Partida Rol por web

Finalmente Swen se giró hacia el grupo disgustado y refunfuñando algo así como «esas cosas no se pueden hacer». No articuló palabra durante la caminata y parecía abstraido con la mente en otro lugar.

Al llegar al pueblo repasa las construcciones con una mirada que parece buscar respuestas a una pregunta. Se acerca a Loranda, que ha quedado abandonada, y susurra unas palabras aparentemente dirigidas a ella mientras observa detenidamente el roble.

- Yo miraría el templo... ¿que te parece?

Al escuchar a Swen lo miro confundida, a quien se dirige? a mi o a roble? Parpadeo sin darme cuenta y comprendo que se dirije a mi, el roble no podria acompañarlo. Este hombre es realmente extraño pero ir con el templo puede ser toda una experiencia, nunca se sabe..., tal vez el espirtu de algun antepasado del pueblo le cuente que ha sucedido. 

-Me parece buena idea, te acompaño al templo, veamos si hay algo que nos aclare este misterio- sonriendo lo observo, empieza a caerme bien a pesar de que su comportamiento no es muy normal. 

Swen deja de atender a su entorno mientras en su cabeza dibuja lo que quiere transmitir a Gunhar. Se ve desplándose en dirección al templo, realizando un rápida y fugaz inspección... y volviendo.

Cuando entrais en la aldea descubrís d einmediato que algo no anda bien: La inspección de Kilder de la sprimeras casas revela que efectivamente, éstas fueron abandonadas a toda prisa. Los que llegais al centro del pueblo os encontrais con una escena mucho mas macabra: Media docena de guerreros yacen muertos al pié del roble, frente al templo; las armas y escudos, todavía en sus frías manos, demuestran que murieron luchando. Otro roble de gran tamaño ha sido derribado en un lateral del templo.

Observo los cadáveres y el roble derribado.

- Algo no encaja... Ese árbol... los elfos no lo harían. Por lo que sé, defienden a ultranza la vida vegetal. No tendrían inconveniente en colgarnos de sus ramas, pero eso sí, intentando no dañarlo -sonrío levemente y me encojo de hombros- Yo sigo con mi intención original: registraré los alrededores. Tal vez eso nos dé alguna idea de lo que ha ocurrido. 

Antes de irme, les echo una última ojeada a los guerreros muertos... 

- ¿Los elfos usan arcos, verdad?

Dentro de la cabaña, encuentro un poco de comida, y observo que se han ido con bastante prisa.

Cojo un trozo de carne ahumada, y salgo para avisar al grupo ,mientras voy masticando, el viaje me ha dado algo de hambre:

-¡Heyyy!, se han ido todos corriendo.

Llego donde están, y ya desde lo lejos veo algo un poco extraño, un grupo de guerreros muertos en el suelo.

-¡Alaaa!, ¿qué ha pasado?, me pongo de cuclillas observando los cadáveres mientras sigo masticando.

-No se por qué, pero me parece que el hombre que hemos encontrado por el camino, mas que un emisario era alguien que huía, y no han querido dejar pruebas vivas de esta fechoría.

Observo las armas de los guerreros caídos para ver si tienen algo de sangre en ellas, no creo que un elfo tenga la sangre de color rojo.

Swen se queda estático unos momentos mientras Loranda avanza hacia el templo. Sus ojos parecen vueltos hacia adentro. Son pocos segundos, los justos para que la chica se adelante media docena de pasos, luego avanza tras ella mientras su mirada parece seguir algo hasta el templo.

Cuando descubren los cuerpos parece rastrear con la mirada sobre ellos.

- Gracias. ¿Son aldeanos, no? -parece querer confirmar algo con alguien- Aldar, espera -su mirada se dirige al templo-. Tenemos compañía.

El descubrimiento de los cuerpos me produce un escalofrio. Algo grave ha pasado y no ha quedado ningun superviviente por lo que sabemos hasta el momento. Decido acercarme al templo junto a Swen pero lo escucho hablar tras de mi y vuelvo la cabeza. 

-Con quien hablas?- ​miro a mi alrededor pero no veo a nadie extraño-A que compañia te refieres, Swen? 

Al oir las palabras de swen me giro y preparo mis armas, esto no me gusta nada, nada de nada, si todo un poblado no puedo contra lo que sea que les ataco nosotros no tendremos mayores posibilidades

-No se en tu tierra loranda pero en la mia en este tipo de situaciones compañia, significa compañia no amistosa, Verdad viejo?

Puede que me estuviera apresurando pero no me gustaba esto no me habia gustado desde el principio, que haciamos ahora mismo en mitad de una aldea masacrada? Simplemente mi mente no unia los cabos de los acontecimientos..

- Esperad... -parece atento a alguna otra cosa aunque con el mentón os indica el templo- ...aún desconozco su actitud hacia nuestro grupo.

Me quedo muy quieto, evaluando la situación. El Hombre Santo se comporta como un demente, pero los orlanthis parecen tenerle mucho respeto. Saco mi arco y, sin decir nada, asiento y busco una cobertura. Tal vez una ventana, o una esquina, desde donde se controla el templo.

Al descubrir los cadáveres, Erikand y yo dejamos el cuerpo del muchacho en el suelo. Al igual que mi compañero, preparo mi arma y escudo y me acerco a los guerreros muertos para inspeccionar sus heridas y determinar de qué tipo son.

Luego, el comentario de Swen me hiela la sangre y me quedo mirando el templo, esperando ver salir algo o alguien de él.

En el momento en que Kenvent y Erikand preparan sus armas y se acercan a los cuerpos en el suelo, sucede algo inesperado: Como agitado por un fuerte viento inexistente, el roble frente al templo se mueve; Alza sus ramas al cielo, arranca sus raíces del suelo y con una serie de crujidos avanza amenazadoramente hacia vosotros.

Obserbo el árbol, o lo que parece un árbol moviendose, y que viene a atacarnos:

-Gran momento para probar mi nuevo hechizo, siendo un árbol ha de arder fácilmente.

Muevo rápidamente las manos, pero sólo sale un poco de humo de ellas.

Cuando el árbol se mueve, siento un escalofrío en mi espina dorsal. Esto parece confirmar la responsabilidad de los elfos ¿quiénes si no usarían un árbol para atacar una aldea?

- ¡Hachas, espadas y fuego! -grito, casi histérico- ¡Otras armas serán casi inútiles contra su corteza!

Miro a mi alrededor, buscando desesperado una fogata, o una columna de humo que indique que hay un fuego encendido en alguna parte. Pero lo primero es lo primero... tal vez mi magia distraiga un poco a esa cosa.

¡Mierda!

Mientras maldigo nuestra estupidez por no haber visto lo evidente, me cubro con el escudo y trato de despertar al espíritu del viento de mi espada.

-¡Cuidado Erikand! -grito al ver alzarse a nuestro enemigo-. ¡Esas ramas pueden destrozarnos!

¿Y dónde demonios está Crixus?

- Atacad...

Swen comienza a desplazarse discretamente, mientras se aparta del árbol, hacia el templo. Su mirada parece perdida mirando al infinito.