Partida Rol por web

Viernes 28 de Junio de 2013

La Quinta avenida de Nueva York está llena de gente. Entre el festival de música coreana de la calle 32 y la inauguración de la nueva tienda de Adams Booksellers casi no se puede caminar por sus aceras. La verdad es que ver las calles animadas en una época de crisis anima mucho.

La nueva tienda de la segunda librería de Estados Unidos es impresionante. Han comprado todo un edificio en plena Quinta Avenida. La librería en sí posee más de 4000 metros cuadrados dividida entre diversas plantas. Cuenta con aparcamiento propio (gratuito si realizas una compra de 10 dólares) para más de 500 coches. Muchos de los trabajadores que el coche aprovecharán y tomarán un par de cafés y algo más en la "Fábrica de Chocolate" que tiene la librería y así tendrán el aparcamiento pagado para todo el día.

Además la inauguración promete ya que han traído a varios autores de renombre como JK Rowling, Stephen King y el físico teórico Leonard  Hofstadter que acaba de publicar uno de los trabajos más brillantes visto en las últimas décadas sobre la teoría de cuerdas. Es una gran oportunidad para disfrutar de una conferencia científica y ver a los principales miembros de la sociedad neoyorkina.

Te has acercado a la inauguración para asistir a la charla del físico teórico del momento, es una buena oportunidad para disfrutar de una buena conferencia científica y además es probable que alguno de tus conocidos del proyecto se pasen. Realmente te apetece volver a verlos aunque sabes perfectamente que ellos no serán capaces de reconocerte tras tu "cambio" de aspecto. 

Antes de abrir las puertas de la tienda se hará una pequeña ceremonia en la que algunos políticos y miembros destacados de la sociedad dirán cosas bonitas sobre la empresa, los puestos de trabajo que generará y un largo etcétera. Por lo menos han colocado sillas y acordonado una zona para que todo el mundo esté cómodo.

Un joven te acerca una silla al ver tus gafas de sol y el bastón que llevas en la mano. Su cara de suena y caes en la cuenta que es Daniel Adams, el dueño de la librería. Tras acercártela camina hacia el estrado donde estrecha la mano al alcalde y a un par de concejales.

En ese momento percibes una sombra por el rabillo del ojo, es cuestión de una milésima de segundo pero algo ha pasado.

Noche de inauguración en la Quinta Avenida. Eso significa una buena oportunidad de hacer campaña, tu jefe Richard Cox (anteriormente conocido como El Héroe Americano) te ha pedido que asistas a la inauguración ya que él por motivos de agenda tiene que estar en Albany para una reunión con su club de fans (y así asegurar sus votos).

Además te ha sugerido que intentes hablar con Dan Adams y ver si podría apoyar su campaña para ser alcalde de la ciudad de Nueva York. El joven magnate tiene un gran poder sobre el entorno educativo (ya que además de estudiar en la Universidad de Nueva York dona un millón de dólares anual para becas). Si donara una cantidad parecida para vuestra campaña podríais igualar a la de Bloomberg.

Nada más llegar lo divisas hablando con el actual alcalde y también con un par de concejales (el de educación y el de tráfico). Puede ser un buen momento para presentarse y charlar con él.

En otras circunstancias ni siquiera me hubiera acercado a un lugar así, en plena inauguración, pero Leonard Hofstadter, físico experimental en el California Institute of Technology, es una joven promesa a la que sin duda merecerá la pena escuchar, especialmente por ese trabajo suyo sobre la teoría de cuerdas. Hay algunas cosas que querría discutir con él, pero no cabe duda que su nuevo modelo es una revisión muy interesante sobre la teoría M, del espacio de 11 dimensiones (las 3 del espacio, 1 temporal y 6 adicionales "compactadas" y 1 que las engloba formando "membranas" de las cuales se podría escapar parte de la gravedad de ellas en forma de gravitones). Es una teoría ya vieja, de 1995, y cualquier nueva visión sobre ella suponía una bocanada de aire fresco. Además, ahora tengo una visión diferente al respecto...

Y hablando de visión, resulta curioso darse cuenta de que una tiene que quedarse ciega para "abrir los ojos", por así decirlo. Antes yo era la clásica científica despistada, pero a raiz del accidente no sólo he desarrollado los otros sentidos, sino que ahora mis ojos ven las cosas más claras que nunca, sin color, eso sí, pero con una nitidez pasmosa. Y he visto pasar una "sombra". Sin dudarlo un segundo giro la cabeza tratando de seguirla. Si realmente está ahí, la veré.

Al girarte ves a un grupo de personas que buscan un buen asiento pero nada ni nadie que haya podido "crear" esa sombra que tus sentidos han detectado. Es posible que ese algo o alguien se mueva demasiado rápido y ya se encuentre lejos de la zona de asientos...o que tus sentidos te hayan jugado una mala pasada.

En ese momento la gente se levanta de sus asientos y aplaude. Parece que la ceremonia va empezar y el primero en hablar será el alcalde de Nueva York. Sube a la tarima y un empleado le pasa un micro inalámbrico. Saluda a los presentes y empieza su "breve" discurso.

- Buenas noches señoras y caballeros. Me alegra estar con ustedes esta noche con motivo de la inauguración de la nueva librería estrella de una de las empresas neoyorkinas más antiguas e importantes: Adams Booksellers. Es un orgullo haber sido invitado a este evento y estoy agradecido al joven Daniel que haya pensado en mí para decir unas palabras...no sé si ustedes saben pero solía estudiar en una de las primeras librerías que su difunto abuelo Nathan había abierto en el Midtown. Un lugar tranquilo y perfecto para que una mente despierta como la mía se empapase de conocimientos... - dice en lo que parece un discurso propio de Fidel Castro por lo largo.

Continúa hablando unos diez minutos mencionando los valores que esta cadena de librerías promueve, los más de cinco mil puesto de trabajo que han generado en 2013, etc... Por fin parece terminar y le da el paso a Daniel Adams, el dueño de la empresa.

Mientras el joven sube a la tarima y coge el micrófono te embriaga una sensación de que algo va a pasar..no es nada que capten tus sentidos...es algo más primitivo...

Sigo sin mucha atención el discurso del alcalde -¿acaso alguien presta mucha atención a esos discursos a excepción de la prensa (por si pilla un "gazapo") y los propios políticos?-, el tema de la sombra me ha inquietado. Sin poder evitarlo me remuevo en el asiento. Sigo atenta, de hecho perdiéndome prácticamente todo lo que están diciendo. De repente he caído en la cuenta de que aquí hay muchas personalidades reunidas, incluído el alcalde. Sí, hay mucha seguridad, claro, pero... ¿y si alguien *especial* quisiera intervenir y beneficiarse? Definitivamente, a la que vea el menor indicio de "cosas raras" me voy al baño a cambiarme. Literalmente.

Instintivamente miras al cielo y puedes observar como una especie de planeador se acerca a gran velocidad al discurso. En el planeador parece ir montado un hombre vestido con un traje metálico. 

A unos mil metros sobre vuestras cabezas (aproximadamente) ves que suelta un par de objetos esféricos que viajan directos hacia la tarima donde el joven Daniel está dando el discurso en estos momentos.

Los dos objetos parecen desplegarse y puedes percibir que salen pinchos de las esferas adoptando una forma amenazadora...

-Maldición -pienso para mis adentros- no puedo actuar abiertamente o adios a mi identidad secreta, y necesito algo de tiempo para cambiarme... No les puedo avisar, pero sí puedo actuar sin que se den cuenta.

Aprocechando que mis poderes telequinéticos son completamente invisibles al ojo humano, fijo mi mirada en la bola más adelantada y tomo control de su vuelo. Podría controlar a las dos, pero al no percibir bien el material y la distancia se me antoja un resultado demasiado impredecible habiendo vidas en juego. Para asegurarme lanzo la más adelantada contra la segunda mientras me protejo con un campo de fuerza y me concentro en agilizar mis movimientos al máximo. Confío en que me de tiempo a cubrir a la mayor parte de la gente con una capa protectora de telequinesis contra los trozos que lluevan...

-¿Señor Ryan? –lo reclamo en cuanto advierto una cuña en la conversación con los otros. –Por favor, ¿me dedicaría un minuto?

Sonrío levemente, y asiento en dirección al alcalde y sus concejales. No se me escapa que puedan reconocerme como asesora del señor Cox y no me morderé la lengua ante cualquier comentario malintencionado.

Pese a todo, me interesa más la reacción del joven magnate nada más se gire para atenderme. El traje que he escogido es de una pieza, de color crema, elegante pero informal. Mis zapatos  son de tacón bajo y color café, y mi pequeño bolso va a juego. No he tenido tiempo de ir a la peluquería, pero –no es que me jacte- mi cabellera peinada a fondo luce bien de cualquier modo.

Notas una mueca en la cara de los dos concejales en cuanto te acercas. En cambio el alcalde sonríe de buen grado y te permite acercarte  Daniel Adams. En ese momento la gente empieza a sentarse y parece que la sesión de discursos van a comenzar.

El alcalde sube a la tarima para empezar su discurso:

- Buenas noches señoras y caballeros. Me alegra estar con ustedes esta noche con motivo de la inauguración de la nueva librería estrella de una de las empresas neoyorkinas más antiguas e importantes: Adams Booksellers. Es un orgullo haber sido invitado a este evento y estoy agradecido al joven Daniel que haya pensado en mí para decir unas palabras...no sé si ustedes saben pero solía estudiar en una de las primeras librerías que su difunto abuelo Nathan había abierto en el Midtown. Un lugar tranquilo y perfecto para que una mente despierta como la mía se empapase de conocimientos... - dice en lo que parece un discurso propio de Fidel Castro por lo largo.

Continúa hablando unos diez minutos mencionando los valores que esta cadena de librerías promueve, los más de cinco mil puesto de trabajo que han generado en 2013, etc... Por fin parece terminar y le da el paso a Daniel Adams, el dueño de la empresa.

El joven magnate se gira mientras el alcalde sube a la tarima y te contesta:

- Felicia Sinclair ¿no?...me ha comunicado el gabinete del Señor Cox que vendría usted en su lugar. Lamento que no haya podido asistir, su presencia era importante.

Mira su reloj (te sorprende que lleve un CASIO y no un rolex) y te indica amablemente:

- Si no le importa podríamos charlar tras la apertura, podría dedicarle diez minutos en cuanto termine todo esto. - hace una pausa y añade - ...y si me disculpa creo que va siendo hora que suba y rescate a los pobres espectadores.

Dicho esto sube a la tarima y coge el micrófono. Parece que tendrás tu oportunidad tras la apertura.

En ese momento se escucha una fuerte explosión sobre vuestras cabezas. Felicia logra vislumbrar antes del impacto lo que parecen dos bolas de pinchos metálicas chocar una contra otra.

La explosión no es demasiado amplia y los pequeños cascotes por suerte al caer al suelo no provocan demasiado daño. El causante de todo ello sobrevuela la zona en una especie de aerodeslizador...y parece que se prepara para entrar en acción.

Podéis ver perfectamente al individuo que inmóvil a unos cuentos de metros os observa.

- MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJA - ríe con fuerza malévolamente.

De pronto entre los espectadores se vislumbra una transformación. Un hombre empieza a aumentar su tamaño hasta llegar a los tres metros de altura.

Su musculatura es impresionante, emite un grito de rabia y empieza a correr hacia la tarima con intención de golpear a los presentes. La gente se aparta de su lado o es despedida al chocar su cuerpo con el de ellos.

La complacencia del señor Ryan Adams me ha ayudado a soportar las perogrulladas del alcalde.  Además, se ha despedido con una confidencia… Es guapo y parece simpático, hubiera disfrutado de esos diez minutos de charla, de no haber sido por…

¡El público está demasiado aturdido para reaccionar! ¿Quién habría imaginado semejante avatar de una noche tan plácida? El gigante descerebrado está a punto de arrollar a un anciano con lentes y cabellera y bigote canosos. ¡Lo hará puré! ¿Asistiré impasible?

-¡No! –grito.

Flexiono las piernas, dispuesta a saltar e interceptar a la locomotora de carne. En cuanto me alce en el aire, me dejaré llevar y acumularé cuanta masa pueda, transformándome en la envoltura antropomórfica de un agujero negro, para caer sobre el tipo con un peso irresistible. Ya tendré tiempo de cuidarme del loco del deslizador.
 

¡Este es un trabajo para...! Desde luego no para una inocente e inofensiva ciega, así que aprovechando la confusión, antes de que nadie pueda darse cuenta, la dulce Wilhelmina ha desaparecido de escena, reapareciendo instantáneamente en lo alto de una de las azoteas cercanas, por encima del mundanal ruido, las calles y la escena de caos y violencia desatada de allí abajo. Y entonces, parapetada contra la barandilla de un edificio, se transforma en alguien muy diferente.

El combate está a punto de empezar...la gente grita y algunos intentan huir mientras Ogro se lanza hacia la tarima donde un atónito Dan Adams observa lo que se le viene encima. Felicia parece haber elegido a Ogro como su rival en este combate.

Sobre los edificios Trasgo activa su aerodeslizador para entrar en acción...ante la mirada de Anankaia que se ha teletransportado a una azotea cercana para tener mayor visibilidad del conflicto.

Ángel Negro observa como se desarrollan los acontecimientos a la espera de intervenir. Le han pagado una buena suma por eliminar a Daniel Adams y no tiene intención de fallar. Pero antes dejará que ese par de villanos de medio pelo lo intenten ante la seguridad que posee el joven magnate.

Por lo que parece hay dos súpers impliacados y ambas son mujeres. No será un problema para él terminar con ambas en cuestión de segundos si se lo propone pero prefiere que antes Ogro y Trasgo lo intenten a su manera.

Asomo la cabeza del borde del edificio, buscando con la mirada al villano volador, que no es nada discreto, y me lanzo en su persecución, no puedo perderle de vista. Invisible a la vista está el Campo de Fuerza, reforzado con todo el poder de mi mente, y yo no dejo traza alguna de mi paso por el aire, como tampoco nadie más que yo es capaz de ver cómo las moléculas de su deslizador comienzan a retorcerse obedeciendo a patrones atómicos sugeridos por mi voluntad. Como siempre, el hecho de que la causa sea invisible no significa que la reacción no sea evidente...