Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

5 de diciembre del año 750

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14/05/2017, 21:50
Hombre de la máscara 4

El aura mágica se volvió más diáfana: la capa que portaba aquel hombre despedía un débil fulgor de abjuración. El silencioso bailarín, en un momento dado, giró la cabeza hacia un lado para ver con preocupación hacia una de las puertas de la sala... una que la anterior pareja de baile de Helene comentó que daba a la oficina del senescal.

Al volver a mirar a Helene, sus labios se separaron, y una carnosa y tubular lengua de gran longitud asomó hasta casi chocar con la cara de Helene.

Me he olphfidado de lophf pergaminophf de rephftablecimiento, romphfer encantamiento y quitar enphfermedad dephfplegadophf phfobre la mephfa de mi ephfcritorio-dijo con la dificultad propia de alguien que tiene una lengua mucho más larga de lo apropiado para el tamaño de su cavidad bucal.

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14/05/2017, 21:59
1-Estado de los personajes

Urik, vigilante desde un lado de la sala, lo vió con claridad. Los demás vieron un movimiento de reojo que devolvió la atención de la gente hacia Helene y su pareja. De la boca del bailarín salió de improviso una lengua tentacular que zigzagueaba en el aire y amenazaba con agarrarse a la cara o al cuello de Helene.

¡POF! ¡POF!

La oscuridad llegó en el peor momento posible. Esta vez, los tirones y empujones del juego de intercambio de parejas vinieron acompañados por el sonido del aleteo de una bandada de murciélagos.

¡POF! ¡POF!

Allí, al fondo de la sala, junto al trono, la figura de Strahd se erguía regia. No se veía murciélago alguno, y los bailarines no habían tenido tiempo de volver a reasignarse, con lo que ninguno de los invitados se cogía de las manos. El anómalo hombre de la lengua tubular volvía a guardar su apéndice en el interior de su boca impía, y ya no era una amenaza inminente.

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14/05/2017, 22:14
Conde Strahd Von Zarovich

Cof, cof, cof, cof...-tosió, haciendo un gesto al no muerto sin ojos que tocaba el violín, y que al instante dejó de tocar.

Damas y caballeros, espero que estén disfrutando de la fiesta. Lamento la intromisión. Si pueden atenderme un momento, podrán reanudar el baile en breve. Me gustaría hablar en privado con los representantes del pueblo de Barovia: el Burgomaestre Parriwimple, el Caballero del Cuervo, la familia Yannof, la familia Maurgen... etcétera. Si son tan amables de venir conmigo a acordar los términos de la tregua...

Strahd caminó hacia una de las puertas, invitándoles a entrar con el brazo extendido. Era la puerta de la misma habitación que mencionaron los compañeros de baile de Helene entre susurros.

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15/05/2017, 00:06
Parriwimple Indirovich

Parriwimple estaba a punto de responder a la joven... pero la verdad es que no tenía muy claro como hacerlo. Para empezar su inteligencia no es que diera para mucho, pero es que, además, estaba perdido mentalmente entre cosas muy complejas. ¿Qué se supone que tenía que hacer si no sabía como salvar a la gente? Eso era malo. Además, no sabía si esa mujer era una mujer o un vampiro o...

- Parriwimple saber vampiros existen. Parriwimple luchar muchas veces contra vampiros y... ¿Por qué mujer no decir su nombre a Parriwimple? ¿mujer también dominada o sirvienta?- había verdadera simpatía y preocupación en la voz del gigantón que ni siquiera se planteaba la opción más evidente: que era aliada de los vampiros.

Fuera como fuese, no hubo respuesta. El peligro, el gesto, y pensó en acercarse, pero entonces, volvió a desaparecer la luz, y al aparecer, allí estaba el noble. Parriwimple reprimió un respingo, pero asintió al conde. Al fin y al cabo estaban allí para eso. Miró a sus acompañantes, y esperó a que se acercaran hasta él para avanzar todos juntos, sin excepción, a la habitación con el conde. Y de paso, así, ver que estaban todos bien.

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15/05/2017, 16:01
Herr Urik von Teudeldorf

A punto estoy de saltar hacia el anómalo hombre con lengua tubular para cortársela de un poderoso tajo, cuando la aparición del Conde interrumpe mi intención.

Soy plenamente consciente de que es un monstruo, y nuestro peor enemigo, por añadidura, pero somos nobles y debemos comportarnos como tales. Él es un Conde y estamos en su casa. Incluso en la guerra hay un cierto protocolo, que, por ahora, estamos siguiendo escrupulosamente.

Camino junto a Frau Helene, quien se ha visto sobresaltada por tan súbita amenaza, y le pongo la mano por un momento en el hombro en muestra de apoyo y protección mientras asiento.

Después, sigo al Burgomaestre de Barovia hacia la puerta que nos señala el Conde vampiro.

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15/05/2017, 17:00
Helene

Se echó levemente hacia atrás cuando la lengua hizo su aparición y asintió a las balbuceantes palabras de aquel pobre hombre.

-Entonces, ¿vos sois el...? -la pregunta de Helene quedó interrumpida y suspendida en el aire tras el nuevo corte de iluminación. Resignada a encontrarse entre los brazos de un nuevo bailarín, sintió el aleteo de algo pequeño sobre su cabeza y manoteó nerviosa. Cuando las luces regresaron, no había nueva pareja sino que su anfitrión había hecho acto de presencia.

Súbitamente sintió una mano en su hombro. Al girarse, vio a Urik que le asentía con la cabeza al tiempo que su rostro mostraba una extraña e inquietante expresión.

-¿Os ocurre algo Herr Teudeldorf? ¿Por qué movéis la cabeza así? -preguntó levemente inquieta. No obstante, las palabras del Conde, su contenido y su invitación a acompañarle hicieron que aquella conversación entre el caballero y ella debiera ser postergada. Suspiró ante lo ineludible y miró en derredor buscando a Vjelkus y a Firan. Cuando los localizó, les hizo un gesto para que se acercaran a ella-. Chicos, no os separéis de mí, por favor -observó en torno a ella. Ludovico seguía ausente-. Vamos. Sed prudentes y recordad que el silencio es una gran virtud cuando no hay nada valioso que decir.

Dicho aquello, tomó de la mano a ambos y avanzó en pos del Conde, mientras meditaba en la información proporcionada por todas y cada una de sus parejas de baile.

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15/05/2017, 18:13
Ivalic Yannof
Sólo para el director

Aquella señora le caía bien, parecía más simpática y amable que la Señora Helene y seguro que no se dedicaba a quitar meriendas, además no solo le confirmaba que era bastante alto si no que crecería aún mucho más, o al menos eso quiso entender el niño.

-¿Mis amigos? Pues... no se, la verdad es que me gustaría que el Conde desapareciera mucho antes, cada semana que pasa las cosas se ponen peores, ahora ni siquiera tenemos pueblo, está todo destruido y quemado.

No, no creía que pudieran permitirse mucho tiempo, al paso que iban no quedaría nadie vivo en la región. Claro que ahora el Conde tampoco podía casarse con la reencarnación de su amada, ni siquiera sabía que ya había nacido y eso era algo que tenían a su favor y que quizás les podía dar algo de tiempo, al menos mientras el secreto siguiera siendo tal.
Ivalic miró a la mujer pensativo, parecía que los paladines no le gustaban mucho, eso o no había conocido a muchos. Se inclinaba por la segunda opción pues todo el mundo sabía que los paladines eran buenos.

-No te preocupes. Herr Urik es bueno y estoy seguro que no se enfadará con ninguno de los dos, aunque claro... como paladín no puede ser amigo de una diablesa... Es algo complicado, si. Quizás...

Entonces las luces volvieron a apagarse y esta vez Ivalic se quedó sin pareja en la pista de baile.

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15/05/2017, 18:14
Ivalic Yannof

Cuando volvieron a encenderse las luces el niño se encontró solo en la pista. Lo que más llamó su atención cuando todo volvió a iluminarse fue la presencia del Conde, que tosió para hacer parar la música y poder hablar ante todos.

¿Quiere hablar con nosotros a solas?

Aquello no le gustaba mucho, hasta entonces se había encontrado relativamente seguro pero ahora que tenían que acompañar al Conde recordaba lo sucedido en el puente cuando los vampiros y los elfos lobo iban a pactar una tregua. ¿Acabarían ellos igual?
Ivalic dio unos pasos rápidos hacia Herr Urik y le susurró algo antes que llegaran su madre y su hermana.

-Herr Urik, ¿Cree que el Conde también nos atacará como hizo con los elfos lobo? Debemos estar alerta.

Ese era su principal temor en aquellos momentos. También tenía cosas que decir al grupo pero desde luego no era tiempo para ello.
Volvió a quedarse atrás y a acercarse a su madre y a Katta.

-¿Que tal el baile? ¿Lo habéis pasado bien? ¿Habéis visto lo importantes que somos? El Conde quiere hablar con nosotros, no os preocupéis, irá todo bien.

El niño metió la mano en el bolsillo y aferró algo que llebaba dentro, eso le dio algo de confianza para seguir adelante.

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15/05/2017, 19:30
Herr Urik von Teudeldorf

- "Ivalic, debemos acatar estrictamente las reglas de la hospitalidad y comportarnos como buenos huéspedes." -

Incluso susurrando, no me atrevo a decir más. Estoy seguro de que en su castillo, el Conde puede oír lo que decimos aunque susurremos.

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16/05/2017, 08:51
Conde Strahd Von Zarovich

Vjelkus también metió la mano para coger algo con fuerza, pero en lugar de en un bolsillo, como Ivalic, lo hizo en el interior de la bolsa de contención de Maligno. No llegó a sacar su espada, solo verificó que seguía allí.

Que el último cierre la puerta...

Entraron en una habitación de planta cuadrada, de treinta pies de lado. Además de la puerta que cruzaron, había una segunda puerta abierta en la pared contraria, mostrando un pasillo que terminaba en unas escaleras de caracol. Strahd se apuró en cerrar la segunda puerta y ocultar esa vía de escape. Natalija fue la última en entrar, y cerró la primera puerta tras de sí.

En el centro de la habitación había un escritorio acompañado con una silla. Un poco escorada hacia una esquina, también había una mesa redonda con tres pergaminos desperdigados, transmitiendo cierta sensación de desorden. Varias estanterías con archivadores completaban el mobiliario. Firan no tardó en acercarse a una de las estanterías tratando de comprender el orden de clasificación de los A-Z.

Normalmente, ocuparía la silla. Pero habiendo damas y niños en la reunión, cedo mi puesto a quién desee sentarse. ¿Podemos comenzar la reunión? Veamos... la reciente muerte de mi querida Tatyana-dijo en referencia a su reencarnación Irina-ha sido un duro golpe. Nunca estuve tan cerca de llevarla hasta el altar y hacerla mi esposa. Ese es un pequeño reproche que os hago. Os dejé vivir y vagar por mis tierras presuponiendo que así la protegeríais... pero no soy una persona rencorosa.

Sé lo que viene ahora. Os habéis preparado para este momento desde hace una semana. Y quiero evitarlo. Para mí resulta de un terrible tedio que grupúsculos de aventureros se paseen por mi castillo para intentar matarme, mueran y sus reliquias y monedas acrecenten el tesoro familiar. Busco cierta paz, para volver a leer las viejas novelas de mi biblioteca y escuchar la música de mi violinista, sin que temas menores me perturben.

Por esta exposición de motivos, me gustaría ofreceros una tregua. ¿Diez años? ¿Quince años? Soy flexible con su duración. Lo suficiente para que Tatyana vuelva a reencarnarse y crezca hasta edad casadera. Vosotros podréis... entrenaros, o lo que sea. Ganar experiencia, haceros más fuertes, más listos y reunir riquezas para pertrecharos con buen equipo mágico. Lo suficiente para plantearme cierto desafío. En ese tiempo, ni yo ni mis lacayos pondremos un pie en el pueblo, de modo que puedan reconstruir el pueblo, reproducirse como conejos, y celebrar sus cumpleaños.

Por supuesto, podemos tratar temas menores para atar el acuerdo... Pequeñas cláusulas, tanto en vuestro favor como en el mío.

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16/05/2017, 10:40
Ivalic Yannof

Ivalic entró en la habitación y observó a su alrededor, no había gran cosa, solamente un escritorio, una silla y una mesa redonda, además de estanterías con archivadores. ¿Estaría el libro de magia por allí guardado? No tenía tiempo de averiguarlo. Tampoco se le pasó por alto que el Conde había cerrado la otra puerta, una segunda vía de escape o un lugar por donde sus secuaces podrían entrar en un momento dado. Nada podían hacer sino escuchar lo que el vampiro tenía que decirles, así que el niño escuchó en silencio.
Le fastidiaba que el vampiro siempre parecía ir un paso por delante de ellos y saber lo que se proponían, pero claro, Strahd tenía muchos años y además de ser malvado era un tipo listo y con muchísima experiencia. Por un momento se sintió muy pequeño, mucho más de lo que era. ¿En que estaban pensando al querer enfrentarse a él? Al fin y al cabo el pueblo también se merecía una época de paz. ¿Pero cumpliría el vampiro su palabra? No podían saberlo tampoco. Por otro lado en aquel momento estaba solo y quizás dispusieran de una oportunidad, aunque no le gustaba que su madre y su hermana se vieran involucradas en una pelea de tal calibre.

-¿Y no has pensado que las nuevas Tatyanas no quieran casarse con un vampiro malvado como tu? Por tu culpa ya no tenemos pueblo y ¿Para que vamos a construir otro? Para que tu o tus monstruos lo acaben destruyendo... Eres el Conde de estas tierras, se supone que deberías protegernos y no lo haces. Quizás si te convirtieras en un vampiro bueno la gente te querría más y alguna Tatyana quisiera casarse contigo sin tener que hacerlo a la fuerza...

Era una posibilidad remota, pero en sus libros había malos que por el amor de alguna doncella terminaban haciéndose buenos, no perdía nada por intentarlo, así saldrían ganando todos. El pueblo podría reconstruirse y estaría protegido y él podría buscar a su padre y quizás el Conde le dejara su libro de magia... Soñar era gratis, sobre todo para un niño.

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16/05/2017, 12:31
Parriwimple Indirovich

Parriwimple se rascó la cabezota y miró al vampiro. Realmente era un buen acuerdo. Y más teniendo a toda esa gente ahí fuera, a sus paisanos. Iba a decir algo pero, en ese momento, Ivalic se adelantó. Parriwimple guardó silencio, reflexionando a su modo. 

Y en todos sus planteamientos solo había uno claro. Habían ido en paz. Y habían sido recibidos en paz. Y si peleaban muchos amigos morirían. Quizás los aldeanos de afuera no se hubieran portado bien, pero eran sus vecinos. Y Parriwimple los quería, de una forma vagamente consciente.

- Parriwimple agradece conde no atacar y invitar Parriwimple y amigos. También agradece gente de fuera esté bien y salva- obviamente decir a salvo era demasiado para el burgomaestre- Parriwimple ser tonto, y saber conde ser muy listo. Parriwimple saber conde pensar mucho. Parriwimple y amigos invitados por conde. Parriwimple no atacar ahora conde porque conde invitar y Parriwimple ser educado. Aunque no listo como conde. ¿Poder conde dar acuerdo para que gente más lista Parriwimple le diga a Parriwimple lo que quiere decir y saber si aceptar o no? Parriwimple tonto, y no poder dar respuesta rápido. Eso sólo hacer gente lista.

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16/05/2017, 18:17
Helene

Helene permaneció en silencio tras entrar en la cámara que, si atendía a lo que le habían dicho, no era sino la oficina del senescal. Su mirada vagó curiosa de un lado a otro. Allí estaban los tres pergaminos de restablecimiento, quitar enfermedad y romper encantamiento olvidados de cualquier manera por el hombre enmascarado de la lengua tubular, el senescal. Y aunque había afirmado que estarían en su escritorio, relmente se hallaban en otra mesa, como si alguien hubiera pasado por allí y los hubiera cambiado de ubicación.

Más allá la puerta que daba acceso a las escaleras de caracol y que el Conde se había apresurado a cerrar. Aquellas ascenderían hacia la cámara en la que se hallaría la reliquia en forma de corazón que permitía a los vampiros caminar bajo la luz del día, en virtud de pacto habido entre Strahd y Khyristrix. Qué recibía este último poder de los vampiros era algo que ignoraba. Vio a Firan acercarse curioso a las estanterías, con la naturalidad de un niño, una naturalidad que de algún modo lo escudaba.

-Estoy cansada -afirmó-. Demasiado baile.

Así que aceptando la invitación de Strahd se dirigió a la silla ante el escritorio y se sentó en ella. Realmente no estaba cansada. No tanto como para necesitar sentarse, pero deseaba una posición diferente, algo que le permitiera una perspectiva distinta desde la que observar y escuchar. De forma discreta se concentró en la mesa del escritorio mientras el Conde comenzaba a hablar.

¿Tregua? Parpadeó sorprendida ante aquella propuesta engañosa. ¿Diez, quince años? En aquel lapso de tiempo podrían ocurrir muchas cosas y una de ellas sería que envejecerían. Helene había iniciado aquel periplo en la madurez de su vida y motivada por la necesidad de dar con su marido. Era su prioridad, pero en tanto en cuanto lo buscaba había cruzado los hilos de su vida con los de los demás presentes en aquella sala, creando un tapiz cuyo entramado era firme pero aún sin acabar y que la había conducido a enfrentarse a diferentes enemigos, a conocer a Firan por cuyo futuro se preocupaba y a crecer como mujer y persona, siendo más que consciente de sus límites. Una década la situaría en las fronteras de la vejez, incapaz ya de seguir el ritmo que aquel tipo de andaduras exigía. Y no solo a ella. Parriwimple posiblemente tendría hijos con Ida y dudaba que fuera a sacrificar su papel de padre y la responsabilidad que recaería sobre él como burgomaestre para iniciar una lucha ante la cual su enemigo estaría más que preparado. Urik también envejecería y su brazo perdería su fuerza actual. Aunque posiblemente moriría antes dado su carácter y su especial querencia a desenfundar el filo ante cualquiera que considerara no apto para la vida. Vjelkus, Firan... se situarían en la veintena. Habrían conocido a una buena chica y creado sus propias familias. Amén de que Helene tenía claro queno permanecería en aquellas tierras por mucho tiempo. Daría con su esposo y regresaría a su casa. a su hogar, donde sus otros dos hijos los estarían esperando.

No, la tregua no era una opción, como tampoco lo era llegar en aquel momento a un enfrentamiento. Strahd deseaba tiempo. Tiempo para que la pequeña Helene creciera, para que el rebaño formado por las gentes de Barovia aumentara. Solo velaba por sí mismo. No les concedía nada más allá de un tiempo que exigiría de todos y cada uno de ellos su propio pago, en forma de vejez, enfermedad o muerte. Negó con la cabeza.

Admiró el valor y la ingenuidad de Ivalic, cuya vehemente exposición hizo que sonriera. Una sonrisa que se trocó triste ante la torpeza mental de Parriwimple. Mas guardó silencio. Aquella era una batalla en la que participaba de forma casual pero no era de Barovia, ni era su deseo seguir en aquellas tierras por mucho más tiempo. No podía, no quería, ni debía pronunciarse, pero intuía que sería testigo de una desafortunada decisión.

Miró a unos y a otros. Aún faltaban varios por pronunciarse. Esperaría pacientemente a escuchar lo que unos y otros dirían.

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16/05/2017, 18:53
Herr Urik von Teudeldorf

- "Asumamos que firmemos una tregua de quince años, es un suponer. Durante ese tiempo, Barovia gozaría de libertad e independencia absoluta. Libertad para crecer y desarrollarse, para explotar los recursos que necesite, como piedra y madera, para erigir defensas y tener una milicia. Exención total de impuestos, tributos u otras obligaciones feudales. Y una cláusula estricta de que no permitiréis que nada ni nadie ataque a Barovia o sus habitantes durante la tregua. Ni vuestros siervos, ni los de otros Poderes Oscuros, ni independientes como los hombres lobo, la saga Madame Eva u otros.

En caso de necesidad imperiosa, el Burgomaestre podrá solicitar y obtener del Castillo Ravenloft la ayuda militar que sea necesaria para repeler y neutralizar a cualquier que esté amenazando el pueblo, a sus gentes, sus intereses económicos o sus fuentes de recursos.

Todo esto, por supuesto, sujeto a la aprobación de mis compañeros aquí presentes, en especial el Burgomaestre Parriwimple Indirovich, y la sabia Frau Helene. Más las cláusulas que ellos quieran solicitar." -

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16/05/2017, 18:53
Helene
- Tiradas (1)

Motivo: Escritorio

Tirada: 1d20

Resultado: 2

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17/05/2017, 07:37
Herr Urik von Teudeldorf

Pienso un poco y añado:

- "Además, señor Conde, necesitaría rezar en la Capilla de vuestro Castillo. ¿Me permitiríais usarla durante un día antes de partir a Barovia?" -

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17/05/2017, 12:04
Parriwimple Indirovich

Urik hablaba mucho, y le liaba. No creía que estuviera siendo educado con el conde, ni tampoco que estuviera ofreciendo pactos que el conde pudiera aceptar... al menos no sin imponer contrapartidas. No, no era eso lo que Parriwimple quería. Eso lo tenía claro. Quince años era mucho tiempo, además. No tenía claro cuanto sería, pero era demasiado.

Hubiera querido pensar, pero las palabras de Urik le obligaban a actuar sin hacerlo. 

- Parriwimple dice tregua dos años. Y querer conde permitir gente Barovia abandonar castillo e ir pueblo, quitando cosas raras que haya hecho para controlarlos. Parriwimlpe querer ver a su amiga Gertruda. Y querer liberar gente mortal mazmorras conde, y saber si conocer conde donde estar padre de Ivalic y marido de Helene. Dos años no atacarnos. Ni mandar gente a atacarnos. Ni tratar de controlarnos- realmente no entendía la mitad de las cosas que había pedido Urik, y el bueno de Parriwimple creía que con eso haber atado todos los cabos que su débil intelecto reconocía como problemáticos. Al terminar de hablar miró a todos y cada uno de sus compañeros, pidiendo que si tenían algo más que añadir, lo hicieran.

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17/05/2017, 12:57
Conde Strahd Von Zarovich

Niño...-dijo a Ivalic-deja hablar a los adultos. Ni mis agentes ni yo hemos tenido nada que ver con el incendio del pueblo. De hecho, como Madame Eva se hizo con el vínculo del Santuario del Bosque, he perdido mi omnisciencia. No sé cómo se originó el fuego, y aunque sospecho de una persona, no tengo pruebas para acusarla ni ajusticiarla.

No creo que un contrato sea necesario en un pacto entre caballeros, Burgomaestre, pero si necesitáis la tregua por escrito, lo formalizaremos así. Sin embargo, hay algunas cláusalas más fáciles de aceptar que otras...

¿Queréis jugar a los solados? ¿Queréis levantar empalizadas y poner guardias? Adelante... Intentadlo. Muchos burgomaestres trataron de organizar sus propias milicias. Estoy seguro que durante este periodo de paz lo conseguiréis. Y también estoy seguro de que una vez terminada la tregua, cada vez que un hombre miedoso se enfrente a los terrores de la noche, desertará. Vuestra milicia no me preocupa, ya ha pasado antes.

Debéis saber también que los impuestos que habéis estado pagando no iban a parar a mis bolsillos. Mi única fuente de ingresos son las bolsas de oro de los cazavampiros que vienen a mi castillo a morir, y no requiero de más para los gastos de mantenimiento de mis agentes. Pocos de ellos requieren comer todos los días. Era el propio Kolyan Indirovich el que por su cuenta establecía impuestos para mantener su propio estilo de vida. Y Parriwimple deberá establecer sus propios impuestos si es que pretende pagar la soldada a sus guardias.

Ahora bien... las cláusulas de protección del pueblo son una contradicción en sí misma. Mi intención a la muerte de Kolyan Indirovich era hacer que Sasha Ivliskova asumiese el papel de Burgomaestre y se encargase de la defensa... Lógicamente, tuvo que retirarse al peligrar mi pacto con la tribu de elfos lobo, y ahora no puede volver porque fue acusada irreflexiblemente en público de ser una vampiresa. La experiencia me dice que habría menos tiranteces si mantengo alejadas a mis tropas del pueblo, como he hecho hasta ahora.

No puedo evitar que los niños humanos se pierdan en el bosque y se adentren en los pantanos de Goliath-el líder de los elfos lobo-, ni que los niños elfos se dejen llevar por el frenesí de la luna llena y entren en el pueblo... Sin embargo, estos hechos son puntuales. Pequeñas desgracias, en las que me comprometo a intervenir a posteriori para mediar en el conflicto, pero que no puedo preveer y a los que no puedo anticiparme al haber perdido mi omnisciencia. No debéis preocuparos por Madame Eva, es reacia a acercarse a una población de "giorgios"-palabra vistana para referirse a los hombres de raza no gitana-, y quedan demasiados pocos vistani como para que trate de hacer otra cosa que no sea pasar desapercibida.

No puedo aceptar, por ser una propuesta denigrante, que cualquier solicitud de ayuda implique poner a mis tropas a vuestro servicio, y menos para amenazas tan vagas y subjetivas como "los intereses económicos y los recursos" del pueblo. Por supuesto, mi puerta seguirá abierta, y podréis venir a verme para solicitar mi ayuda. Nunca para exigirla.

Sé lo que pretendéis, herr Urik, al querer acceso a mi capilla... Es el lugar en el que la Orden del Cuervo hace sus juras. Pretendéis convertir a algunos de estos niños para dejar de ser el último de una congregación condenada a la extinción.

Al parecer, el vampiro no sabía nada de los rituales de ligadura que pueden hacerse en la capilla, o por lo menos no lo menciona para no dar pistas a sus enemigos.

Tengo mis reparos, pero aceptaré que vayáis a mi capilla por un día si mis cláusulas son aceptadas.

Primero. Me gustaría establecer un área de exclusión: durante el periodo de prueba queda prohibido a los mayores de quince años poner un pie al sur del camino viejo de Svalich. Eso implica que no podréis molestar a mis aliados en los pantanos, para que yo pueda preservar mi pacto con los elfos lobo. También implica que ningún lugareño abandonará los bebés de los que quiera deshacerse en el monasterio de Ecaterina... Esa Baba Zelenna no debe tener más huerfanitas reclutas, después de la que casi lía con Chernovog. Ese es mi castigo hacia ella. Me reservo a dar muerte o captura a aquellos que violen el área de exclusión.

Al sur del camino viejo de Svalich también estaba el antiguo escondrijo de Ludovico, la cabaña donde se crió Firan y la catarata del Tser, lugares a los que Strahd no dió relevancia. Firan era un menor, y podría seguir visitando la tumba de su abuelo si iba solo: en un periodo de tregua de solo dos años, no llegaba a envejecer lo suficiente para que le afectase. Quizás lo más valioso que les prohibía la primera cláusula era la veta de hierro frío, aunque no era un lugar seguro al que ir.

Podréis conseguir madera y caza en los bosques al norte del camino. Soy consciente de que el camino viejo de Svalich atraviesa el pueblo, incluyendo la mansión del Burgomaestre. Las actuales casas, incluyendo los solares de las viviendas que han ardido hasta sus cimientos, se consideran fuera de la zona de exclusión, así como cualquier punto alrededor del pueblo a una distancia no mayor a veinte yardas de los cimientos más cercanos. Podréis reconstruir esas casas, pero no construir casas nuevas en esa zona de veinte yardas, ni tampoco campos de cultivo.

Segundo. La Siega-una purga de vidas humanas para mantener el control de la población, según os contó Ludovico-ha sido frustrada. Hay demasiada gente en el pueblo. Más gente significa más expansión de la aldea, más casas y más campos de cultivo, y por extensión, más problemas y menos control. Demasiada población pone en peligro mi pacto con los elfos lobo. Me comprometo a no realizar la Siega durante el periodo de tregua a condición de que al llegar la primavera cincuenta personas sean exiliadas a la ciudad de Vallaki, fuera del valle. Es necesario que se produzca el deshielo del puerto de montaña para que puedan irse, así que pongamos de día límite para que se hayan marchado... ¿el quince de abril del año 751, os parece una fecha razonable?

Tercero. Ninguno de los asistentes a esta reunión pondrá un pie en mi castillo durante la duración de la tregua.

Cuarto. La gente del castillo. He de aclarar que las personas del patio no están dominadas, solo asustadas. Las echaré yo mismo para que vuelvan al pueblo, pero creo que bastará que habléis con Bildrath. Se ha convertido en una especie de pequeño caudillo, y a él le harán caso. Sin embargo, las personas del interior del castillo se quedarán en él. Algunas no me pertencen, y no puedo disponer de ellas, con lo que no puedo echarlas. Conocisteis a algunas de ese tipo de gente durante el baile. Son invitados o siervos de otros, y se quedarán aquí mientras lo deseen o se lo ordenen sus respectivos amos.

Del resto de personas, prisioneros y sirvientes, no estoy dispuesto a desprenderme-lo deja en el aire, como moneda de cambio, para que Urik renuncie a su pretensión de poner un pie en la capilla a cambio de la libertad de otro ser humano-. Mi fiel Cyrus pronto se marchitará de viejo, y Gertruda será su sustituta. Me valdría cualquier otra persona joven, si alguno de los presentes quiere intercambiar su destino con Gertruda, claro. Puedo hacerla llamar, y podrás verla cuando todos los cabos de la tregua estén cerrados, Burgomaestre, pero has de saber que está bajo mi hechizo. No te reconocerá ni querrá irse contigo. Es mejor así, hasta que se acostumbre al castillo es mejor que siga dominada... sino, se perderá y retrasará por los laberínticos pasillos de mi hogar, lo que le impediría ejercer eficazmente su trabajo.

También al terminar la oferta de paz os daré la información que tengo sobre Petrov Yannof y Jeref Maurgen. Esas son las cartas. Dos años, ningún ataque, sin ejercer control mental fuera de estos muros, una visita a la capilla, ver brevemente a Gertruda y saber sobre los maridos desaparecidos...-enumeró, mencionando solo las ventajas sin recopilar las contraprestaciones.

Notas de juego

Si vais a regatearle las cláusulas, haced tiradas de diplomacia (o carisma, si no tenéis la habilidad de diplomacia en vuestras fichas).

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17/05/2017, 15:27
Director

Más allá del aura que desprenden los pergaminos de la mesita, o el equipo de sus propios compañeros, Strahd brilla como un arbolito de navidad. Auras de abjuración en la capa y en uno de los anillos... aura moderada de evocación en el anillo de la otra mano... un hechizo de conjuración sobre él mismo cuya naturaleza Helene no consigue comprender... un pequeño cetro en su cinto emite un fulgor moderado de un tipo de magia genérica... y un destello en el interior de uno de sus bolsillos emite un aura de evocación moderada... Y además, Strahd emite como lo hacen los lanzadores de conjuros arcanos.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Conocimiento de conjuros

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 7(+6)=13 (Fracaso)

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17/05/2017, 15:46
Helene

Helene miró a Urik y no pudo sino negar en silencio con la cabeza. Hubiera sido mejor dejar hablar al Conde, saber qué estaba dispuesto a ofrecer y tomar la iniciativa del regateo. Pero el caballero había hablado y el precio del pan había subido. Y ahora debían limitarse a aceptar o no las contracondiciones fijadas por Strahd. Y como siempre, había rematado su alocución con una llamada a sus intereses personales. Parriwimple, por contra, había mediado con la generosidad como premisa. Agradeció con un mudo gesto de cabeza su interés por la localización de su marido y después, se dedicó a observar al vampiro. Lo que veía en él era mucho más que un chupasangres.

-Habláis de un pacto con los elfos lobo. Por un casual, ¿dicho pacto implicaba la eliminación de Valanthe a manos de Sasha Ivliskova y el espadachín Rafail? Porque Conde Stradh, hace tan solo dos días acudimos al puente del río convocados para negociar una tregua, una tregua malograda cuando una de los interlocutores fue fría y traicioneramente ejecutada. Valanthe. Con tales antecedentes, ¿qué valor tiene cuanto ahora se dice? -preguntó Helene con expresión cansada-. Pero presupongamos que se mantendrán las palabras dadas. Exigís a cambio de no llevar a cabo la Siega que cincuenta personas sean exiliadas y ello con independencia del número de habitantes de Barovia. Se avecinan tiempos difíciles, con un pueblo por erigir y los campos quemados. Por desgracia, dudo que haya un incremento de población y sí un aumento de los decesos. ¿Por qué no fijáis la cifra en la que consideráis que el número de paisanos es el adecuado? A partir de ahí, podrán tomarse las medidas oportunas -dijo seriamente- y quizá hasta evitarse exiliar a quien ni siquiera fuera necesario hacerlo. Respecto a Gertruda, os pediría que la liberarais. Quizá la problemática humana os resulte indiferente, pero ella es el único apoyo de una madre necesitada. Quizá haya alguien en el pueblo que esté dispuesto a serviros voluntariamente. Trocad a Gertruda por esa persona y devolvedla a su madre -la mente de Helene voló a Margarita, la prima de Bobby y amante de Viktor Litmunova. Sería la candidata ideal y desaparecerían muchos problemas-. Por último, tengo una petición personal. Acceso junto a Firan a vuestra biblioteca, pues no dudo que habrá una -dijo callando el objetivo de tal petición-. Un día completo -señaló emulando a lo que ya se había ofrecido a Urik.

- Tiradas (1)

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 11(+4)=15