Partida Rol por web

Era obvio que habíamos dado un paso al frente, pero ¿por cuánto tiempo?

Ikari comenzaba a comprobar que su piel iba poniéndose tensa. Se mantuvo estática, poco podía hacer en esos momentos, salvo aguardar a que alguien supiese cómo desactivar aquella luz.

Nereida asistió con asombro a la demostración que hizo Francesca. Inmediatamente se encendió una luz, que la chica supuso que sería de alarma, y miró a todos por si alguno sabía cómo pararlo. Si no siempre podían volver a tomar la opción dos ...

Tras arrancar la puerta de la pared, Fran la aparto con un simple gesto y la dejo caer al suelo.- Si hay alguien ahi dentro vigilando, ya si que nos van a hacer caso.- La joven miro la luz parpadeante de la alarma un segundo, y luego la revento con un chasquido de dedos (y un poco de presion telekinetica, por supuesto)

Ya hemos dado el paso, asi que solo queda ir hacia delante.- Fran entro por el hueco de la puerta, alerta a posibles atacantes, para ir abriendo camino a sus compañeros. No era su estilo el entrar destrozando cosas, pero por su sonrisa se podia apreciar que no le disgustaba. Era hasta relajante...

Sonic era incapaz de mantener la anulación del sonido y a la vez atacar, así que hizo gestos a Franchesca para que destrozara todo lo que pudiera destrozar.

- Arráncalo todo de cuajo.

Dijo refiriéndose al aparato.

- No nos van a dar un premio por hacer una infiltración limpia. Pero lo importante es entrar.

Comentó pues no había otra opción.

Y, si nos han grabado, no seremos los amigos números uno de la ciudad sonrío, mirando a su alrededor. La mujer del aire tendría que estar por allí cerca... O ya habría entrado.

Entremos y démonos prisa. Tenemos una charla pendiente.

¡Qué hacéis! Sonó una voz familiar. ¡Estais locos o qué! Gritó Sílfide que de pronto se materializó en el interior del lugar que acaban de abrir. ¡Había que tratar de infiltrarse sin llamar la atención! ¿Qué pretendías, delatarme? ¡Pensaba que estábamos todos del mismo bando! Gritó Sílfide con un tono muy agudo. ¡Habéis activado todas las alarmas, y ahora los guardias de la prisión han sido alertados! ¡Piensan que están atacando la prisión y que pretendéis liberar a sus prisioneros! 

Dijo negando con la cabeza mientras comenzaba a hacer su cuerpo nuevamente etéreo. Yo me largo de aquí. ¡Esto tiene muy mala pinta! ¡Van a ir a por vosotros! ¡Os recomendaría que os volvierais por donde habéis venido antes de que sea demasiado tarde!

Sonic bufó al ver aparecer a Sílfide anunciando que habían saltado todas las alarmas y que los guardias estaban alertados.

- Genial. Pues nada. Culpa mía. Al no ver a nadie, pensé que Xin nos la estaba jugando. Mejor marcharnos, ya daremos explicaciones cuando esté de vuelta la liga.

Ikari estaba que echaba humo. Después de todo ese rato, resultaba que tenían que abandonar. ¿A qué estaban jugando?

¿No hay ningún modo de buscar otro método para no irnos con las manos vacías?, resulta irónico que un grupo como nosotros huyamos, un grupo que debería de luchar ante cualquier adversidad o, al menos, intentarlo.

Habían metido la para, cierto, pero salir corriendo sin más no era el estilo de una servidora. Si alguien más se quedase, ella seguiría allí, sino, volvería con todos.

¡No te vayas! gritó Jaime a Sílfide. Vuelvete invisible y quédate junto a nosotros. Si te ves en peligro huye, no te podemos retener. Pero espera a ver si conseguimos solucionar las cosas.

Los demás, no nos vayamos. Esperemos que vengan. Les diremos la verdad. Queríamos ver a un prisionero y, al no ver la forma de entrar y como nadie nos había recibido, pensamos que algo malo había pasado. ¡Hemos combatido por la ciudad para que ahora piensen que somos los enemigos! Aguardemos su llegada.

Jaime esperaba conseguir convencer a todos, sobre todo a Sílfice. Por su parte, se sumió en el silencio. Tendría que usar sus poderes, estaba convencido, y necesitaba concentración. No podía hacerles olvidar lo que acababan de hacer, pero quizá si convencerles de que no eran los rivales que ellos temían.

Como era de suponer romper el aparato no evitó que la alarma se hubiese oído dentro del complejo, y quizás que se siguiese oyendo, lo que sí sorprendió a la chica fueron las palabras de Sílfide. Negó con la cabeza a la propuesta de Sonic.

-Aquí nos quedamos, no hemos hecho nada malo. Son ellos los que no han respondido. -luego se dirigió a la mujer etérea -Jaime tiene razón, de aquí te puedes ir en un instante sin que se den cuenta. Nosotros acarrearemos con las explicaciones y lo que sea necesario, tu nombre no saldrá a relucir en ningún momento.

Esperaba convencerla, pero no se detuvo a comprobarlo y con decisión se puso al frente del grupo.

Sonic había cedido un momento al desánimo, pero por suerte el resto de compañeros estaban decididos a seguir. Él asintió.

- Está bien. Intentémoslo.

Al no estar la liga de la libertad, no podía saber lo que iba a suceder. Quizá sí que les detendrían. Pero pensándolo bien, estaba Jaime con ellos y podría controlar a quien hiciera falta. No dijo nada, porque quizá les estarían escuchando con micrófonos.

Lemar se cruzó de brazos, a la espera de que vinieran los guardias. Ya estaba claro que infiltrarse no era lo suyo. Si se llegara a enterar su mentor, seguro que se lo estaría recordando durante toda la vida.

Hemos sido unos estupidos.- Murmuro Fran al ver el follon que habian liado, y el comprensible enfado de Silfide. Otra torpeza mas que nos costaria tiempo y esfuerzo necesario en otros asuntos. 

Pienso como Jaime, ha sido un malentendido, confiemos que nos dejen hablar.- la joven se queda pensativa unos segundos, acababa de caer en un detalle peliagudo.- Aunque si conocen mi historial, puede ser dificil. Tengo un historial demasiado oscuro como para omitir lo que acabo de hacer.

Dejad que hable yo entonces. Todos hemos llegado a esta ciudad por unos motivos u otros, está claro. Pero dejemos que nuestras nuevas hazañas hablen por nosotros. Al fin y al cabo, no dejamos de ser personas que se pueden equivocar. Y si no saben lo de Montoya, nunca estará de más avisar.

Tras escasos minutos un grupo de hombres llegó ante la presencia del grupo de metahumanos. No sabíais si Sílfide os había escuchado, o si había preferido irse, pero lo que teníais claro es que se había desvanecido por completo. 

El grupo de seguridad de la prisión llegó por todos lados, en lanchas desde el exterior, y en ascensor desde el interior. Muchos iban armados, otros en cambio, vestían batas y lucían gafas. Parecía que junto a Joshua Drumer había llegado una escolta de científicos y soldados dispuestos a ayudarles.

La mayoría les apuntaron con pistolas, en cambio Joshua se adelantó sin sujetar ningún arma y les miró directamente a los ojos. ¿Quiénes sois y a qué habéis venido? Preguntó de forma seria. Luego se quedó mirando especialmente a Sonic.

Tras las palabras de Jaime la chica de agua miró al hombre.

-Bueno, yo vine para aprender y para pasar tiempo con mi madre, aunque no ha sido mucho. -le dijo con lo que se podía adivinar una sonrisa entre tanto líquido. 

La cantidad de hombres que aparecieron hablaba de lo bien protegida que estaba la cárcel, no en vano era de máxima seguridad, pero Tetis se forzó a no mover ni una gota de agua. Tanto para que no la viesen como una amenaza, como para mostrar que no estaba impresionada.

-Somos los Next-Gen, yo soy Nereida, y hemos venido a hablar con los prisioneros que capturamos. No somos ninguna amenaza para estas instalaciones. -era una afirmación que quería alabar la seguridad del lugar -La señora Gardener y la agente Montoya han sido secuestradas y ellos pueden tener alguna pista de su paradero.

No quiso añadir nada más, no de momento, no si no era necesario. Todavía no sabía si podían confiar en esos hombres.

El superhéroe de Lincoln miró a los ojos al hombre. Al parecer lo había reconocido, o por lo menos habría escuchado hablar de él.

- Siento mucho el destrozo, pero hay una explicación: Hay un supervillano en la ciudad, Xin, que ha secuestrado a la agente Montoya, ha derrotado a la familia Atom y ha engañado a la Liga de la Libertad, para enviarlos en una falsa misión al espacio. Para vencerlo, necesitamos hablar con un supervillano preso, para que nos aporte información. Pero al llegar aquí, y ver que todo tenía este aspecto abandonado, y que tratábamos de hablar por lo que parecía un comunicador y nadie nos respondía, pensé que Xin había tomado la prisión y por eso lo de abrir la puerta, fuera como fuera. De verdad, siento mucho haberlo hecho.

Ahora mismo era momento de dar explicaciones, pero lo hizo tratando de dar seguridad. No habían tenido otro remedio que hacerlo y quizá todo saliera bien, a pesar del error.

- Comprenderá que sin los Atom, sin la Liga de la Libertad y sin la agente Montoya, la ciudad está en una posición de desventaja respecto a ese malvado y nosotros estamos en un estado de urgencia como nunca lo hemos estado.

Jaime abrió la boca, y rápidamente la cerró. Aunque se había declarado así mismo como el interlocutor principal del grupo, dos de los más jóvenes decidieron adelantarse. Desde luego, no habían sido muy acertado con sus palabras. No sabíamos si la cárcel había sido tomada por Xin, Sonic se había pasado dando información. ¿Por qué no contarle nuestros poderes? ¿Y nuestras debilidades? Jaime decidió no añadir nada de momento a esa conversación. Mejor era esperar a ver qué sucedía.

En vista de la situacion, Fran decidio dejar que fuesen otros los que hablasen, y mantener un perfil bajo. Alguna acusacion caeria sobre ella, mas si aquel tipo estaba informado sobre ella. Pero tenia que confiar en sus compañeros, seguro que su mejor talante y trato con otros ayudaria.

Sin embargo, el desencadenante de aquel estropicio la tenia mosca, porque nadie se habia molestado en avisar al menos de que nos largaramos? Y por los gestos del jefe, conocia a Sonic.

Tengo un mal presentimiento. Voy a ver en la cabeza de ese tio.- Informo mentalmente la joven asiatica antes de intentar hacer una lectura mental de el hombre que les habia preguntado

Ikari no podía creer lo que acababan de decir dos de sus compañeros.

Parecemos novatos - pensó al instante. ¿Quién nos decía si ese hombre era de fiar?, una cosa era contarle algo, pero no todo el contenido. 

Intentó relajarse, puesto que no se dio cuenta que tenía ambos puños cerrados y la espalda demasiado tensa. No quería que se diesen cuenta de aquello, porque el más leve movimiento en falso de aquellos agentes y ella no respondería por sus actos.

Calló y escuchó en la distancia.