Estación de Santander

Viernes, 11 de julio del 2025.
Nueblado, temperatura 15ºC
Hora Local: 12.25; 
 

Día de la fusión: 17 de julio del 2025 a las 19.00h
Quedan: 5 días y 6 horas 35 minutos

La estación de Santander es una estación ferroviaria de carácter terminal situada en la ciudad española de Santander. Feve es la titular de la misma y presta a través de ella servicios regionales y de cercanías usando su red de vía estrecha que cubre principalmente el norte de España.

Está situada en la plaza de las Estaciones cerca del centro urbano. Junto a este recinto se encuentra la estación de Adif a la que acceden los trenes que circulan por la red de ancho ibérico.

En el bar que había en la Estación se encontraban sentados en una mesa Antonio, Rebeca y Ulises. A penas unos minutos después llegaba al que todavía no habían conocido, el Sr. Sacristán, junto a él estaba Carla que parecía encontrarse en buen estado y algunos de sus esbirros.

En las noticias hablaban de la extraña ventisca y maremoto que había habido en la playa el día anterior y de que habían encontrado un extraño amasijo de hierros no identificado y una mujer muerta como si se hubiese caído de una gran altura. Las autoridades y periodistas sospechaban que se había tratado de otro "altercado metahumano más".

Basilisco fue hacia la mesa donde estaba el grupo de superhéroes, o lo que quedaba de él, y tras acercar unas sillas, se sentó junto a ellos.

-Os dije que os la devolveríamos.-Dijo, señalando a Carla.-No matamos gratis. -después de un momento, rectificó la anterior aclaración-Yo no lo hago, al menos.-Después de todo, no podía responder por todos los otros.

Miró a su alrededor y vió que, además de faltar Miss Kross, también faltaba la chica que controlaba la gravedad. Los había oído hablar de que se había ido. Aún no había vuelto, entonces. La chica no era la persona más estable posible, pero tenía poder, y su marcha mermaba sus fuerzas.

-Como veis, Sacristán ha venido. Imagino que Kross estará al llegar, o esto sería una pérdida de tiempo. Y nosotros hemos venido para asegurarnos de que todo se desarrolla sin sorpresas para nuestro cliento. ¿Puedo preguntar cuál es vuestro plan una vez localicen a los objetivos?

Por su parte Speculum que se había hecho un sombrero de copa nuevo con papel de periódico también se acercó al lugar, parecía ligeramente mejor que cuando aquel grupo de héroes lo vio en la playa, pero aún así no lo suficientemente bien como para estar tranquilo, relajado y distendido, por lo que se quedó algo más apartado, pidiendo algo de picar en la barra, a fin de cuentas, no había comido hasta ahora y eso entraba en "gastos de Empresa"... probablemente.

Rebeca estaba impaciente y preocupada, ni siquiera había pedido nada para tomar y se entretenía desmenuzando servilletitas de papel sobre la mesa con nervio. Se había sentado entre sus compañeros, procurando así no dejar espacio suficiente para que los del otro grupo se sentasen a su lado. Haber compartido espacio en la playa ya era suficiente, no quería tenerlos tan cerca. 

Cuando al fin aparecieron suspiró de alivio al ver que Carla estaba bien, no habían sabido nada de ella hasta el momento, aunque el comentario de Basilisco no la calmó en absoluto. Miró a los recién llegados con reproche, se habían presentado disfrazados y aquello no le hacía gracia, sobretodo porque ellos iban completamente desprotegidos ahora.

- Miss Kross vendrá -se limitó a contestar con seriedad, sin mirar a nadie a los ojos como era usual en ella, después inclinó ligeramente la cabeza hacia Sacristán-. B-buenos días.

No contestó a la siguiente pregunta aunque lo supiese no le iba a dar esa información, así que volvió a desmenuzar papelillos sobre la mesa.

Ulises miraba fijamente el botellín de la Coca-cola que se estaba bebiendo, sujetándola con una mano con aire ausente. No había dicho mucho a los demás después de que Kross accediera a acudir y ayudarles. Levantó la vista al ver aparecer a los mercenarios de Sacristán y suspiró de alivio viendo que Carla estaba bien.

Escuchó y miró a Basilisco con seriedad. En otro momento le habría dado las gracias pero ahora le parecía ridículo después de todo. Si todo se había complicado fue por ellos aunque sabía que no les podía culpar, solo cumplían su trabajo.

Observó a Sacristán, analizándole con la mirada, intentando ver a simple vista todo lo que Kross había dicho sobre él, aunque eso fuese inútil e irrelevante si lo comparaba con el tema de salvar el mundo y esas cosas. Rebeca se adelantó y respondió lo que Ulises también le habría dicho. A la siguiente pregunta tampoco respondió, ya lo haría Carla o la mismísima Kross.

Antonio se encontraba sentado en el bar de la estación, junto con Rebeca y Ulises, un tanto deprimido. Observó cómo el Señor Sacristán llegaba junto a Carla y alguno de sus esbirros, y se limitó a levantar la mirada y saludar con un gesto de mano para luego comenzar a juguetear dando vueltas a un servilletero.

El metahumano de poderes eléctricos esbozó una leve sonrisa al oír que uno de los secuaces de Sacristán, una persona de género indiferenciable que se ocultaba bajo un traje negro, indicaba que ellos no mataban gratis o que al menos él no lo hacía.

-Es bueno saberlo -le respondió solamente al tal Basilisco. En otras circunstancias, quizá se hubiera sonreído levemente por el comentario del metahumano, pero ese día AJ no tenía ganas de reír.

Carla tenia mucho mejor aspecto que cuando dejo a sus compañeros, entonces wstaba palida, y sin fuerzas, ahora se le veia buen color y parecia estar en perfectas condiciones salvo por unas leves ojeras, fruto seguramente de no tener un sueño demasiado reparador, pero con los compañeros perdidos que habia sufrido, quien dormiria bien.

-Hola- dijo al tiempo que saludaba con la mano a sus compañeros.- Estoy bien, no me han tratado mal, incluso he comido y dormido.-Luego se sento con sus compañeros a esperar Potencia.

Como si de una película se tratase, justo en el momento en que Helena de la Cruz, más conocida como Helen, Miss Kross o incluso "Potencia", entró en la cafetería, el hilo musical paró y todos sintieron una extraña sensación en su interior. La presencia de Potencia alteraba las sensaciones en el cuerpo de cada uno e incluso los revitalizaba por dentro, era como si el hecho de que ella estuviese allí todo el mundo se sintiese mucho más empoderado.

La mujer iba escoltada por un par de hombres, un chico de aspecto afroamericano, de piel completamente oscura y vestido con ropas bastante estrambóticas. A su lado iba un chico algo más menudo, gafas, un maletín y un par de libros bajo el brazo. 

Kross miró a Sacristán con cara de muy pocos amigos, quien la conocía sabía que esa expresión era muy habitual en ella, pues no es que fuera la mujer más simpática y agradable de la Tierra.

Buenos días. Estoy aquí tal y como me pediste. Le dijo al que una vez había sido su amante. Espero que mi presencia aquí te ayude a hacer lo que mis chicos te han pedido. Necesito que localices a dos metahumanos cuyo poder aún es inexistente, pero que cuando ambos se conozcan todo se irá a la mierda. Dijo seria y seca.

Sacristán sonrió al ver a la que había sido la mujer de su vida, pero cuando la vio aparecer junto a esos dos hombres, su mueca se desvaneció y puso una más seria ofuscada. Dame la mano, Helen. La mujer se la tendió con muy pocas ganas, y Sacristán se la agarró.

Lo que sintió en ese momento fue algo que nadie pudo saber, pero el metahumano cerró los ojos, o al menos el que podían verle y se concentró por unos momentos. Con la presencia de Kross allí, los poderes de Sacristán se veían sumamente potenciados, igual que había sucedido con el resto de metahumanos presentes.

Apenas habían pasado cinco minutos, Sacristán volvió a sonreír. Lo tengo.

¿No has tardado demasiado? Le preguntó Potencia soltándose la mano y haciendo un gesto como si su contacto le hubiese dado algo de asco.

El rostro de Sacristán se sonrojó un poco.

El individuo se encuentra en la Torre Picasso, la dirección más cercana es esquina de La Castellana con Joaquín Costa. Después miró el reloj, debe de encontrarse trabajando y yo no sé cuál es su apariencia, sólo sé que se encuentra allí. Lo malo... dijo Sacristán mirando la hora, es que tardaréis un montón en llegar hasta allí, para cuando lleguéis, lo mismo lo hemos perdido y ha salido del trabajo. Necesitéis un vehículo mucho más rápido.

En ese momento, Ofelia, que había estado escuchando toda la conversación desde la barra, miró a Carla y después a Kross y se acercó a ellos. ¿Crees que juntas podríais volver a materializar mi nave? Le preguntó a la metahumana y a la jefa. Si Carla combina su poder con el tuyo, Helen, es posible que podamos crear el vehículo que necesitamos para llegar a tiempo. ¿Qué os parece?

Jack se había sentado en la barra pidiendo una mediana nada más entrar en el bar, receloso del grupo de héroes. En cualquier otra situación habría montado todo un espectáculo, moviendo sillas, insultando a cualquier curioso que le hubiese dirigido alguna mirada por encima del hombro, sentándose frente al grupo rival con el respaldo de la silla por delante, cerveza en mano, su típica actitud hostil y desafiante y soltando improperios a diestro y siniestro. Sin embargo, el payaso estaba agobiado e incómodo… todo aquello se estaba alargando demasiado y tampoco le gustaba el rumbo que tomaba.

- Puto Sacristán – pensaba mientras se tomaba la cerveza – si la quieres meter, porque no te vas de putas como hacemos todos – seguía pensando cuando vio a la tal Miss Kross– y más viendo a la tipeja esta.

Sin embargo, la sensación que euforia que le invadió por dentro gracias a la presencia de Potencia le cambió el humor, y cuando Sacristan terminó con su predicción intervino – vamos jefe, si eres capaz de ver donde se encuentra, mejor nos esperamos a que sea de noche, descubrimos donde vive y le rajamos el cuello – comentó un Jack casi tan motivado como el día anterior cuando salió del baño tras haber recargado las pilas. Finalmente, le dedicó un guiño a Carla - si quieres que algún día te traten mal, llámame.

tras escuchar la sugerencia de ofelia y lo dicho pdor Sacristán, Carla penso que podia intentarlo, aunque no sabia hasta donde llegarian sus fuerzas con potencia.- Yo estoy dispuesta a intentar lo de la nave.-dijo Carla.- aunque antes...- esta se giro y fue a la barra donde se encontraba Jack. alli pidió toda la bolleria que tenían donuts, napolitanas. una vez cogido todo, Carla miro a Jack, le dedico una sonrisa exagerada y le dijo al del barman.- paga el. - señalando con el pulgar levantado en direccion a Jack, para luego volver con los demas y comenzar a zampar bolleria. Queria estar preparada si Miss kross estaba deacuerdo con el plan de Ofelia.

Rebeca estaba en ese momento intentando coger otro papelucho del servilletero que Chispazo le había quitado de delante, cuando apareció Miss Kross, se quedó mirándola expectante. Le resultaba fascinante la presencia de aquella mujer, a penas la conocía dos días pero tenía claro que no dejaba indiferente a nadie. Se podría decir que en cierto modo era admiración por algo que ella misma no se creía capaz de lograr. 

No cayó en cuenta que aquella sensación extraña que la mantenía tranquila, por primera vez en mucho tiempo, eran los poderes de su jefa hasta que se percató de cómo la sensación constante de los suyos propios se extendieron en todas direcciones. Parecía como si sintiese el alcance de estos. Asustada, subió los pies de inmediato, sentándose aovillada en aquella silla de terraza tan incómoda. 

Le pareció una idea terrible lo del avión, después de vivir cómo se estrellaron la primera vez que se subía a uno... pues no le hacía mucha gracia volver a volar, pero se mantuvo callada porque sabía que era la única opción que tenían y confiaba en los poderes de Carla. Al acercarse esta a la barra la siguió con la mirada y se quedó mirando al payaso con el ceño fruncido mientras hablaba. Al final su compañero tenía razón, daba muy mal rollo.

- No queremos matar a nadie... -dijo en un tono neutro bastante seco, antes de añadir en voz baja agachando la cabeza- más.

Estaba a punto de entrar en sus pensamientos cíclicos de tristeza cuando Carla le endosó el pago alegremente al hombre, algo que le hizo mucha gracia y formó una pequeña sonrisa.

No le extrañaba que Sacristán estuviera tan encandilado con aquella mujer. Tenía una presencia extraordinaria. Y no sólo presencia, parecía que su nombre era algo más que un simple título vacío, a juzgar por cómo hacía que se sintiera, y cómo había permitido a Sacristán encontrar a aquel tipo.

Pero, aunque Kross era de lo más interesante, no hacía que se olvidara de lo que estaba en juego allí.

-No he preguntado lo que quereis hacer-Le dijo en tono seco a la chica que le había contestado-Lo que quiero saber es lo que vais a hacer. Nosotros también tenemos intereses en el asunto, las posibilidades de mudarnos de universo esta semana son escasas, así que me gustaría saber cuantos días quedan antes de que la Tierra se vaporice. ¿Qué vais a hacer cuando lo encontreis? ¿Decirle si, por favor, con azucar encima, podría no usar sus poderes? Ese viajero del futuro ya os ha dicho que están ávidos de poder y lo único que necesitan es la oportunidad. No esperad, dejadme que lo adivine ¿Vais a jugar a los despistes?¿Cada vez que vayan han encontrarse vais a hacer un ruído gracioso o tirarles un café encima para distraerlos y que no se vean? Su misma existencia es un peligro. Si lograis evitar que se encuentren hoy, ¿qué va a pasar la semana que viene?¿O el próximo mes?

Antonio observaba atónito cómo se producía el reencuentro entre aquella antigua pareja que no parecía tener mucho en común. Mientras miraba cómo se daban la mano y Sacristán utilizaba su poder, el metalero se preguntó si el metahumano habría perdido verdaderamente el ojo o solo utilizaba el parche como elemento decorativo para cubrir su ojo.

-Si Carla y Miss Kross van a crear otro vehículo, que no sea un avión -pidió AJ, aún alicaído por todo lo sucedido. Lo cierto es que parecía casi un alma en pena-. Se me han quitado las ganas de volar y no creo ser el único.

Uno de los metahumanos de Sacristán, el lanzador con maquillaje de payaso, había sugerido que matasen al metahumano al que su jefe había detectado. Tras ello, otro de los metahumanos, Basilisco, apoyaba la idea de su compañero.

-No hay necesidad de matar a nadie -dijo Antonio, negándose en rotundo-. Podemos, no sé, podemos secuestrarlo y decirle todo lo que va a suceder. Si lo mantenemos retenido, podríamos explicarle lo que va a suceder y decirle que se mude a otra ciudad. No puede ser tan complicado evitar que conozca a ese otro metahumano, ¿no?

Por su parte Speculum se metió en medio de la conversación, en concreto con lo que Chispazo había comentado, a fin de cuentas, el hecho de dejarlo con vida era un riesgo demasiado grande para absolutamente todo el mundo, y a diferencia del adolescente emo ese... Speculum quería proteger a alguien en particular.

-Sí, vamos a hacer esto... -comentó con sarcasmo- ¡Tu! ¡Te vas a convertir en un meta-humano capaz de gobernar el mundo y sumirlo bajo tu mando, gobernándolo como te antoje sin que absolutamente nadie pueda oponerse a ti o a tus designios!. Por favor, no hagas lo único que tienes que hacer para convertirte en un Dios...

Negando con la cabeza. El hombre del sombrero de papel de periódico sentenció.

-Si ese "pre-meta-humano" fuera "bueno" de serie, no cometería los actos que va a cometer... ¿Cierto?. ¡Pero sabemos algo que el no sabe!. ¡Nosotros sabemos que es un grandísimo capullo en su interior y no tememos en hacer lo que haga falta por detenerlo!.

Observó con tensión la llegada de Kross, sentía inquietud por lo que pasaría una vez se encontraran pero se olvidó completamente de eso ante lo que sintió al poco después. Como si de pronto sus pilas estuvieran completamente recargadas. No. Era más que eso. Sobrecargadas. Tardó unos largos segundos en prestar atención a esa sensación para poderse centrar en lo que conversaban.

Sacristán ejerció su poder y al cabo de unos minutos supieron la localización de uno de esos tipos que harían acabar el mundo. Ulises entrecerró la mirada. ¿Ya está? ¿Y para esto había tardado tanto tiempo? ¿Por estos escasos segundos Nerea había muerto? Ofendía y dolía, pero era inútil lamentarse y echar culpas, ya no merecía la pena.

La idea de Ofelia empezó a hacerse realidad, pues Carla se fue preparando para ello aunque nadie más que Rebeca dejó caer la intención de la empresa en la que pertenecían de no matar a nadie. Estaba con ella, tenían que encontrar otra manera de evitar la catástrofe sin que hubiera más muertes, pero a Basilisco eso le daba igual. Ulises no pudo evitar dedicarle una mirada ceñuda, pero ahí se quedó, en una mera mirada. ¿Lo peor de todo? Que básicamente llevaba toda la maldita razón, aún así seguían existiendo alternativas.

- Logramos concienciaros a vosotros ¿no? Como dice aquí mi compañero tenemos esa alternativa. 

-Espera... -Comentó cortando a Ulises- ¿Me iba a convertir en un Dios todopoderoso conquistador y gobernador del mundo si hacía algo en especial?. Por favor, comentadme exactamente qué pasos iba a tomar para lograrlo. No es como si eso me interesara especialmente, es para... evitarlo, sí sí...

Volviendo al tema en cuestión con aquel hombre que ni siquiera conocía, el hombre del sombrero de papel de periódico volvió a replicar la gran diferencia que había entre un: "Ayudadnos o morirés por el cataclismo" y un "No hagas esto porque si lo haces te conviertes en Dios".

-Nos convencisteis porque NOSOTROS ibamos a morir llegado el caso. No porque "tuvieramos un cambio de corazón y rechazáramos convertirnos en Dioses del Nuevo Mundo".