Partida Rol por web

Gracias a las preguntas de algunos de los presentes, aquellos hombres trajeados en licra le trajeron unos monos beige del mismo tamaño. Seguía escuchando las conversaciones, y cuando se percató de que todos los que allí habían eran mutantes como él, Andrew se sentía un poco más libre de no ocultar sus piernas de animal.

Miró a aquella muchacha que le había ayudado en la circular madrileña, pensando en cúal sería su poder cuando otro chico se de pelos platino se acercó con gesto conocido a ella, el mismo chico que abofeteaban y por un segundo culpaban de todo lo ocurrido; aunque Andrew sabía que no tenía nada que ver con aquellos matones que lo había intentado atracar.

Cogió el mono con las manos mientras agradecía con un gesto de cabeza, y lo enfrentaba a su estatura pensando si podría valer en su estatura y tamaño, dudaba de que sus brazos entraran allí. A la vez que sentía que el chico de pelo plateado se quejaba por el tamaño. Agarró las mangas del mono y las arrancó, al a vez que abría un poco más la abertura de la cabeza.

Se calzó aquel mono, sintiendo como su entrepierna se marcaba con el mono. Pero no era eso lo que le molestaba, más abajo, donde todos lucían sus pies, el mostraba unos cascos animales.

Cerró el mono dejando sus brazos liberados al descubierto; y mirando sus pies se dirigió a aquella mujer regordeta y dijo.- ¿Podrían devolverme mis botas?... Me siento más cómodo con ellas.

Miró a todos, mientras centraba su mirada en una chica de pelo moreno. No la conocía pero al hablar, su voz le resultaba familiar. "¿Por qué me suena su voz?".

Cogió las mangas de su traje y las lanzó al chico de pelo platino y dijo.- Puedes partir el mono y usar las mangas como cinturón, yo no las necesito.

La expresión de la joven se relajó, aunque miró con extrañeza a chaval de pelo platino, consternada por lo sucedido y la avalancha de información -¿Pediste ayuda, al menos?- inquirió, suavizando su tono pero sin ocultar cierto reproche. Sin embargo no aguardó mucho la respuesta, pues, al escuchar que Cristian estaba a salvo, el nudo de angustia que presionaba su pecho se deshizo con tanta violencia que le fallaron las piernas, teniendo que sentarse para no caer al suelo.

Se cubrió los senos mientras mantenía lar piernas flexionadas con las rodillas juntas, ruborizándose ahora que la adrenalina la abandonaba y su mente se abría a todo cuanto la rodeaba. Observó a los presentes, otros metahumanos al parecer. Siv se preguntó cuáles serían sus aptitudes mientras intentaba ignorar aquello que percibía demasiado bien, aunque no pudo evitar quedarse mirando al chico de los pies de bestia. Tardó en darse cuenta de que podría hacerlo sentir incómodo y desvió la mirada hacia sus pies mientras escuchaba a la señora rellenita y a los otros. 

Sonrió para sí al escuchar que estaban en una nave industrial, no "espacial". The S.H.I.E.L. ha hecho mucho daño, pensó, reconociendo que, aunque habría sido una pasada, no terminaba de ver un portaviones de guerra flotante como base de superhéroes sobre Madrid.

-Gracias- musitó cuando le ofrecieron la ropa y se vistió con premura. También bebió un trago largo de agua minerla y cayó en la cuenta de algo. Pero preferiría comentárselo a Miss Kross en privado. Se subió la cremallera del mono, sin importarle el color, el tamaño ni la textura, agradeciendo cubrir su desnudez.

Negó con la cabeza ante las palabras de Hugo. Sus labios parecían curvarse en un intento de sonreír, pero sus ojos parecían demasiado tristes -No tienes que darlas- dijo con suavidad, abrazándose sobre sí misma mientras echaba a andar tras Miss Kross -, realmente no hice nada, aunque lo intenté- frunció el ceño, recordando lo sucedido, pero sacudió la cabeza. Ya habría tiempo de hablar de ello.

-Siv Leblanc- se presentó, sonriendo por fin, aunque sutilmente.

Christian escuchó todo lo que se dijo, primero lo de Nerea; aunque aquella mujer no dejó que le contestara. Guardó silencio y atendió. Parecía que el destino había abierto una nueva posibilidad de hacer las cosas bien. Un grupo de superheroes, no es que su poder fuera especialmente potente para combatir. penso.. pero que demonios, era mejor que estar ayudando a pobres diablos a superar sus problemas.

Cuando la tal señorita Kross terminó miró a Nerea, aunque fue Carla la que se adelantó. Cuando terminó Christian añadió con su acento americano:

- Estoy de acuerdo. Creo que no llegamos a tiempo de golpearle... no lo recuerdo bien, pero puede que explotara bien porque nos viera venir, o bien porque es lo que le tocaba. Sea como sea aquí estamos. Solo espero que Antonio no se preocupe demasiado hasta que podamos decirle que estamos bien - 

Christian reparó en la mirada de Carla y no pudo sino fijarse también en los cuerpos desnudos de las dos chicas. Eran jóvenes y hermosas. Sonrió, aunque volvió a mirarlas a la cara, acababa de convertirse en un viejo verde... y tampoco era tan viejo.

- Disculpad, creo que deberíamos vestirnos... - 

Christian levantó la mano y dijo en voz alta.

- Me apunto - 

Antes de comenzar a caminar se volvió a dirigir a las dos chicas.

- No se vosotras, pero yo estaba atascado en el bar. Esta puede ser mi oportunidad de hacer algo bueno, algo bueno de verdad. Ya veremos que es lo que nos proponen. ¿Os apuntáis? Me apetece tener una cara conocida al menos. Y tu no lo hacías nada mal en el bar - 

Claramente con la cara conocida se refería a Nerea, se conocían ya de un tiempo en el bar. Carla sin embargo si que era la primera noche; y menuda primera noche. 

Cuando escuchó las respuestas de sus compañeros no pudo hacer otra cosa que colocar una mueca de desaprobación en su rostro. Parecía que la excusa de “Aquello habría ocurrido si o si” no convencía a la joven.- Al menos habría dado más tiempo a la gente de alejarse…- Su tono no era para nada seguro, pues su pensamientos se centraban en como habría podido afectar aquella explosión a los cimientos del edificio donde estaba el local. El saber si el edificio se había llegado a derrumbar o no aumentando el número de heridos aun no podía quitárselo de la cabeza.

No pudo seguir agitando sus preocupaciones pues en ese momento llegaron entregándole una toalla, agua y una prenda que no tenía otro objetivo que tapar las partes pudorosas de la vista. Dio un pequeño trago a la botella para aclararse la garganta, no mucho más que un sorbo. Cuando estaba terminando de darlo pudo ver como un joven con piernas de animal tenia fija la mirada el ella. Se quedó mirando a su rostro durante un breve momento preguntándose si lo conocía o por que le estaba mirando a ella hasta que cayó en la cuenta.

La ropa. Hasta ese momento no le había dado importancia ya que todo aquello parecía tan surrealista que subconscientemente había omitido que la gente podía verla con su piel como único vestido. El hecho se hizo más que evidente cuando escucho la voz del señor Bishop recomendando vestirse. Algo avergonzada dio la espalda al muchacho y empezó a colocarse el mono que le habían traído. Mientras lo hacía podía escuchar a Miss Cross respondiendo algunas dudas más y informando que eran libres de marchar.

Las dudas de que hacer no tardaron mucho en aparecer en su cabeza. No le gustaban sus poderes siempre los había visto como una maldición, algo que sucedía sin siquiera ella quisiera. Nunca había querido usarlos y realmente tampoco quería empezar ahora. Iba a levantar la mano para decir que ella prefería no involucrarse cuando escucho una voz conocida junto a ella.

Su cabeza se giró hacia Christian  el cual tenía la mano levantada y parecía haber aceptado. El rostro de Nerea no expresaba otra cosa si no sorpresa, cosa que probablemente hizo explicar al hombre las razones de unirse a aquellos extraños. “Hacer algo bueno”, aquellas palabras probablemente fueron un argumento más pesado que cualquiera que pudieran haber usado contra ella. Después de todo era el mismo motivo que usaba Irene para incitarla a que cambiara de trabajo y pasara a usar sus poderes para un trabajo concreto.

Con bastante poca convicción asintió con la cabeza al Christian, después de todo, escuchar lo que les tenían que decir no iba a cerrar la salida. Si aquello que fueran a explicar en la sala de reuniones era demasiado turbio, siempre tenía la opción de irse de allí.

Había comenzado ya a andar cuando se dio cuenta de que todos los que estaban allí eran metahumanos, se giró hacia Bishop y Carla preguntándose qué clase de poder tendrían ellos. Ahora que lo pensaba siempre había visto a Christian animar a los clientes del bar. ¿Animar a la gente? ¿Podría ser ese su poder? Sin pensarlo mucho preguntó directamente.-¿Cuál es su poder señor Bis… Christian? ¿Y el tuyo Carla?.- Preguntó también a su compañera. Estaba ciertamente sorprendida, o había mas metahumanos de lo que ella pensaba o había sido una increíble coincidencia, pues algunos de los rostros que veía cerca los identificaba también como clientes del bar.

Conforme el resto de gente se iba vistiendo todo parecía volverse un poco más normal. El traje a Christian no le quedaba mal, un poco ajustado, pero desde luego mejor que ir desnudo era.

Christian decidió obviar la frase que indicaba que podrían haber actuado mal, quizá hubiera existido la posibilidad de salvar a más gente. Es posible, prefería no pensar en aquello. Hizo lo que lo hizo porque creía que era lo mejor en aquel momento. No obstante si que decidió contestar a su siguiente pregunta.

- Me has visto usar mi poder en el bar - Dijo con una sonrisa amable - Puedo hacer que la gente sienta cosas, como lo describiría mejor. Ahora mismo podría hacer que sintieras felicidad, miedo, ira... tranquilidad o paz; lo que sea. Desde luego si la persona sobre la que uso el poder esta receptiva a ello suele ser mucho más efectivo - 

Miró sus manos mientras caminaba junto con Carla* y Nerea hacia la sala de reuniones.

- No es gran cosa, desde luego no puedo explotar, ni volar, ni lanzar rayos... pero he sabido usar este don de, de diferentes maneras. -

Carla caminaba a la par de nerea,le daba vueltas a lo sucedido mientras bebía pequeños tragos de agua, y escuchaba como Christian explicaba sus poderes. " Pues podía haber intentado tranquilizar al chico bomba con sus poderes". Eran los pensamientos que surcaron su mente un instante, aunque no los dijo en voz alta, pues supuso que si Christian había hecho lo mismo que ella y no usado sus poderes sería por algo.
- Una habilidad muy interesante-habia octado por decir.-yo puedo replicar cualquier cosas que haya tocado con anterioridad, soy toda una impresora 3D- Carla sonreía a sus acompañantes.- dinero, ropa, armas, aparatos eléctricos,da igual cuando lo haya tocado, si lo he tocado puedo crearlo, aunque cuanto más familiarizada estoy con algo más fácil me resulta, por ejemplo, mis armas de entrenamiento las creo con facilidad.- Carla era consciente de que usar la palabra arma y decir que se entrenaba en su uso podía ser intimidatorio, pero ya que no conocía a ninguno de los allí presentes en profundidad y estaba exponiendo su poder, le pareció buena idea, además, de no decir que tipo de armas usaba, eso también le pareció buena idea.

-y tu Nerea ¿cual es tu habilidad? ¿Y la tuya chaval? - había mirado brevemente al chico del audífono al decir chaval, así indicaba que era consciente de su presencia, pues había escuchado el chiste que este había contado anteriormente en referencia a su comentario de cortar cristal.

Driess había aceptado la ropa y el agua en silencio cubriendo su cuerpo desnudo y bebiendo un par de sorbos. No había tomado una decisión aún sobre permanecer o no con esta gente, pero mientras lo meditaba, caminaba junto a las chicas del bar y el señor Bishop.

Por una parte, si con este grupo podía ser de ayuda para gente en problemas, debería apuntarse. Por otro lado, seguía sin fiarse de los tipos que los intentaban reclutar y además no tenía ningún interés en soportar más cargas de las que ya portaba sobre él. Era una decisión complicada.

-¿Sabe alguien dónde estamos? ¿Acaso tienen conocimiento de todo esto los organismos oficiales?- Driess se hallaba sumido en sus pensamientos mientras sus acompañantes conversaban entre ellos. En ese momento, la chica rubia, ¿Carla? le hizo un gesto mientras le realizaba una pregunta sobre sus capacidades.

- Eh... bueno, la verdad es que no lo tengo del todo claro, pero tiene que ver con el sonido, creo. Supongo que algo similar a controlar las ondas de sonido a mi alrededor por así decir. Por ejemplo puedo silenciar una zona a mi alrededor, mantener una conversación a distancia con alguien que tenga a la vista sin que los demás la oigan, romper cristales, cosas así.- el muchacho no sabía muy bien como explicarlo sin entrar en demasiados detalles tampoco, se trataba de un área de conocimiento muy técnica, completamente alejada de lo que el estudiaba. - de todas formas, no lo controlo demasiado aún. - dijo el chico con una mueca. 

- Por cierto, me llamo Driess, en una situación así un no cae en presentarse adecuadamente- se presentó el joven algo azorado mientras se frotaba el pelo en gesto nervioso.

Según esos hombres trajeron las toallas y los monos Sara se seco rápidamente y se puso el mono sobre la piel todavía algo húmeda debido a las prisas con lo que hizo todo. El mono era precisamente de su gusto pero tampoco era momento de ponerse quisquillosa con esas cosas.

Sara estaba bastante nerviosa pues no acababa de creer todo lo que le contaban, aunque esta gente tampoco ganaba nada mintiéndoles. Le estaba dando vueltas a la cabeza cuando se acerco a ella un chico con pelo rubio quejandose de que no tenía su teléfono... no estaría de más tenerlo para tener otra fuente de información pero tampoco era lo más acuciante en ese momento.

Esto... hola... soy Sara. Dijo Sara a modo de presentación ya que el chico no se había presentado. No tengo ni idea de si nos darán nuestros moviles pero estoy más interesada en si hubo alguna victima... la explosiómn parecía realmente grande como para salvar a todo el mundo...

Agni siguió caminando con naturalidad al lado de la chica. Balanceó sus brazos de una forma calculada y estudiada, como si lo estuvieran filmando. Por las dudas.

- Si, un gusto Sara.- le apoyó la mano en el hombro, de una forma condescendiente.- Supongo que tu a mi ya me conoces, mi rostro está por todo twitter.- agregó, con una sonrisa estúpida en el rostro, y siguió caminando.

- Claro, la explosión, si, una tragedia.- asintió con la cabeza, pero no pensó en lo que estaba diciendo.

"Hubiera sido tan actual poder tomarme una selfie allí cerca de la explosión. Quizás mi rostro hubiera salido hasta en los noticieros. Hashtag Agni el super modelo de twitter les da el máximo apoyo a las familias de los heridos. Si, algo por el estilo. Haría una trompita triste, con los ojos casi cerrados. Hubiera sido tan actual." pensó.

- Ojalá hubiera estado allí. Los podría haber salvado a todos.- mintió.- Chee, y retomando lo que estábamos hablando.- le dijo, y se le escapó un "che" claro indicio de su procedencia argentina.- A vos te parece que si les pedimos nuestros cellphones, nos los dan? O capaz que prefieren lavarnos el cerebro antes de que usemos twitter?- esperó con ansias una respuesta. Sus temas de conversación eran demasiado interesantes y actuales, seguro que la chica se estaba derritiendo por el.

Iraitz agradeció la ropa. Se la puso, bastante excitado porque Fer estuviese a su lado. Tras ponérsela, habló a todos. Yo soy Iraitz. Algunos del bar ya me conocéis. Tras una pequeña pausa miró a un lado y señaló con un gesto a su lado. Y este es Fer. También estaba en el bar. La verdad, yo ni siquiera y vi al hombre que explotó.

El joven miró a la chica que aún lo miraba con furia, como si algo de aquello fuese culpa suya. Lo cierto era que entendía que pensase así. Salí del bar porque Laura me lo pidió y lo próximo que recuerdo es... esto. Señaló la estancia con ambos brazos. Espero que eso responda a tu pregunta, Laura. No te he hecho nada, no es un truco mío, aunque entiendo que pienses así. Y no, tampoco te he drogado. Creo que estábamos en el lugar equivocado y en el peor momento posible.

Al menos todo parecía haber salido bien gracias a aquella gente. Señorita... Dijo, dirigiéndose a la mujer que decía ser la directora de aquello. Supongo que ya lo sabrá, pero, aunque sí que es cierto que tenga poderes, no sé si serán de gran ayuda para afrontar amenazas importantes. Aún así, si cree que podría ser de ayuda, cuenta conmigo. Siempre que Fer se venga, claro. Miró de nuevo a su lado. ¿Qué dices?

Bueno, al menos algo de cordura había, y resulta que al menos esto no era una condenada nave espacial, pensaba Laura mientras se ponía aquel mono Beige. ¿Cuanto tiempo había estado incapacitada? No tenía ganas de disculparse, estaba de malhumor. El resto seguía siendo extraño. ¿Un hombre bomba? Desde luego, era algo ridículo, pero ¿y si tenían razón? Quedaría como una soberana estúpida, si podía hacer algo con la maldición que la habían impuesto mejor que mejor.

-Esta bien, vamos a oirlo todo. Total, para dejar de jugar a psicodelic world siempre está la puerta de atrás- miró a Iraitz. Acepto las disculpas. Te ofreceré una panorámica de Madrid... si es una broma, será en caída libre, sino, será con un chupito en la mano que tenemos pendiente. A todo esto, ¿qué poder tienes? Ya es curiosidad - En medio de su expresión mohina se adivinaba un indicio de sonrisa, aunque duró sólo un instante, mientras empezó a observar a sus compañeros.

El argentino era un tipo superficial y algo imbécil. Le empezaba a repugnar, mientras que la chica con la que estaba hablando parecía no tener ni idea de que diablos estaba pasando. Las camareras parecían agradables, quizá sentía más empatía por la tal Nerea, la otra estaba demasiado segura, como si supiese de que iba la película, y Laura odiaba no saber de que demonios iba. Aún así, la intrigaba la habilidad ¿duplicar cosas? Eso podría solucionar muchos problemas, no necesariamente de índole bélica. Al menos, podría hacer más bien que con su poder usado adecuadamente. Del resto no podía hacerse una idea todavía, más allá de su aspecto externo de alguno de los chicos, que era agradable. Bien, al menos les habían dado los uniformes y podía dejar aquellas imágenes de lado.

Una leve sonrisa se asoma por el rostro de la muchacha al escuchar el poder del señor Bishop, aunque se limita a callar mientras sus compañeros van explicando sus poderes.-Es decir, crear o potenciar las emociones de la gente, duplicar cosas y…- Hizo una pausa pensando en cómo catalogar el poder el joven que les acompañaba.-¿Manipular ondas de sonido?.

Un breve encogimiento de hombros sucede en Nerea antes de empezar a hablar.- A veces pienso que mi compañera de piso tiene poderes y no quiere reconocerlo.- Dice sin explicar aun la razón de su comentario. Su compañera siempre había insistido que su poder era especialmente bueno para la investigación de crímenes, pero que tenía el grave problema de que aunque supiera quien era el culpable no tendría pruebas. Según ella solo necesitaba que el culpable confesara haciéndole sentir mal por lo hecho. Nerea no había podido reprimir su comentario al escuchar como el poder de Christian encajaba en aquella descripción.

Finalmente soltó un suspiro antes de comenzar a explicar sus habilidades.- No tengo ningún control sobre mi poder y es difícil de explicar.- Parecía pensarse demasiado las palabras a escoger para explicarse.- En determinados momentos puedo ver recuerdos o cosas del pasado, de un lugar o de una persona. Cuanto más fuertes sean los sentimientos de esos recuerdos con mas facilidad los veo.- Dice la joven mientras cruza su brazo derecho por el abdomen para sujetar la muñeca del otro brazo.

Vamos, que una cantidad de esas visiones no son alegres precisamente. – El tono de la muchacha no era para nada animado, como si hablar del tema no le gustara. Realmente aquel poder no le parecía bueno y se notaba en sus palabras.- Cuanto mas tiempo en contacto físico tenga con algo, mas posibilidades de ver. Así que, ya sabéis, si tenéis algo que ocultar…- En parte parecía un tono de broma, pero para Nerea aquello era bastante mas serio de lo que quería aparentar. No le gustaba inmiscuirse en la vida de las personas y ver cosas de su pasado no ayudaba, sobretodo aquellos recuerdos que mas emoción tenían impresa. Este era el motivo por el cual sus compañías eran contadas en números pequeños.

Christian era frecuente en el bar así que sabía que era típico en Nerea actos como el juntar ambas manos en un sordo aplauso, movimiento que inicialmente no era sino una manera de distraerse cuando ocurría una de aquellas visiones. Incluso Carla podía relacionar algunas de las acciones de Nerea con el poder que acababa de expresar. Después de todo al saludarla ese mismo día había reducido el apretón de manos con la excusa de abrir el local, resultando la apertura de este antes de la hora habitual.

Andrew no hizo cuenta de la desnudez de aquella chica de pelo negro; sólo se concentraba en intentar ubicar su voz, pero al percatarse de sus intentos por taparse, cierto rubor maquilló las mejillas del metahumano, mientras ladeaba la mirada hacia otro lado.

La chica parecía recomponerse, y empezar a ubicar a los demás. Sara era el nombre de la chica que le había ayudado en la carretera circular. Todos parecían encontrar similitud o puntos de encuentro; y Andrew miró sus pezuñas y siguió encontrando aquello que lo hacía pese a ser metahumano, diferente y excluido entre los demás.

Andrew escuchó las conversaciones, aquellos poderes que aunque pensaban que eran inútiles. Aquella chica duplicadora, podía ser una manera de encontrar un listado infinito de recambios con los que comerciar; el hombre de los sentimientos, para apaciguar los malos modos de algunos clientes renegones; el chico del sonido, sería como un sonar para encontrar desgastes en ciertos motores sin necesidad de revisar pieza por pieza hasta dar con la avería o fuga.

Y entonces aquella chica morena exponía su poder y se acordó de aquel momento donde su padre daba por ajustada la cuenta por criar a un metahumano como Andrew, dejando que una escopeta arrebatase el precio sin preguntar. Giró la mirada al suelo y esperó sus botas, mientras esperaba que aquel recuerdo no llegase a la chica, al menos no recordaba haberla tocado, pero todo era difuso en aquel poder. Así que se limitó con no responder, ni una mirada, ni un por qué.

Hugo vio como la señorita Leblanc se alejaba no sin antes dedicarle una pequeña sonrisa. Qué tímida parece...

Pensaba seguir sus pasos pero la conversación de los demás hizo que les prestara total atención, acercándose a ellos mientras se limitaba escucharles, disfrutando de sus poderes e imaginándolos en acción.

Sin duda, el que más le fascinaba era el de la chica que podía ver recuerdos, aunque el más útil posiblemente fuera el de replicar cosas.

Esta gente parece saber usar sus poderes y yo no tengo ni puta idea de cómo hacerlo... 

- ¡Perfecto! Entonces todos dentro - entró en la conversación - Yo soy Hugo, encantado chavales. Yo... - titubeó - se supone que puedo replicarme a mi mismo, pero no tengo ni puta idea de cómo funciona. Entonces, el chico sónico y yo ¿somos los únicos inútiles que no sabemos usar nuestro poder? - dijo levantando una mano en señal de pregunta.

El chaval del audífono había sido el primero en contestar, que les contará que habilidad tenía,hacia que Carla se sintiera más segura, pues parecía una persona de fiar -una curiosa habilidad la tuya, yo soy Carla.-se presento a Driess.

En ese momento Nerea se decidió a hablar de su habilidad, a Carla no le pasó inadvertido su tono, parecía sentirse incómoda hablando del tema se sus habilidades, o al menos de la suya, la cual no parecía haberle dado muchas alegrias. Carla no conocía a Nerea en profundidad, pero parecía una chica amable.- bueno, si puedo ayudarte en algo solo dilo,no tengo nada que ocultar, y como todavía no me han despedido, somos compañeras.- era lo único que podía decir Carla acompañando sus palabras con una ligera sonrisa, no sabía cómo ayudar a su compañera de trabajo. Carla miro brevemente a Christian, el sin duda conocía mejor a Nerea, y ahora que sabía de su habilidad, estaba segura que alguien como el podía ser un mejor apoyo.

Finalmente Carla se percató de que su conversación había atraído a más gente que participaba contando su poder, era buena señal para ella, aunque todavía no había dicho nada sobre si apuntarse o no, por ahora estaba dispuesta a escuchar lo que le tuvieran que decir.

Sarah vió al tipo que la abordaba un poco escéptica. No sabía si era solo un creído o si le debería sonar de algo lo que si sabía es que no le gustaba su actitud pero no era momento para pelearse así que tan solo se encogió de hombres ante su pregunta de si nos devolverían los moviles ya que realmente no lo sabía.

Sara oyó de refilón algunas conversaciones de poderes, algunos parecían poder hacer cosas increíbles. No es que considerará su propio poder inútil, de hecho era realmente útil en su vida diaria pero no sabía como podría utilizarlo si querían que se convirtiera en una superheroina y eso la preocupaba.

Hay una chica que tiene un poder que le hace pensar sobre el suyo... "¿es así como funciona pero filtrando?" pero el de Sara tambien trabajaba con objetos lo que le hacía pensar que era diferente, de todas maneras le hizo sentirse afortunada ya que la chica parecía bastante "jodida" con su poder.

En ese momento Sará vió al tipo que le habían pinchado las ruedas y le sonrió haciéndole un gesto para que se acercara su primera impresión sobre él había sido bastante mejor que la del chico con el que hablaba ahora y quería saber si él sabía algo más aunque lo dudaba bastante.

Que Agni fuera consciente de que tenía un poder podría suponer un problema a la hora de reclutarlo. No se esperaba que él contestara a algo negándose en rotundo, pues hasta donde ella le tenía estudiado parecía que sí que era consciente de sus habilidades. Así que era muy probable que estuviera a la defensiva y no quería mostrarse como realmente era. Una actitud que al menos habría que tomar en cuenta y esperar a que estuviera más relajado.

Cuando iban de camino hacia la sala de reuniones, Andrew pidió sus botas y Miss Kross negó con la cabeza. Lo siento, pero ahora mismo las estamos lavando. El hombre que acompañaba a la mujer se desvió del camino que estaban tomando los demás, y unos minutos más tarde, cuando hubieran llegado a la sala de reuniones, llegó con varias botas de corte militar y de colores oscuros y también de diferentes tamaños. Las dejó encima de la semana dando a entender a todos que podrían coger la que más se adecuara a su talla. Sin duda había suficientes números para todos.

Después algunos de los presentes se pusieron a hablar de los poderes que poseían cuando Sara interrumpió la conversación preguntando por el número de víctimas del atentado. La sonrisa de Miss Kross se apagó y su cara se entristeció. Se cuentan por centenas. Dijo en un susurro. El accidente se cobró más muertes que el 11M o que el atentado del Hipercor en Barcelona. Ha sido una tragedia, nosotros logramos salvar a unos pocos. Pero ese fatídico 28 de junio Argüelles estaba repleto de gente, muchos eran jóvenes universitarios, ha sido una catástrofe. Después se quedó callada. El Gobierno, lejos de preocuparse por el bienestar de los supervivientes tan solo ha hablar del registro de metahumanos. Insiste en que todos debemos hacernos una analítica, registrarnos en una basa de datos del estado y marcarnos con un asterisco y un número como si fuéramos ganado. Estaba claro que Miss Kross estaba en contra de todo eso del registro, pero desde luego era algo que tenía opiniones muy enfrentadas en la sociedad y que era uno de los problemas más actuales de ese 2025.

A continuación fue Iratiz quien presentó a un hombre al que nadie vio, aquello alarmó a la mujer que les había reclutado. ¿Fer? Le preguntó.¿De qué estás hablando? Luego se acercó a hablar con su otro compañero, le susurró algunas palabras al oído y éste se marchó por la puerta.

Aquella pregunta fue más bien retórica pues no tardaron mucho más en llegar a la Sala de Reuniones.

Aquel lugar era una zona amplia carente de ventanas y de decoración. Las paredes estaban pintadas de un gris pálido y una lámpara de luz blanca iluminaba la estancia. En el centro había una mesa ovalada y muy larga, rodeada de al menos una veintena de sillas y todas ellas enfocadas hacia un televisor de 64 pulgadas colgado de la pared.

A pocos metros de la mesa principal había otra mesita llena de comida, con sándwiches, aperitivos, algo de fruta, refrescos y también rosquillas. También había tres teteras, una con café en su interior, la otra con té y la última con leche semidesnatada.

Poneos cómodos. Afirmó Miss Kross mientras iba encendiendo la televisión y sacaba un pequeño portatil.

Driess sintió como era capaz de escuchar lo que Miss Kross decía a su ayudante. No había tenido que hacer ningún esfuerzo para oírlo. Era como si realmente lo hubiera dicho en voz alta a pesar de haberse pegado a su oreja:

Parece que La Máquina de Recuperación no funciona tan bien como esperábamos, los poderes de El Ilusionista deben de haberse vuelto en su contra y ve cosas que no existen. Mira a ver qué le pasó a su máquina y ya de paso investiga en su expediente quién es Fer.

Cuando el portátil estaba encendido en la televisión apareció la misma imagen que tenían en el mono de licra que llevaban. Sin duda debía ser el símbolo de la organización.

- Bienvenidos a todos, veo que os encontráis en perfectas condiciones lo que me ayuda a saber que nuestros métodos de curación rápida están en perfectas condiciones. A pesar de esa frase no pudo evitar echar una mirada de reojo a Iraitz como si no las tuviera todas consigo.

Bien, os cuento, como ya os dije, mi nombre es Miss Kross y quiero crear un nuevo grupo de combate para acabar con una terrible amenaza del futuro. De la cuál os informaré en breves momentos, en cuanto mi compañero traiga los papeles necesarios.

Mientras tanto os iré contando qué es Superhéroes Inc.

Fue una organización de los años 70 y 80, era propiedad de mis padres y otros superhéroes como vosotros. En la televisión iban apareciendo imágenes de los padres de Miss Kross y más o menos de todo lo que iba contando. Era uno de los grupos encargados de proteger España de malvados metahumanos y de aquellos que querían hacer daño a los demás. Entre sus archienemigos había estado el mísimisimo dictador Francisco Franco, el cuál, era otro metahumano como vosotros. Bien pues hace unos pocos meses tuve un encuentro con un mutante del futuro llamado Dimensión. Tras contarme lo que ocurrirá en el futuro, tomé la decisión de volver a revivir el grupo que antaño dirigieron mis padres.

Para ello, Dimensión me trajo una máquina del futuro que era capaz de localizar metahumanos al borde de la muerte. Por fortuna,  os hemos logrado encontrar antes de que fuera demasiado tarde para vosotros.

Al enterarse de las intenciones del gobierno, lo primero que pensó fue: "Cómo puedo actuar para salir mejor parado de esta situación?" no le importó si estaba bien o mal, ni las discusiones morales o de defensa de los derechos humanos que podría representar o violar la implementación de aquel asterisco público que distingue a los metahumanos del resto. "Quizás si voy primero y me presento como un buen metahumano, uno dispuesto a colaborar, ellos me financien y me utilicen como publicidad. De esa forma mi fama aumentaría, si. Puede que haga eso." concluyó y después de agarrarse abundante comida, se sentó en uno de los asientos. El resto de las personas fueron haciendo lo mismo, y la regordeta empezó la explicación. Todo eso le hizo acordar a estar en el colegio, pero rodeado de viejos repetidores. Su colegio era más cool que esto, y en su colegio no le sacaban el celular para que prestara atención. Era como si quisieran ponerlo inquieto y nervioso. "Me dan mala ropa, feas botas, no me devuelven mi cellphone por el que casi me acuchillan, y encima me pegaron un cachetazo hace un rato. Esta gente quiere que esté nervioso e incómodo." concluyó.

Agni vió la película sin prestarle la debida atención. Comió sandwichitos, nachos, le prestó menos atención a la explicación de la regordeta, y se chupeteó los dedos después de terminar. Se levantó un momento para servirse un buen vaso de leche desnatada, interrumpiendo el discurso de la falsa profesora, y pasó por delante de las piernas de los otros.- Permiso, aver, permiso. Si. Sorry not sorry.- dijo al pasar. Se sirvió un vaso de leche, y tomó un poco del pico. A nadie le molestaría eso, ya que su saliva era biodegradante. Después agarró su vaso blanco nuevamente y volvió a pasar delante de todos, interrumpiendo una vez más.- Perdón, permiso, aver... si, quiero pasar.- fue diciendo.- Lo sé, todo esto es tan poco actual.- le dijo a Nerea, otra chica que parecía joven como el, y volvió a su asiento. Se dejó caer, se hizo tronar el cuello, bebió un poco de lechita, hizo ruiditos con la boca para degustarla al máximo, y luego dejó salir un.- Ahhh, refrescante.- estaba siendo bastante molesto estar al lado suyo, especialmente para el desafortunado que terminó a su lado.

"Esto es más aburrido que el colegio, aparte en el colegio me dejan twittear y sacarme selfies en la clase. Esta banda de superhéroes no es nada actual." pensó devuelta Agni, y escuchó acerca de Dimensión. "Que nombre tan actual el de ese superhéroe, debe tener un poder cool como el mío. Tan moderno. O quizás mejor, si una versión alternativa de mi poder. Quizás soy su hijo, y el estúpido de mi padre es solo otra versión mediocre de él o algo. Eso puede ser." razonó, y sus pensamientos fueron incluso más egocéntricos que sus palabras. Poco a poco se convenció de esa idea, hasta que habló:

- Tranquila señora, yo ayudaré a Dimensión en su noble causa.- dijo Agni, ilusionado de finalmente poder conocer a su verdadero padre y no al paquete que tenía en casa. Nunca le había comprado la play station 7 porque era un duplicado de otra dimensión, ese era el problema. De haber sido su padre original lo hubiera hecho sin dudarlo.

Después de escuchar lo de estar al borde de la muerte recordó algo.- Yo también estaba por morir?- le preguntó.- De qué?- agregó. No sería posible que fuera por aquellas dos patadas. El no era tan afeminado, cierto?

Esperó con ansias la respuesta a su pregunta, pero al mismo tiempo con miedo de que la regordeta le dijera que estaba por morir de una forma patética y que el resto de los futuros superhéroes se burlaran de el. No debería haber dicho nada.