Partida Rol por web

Ofelia llegó al hangar junto a los dos grupos, yo conduciré uno de los coches, parece ser que la ubicación exacta es calle Velazquez 3, eso está muy cerca de el parque Retiro, los problemas vienen de esa zona, así que lo mejor será aproximar el coche lo máximo posible. ¿Entendido?

A partir de ahora, tenéis los intercomunicadores que nos ha dado Rubén, cualquier cosa hablamos por ahí.

Y tras aquello se metió en el coche y lo puso en marcha, dejando que el equipo verde hiciera lo mismo.

Javier no tenía nada que decir, por lo que se subió en uno de los asientos traseros del coche en el que la chica que parecía emocionarse iba a conducir, pues les iba a llevar a su destino. Si el hecho de llevar un mono de fontanero ya era ridículo, lo era más aún cuando vio a sus dos compañeros. Ahora parecía uno de esos que iba a convenciones con un disfraz de cuatro duros y se juntaba con los que eran cosplayers profesionales.

Ridículo total.

-Bueno, entonces, ¿qué es lo que vamos a hacer exáctamente nada más llegar? Quiero decir, ¿intentamos controlar la zona para ver que pasa o dejamos que la gente campe a sus anchas mientras que lo investigamos y que sea lo que dios quiera? Si a mí me vienen tres tipos disfrazados y me dicen que no puedo ir a un sitio, la verdad es que me importaría una mierda lo que dijeran -explicó. Él no era un gran improvisador y su mandíbula daba fe de ello, por lo que necesitaba al menos una "guía práctica de primeros pasos para realizar misiones de superhéroes".

Sara tras cambiarse y probar a hacer un par de movimientos con los palos recien adquiridos estaba bastante satisfecha, no se podía decir que fuera la mejor luchadora pero desde luego tenía muchas más posibilidades que antes. Montó en el coche detras de Javier.

No creo que tengamos mucha opción. Contestó Sara a Javier. No tenemos placas ni ningún dispositivo oficial por lo que no creo que la gente nos haga caso a menos que quieras sembrar el pánico antes de que pase nada gritando ¡bomba! o algo parecido lo que no me parece la mejor opción. Pasar desapercibidos tampoco parece una opción salvo que guardemos las máscaras hasta que pase algo... yo creo que los problemas vendrán a nosotros.

Andrew montó en uno de los coches, junto a Sara, Javier y Ofelia. Eran el grupo directo, el equipo rojo, ellos llegarían a la zona cero del problema y darían con todo de morros.

Sara y Javier, ya preveían el problema de como afrentar el problema, como empezar todo aquello. La idea de gritar "bomba" era algo que sin hablarlo todos descartaban pero había que empezar de alguna manera. La más experta en todo aquel equipo era Ofelia y puede que tuviera idea de ello así que sin esperar a llegar al sitio, y que ya fuera tarde Andrew se giró hacía ella y le dijo.- Tú eres la veterana del grupo, ¿Cómo piensas que deberíamos hacerlo?.

Estaba claro que aunque Sara era la líder del equipo rojo, todos tenían una idea de que no hacer pero podía ser que un poco de ayuda, mejorase a la visión colectiva del grupo y relajase el momento inicial de aquella misión.

Ofelia iba conduciendo camino del parque del centro de Madrid cuando Andrew le comentó cuál era su opinión. ¿Me consideráis a mi veterana? ¿Y qué os hace pensar eso? Preguntó sorprendida. Yo solo soy una experta piloto y no soy muy buena para diseñar estrategias. Quien mirase a través del retrovisor podría ver el rostro colorado reflejado. La joven se había sentido incómoda pues habían pensado de ella algo que no era así. Aún así, tras varios kilómetros recorridos soltó un momento la mano del volante para señalar algo que veía en el horizonte. 

Todos miraron con expectación lo que la conductora señalaba, entre todos los edificios del centro y a través de los árboles podía apreciarse una figura humanoide, debía medir más de 10 metros de altura y sin duda era ella la que estaba provocando los supuestos temblores o terremotos que habían mencionado en las redes sociales. ¡Allí, mirad! Gritó Ofelia alarmada. Será mejor que penséis en un plan, porque está claro que ese gigante es el causante y no tengo muy claro cómo hacer para libraros de él. Dijo mirando a Sara por el retrovisor, al fin y al cabo ella era la líder y la que tendría que empezar a ejecutar el plan de acción.

Sara se queda mirando el enorme tamaño de la figura con la boca abierta, no se le ocurría ninguna manera en la que se pudiera enfrentar a algo de ese tamaño.

Lo único que se me viene a la mente es la pelicula de Star Wars cuando tumban aquellos tanques de cuatro patas... Dice en tono de broma para intentar quitarse el miedo que tiene de encima.

Javier iba medio distraído en el viaje, sentado en la parte de atrás y pensando en la pesadilla que era el tráfico en Madrid y por qué la gente seguía yendo en coche por ahí cuando la conductora señaló por el parabrisas.

-No me jodas -fue lo único que atinó a decir. ¿Qué se suponía que iban a hacer con eso? Esto podía irse a la mierda en un pis pas y una parte de él le decía que desapareciera en ese mismo instante, nadie sabría a donde había ido.

-¿Star Wars? ¿En serio? ¿Y como controlas la caída? Como caiga sobre un edificio lleno será peor que el hecho de que esté caminando -no podía evitar pensar en todo lo que podía ser esa pesadilla- Nadie tiene el poder de encoger cosas, ¿verdad? -lo dijo a modo irónico, pero esperaba que alguien le dijera que sí.

Diez minutos después llegaron al Museo del Prado que se encontraba cerca del lugar donde se hallaba el gigante. Ofelia sacó la mano por la ventanilla para señalar a sus compañeros que aparcasen detrás de ella. La mujer dejó allí el coche, encontrar hueco en el centro de Madrid no era sencillo, pero habían tenido bastante suerte. 

Estaban a tan solo cinco minutos andando del Parque del Buen Retiro, por lo que no tardarían en llegar hasta donde se hallaba el gigante. El problema vino cuando nada más aparcar el gigantón desapareció dejando tras ese cambio un fuerte temblor que sacudió los cimientos del Museo que tenían a su derecha. 

El metahumano ya no se hallaba a simple vista y o bien era capaz de volverse invisible o bien había cambiado de tamaño.

Andrew permanecía callado mientras miraba a su contrincante. Al parecer, el equipo de superhéroes iban a entrar por la puerta grande en el mundo de los disfraces. Su objetivo era todo un coloso, difícil de abarcar o sujetar.

A través del intercomunicador, Driess les daba señales. Era la primera vez que no estaba de acuerdo del todo con atacar directos, los poderes de Bishop podrían ser muy útiles en estos momentos, pero Andrew no destacaba por su estrategia, por lo que sería mejor esperar y observar el resto de planes.

Pero de repente, el enemigo se disipó como por arte de magia. Andrew miró a Ofelia algo confuso y dijo.- Tenemos algún localizador o receptor que localice los metahumanos, quizás triando la zona en la que suponemos el epicentro podamos tener alguna pista.

Quizás el chico bestia debería de compartir lo que pensaba, y sin perder más tiempo, tocó el intercomunicador y dijo al resto mientras miraba a su equipo.

Lo que usan para detectar estas cosas no me deján utilizarlo... Respondió Sara aun con ganas de poner las manos en dicho artefacto.

Por ahora vamos a la zona a ver si podemos ayudar luego intentemos localizar e incapazitar al gigante si puede ser cuando no sea gigante mejor.  Sugierió Sara sin ninguna idea de como realizar semejante azaña.

-Vaya, pues parece que él mismo puede hacerlo -comentó al ver como desaparecía el gigante en un parpadeo. Javier se rascó la cabeza confuso mientras que sus dos compañeros intentaban pensar en algo.

El boceto o amago de plan de la chica era lo único que tenían y no era malo, simplemente podría adaptarse ante las muchas posibilidades que pudieran darse. Javier suspiró mientras caminaba junto a ellos.

-Sí, y tal vez deberíamos de ver también si hay heridos y cosas de esas, ¿no?. Neutralizar la amenaza es primordial, pero si no podemos hacerlo, sacar información sería igual de bueno, ¿me equivoco mucho?.

El equipo rojo caminaba tranquilamente en dirección al Retiro sin tener muy claro el plan de actuación. Mientras tanto el tiempo seguía pasando y no había ni rastro por parte del metahumano que habían visto antes.

Acababan de llegar al Retiro. Andrew accionó su intercomunicador y dijo.- Aquí equipo rojo, en el Retiro. No sé bien que buscar, pero fijo que si nos están buscando, nuestros trajes y máscaras nos harán notar.

Buscaremos restos de pisadas enormes, para más o menos situar la zona cero y desde ahí empezar a buscar información. Quizás alguien lo haya visto y esté señalando con el dedo aún en su dirección.

Al cerrar el intercomunicador miro al resto del equipo rojo y dijo.- Ahora en serio, creo que debemos de buscar cuanto antes la zona cero, y empezar a buscar pistas, antes de que ese loco diga de crecer de nuevo y ponerse a dar pisotones sin parar.

Si lo hiciera somos pegatinas en sus zapatos en dos milésimas de segundo.

No creo que su apariencia cambien demasiado aunque su tamaño si... así que sabemos más o menos la apariencia que tiene ya que la vimos a tamaño gigante. Posiblemente sea de los pocos que no este en pánico con esos dos datos y un poco de suerte podremos dar con él con mucha suerte antes de que  él nos vea a nosotros. Sugiere Sara ¿Alguna idea mejor?

Andrew asintió a las palabras de Sara y dijo.- No hay tiempo que perder. Voy a las líneas del este del Lago, suele haber mucha gente allí.

Sin más. Minhos se dio la vuelta y empezo a buscar por el Retiro siguiendo una de las sendas que llevaba a la zona de caminos cercanos a los campos del este del lago.

Aquella era una zona de confluencia de caminos, una zona transitada, y que de una manera u otra, un paseo por el parque podía acabar allí. Se acordaba la de veces que el había salido de paseo para evitar pensar en todos sus problemas y sin querer había acabado por allí, hasta que finalmente se dejaba caer en el cesped y observaba a la gente ir y venir por los caminos; entre risas y conversaciones que lo hacía aún más diferente en su silencio a los demás.

-Pero... ¿qué tenemos que buscar? -preguntó el joven, pues no habían decidido nada. Un hombre o una mujer, que podía ser de cualquier tamaño- a lo mejor finge el pánico, pero es lo mejor que tenemos. Iré a la estatua del Ángel Caído y de ahí buscaré algo que destaque por lo que sea.

El lanzarse al vacío y sin un plan era una mala idea, pero tampoco tenían mucho más. Siempre podía huir si la cosa se ponía complicada.

Finalmente se pusieron de acuerdo en entrar al Retiro e investigar a ver si daban con el que pudiera ser el metahumano que estaba dando todos aquellos problemas. Todo el mundo corría de un lugar a otro, pero todos iban en sentido opuesto al que llevaban ellos y entonces, antes de separarse se encontraron con un muchacho con las rodillas llenas de sangre y tirado en el suelo hecho un ovillo. Parecía que el muchacho se hubiera caído, tenía entre 12 y 16 años, pero lo más llamativo es que estaba desnudo. 

Quizá podrían terminar de dividirse o quizá atender al chiquillo que parecía tener el rostro asustado y confundido.

Estaba claro que aquel chiquillo era el Titan de hacía unos minutos, su semejanza y la ausencia de ropa eran signos inequívocos de aquello. Una cosa es que el chico tuviera metapoderes y otra que la ropa resistiese un estiramiento de decenas de metros.

Andrew miró la desnudez del chico y recordó sus propios sentimientos al salir de aquel tubo de agua azulada en la central. Miró y buscó en el suelo, una prenda de las que la gente había soltado al correr y sin pensarlo ni un segundo la agarró y tapó la entrepierna del muchacho a la vez que se agachaba y cogía su mano con la suya como lo haría un amigo y dijo.- ¡Ey! Tranquilo, vale...

Sabemos que no querías hacer daño a nadie, tranquilo. Conocemos gente que puede ayudarte al igual que nos ayudaron a nosotros.

Tranquilo de verdad.- Andrew miró tranquilo y sincero al chico y dijo con gesto amigo.- Soy Minhos, tranquilo, vamos a ayudarte, ¿vale?.

Andrew miró hacia atrás donde Sara y Javier y dijo.- Creo que aún no controla sus poderes. No es una amenaza por ser un adversario, simplemente no controla sus poderes... deberíamos ayudarle.

Minhos volvió a mirar al chico y dijo.- Somos como tú, no hacemos lo mismo que tú... pero somos especiales como tú, confía en nosotros, te vamos a ayudar.- Sin más, Andrew miró al chico tranquilo y accionó sus intercomunicador, para hablar con el resto.

Ese niño podía ser ese ser extraño o tal vez no, como había dicho su compañero ahora mismo no era una amenaza, aunque podría serlo de otra forma.

-Tranquilo, no tenemos intención de hacerte daño -se acuclilló ante el niño y luego alzó la vista a Minhos- no podemos descartar que haya otra cosa. Si queréis me lo puedo llevar yo a la base y vosotros terminais de revisar el parque, por si acaso.

Al fin y al cabo, él podría atravesarse la ciudad con su poder en un periquete.