Partida Rol por web

Cuando el alguacil se llevo a los matones y a Drugo los lugareños fueron acercándose curiosos para ver que podían descubrir de la pelea. Ameiko vendió algunas cervezas extras junto con elaboradas descripciones de la pelea, y pronto fue la comidilla de todo el pueblo. Al poco tiempo la taberna estaba a rebosar de buenas gentes con generosas propinas. Y los taberneros se perdieron la liberación de las mariposas del mediodía en la plaza del pueblo. Prácticamente no pararon hasta horas después de comer.
Dos horas limpiando y recogiendo dieron por satisfecha a Ameiko, que invitó a todos a un par de rondas de cerveza, mientras comían de los restos del día.

La tabernera empezó a recoger los platos con comida y la cerveza de los trabajadores.
-Yo no voy a ir a la santificación del templo. No soy mucho de "ceremonias religiosas". Si no queréis perdéroslo deberíais salir ya.-

Atos estaba junto con la multitud en la plaza, esperando ansioso a la consagración del templo. Nunca se le habían dado bien los rezos, pero había que admitir que siempre había sentido una conexión especial con Desna. Era un dios simpático, un poco alocado, pero se preocupaba por la gente en el camino. Como él.

De pronto sintió que algo le rozaba la pierna y se sobresaltó un momento, pero pronto se dio cuenta de que era su particular belleza gris azulada de sedoso pelaje. No era capaz de recordar con claridad cuándo ese bicho se le había juntado (¿tres, cuatro años ya?) después de que le diera unas sardinas. Desde entonces, la felina bola de pelo no se había separado de él, sin importar a dónde fuera.

- Mira, Desna, te van a consagrar un templo. Luego te subes al altar para que te adoren un rato.

El gato se dedicó a sentarse a su lado con gesto indiferente mientras se acicalaba con esmero.

Aithanel había levantado al campamento por la mañana, antes del albor primero, en esa hora donde el frío es mas fuerte que el calor del sol por nacer. Arriaron los bueyes por una garganta y subieron al camino, unos 20 hombre con unas 15 mujeres y otros tantos niños. Un par de los mas viejos o cansados habían quedado atrás, pero a diferencia de las encomiendas mensuales que solían hacer, esta vez el "pueblo" iba todo: y es que además de ser importante para los dioses de la ciudad, también para Erastil era un época auspiciosa, y su gente laboriosa, sin dejar de trabajar, se iba a unir a los festejos.

Durante la mañana, él y los otros llevaron al gran aserradero sus tablas y rollizos, y las pieles a los vendedores, junto con carne, queso y algunas setas sobrantes. Cargaron todo con los bueyes y cambiaron por un poco del trigo, algunas gallinas para tener huevos frescos y 3 panales listos para cultivar, reina y todo. Al volver, habrían estado listos para aguantar un invierno mas, y eso lo ponía feliz: tras tanto sacrificio y con tantos bichos dando vuelta, nada había pasado y otro año los encontraría en el mismo lugar.

Para el mediodía, sin embargo, todo el trabajo estaba listo y tras dejar a un par de los varones mas ágiles y mejor armados cuidando de animales y ganancia, se permitieron salir un rato a disfrutar de las festividades. Junto con la mayoría de las familias, Aithanel se fue para el evento principal a hacer sus propias plegarias acompañando a los clérigos a cargo de esto, mientras los hombres solos rendirían su homenaje a la jarra y la pinta. No los iba a culpar, ya que sabía mejor que nadie como se habían ganado todo lo que bebieran, pero aún así luego tendría que asegurarse que no estuvieran muy borrachos al final del día, que en fin mañana por la mañana regresaban denuevo, antes del alba. Algunas de las mujeres también se fueron sin embargo, para pasar este corto día con las familias paternas a las que habían dejado, y todas se llevaron a sus niños, algunos de los cuales no habían visto a sus abuelos hacía mas de un año.

Felizmente la congregación llegó, ligera y alegre, a la plaza central donde una fastuosa ceremonia se dejaba ver. Triste era ver como tanto había sido malgastado en la creación de un predio tan suntuoso, pero denuevo, al que se lo gana con esfuerzo ¿que podía decirle el?

La plaza de la iglesia, al igual que otras tantas que había por Punta de Arena, era un espacio amplio frente a un edificio importante para el pueblo. En este caso, la nueva catedral, que se alzaba suntuosa sobre el suelo sostenida por sus poderosos contrafuertes de roca solida. Con un hermoso pórtico decorado con arcos ciegos.

A pocos metros de la puerta, se había levantado una tarima con un arco decorado de flores, todo en madera nueva. Y el padre Zantus, junto a los principales dirigentes del pueblo, rezaba las oraciones al cielo mientras el sol, se ocultaba lentamente sobre el horizonte. El pueblo entero, incluso los menos religiosos, observaban como al atardecer teñía todo de rojo en completo silencio.

De pronto, un grito se alzó a cierta distancia. Otro mas al otro lado de la plaza. La gente salió como de un ensueño, y el miedo a lo desconocido empezó a extenderse rápidamente.

Atos no pierde el tiempo, desenvaina la espada y deja que su instinto le guíe. Cuando las cosas se ponen feas, cuando alguien necesita ayuda, Atos siempre sabe adónde ir. Lo complicado suele ser llegar a tiempo.

Pathwen le pidió permiso a Ameiko, para dar una vuelta por la feria, antes de que comenzaran a venir comensales. Antes de que le respondiera, la joven Path, salió corriendo por la puerta, estaba ansiosa por ver el colorido ambiente, de una normalmente gris Punta Arena. Recorrió las calles, dejándose llevar por las multitudes y sonidos. Path se distraía fácilmente, por lo que lo más seguro, que llegaría tarde a la taberna de Ameiko, para atender sus quehaceres.

Me quedaré en la taberna, o en sus alrededores si Ameiko decide cerrar, definitivamente no quiero tener nada que ver en sus actos religiosos ni nada por el estilo, me quedo pensativo mientras veo a Pathwen sale y se despide de Ameiko.

Pasan las horas y mientras tanto ayudo a Ameiko con el negocio; al momento que ocurre el evento le pido a Ameiko un tiempo para estar afueras de la taberna, entonces observo a lo lejos la plaza de pronto algo esta ocurriendo... recuerdo que algunos de mis compañeros están allá rayos en serio? no puedo creer, seguro Atos se volvió a meter en líos... y me muevo rápidamente a buscarles.

Aithanel al sentir los gritos no duda ni dos segundos Júntense y vallan hacia la iglesia, esperen junto a la puerta y si pasa algo peor, entren y refugien a los que puedan en ella. ordenó severamente antes de escalar a la tarima donde estaba el clérigo Zantus para mirar y buscar la fuente de los gritos. Antes de saber lo que hacía, sin embargo, ya estaba cargando una flecha.

Algo estaba pasando, y aunque parecía que no era nada bueno, por los gritos y cara de terror de algunos aldeanos, Pathwenn tenía que averiguar que era. se subió a uno de los carromatos que había en la feria, para ver mejor en medio de la multitud y hacerse una idea de lo que estaba sucediendo.
 

Un gañido de perro recorre la multitud. Atos siente como un escalofrio le recorre la espalda. Tanto al norte como al sur de la plaza. Peligro. El mal está en el pueblo. Un perro se desangra en una carrera pasando entre las piernas de Atos con una raja en el costado.
Despues sonaron los tambores, y las voces como chillidos agudos asaltaron la quietud de la plaza inundandola de temor.

Cita:

Pathwen subida al carro y Aithaniel en la tarima pudieron verlos. Goblins, mas de una docena viniendo por las calles desde la puerta norte. Por lo menos otra docena mas saliendo desde las calles al sur. Y por los gritos, debía haber mas por otros lugares. La gente empieza a correr en todas direcciones sin saber a donde ir. Algun chocan, otros caen, lloros y gritos de los niños...

pero que de... goblins malditos!... se escapa de mis labios mientras con un movimiento furtivo y rapido, busco un lugar elevado para precisar cual puede ser una posición perfecta para eliminar mas efectivamente a los grupos de Goblins o una via optima de escape para la gente del pueblo y que no estorben en mi camino con los Goblins donde estan metidos muchachos, esto parece ponerse interesante...

Kehia llega a la plaza con cierto retraso. Lleva un recipiente parecido a un cubo con varios muslos de pollo asados, la gusta comer con las manos para sentir la textura de la comida.

Sin embargo, algo está mal, comienza a escuchar más ruidos y gritos de lo habitual cuando camina por la calle, y de pronto un penetrante y apestoso olor agudo le llega a la nariz. Mira el pollo, extrañada, y ve que pese al desagrado de la gente del pueblo por ella no se atreven a darla comida en mal estado...aún.

Busca la fuente del olor y ve a un par de perros algo más adelante, muertos, con multitud de heridas lacerantes en el cuerpo. Busca la fuente de los gritos y la encuentra con facilidad, provienen de la plaza de la que, por raro que parezca, los habitantes huyen en su dirección.

Sea lo que sea que haya más adelante, debe ser muy malo para que huyan hacia mí, piensa Kehia divertida.

Arranca un último y generoso trozo de muslo de pollo de un bocado, y se dirige a la carrera hacia la plaza. Conforme se acerca ve los asquerosos seres que están presentes en ella, y el desgarrador sentimiento de pensar que su linaje proviene de seres no muy diferentes se le clava en el corazón y enciende una terrible la rabia, la rabia de saber que en parte su destino está marcado por la naturaleza de sus padres más que por sus actos.

Aprieta los dientes, rabiosa, y con un fuerte grito se lanza contra el grupo más cercano de goblins embistiéndolos con toda su fuerza para tratar de sembrar el caos entre ellos.

El Caos estaba por todas partes, y ahi estaba Pathween subida en un carro. Inflo su pecho y grito con fuerza:

- !!!Hermanos de  Puntarena, por el amor de nuestras familias, defenderdamos muestro hogar y lucharmos contra estas infames criaturas. Los que podáis empuñar un arma, luchar para repeler el ataque, el restro ayudar a apagar los pequeños incendios y poner los niños a salvo¡¡¡

Grupo Goblins SUR: El grupo de cuatro goblins (Comando 1)"desperdigados" ataca a Kehia. Otro grupo de cuatro (Com 2), al ver a la gigante se intentan "rodearla". El otro grupo de cuatro (Com 3)crean pequeños conatos de incendios.

Grupo de Goblins Norte: Un grupo de cuatro (Com 4)ataca a Pathwen porque ha llamado su atención al subirse al carro. Otro grupo de cuatro (Com 5) Sube al podium para atacar a los que estén allí. (Athaniel). Otro grupo de cuatro (Com 6) atacan a Atos, el único que va en dirección a los goblins en vez de huir.

Aithanel trata de esquivar a los goblins asesinos y poner toda la distancia que puede entre ellos y él, mientras trata de frenar a los que, mas lejos, tratan de prender fuego a la ciudad, sabiendo que hay familias que se tratan de ocultar en esas casas.

MASTER: Copio esta acción en el turno dos para no confundir! :)una vez alcanzada la posición predilecta y sin levantar sospecha me aferro con fuerza a mi arco Desgraciadas bestias!... y con suma certeza de mi acción apunto a los goblins.

Desde donde estoy puedo apreciar a mis compañeros y observar rapidamente sus movimientos, así como a todos los enemigos ...rayos, espero estar seguro de esto... Tenso la cuerda y apuntando lo mejor que puedo, ataco al grupo de Goblins que van a por Pathwen...

Kehia sonríe socarronamente mientras ve todos los goblings desperdigados por el suelo.

Son muchos, esto me valdrá unos segundos, debo aprovecharlos bien.

Un grupo de goblins ataca a Kehia, sin embargo el haberlos derribado al suelo provoca que su ataque sea desordenado y pueda defenderse de ellos prácticamente de uno y uno, dos como mucho al mismo tiempo. Golpea, empuja y aparta a los debiluchos seres que la atacan y en ese momento observa que otro grupo está moviéndose de forma muy astuta para iniciar una maniobra envolvente.

Al ver esto, Kehia aplasta a un goblin y lo usa de apoyo para realizar una pirueta con salto y salir del cerco que le están haciendo. El goblin resulta ser un buen apoyo y tras un salto todos los goblins están situados en el mismo flanco de Kehia, que sonríe amenazadoramente y se prepara para acabar con ellos.

Pathwen va dando instrucciones desde el carro, a los aldeanos para organizarse y hacer frente al peligro, y parece que funciona. Pero por contra, parece que ha llamado demasiado la atención de uno de los grupos de goblins que campan a sus anchas por el poblado.

Estos se dirigen hacia Pathwen e intentan subir al carro, la joven los va pateando, según suben, mientras, las acometidas de estos.

¡¡¡Gente ayudarme a quitarme estas asquerosas criaturas!!!, grita con fuerza a la gente, a ver si algunos de los jóvenes y fornidos del pueblo van al rescate de la dama en apuros.

Cuanto hechaba de menos su arco y su pequeño florete, que había dejado en la posada, quien iba a esperar, un ataque en medio de un festival.