Partida Rol por web

Francesca contemplo como los demas como la Liga se marchaba a salvar el mundo otra vez, aunque la habia sorprendido el comentario del Capitan Thunder, ese "aun" significaba que nos querian entrenar para unirnos a ellos. Era alagador pero Fran no estaba segura de si queria eso, ya que significaria ponerse en una posicion publica y conocida. Iba a tener que conseguir ropa para ocultar su identidad en las actividades publicas.

-Comprendo que todos tengais ganas de revancha contra aquellos mutantes, pero no creo que nos hayan traido aqui para perseguir vendettas, no?.- Concluyo girandose a Nancy, que seguramente nos informaria de  lo que fuera necesario hacer

-La idea de ir a entrenar me parece muy buena, Jaime. Porque, bueno, no nos conocemos ni nada y no sabemos qué pueden hacer los otros, o hasta donde llegan nuestras capacidades. Porque, o sea, ¿alguien sabe cuánto peso puedo levantar? O, no sé, ni idea de qué hacéis los demás. Conmigo es bastante fácil... -dijo el grandullón desde las alturas, su potente voz irónicamente titubeando como el adolescente inseguro que en realidad era.

Mientras el grupo permanecía en la cafetería de la academia Claremont, discutiendo cuál iba a ser el siguiente paso a dar, el cielo sobre Freedom City se vuelve de un profundo rojo escarlata. Cualquier investigación del fenómeno revela que una opaca e impenetrable cúpula de energía roja ha cubierto la ciudad; ninguno de los poderes de los héroes allí presentes puede percibir nada a través de ella, ni dañarla.

Momentos después, un terremoto comienza a sacudir la ciudad.

Por un momento pensais en los edificios resquebrajándose, los puentes cayéndose y una ristra terrorífica de desgracias. Nancy Summer parece nerviosa tras lo ocurrido, pues la Liga de la Libertad era quien normalmente se dedicaba a ayudar en estos casos, pero ya estaban en otra misión lejos de allí.

La ciudad estaba llena de metahumanos, pero quizá algunos estuviesen en peligro y otros podrían necesitar ayuda.

Con el café en la mano, Jaime fue a contestar a Ulrich que estaba convencido de que podía levantar 10 veces su peso, cuando un terremoto le volcó todo el líquido por encima. Por suerte, la leche que se había echado era fría y el café no estaba ardiendo.

Menuda forma de empezar la mañana dijo, acercándose a por una servilleta y limpiándose lo mejor posible. Cerca de la ventana, observó el color escarlata del cielo y frunció el ceño.

Y eso tampoco debe ayudar a comenzar bien una mañana Una serie de imágenes se le pasaron por la cabeza, y ninguna buena.

Nancy, ¿hay cámaras por la ciudad que nos permitan ver qué está pasando? ¿O tengo que salir fuera y dar un pequeño paseo?

Impulso estaba a punto de decirle a Dorian que se fueran ellos dos cuando sintió el terremoto. Fue hacia la ventana, como los demás, y vio la cúpula. Trató de inhabilitar el mecanismo, pero no ocurre nada.

Vaya..-dice simplemente.- Y el cielo se teñirá de rojo... ¿algún creyente?- dijo ligeramente divertido.

Impulso optó por esperar a que Nancy respondiera a la pregunta de Jaime

-¡Jo-der! -exclamó el gigantón de Ulrich, que había echado mano a uno de los muebles de la comida para sujetarse y no caer, consiguiendo dejar una estupenda impresión de su manaza en él- ¿Habéis visto eso? ¿Qué hacemos? ¡El cielo está rojo! ¡Es como un enorme condón que cubr...! -y entonces es cuando el muchachote se dio cuenta de que nuevamente su boca había sido más rápida que su cerebro y estaba metiendo la pata de manera sonada. Y su cara se puso del color del enorme campo de fuerza que, al parecer, envolvía la ciudad.

Muy pero que muy despacio, Ikari se aproximó hasta un lugar en donde empezó a comprobar que una especie de halo cubría la ciudad.

Qué bonito color, me gusta el escarlata.

Movimientos cada vez más bruscos comenzaron a sentirse y poco tiempo después, comprobó que algo serio pasaba.

Ikari se quedó contemplando el espectáculo. Ella no pensaba intervenir, no le gustaba el ruido, menos aún los terremotos.

- ¡¿Que cara..?! - dijo mientras caminaba tratando de no perder el equilibrio y ver por la ventana que era lo que estaba pasando. 
Fue en ese instante que las imagenes de lo que podía estar sucediendo en la ciudad invadieron su cabeza *Ann...*
Sin pensarlo, actuando casi por instinto, comenzó a caminar hacia el medio de la sala, todavía mirando por la ventana.

 
- Si no hay cámaras, en breve puedo actuar como sus ojos; este es mi número ,  ya estoy yendo hacia la ciudad. - respondío a la pregunta de Jaime, sabiendo que no estaba dirigida a él. Luego comenzó a apurar un poco el paso, hasta que se convirtió en un trote. No tenía idea lo que estaba pasando, o que podía hacer, pero estaba seguro que quedarse mirando por una ventana no era la opción.

Francesca dio un pequeño sorbo al te, disfrutando de la aparente tranquilidad que habia regresado a la sala, mientras meditaba que hacer a continuacion. Sin embargo no pudo seguir mucho mas con sus pensamientos cuando una sacudida hizo temblar el edificio. Inmediatamente se levanto adoptando una pose de pelea, lista para defenderse de un ataque.

Al ver que no habia peligro(o al menos no directamente) relajo su pose, acercandose a la ventana para contemplar el cielo, que como comentaban los presentes, se habia tornado rojo.- tengo un mal presentimiento...

Girandose a Nacy, que eprobablemente era la persona al mando en aquel momento, añadio- Señorita Summer, si mis habilidades son requeridas acudire inmediatemente. Solo digame donde.

Nancy se quedó sorprendida ante las preguntas de los recién llegados. ¡No era momentos de preguntas, era momento de actuar! ¿Cámaras en la ciudad? Seguramente haya, pero desde aquí no tenemos acceso a ninguna de ellas. Y luego contempló como el único que salía a ver qué pasaba fue Johnathan, lo señaló y dijo: ¡Por favor, a qué esperais! ¡La gente puede estar en peligro!

Yo me quedaré aquí a ver si consigo ponerme en contacto con la Liga de la Libertad para que venga en vuestra ayuda. ¡Vosotros id a ayudar a la gente! Estas sacudidas no deben ser nada buenas! Puede haber cascotes cayendo por toda la ciudad, ¡civiles en peligro!

Realmente Gardener estaba alucinando con la sangre fría que parecían tener muchos de los que se encontraban en aquella sala.

-¡Vale! –dijo Ulrich y se volvió para comenzar a trotar hacia la salida del edificio. Sólo necesitaba un pequeño empujoncito como ese, dado por una mujer como Nancy, para reaccionar adecuadamente. Y se iba de cabeza hacia los problemas. Poco sabio, pero bastante loable.

Lo cierto es que con su físico privilegiado y sus capacidades, seguro que podía ayudar a muchas personas. El terremoto era preocupante, las imágenes de la tele de los desastres provocados por los terremotos siempre le habían puesto los pelos de punta, y ahora iba a encontrarse con sus efectos en vivo y en directo. Y todo bajo ese cielo carmesí tan desorientador. ¿Quién lo habría creado? ¿Quién o qué era tan poderoso? ¿Habrían causado también la salida de los miembros de la Liga para dejarlos fuera, literalmente, o bien simplemente habrían aprovechado su partida?

-Oh... lo siento mucho señorita Garner, no volvera a suceder- Se disculpo Fran por su pasividad para acto seguido salir a la calle a ayudar en cuanto pudiera. Ciertamente su empatia  habia mejorado en los ultimos tiempos, pero no se olvidaba de un dia para otro el adoctrinamiento para ser frio y despiadado.

Corriendo tras Ulrich, Fran iba pendiente de sus alrededores, dispuesta a usar sus poderes para lo que hiciera falta. El el entrenamiento para matar ahora no servia de mucho, pero la telekinesis tenia muchas otras utilidades que ahora era el momento de aprovechar

Ikari no se inmutó ante los comentarios recientes de Nancy. Ella era así, no quería salirse de su entorno y ahora estaba allí, con gente que no conocía y que parecía no importar a nadie.

Cogió varios cubitos de hielo, los introdujo en una taza de té y se sentó. Metió un dedo en la taza y empezó a dar vueltas, como queriéndoselo refrescar, mientras contemplaba lo que estaba sucediendo.

Impulso se había quedado rezagado pero decidió irse con los demás, aunque cuando oyó a Nancy comentar el plan no pudo evitar pensar Eso Nancy, tú manda a los nuevos a la lucha y quédate al teléfono.

Antes de salir con los demás, miró a la chica castaña. ¿Y tú no vienes?- preguntó intrigado.

Mirándole sin pestañear, Ikari respondió:

¿Crees que esta postura que tengo implica eso?

Y siguió acariciando el hielo como si de un tesoro se tratase.

Johnathan se apresuró por llegar a la ciudad, mirando apenas por sobre su hombro para ver si alguien lo estaba siguiendo, aunque sin darle demasiada importancia a este hecho.
Si bien en el camino fue dando ciertas "indicaciones" a los civiles que se encontrara (como:"Alejense de las ventanas", "Busquen un claro, lejos de cables de tensión o árboles") y tratando de ayudarlos, no quería perder demasiado tiempo, sabía perfectamente adonde debía dirigirse en primer lugar: al hotel donde originalmente se había alojado.
A pesar de que dudaba funcionaran, mientras corría por la ciudad, trató de comunicarse con su amiga mediante su teléfono.

Ante la respuesta de Nancy, Jaime puso los ojos en blanco

Sí, lo mejor es correr a los brazos de un enemigo del que no sabemos nada. Total, ¿qué importa lo que nos puede pasar? meditó el hombre mientras caminaba hacia la puerta. Esa idea no dejaba de rondarle la cabeza. ¿Les estaban usando simplemente? Sólo por firmar unos papeles, ya les lanzaban a las fauces de un enemigo.

Vamos entonces, a ver qué nos depara

Cuando el temblor cesa, la cúpula escarlata palpita en su punto más alto sobre la ciudad, y desde allí desciende lo que parece ser un barco pirata volante. El barco planea cerca de la cúspide de Pyramid Plaza, el trío de edificios más altos de Freedom City, como si estuviera echando amarras en un muelle.

Entonces, resonando en el interior de la cúpula, una voz atruena: