Partida Rol por web

Helene compuso un gesto de duda.

-No me habéis convencido del todo. Habéis peleado bien pero no me queda claro que el que ha vencido sea el más fuerte -miró alrededor-. Esos troncos, los que hay en el río. El que más troncos retire en menos tiempo lanzándolos hacia allí -con un dedo señaló el lado del río contrario al que estaban ssu amigos escondidos- será el vencedor total. Y para que veais que estamos preparados para pelear -Helene desenfundó el arma y se enfrentó a Urik-. Saca eso que llamas arma, follonero -se acercó a Urik y puso nariz contra nariz en un gesto feroz para luego susurrarle-. Si tenemos éxito, cuando hayan retirado la mitad de los troncos, retrocedamos despacio y huyamos. Espero que esto les agote lo suficiente como para no tener ganas de seguirnos.

Pero ogros no saber nadar. No poder llegar a los troncos del centro de la presa. Mejor coger árboles del bosque.

Al final habían conseguido que los ogros lucharan entre ellos e Ivalic miró la pelea con expectación desde su posición. Fue Cástor el que se llevó la victoria, pero ahora exigía que sus amigos lucharan entre ellos como habían prometido.

¿Que harán ahora? No pueden luchar entre ellos...

A la Señora Helene se le ocurrió otra prueba, pero los ogros eran algo reticentes a retirar los troncos pues no sabían nadar. Había que conseguir que los retiraran y deshacerse de los troncos de alguna manera.

No son muy listos por lo que parece, si les mandan retirar los troncos por el lado seco del río, llegará un momento que la presa ceda y se rompa llevándose troncos y ogros... Seguro que a los adultos se les ocurre.

Ivalic siguió mirando desde su tronco de árbol el resultado de aquel encuentro. ¿Sería posible que consiguieran solucionarlo sin tener que usar las armas y peligro de morirse?

Parriwimple medio entendía lo que Helene acababa de hacer, con ayuda de Urik. Se sentía maravillado. Jamás se le hubiera podido ocurrir una estratagema semejante. Sin embargo, al final, estaba seguro que iba a tener que combatir. Así que esperó, en tensión.

Más antes que después iban a necesitar de su fuerza.

-Mirad. Solo hay agua por un lado. Por el otro apenas corre un reguero de nada. Empezad con esos troncos, fortachones. Y tú, imbécil, botarate, pedorro -dijo a Urik en plena representación-. Toma esto como aperitivo -remató lanzándole un capón a la cabeza con los nudillos, de esos que picaban de verdad-. ¡Perdóname!

Desenvaino mi acero encantado al tiempo que adopto una pose llena de gallardía, mientras muestro una feroz sonrisa de dientes blancos y relucientes, mi capa revolotea a mi alrededor con majestuosidad.

- "¡Maldición, ha vencido Cástor. ¿Significa eso que Lord Kavan es el más fuerte?" - Me muestro apesadumbrado, aunque mi espada y mi escudo me protegen de las argucias farfulleras de Frau Helene.

Oooooh... enviada de Kavan ser muy lista.

Pólux y Cástor caminaron por la orilla del cauce durante varias yardas, aproximándose al escondite de Parriwimple, Arik y los dos niños, pero antes de descubrirles, torcieron y bajaron al barro. Allí empezaron a coger troncos y a lanzarlos a la orilla. El agua empezó a filtrarse más y más, pero los ogros no le dieron importancia porque aún hacían pie. La estructura de árboles encajados unos a otros empezó a volverse menos compacta. Y entonces llegó el momento en el que la fuerza del río venció a los árboles, y una tromba de agua inundó el cauce ya no tan seco.

¡Hermano Cástor! ¡Socorro! Tú ser el más fuerte, tener que salvar a hermano Pólux.

Cástor no le replicó. Ya tenía suficientes dificultades tragando agua. Los dos ogros chapotearon y se vieron arrastrados junto a muchos árboles. En un momento dado, uno de los hermanos logró agarrarse a uno de los troncos que flotaban. Otro de los hermanos trató de agarrarse también. Terminaron peleándose por el mismo tronco, hasta soltarse y acabar agarrado el uno al otro en un forcejeo pasajero, mientras se hundían. Dentro de una milla les esperaba una gran caída desde lo alto de las Cataratas del Tser, lo que si se combinaba con la asfixia tenía muchas posibilidades de acabar en muerte.

El curso del río Ivlis había sido restituído, y sin derramar ni una sola gota de sangre, más allá del capón en la cabeza de Helene y Arik. Menos mal que la pantomima no duró mucho más, porque se cumplió el mediodía, y el mensaje holográfico diario de Merquo Iluminador les podía haber chafado sus invenciones.

Saludos, Hijos de la Luz. Bienhallados seáis. Nuestros adivinos ya han traído las nuevas

buenas y ya nos han contado que anoche el intento de invocar al demonio Chernovog

ha sido frustrado. Enhorabuena. Por nuestra parte, los Iluminadores hemos asaltado con

éxito la mansión de Jaqueline Montarri. En sus estanterías faltaban media docena de

cabezas. Creemos que entre ellas y las que haya logrado recolectar de camino al valle

del Ivlis tiene suficientes cabezas como para resistir todo el invierno, así que tened

cuidado.

Estupendo. Solo había un problema: ellos no habían interferido en el ritual de la secta de Baba Zelenna. Hasta vieron aquella aurora sobrenatural en lo alto de la colina de Lysaga.

Parriwimple miró el espectáculo con la boca abierta en un gesto de asombro esperanzado.

- Parriwimple no entender lo que ha pasado. Parriwimple agradecer amigos listos hacer cosas listas y vencer gente mala.- dice con profunda sinceridad. Luego, tras escuchar las palabras de Merquo abre los ojos de forma enorme- ¿Cómo amigos lograr eso que decir elfo medio fantasma? ¿Parriwimple también participar en... eso? Parriwimple no se acuerda, pero Parriwimple tonto.

Ivalic sonrió e hizo un movimiento afirmativo con la cabeza cuando escuchó que la Señora Helene había pensado en lo mismo e hizo un gesto triunfal cuando se dio cuenta que los ogros no habían pensado bien lo que estaban haciendo.

¡Bien!

Se agachó cuando el par de ogros pasó cerca para evitar que lo vieran, ahora la situación parecía encaminada y no quería estropearlo, así que esperó pacientemente a que los hermanos fueran quitando troncos. Cuando por fin la improvisada presa reventó y la corriente se llevó a los ogros Ivalic salió de su escondite gritando y saltando.

-¡Ha funcionado! ¡Ha funcionado! ¡Muy bien Señora Helene, se deshizo de los ogros y no nos hizo falta luchar!

Suponía que a estas alturas aquellos ogros estaban muertos o muy malheridos. En parte le daban un poco de pena porque le recordaban a su amigo Parriwimple. Quizás ellos tampoco eran malos, solamente los habían engañado para hacer cosas malas. En cualquier caso tanto en las manos de Madame Eva como en las de Kavan eran un peligro para toda la gente de alrededor.
Su alegría no duró mucho pues entonces se presentó la imagen de Merquo para darles nuevas noticias. El niño se acercó a Herr Urik y tiró de su capa.

-Pero si que hicieron el ritual, nosotros vimos las luces...

Algo no coincidía. Por otro lado debían andar con ojo pues Jackeline Montari seguía viva y con algunas cabezas aún, eso podía ser peligroso para ellos si se la volvían a encontrar.

Me aclaro la voz con una tos antes de responder a la aparición del elfo patrón de Frau Ashlyn.

- "Herr Merquo Iluminador, me temo que no fuimos nosotros quienes frustramos el ritual de la secta. De hecho anoche vimos una misteriosa iluminación muy intensa y extraña procedente de esa dirección y dimos por sentado que el demonio había sido invocado con éxito.

En realidad, últimamente no hacemos otra cosa que cosechar fracasos. Anoche combatimos y matamos a un hombre lobo élfico, pero no hemos hallado a la hija de Herr Arik el Posadero, Layla, una niña aquejada por la maldición de la licantropía y de la cual ansiamos liberar.

Herr Arik se encuentra ahora con nosotros, nos ayuda en la búsqueda de su hija.

Frau Helene acaba de lograr derrotar con astucia a dos ogros y ha liberado el caudal del río, que había sido bloqueado con numerosos troncos por los torpes brutos a las órdenes del vampiro Kavan, a quien habían pasado a servir tras dejar a su anterior ama, Madame Eva de los vistani, cuyo campamento visitamos recientemente y del que tuvimos que huir. No sin antes poder comprobar que Madame Eva se ha convertido en una bruja enorme y monstruosa tras completar con éxito su propio ritual de atadura hacia los Poderes Oscuros en su ansia por rivalizar con el Señor del Dominio de Ravenloft.

Os agradecemos que hayáis debilitado a la bruja Montari, aunque creo que seguimos sin estar en disposición de poder enfrentarnos a ella y prevalecer..." -

Revisaremos los pronósticos de nuestros adivinos sobre lo ocurrido anoche en la colina de

Lysaga. Unos cuantos conjuros de adivinación los hemos empleado en preguntar por Strahd.

Sabemos que no tiene al alma de Irina con él, pero desconocemos qué se propone para

remediarlo.

En nuestro último mensaje habíais comentado algo de una chica desaparecida, Gertruda.

Me he comunicado con Mathilda, la compañera de Ashlyn encerrada en las mazmorras

de Strahd. Dice que una nueva doncella ha entrado a servir en el castillo. Su extraño

comportamiento podría indicar que ha sido hipnotizada por un vampiro, puede que se trate

de vuestra Gertruda.

Además de las adivinaciones y los mensajes, he pasado tiempo en mi biblioteca rebuscando

leyendas locales sobre el valle del Ivlis. Mis libros hablan sobre tres sagas asentadas en la

región. Puede que Madame Eva no se haya convertido en una bruja grande y monstruosa de

la noche a la mañana, puede que desde el principio se tratase de una de las tres sagas de

los cuentos. Tendría sentido si los rumores de la longevidad de Madame Eva son ciertos, y

lleva cientos de años en Barovia. Otras leyendas son igual de imprecisas sobre los demás

temas. Por ejemplo, hablan de la existencia de una sima que lleva hasta el mismísimo infierno,

allá dónde los demonios campan a sus anchas y el hierro frío anida en la roca. O de caravanas

de mercaderes o soldados que llevan plata desde el Monte Gries hasta Barovia, para comerciar

con el pueblo o pagar tributo al Conde Vampiro, y que son asaltados por bandidos o monstruos

que acumulan tesoros en escondrijos ocultos.

Y eso es todo. Por cierto, me preocupa la muerte del licántropo elfo. Existe toda una manada

en los bosques de la región. No solo eran potenciales aliados contra Strahd, sino que pueden

convertirse en terribles enemigos. Temo que puedan buscar venganza y tomar represalias en

caso de encontrar el cuerpo de su compañero caído. ¿Cómo habéis procedido para ocultarlo?

- "Me temo que es tarde para eso, anoche los hombres lobo recuperaron el cadáver de su camarada caído mientras nosotros habíamos acudido al templo, pues pensábamos que el Padre Danovich pudiera estar en peligro. La bruja vistana Eva ansía un maléfico libro nigromántico que cree obra en poder del sacerdote, pero que desapareció hace varios días, el Liber Maleficarum.

El Padre Danovich, por cierto, podría convertirse en un valioso aliado, si no estuviera tan amargado por la muerte sin respuestas de su hijo, del que sólo pudo recuperar su cuerpo sin cabeza, pues al parecer fue asesinado por bandidos que buscaban robarle. Quién sabe si quizá la bruja Jacqueline Montari se haya hecho con esa cabeza para su colección...

Es bueno saber dónde hay hierro frío, pues el Haza Azul del Bosque es una poderosa aliada de los licántropos.

Hemos encontrado una cueva de camino a las cataratas del río Tser, pero no hemos podido acercanos, pues una jauría de huargos estaban devorando los restos de un jabalí ante la cueva.

Nuestro amigo Ludovico sigue desaparecido, al igual que su pequeña aliada feérica.

El cementerio del pueblo sigue tomado por una invasión de necrarios. La última vez que nos enfrentamos a ellos salimos muy mal parados. Probablemente necesitemos armas mágicas de plata. También nos harían falta para tener alguna oportunidad contra la nueva Burgomaestre del pueblo, una vampira.

Si Gertruda está en el Castillo de Ravenloft probablemente esté por el momento fuera de nuestro alcance el poder rescatarla, me temo." -

Helene no pudo dejar de sentir cierta pena por los ogros. Sí, eran malencarados y brutos, pero también de escasa inteligencia. Era cierto queninguno de ellos había sufrido daños y que el río había recuperado su caudal, pero no dejaba de ser triste pensar que aquellas do criaturas podían sufrir una suerte que no desearía a nadie. Quizá no habían recibido el adecuado amor maternal, quizá su educación no había sido la correcta y solo sabían de violencia y brutalidad. Cerró los ojos y entonó una oración por su supervivencia aunque aquello supusiera un futuro reencuentro.

Y entonces, mientras se despeñaban por la cascada, rodeados de troncos, llegó la presencia de aquel iluminado Merquo llegó. Justo a destiempo, por una vez en su triste vida de aventureros donde todo parecía calamitoso.

Palabra tras palabra, fue vertiendo su información, y a cada palabra, Helene iba frunciendo más y más el ceño. Fracaso en la invocación del demonio, la Montarri aún en pie y guerrera, Gertruda en la castillo vampírico, Madame Eva una saga, una sima con demonios y hierro frío, caravanas asaltadas y tesoros escondidos y elfos licántropos que podían haber sido aliados y que ahora serían enemigos.

-Nada. No hicimos nada -dijo apesadumbrada tras las palabras de Urik-. Su cadáver fue abandonado y para cuando regresamos, había desaparecido, posiblemente recuperado por su manada. Aunque es cierto que no pueden achacarnos su muerte y que el licántropo en cuestión, mató a uno de los habitantes de Barovia.

Mientras los adultos se ponían al día con el elfo e intercambiaban las distintas noticias que habían pasado aquí y allí, Ivalic se acercó a su amigo Parriwimple, seguramente estaba triste por la noticia de Gertruda.

-Siento que Gertruda pueda estar en el castillo, allí será difícil rescatarla, pero no pierdas la esperanza, se nos ocurrirá algo. O quizás no sea ella. En cualquier caso seguiremos buscando.

Al menos habían podido resolver el asunto del río, que no era poca cosa y seguían todos intactos. Pero no sabía cual sería el siguiente paso a dar por los adultos. No dijo nada pues no quería molestarlos en su conversación, así que esperó a que terminaran para ver que decidían.

Sin embargo Parriwimple negó con la cabeza con una sonrisa bobalicona, girándose para hablar con Ivalic con voz muy baja por no molestar las conversaciones importantes.

- Castillo fácil. Fácil tomar cosa esa importante, ¿no recordar Ivalic? Parriwimple tener miedo pero seres poderosos castillo sólo noche, por lo que Parriwimple ver. Poder ir por Gertruda por la mañana. Así salvar a amiga.

Investigaré sobre ese tal Liber Maleficarum, es la primera vez que oigo hablar de él.

No necesitaréis armas de plata para acabar con los necrarios, solo tenacidad y fuerza

bruta, pero no quiero que os expongáis si no estáis preparados. En fin, me alegro de

que no puedan relacionar la muerte del licántropo con vosotros. Si encuentran el cuerpo

en el bosque, hasta podrían echarle la culpa a alguno de los sicarios de Strahd. Cosa

distinta sería que encontrasen a su camarada caído en las calles de Barovia. Si eso

pasase, podrían tomar represalias contra todo el pueblo...

Pero menos mal que eso no ha pasado. ¿Verdad? ¡¡¡¿VERDAD?!!!

- "Perdonadme, pero el nombre correcto en realidad es Liber Blaspheme. Lo he dicho mal.

Lamentablemente, Herr Merquo, los camaradas licántropos del hombre lobo elfo fallecido encontraron su cadáver en las calles de Barovia..." -

Ivalic no estaba muy de acuerdo con su amigo sobre lo fácil que había sido entrar en el castillo.

-No sé Parriwimple, creo que no será tan fácil. En realidad tuvimos que tener mucho cuidado y allí todo es peligroso, pero podemos hablarlo con Herr Urik si quieres.

Los adultos seguían hablando con la imagen del elfo y las malas noticias continuaban.

-¡¿Contra todo el pueblo?! ¡Tenemos que hacer algo entonces! No quiero que los elfos lobo maten a mi madre, a mi hermana ni a nadie más del pueblo. ¿Como podemos pararlos?

Aquello era preocupante, ya habían visto lo peligroso que era un solo hombre lobo, no quería imaginarse unos cuantos de esos sueltos por su pueblo.

- "No creo que seamos capaces actualmente de regresar al Castillo, ni tan siquiera durante el día. Parece además que antes tendremos que proteger el pueblo. Además, si no es necesario el uso de armas de plata para acabar con esos malditos necrarios del cementerio, tal vez vaya siendo hora de que volvamos a intentar erradicarlos. Barovia necesita tener al menos la tranquilidad de saber que sus estimados difuntos tendrán su merecido descanso eterno." -

Helene bajó la mirada y la clavó en el suelo. Todo acto tenía su consecuencia, buscada o no. Ahora, lo que empezó como una búsqueda de Layla y que acabó con la muerte de un elfo licántropo, ponía en peligro a las gentes de Barovia. Era curiosa la sensación de culpabilidad. Aquella imprevista muerte no buscada dado que el objetivo era debilitar lo suficiente a la hija de Arik como para volver a llevarla a su calabozo en la posada y liberarla de su maldición dando con quien en su día la transformara, arrancaba de una decisión acertada y fruto del compañerismo y la amistad, que a su vez no hubiera sido necesaria si ellos no hubieran liberado a Layla llevados por la buena fe y las mentiras de esta acusando a su padre, realidad esta desconocida por ellos hasta bastante después, de haber abusado de ella, algo que no hubiera ocurrido si a su vez Arik hubiera confiado en ellos y relatado la verdad acerca de su hija, una falta de confianza basada en firmes cimientos ante su conocimiento de la naturaleza humana y que acabaría demostrada por la actitud inicial de Urik más que dispuesto a matarla para acabar con su malignidad cuando tuvo conocimiento de su doble naturaleza, aunque nada de ello hubiera ocurrido si a su vez Layla no hubiera sido maldecida con la licantropía fruto de un ataque aleatorio por parte de un desconocido. ¿Así pues, quién era el culpable de que las gentes de Barovia estuvieran en peligro en aquel momento? ¿Quien mordió a Layla desencadenando toda aquella catarata de infortunados sucesos y que era causa primera o ellos que eran el eslabón último de dicha cadena de acontecimientos?

A Helene le empezó a doler la cabeza. La realidad es que nada de aquello importaba. Ella se sentía responsable y debía hacer algo por subsanar todo aquello. ¿Pero cómo? El tiempo lo diría. Solo estaba aprendiendo una cosa. Nada era verdad ni mentira. Nada era blanco o negro y las gamas de ya no de grises, sino de colores entre ambos espectros hacían que nada pudiera ser prejuzgado de forma categórica. Suspiró y echando una mano sobre el hombro de Vjelkus, lo estrechó contra sí. Necesitaba un punto firme, una certeza y nada para ello como su amor por Vjelkus y sus otros dos hijos y por su desaparecido marido. La proximidad de su ternero le dio las fuerzas necesarias para levantar el rostro y afrontar lo que estaba por venir. 

-Bien, vinimos aquí para comprobar qué obstruía el cauce del río y afortunadamente hemos tenido éxito sin sufrir daños. Deberíamos seguir con nuestro segundo propósito. Encontrar a Layla. No tiene sentido llorar sobre la leche derramada. Ya habrá tiempo para ello. Lo mejor que podemos hacer es continuar adelante, procurar ser más sensatos y no actuar a tontas y locas. De hecho, uno de nosotros debería ser el quinto, aquel que en cualquier situación lleve la contraria al resto, proporcionando otro punto de vista. Te sumaría a este propósito Arik para en vez del quinto hablar del sexto, pero me temo que cuando concluya nuestra búsqueda de Layla, querrás estar a su lado y abandonar esta azarosa vida de aventurero.