La mirada de Donna se dirige con algo de temor al anciano cuando este pronuncia tan tétricas palabras. Un escalofrío recore su columnas mientras sigue intentando que el guardia se tome las medicinas y le hable, no queriendo que caiga inconsciente.
Picahielos mira al anciano somo si fuera un marciano acabando de aterrizar con su platillo. Se pregunta si él mismo llegará a ser un viejo senil de mirada perdida. Aunque tal como están las cosas, no se siente tan optimista para verse en el lugar del viejo Uder algún día...
-No quiero importunarle, pero ¿me puede echar una mano?- Donna se dirige con respeto y casi con temor a Picahielos -No reacciona, no sé si está bien...-
Es que como no me contesta...
-Mejor que no sea ningún truco.- Dice gruñendo. A pesar con todo Juarez estaba cerca en caso de hacer algo raro, por eso accedió a acercarse a la cama. Toca la piel del guardia herido, como esperando encontrar constantes vitales. No sabe nada de medicina, pero su vasta experiencia en series y pelis le dicen que debería tener pulso y algo de calor corporal.
Donna agacha la mirada -No es ningún truco... Yo sólo quiero salir viva de aquí... tanto como ustedes y seguramente como este pobre hombre-
Jack intentó girarse dolorido y miró las pastillas que tenía en la mano la mujer.
Sólo una por favor... con un poco de agua... Dijo intentando recobrar el aliento.
Vuelvo a aclarar de nuevo... xD jooo
Cita:
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Picahielos baja a la cocina subiendo al instante el vaso de agua que Donna había pedido. Jack se incorpora con ayuda de ésta y se toma la medicación
ains... a no ser que quieras seguir tomándote pastillas caducadas una tras otra que entonces yo no voy a decir nada :)
La niña toca para Uder. Como si entendiese el estado de ánimo del anciano, elige una emotivo pero precioso tema. Como antes, la niña se mueve al son de la música con unos movimientos suaves y coordinados. Al contrario que otro tipo de "juguetes" no parece tener unos movimientos cíclicos y limitados, sino que parecen totalmente naturales acompañando a la perfección el ritmo de la melodía...
El policia se giró un poco en su cama para escuchar y mirar a la niña que tocaba el violín.
¿Qué hacía en esta casa? ¿Será la nieta de uno de los que están aquí?
Jack miró a Uder intentando ponerse lo más cómodo posible en la cama e intentó calmarse un poco. El dolor había remitido un poco, pero igualmente, sentía la punzada cada vez que intentaba moverse.
Uder... dígame... ¿quién esta niña?
Otro rehen más... maldita sea...
-Haga el favor de no hablar- Donna se empeñaba en cuidar del policia -No está en un buen momento... La niña... no es una niña, es un autómata, por lo visto el anciano es un artísta de los mecanismos... Pero no un médico, así que estese quito no vaya a ir a peor...
La mujer tiene razón, Spundie - comenta Juárez con su peculiar tono de voz fuerte pero pausado. - Será mejor que descanse. Mañana en cuanto pase la tormenta saldremos de aquí y todo esto habrá terminado. Dicho eso vuelve a mirar hacia la ventana, con aire tranquilo.
Yo, como siempre. :D
Pero aquí los chicos no parecen moverse mucho que digamos.
Ala, a postear, ¡gandules!
Yo esperaba a ver si el señor Uder quiere responder algo al señor Spundie, sino pues continuamos.
Picahielos se sentía intranquilo con la muñeca a tamaño natural que tocaba el violin. Era tan real y tan parecida a una niña pequeña que daba grima. La paranoia desatada del preso fugado daba vueltas a la idea y comenzaba a pensar que puede que no fuera el único androide en esa casa. ¿El perro sería real? ¿Y la mujer del viejo no era demasiado joven para este? Con todo pensó que la mejor idea sería marcharse contra antes de este lugar.
-La niña... sí... Es... hermosa ¿No lo es? Recuerdo... un escaparate, una cafetería y... nevaba. Yo... oía la música desde fuera... los copos de nieve caían sobre mi ropa y mi pelo, mis manos estaban enrojeciendo de frío... y... la escuchaba... sólo quería quedarme allí... para escuchar... En el viejo continente todo era más... lento... más difícil. Pero incluso allí el frío no era este frío... -El viejo parece recuperarse pronto de su estado catatónico- Bien. ¿Dónde... dónde está mi mujer? Usted no se mueva, Spundie. ¡Ella! ¡¡¡Ella!
-Eh viejo, tranquilícese que le va a dar algo.- Dijo algo irritado Picahielos. La verdad es que las rarezas de la casa ya le estaban sacando de quicio. Y el anciano parecía lo más raro de toda la granja.
Desde vuestro cuarto, podéis oír cómo Tristán comienza a ladrar en otra de las habitaciones bastante inquieto. Sus ladridos resuenan en las cuatro paredes de vuestra habitación, pero pronto deja de ladrar y se limita a gruñir, algo menos alterado que antes pero aún nervioso.
-Joder... ¿¡Que coño pasa ahora¡?- Dice mirando en esa dirección. -Juarez, quédate aquí con estos, voy a echar un vistazo.-Se fue visiblemente enfadado y con paso firme, pero por dentro pensaba que quizás esta decisión podría ser la peor de su vida. Era un tópico en la películas de terror que el curioso acaba muerto el primero.
En cuanto David abre la puerta, se encuentra de bruces con Morton y Updike, seguidos de Ella y Tristán, que aunque más suave, continúa emitiendo algún que otro gruñido.
De nuevo juntos.