Partida Rol por web

Es por la expulsión de Lucis del territorio, las personas del cabo etán eufóricas por su recien ganada autonomia política y militar, lo que me parece una estupifez.

Con la protección del ejército luciense podían mantener alejados a cualquier fuerza exterior que quisiera dañarlos, por si sola. - responde la teniente con calma.

- No conozco la situación politica ni militar del lugar como para poder emitir juicios de valor, pero... ¿No es el sentimiento de autodeterminación un rasgo básico de las sociedades civilizadas? - Preguntó, mirando de reojo un solo momento a la Teniente, antes de volver los ojos a la carretera. Realizó un largo suspiro y se encogió de hombros. - Bueno, Fénix no lo quiera, pero... De existir una fuerza exterior que quisiera invadirles o causarles perjurio... ¿No sería bueno para nosotros? Si no son capaces de defenderse por si mismos, quizás podrían pagar a SeeDs para que lo hicieran por ellos. - Y eso sí sería una noble causa, sin dobles sentidos, o claroscuros como toda aquella misión.

Solo serían unos mercenarios luchando por el bien y la libertad de un pueblo.

La pregunta es: ¿Tendrán lo suficiente en sus arcas para pagar la tarifa? Y si nos contrata el otro bando ¿Serías capaz de luchar? - pregunta la teniente de forma inquisitiva.

Y antes de que lo preguntes, mientras yo cobre mi sueldo, a mi no me importa de donde venga el dinero, soy una mercenaria y se actuar como tal.

Eso somos los SeeD, mercenarios y para eso os formamos, nuestra lealtad es de quien la compre y de nadie más. Una vez cerrado el acuerdo se cumple y no hay lugar a negociaciones con terceros. - sentencia la teniente con crudeza.

- Eso depende de la tarifa que le ponga el Director. Gracias a Fénix, no es una decisión que tengamos que tomar nosotros. - Él no mentía, su código de honor se lo impedía. Pero lo cierto era que agradecía no ser él quien tuviera que tomar ese tipo de decisiones. No sabría como, y sabía perfectamente que de ser él quien se encargara de esas cosas, no podría ser objetivo con los precios.

En cuanto a la siguiente pregunta, durante unos segundos se limitó a mostrar aquella hilera de dientes perfectamente aliniados y afilados. Era una mueca de sonrisa, por muy dantesca que pudiera parecer. - Creo que tiene una idea muy equivocada sobre mi, Teniente. - se defendió, mirándola de lado durante un par de segundos para volver la vista a la carretera. - Soy un Ronso de Honor, por lo que lucho y sangro con prez. Mi palabra es sagrada. - Hizo una pausa, aclarandose la garganta. - Pero también soy un SeeD, o al menos un proyecto de SeeD. Y donde otros ven un problema de incompatibilidad, yo veo un medio de traer orden a un mundo caótico. Mi lealtad será por y para quien el Director ordene... dicho esto, mi forma de proceder es mía. No abusaré, ni actuaré con malicia o engaños. No caeré en el disfrute del sufrimiento de mis enemigos, ni tomaré provecho de sus desgracias. Si no puedo participar en un conflicto que considero digno, al menos ofreceré dignidad a los derrotados. - Explicó. Parecía tenerlo bastante claro. Y antes de que pudiera decir nada la Teniente, añadió.

- Puede que sea un ingenuo, puede que intente autoengañarme. Quizás solo este demorando un conflicto moral en el tiempo, pero esos problemas son míos, y de nadie más. - sentenció.

De pronto como no podía ser de otra manera todo el mundo se fue de cabeza detrás mía, la verdad no me hacía mucha gracia olvidar el tema del camión y que nadie le prestara ni la mas mínima atención pero ya el daño estaba hecho y era muy tarde para dar media vuelta por lo que suspire levemente mientras llegaba al lugar del que provenía el ruido.

- Lo siento Isabeau, tal vez en otra ocasión. Estaba pensando en otras cosas.*

Al llegar pude ver una mujer tratando de esconderse, me adelante al grupo tan solo un par de pasos para hablarle.

- Sal de ahí, te estamos viendo -no quería acercarme en exceso a la mujer desconocida por si era hostil por lo que me limite a ordenarle con voz autoritaria y seria, con la mano en la empuñadura de la espada, para dejarle claro que le convenía hacer lo que le ordenaba. Sin darme cuenta de quien mas había llegado al lugar...

Frunzo el ceño ante la rápida y preocupante respuesta de mi madre, y el gesto no muta ni un ápice al alzar la vista al elfo.

- Entonces creo que ya has tomado una decisión con respecto a tus preferencias, Eladamri. No hay forma de que alguien bueno decidiese entregar un arma así a quien pudiera hacer mal uso. -le digo con seriedad-  En cualquier caso... -digo, y mi vista se desliza por encima de su hombro, hacia un punto cercano a la casa- He visto algo. Había una mujer allí... Parece que van Renall e Isa. Estate atento. -le indico, poniéndome de rodillas en vez de sentada, preparada para levantarme en caso de ver algo raro.

Las palabras de Aura terminan por sacarme de mis casillas, por lo que clavo mi mirada en ella y por primera vez desde que la conozco, dejo que Aura vea directamente la oscuridad que se oculta en mi.

No vuelvas a decir algo así en tu vida Aura. No tienes idea de lo que pasa en mi interior. - digo con un tono de voz bastante bajo y algo amenazante.

Mi rostro era un rictus de furia a punto de explotar, cual tormenya tropical en mitad del mar.

No todo es blanco o negro, hay muchos tonos de gris, así que no vuelvas a ponerme en ningún jodido extremo de la balanza, yo no me enlisté en la academia para ser un héroe, lo hice para mejorar mis habilidades de lucha.

Ya luego llegará mi hora de ser héroe o villano o lo que mierda se me antoje ser. Y que quede claro una cosa, no soy yo quien está entregando ese paquete a Effio, sino los SeeD.

Tu y yo somos meros peones y nada más, no soy yo quien quiere abrir la caja y tampoco seré yo quien te lo impida hacerlo, pero no me pidas que incumpla con mi deber de soldado, porque eso es algo que no voy a hacer. - sentencio de pésimo humor.

Renall se adelanta al grupo e intenta acorralar a la intrusa en un callejón al lado derecho de la vivienda de seguridad.

Sal de ahí, te estamos viendo - ordena Renall con voz autoritaria y seria, con la mano en la empuñadura de la espada, manteniendo su distancia del lugar en dónde se encontraba la mujer semi oculta en las sombras.

 Al llegar hasta donde se encuentra la mujer, Renall descubte que sevtrata de Euphemia quien no estaba exactamente oculta, sino más bien recostada contra la pared lateral de la vivienda de seguridad. 

Devuelvo la mirada a él enarcando una ceja conforme va hablando, y cuando termina, finalmente suelto un suspiro y vuelvo a mirar hacia detrás de él, donde se desarrolla la otra escena, por si se da alguna situación de riesgo.

- Igual deberías relajar el tono... Planteaste un caso hipotético, en el cuál yo di una respuesta y tú otra. -le digo con tranquilidad- La moral no es algo que se pueda dejar para luego. Si sabes que estás entregando un arma de destrucción masiva a alguien que la va a usar mal y no haces nada al respecto, no hay justificación que valga. Tanto menos un "me lo ordenaron". -mi voz tranquila delata que estoy más que acostumbrada a que la gente se mosquee durante debates así, pues suele pasar cuando consideras que no están (o estarían) haciendo lo correcto- Y dicho sea de paso, no sé de qué hablas con lo de mi madre, sigue dando clases en Balamb. -añado.

- Si te parece bien hablemos de eso después, yo te recomiendo hacer un acercamiento con más empatía a la chica, mientras tanto yo reviso en los alrededores por si acaso! - . Susurra la joven ante de emprender el vuelo para tener una mejor visión de la joven misteriosa y sus alrededores para saber si no está sola o si alguien la busca o la persigue

Tu madre dejó a los SeeD hace casi un año, poco después de que yo me enlisté, ella y varios maestros renunciaron tras la reorganización de la academia.

Eso sucedió hace algunos meses atrás, Barbol decidió que era tiempo de militarizar todo y nombro al vice rector Cecil general, luego se asignaron rangos militares a todos y contrataron más personal.

Luego las cosas se tornaron confusas, tras eso vino lo del secuestro de mi madre y es allí cuando me largué. Luego dui capturado y forzado a volver por mi tío. - le respondo a Aura con total sangre fría.

Alcé una ceja a ver a aquella mujer, intentando ocultarse. Parecía que aquello no era lo suyo.

E iba a alertar a resto cuando, de repente, Renall se me adelantó, avanzando un par de pasos por delante del resto para ir en su búsqueda.

Eh no. No me voy a perder la fiesta.

Dije para mi misma y, acto seguido me puse a un lado de Renall, acorralando aún mas a la mujer, con mis armas desenfundadas y listas para disparar si se daba el caso.

-Vamos, bonita.... asoma la patita... - dije, con una media sonrisa en mi rostro, sin quitar mi vista de encima a aquel lugar, atenta a cualquier movimiento que la mujer pudiera hacer.

Mis ojos se abren un poco mas de lo habitual y suelto mi arma relajándome de forma notable aunque una expresión de duda aparecía en mi cara. Antes de poder decir nada Ruby me alcanzó con las pistolas listas para coser a tiros a alguien. Le puse una de mis manos a Ruby encima de las suyas haciendo que bajara las armas.

- Tranquila... es Euphemia -¿porque? ¿que había sido ese ruido?- Euphie, ¿que has pasado? ¿que haces aquí fuera? Aún podías descansar mucho mas rato.

Y entonces con la guardia totalmente bajada me acerque a ella preocupado por si le había pasado algo.

La cara de total confusión muestra varios rictus distintos. Por momentos parece que esto a punto de sonreír y por momentos parezco mortalmente seria, tirando a triste, y en otros momentos mostrando cierta sorpresa, aunque no queda claro lo que siento. Tras unos instantes, tomo aire y le pregunto:

- ¿Es una broma? -solamente eso, con tono serio y directo, como si me costase procesar si efectivamente se estaba quedando conmigo.

“No sé dieron cuenta, menos mal”, pensó rápidamente, aunque aún estaba el hielo que se había formado en el suelo, pero Renall la sabía caprichosa y odiosa, si le decía que simplemente se le había antojado congelar el suelo, quizás si se lo creería, la joven dhampiro levanta su mirada y se despega de la pared para mirar al chico, saliendo a su encuentro, dándose cuenta de su expresión de preocupación, lo que la conmueve pero luego lo recuerda tomándole la mano a Isaubeau y sonriéndole, y se molesta más allá de lo racional que debería tomar aquella escena.

— solo quise salir un rato, quería algo de soledad — de día y con sol, justo cómo le gustaba a la dhampiro sensible a la luz, pero intentó sonar lo más convincente posible, echando mano a sus habilidades de mentirosa — eh... ¿pero que hacen aquí? ¿No venía un camión? — pregunta ahora mirando a la salida del callejón — y la paloma, ¿donde la dejaste? — ahora esos ojos violeta miraron inquisitivamente a Renall, y cada vez que lo miraba, más odiaba a su abuelo por ser tan miserable y joderle la vida de esa manera porque quería tomarlo del brazo y llevárselo lejos, pero temia que algo le pasara.

— y Kiel... claro — se cruza de brazos, pero al hacerlo, repentinamente se queja, bajando los brazos y encogiéndose ligeramente por el dolor.

Avancé con paso firme mis compañeros estaba siendo demasiado amables con la desconocida, así que una sonrisa se dibujo en mi rostro mientras avanzaba.

-Te recomendaría no intentar nada a menos que quieras salir herida- mencione mientras movía mi mano con elegancia - a menos claro que quieras que me ponga rudo- mencioné en un tono menos cordial - vamos sal de una vez.

Cuando llegas hasta el grupo, descubres que la supuesta intrusa no es otra que Euphemia.

¿Tengo cara de estar de coña? - pregunto con el rostro serio.

Si dudas de lo que te digo, revisa los archivos cuando volvamos a casa, en lo que a mi concierne no hay mucho más que pueda decirte al respecto. - sentencio para luego enfocar mi mirada en el rostro de Aura.

Por tu rostro, deduzco que recién te enteras de esto, vaya percance, tal vez no debi decir nada, después de todo, según tu juicio moral yo no soy más que un villano. - añado mientras el camión empieza a detener su marcha