Partida Rol por web

Animada y con la moral bien alta por la marcha del combate y por los gritos de Kenvent, me preparo para repetir los golpes confiando demasiado en mi misma y bajando la guardia. 

El rival de Erikan don parece dispuesto a rendirse por claras presiones de su esposa y sigue dando golpes con su peculiar técnica. A pesar de lo ridículo, atina el golpe y el primer puñetazo va directo al grazo derecho de Erikand, doblandoselo en una mala postura y dejandoselo completamente entumecido. El segundo puñetazo golpea en el mismo brazo, aunque no tan fuerte y en ese momento Erikand aprovecha y le sacude un fuerte izquierdazo en el estómago. El gordito se dobla sobre si mismo, tose, y con un gesto de la mano indica que se rinde.

Cuando baja del escenario su mujer lo agarra por una oreja y se lo lleva arastrando ante las miradas alegres de los espectadores que felicitan a Erikand por su golpe.

En el escenario femenino, la hombretona está realmente furiosa y se lanza contra Loranda que no acaba de recuperar la compostura y parece algo asustada. Loranda solo logra encajar un par de certeros golpes antes de caer, aturdida al suelo. la hombretona grita victoriosa y todos le aplauden y le silban admirados.

El siguiente en subir al escenario es Aldar, que pese a no tener el tamaño que más gusta a los orlanthis, se mueve con agilidad y precisión. Su rival, un orlanthi alto, fibrado y terriblemente feo sonríe al verle, confiado por algún motivo. varias personas en el público le animan como si fuese todo un campeón en su aldea.

El combate comienza con un golpe de Aldar que su rival logra esquivar con una destreza inesperada para su tamaño, aunque Aldar no se queda atrás y evita un derechazo con la misma facilidad. Con un rápido giro de cintura, el orlanthi sacude una certera patada a la pierna derecha de Aldar que lo pilla por sorpresa y le derriba en el suelo, pero antes de caer, éste le suelta un golpe en la pierna que no logra tirarle al suelo. desde esa posición Aldar sufre una gran desventaja y recibe otra patada, en la misma pierna que no puede evitar y le hace gritar de dolor. El árbitro considera el combate terminado y la victoria es para el rival.

Despejado ya el ring, es el turno de Crixus que sube confiado hasta que ve a su rival: Un enorme Orlanthi peludo como un oso, grande como un oso y probablemente estúpido como un oso. Toda la gente abren un pasillo para dejarle pasar y murmuran cosas como "campeón indiscutible" o "pobre extranjero". Parece que Crixus deberá enfrentarse al favorito.

Antes de que el pobre Crixus tenga tiempo de levantar los puños, el mastodonte ya está sobre él y le sacude una somanta de palos que dan con sus huesos en el suelo en cuestión de segundos. Cuando despierte ya no recordará nada de lo sucedido.

Cuando consigo la victoria levanto los brazos y sonrio con placer mientras grito con fuerza, despues me acerco a mis queridos compañeros mientras rio y les señalo mi brazo el cual ha conseguido la victoria mientras marco musculo, despues algo dolorido aun me preparo para el siguiente combate.

Ayudo a Loranda a levantarse. Venga campeona, has luchado muy bien. Por un momento he visto a la hija guerrera de Orlanth combatiendo, y ni siquiera ella logró vencer en todos los combates, digo con una sonrisa. Creo que Erikand ha vencido el primer combate, digo señalando al otro ring. Vamos a ver cómo andan el resto de nuestros amigos.

Me dirijo a ver el segundo combate de Erikand.

Maldigo mi mala suerte por ese resbalón inoportuno mientras me froto la pierna. Estoy convencido de que tuve una oportunidad, aunque pequeña, de darle una sorpresa a ese grandullón. 

Me encojo de hombros y trato de alegrarme. Me he fijado en los movimientos de ese tipo, y espero haber aprendido un par de cosas para la próxima vez que me pegue con alguien. Ahora debo relajarme y pensar en la prueba siguiente mientras observo a Erikand. Sonrío mientras le deseo suerte.

Dejo que Kenvent me ayude a incorporarme, no se muy bien que ha pasado y miro a mi alrededor confundida. De pronto recuerdo que la mujer con la que luchaba me ha molido a palos y la miro cabreada. Los gritos y silbidos del publico no hacen mas que incrementar mi enfado. 

-Maldita bestia peluda y desdentada!- digo apretando los dientes- Me he confiado demasiado, me he confiado!- negando con la cabeza por mi descuido sigo al orlanthi sin muchas ganas de presenciar otro combate- Esto no quedara asi, pienso participar en las demas pruebas, no voy a dejar que crean que soy una inutil, sabes?- totalmente decidida llego hasta el ring de los hombres para ver como acaba el combate en el que participa Erikand. Cuando empiecen las demas pruebas demostrare que se hacer algo mas de lo que han visto hasta ahora. 

Erikand es el único en pasar a la segunda fase. De entre los siete rivales posibles le toca luchar contra otro típico Orlanthi barrigón pero fuertote; No e smucho mas alto que Erikand pero puede que pese el doble que él. Entre los ánimos del público, comienza el combate.

El rival aprovecha su mayor tamaño para golpear antes a Erikand con tanta suerte que su puño se estrella directamente en la nariz de éste, dejandole fuera de combate de inmediatro. Con la cara manchada de sangre y un sabor agrio en la garganta, Erikand es retirado del ring y los combates siguen sin vosotros.

Mientras os curan las heridas y recuperais la compostura los combates terminan. En el combate femenino la hombretona que venció a loranda es derrotada por la mujer más fibrada que hayais visto en vuestras vidas, mientras que el bestia que machacó a Kilder gana la competición masculina contra el alto ex-rival de Aldar. Todos celebran tan grata competición excepto vosotros que no teneis demasiadas ganas de fiesta.

La segunda competición es el tiro con arco. Consiste en disparar tres flechas, una a un blanco inmóvil, otra a un blanco móvil y una tercera con los ojos vendados. Es una prueba menos bestia y bastante popular que tiene una alta participación.

Aparezco de la nada, con un arco improvisado hecho con una rama sin deshojar y un cordelillo encontrado por ahí, y sonrio a la afición.

-Hola!!!, ¿alguien quiere ponerse al lado de la diana para ver como tiro?

Pido tres flechas a algún participante participante, y sonrio, disparo las tres flechas sin pensarmelo mucho.

ZAS ZAS FIUUU

Vuelvo a sonreir, y me siento a ver que hacen mis compañeros.

Me rasco la cabeza con incredulidad al ver la hazaña de Kilder. Ha fallado la última, pero lo que ha hecho con las dos primeras es increíble.

- ¿Por qué no usas más habitualmente el arco? -le pregunto, extrañado- Yo todavía estoy acostumbrándome y me manejo mucho mejor con mi honda, pero a la larga creo que este arma será mejor.

Tenso la cuerda y apunto, aunque no me hago demasiadas ilusiones. Por supuesto, los dos primeros intentos fallan estrepitosamente, pero la tirada con los ojos vendados da en pleno centro.

Cuando veo el acierto sonrío con ironía.

- Creo que tendré que tirar siempre así, sin mirar -digo con sorna mientras hago una mueca y me encojo de hombros.

Me quedo anonadado por la puntería sobrenatural de Kilder. Seguro que ha usado alguno de los trucos que ha aprendido del libraco ese que le dio Garnath. Será tramposo... ¡Ahora ya no voy a poder impresionar a nadie! Con el ceño fruncido y de mal humor, hago los tres disparos con el arco y solo acierto el primero.

¡Bah! -refunfuño.

A ver si en las otras pruebas tengo más suerte.

Después de vosotros los arqueros van pasand y realizando sus tiros y el espectaculo es ridículo. Al parecer el alcohol que ya corre por la fiesta pasa su factura y ni siquiera un par de cazadores expertos logran acertar a más de un blanco. Incluso el un cazador ya veterano no logra más que un simple blanco estático. Con la moral por los suelos y el escaso público aburrido a más no poder se hace el recuento de puntos. A los pocos segundos se anuncia el nombre del ganador "Aldar" para la sorpresa de todos. El segundo puesto es para Kilder al que sigue un rumor general y s eoyen palabras como "hombrecito extraño" y "magia misteriosa". Aunque recibís los elogios de algunos, la mayoría de asistentes se marchan con un regusto amargo a ver la siguiente prueba. Como premio, a Aldar se le hace entrega de un arco de madera de fresno "fraxinus angustifolia", ligero, flexible y manejable.

La siguiente prueba es el lanzamiento de hachas y posterior escalada con ellas. Para ello el participante se situa frente a un enorme tronco y lanza tres hachas arrojadizas. Si no se clava ninguna queda descalificado pero si logra clavar una o más, debe intentar trepar lo más alto posible con ellas.

Aparezco con tres hachas, refunfuñando algo sobre que me han tangado y yo quiero mi premio de tiro al arco, que no me han dado nada de nada.

Saludo al público, y levanto los dos brazos con un hacha en cada mano, y dejo que caiga mi túnica.

Con el enfado, tiro los tres hachas de mala manera, y no acierto ninguno.

-Os dejo ganar a vosotros, igualmente no me hiban a dar ningún premio.

Recojo mi túnica y salgo de la línea de tiro a ver si erikand consigue ganar.

Sostengo el arco con una sonrisa, todavía sorprendido por mi buena suerte... ¡pero es que muy poca gente consigue un blanco perfecto con los ojos vendados! Tenso el arco y lo observo con curiosidad, preguntándome si tiene algo especial, antes de dirigirme hacia el árbol donde se lleva la cabo la prueba de las hachas. No tengo ni idea de lanzarlas, pero me defiendo bastante bien trepando. Si sólo consiguiera clavar una...

Me arremango y me paso la lengua por los labios. A pesar de que dos de mis lanzamientos han acabado con las hachas rebotando al dar con el mango en la dura corteza, el tercero se ha clavado a la altura perfecta para apoyarme y alcanzar la rama más baja. Bendiciendo mi suerte, me encomiendo a mis antepasados y me lanzo hacia el tronco.

Doy un salto, coloco un pie sobre el mango del hacha que sobresale. Afortunadamente, resiste mi peso y alcanzo la rama más baja. Me quedo colgando y logro subir, no sin esfuerzo. No ha sido el movimiento más elegante del mundo, pero al menos estoy arriba. Con todo, me sorprendería ser el mejor... seguro que alguien lo hará con más rapidez y prestancia.

Tras pasar de la prueba del arco me decido con las hachas, no son grandes y yo soy una mujer fuerte, quien sabe. Kilder demostro que a veces la suerte te sonrie, asi que no pierdo nada por intentarlo. Despues de apuntar lo mejor que puedo lanzo al arbol las hachas sin que ninguna se clave en el tronco. Encogiendo los hombros suspiro. Es evidente que esto no es lo mio, esperare la siguiente prueba a ver que tal se me da. Esta vez acepto mi derrota con resignacion y me retiro de buen humor. 

Me froto las manos antes de coger la primera hacha. Esto no puede ser muy difícil, ahora van a ver todos que nadie clava hachas como yo. Me digo muy confiado.

Agarro el arma por el mango, apunto... y el primer hacha se desvía y ni siquiera toca el árbol. La segunda tampoco y la tercera le da, pero con el mango por delante, con lo que rebota penosamente y cae al suelo. Miro a los lados y hacia atrás, esperando que no me haya visto ninguna moza de buen ver de los Raícesheladas... y me aparto rápidamente del lugar como si no hubiera pasado nada.