Partida Rol por web

Situación controlada... de momento. Mis compañeros son mas que capaces de inmovilizar a nuestros nuevos prisioneros. Por lo tanto, yo sin relajarme, presto atención a la chiquilla en el tejado.
Los demás no se, pero cuando veo como baja la chiquilla híbrida, del tejado, vuelvo a quedar sorprendido. A mi, que alguien logre chapurrear unas palabras, o trucos de magia no es que me impresionen mucho no.
Pero tener delante a alguien que pega brincos como si estuviera sacada de una película de kung fu chino, es otra cosa distinta.
No se preocupe mi alferez
Transmito yo por nuestro canal.
Permitame sugerir, que se ocupe ante todo de tranquilizar a la chavala híbrida.
Y con cierto tono de duda añado.
¿Medio zorra?. Creo que sera mejor pensar en que es una medio tigresa. Lleve cuidado mi Alférez. Seré nuevamente su apoyo pero estaré callado para no meter la pata.
Con un seco gesto de mi diestra, mando hacia mi espalda mi G 36 el cual queda cruzado por encima de mi riñonera.
Y hecho esto, vuelvo a sonreír sin enseñar los dientes y con las manos otra vez separadas de cualquier elemento de mi equipo, avanzo pausadamente hasta acortar distancias con nuestro Alferez.

Rodrigo siguió las órdenes y comenzó a atar a los soldados como había hecho con el que tenían en el coche. Una vez los tuvo maniatados y desarmados guardó las armas en el vehículo de mando y juntó a los tres soldados en el suelo junto al vehículo de tropas. Comenzó a vendar las heridas de ambos hombres y echó otro vistazo al que se había caído del caballo y luego habían intentado ahogar. 

Si los habían tomado como prisioneros rendidos debían hacerse cargo de ellos y su seguridad como indicaban los tratados internacionales y en vista de que el médico parecía absorto tratando con las lugareñas decidió hacer el los apaños. Aun así deberían echarle un ojo pues si los prisioneros morían bajo su supervisión podían meterse en problemas. - Señor, los prisioneros necesitan un médico. - dijo el soldado por el pinganillo antes de darles un poco de distancia y vigilarlos desde allí cubriendo además la zona por si había alguna otra sorpresa. 

Obvia este post que se me han cruzado roles perdona ^^U

El padre dejo a la muchacha y se acerco a mirar a los soldados que se encontraban maniatados. Los que estaban conscientes no parecian sufrir grandes heridas solo algunas contusiones, pero le hizo un analisis mas exhaustivo al que estaba desmayado.

Roberto se relaja al ver que los dos soldados quedan reducidos sin necesidad de más violencia innecesaria. Con su mano derecha vuelve a poner el seguro en su arma y la guarda en su cinto. Observa como son atendidos en primeros auxilios y después se gira hacia Jiménez que está dando unos pasos hacia atrás con respecto a la chica zorro que parece ahora mismo más bien medio tigre que medio zorro.

Aparece el sacerdote en escena para ayudar a Rodrigo mientras llega también un anciano con aspecto de ser el líder de este asentamiento. Intento mantener una actitud de respeto hacia el anciano mientras supongo se dirige al capitán. Quizá podría servirnos la chica que nos ha acompañado, Leela, de traductora, pues parece que aprende rápido.

No es cosa mía el aportar sugerencias pero creo que esta podría ser útil.

Al parecer la situación se había tranquilizado un poco y estaba todo bajo control, así que bajo el arma, pero sin poner el seguro, no se sabía si en algún momento alguna gente de por allí se tornaría hostil.

No había mucho mas que hacer, el trabajo de hablar y negociar con el líder no era competencia suya, así que se quedó en el lateral del vehículo vigilando los alrededores.

Phee seguía con aspecto de estar realmente nerviosa y con una actitud sin duda hostil hacia los guardias, pero de pronto parece que se da cuenta de que el anciano está ahí y da un paso atrás mientras dice agachando la cabeza:

- main maaphee bachcha hoon ... lekin kya aapako pata hai ...

Extrañamente la chica se tranquiliza y se aparta

El anciano mira a Phee y dice:

- chup raho, tumhen chot nahin kar sakate hain , ham raksha ke lie ja rahe hain aur aisa lagata hai ki hare rang mein in logon ko bhee band karane ke lie unhen chinta nahin hai chaahata tha, chup

El anciano pasa amablemente y con cariño su mano sobre la cabeza de Phee que parece realojarse aún más y sonreír con cierta pena, entonces mira a los allí presentes, mira a Leela y dice:

- leela aapaka hai ki kam ya jyaada unhen samajh ... tum bahut chaalaak ho aur shaayad apane jaadoo aap unhen samajh sakate hain ... aap shukriya ada kar sakate hain ki ve kya mere lie kiya hai aur poochha ki ve kya chaahate hain ?

El anciano hablaba con amabilidad y con una leve sonrisa, transmitía la sensación que transmitirá el típico abuelo amable y cálido.

Leela asiente a lo que dice el anciano con respeto y dice.

- haan , boodhe aadamee, main aur adhik ya kam unhen samajhate hain aur main aillso ke saath sanvaad kar sakate hain , mujhe lagata hai ki ve bhee ek dubhaashiya banaana chaahate lagata hai 

Mira a los militares y dice:

• Anciano… agradecer ayudar… y querer saber que necesitar y querer…

Se queda mirando a los militares a la espera de lo que tengan que decirle.

Mientras tanto los que examinan al hombre que está herido pueden notar algo, parece que externamente no tiene heridas, pero puede que internamente tenga una herida, el sacerdote no está seguro al 100% pero casi de que existe una gran posibilidad de que el soldado tenga una hemorragia interna.

Cruzo una mirada con el alférez cuando veo como el anciano tranquiliza a medio tigresa esta.
Y me pregunto si mis dedos hubieran sobrevivido de intentar yo lo mismo.
Es entonces cuando escucho como la chavala pelirroja chapurrea en nuestra lengua casi pareciendo ya una interprete.
Yo callo pero frunzo el ceño al oir la traduccion.
¿Ayuda?
No es mi departamento por así decir, encargarme de negociaciones. Pero espero que al capitán, no se le haya pasado ese matiz.
Me mantengo alerta por lo que pueda pasar, viendo como evoluciona la situación.

El anciano tranquiliza a la chica animal, y se ponen a hablar con el, yo ya no puedo hacer mas así que me dirijo a donde están los prisioneros.

-¿Como están? pregunto señalando a los soldados atados.

Yo sigo en mi puesto hasta nueva orden no es que me entusiasme la forma en como se resolvio el asunto pero al menos parece que fue para bien. 

No he visto como la pelirroja encendio el fuego es todo el misterio. Quizás algo de yesca y pedernal con algun material inflamable que desconocemos... sacudo la cabeza, quizás más tarde podamos verlo con más detalle.

Enciendo la radio para informar de la pequeña escaramuza y del hecho más sorprendente de que uno de los lugareños esta aprendiendo nuestro idioma a una velocidad inusitada.

La aparición del que parece ser el líder de la aldea tranquiliza las cosas. Comienzan una conversación entre los lugareños, y Roberto escucha como la chica que cuando se la encontraron esta mañana no hablaba su idioma parecía haberlo aprendido en solo un rato.

El duro entrenamiento prepara para que los gestos y las emociones se oculten, al menos así era en su caso, quizá sus compañeros que no han sufrido las duras pruebas de los cazadores de montaña no estén tan preparados. Pero el día estaba yendo de sorpresa en sorpresa, intenta escoger su gesto pero a duras penas puede evitarlo. La chica no solo dice palabras sino que ya dice frases como podría hacerlo un inmigrante en España tras unos meses.

 De nuevo a negociar, está claro que nos hubiera hecho falta un diplomático - reflexiona Roberto, desde luego, hubiera sido más útil que yo, tener un especialista en armas pesadas para no dejárselas usar no aporta nada, no quiero ni pensar los titulares de la sexta sobre este aumento del gasto en defensa.

Roberto echa un vistazo y ve que el alférez García se dirige a ver como están los prisioneros, hizo buenas labores de comunicación con Leela así que podría ser útil pero no dice nada esperando que bien el capitán o el sacerdote tomen la palabra para explicarles la misión de exploración que tienen entre manos. Hay mucho que contar, o más bien averiguar. Recuerdo las palabras del almirante García Sánchez del Estado Mayor, necesitamos determinar si es seguro pasar para las fuerzas regulares, tratar de establecer una zona de seguridad y reconocer los alrededores de la puerta. Encontrar aliados era nuestra misión secundaria, aunque parece haberse convertido en la primaria. Espero que la sargento Lago esté informando.

Rodrigo torció el gesto cuando el sacerdote que hacía las veces de médico diagnosticó al que habían tirado del caballo. Una hemorragia interna era un asunto serio y seguramente habría que tratarle cuanto antes o se acabaría muriendo. Por lo demás la situación se había calmado rápidamente una vez el anciano que habían visto irse de la aldea comenzaba a hablar. Parecía que iban a tener algún tipo de reunión diplomática allí en medio de la aldea. Aquello era algo raro, tal vez una cena o comida en privado entre el jefe de la aldea y los diplomáticos de la unidad pero no era su función meterse en ello. 

Lo que si que le extrañaba era la mujer pelirroja. Parecía haber aprendido su idioma con excesiva facilidad, además estaba el truco del fuego. ¿Algún tipo de magia? Ya habían visto salir de ese lugar dragones y otras criaturas dignas de la fantasía, podría ser que también existiese la magia. Si eso era cierto debían andarse con cuidado, se enfrentaban a peligros totalmente desconocidos. 

Cojo aire, y con paso decidido me acerco a la muchacha pelirroja y al lider de la aldea. Cada vez sospechaba más de ella, desde luego no eran humanos como nosotros, parecía que tenían habilidades especiales. La de la chica-zorro era más que clara, pero tal vez la de esta muchacha no fuera tan evidente a simple vista. Estaba aprendiendo nuestro idioma extraordinariamente rápido, incluso llegando a hacer frases, aunque fuera de forma burda.

Me detuve a un metro y medio del anciano, y le saludé con una inclinación de cabeza. - Me llamo César, y venimos a través de la puerta. - Contesto señalándome primero a mi mismo y después en la dirección en la que se encontraba la puerta - Ellos - Digo señalando hacia donde el pelotón retenía a los soldados - Nos atacaron, queremos averiguar quienes son y ellos y qué es este mundo. - Respondo, señalando de nuevo primero hacia los prisioneros y luego señalando al lugar en el que nos encontrábamos, hacia el suelo. 

Examino al hombre y a la muchacha. ¿Tendrían todos alguna clase de habilidad especial? Tendría que preguntarle al Pater que había ocurrido en el vehículo mientras reducíamos a los jinetes, me había parecido oir algo extraño. 

Asiento satisfecho cuando veo que nuestro capitán, decide recabar información directamente. No digo nada pues me mantengo en espera ya que en mi cerebro, parece que este empezando a parpadear una señal de alarma.
Mientras aguardo a que nuestro oficial al mando reciba respuesta, me ocupo de examinar con detenimiento el horizonte precisamente en dirección a la construcción de madera.
Para mi, ciertos parámetros de comportamiento, son básicos.
Y si yo los tengo, justo es conceder el mismo nivel a cualquier posible oponente.
Y puesto que el tiempo pasa, deduzco la posible reacción de las tropas de un emplazamiento potencialmente hostil, que ha perdido a tres exploradores.
Para mi, es solo cuestión de tiempo lo que posiblemente va a ocurrir.

Viendo como el capitán comenzaba la conversación con el líder de la aldea y que de momento no es necesario su presencia o intervención, Iñaki hace lo mismo que el sargento Jimenez se coloca a su lado y le dice- ¿A usted también le preocupa aquella construcción, sargento? Posiblemente envíen a alguien a buscar a sus hombres, esperemos estar fuera de la aldea para cuando eso pase- tampoco había mucho mas que hacer, así que nos estaba de más entablar conversación con alguno de los compañeros, y viendo que el sargento tenía sus mismas preocupaciones no estaba de más escuchar su opinión.

Asiento con la cabeza ante las palabras del subteniente el cual, aparece a mi lado. No obstante no me giro mientras sigo analizando las señales del terreno.
Correcto. No obstante, confío en las capacidades del operativo. Soy consciente de que nuestra potencia de fuego desatada, sera casi con toda seguridad, mas que suficiente para repeler cualquier amenaza.
Ahora, completado el análisis, me giro para añadir.
Disponemos de prisioneros así como de personal que parece ser apto como interpretes. Yo recomiendo interrogar a los prisioneros para saber el numero y disposición de los posibles hostiles.
Y dicho esto, sonrío levemente por debajo del ala de mi sombrero antes de concluir diciendo.
De todos modos, todos los presentes sabemos lo que hacer con amenazas potenciales. Si le soy sincero mi subteniente, en realidad solo estoy esperando la orden.