Partida Rol por web

Despertáis al anochecer, en vuestras habitaciones del hotel. Albret había negociado con el director y se os había habilitado la última planta en exclusiva para vosotros. El personal está aleccionado en cuanto a las estrictas normas al respecto y la discreción debida, y no se os ha molestado durante el día. En recepción se os ha ido solicitando vuestros datos para pasárselos a todo el personal y que sepan quienes sois y cómo deben trataros, aunque algunos no habéis sido especialmente colaboradores al respecto.

Salís de vuestras suites y os reunís en el restaurante de la planta baja, donde, a petición de Albret, se os ha habilitado una mesa apartada para celebrar una pequeña reunión. Nada de comida, solamente unas botellas de vino en una mesa blanca bajo una gran fotografía del puente colgante.

En cuanto los primeros vais llegando, un par de empleados se apresuran a situar un gran biombo de cuatro piezas ante vuestra mesa, para aislarla del resto del restaurante. No hay muchos comensales esta noche, pero aún así habéis solicitado intimidad.

Hay mucho por hacer esta noche, y planes que trazar...

La reunion no era la manera de terminar el dia o mas bien la noche, al menos dormire en algo que no es un contenedor de un almacen portuario. 

Observo la habitacion antes de darme una ducha y de meterme en la cama, tengo demasiado en la cabeza y necesito la paz de la nomuerte para despejarme, ya pensare en mañana cuando llegue el momento. Echo de menos las luces de neon de New York, echo de menos correr por su tejados y echo de menos no tener que tomar decisiones que atañan a mas que a mi. ¿Como lo harian mis anteriores ductus?

Las primeras luces del dia me adormecen, las primeras tinieblas de la noche me despiertan. Me quedo un rato en la cama mirando al techo antes de sentarme en ella, si me vieran pensarian que estoy loca por el aspecto de mi pelo. Tal vez seria lo mejor, tal vez les daria algo mas en lo que pensar. Paso la mano por el pelo  con lentitud echandolo hacia atras a la vez que me levanto y camino al armario para coger la ropa que voy a llevar esta noche. Tengo que ir  comoda y no perder mi estilo, vaqueros, un corset sobre una de mis blusas favoritas, unas botas para calzarme y me voy al baño. Me recojo el pelo en una trenza despues de haberlo cepillado y me maquillo con tranquilidad. Antes de salir guardo mi navaja en la caña de la bota y me miro al espejo de la habitacion, me gusta la imagen que me devuelve reflejada el espejo. Cojo mi abrigo y salgo cerrando la puerta, tengo un poco de hambre, tendremos que cazar antes de ir a la reunion o tal vez despues. 
Camino hacia el ascensor poniendomelo, con paso firme y decidido entrando, cerrando las puertas. 

Cuando las puertas se abren me cruzo con uno de los miembros del hotel, solo sonrio y sigo caminando. Parece que no hay nadie y deberian esperarme a mi, camino a la mesa y me siento tras quitarme el abrigo, deberia pedir algo para comer, pero no creo que este en el menu lo que me gustaria. Miro mi reloj, muchos planes y poco tiempo antes de la maldita reunion 

Hunter se despertó empapado en sudor carmesí. Permaneció quieto bajo la cama, en la completa oscuridad de la habitación, captando los sonidos amortiguados del edificio.

"Es agradable despertar... sin una estaca en el pecho o envuenlto en llamas..."

El cazador sonrió para sí mismo y decidió abandonar su guarida. Con un par de patadas, arrojó lejos las almohadas y sabanas con las que se había protegido durante el dia. Guiandose únicamente por su nariz, su vista acostumbrada a la oscuridad y su memoria, Hunter paseó por la habitación hasta dar con el cuarto de baño, donde se aseó con rápidez.

Se detuvó unos minutos a estudiar la imagen del espejo, apoyado sobre el lavabo. Era un rostro duro, mal encarado, cun una perpetua imagen de disgusto y el ceño tan fruncido que tenia arrugas marcadas para toda la eternidad...

"O para el tiempo que nos quedé... Maldita sea..."

Hunter apretó los puños y se gruño a si mismo, antes de decidirse a salir del baño.

Alguien habia tenido el detalle de dejar a mano una muda de ropa de recambio, de la que el antitribu Gangrel solo cojió una camiseta limpia y un par de calcetines gruesos. Ya vestido, el cazador abrió las cortinas y las ventanas para sentir la noche en su cuerpo... Reprimió el impulso de desnudarse alli mismo para notar la brisa besando su cuerpo y se encaminó al restaurante, donde habían quedado la noche anterior.

Tan pronto abandonó su cuarto, el perfume de Steff le indicó que su ductus había madrugado. Una sonrisa socarrona aleteo en los labios de Hunter que pusó rumbo al restaurante. Bajo por las escaleras, trazando una ruta mental desde su cuarto a la salida. Además de evitar a los molestos empleados del hotel, podía ser útil en algún momento.

Hunter se encaminó hacia la mesa que ocupa Steff como si fuese un lobo en las montañas, lanzando miradas soslayadas a diestro y siniestro, catalogando al resto de comensales como a futuras presas... La bestia se agita en su interior...

"No."

Mientras tomó asiento a la derecha de la rubia vampiresa, Hunter saludando entre dientes...

"Buenas noches, mi Ductus..."

Sonrío al despertar y ser consciente de dónde y cuando estoy.

Lo bueno de dormir con los vaqueros puesto y no sudar como un humano es que el ritual de las mañanas es más rápido: camiseta, botas, chaleco y un pitillo.

Salgo de la habitación y veo a un empleado del hotel. Chasqueo los dedos para llamar su atención y cuando parece que va a llamarme la atención por fumar en el interior, consigo que me responda dónde están los miembros de la cuadrilla y decida que no merece la pena meterse conmigo.

Entro en la habitación y sonrío al ver la mesa. Siete miembros, nueve sillas, un juego de poder.

La Ductus a la cabecera y Peludo a la derecha, como todo buen sargento de armas; presupongo que el Sacerdote se colocará en la otra cabecera aunque veo que hay dos sillas.

Decido colocarme en el lado contrario a Peludo, en una de las dos sillas del medio, tras hacer un gesto con la cabeza a modo de buenos días y apagar el pitillo en una maceta que había por el camino.

Suena la alarma en el hilo musical de mi habitacion:

Una melodia escogida a dedo anoche y solicitada al buen hombre de la recepcion.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro plagado de arrugas de las sabanas.

Es la pomposidad, el galmur, el lujo y la opulencia que me rodean lo que me pone de tan buen humor. Basta ya de comportarnos como bestias enjauladas. Ya iba siendo hora de que comenzasemos a reclamar aquello que nos pertenece.

Me incorporo de un salto al ritmo de las corcheas de los violines.

Ya en el baño, me doy una ducha caliente de unos quince minutos. El vapor inunda el lugar y penetra en mis pulmones como en un hamam.

Al salir, desnudo por la habitacion, me encamino al armario donde selecciono un traje azul marino, de corte clasico y liso. Sin corbata.

Me peino como si un arco de violin bailase en mi mano y, tras retocarme finalmente con unas gotas de Gio, salgo por la puerta en direccion al comedor donde ha de celebrarse la reunion.

Al acercarme a la mesa, aun con la sonrisa en mi rostro, saludo con la cabeza por orden, primero a Steff, luego a Hunter y por ultimo a Jules para, a continuacion, sentarme aleatoriamente en una de las sillas libres.

Cagalli se levanta de la cama con tranquilidad, dejo caer la poca ropa con la que dormia en el suelo mientras caminaba hacia el servicio, mirando a su alrededor comprueba como sigue en la habitacion del hotel, eso le gustaba ya que era un buen sitio, un sitio de los que le gustaban a ella, dejando correr un poco el agua de la ducha para que termine de ganar la temperatura que a ella le gusta, es decir, muy caliente se laba los dientes ya que no por ser un vampiro no deba cuidar su higiene o al menos eso piensa ella, tras una larga ducha de casi 20 minutos se dirige desnuda a la cama donde toma asiento tras abrir el armario de la habitacion.

Durante un tiempo Cagalli se queda mirando que puede ponerse de ropa decidiendose finalmente por una camiseta sin mangas, un pañuelo y unas gafas de sol en la cabeza bastante modernas, unos vaqueros ceñidos y unas botas de aspecto comodo y juvenil, tras vestirse con tranquilidad y cierta parsimonia sale de la habitacion cerrando tras de si, se imagina que no sera la primera en llegar, al comedor, al ver como algunos estaban alli se acerca caminando alegremente y dice:

- Jefa, hombreton, nuevo y pijo, buenas, no soy la ultima verdad?

Me levanto en el hotel aun sin saber si me quedaré definitavemente, hay demasiadas incognitas alrededor del mismo como para que me encuentre comodo, al levantarme pido el informe del día a  Paola que me recita mientras me preparo para el día.

Me afeito, me ducho y al salir me visto con el traje que mi secretaria selecciono para mi, ya estoy listo para reunirme con el resto.

Me siento a la mesa mientras observo a mis compañeros, parece que Steff acepto al nuevo pense que tan solo venía a ayudar con lo que fuera la urgencia de ayer... lo mantendré vigilado.

Con todos sentados y el biombo separando la mesa del resto del restaurante, incluso de los propios empleados, un traqueteo comienza a sonar.

Troctoctoc... troctoctoc...

Todos los "comensales" se giran al unísono, solo para contemplar la figura estirada que permanece sentada en el extremo de la mesa opuesto a donde se encuentra Steff. Unos dedos largos y huesudos juguetean con la superficie de la tabla, mientras unos ojos negros, sin vida, sin expresión, sin sentimiento, observan vuestros movimientos. Una mirada incómoda, que os pone nerviosos. La compañía de la pequeña sonrisa que os muestra dos hileras de pequeños colmillos afilados no hace sino acrecentar la sensación.

Estamos todos ¿sí? -Sentencia, aunque a los más avispados no les pasa desapercibida una ausencia- Danny no ha dormido en el hotel durante el día, nonono, me pregunto si debemos esperar que se reúna con nosotros de nuevo... O, por el contrario, debemos proseguir. ¿Steff, mi señora...?

Uno a uno van llegando todos y cada uno de mis hermanos. 

Hunter le sonrio levemente mientras dejo mi mano sobre la mesa suavemente como si acariciara el mantel con la yema de los dedos, como si fuera una extension de mi. Tiene un par de nudos, que desperdicio de tela, ni para una mortaja. 

Hago una leve inclinacion de cabeza a Jules mientras se sienta,espero que al final se tome mi propuesta en serio, por que sino me tocara dejarle una parte de uno de los objetivos en su cuarto para que le haga compañia.

Albert no deberias ir asi vestido, puede que cuando termine la noche tengas que tirarlo de lo sucio que estara y... sonrio humedeciendome los labios.

Aun tenemos una charla pendiente los dos en privado. 

Hago un gesto con la mano a Cagalli y a Luigi, la verdad es que no tengo ninguna gana de discutir y....por amor de Cain, voy a tener que hablar seriamente con Koldolav y que deje de aparecer asi.

No esperaremos, haremos lo que tengamos que hacer en este momento y cuando aparezca espero que tenga una buena excusa. 

Luigi, creo recordar que estaba anoche contigo. ¿Te comento algo? 

Miro a Steff que pregunta por Danny mi cara es de tota lindiferencia.

Se marcho nada más separnos de vosotros, dijo que volvería antes del amanecer. Digo sin dar demasiada importancia. Sabe lo que se hace volverá.

Era todo lo que sabía asi que no podia añadir nada más.

Hunter frunció el ceño y gruño, molesto...

"Apenas tres noches con nosotros y ya hemos perdido a un miembro de nuestra Cofradia... Esto no va bien.. El vinculo de la Voulderie es debil entre nosotros dos... Demasiado para saber si esta bien..."

Las palabras de Luigi no tranquilizaron en absoluto al cazador, que se removió en su asiento.

"¿Una excusa, Steff? ¿La Muerte Definitiva es una excusa aceptable?"

Una delgada linea se formó en los labios de Hunter, como si fuese un tajo en su rostro...

Miro a Peludo.

No está contento por cómo se desarrolla la velada y así lo transmite, no voy a azuzarle o a enfrentarme a él hoy, por lo que un mero asentimiento de camadería si nuestras miradas se cruzan bastará para que sepa que no soy su enemigo.

El resto, no parecen excesivamente contentos de estar aquí y tampoco parecen tener un objetivo que les guíe... aguardo, paciente, a que decidan qué hacer.

Alzo la mano y señalo con un gesto al encargado del comedor.

Momentos despues, comienza a sonar el hilo musical del restaurante en un ambiente chill out.

Hecho esto, me mantengo a la espera de que Steff continue la conversacion, ya que dudo mucho que la ausencia de Danny sea el motivo central de este encuentro...

Cagalli simplemente observa como miran y actuan los demas, era cierto que faltaba Danny pero tampoco podian estar toda la noche esperandole, por otro lado no queria ser ella la que digese que no le esperasen, no era su papel ahi, simplemente se hecha un poco mas hacia atras en la silla, para poder acomodarse un poco mas mientras se mantiene aparentemente distraida

"Guerra. Venganza."

El antitribu Gangrel pronunció aquellas dos palabras como si hubiese golpeados dos veces el tajo del verdugo.

Con lentitud dejó las manos sobre la mesa. Clavo las uñas en el mantel y se le crisparón las manos arrugandolo mientras su frente se arrugaba y el gesto se le ensombrecía. Hecho los hombros hacia adelante, tensando la musculatura de su espalda. La propia fuerza de esa tensión hizo que se levantara ligeramente de la silla y se inclinase hacia adelante.

Su furibunda mirada barrió la mesa de izquierda a derecha y de derecha a izquierda mientras las repetia.

"Guerra. Venganza."

Hunter se relajó un poco, lo suficiente como para volver a sentarse y soltar el mantel.

"Estamos en guerra con aquellos que quieren destruirnos, que nos han atacado, que han violado nuestro refugio... Y que han fallado. Debemos vengarnos de aquellos que quieren destruirnos, que nos han atacado y que han violado nuestro refugio... y, si han hecho daño a nuestro hermano, debemos aniquilarlos."

La Bestia se asomó a los ojos de Hunter mientras concluia su alegato.

"Pero, antes, debemos decidir si admitimos un nuevo miembro en nuestra Cofradía."

El cazador sostuvo la mirada de Jules, antes de continuar.

"No me gusta. No sé si es digno de confianza... Pero ha pasado mis pruebas y tiene mi aprobación."

Con esta frase, dió pie a sus compañeros para emitir su voto.

Cagalli observa lo que hace su compañero Hunter y tras su intervencion dice:

- Si y en toda guerra necesitamos informacion y armas cosas de las que nuestros enemigos tienen mas

Tras esto mira a Jules y dice en un tono mas infantil:

- No se, la confianza no es algo que se gana de un dia para otro no? pero bueno, siempre puede demostrar lo que vale y nos hace falta gente que sepa pelear y no se porque me da que el sabe a que si? 

Termina sonriendo inocentemente al "nuevo"

El Tzimisce eleva uno de sus largos dedos huesudos, tomando la palabra.

Si no me equivoco, tenemos una cita dentro de poco ¿sí? Para conseguir un salvoconducto y acudir a investigar una dirección que ya hemos obtenido ¿sí? Y algunos de nuestros hermanos nos han conseguido... -Lanza una mirada a Cagalli- Herramientas ¿sí? Incluso tenemos un hermano de la secta con quien compartimos un enemigo común y se presta a ofrecer su espada en la batalla ¿sí? -La referencia a la espada es extraña, propia de otros tiempos. Hace que más de uno se pregunte por la edad del demonio, mientras este se inclina sobre la mesa entrelazando los dedos de ambas manos delante de su rostro- Nuestra señora ya ha decretado que no esperaremos al Brujah antitribu ¿Alguien podría indicarme qué más necesitamos decidir?

El rostro del cazador se ensombreció rápidamente al escuchar las palabras de reproche del sacerdote de la Cofradia. Sus ojos oscuros se clavaron en las dos perlas negras que eran los del Tzimisce, buscando aterrorizarle con la ayuda de los dones de Proteo... Sin embargo, aquellos dos estanques de alquitran no temblaban y Hunter tuvó que desistir de sus intentos de acojonar al señor Koldolak...

"Será mejor que me calle si quiero salir de esta sala igual que como entre."

Hunter tragó saliva como buenamente pudo y gruñó su aprobación a modo de disculpa.

"Asi es, señor Koldolak..." El antitribu Gangrel posó sus ojos en los de Steff antes de dirigirle la palabra. "Espero tus instrucciones Steff."

"Y cuando acabemos con esto, pondré patas arriba esta maldita ciudad... para darle una paliza ese cabeza hueca de Danny..."

Las palabras de Peludo hacen que mire al Sacerdote con otros ojos.

No todo el mundo es capaz de respetar la sabiduria de quien abraza las tradiciones de nuestra Hermandad pero en sus palabras no he visto respeto por ello, si no la clase de respeto que se forja en los hornos del miedo con el mazo del pavor.

Y si ese monstruo es capaz de ello, acaba de aumentar el respeto que ya sentía por él.

No puedo evitar jugar con el encendedor tranquilamente, sin encenderlo pero moviendolo en mi mano, mientras espero que la Ductus indique cómo terminamos de solucionar esto y qué pretende hacer...

Me remuevo incomodo en mi silla y hago un gesto con la mano llamando a una de las camareras a la que le susurro instrucciones al oido.

- Es inaceptable que la calidad de estos acolchados sea tan deleznable -

Pienso frunciendo el ceño.

Sin embargo, no es unicamente el incipiente hormigueo en mis nalgas lo que me incomoda. La tensa situacion de esta reunion no sirve sino para añadir mas tension a la base de mi columna.

Esta claro que todos deseamos ferviertemente pasar a la accion. Ponernos en marcha. Actuar. Pero tambien esta claro que ninguno quiere que vuelvan a ocurrir los recientes fracasos causados precisamente por nuestra anticipada e incoordinada actuacion...

Finalmente, el hambre se suma a esta ansiedad por levantar el culo del asiento.

- Nada mas - respondo a la pregunta del Sacerdote mirando a Steff y Hunter mientras asiento con la cabeza esperando una silenciosa aprobacion con su mirada.

- Deberiamos ponernos en marcha cuanto antes. -