Partida Rol por web

Tras la pausa que declaran, uno de los templarios os acompañan a una habitación privada de aquella mansión. 

La estancia es amplia, decorada como si fuera un salón de té. Y, de echo, veis que tiene varias tazas con té, café y pastas. Así como varios sofás que tienen un aspecto bastante cómodos. 

Tu armadura te impedía ponerte demasiado cómodo, aunque tus acompañantes no tienen ese problema.

Juliette Delorians se sienta en uno de los sofás sin problemas y ves como cruzas las piernas. Al instante mete su mano por dentro de su chaqueta y saca un sobre con un sello. Al abrirlo, el papel empieza a expandirse, doblarse sobre si mismo y a aumentar, hasta que se convierte en un libro. 

Por lo que sabías de ella era una subordinada bastante profesional y callada. Una buena adquisición para la causa.

De un movimiento de su mano, entre sus dedos aparece una pluma.

-He tomado nota de todo lo ocurrido en el interior. Había pensado mandar una misiva con todo... Pero... -en ese momento mira hacia las ventanas-, pero las barreras me lo impiden.

Pero, cuando miras hacia dichas ventanas, no ves absolutamente nada raro.

-Creo que por el momento estamos solos -termina diciendo.

-¿Qué carajo ha pasado?

Escuchas que pregunta Klarens Jertous sentándose también en un sofá. Y es que, a pesar de llevar también armadura, no es tan gruesa o pesada como la tuya.

-¿Quién era ese tío? Aunque mejor pregunto, ¿qué vamos a hacer? Desde luego si es alguien capaz de saltarse las defensas de los templarios, debe ser muy poderoso. Podrían ser unos poderosos aliados contra el Imperio... Aunque me pregunto... Tras ganar la guerra... ¿Qué pasará con ellos?

Os mira a ambos y se encoge de hombros.

-Tú eres el Arbitro y el elegido de Gaul para este concilio... ¿Qué opinas? 

Entro tranquilamente en aquella sala fijándome en todas las cosas que allí se encuentran y cerrando la puerta a mi paso. Cuando Juliette comienza a hablar escucho atentamente mientras camino por la habitación. Cuando termina de informar pongo una cara de frustración bajo el yelmo, pues imaginaba que habría barreara de protección, pero no que nos mantuviesen incomunicados con el exterior. Mi cara cambia a una de enfado tras las palabras de Klarens, ese chico carecía del protocolo necesario para ser un soldado de la alianza y seguía con la forma de ser que le había reprochado en el carruaje en que llegamos, me encargaría de que fuese castigado cuando volviésemos. Y aunque todo esto era importante lo que verdaderamente me preocupaba era aquel hombre o ser que se había colado en la reunión.

-Asi que aquel ser ha sido capaz de atravesar las barreras..... ¿Eres capaz de valorar el poder de estas, Juliette?- digo mientras con las manos en la espalda me giro hacia ella. Con esta pregunta deseaba valorar el poder de aquel ser.

Antes de dejar responder a Juliette giro la cabeza hacia Klarens - Por cierto, si no vas a aportar algo que nos ayude, seria mejor que callases, ademas de que como tu superior, deberías de tratarme como tal y dejar de tutearme.- Acto seguido giro la cabeza de nuevo hacia Juliette esperando ahora si su respuesta.

La joven, ante tu pregunta, la ves negar con la cabeza:

-Me temo que no magistrado.

Dice levantándose y acercándose a una de las ventanas.

-Desde luego parece una barrera mágica y, por desgracia, no estoy versada en el conocimiento de dichas artes. Lo que sí puedo decir...

Mientras dice eso coge una pequeña pasta que hay en una de las bandejas y, sin pensarlo, la lanza contra la ventana.

No eres capaz de ver ninguna barrera ni nada así. Para ti es una ventana normal y corriente. Pero, cuando la pasta llega hasta el umbral de la misma, ves como sale disparada hacia el interior de la habitación. Como si se hubiera chocado con algo invisible.

-Es que no podemos salir de aquí. Supongo que los templarios querrán asegurarse de que nada entra o sale. 

Tras presenciar aquello y escuchar lo que le dices, el chico cambia su expresión de "relajación" y se pone serio.

-Señor, sí señor -contesta con un tono serio y militar-. Discúlpeme.

Tras aquello intenta mantener la seriedad.

-Me gustaría aportar algo al grupo pero, lo que me estoy preguntando es, si ese desconocido, era real. ¿Debemos tomarnos su amenaza como una declaración? ¿Podría ser un truco de otro de los principados? Y, en el caso de que nos creamos lo que dice, ¿qué vamos a hacer? ¿Aliarnos con el Imperio? ¿Con otros principados? ¿Ir a la guerra igualmente?

Mientras escucho paseo tranquilamente por la habitación. Cuando Klarens termina de hablar, me acerco hacia la ventana, dejando cierta distancia por precaución y observo el exterior.

-Gracias por el....... ejemplo Juliette, bastante instructivo. En cuanto a tus preguntas Klarens..... Creo que no debemos precipitarnos, toda guerra tiene sus consecuencias y si lo que dice este ser es cierto, si comenzamos una contra el imperio y sus aliados, será mejor que ganemos o deberemos enfrentarnos igualmente a este nuevo enemigo. Dudo que dos guerras seguidas nos hagan algun bien y ademas contando con la enemistades creadas en la primera. -Me doy la vuelta y de nuevo comienzo a andar por la habitación- Si es un truco del imperio para firmar una tregua, dudo que les sirva de mucho, tarde o temprano será descubierto su truco y dudo que a muchos les guste que el imperio les engañase, el propio imperio sería el que saldría perdiendo. Varios estados saldrían ganando si se librase una guerra entre el imperio y la alianza incluso si no hay un ganador. Este tema es ciertamente complicado. Pero lo mas importante ahora debería ser identificar este nuevo enemigo, cuanto más sepamos de él, mas fácilmente podremos descubrir si se trata o no de un truco o si tiene que ver con alguna potencia. Dicho esto, ¿alguno de vosotros dos posee conocimientos de los sobrenatural, exactamente sobre criaturas antiguas? Por lo que parece, nuestra mayor pista es el aspecto del hombre y el hecho de que hubo un antiguo grupo de ellos hace tiempo. ¿Alguna idea?

Ambos niegan con la cabeza ante tu última pregunta, sin embargo la sonrisa que tiene ella en los labios te dice que no está todo perdido aún:

-Las cosas sobrenaturales no son mi fuerte, sin embargo la Alianza contempló está situación.

Tras decir aquello busca algo en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta hasta que saca diez pequeños pergaminos.

-Se supone que son mágicos -prosigue señalando los papeles-. Si escribimos una pregunta de sí o no en uno de estos papeles, se prenderá una llama y, en función del color, la respuesta será una u otra.

Al terminar de explicar, coloca los diez papeles sobre la mesa.

-Ya sé que no es mucho, pero al menos es algo. 

Desde luego un experto en cosas sobrenaturales serían mucho más útil, pero no podías despreciar la solución de tu subordinada. 

Al menos teníais una opción de saber algo más sobre lo que estaba pasando.

Solo había que plantear las preguntas adecuadas. 

-Hmmm- pongo una muesca de incredulidad bajo el yelmo- En las manos adecuadas, podrían ser un artefacto de gran poder, por lo que dudo que la alianza nos haya concedido tal poder, lo mas seguro es que tengan algun limite, por lo que será bueno que busquemos primero cual es. Juliette, coge pluma y escribe. ¿Atraveso fisicamente las barreras magicas del edificio la entidad que se ha colado en la reunion del concilio en el que participabamos hace unos momentos?

Esperaba pacientemente a que Juliette escribiese la pregunta y ver la respuesta que daba aquel pergamino mientras comenzaba a pensar en la siguiente.

Servicial y obediente, tu subordinada coge pluma y escribe la pregunta en el primero de los pergaminos.

Al terminar, pasan unos segundos... Hasta que el papel empieza a arder.

La llama es de un color azulado y parece que no desprende calor. No quema, ni produce calor. Parece que, simplemente, está consumiendo el papel.

A los pocos segundos, no queda nada del mismo.

-Por lo que sé, si la llama es azul, significa que no.

Quedaban otras nueve preguntas y el tiempo seguía corriendo.

La respuesta no me sorprendia para nada, era lo mas obvio, aun así debía probar, pues si se manifestó en persona denotaría una gran confianza en su propio poder. Visto que no se manifestó en persona lo mas probable era que no tuviesen confianza plena en ganar la guerra en caso de darse. La siguientes preguntas solucionarían grandes dudas y probarían hasta donde pueden llegar los pergaminos.

-Siguiente pregunta, ¿Debería la alianza iniciar una guerra contra el imperio para sobrevivir a la nueva amenaza?

No dudaba de la capacidad de la Alianza, pero si de esos pergaminos.

De nuevo, preguntas.

¿Deberíais iniciara una guerra? ¿Deberíais luchar contra el Imperio? ¿Luchar por vuestros ideales? 

Tus dos subordinados te miran con cierta sorpresa cuando realizas aquella pregunta para, al siguiente instante, mirar al papel.

Tu también lo haces esperando una llama... Pero en realidad de eso... Ves como el pergamino empieza a romperse y desquebrajarse... Hasta que no es más que ceniza sobre la mesa.

-Vaya... - empieza a decir Juliette claramente sorprendida-. Eso ha sido... Raro... 

Se acerca a ver las cenizas con interés.

-Supongo que el poder de esto es limitado... Y que no podrá responder a cosas que aún no han ocurrido... 

Como imaginaba, esos pergaminos poseían restricciones, en este caso no podían predecir el futuro. Debido a esto, lo único que quedaba era averiguar información sobre la entidad y sus aliados.

-Una pena, la verdad, aunque me imaginaba que no serían tan poderosos si nos los habían cedido a nosotros. Bien pues, vayamos al grano de la cuestión. Apunta, ¿el ser que se presentó en el concilio pertenece a alguna civilización antigua conocida?

¿Ese miembro pertenece a una civilización antigua conocida?

Tras escribir ves como las llamas se vuelven verdes.

De manera que si azules era que no, verde debía significar que sí.

De manera que ese desconocido debía pertenecer a una civilización conocida. Aunque, la pregunta que se forma en tu mente es, ¿qué considera estos pergaminos civilización conocida?

En ese momento escucháis una campana repicar, marcando así el final de la hora.

Lo que significaba que, en cualquier momento, aparecerá alguien a buscaros.

-¿Algo que decir antes de entrar? -pregunta uno de tus compañeros.

Demonios, que rápido pasa el tiempo pienso para mis adentros.

-Bien, hora de irnos. Parece que se ha acabado el tiempo de las preguntas. Veremos que se dice en la reunion, quizas eso nos ayude a realizar las siete preguntas restantes. Juliette, Klarens recoged todo, nos vamos.