Partida Rol por web

A mi me preocupa más la cadena de mando, para ser sincero- tercia Julio, metiéndose en la conversación entre sus compañeros. Me explico: esa construcción per se probablemente no sea un problema. Será una guarnición fronteriza, que probablemente tenga un destacamento o dos para patrullar la zona, que es lo que los jinetes estaban haciendo. Eso no es un problema. Un par de barricadas, un nido de tiradores y las minas que llevamos encima, y podemos diezmarlos sin arrancar siquiera los blindados, y eso puedo hacerlo en un par de horas como mucho. El problema es que ni nos empezamos a cargar gente, sobre todo de forma lo bastante alarmante, empezarán a huir de nosotros y avisar a sus superiores. O estos empezarán a preguntarse qué coño pasa cuando noten que sus puestos no responden o tienen bajas. Sin conocer el terreno, aunque tengamos a los Nyala no podemos perseguir con garantías a nadie, y me imagino que en algún momento, alguien lo bastante importante para tener un ejército de tamaño respetable se enterará. Y entonces si que podemos tener problemas.

Bueno, eso y que las dos chicas no dejan de sorprenderme, la verdad...

Mi sonrisa aumenta tras escuchar al brigada. Pero no digo nada pues para variar, vuelvo a echar un vistazo al terreno circundante.
Hecho esto, algo que empieza a ser rutinario en mi comportamiento, miro al brigada antes de contestar.
Yo tengo una solución para ese problema. Ataque nocturno aprovechando el elemento sorpresa y neutralizacion total de la amenaza potencial.
Suspiro levemente dicho esto mientras paseo mi mirada por los rostros de mis interlocutores.
Creo que han captado el tono del eufemismo.
Pero no querría yo enviar a ni uno solo de los presentes a ciegas. No olvidemos las criaturas vistas por las calles de Madrid. Dragones, bestias, medio bestias y demás. Querría saber que hay dentro de esa fortificación lo antes posible.
Y mis palabras son acompañadas con un gesto de cabeza señalando a los prisioneros.
En cuanto a los problemas de la segunda fase, seria una carrera.
Despliegue de efectivos por nuestra parte, en oposición a su previsible reacción. Desde mi punto de vista, en cuanto podamos declarar este asentamiento como aliado potencial, podremos seguir con los pasos pertinentes de la misión.

Cuando oigo los inicios de planes para atacar la fortaleza me veo obligada a recordarle algo al capitan antes de que tome una decisión.

Capitan, somos una misión de exploración no de ataque no creo que debamos tomar o atacar la fortaleza. Indico, el enfrentamiento que tuvimos en cierta medida ya fue suficientemente innecesario. Si nos enfrascamos en peleas innecesarias pondremos la zona en estado de alerta y comprometeremos nuestra movilidad. Advierto

- El problema de eliminar a toda esa guarnición, es que en una semana, dos como mucho tendríamos aquí plantado un ejercito considerable puesto que si este puesto deja de dar informes los mandos empezarían a ver que algo pasa, yo soy mas de la idea de colarnos por la noche y ver que tienen que no tienen nada, pues nos vamos no son una amenaza directa, y continuamos en un perfil bajo intentando no llamar la atención, en cuanto a los rehenes... podemos usarlos para negociar , aunque siempre podemos diezmarlos de a poco, un puesto de avanzada entre la aldea y el puesto, y ser que sale, ser que abatimos.

digo posicionarme entre Jimenez y el brigada Ndoye, cruzando los brazos mirando en dirección al edificio de madera, a mi personalmente no me gustaba la idea de las minas....

- ¡Basta!

Ordeno el sacerdote a toda la tropa presente con voz autoritaria y mirada firme.

- No estamos en un parbulario asi que basta de chachara innecesaria.

Les mira reprendiendoles con suavidad con la mirada, no habian hecho mal, pero estaban en el ejercito y esto parecia el patio de un colegio, era hora de trabajar.

- Los prisioneros sobreviviran, gracias por su interes Garcia, pero es hora de ponerse manos a la obra. Usted, Garcia, y el sargento Lumbreras, vayan a montar guardia en los alrededores, no quiero que una sola mosca se mueva sin que nosotros estemos al tanto. Alferez Lago, usted comience a hacer un mapa de la zona buscando el mejor sitio para colocar la radio y mandar un mensaje a casa si se pudiera y si no para ver donde podemos colocar el repetidor de señal para que tengamos mayor alcance en caso de separarnos. Gurrutxeta y Ndoye, ayuden a la Alferez y una vez determinado donde seria el punto mas indicado para asentarnos, elaboren un croquis con las defensas necesarias para aguantar una embestida mayor de una guarnicion de soldados de estos. 

Jimenez, Connor y Oliva, ustedes custodiaran a los prisioneros y moveran los vehiculos cuando se determine un punto para la zona base. Barberan, usted conmigo junto al Capitan, trataremos de llevar adelante este primer encuentro.

Respira hondo por la nariz conforme termina de dar las ordenes y tras dejar el maletin medico en el coche se encamina junto al Capitan, un paso detras de el, con Barberan, Biblia en mano. Hace un saludo con una inclinacion dejando que el capitan tome la iniciativa en esta situacion.

La zona parecía bastante tranquila después de aquel altercado, los aldeanos seguían mirando con curiosidad e incluso un par de niños corrieron y se acercaron a los vehículos, uno de ellos también era un medio animal y miraba curiosamente al vehículo, por su parte Leela hablaba con el anciano que asiente y se sorprende, de nuevo la chica dice:

• Anciano decir que poder dormir y comer en… aldea. Anciano August… ellos ejército imperial… otro día entrar puerta y grande ejercito… no volver, ellos tratar mal aldea… casa fuerte de madera no lejos… ellos peligro.

El anciano se acerca de nuevo a la chica y le dice algo, ella añade:

• Capital imperio a 10 días a caballo… caballero hace día decir que ejercito 2 salir en ese día a destruir demonios puerta.

Mientras tanto los aldeanos escuchaban lo que Leela y el hombre hablaban en su idioma y parecía que reaccionaban algunos sorprendiéndose, otro asustado y en general con precaución.

Me giré asombrado ante la reacción del padre. La verdad es que en lo que me había descuidado un momento para hablar con los locales parecía que ya estaban planificando una invasión a gran escala. La cosa se estaba desmadrando. - Sigan las instrucciones del padre. Todos. Si prestaran atención se darían cuenta de que estoy averiguando qué es ese fuerte sin tener que acercarme a un kilómetro de él. Además, me ha parecido entender que saben que otro ejército se aproxima. Somos bienvenido en la aldea, así que preparen el perímetro y aseguren la zona. - Ordené por radio, prácticamente parafraseando al padre Orpinell. 

Después me dirijo de nuevo a la muchacha, esperando unos momentos para que el padre y Barberán me alcancen. - ¿Así que, ahora mismo se dirige otro ejército hacia la puerta? - Pregunté, Señalando hacia el lugar en el que había dicho que estaba la capital del imperio y después señalizando con la mano que algo se acercaba hacia la puerta.

Nos hallábamos los profesionales del "ramo" comentando las posibles opciones para enfrentar nuestro problema cuando el pater se pone a dar ordenes.
Miro las caras de mis interlocutores, me encojo de hombros a modo de disculpa y me giro y sonrío.
A la orden. Con la iglesia hemos topado.
A paso ligero ocupo mi nueva posición eso si, esperando no tener que conducir ninguno de nuestros monstruos. Mas que nada, por que no es lo mio no.
Por lo tanto, me coloco frente a los prisioneros y puedo observar que uno de ellos no parece hallarse en muy buen estado que digamos.
No obstante yo no me atrevo a tocarlo pues podría empeorar la situación antes que mejorarla.
A nuestro alrededor, la calma va imponiéndose. Prueba de ello son los chiquillos que pululan alrededor de nuestros vehículos.
Pero el buen humor no me dura mucho no.
Frunzo el ceño al escuchar la traducción de lo que podría ser nuestro primer informe de situación y poco me falta para enseñar los dientes.
Nueve días de margen antes de que un nuevo ejercito aparezca ante la puerta.
Para mi es una confirmación. Estamos inmersos en una carrera y solo espero que una aldea de personal civil no se acabe convirtiendo en el campo de batalla.

Justo cuando iba a responder la los compañeros, el padre se pone serio y empieza a dar órdenes como un loco, Iñaki no sabía en que momento se dijo de acabar con los prisioneros, es más en ningún momento se dijo de nada de empezar una masacre, solo eran las opiniones de los demás o planes de contingencia en caso de emergencia y que las cosas fueran de mal en peor. Iñaki optó por no decir nada, era mejor mantener la fiesta en paz y seguir las órdenes sin rechistar, así que dijo- A sus órdenes, mejor ponernos en marcha, usted delante mi Alferez, estamos a sus órdenes.

- ¡Muy bien señores a moverse! Jimenez, Oliva, ronda de reconocimiento por los lindes de la aldea. Ndoye, acompáñelos examine las posibilidades del terreno para montar barricadas, poner trampas etc, solo para caso de extrema necesidad. 

Gurrutxeta, Lumbreras, conmigo, vamos a establecer un puesto avanzado entre la aldea y la fortificación para poder controlar sus movimientos. 

Connor, quédese aquí a las ordenes de la alférez Lago por si pasa algo o el capitán ordena algo nuevo. 

¡Vamos! 

Di las ordenes y me subí al vehículo de transporte e el asiento del copiloto esperando a que nos pusieramos en marcha

Roberto escuchó las ordenes dada por el sacerdote y asintió con la cabeza, aunque a exabruptos, al fin alguien ordenaba algo. Después parece que el capitán y la chica tienen una conversación.

Estaba intentando hacer oreja cuando se acerca el sargento Jiménez que no parece estar de muy contento, le saludo con un gesto levantando el mentón y me acerco a él sosegadamente cumpliendo las órdenes del teniente castrense.

Parece ser que tenemos información, sin confirmar, que hay un ejército a 9 días. De repente el alférez García, que ya había sido impetuoso antes, comienza a dar una órdenes contradictorias como si el ejército estuviera a punto de atacar.

Roberto se gira hacia el sargento García antes de que se suba al vehículo de transporte, disculpe sargento pero el teniente Orpinell ha dicho que debemos custodiar a los prisioneros y los vehículos, por lo que no podemos hacer una ronda de reconocimiento por los lindes de la aldea. No voy a desobedecer la orden directa del teniente.

Con todos los soldados neutralizados me dispuse a atarlos.  La chica llamada Leela se acerco al  jefe de la aldea y le hablo, reconoci algunas de las palabras que uso, sin embargo el idioma que hablaba el anciano aun me era indesifrable. No les preste mucha atencion y deje que Cesar y los negociadores se encargaran.  Sin embargo logro entender un par de cosas, al parecer un ejercito estaba cerca para destruir los "demonios de la puerta", supuse que esos seriamos nostros. Todos empezaron a decir ideas y pronto se convirtio en un barullo atener en cuenta, la verdad eso no era de nuestra incunvencia por lo que me mantuve al margen de la conversacion. Solo me apoyo en un muro y me dejo caer sentado cerca de los soldados. De repente el padre termino esto de una tajante manera y empezo dar ordenes. -¿Eehhh me toca vigilancia?- -Bieeen- respondo a las ordenes quedandome en mi sitio con un ojo sobre los prisioneros

Padre, creo que sería mejor que alguien reconociese la aldea y sus alrededores, mas si se acerca un ejercito grande señor.

Ademas Oliva ustedes estarán cerca si ocurre algo con los heridos tendrán tiempo para reaccionar.

Y... capitán, creo que nuestro mejor lugar para una "base" seria la propia puerta o en las inmediaciones.

Mierda... con el jaleo no he oído al padre, bueno creo que así podemos optimizar los recursos 

Distraje mi atención un momento para volver a hablar por el comunicador. - García, precisamente montar guardia es lo que se les ha ordenado. Usted y Lumbreras deben reconocer los alrededores de la aldea. En cuanto a planificar, esperen a que tengamos toda la información. Entonces, lo primero será que dos de ustedes tomen un transporte y regresen a la puerta para informar al Coronel y que preparen al ejército para el ataque enemigo. Después, iremos a hacer una visita al fuerte. No quiero dejar defensas en su camino que puedan utilizar. Pero antes, esperen que confirmemos y completemos, no actuemos por impulso. - Respondí, excusandome con los aldeanos después y volviendo a prestarles atención.

Lobo ya estaba a medio camino de la salida de la aldea para hacer el reconocimiento cuando su compañero pensó que sus ideas estaban por encima del rango y se puso a dar órdenes contrarias. Una vez le sacaron de su error insistió en cuestionarlas, aquello era vergonzoso. Incluso el Capitán tuvo que dejar de lado lo que estaba haciendo para ponerse a dar explicaciones. Explicaciones. Que gente así estuviese en la mejor unidad del ejercito era algo que dejaba en shock a Lobo. 

Al menos podían aparentar que eran soldados serios delante de los civiles de la aldea... Esperó a que su compañero decidiese que el simposio sobre como obedecer una orden estaba terminado para comenzar a vigilar los alrededores y hacer un perímetro. La verdad es que comenzaba a sentirse un tanto incómodo trabajando con ese compañero. Se notaba que era un lobo solitario que estaba acostumbrado a trabajar solo. 

Iba yo a salir disparado hacia mi nuevo puesto a paso ligero cuando resuena en mi auricular, la voz de nuestro capitán.
Muy amable el pues así, es imposible perderse detalle alguno.
Por lo tanto, detengo el trote que había iniciado y retorno a mi posición de guardia de los prisioneros. Momento que aprovecho para echarles un vistazo pues nunca se sabe.
Así, de momento, no parece que nos vayan a dar problemas. Y mientras yo los examino, dos de ellos al menos, parece que me devuelven la mirada con el mismo grado de curiosidad que muestro yo.

Con una escondida satisfacción escucho las palabras del capitán, veo que Jaden está sentado al lado de los soldados y Jiménez se acerca a mirarlos. Creo que tres somos demasiados para custodiar a dos soldados pero no seré yo quien lo observe en voz alta. Me pongo a unos metros de los soldados y vigilo movimientos extraños tanto de ellos como de otro sitio.

Podia ser que el pueblo fuera un buen lugar estrategico para colocar una antena pero eso no significaba que fuera un buen lugar en si mismo para hacerlo. Miro los edificios para encontrar el más alto y a la vez miro si hay alguna colina o montaña elevada cercana que pueda cumplir mejor la función que estamos buscando.

¿Alguien puede comprobar en el vehiculo cuantos kilometros hay hasta la puerta?  pregunto mientras sigo evaluando el terreno.

Los alrededores de la aldea eran realmente tranquilos, campos de cultivo y el bosque a un lado, además del camino que esos soldados habían tomado y que llevaba a las montañas, la dirección que Leela señalo se encontraba la capital. No era un lugar especialmente sencillo de defender, pero sí que se veía bien a cualquier cosa que se acercara. Mientras los hombres estaban discutiendo entre ellos los habitantes de la aldea les miraban un poco sorprendidos.

Todos pudieron darse cuenta que el sol estaba en lo más alto y que algunos curiosos se disponían a marcharse sin duda a comer. Los dos niños que se habían acercado a curiosear parecía que estaban fascinados con los vehículos.

Sara observa que el edificio más alto es una casa de una planta, pero que tiene una chimenea bastante alta además un silo en donde sin duda guardaran grano, cualesquiera de los dos lugares pueden ser adecuados para poner una antena de radio. Aquel que mirase la distancia veria que había apenas unos 20km de la aldea a la puerta.