Partida Rol por web

El entusiasmo de Josu crecía por momentos.

-¡DEJAR TUERTO O CIEGO! ¡MOOOOOOOOOOOOLA! - comenzó a bailar allí subido sobre la silla agitando los brazos a uno y otro lado - Ahora sí que me tomarán en serio. ¡Y a quien no lo haga le dejaré tuerto o ciego! ¡Que él mismo elija!

Así que ahora eres el entuertador enmascarado, el terror de los ojos .-Sinme empezó a sentirse cómodo, no sabía a quien se le había ocurrido la idea de montar cárceles mixtas pero desde luego estaba bien.

¿Vosotros por que estáis aquí?

 Estaba harta del mundanal ruido de la ciudad, y me he venido a pasar unos días a la residencia de otoño de mi amiga Kate Mosh. Aunque eso de que sea tan quisquillosa con el tabaco me tiene un poco harta, le he dicho a Gumersinda que haga las maletas, que en cuanto pueda distraer a los esbirros de Charlon Heston, mi tercer marido, volveré a la casa de verano, a Sparky le vendrá bien estirar las piernas en el bosquecillo de rododendros que hay junto al lago...

-Joder, Amarhis, ¡que no tienes perro! ¡que no estás casada! Bueno, casada no sé si estás, pero, mujer, lo que estás es como una chota. ¿Como vamos a conseguir nada con gente así? Todos tarados, estáis todos tarados. ¡Pobre de mi! No podía ser de otra manera, el destino me ha castigado... snurf! Esto es peor que una condena, ya lo decía mi abuelo el cura, que no era cura pero como si lo fuera, es que no somos nadie... ssnuurff!

La gota que cuelga de su nariz bambolea peligrosamente mientras Acabado sacude la cabeza de lado a lado, sin decidir desprenderse.

-No saldremos nunca de aquí... nunca... y yo no veré un cigarro en lo que resta de vida, aish, y lo poco que me quejo, si encima la sádica esa va restregándonos los puros por las nucas, que no por las narices... que ya me gustaría que me lo restregara por las narices... pero no... ni en eso tengo suerte... soy una desgracia, y todo lo malo me sucede a mi.... snnnnnufrf! ¡¡snooOOORRRFFFAAAA.... .....AAAATCHOOOO!!!

Y un cambio radical. Como el que acaba de salir de una clínica de cirugía estética para ricos, la cara más estirada que la piel del culito de un bebé, ni una arruga. Sonriente, los ojos se redondean y se avivan, el mentón se levanta, y las comisuras, que estaban tan caídas que se perdían en el cuello, se levaaantaaaan.... se levaaaaantaaaann....!

-¡Ya está! Hay que ponerse en marcha!! Nada de estar aquí lloriqueando, panda de majaras!! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡a ponerse las pilas! ¿que queréis salir por la cocina...? ¡Por la cocina! ¿que queréis salir por la puerta principal? ¡se derriba a los tipos esos, y salimos! ¡Está hecho! ¡Por mis coj**es que salimos todos!

-Vamos, vamos. No sea haga la frígida conmigo. Se le ve en la cara que le va el rollo. Venga, déjese llevar.

Juanma intentó forzar la situación, abrazando a la mujer, esperando que o bien se desmayase, o bien comenzase a vomitar. Eso le daría una oportunidad para robarle las llaves sin que se diese cuenta. Sin duda era un plan tan bueno, que no podía fallar.

Luisa no era de las que se desmayaban. Luisa no era una mujer indefensa. Luisa... tenía las manos largas.

-¡¡Por Dios Santísimo, la Virgen María y todos los santos del cielo!! ¿Pero qué coño...? - sus protestas enmudecieron cuando Juanma atravesó su "espacio personal" y se acercó aún más tratando de abrazarla.

La bofetada resonó en toda la sala y su eco se extendió por los rincones.

La cabeza de Juanma giró violentamente (¿Cómo era posible que aquella mujer tuviese tanta fuerza?). Un molesto picor se instaló sobre su enrojecida piel. Sin embargo aquel acto de violencia física no le detuvo y su propia inercia hizo que entrase en contacto con el cuerpo de Luisa.

Aquello provocó una reacción exponencialmente desorbitada. Luisa comenzó a gritar histérica y a debatirse frenética para soltarse. Tan sólo durante unos segundos, pues su estómago ganó la batalla. Se inclinó hacia delante con un estertor y vació sobre el suelo todo su contenido entre lamentos y lloriqueos.

El jaleo atrajo la atención del jefe de guardias Aitor, quien se acercó presuroso con la intención de poner orden. Antes de llegar y conocer lo ocurrido, una de sus manos ya estaba abierta y la otra trataba de extraer la porra de su cinturón.

-¿Qué está pasando aquí?

En aquel preciso instante fue cuando la medusa decidió salir de su cubil. Al menos asomó la cabeza por encima del mostrador. Al igual que el periscopio de un submarino, en primer lugar apareció la cofia, de un blanco cegador, seguida por unos ojos ávidos y expectantes.

-Señor Moria acuda a la enfermería, por favor - una petición sencilla, una voz inocente, una sonrisa empalagosa.

-O ze pdeocupe Aitod, ya he tenido do mío. -dijo Juanma intentando recuperar la compostura de su rostro después del enorme tortazo-Zolo buzcaba un poco de cadiño, pedo está clado que acudí a la pedzona equivocada. Luiza, me haz doto el codazón...y la cada.

Dicho esto, Juanma se alejó dando tumbos. Entre el mareo provocado por el tortazo y su peculiar cojera, su errático caminar se convirtió en un curioso conjunto de movimientos sin sentido que le llevó a caer de bruces al suelo.

 Señor Armando, siento el irreflrenable impulso de batirme en duelo con usted echándole un pulso. 

-¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!

A grititos y a saltitos Perfecto, que se ha dado cuenta al momento de que uno de los Tapa-Puertas se había movido de su sitio, se acreca a comprobar que realmente la prometida e imaginada salida al mundo exterior, existe...

Empezaba a pensar que no estaba en una cárcel, tal como había creído en un primer momento, pero de ser asi  ¿Dónde estoy y que sitio es este?.- se preguntó y estaba a punto de formular la pregunta en voz alta cuando escucho que alguien le llamaba.- Quizas ella pueda ayudarme .- Con la esperanza de encontrar respuestas respondió a la llamada y se dirigió hacia alli

La vomitona obligó a Felipe a apartar la vista de las maniobras de Juanma.

- ¿Veis? Eso es lo que pasa cuando se improvisan las cosas... que queda uno expuesto a agentes nocivos tóxicos biologico-radiactivos muy peligrosos. - dijo aleccionador señalando a su espalda con el pulgar.

Cada vez lo tenía más claro: no iba a improvisar nada para escaparse. No, ni loco.

- Yo insisto en que necesitamos un plan... un plan y un plano o un mapa. - dijo acompañando la frase con un golpe en la mesa para darle más peso.

Luisa se retorcía sin control inclinada sobre una silla. Con cada una de las arcadas una parte de su interior alcanzaba el mundo exterior. En aquellas condiciones difícilmente podría sentir las hábiles manos de Juanma que hurgaban en su cinturón. Así, logró desenganchar el aro de acero que contenía las numerosas llaves que la señora Brepuertas utilizaba para desplazarse por el Centro Psiquiátrico y abrir las puertas a los empleados del mismo.

-¡TÚ! ¡Aléjate de ella! ¡Vuelve a tu mesa! - la mano alzada y los cinco dedos abiertos dejaban poco lugar a la duda sobre lo que iba a ocurrir si Juanma no obedecía con presteza.

Mientras Aitor amenazaba al señor Jara, Perfecto se había escabullido por detrás de las mesas y había logrado llegar hasta las dobles puertas cerradas que conducían al pasillo del personal... y a la salida. Dobles puertas cerradas. CERRADAS.

Accionó el picaporte pero la puerta no cedió. Lo intentó varias veces con energía mas las gruesas hojas de madera se negaron a moverse.

-¡GRRRRRR! ¡GRRRRRR!.... - un gruñido amenazador nació en el pecho de Aitor cuando al volverse para recuperar su posición observó en la distancia a Perfecto.

Entonces empezó a correr en su dirección. Peligro, peligro! Ojos inyectados en sangre.

-¡VETE A ECHARLE UN PULSO A TU PUT** MAD***..! ¡Será tocapel*** la mierd** tía ésta! ¡JODER! - Armando tiró su silla hacia atrás y miró nervioso a su alrededor. Parecía un león enjaulado - Chicos, tengo que salir de aquí. O fumo o me va a dar algo.

Miss Brown abrió con una amplia sonrisa la puerta de la enfermería.

-Por aquí por favor señor Moria. Será sólo un momento. - que amabilidad, que educación, que buen trato... ¿qué era eso?

Por un instante a Sinme le había parecido ver sobre la cabeza de la jefa de enfermeras el aguijón de la cola de un escorpión. Pero, ¿eso es imposible no? No, no, no. Habrá sido una alucinación.

-Venga conmigo, pasemos dentro - le guió hasta la sala de curas y cerró la puerta tras ellos.

-Errrrr....

Y Perfecto sale corriendo, como si le hubieran puesto un cohete en... los pies, a velocidad máxima. Y caótica, porque traza zig zags imprevisibles. Imposible alcanzarle...

ZIP... ZIIIIP.... ZIP! ZIIP! ....ZIIIIP!!

Finalmente va a parar bajo una de las mesas, y se queda agazapado, observando con mirada felina la reacción del Bloque Humano.

 Podemos esperar a la noche y escaparnos cuando poca gente vigile el castillo. Cuando era aún más joven siempre me escapaba para caer en los brazos de algún noble apuesto. Era todo tan romántico, tan excitante. 

 Se pierde en sus ensoñaciones de nuevo.