Partida Rol por web

Hugo había caído al suelo prácticamente muerto, Agni se había ido abandonándolos a los tres que habían ido en su ayuda. Y Siv parecía estar haciendo algo cuyo éxito no llegaba.

El encapuchado miró a la chica, no podía verse su rostro pero a través de la máscara se apreciaba como sus facciones dibujaban una sonrisa. El atracador se lo estaba pasando muy bien. Lo peor de todo es que no era uno normal y corriente, aquel ser era un metahumano más de los que se habían ido desarrollando a lo largo de los últimos años. Eso era algo que cualquiera temía, que si alguien nacía con habilidades especiales las usasen en su propio beneficio. El Estado debía poner medidas anti-metahumanos lo antes posible o sino sería demasiado tarde.

Hoy Siv, Hugo y compañía estaban viviendo eso en sus propias carnes.

Siv pidió a Cristian que llamara a una ambulancia. El enmascarado murmuró, ¿no iba a venir la policía? preguntó a la muchacha, y tras dar un nuevo salto de varios metros de altura usó su daga para clavársela esta vez en Cristian. El efecto de la puñalada fue similar al ataque a Hugo, solo que en este caso fue aún peor, pues el amigo de Siv se desangró a una velocidad mucho mayor y perdió la consciencia al momento. Esa situación iba de mal en peor...

Un bip sonó en el teléfono del pub. Era del mecánico:

Pinchazo en la M-30 tardó un poco más. Lo siento. Intentaré estar lo antes posible.

Por fin habían llegado las vacaciones, y Laura había avisado a Sara de que le habían destinado a Madrid por unos días. Así que ahora que ya había terminado de estudiar, podría coger el coche y dirigirse para allá y verla. Con todo el estrés de los exámenes y los trabajos de última hora, llevaban meses sin verse.

Había salido de Barcelona justo después del último examen, no tenía ninguna intención de perder ni un solo minuto, y aunque ya había pasado la media noche, no pasaba nada pues hoy era noche de chicas y saldrían hasta quemar la ciudad. 

Pero entonces pudo ver que a pocos metros de ella un hombre parecía frenar su automóvil, ponerse el chaleco reflectante y bajarse. Si algo había aprendido del código civil era que siempre había que ayudar a cualquier conductor que tuviese problemas en la carretera. Pero, si le ayudaba, llegaría tarde a ver a Laura, aunque siempre podría mandarle un mensaje avisando de lo que había sucedido.

Cuando uno era un completo experto en mecánica, una rueda pinchada no era ningún incoveniente, y cuando uno encima tenía una fuerza sobre humana, cambiar la rueda no suponía tampoco ningún problema. Andrew salió del coche y cuando se estaba preparando para cambiar la rueda se dio cuenta de algo que sí que iba a suponer un gran problema.

Efectivamente tenía razón en sus pensamientos, pues aunque tenía una rueda de repuesto, no sería suficiente, porque el problema habían sido las dos ruedas de atrás... ¡Ambas estaban pinchadas!

Mientras la fiesta continuaba y todos allí hablaban entre ellos sonó el teléfono del pub. Dio varios timbrazos pero la música estaba tan alta que Nerea y Carla no habían sido capaces de escucharlo, pues también estaban atentas a todas las peticiones de los clientes del local.

Christian, que parecía estar algo más distraído sí que escuchó como sonaba y se sintió preocupado. No era muy raro recibir llamadas de teléfono a esas horas, quizá era Antonio que quería algo... Pero, ¿cogerían ellas el teléfono o sería mejor dejarles algo de tranquilidad y hacerlo él mismo?

Mientras tanto el pub no hacía más que llenarse y las camareras cada vez estaban más ocupadas. Apenas llevaban unos minutos abiertos cuando los chavales del botellón se habían metido ya en el bar como si hubieran huido de algo. Ahora el local estaba en su máxima capacidad y moverse a cualquier sitio era saber que ibas a llevarte al menos media docena de empujones y multitud de roces. Las voces del local se habían convertido en gritos y la música apenas podía oírse, así que o subían el volumen o seguir allí no tendría ningún sentido.

Además, muchos de los presentes estaban esperando que llegara alguien, apenas había cobertura y así no habría forma de localizarse.

Básicamente el lugar empezaba a resultar incómodo para todos.

Fer no parecía haber visto a Iraitz y si lo había visto, sin duda lo había ignorado. Se había dirigido a un grupo diferente de gente, pero ahora que había tanta multitud en el local era imposible encontrarle de nuevo. ¿Dónde se habría metido?

Cerró la puerta de un portazo dejando la rueda en el maletero, mientras pateaba el coche y decía.- De puta madre... dos ruedas y yo en mitad de la M-30.

Andrew miró de un lado a otro, buscando alguien que le ayudara. Mientras cogía el móvil e intentaba contactar con una grúa. Necesitaba que se hicieran cargo del coche, mientras el iba hacía Arguelles; esa chica estaba preocupada, y viendo como estaba el tema laboral no quería que su rueda fuera un motivo para que la despidieran.- ¿Grua?... Estoy en la M-30 junto a la salida 4 - Dirección Salida a A4. Acabo de pinchar dos ruedas, ¿cuánto puede tardar?.

Andrew se puso a pensar que era difícil pinchar dos ruedas a la vez. Quizás algún hijo de puta le había puteado para mejorar los pluses de mala racha que llevaba.

La cantidad de energías que le tomó traer a una copia de sí mismo fue mucha más de la que pensó, y encima el producto final fue una especie de Agni-Apocalíptico.

"#ImInTrouble." pensó Agni al ver aquella versión de si mismo. Acto seguido perdió la conciencia y su cuerpo se terminó de caer al suelo.

Abrió los ojos unos segundos más tarde, y recibió no una, sino dos fuertes patadas de parte de si mismo. Todo aquel dolor y el sabor a la sangre que le subió hasta la boca le recordaron que era un novato en el uso de su poder, y que si se podía mejorar en esto, iba a necesitar mucho tiempo, pero sobre todo, mucho cuidado. Lo que le faltaba es que algún Agni alternativo lo asesinara e intentara suplantarlo en esta dimensión. Debía, sin lugar a dudas, estudiar algunos libros de universos paralelos. El difunto Stephen Hawking, que en paz descanse, le proveería de toda la información necesaria.

Una peligrosa idea cruzó la mente del afeminado twittero, pero postergó el pensarla para otro día. Algo mucho más urgente estaba sucediendo. Otro cadáver en la acera.

Agni vió desde debajo del auto en el que se escondía, como el hombre sin gusto a la hora de elegir chicas con sentido de la moda, cayó al piso y se desangró aun más rápido que el primer voluntario. Toda esa sangre fue formando un charco que se deslizó hacia los desagues de la calle y se acercó peligrosamente a donde estaba él acostado.

"Mis pantalones eran tan actuales, me los voy a manchar. Pero, espera, Hashtag nuevo look improvisado." pensó e intentó mover sus dedos para encontrar el celular en algún lugar del piso, pero con la mirada periférica vió el brillo de la pantalla reflejado en el rostro del Agni alternativo. Aquella copia de sí mismo tenía el pelo oscuro, y no le quedaba tan actual como a el. Sin duda su agente era uno barato.

- Noo. Mi twitter no, por favor.- intentó suplicar miserablemente, pero su voz no salió de su garganta y una única lágrima de su ojo derecho cayó al suelo. Que despiadado era aquel ser que había traído directamente de los confines del infierno.

"#QueTraumáticoTodo." pensó Agni, casi melancólicamente, y aceptó su destino. Iba a pasar lo que tuviera que pasar, el ya no se podía mover más, pero había tenido una corta y feliz vida como Twittero, Influencer, y modelo. La parte de estudiante de secundaria no le orgullecía demasiado...

Christian miraba como el local se llenaba. No era normal semejante volumen de clientes. Algo pasaba, quizá una fiesta de fin de carrera, o alguna actividad de jóvenes que emplean para emborracharse. Mareó con un par de vueltas al vaso para enfriarlo ligeramente y justo cuando fue a darle el siguiente sorbo el teléfono sonó.

Bishop se pensó si salir del garito y regresar a su casa antes de que no se pudiera estar allí o ayudar a las chicas, aunque fuera atendiendo el teléfono. Desde luego si era Antonio y me escuchaba a mí puede que se preocupara; y por ahora, aunque con mucho estrés tampoco estaba la situación como para generar alarma.

Dejó finalmente el vaso en la barra, se puso en pié y estiró el brazo para hacerse con el teléfono. 

- Hola, Christian Bishop al teléfono, ¿Con quien hablo? -

Apretaba el terminal contra el oído, mientras con la otra mano se taponaba el libre para tratar de entender la persona al otro lado. 

Estaba deseando llegar a Madrid pero no podía dejar a aquel conductor tirado en la carretera sin al menos preguntar si podía hacer algo asi que pongo el doble intermitente y paro a pocos metros de él. Mando un mensaje a mi amiga Laura indicándole que iba a llegar algo tarde y bajo del coche tras ponerme el chaleco reflectante.

Buenas, ¿puedo ayudarte? Deberías ponerte el chaleco para salir del coche... Le indico y marcar con el triangulo de advertencia el lugar del accidente. Sobre todo siendo de noche puede ser peligroso. Le explico 

Sin darse cuenta una chica se acercó a él para ayudarle, y darle ciertos consejos. Se dio cuenta de que no llevaba el chaleco según lo dijo la muchacha, esperaba no tardar demasiado cuando sólo una rueda era su distracción y no las dos.

Agradeció a la chica que se lo recordará y se colocó el chaleco que tenía en el hueco de la puerta del piloto.- Si... tienes razón. Pensé que iba a ser menos, pero al final son dos ruedas.- Mientras, iba hacía el maletero y sacaba el triángulo de emergencia lo desplegaba a unos cuantos pasos y volvía con la chica.

Le tendió la mano y dijo.- Perdona, es que voy de camino a un curro y creo que me va a ser difícil llegar. Aunque parezca un chiste soy mecánico de un taller multiáreas e iba de camino a Argüelles para arreglar un aparato de una chica, en un pub... "el jardín secreto".

Soy Andrew, y mil gracias por parar a ayudar.- Miró ambas ruedas estalladas y dijo.- La verdad es algo raro, estoy por pensar que hasta algún gracioso me ha preparado la noche así de divertida.- Se agachó a mirar las ruedas y dijo.- ¿No tendrás una rueda de sobra, verdad?.- La pregunta era más un chiste para intentar dar algo de simpatía a la situación aunque por dentro estaba apurado por intentar acudir al trabajo en Argüelles.

Y había empezado la peor parte del trabajo. El local comenzó a llenarse a toda velocidad, Carla se movía de lado a lado de la barra atendiendo clientes, además, no tenían cervezas, y cada vez que alguien pedía una, se perdía un tiempo precioso en explicarle que no tenían, además, por si fuera poco, entonces pedían combinados, que suponían más tiempo de preparación. A Carla le costaba creer que un local sin cervezas estuviera tan lleno, la gente debía de estar con muchas ganas de emborracharse a cualquier precio.

Carla observó el local,no entraba ni un alma más, era de esos momentos en los que en parte se alegraba al estar al otro lado de la barra, donde todavía había espacio y aire para respirar,las pequeñas charlas con clientes habían terminado, ahora apenas podían soltar un-¿que va a ser?- seguido de poco después, de un-Aqui tienes- y el precio de las consumiciones. Sin duda Carla aprendía el lugar en el que estaba todo a marchas forzadas, aunque como todavía no controlaba el almacén, al percatarse que se estaban quedando sin ron,se lo dijo a Nerea levantando la voz,sin dejar de atender a unos clientes.-Nerea hay que sacar más ron del almacén.- sin duda ella tardaría menos en encontrar las botellas.

Carla esperaba que aquella oleada pasará pronto, trabajar en un bar era muy parecido a jugar a un videojuego de supervivencia zombi, llegaban oleadas, pero entre una oleada y otra siempre había un pequeño descanso.

El lugar se había comenzado a llenar rapidamente. En un momento dado Sophie se había animado a salir a bailar con la copa de Champagne en la mano y se contoneaba al ritmo de la música junto a varios y varias jóvenes. Driess, que por el momento estaba lo bastante sereno al no haber consumido demasiado alcohol, había decidido permanecer en la barra para disponer de más espacio y para "guardar" sus sitios. La noche empezaba a plantearse dura. La tal Irene no había aparecido y en esos momentos se empezaba a sentir como un Robinson Crusoe, aislado rodeado de un mar de cuerpos.

Se giró y le hizo una seña a la camarera que le había atendido anteriormente para pedir otra bebida. En esta ocasión se había decantado por un combinado llamado Green Arrow, se necesitaba de un superhéroe para intentar salvar la noche...

Mientras la ocupada camarera aún no llegaba hasta él, observó cómo el hombre maduro que se encontraba al final de la barra se inclinaba sobre esta para coger el teléfono del local. -Que raro, si que debe ser un cliente importante, o quizá el dueño- pensó Driess mientras fijaba su atención en el hombre mientras hablaba.

Quiero intentar utilizar mis poderes para oir la conversación que mantiene Bishop a través del teléfono. Imagino que será más fácil escuchar lo que diga Bishop que está presente, que lo que diga su interlocutor, ya que el el sonido del auricular quedará mas atenuado por la oreja.

Comento esto porque no sé si existen los exitos parciales o no. Por si fuese capaz de oir todo, lo que dice Bishop o nada de nada en función del resultado de la tirada.

Por mucho que intentase recordar, a Iraitz no le venía a la cabeza quien era aquella chica con la que hablaba y le hacía sentir un poco violento. Si era del teatro debería conocerla, pero había tanta gente... y él era relativamente nuevo. Por suerte ella misma le dio una salida a aquella situación.

¿Contarte algo? No, prefiero mostrártelo. Dijo, con sorna, llevándose una bola al bolsillo. ¿Ves esto? Añadió, enseñándole una bola negra del tamaño de una canica de forma dramática. Esta pequeña bola leerá el futuro, el futuro cercano al menos. Le tendió la bola a Laura y esperó a que ella lo cogiera.

No suelo contar esta historia, pero en realidad no me cogieron en el teatro por mi forma de actuar, hay mucha gente que actúa igual de bien que yo. Mejor no. Le guiñé un ojo. Pero nadie es tan bueno como yo con los trucos. Ahora quiero que cierres la mano con fuerza y mires hasta cinco mientras me miras a los ojos.

Cuando acabes, notarás que la bola ya no está. Te estará mostrando tu futuro. Dijo, de forma enigmática. ¿Lista para conocer tu futuro?

Miro ambas ruedas pinchadas del coche del desconocido y me pregunta por una rueda de "sobra". Creo que es un chiste aunque no estoy totalmente segura, de todas formas no voy a regalar mi rueda de respuesto a un desconocido aunque con su explicación también me da un poco de pena dejarlo allí tirado... suspiro.

No voy a dejarte mi rueda de repuesto... pero si quieres cuando aparezca la grua te llevo a ese pub. Iba a encontrarme con una amiga asi que puedo decirle que nos vemos en ese pub si me das la dirección. Le sugiero.

Igual que cuando abrías un grifo poco a poco el torrente de gente en el local actualmente empezaba a ser excesivo. Nerea empezó a preguntarse si dentro de poco no cubrirían el aforo máximo de personas en el local, si es que no lo habían hecho ya. Incluso para un sábado noche aquello empezaba a resultar demasiado colapsado. Los murmullos de la gente se habían convertido en gritos para hacerse oír unos a otros, la música había quedado en no un segundo plano, si no casi tercer plano.

Nerea se acerco a el monitor que regulaba el volumen y lo fue subiendo ligeramente para que volviera a escucharse. Al menos, para que al menos pareciese que había música. Todo esto lo hacia con una botella en la mano la cual había agarrado para servir a uno de los clientes. En cuanto termino de subir el volumen se giro hacia la barra y rellenando los vasos de la petición del consumidor y volvió a su trabajo.

Estaba ya sirviendo una ronda de chupitos cuando escucho a su compañera informarle que se habían quedado sin ron. Una rápida mirada después de recoger el pago de las bebidas fue dirigida hacia la estantería para anotar que marca de ron hacia falta.-Voy por ello.- Informo a su compañera mientras se dirigía hacia el almacén.

Una pequeña vibración en su bolsillo hizo que mientras andaba sacara el móvil con esperanzas de que el técnico estuviera ya allí para reparar el refrigerador. Ya había tenido que dar la mala noticia de que no había cerveza fría a varios clientes y cuanto antes llegara mejor para todos.

Su rostro se ensombreció levemente cuando vio el mensaje. Bueno, al menos parecía que llegaría, no pronto como esperaba, pero llegaría. Mando una rápida respuesta con las simples palabras “Okey, avisa cuando sea” Mientras su mano izquierda trasportaba ya dos botellas de las marcas agotadas de ron.

Dejo estas en la estantería y procedió a desprecintarlas para su posterior uso. Acababa de voltearse hacia la barra, uno de los clientes ya había levantado el brazo reclamando su atención para ser atendido. Mientras se dirigía hacia este se fijo en el señor Bishop con el teléfono del local en su oreja. Si había optado por llamar a alguien, seguramente casi ni escucharía con el sonido que había en el interior del local, pero eso no tenia sentido, si quisiera llamar a alguien lo haria desde fuera sin el bullicio propio del lugar.

No divago mucho mas las posibilidades sobre cuales eran las razones, ¿Quizá había sonado cuando estaba buscando la botella en el almacén y lo había cogido el? Le preguntaría cuando tuviera un momento de descanso, si es que la cosa se calmaba un poco esa noche, claro.

Aquel lugar la atosigaba. Tanta gente en el mismo lugar. Ojalá pudiese liberarse de todo ese gentío, pero no debía. Se veía que a Iraitz se le veía crispado, aunque el no se diese cuenta se había mordido el labio ¿Se habría pasado? Era igual, no iba a dar el plato ya servido, que se lo trabajase. Y de pronto aquella estupidez de la bola. Lanzó una risita de incredulidad, mientras aceptaba el frío orbe minúsculo. Esperaba no llevarse un chupito en la cabeza, salvo que él tuviese una "habilidad", eso lo cambiaría todo.

Penélope la miró y sonrió - Venga, no pongas esa cara. Estoy al lado, no va a aparecer ningún fantasma ni nada similar. ¿Qué puede salir mal? Acepta.- Laura le tendió la mano al joven con cierta reticencia, realmente le resultaba extraño todo aquello.

- Así que pienso en mi futuro, ¿eh? Veamos que tienes en mente. Nada de trucos de hipnosis, eso sería trampa. ¿Entonces tienes una "habilidad" de esas que se rumorean o es un truco?  - Sus ojos se encontraron, ella se sumergió en los océanos de los suyos, esperando algo.

Mesó su pelo hacía atrás y sonrió.- No me hubiera perdonado dejar a una buena chica sin rueda de atrás...- Entonces la chica le invitaba a llevarlo a ese lugar y cambiar sus planes adaptándolos a sus necesidad. Andrew se sorprendió y dijo.- ¿En serio?, ¿Me Llevarías?.

Andrew soltó un soplido viendo un poco más de luz en aquella situación. Se acercó y cogió sus manos con suavidad para no hacerle daño y dijo.- Mil y una veces gracias, de verdad. El pub estaba en... espera lo tengo aquí apuntado.- Metió su mano en su pantalón y sacó el papel con la dirección y leyó a la vez que pasaba el papel a la chica.- Calle Paseo del Pintor Rosales, número 60. Esa es la dirección... Ahora a ver si viene rápida la grúa y pueda arreglar el refrigerador.