Partida Rol por web

Ahora mismo mandamos a alguien para allá. Espere unos 10 minutos, hay una grúa cerca.

Después sonó un pitido en su móvil. Era Nerea:

Okey, avisa cuando sea

Andrew estaba cerca porque no tardaría demasiado en llegar el hombre con la grúa y podría llevarse tarde o temprano el coche, si además esa joven le acercaba todo sería aún más fácil. Parecía que el destino le estaba jugando una mala pasada, pero poco a poco se iba solucionando: Una de cal, y otra de arena...

Además fue una sorpresa para los dos, pues apenas habían pasado 5 minutos desde la llamada cuando la grúa apareció por allí. ¡Había tardado menos de lo previsto!

Apenas llevaban 5 minutos hablando Andrew y Sara cuando una enorme grúa aparcó justo delante del coche de las ruedas pinchadas. Era una grúa un poco extraña porque las pegatinas e información de la empresa no tenían nada que ver con el servicio de emergencias al que había llamado Jiménez.

Dos hombres altos, morenos con barba de tres días y llenos de tatuajes por todas partes descendieron del vehículo y se acercaron a ellos.

Buenas noches, pareja. ¡Qué putada más grande! ¿No? Después vieron que había un coche detrás del de Andrew y se sorprendieron. ¿No ibais juntos? Preguntaron pensando que aquellos dos irían en el mismo vehículo. Dieron un par de vueltas al coche, como para analizar la situación y sonrieron. Así que, ¿las dos ruedas, eh? Parece que alguien ha querido gastarte una buena broma. Dijo riéndose de una forma muy poco profesional. Bueno, empezaron a proceder a retirar el coche y hacer el mecanismo, vamos a ir retirando el coche, ¿a dónde quiere que se lo llevemos? Realmente todo era muy sospechoso, porque lo habitual es que los servicios de asistencia en carretera ya hubieran recibido la información pertinente. A no ser que esa grúa no fuese precisamente a la que había llamado Andrew...

Al habla la policía. Dijo una voz masculina. ¿Es usted el Sr. Péres? Dejo apenas unos segundos y antes de que le contestara volvió a hablar. Da igual, es importante que desalojen el local. TODOS LOS LOCALES. .Informó. Mis compañeros ya han pedido que se disuelva el macrobotellón que hay cerca, es importante que os marchéis todos de allí. Entre los asistentes hay un meta humano muy peligroso, es un joven universitario cuya energía interior puede provocar una gran explosión. Es importante que os marchéis de allí cuanto antes.

Y tras aquellas palabras colgó el teléfono. No tenía muy claro si era o no de verdad la policía o era una broma. Hoy el negocio iba especialmente bien, y si daba la alarma, su amigo y jefe se disgustaría mucho por la gran pérdida de dinero que supondría. Pero si era verdad, quizá ese metahumano estuviera ahí dentro y tarde o temprano todos saldrían por los aires. 

 - Hola, Christian Bishop al teléfono, ¿Con quien hablo? -

 Al habla la policía. Dijo una voz masculina. ¿Es usted el Sr. Péres? Dejo apenas unos segundos y antes de que le contestara volvió a hablar. Da igual, es importante que desalojen el local. TODOS LOS LOCALES. .Informó. Mis compañeros ya han pedido que se disuelva el macrobotellón que hay cerca, es importante que os marchéis todos de allí. Entre los asistentes hay un meta humano muy peligroso, es un joven universitario cuya energía interior puede provocar una gran explosión. Es importante que os marchéis de allí cuanto antes.

Tal y como Iraitz decía, la bola que tenía Laura entre las manos desapareció. Sin duda era un truco genial. Pero no sabía a qué se refería cuando hablaba de su futuro, hasta que mirando la pared de enfrente pudo ver la bola que hace unos segundos tenía estaba dentro de una botella de ginebra Bombay Saphire. ¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Que la bola estuviera allí dentro significaba que Laura Ríos terminaría siendo una alcohólica? ¿Eso era lo que su futuro le deparaba?

Con las llaves en la mano, cerró el coche con el sistema de autobloqueo externo, para que no pudieran meterse dentro y no pudieran dirigir el coche y montarlo en la grua. Negó con la cabeza con el ceño fruncido, mientras se daba cuenta que todo era un poco raro. Quizás fuese una de esas agencias piratas que luego te la clavan o malvenden tu coche mientras tu te crees seguro. Miró a la chica y se puso a su lado protegiendola y dijo, preguntando a la chica.- ¿Cariño no le diste a la agencia la dirección del taller de tu primo?.

Miró a los hombres de la grua y dijo.- Lo siento, pero creo que la agencia del seguro de mi coche esta apunto de llegar, y no voy a dejar que una agencia pirata se lleve el coche. Los cargos extras de los portes luego me los cargan a mi por llamada sin servicio, y para colmo mi chica fijo que me reñirá por la abultada cuota, además de que no sabemos quienes son ustedes y porqué no saben donde tiene que llevar mi coche.- Dijo todo con una sonrisa a la vez que miraba complice a la chica.- ¿A que sí cariño?

La expresión de perplejidad fue sustituída por una de incertidumbre y miedo -¿Pero qué demo...?- musitó frunciendo el ceño, mirando hacia las piernas del individuo y luego hacia arriba, interrumpiéndose al escuchar su voz. Casi pudo ver una sonrisa al otro lado de la máscara, algo que le heló la sangre.

Apretó los puños, impotente por no poder ayudar al chico malherido, temiendo que su primera opción le hubiera costado la vida a él, culpándose por no haberle dado el móvil y la cartera al atracador y rezando porque el chaval del skate hubiera ido a buscar ayuda.

Entonces, el atacante cometió un error... o el peor acierto de todos.

-¡¡NOOO!!- gritó de forma desgarradora Siv al ver desplomarse a Cristian tras recibir una puñalada. Sin pensar en su propio bienestar, corrió a socorrer a su compañero, gritando "¡Chris! ¡No, Chris!". Los ojos enrojecidos por las incipientes lágrimas mientras veía cómo el joven con quien tanto había compartido se desangraba con rapidez sin que ella pudiera hacer nada.

El miedo y el dolor. Dos sentimientos muy peligrosos que, de combinarse en las peores circunstancias, podrían tener consecuencias nefastas.

Siv alzó la vista hacia el enmascarado -Hijo de... ¡PUTA!- masculló entre dientes, enfurecida y con los ojos fuera de sí. Nublada la razón por los sentimientos, no podría mantener el control.

"Qué? Cómo? Me dormí?" pensó Agni al escuchar aquellos gritos desgarradores que venían desde el otro lado del coche. Reconoció aquella voz. Pertenecía a la chica que elegía su ropa directamente de una pila de rebajas, sin importarle cuantas temporadas pasadas de moda estaban las prendas.

"Esos jeans, eran innecesariamente anchos, con el color tan gastado, tan poco actual..." Comenzó a recordar, pero sacudió su cabeza. Cosas más importantes, más urgentes, estaban sucediendo una detrás de otra a su alrededor. Sin ir más lejos, a menos de dos metros de distancia, su twitter estaba siendo profanado por un emisario del demonio.

" Qué es esta versión de mí mismo? Por qué es tan distinto a mí? Parece... Cruel!" temió. " Ese Agni de pelo negro sabe que fui yo quien lo trajo aquí? Conocerá los poderes de duplicaneitor? Él también será capaz de usarlo, y en ese caso, sabrá que puedo borrarlo cuando quiera?" meditó las posibilidades, y concluyó que había sido un peligro traerlo aquí, sobre todo gastando todas sus fuerzas en el proceso. En el caso de que las respuestas a aquellas preguntas fueran si, aquel Agni quizás intentaría matarlo para sacarlo del "juego" y reemplazarlo en esta dimensión. 

Deglutió ante la posibilidad, y nuevos gritos desde el otro lado se escucharon. Agni giró sus globos oculares al máximo posible, en un intento de examinar el rostro de su otro "yo" sin mover el cuello. Habría sido su error más fatal traerlo a esta dimensión? O, en cambio, sería el mal necesario para combatir contra aquel otro mal.

"Un antihéroe? #TanActual." fantaseó, pero ni siquiera su imaginativa mente adolescente creyó esa posibilidad. 

Christian escuchó atentamente el teléfono, concentrado, casi haciéndose daño en la oreja para que a pesar del alto volumen del local puediera escuchar lo que decía el interlocutor al otro lado del aparato. Cuando terminó, marcó el botón de colgar y se quedo pensativo. Debería hacer caso, quizá olvidar la llamada... puede que sea un bromista. No deberíamos jugarnos el tipo. Si hay alguna posibilidad de que sea real...

Dejó el teléfono en su sitio metiendo de nuevo medio cuerpo en la barra y dio un pequeño grito para que Nerea pudiera escucharlo..

- ¡¡ Nerea !! - 

Lo mejor sería dejarlo en sus manos, al fin y al cabo ella era la que estaba encargada cuando Antonio no estaba. Esperó a que estuviera cerca y acercándose a su oído reprodujo la llamada como pudo.

- Acaban de llamar. Decían que era la policía. Parece que hay un metahumano por la zona, puede que esté en el local. Han dicho que era peligroso. Un universitario que podría provocar una explosión. Puede que sea inestable. Sea como sea nos han pedido que desalojemos y nos marchemos. Lo están pidiendo en todos los locales. - 

Christian se detuvo para ver la reacción de Nerea. Para enseguida, antes de que pudiera contestarle ofreció su opinión.

- Creo que no deberíamos arriesgarnos. De las dos opciones malas es menos mala perder algo de dinero que lo que pueda pasar si ese metahumano está aquí dentro. Opino que deberíamos apagar la música y encender las luces, dejar de servir bebida a todo el mundo. La gente no tardará en aburrirse y salir buscando otro sitio al que ir - De nuevo guardó silencio unos segundos - Tu tienes la última palabra, al fin y al cabo estás encargada. En cualquier caso estaré de acuerdo con la decisión y te apoyaré con Antonio. -

Christian esperó a que Nerea se decidiera, en cualquier caso él ya había tomado su decisión. No podía arriesgarse a que hubiera un metahumano peligroso en el local y arruinar lo que ahora era su método de vida y la forma de subsistir de su amigo Antonio. Tanto si Nerea le hace caso y comienza el proceso de evacuación como si decide seguir poniendo copas y con la música a todo trapo él solo veía una opción.

Cerró los ojos y respiró profundamente, normalmente lo hacía con una sola persona. Eso era sencillo. Las veces que lo había intentado a lo bestia no siempre había funcionado. En cualquier caso tenía que intentarlo. Si finalmente Nerea comienza con el cierra del local la gente puede enfadarse. Hay que hacer que salgan tranquilos, y sin alterarse.

Expulso el aire y abrió de nuevo los ojos colocando la palma de sus manos sobre las piernas y centrando su mente en expandir todo lo que le permitieran sus poderes una sensación de aburrimiento y tranquilidad a todos los presentes. Sabía que también afectaría a Nerea y Clara. Tampoco era malo, al fin y al cabo estar tranquilo en un momento como este haría que pensaran mejor...

Vamos a ello, concentración.

Levanto una ceja extrañada ante la respuesta del chico ya que no veo necesidad de mentir sobre si somos pareja o no a un empleado de grúa. Luego dice que no es la grúa que llamo, pero aun así no veo la necesidad de todo ese paripe que se está montando.

Esto es más sencillo... Digo negando con la cabeza. Saco mi movil y hago una foto a la grúa intentando sacar la matricula y a los conductores mandándola por whatsapp rápidamente a mi amiga con un mensaje corto de "grúa sospechosa". El no quiere que os llevéis su coche y una amiga tiene foto vuestra y de la grúa... creo que lo más sensato es que os vayáis tranquilamente y ya esta...

Antes de que el tal Bishop colgase el teléfono, Driess ya estaba moviendose hacia el lugar en el que se encontraba Sophie. La muchacha estaba bailando en medio de la multitud, y llegar hasta ella a traves del mar de humanidad estaba resultado complicado. A base de empujones y codazos se abría paso lentamente mientras el torbellino de pensamientos en su cabeza variaba de una idea a otra.

-Tengo que sacar a Sophie de aquí, no podemos quedarnos; quizá todo sea una broma, el hombre ni siquiera se ha identificado adecuadamente; no puedo arriesgarme a que sea un chiste de mal gusto; quizá sea más peligroso el pánico que pueda provocarse, que la situación en sí; hay que sacar a todo el mundo de aquí, pero Sophie antes que nadie.

Finalmente consiguió llegar hasta Sophie e interponerse entre ella y sus compañeros de baile para poder hablarla con cierta discrección, lo que le granjeó varias miradas de enfado y algún que otro bufido.

- Sophie, tenemos que marcharnos, YA. Por favor, confía en mi y vamonos rápidamente. Ah, y llama a Irene para que no se acerque por aquí. Di que nos aburriamos y nos marchamos. Luego te lo explico todo.

La cara de Sophie, que al principio mostraba cierta incredulidad empezó a tornarse en un gesto de relativa comprensión. No entendía los motivos, pero comprendía que Driess hablaba en serio y además veía algo raro en la mirada de su amigo. Veía miedo. Sophie comenzaba a sentirse cada vez más intranquila conforme el muchacho la apremiaba con leves empujones hacia la salida del local hasta que consiguieron alcanzar la puerta.

Estaba sirviendo las bebidas de unos clientes cuando escucho una voz llamándola. Su cabeza se giro interrogativa buscando a la persona que la había reclamado. No fue hasta que vio al señor Bishop haciéndole una seña para que se acercara que comprendió que el que la había llamado era el. En un primer momento le pareció extraño, habitualmente era una persona que no solía tener prisa y esperaba a que atendiera a otros clientes antes de hacer una petición.

Se aproximo hacia donde estaba para poder escucharle mejor, su rostro fue cambiando poco a poco y no precisamente a mejor. Cuando escucho que había sido la policía quien había llamado temió que pudiera haber algún problema por exceso de bebida en alguno de los clientes pero según Christian le contaba que ocurría se dio cuenta de que era algo mas grave que algún altercado por gente embriagada.

Durante un momento dudo, se mordió ligeramente el labio inferior intentando pensar claramente como actuar. Su compañero siguió hablando recomendándole una actuación bastante sensata. Su preocupación no eran las posibles perdidas monetarias, obviamente no pondría en peligro a personas por no tener perdidas, su preocupación residía en que una posible estampida entre los miembros del local podría ser objetivo del metahumano que había mencionado el señor Bishop.

Era bastante extraño de por si que hubiera tantas personas en el local. ¿Podría ser que ya había ocurrido algo en el exterior y por ello la gente había entrado en el local a modo de refugio? No, si hubiera habido una explosión la gente no se refugiaría en un local, saldría corriendo hacia sus casas.- Joder…- Su boca emitió involuntariamente una única palabra.- Realmente todo lo malo se ha amontonado.- Musito para si misma.-Cerramos la noche entonces.- Dijo seria mientras se volteaba hacia el cuadro de luces.

Una a una fue encendiendo las luces y iluminando el local con luz blanca. Empezaba a escuchar los murmullos por el local quejándose de la luz pero no aminoro el paso dirigiéndose a los controles de volumen del equipo de música. Poco a poco fue bajando el volumen dejando que las repercusiones de los bajos continuaran al ritmo de la música silenciada. Cancelo la reproducción para que después de aquella canción no se reprodujera la siguiente.

En todo su historial de trabajo en aquel lugar, aquella era la segunda vez que se veía forzada a “cortar la fiesta” antes de tiempo. La primera vez fue en una fiesta privada debido a que un cliente, con mas alcohol del aconsejado en su cuerpo, había roto uno de los inodoros de un cabezazo. Aquella noche Nerea acabo bastante enfadada, pero actualmente la recordaba como una simple anécdota, ojala aquella noche sucediera igual.

Agite la cabeza durante un momento antes de reclamar con un gesto a Carla, debía informarle de lo que ocurría. Hablando en tono bajo y acercándome a ella le comente.- Acaba de llamar la policía, dicen que puede haber por la zona un metahumano que causa explosiones, han recomendado que desalojemos el local por el momento.- Aunque mi actitud parece tranquila mi tono de voz no lo refleja, se puede notar cierto nerviosismo en mis palabras.- Vamos a dejar de servir para que la gente se vaya poco a poco. Si les decimos algo probablemente creemos un revuelo y sea peor.- Aunque fuera difícil entender el porque, muchas veces en aquellos casos la mejor arma posible era la desinformación. No quería imaginar cual seria la reacción de la gente si decía que podía haber alguien en el local que podria crear una explosión y matarlos. Empujones, pisotones, gritos… habría una avalancha. No lo mejor era no informar a la clientela por el momento.

Vió como la chica saca el móvil y saca una foto, luego explica su táctica y enarca una ceja, pensando en por qué no se le había ocurrido a él antes. Eleva un pulgar hacía ella y dice.- Buena jugada, princesa.

Andrew se vuelve a mirar a los supuestos chicos de la grúa y dice.- Explicado todo, creo que lo mejor es que os vayáis con vuestra grúa, y cuando venga el servicio al que llamamos lo remolque hacía donde le dijimos y santas pascuas.

Espera la reacción de aquellos tipos, mientras con gesto serio y los brazos alerta espera que su respuesta sea afirmativa. No sabía porque cojones aquellos tipos habían acudido a por su coche. Era como si le estuvieran esperando.

- Primero las dos ruedas pinchadas, y ahora una grúa inmediata en la primera salida después del taller. Es como si estuvieran esperando a que me parase.-

Aquella semana era un poco rara. Quizás alguien habría descubierto las cualidades de Andrew y esperaba chantajearle de alguna manera, o jugársela esperando que con coacciones no buscase ayuda y perdiese todo lo que aquellos tipos esperaban robarle.

Carla se encontraba sirviendo a unos clientes, cuando de pronto las luces se encendieron, se vio obligada a parpadear varias veces, y a entrecerrar un poco los ojos para acostumbrarse a la repentina luz.

Carla busco a Nerea con la mirada sin saber que pasaba, está la estaba llamando con un gesto para que se aceecara, Carla así lo hizo.

La rubia camarera no se imaginaba lo que estaban a punto de decirle, y cuando lo escucho sin duda se sorprendió. Carla miro el local, luego a Nerea y a Christian. - Creo que lo mejor será que inventemos alguna excusa rápida, tal vez que también se nos ha estropeado la máquina de hielo, después de lo de las cervezas no les extrañará que cerremos por algo asi, y si hay alguien dentro que hace lo que decís, mejor que salga sin sospechar nada.- luego se le ocurrió algo- ¿porque no llamas desde tu móvil al 112 y preguntas si es verdad? Si era una broma no tendrán constancia de nada, yo me encargo del desalojo, por prevenir- Carla sin duda tenía una mente despierta, y actuaba rápido y sin dudas, se subió a la barra y pego un fuerte silvido, era bueno que ya no hubiera musica-Hola a todos,parece que aunque es sábado, en este local es martes y trece, ya conocéis el problema que hemos tenido con las cervezas, pues bien, ahora se nos ha jodido la máquina de hielos,lo siento mucho, pero visto lo visto, cerraremos por hoy.-dijo en voz alta, tratando de que todo el mundo la escuchara. Si finalmente todo era un bulo, podían abrir después, pero esperaba que así la gente se fuera sin montarla ni entrar en pánico.

Empezaba a estar cabreada. aquella broma no tenía ninguna gracia. ¿Qué cojones quería decir para Laura el lugar de la bolita? No, no iba a acabar borracha. Quizás ese pavo la estaba engañando y quería que pidiese esa bebida, quizás que se pasase de alcohol y aprovecharse de ella. La mano de Laura empezó a tamborilear. Penélope lo vió y le colocó la mano en el hombro.

- ¿Qué te pasa? Oh, venga, deja ese carácter tuyo, disfruta un poco. ¿No estarás pensando en eso otra vez?

Las luces se iban encendiendo, y alguien bajaba el sonido de la música. Casi mejor, este lugar empezaba a a resultar un poco menos apetecible. La camarera les desalojaba. Bueno, eso estropeaba la broma de Iraitz. El tipo, ahora que lo recordaba, tenía fama de ser bromista. Pues se había encontrado con la horna de su zapato .Si se encontraban en un sitio más apartado, ella podría usar su habilidad sin riesgos .... y el chupito le iba a hacer arder el estómago, mientras que ella podría aguantar lo que fuera haciendo un pelín de trampa. Se iba a enterar de quien iba a ser el borracho esta noche.

- Vaya, nos echan. ¿Qué os parece si vamos a un lugar con menos gente? Me estoy empezando a agobiar.

Los dos hombres sonrieron ante las palabras de Sara y Andrew. No parecía que estuvieran muy preocupados ante las palabras que les habían formulado. Y entonces uno de ellos contestó: ¿Habéis oído hablar de esa gente con cualidades especiales? Dijo con una sonrisa torcida. Pues me temo que habéis ido a dar con dos de ellos. Así que, lo mejor será que os marchéis de aquí antes de que sea demasiado tarde. Dad las gracias de que solo nos vamos a quedar con ése coche. Dijo señalando al de Andrew. Así que no sé si será tu novia o no, pero os podéis marchar de aquí lo más rápido posible antes de que os hagamos daño. Parecía que no estaban muy preocupados por el tema de la foto, muy probablemente la grúa pirata no llevara una matrícula verdadera, así que sería muy complicada de hallar.

Y eso fue lo que ocurrió, Siv perdió el control de sus poderes cuando Cristian cayó al suelo gravemente herido. Se fue a agarrar al joven y su ira nubló por completo sus sentidos, hasta tal punto que no fue capaz de controlar su cuerpo, ni sus habilidades, ni tampoco su consciencia.

Y entonces también cayó al suelo gravemente herida junto al cuerpo de su amigo. Parecía como si algo le hubiese apuñalado a ella también. 

Nada estaba saliendo bien y sentía como su fuerza se iba junto a cada gota de sangre que perdía. Había llegado a su fin.