Partida Rol por web

La nueva pareja de baile de Parriwimple bailaba mejor que Ida. Otra diferencia era que no tartamudeaba. De hecho, no decía ni mu. Ni una palabra salió de sus labios.

Bailas muy bien, pequeño. ¿Has oído hablar de Khyristrix?-preguntó, cambiando de tema-Khyristrix es una diablesa que luchaba contra Strahd... Finalmente llegaron a un pacto. A un acuerdo de paz.

No se preocupe por el cambio de parejas, señora... Es un juego que forma parte del baile. Si tiene un momento para hablar, represento a un poder llamado Khyristrix. Es a Khyristrix a quién se debe que los vampiros del valle ya no mueran cuando son expuestos a la luz del sol...

La conversación de Helene con el ser alado se apagó con las luces, dejándola a medias de lo que parecía iba a ser una declaración interesante. Pero no hubo opción a protestas o quejas cuando una mano sustituyó a otra y una máscara a otra. Las luces regresaron y con ella las opciones a nuevas conversaciones.

Ciertamente todo era confuso y las reglas de juego, cuando menos, eclécticas. No quedaba más remedio que amoldarse a la nueva situación y a lo que no eran sino los primeros compases de una compleja danza y no pensaba precisamente en la interpretada por el fantasma de vacías cuencas.

Sonrió a su nueva pareja y se dispuso a responderle.

-No me preocupa... Sencillamente no me lo esperaba pero... es tan divertido -rió tranquilamente, girando con el desconocido, cuyas palabras resultaron tan enigmáticas como las del mestizo de cuyos brazos había sido arrancada-. ¿Khyristrix? Deberá perdonar mi ignorancia, caballero -bajó la mirada con vergonzosa coquetería-, mas ignoro de qué poder me habla, si bien debe ser alguien de notables cualidades si ha concedido a los vampiros el don de caminar bajo el sol. ¿Podría decirme cómo lo ha logrado? Además, tal don, de ser gratuito, en un impresionante regalo que habla de las excelentes relaciones entre él o ella y los vampiros del valle. ¿O ha habido algún tipo de contrapartida? Poder caminar bajo el sol, no es cosa baladí -concluyó mirando expectante a su interlocutor.

Lamentablemente, no hay cortinas en la sala, pues tampoco hay ventanas. Admiro los tapices, de haberlos, y si no, pues simplemente escucho la música y observo lo que hay alrededor de los bailarines.

Ivalic sonrió ante la risa de su madre y al ver como miraba a la pareja que hacían Ida y Parriwimple, parecía estar disfrutando del baile.

-¿Tu crees? Pero Parriwimple ahora es el Burgomaestre y tiene muchas cosas que hacer, no tiene tiempo de tener novia ¿Verdad mamá? -En el fondo lo que le preocupaba era que pudiera tener menos tiempo para jugar con él y ser su amigo, las chicas siempre estropeaban todo y no sabían jugar a nada divertido, solo había que ver a la Señora Helene.- ¿Y seguirá siendo mi amigo no mamá?

Y mientras hablaba con su madre y daba vueltas en la pista de baile la luz se apagó y alguien lo agarró por la cintura y los brazos apartándolo de su madre. Ivalic sintió miedo, aquello seguro que era una estratagema del Conde para atraparlos y habían caído en la trampa.

Solo tengo que coger el silbato y avisar a Ludovico, él nos salvará.

Casi ni le dio tiempo a pensarlo cuando las luces volvieron a iluminar e Ivalic comprobó que estaba bailando con una mujer enmascarada, que por supuesto no era su madre. Miró a su alrededor en busca de su madre y sus amigos, parecía que todos estaban allí y seguían bailando, tan solo habían cambiado de pareja. Algo más tranquilo Ivalic prestó atención a la mujer con la que bailaba en aquellos momentos.

-Eh... Gracias señora. Usted también. -Dijo algo tímido sin saber muy bien si aquello era lo adecuado, aunque la conversación que inició la mujer le resultó tan interesante que enseguida perdió los temores en favor de su curiosidad.- ¿Khyristrix? Déjeme pensar... -Ivalic se quedó pensativo repasando todas las historias que había leído a ver si el nombre le resultaba familiar. Decidió darse un poco de tiempo mientras tanto.- Me llamo Ivalic por cierto ¿Y usted?

No sabía si aquello debía preguntarse en un baile de máscaras, pero al menos le daría unos momentos para pensar en Khyristrix.

Mientras hablaba con su madre y daba vueltas en la pista de baile la luz se apagó y alguien lo agarró por la cintura y los brazos apartándolo de su madre. Ivalic sintió miedo, aquello seguro que era una estratagema del Conde para atraparlos y habían caído en la trampa.
Cuando las luces volvieron a iluminar e Ivalic comprobó que estaba bailando con una mujer enmascarada, que por supuesto no era su madre. Miró a su alrededor en busca de su madre y sus amigos, parecía que todos estaban allí y seguían bailando, tan solo habían cambiado de pareja. Algo más tranquilo Ivalic prestó atención a la mujer con la que bailaba en aquellos momentos.

- Parriwimple torpe- dijo a su inesperada pareja mientras bailaba el gigantón, con cierta confusión por lo ocurrido- ¿Ser normal cambio pareja así? ¿ser mujer desconocida del castillo? ¿conocer a Getruda amiga Parriwimple? Parriwimple buscarla muchas veces y estar preocupada por amiga. Parriwimple sentir torpeza Parriwimple. ¿Cómo llamar mujer baila con Parriwimple?

Esto es un baile de máscaras, no lo estropees diciéndome tu nombre ya al principio de la velada, joven bailarín...

Ivalic recordó que Madame Eva les había hablado sobre un pacto de Strahd con una diablesa. En ese pacto, la diablesa entregó el Corazón del Día al vampiro para permitirle a él y a otros vampiros caminar bajo la luz del sol sin morir estallando en llamas.

Cuando tenía quince años, empecé a soñar con una hermosa mujer que me ofreció un gran poder a cambio de servirla. Resultó ser Khyristrix. Yo acepté antes de saberlo, pues las historias sobre Strahd me atemorizaban, y quería el poder para destruírle. Pero las fuerzas entre la diablesa y el vampiro estaban igualadas... Al final firmaron una paz endeble, que nos permitió instalarnos en el castillo y disfrutar de las instalaciones de un laboratorio fabuloso...

Khyristrix-corrigió, variando ligeramente la pronunciación-. La "kh-" alarga la sílaba. Khyyy... khyyyy... No ki.

El conjuro de detectar magia de Helene empezó a perfilar el aura. El anillo de la mano de aquel hombre tenía un poder de abjuración menor, quizás un anillo de protección o un anillo de sustento. El hombre en sí también irradiaba poder mágico, quizás fuese hechicero.

Existe una reliquia que obra el milagro de los vampiros diurnos-el hombre la cogió con fuerza, girándola para que por encima de su hombro Helene se fijase en la puerta más cercana al trono-. Por esa puerta se va a la oficina del senescal, y más allá están las escaleras del torreón que suben hasta la reliquia con forma de corazón. El pacto permite a Khyristrix...

¡POF! ¡POF!

Las luces de nuevo se apagaron, y menos mal, porque la pareja de Parriwimple no era nada habladora, e Ida ya les estaba lanzando miradas celosas desde la otra punta del salón. De nuevo los más livianos sintieron tirar de ellos para arrebatarles de sus respectivas parejas, o simplemente fueron soltados para ser cogidos por otros bailarines.

¡POF! ¡POF!

Todo sigue normal al volver las luces, incluído el anormal músico no muerto que toca el violín. Urik notó que Firan se le pegó más a él desde que este juego de iluminación empezó. El hombre alado bailaba en aquel tercer acto con la pequeña Katta, y el violinista empezaba un in crescendo.

La pareja de baile de Ivalic seguía siendo la misma tras el último apagón. O por lo menos eso juraría, por el aspecto y colores de la ropa y la máscara, aunque era dificil asegurarlo al cien por cien.

Tranquilo, esta vez no me voy a ir a ningún lado. Khyristrix siempre está buscando a jóvenes talentos. Tú también puedes ser más poderoso, si aceptas vender tu alma a Khyristrix. Las fuerzas entre los dos bandos de la alianza, Khyristrix y Strahd, pueden desnivelarse si todos trabajamos en equipo. ¡Podríamos liberar esta tierra de la lacra de Strahd! Piénsalo... ¿Tú no quieres que Strahd haga daño a tus amigos, verdad?

La nueva pareja de baile de Parriwimple sonrió bajo la máscara.

¿Quizás estabas más a gusto con alguna de tus anteriores parejas? Yo lo he visto. Me refiero a la mujer de la máscara roja que bailaba contigo. Tiene dos marcas en el cuello. Ha sido mordida... Y apuesto a que también está dominada por algún vampiro. No hagas caso al chalado de Cyrus: los vampiros existen y son muy reales...

La nueva pareja de Helene era la más animada. Bailaba con la alegría de un loco, o de un bufón. Bajo su nariz aguileña, apretaba sus labios con fuerza, sin mostrar nunca sus dientes, ni decir ni una sola palabra.

Ignoraba si toda aquella información era tendenciosa o no, pero era información. El tiempo de comprobarlo, debería postergarse a un momento futuro, más o menos largo en función de cómo discurrieran las cosas.

-Arf, arf, arf ... -terminó jadeando falsamente-. Más despacio señor o acabaré desmayándome. Sois sin duda, el más avezado de los bailarines con los cuales he cruzado pista en esta noche. Mas disculpad, ¿os ocurre algo? Os veo demasiado serio. ¿Dolorido acaso? ¿Las muelas? Quizá pueda aliviaros -dijo.
 

El entusiasmo de Ivalic casi le había jugado una mala pasada, pero su pareja de baile no pareció molestarse demasiado, eso sí, tampoco correspondió con su nombre. Pero al menos había tenido tiempo de relacionar aquel nombre con algo sobre lo que Madame Eva les había hablado.

-¡Ah! ¡Ya se! ¡Sí, creo que escuché oír hablar de ella! Por culpa de esa tregua ahora los vampiros pueden aparecer de día también y ya nada es seguro, como si no fueran ya bastante peligrosos solamente de noche... -Protestó Ivalic. Que de inmediato se puso a interesarse por la mujer y su historia.- ¡A los quince años! Guauuu, eras mayor que yo, todavía me quedan unos pocos para llegar, pero mi madre dice que soy alto para mi edad ¿Tu que opinas? -Se había desviado un poco a decir verdad, así que retomó la conversación.- ¿Un gran poder? ¿Y que poder recibiste? Una lástima que no pudierais vencerle aunque... ¿Tu crees que una diablesa sería mejor que un vampiro?

Dejó la pregunta en el aire y no dijo nada más. Él pensaba que lo mejor para todos es que vampiros, diablesas y demás monstruos desaparecieran, pero tampoco quería enfadar a la mujer.

Si pudiéramos ayudar a Khyristrix y los suyos a luchar contra el Conde quizás pudiéramos librarnos de él y luego ya solo tendríamos que ocuparnos de la diablesa, o quizás podrían destruirse el uno al otro... ¡Y tengo que decirle a Firan lo del laboratorio, seguro que le gusta mucho la idea! Aunque no podremos visitarlo, quizás otra vez, pero no se cuando será el siguiente baile...

Ivalic seguía manteniendo el ritmo de la música y se movía lo mejor que sabía mientras esperaba la respuesta de la mujer, pero entonces de nuevo se apagaron las luces y sintió como la mujer le soltaba y nuevamente alguien volvía a cogerle.

¿Volveré a bailar con mi madre?

-¿Mamá, eres tu?

Cuando la luz volvió a encenderse el niño vio como la misma mujer, o al menos otra que vestía prácticamente igual, seguía frente a él. Se disponía a preguntarle cuando volvió a hablar y comprobó que efectivamente se trataba de la misma.
La cuestión que le planteaba resultaba tentadora, si aceptaba no solo obtendría poder, además podría ayudar a vencer a Strahd. Pero en todas las historias que había leído, aquello de vender el alma nunca solía acabar bien, así que prefería no hacerlo, pero tampoco quería renunciar a una posible alianza. Debía ganar tiempo e intentar convencer a la mujer que ella y Khyristrix tenían alternativas.

-No, claro que no. He visto morir a mucha gente por culpa del Conde, no quiero que muera nadie más... -En realidad si hacía una retrospectiva no todas las muertes que recordaba habían sido culpa de Strahd, pero sí muchas y algunas otras estaban relacionadas. A decir verdad aquellas tierras ya eran suficientemente peligrosas sin vampiros.- Esto... sobre lo de vender mi alma... Ufff... La verdad es que me gustaría mucho pero... -Piensa Ivalic, piensa, seguro que se te ocurre algo.- ¡Pero todavía no tengo ni quince años! Soy muy pequeño. Tendría que preguntarle a mi madre, no se si le gustaría la idea. ¡Pero tengo una idea! Yo también conozco un buen equipo, mis amigos y yo hemos formado uno formidable, si juntamos nuestros dos equipos podríamos ser muy fuertes. -Estaba seguro que con el apoyo de la diablesa Khyrstrix, sus leales y sus amigos del pueblo podrían formar un frente vencedor, aunque aquella negociación quizás se le quedaba algo pequeña.- Si os interesa, que seguro que sí ¿Verdad? podéis hablar con Herr Urik -El niño señaló al paladín con la cabeza pues tenía las manos cogidas por las de la mujer.- Es un buen guerrero, un paladín, ya ha matado a un vampiro y a muchos monstruos, bueno, él con nuestra ayuda, somos un equipo. Y también tendréis que hablar con Parriwimple, es el nuevo burgomaestre y ahora él lleva el mando. ¿Que te parece mi idea?

Seguramente cuando viera a Parriwimple, con lo grande y fuerte que era y a Herr Urik con su pose magistral, regia, serena y siempre atento a los peligros, no dudaría en que no podía dejar pasar la oportunidad de pedirles formar un super equipo que acabara con el Conde. Y todo sería gracias a él y a la buena idea que había tenido. Ivalic sonrió orgulloso, aquel iba a ser un gran capítulo cuando escribiera su libro de aventuras.

La luz se apagó y el niño sintió como su pareja le soltaba. Cuando volvió de nuevo la iluminación otra dama le tenía agarrado, no era su madre, ni Ida, ni la Señora Helene, tampoco su hermana. Miró alrededor para comprobar que al menos todos sus amigos y familiares seguían allí bailando y cuando vio que si se sintió más tranquilo y pudo volver a concentrarse en la nueva pareja. ¿Nueva? Aquellas mujeres parecía que vestían igual.

No te preocupes por tu altura, aún te queda pegar el estirón-dijo, dando a entender que no era tan alto para los de su edad como Ivalic creía-. La gran Khyristrix podrá esperar a que cumplas los quince años. ¿Podrán tus amigos aguardar tanto tiempo?

La bailarina se quedó pensativa un instante. Ivalic había dicho una palabra que lo cambiaba todo...

¿Has dicho paladín? Mmmh... Eso no es bueno. Fanáticos religiosos, eso es lo que son. Es mejor que no le cuentes nada de esta conversación a tu amigo Urik. Podría enfadarse contigo por hablar con la amiga de una diablesa...