Partida Rol por web

El profesor va asintiendo a medida que expones tus dudas, y te hace un gesto hacia la silla junto a él para que te sientes cuando se lo pides.
—Ajá, ya veo. Así que un negocio. —Se cruza de brazos, la silla debajo de él le queda un tanto pequeña.
—Bueno, primero lo primero. Tienes algún socio? No habrás pensado montarlo tú solo... de dónde sacarías el dinero para comenzar? Y lo siento por la ida de tu hermano.

Luego se pone a pensar, mientras mira cosas en su móvil. —Armas... No tengo ni idea de quién podría comprarte armas. En Hausser ya Providence se ha hecho con el monopolio, prácticamente. Tal vez en alguno de los pueblitos circundantes... hmm... Dónde vives?
—Puede que si te dedicas a las artesanías por encargo, y las haces muy buenas, tengas algunos clientes, pero necesitarás muuuchos como para salir ganando, hijo, ya nadie hace armas a mano, ni nadie las compra salvo coleccionistas. Como mucho podría hacerte propaganda a algunos conocidos.

- Cierra el pico - dije mientras me levantaba.

Mis ojos se habían convertido en los de un felino y mis colmillos habían empezado a crecer. Por un momento empezó a brotar pelo de mi piel, pero este volvió a esconderse.

- No... No pienso caer en la trampa.

Transformarme ahora implicaba facilitarle el acceso a mi mente, y no estaba dispuesta a ello. Tendría que seguir lidiando con sus poderes tan solo con mi forma humana, pero era lo mejor.

- Vamos a poner a prueba tu teoría de que no podré golpearte...

De un salto me lancé contra aquel tipo. Sus aires de superioridad me estaban cabreando, y un buen puñetazo seguro que lo dejaba en su sitio.

Cuando veo como comienzan los pupitres a levantarse y impactan contra Keira no puedo creérmelo. -¡Keira!.- Grite entre preocupación y enfado, quien se creía ese tipo para llegar, destrozar la clase y apalear a la alumna nueva. Por una vez en la vida me sentí como Remiel. ¿Como era ese hechizo que hizo tanto énfasis en que aprendiese?

Coloque mis manos apuntando hacia el tipo y intente memorizar improvisando partes del conjuro que había escuchado innumerables veces ser recitado por Remiel. Note como dicho conjuro pedía mas energía de la que tenia generada, pero ahora que ya había empezado a lanzarlo no podía detenerme.

Finalmente empecé a notar como el calor se propagaba en mis manos.  Mientras veía el proyectil empezar a cumularse me quede pensando. Espera... ¿Ese no era el hechizo que explotaba?-Oh... no...- Gire mi mano ahciendo que justo momento antes de que se disparase diese en un lugar al cual daria a aquel tipo pero no a mis compañeros y a Keria. Ojala apuntase bien...

Pues la verdad es que si lo he montado solo.- Comiento a reirme como un poseso. Sé perfectamente que la idea de no tener a nadie que me apoye, aunque el tema financiero no es un problema con el dinero que mi padre me dió para el negocio.- En cuanto al dinero... ya me encargaba de esa parte del negocio en Lannet, por lo que mi padre ya me ha dado un ingreso considerable para empezar el negocio. El problema es que le tendré que devolver con intereses probablemente.- Es verdad... los intereses. Si me sale bien tendré que devolverle el dinero, si me sale mal seguramente me obligue a entrenar durante un mes entero sin tan siquiera dormir... miedo me da ya.

- El tema es que hago casi cualquier cosa de forma artesanal. Dispongo de un pequeño taller en el que trabajar que me ha prestado mi casero... El señor Bishop, no se si lo conoce. Me dijo el director que antes había trabajado aquí.- Le sonrío.- Y ya dispongo de materiales básicos para hacer algunos trabajos, pero también tengo ahorrado por si alguien quiere algún material o artesanía específica.- Hago una pausa, pensando un poco en lo que estaba diciendo- Estoy especializado en la fabricación de armas artesanales, tanto decorativas como funcionales, pero puedo hacer casi cualquier cosa si dispongo del tiempo y material necesario. Agradecería mucho la propaganda, pero también me gustaría saber si conoce a alguien para poner precios... ese tema nunca lo había llevado y tampoco conozco lo suficiente sobre ello y me preocupa tanto pasarme en precios como quedarme corto

—Inútil! Inútil! —Floyd ríe mientras Keira es empujada otra vez tras haber corrido la distancia para golpearlo, cayendo al suelo cerca de la puerta. La chica que estaba ahí y se había comido la silla ya no está, probablemente haya ido a buscar a un profesor.

Pero de pronto el centro del salón comienza a brillar, Hanako murmura algo y entre sus manos se forma un pequeño sol, que en medio segundo pasa del tamaño de una aceituna al de un melón.

—Nh?! —Por primera vez Floyd parece nervioso. —U-una hechicera? Qué hace una hechicera aquí!?
—Esto va mal... —Aprieta los dientes y mira de reojo a Hanako, bastante enfurecido. —The Wall no podrá protegerme contra eso, debo pensar en algo.
Se pone a buscar con la mirada algo que le sirva de ayuda, pero ya es demasiado tarde y el proyectil de Hanako ha sido disparado por la ventana.

Todos miran la bola de fuego en su trayectoria, y Floyd se cruza de brazos más calmado al ver que falla el disparo y apoya la barbilla en el dorso de la mano. —Veo que aún te falta práctica. Admito que me has asustado.
Pero entonces, al llegar a una distancia prudencial, la bola de fuego estalla y las llamas alcanzan al raro sin darle ninguna chance. Floyd chilla de dolor mientra el fuego lo abrasa y le quema la ropa y la piel, cae de rodillas al suelo y luego se desploma.

Cuando se acercan a ver si sigue con vida, resulta que lo que está ahí no es Floyd, sino otro alumno más, reconocible por el uniforme igual al que están usando todos, pero Hanako no lo reconoce como alguien de la clase. Por supuesto, toda su piel está completamente quemada.

Sita se asoma a una ventana y comprueba que ya puede atravesarse, ya no hay ninguna barrera allí, y es probable que en la puerta tampoco.
—Allá.
Señala al patio, agazapado detrás de la fuente está Floyd intentando esconderse, mirando fijamente hacia el salón desde la distancia.

Los alumnos que estaban siendo controlados poco a poco recuperan la consciencia, algo mareados se sientan en los pupitres que tienen más cerca, preguntándose qué demonios.

—Ah, pero si conoces al viejo Bishop entonces es otra historia! —Rick alza la voz. Se inclina hacia adelante en la silla, apoyando una mano en la rodilla. —Es uno de los contactos que te iba a dar, si hay alguien aquí que sabe de armas, pues es él.
—Y encima vive en tu edificio. Pero muchacho, por qué no has ido con él en un primer lugar en vez de venir conmigo?

—Escucha, en este club de subastas es imposible saber qué es lo que entra por la puerta, hay veces que los artículos son tan raros que no me encuentro capaz de cotizarlos, y es por eso que de vez en cuando recurro a personas más especializadas en determinadas áreas. El viejo Bishop es quien me salva el pellejo cuando se trata de armas blancas, dudo que haya alguien que conozca mejor que él en la zona.

Hace una pausa mientras piensa, se rasca la sien con el dedo y se frota el puente de la nariz.

—Mira chico, por qué no te unes al club? Así aprenderás mejor sobre cómo se vende o se compra algo. Luego podrías pedirle a Bishop que te explique centrándote más en tu campo.

- ¡Maldito cabrón! ¡¿Quién te ha dicho que puedes escapar?!

Con aquellas simples palabras, todo mi cuerpo se cubrió de pelo siguiendo el patrón de un tigre, convirtiéndose mis manos en zarpas y creciendo unos centímetros. Proferí un enorme rugido, y entonces salté por la ventana persiguiendo a Floyd, para terminar estampándome contra el suelo por no darme cuenta de la altura.

- Grrr... - gruñí mientras me levantaba.

Había visto como la bola de fuego explotaba y se extendía para golpear a el tipo que había entrado. Pero... el que había caído no era a quien quería golpear parecía otro alumno. Por un momento en mi interior cundió el pánico. Si había quemado a otro alumno no me lo perdonaría.

Había dado ya un paso hacia este cuando me di cuenta que era una ilusion. Justo en ese momento Keira empezó a transformarse. Vale. Cuando pensaba que después de sillas voladoras, un alumno con bazooka y múltiples cosas raras... allí tenia a la alumna nueva con rasgos mas animales que humanos. Bueno, al menos seguía pareciendo humana.

Mi suposición se derrumbo un poco cuando la vi gruñir y saltar tras el enemigo por la ventana. Eso iba a hacer daño...

Sacudí la cabeza, no era momento para pensar en eso, los alumnos parecían haber recuperado el control.- ¿Chicos...? Pregunte para ver si alguno conseguía reaccionar.- ¿Estáis bien?.- Dije mientras me acercaba a ellos para ver si alguno tenia una herida grave.- Si hay alguien que no haya sido herido que vaya a la enfermería a por un botiquín, o mejor, que traiga a quien sea que este allí.- Suponía que una escuela como aquella tendría una doctora, mientras me encargaría de evaluar si alguno tenia alguna herida grave.

Uffff. No se. El señor Bishop ya me ha dado permiso para utilizar sus instalaciones, la hija me ha comentado a quienes puedo hacer los pedidos de materia prima y además es mi casero. No sería demasiado pedirle consejo también acerca de las tasaciones y a quién acudir?- Pregunto con algo de preocupación. La verdad es que se había portado muy bien conmigo desde que había llegado, pero me preocupa pasarme de la rosca, aunque el empujón inicial siempre es necesario para empezar un negocio.- Y lo de unirme a su club... no sería mala idea, pero ya estoy en el club de kendo, tengo mi negocio y además tengo que entrenar. No podría asegurar el poder pasarme por allí demasiado a menudo y trabajar como lo harían el resto de integrantes. Pero si me vendría muy bien la ayuda para empezar aquí, ya que es completamente desconocido para mi.

Keira cae firme al suelo, consigue hacerlo de pie, pero le tiemblan las piernas y las siente entumecidas durante unos instantes a causa de la fuerza del impacto. Mientras se recupera del golpe Floyd aparece de detrás de la fuente. No parece sorprendido por la transformación que ha ocurrido en la chica.

—Eres persistente.
Observa a Keira por el rabillo del ojo, llevándose los dedos a la frente, pie izquierdo adelante y pie derecho atrás. Gira el torso hacia ella para mirarla directamente y la señala. —Pero por más divertido que se esté poniendo, órdenes son órdenes, y no debo tardarme demasiado.

De pronto ella siente como si un puño invisible se cerrara en torno a su cuello, y sus pies dejan el suelo.

—Ya no tienes chances! Ríndete ahora o me veré obligado a acabar contigo! —Grita Floyd con la clara intención de cumplir con lo que dice si sigue ofreciéndole resistencia. Keira no solo no puede hablar, sino que empieza a notar la falta de aire.

...

Sita sigue asomada a la ventana, está quieta sin hacer nada.

—De...legada... —Uno de los alumnos tiene un gran moretón debajo del ojo, donde Keira le dio la patada. El otro todavía está tendido en el piso sin moverse.
—No, estoy bien, creo...

Uno de los que se había sentado en su sitio se levanta corriendo hasta la papelera y vomita allí. Los otros dos siguen frotándose la cabeza.
—Ag... qué ha pasado? Qué le pasó a Dorcas?! —Ver ese moretón en la cara del chico la espanta, pero no tarda en recobrar la ocmpostura. —Yo no iré a ninguna parte sin explicaciones, qué demonios, aquí alguien estuvo de chistoso y hay que llamar a un profesor para que lo expulsen.

—Yo eh, no te preocupes, delegada. —Y el otro que se recuperaba del control va caminando a paso apresurado hasta la puerta. —Iré a buscar al señor Kamigawa. —Y empieza a correr hacia la enfermería.

Aunque no están en llamas, las cortinas han quedado achicharradas y varios pupitres convertidos en brasas ardiendo. Mientras tanto uno va hasta el closet al fondo para sacar un balde, aunque no sabe bien qué hacer con él porque está vacío. El extintor está en el pasillo.

—Pues no se hable más. Ahora mismo te registro. —Gira en la silla y empieza a buscar papeles entre los cajones. —No necesitas asistir todos los días que haya actividades, tómatelo con calma y ve cuando estés libre.

—Bishop es un grande. —Sonríe Rick mientras saca un formulario del cajón y lo empieza a llenar. —Yuri Ishikawa entonces? Vale. En qué clase estás?
—No tengas miedo en pedirle ayuda, ese tipo es todo corazón, y estará más que encantado al ver que un muchacho como tú se interesa en esas cosas.

Termina de rellenar con tus datos el asunto y lo archiva junto con otros papeles similares. —Ya. Ahora vete a clase y no llegues tarde, que en breves ya es hora y entre tú y la señorita Sylvanus no he tenido tiempo de preparar la tutoría.

El caos se da rápidamente por la sala en cuanto mis compañeros empiezan a recuperar la consciencia. Omito ligeramente por el momento y asiento a Lutrova con la cabeza.- Búscale, yo intentare darles primeros auxilios.

Dicho esto me giro hacia Tom y camino hacia el, ese ojo tenia muy mala pinta.- Apareció un tipo y os controlo. Parecía que quería golpear a la chica nueva, tuve que lanzar un hechizo para espantarlo.- Digo mirando las cosas chamuscadas.- Lo siento no tenia nada menos destructivo y fue lo único que se me ocurrió para que os dejara de controlar.- Digo mientras termino de acercarme a Tom.-  Natasha, no es momento para discutir, la chica nueva esta abajo peleando contra ese tipo. Avisa a algún profesor para que la ayude.

Finalmente coloco mi brazo izquierdo por detrás del cuello de Tom y mi mano derecha en el ojo. Iba a ser la primera vez que lanzaba este conjuro para un motivo real después de aprenderlo. Veríamos si lo hacia bien.

Una vez termine de lanzar el hechizo aparte la mano para ver el resultado. Parecía que había funcionado.-¿Mejor ahora Tom?.- Pregunte mientras ya estaba mirando al que estaba inconsciente y me mordí el labio. Veríamos si funcionaba con el también...

Mi cabeza estaba hecha un caos, alumnos con malestar general, uno con el ojo morado ya curado, otro que estaba inconsciente, una parte de la clase quemada... Sacudí la cabeza, no, no podía dejar eso así. Era mi clase y en parte tenia la culpa de que parte de la clase estuviera destruida. La semana pasada había leído algo sobre reconstruir objetos rotos, mencionaba que se necesitaban todas las partes pero... las cenizas contarían?

Notaba como las matrices se me atenazaban con fuerza, comprimiendome el cuerpo y dificultando mis movimientos. Pero aquello no me iba a detener. Intentó levantarme, pero tras un par de pasos se lo impedí. Su muro era fuerte, pero yo aun era capaz de atravesarlo si golpeaba con más fuerza.

- A mi no me jodas, cabrón... - dije muy cabreada -. Voy a hacerte entender que conmigo no se juega...

De repente una fuerte presión alrededor de mi cuello me hizo trastabillar. Aquel cabrón trataba de estrangularme. De mi boca tan solo salía un gruñido leve, pero eso no me impediría clavarle las garras. Unos pasos pasos más y ya lo tenía a mi alcance. Quemé reservas de energía para atravesar sus malditas tripas, y entonces salí disparada.

Dí una vuelta en el aire, y entonces choqué contra la pared, justo debajo de la ventana por la que había bajado. Tosí, y un hilillo de saliva empezó a caer desde la comisura izquierda de mis labios.

Si señor. Yuri Ishikawa de la clase 1-C. Muchas gracias por todo Rick-sensei.- contesto al profesor ante todo lo que me había dicho. La verdad es que parece que puede ser de bastante ayuda para mis planes de fururo. Hablar con Bishop, aprender a vender y poner precios en este club... no puedo estar tanto como me gustaría en este, pero si lo suficente para aprender algo y también poder conseguir algunos contactos. Lo primero que tendré que hacer es algo de publicidad de mi negocio y ver si hay interesados en ello.- Ahora iré llendo a clase, que me temo qeu como siempre terminaré por llegar tarde.- Termindo despidiéndome sonriente con una leve reverencia para dirigirme directamente a mi aula.

—No, delegada, estoy bien, no pasa nada. —Sonríe Tom, todavía con la cara hinchada por el moretón. Un vistazo al otro alumno en el suelo permite descubrir que le sangra la nariz, puede ser por la patada que le dio Keira, o tal vez por otra cosa. Sigue sin levantarse.

—Eh..? Pero...

Natasha se calma y mira por la ventana, llevándose la mano a la boca. —Es que no sé, no... —Se pone a dudar, mirando primero a Sita, que sigue mirando el combate sin moverse, y luego a ti. Nunca la has visto combatir, así que no sabes si realmente pueda hacerlo.
—Ah, déjame ayudarte. Al menos esto puedo hacerlo. —Dice cuando te ve reparando mágicamente las cortinas, las cenizas que había en el suelo y los trozos de tela carbonizados que bailoteaban por el aire se vuelven a unir y recuperan el color y la consistencia. Al mismo tiempo, Natasha hace lo mismo y un par de sillas quedan como nuevas, pero todavía faltan bastante cosas que siguen destruidas por el fuego.

Luego asiente cuando le pides que vaya a buscar a un profesor y se empieza a ir, pero se topa con Yuri en la puerta.

—Y tú dónde estabas? Durmiendo en el pasillo? Podrías haber ayudado, sabes?

Y se oye un ¡paf! en la pared debajo de la ventana.

—Hostia! —Tom se asoma por la ventana, Keira había salido volando y está escrachada en la pared, se la ve muy enfadada. —Jo, dejé mi espada en el casillero. Podría ayudarla si no.

—No entiendo qué clase de escuela es esta... —Tras tu vuelo involuntario hacia la pared, Floyd camina tranquilo acercándose a ti. —Los profesores dejan a los chicos solos? O es que ya te has hecho odiar por ellos?

Todavía sientes a The Wall cerrándose alrededor de tu cuerpo, no solo te cuesta un sufrimiento moverte, sino que también cada vez que exhalas te resulta más difícil inflar tus pulmones.
—Fuh. —Floyd pone las palmas hacia arriba, en un gesto de burla. —Después de todo, eres solo un ladrillo más en la pared.
Mientras camina tiende una mano hacia adelante, y puedes sentir una fuerte presión que lentamente te va incrustando todavía más, y aplastándote poco a poco.

Mientras vas hacia el salón te cruzas con un compañero que viene corriendo en dirección opuesta. Casi se choca contigo mientras intenta esquivarte, sin frenar en ningún momento.

—Ishikawa! Lo siento, la delegada necesita ayuda. Ve rápido al salón, tal vez puedas darle una mano a la chica nueva!

Dobla una esquina y se pierde de vista.

A medida que te vas acercando puedes oír conversaciones entre gritos y enojo. Al llegar a la puerta ves a Hanako reconstruyendo unas cortinas completamente quemadas y a otra compañera haciendo lo mismo con unos pupitres, que habían sido convertidos en brasas. Entre las dos consiguen reparar algunas cosas, pero descubres que quedan varios asientos y mesas que han sido destruidos a causa de un fuego.

—Y tú dónde estabas? Durmiendo en el pasillo? Podrías haber ayudado, sabes?

Ella había corrido hasta la puerta, pero se topa contigo y se detiene. No se la ve muy contenta.

Y se oye un ¡paf! en la pared, del lado de afuera.

—Hostia! —Tom se asoma por la ventana. —Jo, dejé mi espada en el casillero. Podría ayudarla si no.

Todo lo que hacía por tratar de resistirme era inútil. La fatiga del esfuerzo me pasaba factura, y a duras penas era capaz de aguantar la presión. Sin embargo, la expresión tan engreída en la cara de Floyd me ponía enferma. Sabía que no tenía opciones, pero no soportaba la seguridad que sentía.

- Pú... dre... te... - le dije con a duras penas fuerza a medida que se acercaba.

Capturarme viva, en aquel caso, no tenía sentido para mi. Como traidora a la Casa del Sol Naciente, mi sentencia era la muerte. Seguir con vida solo significaría que iban a torturarme para recuperar el dinero antes de convertirme en su cena, prefería morir para que no tuvieran nada que aprovechar. Pero aquello ya no estaba en mis manos.

La falta de oxigeno finalmente hizo efecto. Mis ojos y mi consciencia se apagaron, y mi cuerpo volvió a ser el de una mujer humana, desapareciendo el pelo, las garras y los colmillos.

Cuando escucho el sonido fuera yme asomo, veo a Keira contra la pared. Abro los ojos asombrada, la había visto saltar por la ventana con tanto ímpetu que había pensado que podría contra aquel tipo, parecía que me equivocaba.

En ese momento veo a Yuri en la puerta y corro hacia el.- Yuri, la chica nueva esta peleando, ayúdala.- Digo mientras me acerco hacia él y señalo por la ventana. Era una petición directamente, después de ver como había dejado la clase no quería lanzar una de esas bolas de nuevo.

Llevaba una mañana tan tranquila preparando mis propios asuntos... Solo fue salir de la sala de profesores y parece que la cosa se caldeó bastante. Varios de los armarios del aula están encendidos, "¿Habrá sido otra vez el hada pirómana esa?" y todo el mundo parece que está histérico por lo que parece ser una pelea de Keira. Lo extraño es que aquí las peleas no son tan extrañas, así que debe de tratarse de algo gordo si Hanako me pide que ayude a Keira

Por puro instinto combativo y familiar, cogo mi espada que se trasnforma rápidamente en un katana de filo plateado, y mientras voy corriendo hacia la ventana concentro mi ki para activar mi primera ténica, susurrando al mismo momento de la carrera- Ishikawa no Ryu.- Sin dudarlo ni un segundo salto por la ventana para ver la situación allá abajo, donde Hanako dice que se encuentra el combate. Este es el momento ideal para preparar mi nueva técnica, buscando al objetivo para asestarle un golpe a distancia antes de caer al suelo