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Fort Doom: Dead Lands

Capítulo 7: Jota de Picas

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31/08/2012, 16:40
Director

El caballo de Farlane había resistido casi una hora más. El parásito en sus tripas lo devoraba de dentro hacia fuera, y cuando la pobre bestia cayó al suelo, una bala en la cabeza fue todo lo que pudieron hacer para abreviar su agonía.

Unos cuantos cartuchos de rifle en las tripas acabaron con la sabandija chupasangres. Aun con el caballo muerto, incluso después de cuatro disparos de buen calibre, el estómago palpitó y tembló. Después, por fin, el animal permaneció en paz. Incluso los vaqueros de sangre fría encontraron duro evitar un escalofrío al pensar en las garrapatas que se alimentaban de entrañas. A medida que tragaba, la alimaña se iría haciendo más grande. Si el bicho sabía donde morder y el huésped era fuerte, la muerte podía no venir hasta que las costillas explotaban, momento en el que un pobre desgraciado daría a luz por las malas a una garrapata de la pradera sobredimensionada y saciada.

Desde luego, en el Extraño Oeste había formas asquerosas de irse a la tumba.

Coronar la meseta de poniente había hecho ganar al menos una hora de sol. Todavía podrían seguir el camino un poco más. Lo necesitarían, para compensar el tiempo perdido con el asunto de la hierba gris. Ganada altura, a la luz rojiza del atardecer pudo verse el camino que les esperaba en la próxima jornada. Lo peor parecía haber pasado: esta zona era un fertil campo parcialmente plantado y un pacífico maizal que ondeaba con la brisa.

De hecho, los cinco viajeros con su caballo de carga pudieron ver una cabaña a pocas yardas. Era tan pequeña y estaba tan bien integrada en el paisaje que fácilmente podía pasar inadvertida. La madera de sus paredes era la de los árboles cercanos. No había ninguna luz encendida en el interior, ni salía humo de su chimenea.

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04/09/2012, 21:46
Stephen Boyle

- Parecer ser, pues no me engañan mis redondos óculos, que en lontananza se divisa cierta estructura de previa materia viviente y ahora decesa, la cual nos podrá servir para reposar y restaurar los magullados cuerpos que son los nuestros. Así mismo, la falta de visibilidad de columna obstruyente de partículas volátiles de previa materia orgánica por la chimenea puedan sugerir que no hay ningún otro tipo de ente y/o ser con mobilidad propia - mirando al látigo - tenga o no tenga habilidad o necesidad de incluír en su organismo el tan necesario oxígeno para quemar la materia orgánica ingerida para el corporal sustento - rascándose la barbilla y mirando a todos - Aun así, no creo que tengamos muchas más opciones en estos momentos, ¿qué opinan?

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05/09/2012, 15:23
Bill

- Opino que es un buen lugar para descansar.

Aunque el vaquero muerto ya no sentía fatiga ni hambre la costumbre de una vida a la intemperie se imponía. Descansar bajo techo en un viaje como aquel era un lujo que no podía desdeñarse.

- Aunque supongo que si alguien vive en un sitio tan jodido como éste sabrá defenderse. Propongo que nos aproximemos con cuidado. Quizás de primero pueda ir el jodido pie tierno, que tiene más pinta de inofensivo, mientras nosotros lo cubrimos desde la distancia.

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06/09/2012, 00:16
Stephen Boyle

Boyle se acercó sigilosamente, cual arácnido previamente encontrado en yermo pastizal, intentando no hacer mucho ruido y de paso, comprobar si se escucha algo dentro del área delimitada por esas cuatro paredes y tejado delimitando la alzada de dicha construcción... - ¿Cabría la posibilidad de que hubiera más rastros de pisadas aparte de las mias propias? - pensado para sí.

- Tiradas (2)
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20/09/2012, 06:42
Farlane

Podía sentir los jadeos del córcel que agonizaba con el parásito en su interior. Sentía su debilidad, incluso creía oír el ruido que hacía la garrapata al devorar lentamente al caballo. Su mano derecha temblaba, aunque trataba de ocultarlo. De nuevo sentía la punzada del hambre en su propio estómago, mezclada con el miedo y la desconfianza, mientras el rifle en su espalda se movía en su espalda al ritmo del paso apurado y débil del caballo. Llevó su temblorosa mano al vientre, como si temiera que la criatura saliera de sus tripas y no de las del animal sobre el que estaba montado.

Cuando el nefasto momento llegó, cuando el animal no podía más, fue Farlane quien palpó el vientre del jamelgo con el abdomen hinchado, hasta que sintió como la garrapata se retorcía en el interior, como mordía y reptaba allí adentro. Acercó el cañón del rifle, sintiendo como sus propio estómago se retorcía. Apartó la mirada, apretó los dientes y haló el gatillo. Sangre y vísceras salpicaron del otro lado. El vagabundo repitió la operación, hasta que no oía los jadeos del caballo, ni los sonidos reptantes y asquerosos de lo que estaba en su interior.

Sintió ganas de vomitar, pero su estómago casi vacío no le permitió más que algunas arcadas de asco y unirse luego a la procesión de muertos vivos hacia algún lugar habitado.

Los pasos de la caravana acabaron cerca a una cabaña de aspecto rústico y abandonado. La esperanza de encontrar otras personas hizo que su interior se retorciera, sintió un nudo en la boca del estómago. Fue Boyle quien rompió el silencio, con su acento británico y su retahila de palabras largas y complicadas. Luego el bandido muerto, el despreciable pelirrojo quien parecía empeñado en querer matarlos a todos... los que aún quedaban vivos.

-Yo le cubro, señor Boyle. Vaya con cuidado- dice en un susurro mirando a los demás con desconfianza. Pensó unos instantes, observando las ventanas del sitio.

Tomó su rifle y lo preparó apuntando hacia las ventanas. Si algo se movía allí adentro con intenciones de atacarlos, él mismo respondería con la misma moneda. Por otra parte, en una situación de peligro...

-El único peligro es que nos dispare si alguien queda en esa cabaña. En lugar de mandar al señor Boyle, bien podrían ir ustedes... no creo que les importen las balas- dice sin dejar de apuntar hacia la casa.

-¿O quieren matar a Boyle también?- masculla entre dientes sin moverse de su posición.

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21/09/2012, 05:15
Danny Chang

- A falta de héroes... - murmuró Danny Chang, rascándose el cuello.

Con paso decidido, el chino se acercó al grupo formado por el inglés y Farlane. Se puso al lado de Boyle, le dio un leve empujoncito - como quien quiere decir "permítame" - y le dijo con sus más halagadoras, pero no por ello menos sinceras palabras:

- Déjeme, mi buen amigo, hacer esto por usted. El señor Farlane tiene razón. Ya hemos perdido mucho, y en lo más hondo de mi corazón, si es que aún lo tengo, no deseo que resulte usted herido.

Y dicho esto se acercó a la puerta de la cabaña, tratando de echar un vistazo dentro del recinto.

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21/09/2012, 09:57
Stephen Boyle

- Es de agradecer en su máximo epíteto su preocupación respecto a mi, pues ven más 6 oídos que dos, y incluso escuchan con mayor amplitud 3 pares de ojos que únicamente 1 par, como diría un afectado de sinestesia - mirando a ambos - Son ustedes buena gente, y me gusta compartir andanzas con individuos de buenas maneras y mejor fondo

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22/09/2012, 20:36
Director

Hank Bully refunfuñaba algo, poco contento con la idea de la exploración de la casa y aun menos dispuesto a ofrecerse para ello. Posiblemente de ser por el cochero seguirían el camino y dormirían al raso. Bill tampoco parecía tener ganas de acercarse, pensando que con un zombi descompuesto para decir "hola" a los dueños de la casa, ya había más que de sobra. Farlane mantenía la posición, vigilando las ventanas con su rifle listo, mientras los otros dos recorrían el corto tramo hasta la cabaña.

Danny Chang y Stephen Boyle recortaban la distancia paso a paso, por alguna razón tensos como la cuerda de un arco y con los sentidos volcados en detectar cualquier peligro procedente de la casa. Al llegar a la altura de las paredes de la madera nada había pasado. Solitario sí, pero el lugar no parecía ruinoso. Aunque algo desaseada, la construcción estaba en buen estado y daba la impresión de haberse habitado recientemente. Al pasar cerca de una ventana borrosa por el polvo, el británico y el mestizo chino pudieron ojear algo del interior: una habitación despejada y humilde, vacía de muebles salvo por dos sillas y una mesa. Una de las sillas estaba volcada en el suelo; la otra tenía el respaldar de cara al cristal.

Dos pasos más les llevaron a la puerta. Estaba entornada pero abierta unas pulgadas. Mirándose mutuamente, Danny y Boyle no supieron decidir si eso era importante o no. Stephen Boyle llamó dos veces con los nudillos en la madera y pronunció unas palabras de saludo en su mejor tono de gentleman.

No hubo respuesta.

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22/09/2012, 22:28
Stephen Boyle

Comprobando que no había marca, rastro, pisada o rastro de humo por el entresijo que dejaban marco y puerta, Boyle deslizó su bastón entre ambos para abrirla mientras miraba para Danny, esperando una señal afirmativa con el balanceo hacia arriba y hacia abajo de su cabeza, como un resorte estirado por un extremo y soltado para, con la aplicación de la ley de Hooke, corroborar mi acción y volver así a su posición inicial.

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23/09/2012, 23:46
Farlane

Quedarse en compañía de los dos cadáveres no le hacía gracia. Casi prefería arriesgar el pellejo al lado del señor Boyle, pero si nadie cubría la espalda del inglés, seguro que los muertos vivos no lo harían. Su desconfianza crecía más y más, y lo tétrico de aquella cabaña no le ayudaba, y sentir los desagarradores coleteos de su estómago le arrancaban de nuevo ese sudor frío y nervioso que hacía que su dedo temblara sobre el gatillo de su rifle.

Pestañeó para tener una vista más clara, agudizó su oído y trata de ver por el rabillo del ojo cualquier movimiento sospechoso de los muertos a su lado. No quería ninguna sorpresa, proviniendo de la casa... o de sus inusuales compañeros.

Si tan sólo no tuviese tanta hambre.

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26/09/2012, 22:28
Bill

Bill no era un individuo paciente. No lo había sido en vida y desde luego tampoco reposaba en paz. Así que sin decir palabra se apeó del caballo y cargando su escopeta se dirigió hacia la parte trasera de la cabaña buscando quizás un punto desde el que sorprender a un posible atacante que estuviera en el interior y se pudiera liar a balazos con sus compañeros.

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27/09/2012, 20:54
Director

La puerta crujió un poco al abrirse hacia dentro. La cortesía y buena imagen de Stephen Boyle no pareció ser útil esta vez. En apariencia, tampoco el Colt que empuñaba Danny Chang hacía falta, pero no podrían estar seguros hasta comprobarlo.

Con pasos tímidos entraron en la cabaña. Primero Danny, después Boyle. Un poco detrás iban Farlane y Hank Bully. El profundo silencio podría parecer tranquilizador o enervante, pero el repentino olor a sangre sin duda no anunciaba buenas noticias. Una pequeña mesa frente a la entrada estaba adornada por una calabaza en la que alguien había vaciado una pequeña cuenca triangular que podría parecer un ojo. Quien hubiera pretendido hacer una cara, olvidó los demás rasgos, o bien no tuvo tiempo.

A la izquierda podía verse el pequeño comedor con la silla volcada. El olor a sangre procedía de la derecha.

La última habitación de la casa estaba teñida de rojo. Por todo el suelo y sobre una desvencijada cama había jirones de carne y charcos de sangre. No había ningún hueso a la vista. Era imposible decir cuántas personas habían muerto ahí. Probablemente dos, pero tal vez más.

—Bu.

El pelirrojo Bill entraba por la ventana a la misma habitación y se encontró de frente con los otros. La casa estaba despejada, por fuera y por dentro.

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28/09/2012, 00:46
Stephen Boyle

- Parece que esta construcción ha sido abandonada cual electrón arrancado de su órbita, dejando tras de sí una carga positiva para nosotros... pero sea como fuera que todo átomo tienda al equilibrio y neutralidad, tal vez tengamos en breve la visita de alguna partícula negativa de regreso a estos lares... Ya que no hay más de momento, propondría descansar, ya que no parece que haya nada más seguro de aquí a varias leguas a vista de catalejo bien bruñido - y se giró para investigar qué más había, pues si los rastros de sangre se encaminaban a alguna dirección, tal vez el sótano tuviera sorpresas por descubrir, o alimentos en buen estado de conservación, como embutidos y/o conservas varias...

- Tiradas (1)
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28/09/2012, 17:36
Danny Chang

- No entendí ni una pizca de lo que dijo, mi buen amigo - dijo Danny, bajando la mano donde cargaba del arma -, pero al final son ustedes los vivos quienes más derecho tienen que nosotros de decidir si quieren quedarse aquí. No le temo a la sangre ni a la muerte en este estado que me encuentro, pero no sé si puedo decir lo mismo por usted o el amigo Farlane.

Chang se acercó a la cama donde los jirones de carne estaban y, aunque no los tocó, los estudió a corta distancia.

- ¿Cuál es su decisión, mi buen amigo Boyle?

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28/09/2012, 18:04
Stephen Boyle

- No soy el único que respira aquí pero mi voto es para quedarnos, que buena falta hace - dirigiéndose a Danny y haciendo uso de una falta total de cordura respecto a los cánones a los que tiene habituados a los presentes - ¡Maldita nube electrónica que gira alrededor de mi intracraneal cerebelo! El descanso será cuanto nuestros cúmulos de células vivas o inertes, según el caso, necesiten. Al mío le vendría cual batería a recargar, para regenerar los polos y despertar al 100 por cien cual motor de combustión interna con la mejor y refinada piedra fantasma... en estos momentos mi intelequia está bajo mínimos y no me gustaría recibir de repente un pantallazo azul

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01/10/2012, 18:04
Hank Bully

Hank se había dejado llevar por sus compañeros. De haber sido por él hubiera seguido el camino, dejando la cabaña atrás, aunque le picaba la curiosidad por saber qué encontrarían dentro. Una vez dentro, el olor a sangre y el aspecto de aquella cama le gustó aun menos al cochero.

—Esto no tiene buena pinta. A saber quién habrá pasado por esa cama... o peor... ¡a quién pertenece esta cabaña! Esto parece los restos de comida de algún ser que no me gustaría conocer. ¡Vámonos de aquí! Si hay una calabaza en esa mesa seguro que habrá más fuera de la cabaña para coger provisiones, y fuera hay un maizal del que también podemos aprovecharnos.

Bully era muy supersticioso.  Entre más lejos de aquí... mejor para nosotros.

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01/10/2012, 20:09
Bill

Bill no prestaba ninguna atención a la cháchara de Boyle. Se había acostumbrado a aquel molesto sonido como quien viajaba en un tren escuchaba el traqueteo de la máquina, pero nada más. Examinaba con curiosidad la sangre y los jirones de carne de aquella habitación. ¡Menuda fiesta había tenido lugar allí! ¿Qué demonios podría hacer explotar a la gente de esa manera? Porque no se veían rastros de daño en el mobiliario... ¿o sí?

- La hostia puta...- fue el resumen de su sesudo análisis.

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03/10/2012, 20:57
Director

El examen de la habitación dio pocas pistas y sirvió poco para tranquilizar los nervios. Aparte del baño de sangre, lo más parecido a una señal de violencia en la casa era la silla volcada en la otra habitación. Nada hacía pensar que ahí hubieran muerto violentamente dos o más personas. Y sin embargo, estaba claro que así fue.

En varias partes del dormitorio había paja, en su mayoría mancillada por la sangre de tal modo que a primera vista había parecido pelo o vísceras. Era como si alguien hubiera destripado un colchón, pero el único que había en la casa estaba intacto. Resultaba imposible imaginar la forma en la que un cuerpo humano podía estar regado por una sala de tal manera. La ausencia de huesos resultaba especialmente intrigante.

Hank Bully no parecía tener intención de hablar con estos muertos. Tampoco era que estos despojos conservaran suficiente humanidad como para ser llamados cadáveres. El cochero solo refunfuñaba, de mal humor, que sería mejor marcharse.

Farlane tampoco parecía apasionado con el espectáculo. Su mirada estaba vacía, clavada en los trozos de carne sangrante, mientras con la mano izquierda se tocaba el estómago. Quizá estuviera a punto de vomitar.

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03/10/2012, 22:07
Bill

Bill recogió el colchón que todavía estaba intacto y lo llevó al hall, lejos de la sangre.

- Por mi puedes irte a dormir a la pradera junto a las cosas esas que se meten en las tripas. Yo llevo desde antes de mi muerte sin probar un buen colchón bajo un techo y te aseguro que un poco de sangre no me va a impedir hacerlo hoy.

El pistolero dejaba zanjada cualquier discusión acerca de dónde tenía pensado pasar la noche. Dado su estado era improbable que necesitase dormir pero estaba claro que quería disfrutar de aquel lugar como si hubiera estado vivo.