Partida Rol por web

Ivalic asintió ante las palabras de la Señora Helene pues no estaban exentas de sentido y razón. Quizás no habían sido los elfos lobo los responsables del incendio pero entonces... ¿Quien?

-Muy bien pensado Señora Helene, eso enfadará a los elfos lobo y los pondrá contra los vampiros y creará confusión entre ellos, y mientras eso ocurra no molestarán al pueblo.

Además era muy buena actriz porque incluso empezó a llorar para dar más credibilidad a sus palabras, estaba seguro que los elfos les escucharían y se creerían todo lo que la mujer había dicho.

-¡Si! ¡Vámonos, este sitio es muy triste y parece que nuestro amigo el Señor Varikov no está por aquí!

Debían darles a los elfos un motivo de su presencia allí y el buscar al enano le pareció una buena idea, así no sospecharían de los verdaderos motivos de su presencia.
Junto al resto del grupo caminó pero mirando de vez en cuando con disimulo hacia la zona donde estaban los elfos escondidos, no quería que les atacaran por sorpresa.

Los elfos no dispararon ninguna flecha, pero por su desconcierto se podría suponer que escucharon la información que Helene quería transmitirles. Otra cosa es que creyesen sus palabras, o que tuviesen suficiente valor como para plantarle cara a Goliath. Los aventureros se alejaron de allí tratando de salir del pantano.

Uhm... No tengo todos los detalles sobre el tema claros, pero según lo que he entendido, ¿Helene no acaba de agitar el avispero? No sabemos qué consecuencias puede tener este envite. De los escenarios posibles, en uno de ellos los licántropos se debilitan por luchas internas, y los vampiros aprovechan para matarlos. Otro escenario implica un cambio de liderazgo entre los elfos lobo, en el que el nuevo líder de la manada deba hacer un golpe de efecto para reafirmar su mandato. En ese caso, lo más sencillo sería volver a realizar un ataque sobre la aldeucha.

Aún estaban a tiempo de volver para matar a los elfos lobo y que esos escenarios no se hiciesen realidad. De todas formas, las consecuencias tardarían en notarse varios días. Para entonces ya sería problema de otro grupo de aventureros. ¿Y quién sabe? También había escenarios positivos en los que un unicornio rosa invisible se teletransportaba con su magia hasta el poblado elfo y los empalaba uno a uno hasta que no volviesen a causar problemas. Todo era cuestión de probabilidades y estadística, esas cosas pasan.

Según la agenda marcada por el Burgomaestre, la siguiente misión sería desandar el camino hecho y enterrar el cuerpo de la amiga de Ida, escondida tras unos arbustos a los pies de la Colina de Lysaga.

Ivalic sintió cierto alivio al comprobar que los elfos no disparaban sobre el grupo, pero estaba casi seguro que habían escuchado las palabras de la Señora Helene, pero el niño no había pensado en las posibles consecuencias hasta que Firan expuso sus dudas en voz alta.

-No te preocupes Firan, la Señora Helene sabe bien lo que hace, es una mujer muy lista. ¿Verdad Señora Helene?

Estaba seguro que la madre de Vjelkus daría una explicación convincente de lo que iba a pasar con los elfos lobo porque era muy inteligente y previsora. Pero ante la posibilidad de que volvieran a destruir el pueblo le dio un escalofrío, eso sería un castigo demasiado duro para todos del que les costaría mucho reponerse.

-¿Que hacemos? -Preguntó mientras pasaba la mirada por los adultos y Parriwimple, seguramente ellos tendrían una solución como siempre.

Helene enarcó una ceja ante los comentarios de Firan, demasiado elaborados para un niño tan pequeño que vivía con su abuelo en medio de un bosque, ajeno a luchas de poder y a movimientos de corte.

-Firan, en este universo hay ciertas verdades absolutas e inamovibles. La justicia, la bondad, la generosidad, el amor de una madre -besó a su hijo Vjelkus y toda ella pareció recrear un aura que abrazaba a su hijo. Algo efectivamente imaginario. O no. Después, se acercó al niño y se acuclilló a su lado, mirada a la altura de mirada-. Podemos pensar en todo lo negativo que pueda derivarse de mi declaración. O en lo positivo. Tanto da. Cuanto he dicho no era sino la verdad. Y debe conocerse. La traición, el odio, la crueldad habitan estas tierras imponiendo su imperio en detrimento del resto y somos víctimas de ello. No todo debe solucionarse por el peso de las armas o la magia, en una demostración de poder que no se corresponde necesariamente con la legitimidad del acto realizado. Las palabras mismamente pueden ser usadas para destruir, pero no ha sido el caso. Firan, debemos hacer lo que es justo, lo que está bien, lo que corresponde sin miedo a que de ello pueda derivarse algo que nos haga daño. Si no, seremos esclavos. Y no lo somos. Somos personas, libres, hijos de los dioses y sabemos qué debemos hacer.

Revolvió cariñosamente su pelo y le besó en una mejilla para luego ponerse en pie.

-Voto por ir a por el cadáver colgado y recuperar la espada. Tras ello, regresar al pueblo. Hay mucho por hacer.

Escucho con preocupación las palabras de Firan. Pese a ser un niño, habla con una notable inteligencia. No puedo evitar fruncir el ceño.

- "¿Y si Firan Uthurlan tiene razón? ¿Qué ocurrirá ahora?" - Entonces escucho meditabundo las palabras de Frau Helene y asiento en conformidad.

- "Sí, tenéis razón." - Digo mientras desfrunzo el ceño.

Como decía la Señora Helene, prefería quedarse con la parte positiva, quizás por una vez a los aventureros y al pueblo les sonriera la suerte y si no ya nada podían hacer por impedir el destino. Incluso las palabras de la mujer hicieron reflexionar a Herr Urik y eso fue suficiente para el niño, el apoyo del paladín era lo que necesitaba para convencerse de que todo iría bien.

-Y... ¿La amiga de Hida? ¿No iremos a enterrarla primero?

Le preocupaba que su amigo Parriwimple estuviera triste por no poder cumplir con ese compromiso ante su nueva amiga, aunque como siempre el grupo tenía demasiadas cosas pendientes y poco tiempo para realizarlas.

Parriwimple se detiene en seco, pensativo ante los comentarios de unos y otros. Finalmente da un largo suspiro.

- Parriwimple no tener claro. Todos pensar bien. Mucha muerte hoy. Ir enterrar amiga Ida, como dijimos. Luego ir por mujer ahoracada. Y cuando ver qué hacer hombres lobo, tomar decisión qué hacer nosotros. Nosotros enterrar amigo Varikov. Cosas Varikov poder esperar, Ivalic poder encontrar, luego.

Ivalic asintió ante las palabras de Parriwimple, desde que se había convertido en el burgomaestre todo lo que decía tenía más importancia y se alegraba por su amigo, aunque el cargo no era para nada fácil y el pueblo en aquellos momentos estaba destrozado, pero no se le ocurría nadie mejor que su amigo para ayudar.

-No te preocupes Parriwimple, no pasa nada si no podemos conseguir las cosas del Señor Varikov, al fin y al cabo solo eran cosas, como dices lo importante es que nuestro amigo está enterrado y puede descansar en paz, hagamos lo mismo con la amiga de Hida y con la otra chica.

Se preguntaba si alguna vez dejarían de enterrar cadáveres, cada día aparecían nuevas víctimas de la injusticia y la crueldad de aquellas tierras y no veía como podían acabar con todo aquello, eran demasiado pocos y demasiado débiles, aunque hacían todo lo que podían.

Con gran lentitud, lograron salir del pantano, y del bosque que circundaba los humedales. Alcanzaron el Camino Viejo de Svalich, con el pueblo muy cerca, a plena vista, pero lo ignoraron y echaron a andar en dirección contraria. Cruzaron el puente sobre el río Ivlis, y al llegar a la encrucijada...

¡Hijo mío!

Encontraron a la madre de Ivalic sentada sobre el muro bajo del cementerio de los ahorcados. Natalija se levantó y fue a abrazar a su hijo, pero a los dos pasos se frenó en seco. Su mirada estaba clavada en Ida.

¿Qué hacéis al lado de esa mujer? ¡¿A dónde te has llevado a Katta?!-preguntó Natalija a Ida-¡Devuélveme a mi hija! ¡Devuélvemela!

¿Eh? No sé de qué me estás hablablando... Ni siquiera sé quién es tu hija.

¡Mientes! ¡Mentirosa! Reconozco esas ropas rojas. Tú y tu amiga raptasteis a mi pequeña Katta en el pueblo. Os perseguí, pero corríais demasiado y os perdí de vista. Al llegar aquí, a la Encrucijada, no sabía si habíais seguido por el Camino Viejo de Svalich o habíais torcido hacia el campamento vistana. Por todos los dioses... mi hija...

La distracción que supuso Natalija y la noticia que relataba les mantuvieron suficiente tiempo al lado del cementerio como para que de las tumbas empezasen a surgir vapores fantasmagóricos. De nuevo los fantasmas de los condenados se veían atraídos por las auras de bondad que destilaban Helene y Urik.

- "¡Este no es un buen lugar para pararnos a hablar! ¡Frau Natalija, venid con nosotros al otro lado del claro, lejos de estos fantasmas inquietos y hablaremos de lo sucedido! Esta chica estaba con ese culto de las capas rojas, pero ya no." -

Ivalic se alegró de ver a su madre, pero le extrañó verla allí, además había cierto tono de urgencia y preocupación en sus palabras que pronto comprendió porqué eran motivadas.

-¡Han raptado a Katta! ¡No puede ser!

Aquellas molestas mujeres habían sido capaces de acercarse tanto al pueblo como para llevarse a su hermana pequeña y realizar aquel ritual que por otro lado debían impedir. Ivalic intentó pensar en que debían hacer, para él estaba claro que rescatar a su hermana debía ser la prioridad en aquellos momentos.

-Mamá, Ida no es una de ellas, ya no, las ha dejado y nos está ayudando, no tienes que tenerle miedo. -Ivalic se acercó a su madre y la abrazó, la pérdida de su hermana se llevaba mejor con un poco de cariño.- No te preocupes mamá, sabemos donde se la han llevado e iremos a rescatarla ahora mismo. ¿Verdad Parriwimple, Herr Urik, Señora Helene?

Ivalic miró con sus ojos húmedos a sus tres amigos esperando que le ayudaran a rescatar a su hermana y a impedir que se pudiera realizar el ritual. No quiso entrar en ningún detalle delante de su madre para no preocuparla.

-Pero Herr Urik tiene razón, es mejor que sigamos hablando en un lugar un poco más apartado de aquí o tendremos problemas.

- Natalija, Ida estar con nosotros. No poder estar también robando hija Katta. Ida ser buena. Ayudarnos.- mientras habla Parriwimple continúa andando, tomando con suavidad el brazo de la madre de Ivalic, para salir de esa zona- Ahora ir recuperar pequeña Katta. No dejar hacer daño a ella. Prometer hacer lo necesario. Robar niñas de su madre ser malo- afirmó Parriwimple con convicción mientras se alejaba de la zona peligrosa para evitar tener enfrentamientos innecesarios.- Natalija deber estar tranquila. Ir nosotros en seguida. Luego tratar de conseguir otras cosas, Urik. Katta ser primero.

Una vez estamos fuera del claro, asiento ante las palabras de mis compañeros, sin embargo, me muestro preocupado.

- "Podemos ir de inmediato a la Colina de Lysaga a rescatar a la pequeña Katta, pero no estoy seguro de si estamos preparados. Frau Helene está exhausta, y no tenemos hierro frío para combatir a los demonios al servicio de esa terrible secta. De todos modos, si creéis que debemos atacar ahora mismo, lo haremos. ¿Cuál es el plan?" -

Suspiró. Lo que temía había ocurrido y el destino mortal impuesto a la frutilla roja parecía ahora mucho más correcto y justo que antes.

-Eso no es importante. Es cierto que esta muchacha ha estado con mis compañeros todo el tiempo, pero también es cierto que hay un secuestro. Y puede que no sea el único. La frutas estaban organizadas para cubrir una vacante a base de emboscar y secuestrar mujeres, sin importarles edad ni condición, para obligarlas a participar en su akellarre y convocar así a su demonio. Hasta ahora sabíamos que sus números se habían reducido. Una por obra y gracia de la Montarri. Otra, por la deserción de Ida -su mirada velada revelaba que no confiaba en ella. Para un hombre dos tetas y un rostro bonito además de algo de dulzura, aunque fuera una dulzura entrecortada por la tartamudez, bastaban para nublar su cerebro. Para Helene, una mujer hecha presa tras un intento de emboscada tenía poca credibilidad en cuanto a sus declaraciones de cambio de personalidad y alineamiento al lado bueno-. La tercera, por obra nuestra. Pero igual que Katta ha sido raptada, otras han podido serlo. Y si el círculo se cierra y se lleva a cabo el ritual, Chernogov entrará en nuestro plano. Debemos impedirlo. Vayamos al monasterio, recuperemos a Katta y liberemos a las muchachas que como ella han podido ser raptadas. Y destruyamos la posibilidad de realizar ese conciliábulo en un futuro. Ida -dijo volviéndose hacia la fruta roja desertora-. ¿Tienes maraña? -preguntó a sabiendas de lo que había ocurrido con ellos y presuponiendo que los otros grupos habrían salido igualmente pertrechados-. Ir de frente puede que no sea lo más inteligente. Mi propuesta es que uno de nosotros se vista de fruta roja, haciéndose pasar por una de ellas, aquella que nos atacó a Vjelkus y a mí y murió, llevándome a mí como prisionera. Quizá así podamos franquear la puerta y permitir el acceso a los demás. De hecho, otro podría vestirse con las ropas de Ida. Seríamos tres en vanguardia.

- "Tal vez Ivalic y Vjelkus podrían disfrazarse de frutos rojos, y junto con Ida fingir que os llevan a vos, Frau Helene, como prisionera, hacia la puerta principal. Entretanto Herr Parriwimple y yo podemos atacar por otro flanco y crear una distracción que permita a Ivalic infiltrarse en el monasterio y liberar a su hermanita." -

Ivalic se alegró al escuchar como sus amigos estaban dispuestos a ir a rescatar a Katta de inmediato, así que escuchó con atención las opiniones de todos. Como siempre la Señora Helene había tenido una buena idea para infiltrarse en el cuartel general de los frutos rojos que fue complementada con la experiencia de Herr Urik en ese tipo de lides.

-¡Es un plan genial! Ida, ¿A que nos ayudarás a rescatar a mi hermana? Pero tienes que prometernos que no te unirás a Baba Yaga, porque es mala y quiere traer a un demonio... ¿Nos ayudarás? Por favor...

Pensó en las distintas posibilidades que tenían a la hora de realizar su infiltración. No estaba del todo seguro de Ida, podía estar tentada en volver con sus antiguas compañeras, aunque esperaba que todo lo que le habían dicho sirviera para hacerla ver lo peligroso que eso sería, así que tenían la posibilidad de que ella fuera una de las que entrara o no, por otro lado era una cara que conocían y a ella le franquearían el paso si contaba que finalmente se había escapado y conseguido rescatar a su otra amiga y capturar finalmente a la señora Helene. Si Ida iba tenían un uniforme, si no iba tendrían dos. ¿Como rellenarlos? Las combinaciones eran múltiples.

-Si queremos que vaya Ida, a la que conocen y dejarán pasar, puede decir que se escapó, rescató a su amiga y capturó a la Señora Helene, pero su amiga era más alta que Vjelkus o que yo, no podemos hacernos pasar por ella, a no ser que yo me suba a los hombros de Vjelkus y nos tapemos bien la cara con la capucha. Otra posibilidad es que Herr Urik se disfrace de fruto rojo, eso sería muy gracioso jiijijiji, porque es alto y además tiene el pelo largo como una chica. Entre Ida, la Señora Helene y Herr Urik tendremos un buen grupo dentro, luego Ida solo tiene que asegurarse de dejar la puerta abierta y podremos entrar el resto y buscar a Katta mientras las entretenéis. Cuando vean que nos la llevamos querrán salir a por nosotros y podréis aprovechar a iros sin levantar sospechas, nosotros nos esconderemos y luego quedaremos todos juntos en algún lugar que fijemos, aquí mismo por ejemplo, o en el pueblo...

Miró a sus mayores a ver que les parecía, lo que iban a hacer no estaría exento de peligro y además la vida de su hermana pequeña estaba en juego, por eso había que planificar bien cada paso a dar para que todo saliera en su beneficio.

-No, Herr Teudeldorf. Tan solo dos frutos rojos, no tres. O sabrían que es una mentira. Vos podríais cumplir con el papel pues Parriwimple es demasiado grande. Para el segundo fruto rojo o Ida, si es alguien que dé confianza de cumplir y en ese sentido soy reticente, siendo sincera, y la preferiría alejada de toda tentación a sumarse nuevamente a su colectivo o incluso nadie -miró un instante a Natalija pero rápidamente descartó la idea-. En el peor de los casos, mi hijo, que es más grande que Ivalic. Y en este sentido, Ivalic, mejor no hacer planes. Tocará improvisar. 

Las explicaciones de Urik fueron más que suficientes, y Natalija no puso ningún impedimento a la idea de alejarse de la Encrucijada. Tras eso, hablaron con más calma.

Tetetengo mamaraña... sí. Y no me importa ayuyudar.