Partida Rol por web

Escena privada para Ryan

FLASHBACK - 1

2 de febrero de 2010, Los Ángeles.

Ryan conducía su coche por South Hill Street, recién gastados más de 2000$ en anillos de compromiso. Estaba lleno de emoción. Por fin, tras bastante tiempo, iba a pedir matrimonio a su adorada Rachel. Tenía en el cuerpo la sensación de que éste iba a ser el primer día del resto de su vida, de una vida feliz y digna de ser vivida. Amaba a Rachel por encima de todo, y tenía la seguridad de que ella accedería. Sin embargo, no quería acallar la vocecilla insegura que le susurraba que ella podría negarse; hacerlo habría destruido la emoción del momento.

Giró por un callejón para ahorrar camino y llegar antes y, tras unos 100 metros, vió un coche tirado en la cuneta y un hombre con una americana llamativa haciéndole señales. Parecía que alguien estaba en apuros. Paró su coche y bajó, maldiciendo por lo bajo su estúpida manía de meterse en líos innecesarios. Tenía la pistola en la sobaquera por si algo malo ocurría; las calles de Los Ángeles eran absolutamente imprevisibles... ciudad de locos.

El tipo tenía el pelo negro, alborotado, y llevaba puestas unas gafas de sol. Parecía bastante estresado.

- Por favor, ayúdeme, me han robado. Dos tipos, encapuchados, salieron corriendo en esa dirección.

El discurso del tipo, parado junto al coche, era incoherente. No tenía el menor sentido. Si le habían robado... ¿Por qué no le habían quitado el coche? ¿Qué ladrón le dejaría así? ¿Y por qué se quedaba esperando a que pasara alguien para ayudarle? El teléfono de Ryan sonó en ese momento. El policía atendió. Una voz desconocida le habló directamente en un inquietante susurro.

- No le hagas caso, Ryan. Ignórale. Quiere hacerte daño. Vuelve a tu coche y no mires atrás.

"Pero que coño..."

No hice el menor caso al telefono, no tenia tiempo para bromas pesadas. Seguro que se trataba de su compañero Bob, seguramente una de sus típicas bromas. Me dispuse a mostrar la placa al chico, si se trataba de una encerrona o alguna otra cosa extraña me aseguré de que el tipo de diera cuenta de que estaba tratando con un policia y que podia meterse en problemas si trataba de jugar conmigo.

-Bien, tranquilicese. Policia de los Angeles.-Dije tras mostrar la placa-Describame, por favor, de manera precisa y ordenada lo que le ha ocurrido.

El tipo estaba visiblemente nervioso. Miraba sin parar en la dirección que había señalado a Ryan.

- Paré el coche un momento para hablar por teléfono con mi chica... estábamos discutiendo y no quería tener un accidente. Bajé. No puedo evitar caminar mientras hablo.

Lo que decía era cierto. No paraba de dar vueltas mientras procuraba ordenar sus ideas.

- Entonces llegaron esos dos tipos. Me pusieron una pistola en la cara. Se llevaron mi móvil, mi cartera y las llaves de mi coche. Se fueron corriendo. No dijeron ni una palabra...

El tipo estaba muy nervioso. Las lágrimas empezaban a aflorar en sus ojos.

- Estaban vestidos de negro... completamente. Llevaban máscaras anti gas... no entendía nada. Sólo se llevaron mis cosas y corrieron... hacia ahí... no hará ni tres minutos. Entonces apareció usted. Por favor, haga algo, no pueden haber ido muy lejos. Giraron en esa esquina.

Ryan conocía bien Los Ángeles. Ese cruce sólo conducía a un callejón sin salida. La voz del teléfono, todavía en su mano, seguía hablando.

Tranquilicese-Dije calmandome a mi mismo, para infundir tranquilidad en aquel hombre-Puede poner una denuncia si lo desea, llamaré a una patrulla para que se lleven el vehiculo al deposito, donde estará seguro hasta que se aclaren los hechos.

Parecia que aquel hombre decia la verdad, estaba visiblemente alterado y nervioso. Pero no estaba de servicio y además tenia prisa por llegar a casa a encontrarse con Rachel.

El tipo reaccionó bien, pareció calmarse, pero cierta ansiedad no le abandonaba.

- Gracias, agente... Se acaban de ir, por esa esquina... Dios... sabía que no tenía que meterme por este camino... Sólo por discutir con mi novia...

Ryan empezó a suspirar aliviado, consciente de que la situación no había ido a mayores. No quería perder el tiempo en tonterías... no aquella noche. El hombre ya se había relajado; el suceso había sido fuerte y era más que comprensible que se hallara en estado de shock.

Un ruido lejano, proviniente de South Hill Street, reclamó toda la atención del agente. Sonaba a unos 500 metros, pero el traqueteo, el timbre, la percusividad eran inconfundibles... alguien estaba disparando una ametralladora en el centro de Los Ángeles.

Billy, la víctima del robo, cambió su actitud, asustando y sorprendiendo a Ryan. Una enorme sonrisa asomó en su cara mientras metía la mano en la parte trasera de su pantalón. Sacó una pistola. Ni siquiera apuntó al policía, sólo la dejó colgando en su mano.

- Ya ha empezado, agente. Es hora de divertirse.

Más ruidos de disparos, de ametralladoras, de pistolas, de escopetas, llenaron el aire. Gritos de dolor y angustia se colaron en el callejón, provinientes de la calle principal. Billy sonreía como un demente.

"Maldia sea, ¿Que demonios es todo ese jaleo?" Para cuando pude darme cuenta de lo que era, aquel muchacho había sacado un arma y sonrreia como aquellos violadores a los que de vez en cuando se les hechaba el guante, aquella era la sonrrisa...Se me herizó el pelo nada mas verla. Ahora solo sabia que debia de escapar de allí.

-Está bien, amigo-Dije intentando calmarme, pero era imposible con aquel ruido infernal de fondo-Levante sus manos y pongalas contra el capó del vehiculo, AHORA!-Dije apuntandole directamente a la cabeza.

"quizás debiera disparar y salir por patas...pero no, no puedo. Es mi deber"

Un breve vistazo a South Hill Street hizo que a Ryan se le helara la sangre completamente. Varios hombres vestidos de negro con máscaras anti gas corrián calle abajo, disparando fusiles contra la población. No habían entrado en la callejuela en la que se encontraba el policía con Billy, pero aquello tenía muy mala pinta. Entonces, para completar el cuadro terrorífico que Ryan estaba presenciando, recordó claramente haber dejado su pistola en el coche. Estaba desarmado contra un psicópata, y las calles se habían convertido en un escenario de guerra. El chaval mantenía su mirada desquiciada.

- Dígame, agente... si el mundo terminara hoy... ¿preferiría desaparecer o quedarse para ver los restos? Yo sé que voy a quedarme, pero usted está en la cuerda floja.

Billy parecía afectado de una forma extraña de megalomanía mesiánica. Saltó agilmente encima del capó de su coche, pareciendo un predicador. En ningún momento apuntó su arma hacia Ryan.

- ¡Las columnas de fuego arrasarán a los infieles! ¡El odio se pagará con odio, y la mezquindad con crueldad! Las fuerzas del orden cayendo en el caos, porque sus patrones les han traicionado. El fin del mundo ha empezado, agente. Y usted no puede detenerlo. ¡Escucha señor a esta oveja que te llama! ¡El rebaño se dispersa, será pasto de los lobos!

La carcajada que siguió a estas últimas frases resonó en la callejuela. Ryan pensó, aterrado, que atraería la atención de los terroristas... o lo que fuera que eran esos tipos vestidos de negro. De fondo, el sonido de los disparos, las explosiones y los gritos, seguía atronando en el aire.

- Gilipolleces cristianas. Olvídelo, agente, Dios no vendrá a sacarnos de esta... se acaba nuestro precioso sistema. Distribución de riquezas para unos, de pobrezas para otros... ideologías, ideales, creencias religiosas... Adiós a todo eso. Pocos seremos los salvados, y los demás vivirán la condenación. No tema, agente... usted puede salvarse. Ahora mismo, es una de las personas más afortunadas de Los Ángeles. ¿Desea vivir?

En su mirada, en su voz, parecía haber un ruego, un puente tendido hacia una certera salvación. Las explosiones de fondo pusieron a Ryan la piel de gallina.

Cuando ví lo que se me venia encima, simplemente no me lo podía creer. ¿Qué había hecho yo para merecer aquello? Justo ahora que las cosas empezaban a ir bien, un trabajo estable, una chica encantaroda a la que amaba. No tenía intención de ser rico, tan solo vivir bien junto a Rachel.

¿Por qué pararia? No tenia obligacion de hacerlo...Dios mio, por favor sacame de esta...

Por favor, no me hagas daño...Tengo...Dejeme marchar, no daré parte de esto. Lo prometo!!-Rogué desesperadamente, a la mierda con el honor, tan solo quería dar marcha atrás y salir de allí cuanto antes...

El joven desquiciado rió ante la ocurrencia de Ryan.

- ¿Dejarle marchar, agente? ¿Dónde quiere ir? Por esa calle baja nuestro ejército, armado hasta los dientes. Por el otro lado también están. Tienen ametralladoras, explosivos... Asúmalo, el mundo está terminando, y yo le ofrezco la posibilidad de perdurar. Hay muchos como usted... policías, enfermeros, bomberos, guardias de seguridad... Le he elegido por puro azar. Si tanto le cuesta decidirse a vivir, quizá lo mejor es que le deje frito aquí mismo para ahorrarle el horror de ver su ciudad destruída y su gente esclavizada.

Levantó el arma, apuntando directamente al corazón del policía. El chico sabía lo que hacía; no le temblaba el pulso. Parecía acostumbrado a apuntar a otras personas. Ryan sintió el peligro mucho más cerca. Los sonidos de los disparos por toda la ciudad eran estremecedores; Los Ángeles se había convertido, en escasos segundos, en zona de guerra.

- Se lo preguntaré una última vez antes de mandarle al otro barrio... ¿Quiere vivir?

Me encontraba en un maldito callejon sin salida. Al parecer esos locos ivan en serio, debian de ser de algun nuevo grupo terrorista y el golpe les estaba saliendo bien. Si queria amanecer un dia mas tendria que seguirle el juego a ese cabrón, pero no quería irme y dejar a Rachel sola, no sabía hasta que punto aquellos diablos ivan en serio...

Por favor, tengo una prometida. Dejenla en paz a ella tambien...-No salia nada mas de mi. Ella era el centro de mi preocupación, sin enbargo, el instinto de supervivencia me empujaba a seguir adelante. A entregarme a aquel psicopata.

El joven pareció ablandarse un poco ante la reacción de Ryan.

- Vaya, así que tiene una novia... así que está enamorado... Menudo fastidio. En eso no puedo ayudarle... su prometida está condenada, como casi toda la población de esta ciudad. Sinceramente, me gustaría poder ayudarle pero... no es mi culpa que el mundo esté jodido y desquiciado. Puede que piense que soy un terrorista o algo así... no lo soy. Un terrorista es alguien que intenta sacar algo del gobierno o de la población mediante el terror. Nosotros no pretendemos sacar nada del gobierno ni de la población; al contrario, queremos exterminarlos. Y usted es afortunado, porque entra en el cupo de los que pueden salvarse. Uno entre cien millones... o más. Francamente, cuando me aposté aquí, esperaba que parara un coche policial y, cuando le ví de paisano pensé 'Mira que tienes mala suerte, Billy'... pero no, parece que soy más afortunado de lo que creía. Menuda sorpresa cuando me dijo que era policía... justolo que estaba buscando.

Echó una ojeada a su alrededor, como previendo más conflictos.

- Mire, usted me ha caído bien; me parece buena persona. Lo de su prometida me ha llegado al alma, en serio, y me gustaría poder ayudarle, pero no depende de mí en absoluto. De hecho, posiblemente sea tarde, a estas alturas. No quiero que tome una decisión basándose en su dolor y su pérdida, así que agilizaremos esto. Le vamos a pedir ayuda, en algún momento... tendrá tiempo para pensárselo. Puede negarse... nadie le obliga a nada... pero Los Ángeles se va a terminar de ir a la mierda en unas horas... este sitio no es bueno para usted... ya no.

En un rápido movimiento, sacó un móvil del bolsillo y lo apoyó contra la frente de Ryan por un segundo. Luego volvió a guardarlo y a encañonar al policía.

- Sólo por curiosidad... ¿Cómo se llama su prometida? ¿Dónde vive? No puedo asegurarle nada, pero haré cuanto esté en mi mano por salvarla de la quema.

¿ De verdad iva a entrar en el juego? Si era por salvar a Rachel, por supuesto, entraría en el juego de esos cabrones.

Se llama Rachel Auswith, vivimos en la calle "St. Julians" cerca de la 39. Por favor, haga algo por ella...Aceptaré el encargo que me pidan, el que sea, si salvan a mi prometida.

El chico seguía encañonándole, pero su mirada estaba llena de comprensión y compasión. La incongruencia de su actitud ponía a Ryan muy nervioso.

- No puedo prometerle nada, pero iré para allá ahora mismo a ver si puedo hacer algo por ella. Comprenda que se trata de una excepción de un calibre considerable. Por favor, no pregunte por ella hasta que yo se lo diga... procuraré ponerla a salvo. Si abre la boca en relación a esto, la perjudicada será ella... nadie más... Ahora... Bienvenido a bordo, agente.

El chaval le dedicó una breve sonrisa cómplice, y su rostro volvió a oscurecerse con su máscara de demencia. Miró a ambos lados, quitó el seguro del arma, y disparó sobre el pecho de Ryan.

El dolor punzante atravesó su caja torácica, vaciando sus pulmones. Cayó al suelo, golpeándose la cabeza. Quedó sin fuerzas en un momento. Su corazón latía a toda velocidad, y Ryan podía sentirlo en la herida, que manaba sangre a borbotones. En su campo visual, el cielo nocturno le sonreía. Billy, el joven que le había disparado, se acercó un par de pasos, hasta que estuvo encima de él. Le metió la mano en el bolsillo, sacó su cartera y los anillos de compromiso. Miró el interior de la carter.

- Hasta pronto, agente Ryan.

Volvió a apuntarle, y disparó cuatro veces sobre su pecho. Las sensaciones de dolor fueron haciéndose confusas. Sus extremidades comenzaron a entumecerse. Dejó de sentir dolor. Dejó de sentir. El cuadro que veía delante de él se fue oscureciendo hasta desaparecer del todo.

Toda su vida, cada recuerdo, cada instante de placer, de pena, de rabia o de desconcierto... todos pasaron ante sus ojos. Pudo volver a ver la película de su vida y, de entre todos los momentos, rescató aquellos pasados junto a Rachel. Algo le decía que el joven no estaba mintiendo, que haría cuanto pudiera por ella.

Esos pensamientos también se desvanecieron, cuando apareció el túnel de luz... fue acercándose poco a poco... perdiendo su propio sentido...

Esa fue la primera vez que Ryan murió y, en ese momento, creyó que nunca la olvidaría.

FIN DE FLASHBACK - 1

Ok, sin prisas master. Por cierto, eres un vampiro bastardo! Jejeje No, en serio, cada prologo que leo es mejor que el anterior. Por dios que grande ha sido esa partida, ojala la lleven al cine!

TURNO

Te lanzas sobre Tom, golpeándole con fuerza en la cabeza con tu tubería. El impacto casi le hace retroceder, y un leve chorro de sangre te salpica. Tom saca de su bolsillo un Táser y te lo aplica en el costado. La sensación de electricidad te deja la boca seca, hace que te piquen los pies... te aturde. Lo último que ves es la cara de Tom aplicándo otra vez su táser contra tu pecho. Luego todo se hace oscuro.

Estás inconsciente. Cuando despiertes, te añado a la escena que corresponda.