleaban entre ellos. Hasta el momento, dieciocho de las veces había ganado Cástor, y Pólux lo había hecho en dieciséis ocasiones. Pero como no sabían contar, nunca pudieron llevar el recuento.

Cástor se lanzó al ataque, un directo a la cara de Pólux. Pero Cástor falló, bajando su defensa y recibiendo dos fuertes puñetazos de Pólux: uno en la boca del estómago y el otro en la nariz de Cástor. Entonces Cástor soltó un puñetazo a la sien Pólux, quien sacudió la cabeza algo sonado.

El siguiente puñetazo lo soltó Pólux, pero se perdió en el aire. Cástor hizo un izquierda-derecha, golpeando la mandíbula de su hermano en ambas ocasiones. Pólux se agarró, forcejearon, y en cuanto Cástor consiguió zafarse, y separarse un poco, Pólux le soltó un puñetazo en un ojo. Entonces llegó el contraataque: un directo de Cástor a Pólux en plena barbilla, que le tiró hacia atrás.

Tumbado en la nieve, Pólux alzó su brazo para protegerse la cara...

Hermano Pólux rendir. Hermano Cástor ser más fuerte, no pegar más.

Cástor se pasó el dorso de la mano por la nariz para limpiarse la sangre, y sonrió. En algún momento del combate, uno de los puñetazos de Pólux le había arrebatado un diente.

Jojojojojo... Bien, ahora pelear los humanos.

Cástor tendió la mano a Pólux y le ayudó a levantarse. Se apoyaron el uno en el otro, cansados y doloridos.