Partida Rol por web

- Por supuesto, nuestras peticiones no son nada nuevo para los lupinos -

Esta claro que una vez mas pasamos a estar un paso por detras de unos planes trazados en un marco mas amplio, en un contexto en el cual de momento jugamos solo el papel de peones. Piecas prescindibles que utilizar par unos objetivos mayores. En este caso, quien quiera que sea que este involucrado en esa escala de tramas, no dudara en usarnos para acabar con las serpientes. Y asi de paso, si nuestra cofradia se reduce en numbero, tajara dos pajaros de un tiro. Peones prescindibles.

- De momento... -

Pongo una amplia sonrisa tras las palabras del lobombre* y avanzo un par de pasos hasta colocarme a medio metro de nuestra ductus.

- ¿A que esperamos entonces? - Digo con tono alegre - Mejor no perder el tiempo, ¿no os parece?. Jo ta ke irabazi arte - Finalizo mirando en derredor a los lupinos que nos rodean.

Un seco gruñido brotó del fondo de la garganta del cazador. Hunter clavó la mirada en los dedos engarfiados de bestial antiguo, atendiendo con todas sus fuerzas a los gestos de su improvisado anfitrión.

"Maldita sea... ¿Como de poderoso sera este malnacido, que es capaz de erigirse en embajador de estas alfombras malolientes y sentenciar que se mantiene independiente, más alla de mnuestras guerras y nuestras rivalidades?"

Las palabras apremiantes de Albret sacarón a Hunter se sus negros pensamientos y le ayudaron a concentrarse en el ahora. Sin dejar de mirar al Gangrel, asintió lentamente un par de veces.

"Conforme"

El antitribu Gangrel hizo crujir su cuello para relajar la tensión de sus musculos. Sentir la vitae inflamando su cuerpo, dandole fuerzas, calentando su carne... Hunter sonrió, mostrando levemente sus incisivos a la luz de la luna... y al resto de los presentes.

Cagalli escucha todo lo que pasa y no dice nada, la realidad es que le sorprende lo mal que ha actuado Steff, cosa que no hace Luigi, menos mal que el vampiro estaba ahi y que su lengua tan aterciopelada sirve para ocasiones como esta. Tras las palabras del gangrel Cagalli se queda pensando:

- Vaya asi que lo tenian planeado, de hecho estan haciendo uso de nosotros para quitarse un problema que tienen, parece que las alfombras son mas inteligentes que nosotros, o al menos mas que nuestra lider. Se nota que no esta preparada para ser lider, esta visita ha sido todo un desastre informativo, menuda inutil

Cagalli no puede evitar sonreir, se queda hasta que los demas se empiecen a ir quedandose la ultima en su posicion, para cuando Steff pase de camino al coche le dedica una sonrisa, su intencion es la de quedarse la ultima para antes de marcharse inclinar levemente la cabeza a la representacion de alfombras en una "despedida" respetosa y dirigirse despues a la moto de nuevo con "el nuevo"

El silencio es una cómoda posición que me permito asumir en estos momentos. Seguro que a los lobitos no les cae para nada bien nuestra presencia, es bueno determinar la capacidad para actuar solos que ostentan. Nula siempre y cuando exista un líder lo suficientemente fuerte para mantenerlos a raya. No dejan de ser tan solo unos peligrosos animales gregarios que ceden y se someten al mando de uno solo. No se atreverían a desafiarlo abiertamente ¿Qué sucedería si lo hicieran? ¿Que me reportaría a mi de beneficio? Lo dejé como un pensamiento postre para más tarde y lo guardé en algún rincón de mi mente.

Continué prestando mucha atención a las palabras del Gangrel. Estaba claro que este era su territorio, el aroma a orín y pulgas sudorosas lo dejaba claro.

Di otra anotación mental a la aseveración de la cantidad de lupinos

¿Cuántos de ellos? ¿Cómo es su estratificación? Tu lado neutral esta claro, pero es tácito imaginar el porque esta neutralidad es aceptada. Obvias el hecho de que te lo granjeaste de alguna forma y por eso hoy no tienes la garganta destajada.

Esta "casual conveniencia", no me cae muy bien, pero no es que tengamos mucha opción. Me cae menos gracioso, las niñeras sarnosas que nos seguirán todo el trayecto y la constante amenaza del reloj de arena. También considero que aunque no tengamos mucha posición de maniobra si que sería un poco pusilánime aceptar sin más. Como el pirata que marcha a la horca en silencio sin intentar escapar.

Y si para cuando caiga el último grano no hemos salido...

Las palabras de Albret me causan gracia. Bueno siempre dicen que el que no arriesga no gana. De reojo noté la menuda silueta de Cagalli moverse con destreza hacia una posición más ventajosa, después de todo si que era una asesina. Había mantenido un apropiado perfil bajo.

Volteé, la miré y le guiñé el ojo con una de mis mejores sonrisas.

Tras ello me crucé de brazos y esperé a que la líder cerrara el pacto con un escupitajo de manos como se hace "entre dos hombres de palabra".

Creo que va siendo hora que algunos sepan el lugar que les corresponde y que cuando digo algo sea mejor que no se salgan del tiesto. Calladito se esta mucho mejor, aunque puede que sea util. Se cree que no se hacer mi trabajo y se hacerlo mejor de lo que se imaginan algunos. 
Le miro de reojo con mirada fria, gelida, glaciar para ser exactos, no me gusta que nadie se meta en mis asuntos como Ductus. 

Escucho al Gangrel y asiento con seriedad. 

Lo comprendo y vuelvo a agradecer que nos deis este salvoconducto para hacer esta, llamemosla mision.  Miro a Igor y asiento, es su territorio, son sus reglas, no voy a discutirlas.

Asi sea, las condiciones son aceptadas. Miro a Albret antes de hacerme a un lado para que pasen los miembros de la manada y que podamos volver al coche

Si niña, sonrie, por que esta noche se te acabara esa sonrisa.  La sonrisa que yo la dedico es fria, podria no calificarse de eso, sino mas bien de otra cosa, la de alguien que sabe lo que puede pasar al otro y no tiene como salvarse, la sonrisa de la Parca ante uno de sus nuevos subditos.
Necesito una maldita arma en mis manos y volarle la cabeza a alguno de los que estan aqui ahora conmigo, seguro que a Luigi le quedaria bien otra boca en su frente, pero que esta no la pudiera regenerar, 

..."Steff, creo que no me estas escuchando..."
 Que extraño que ahora me acuerde de ese momento, de ese dia y de esa maldita situacion. La que propicio que me marchara de esa ciudad, que dejara todo y volviera a mi ciudad de origen.
Vasily por que tuviste que darle el poder de una manada que se estaba fragmentando con tu partida. 
Desde entonces solo me siento comoda con un arma en las manos, solo me siento bien si no confio en nadie. Hermanos que te traicionan, hermanos que engañan, hermanos que simplemente no desean ser uno con los demas.
Una cria que destruyo lo que habia alli, que deseaba la atencion de un lider que no sabia nada. Un lider que no escucho y que disgrego mas la unidad marchita y rota. 

Vasily por que no me hiciste caso cuando te dije que se habia ido, por que me dijiste todo eso en contra de la que habia sido tu hermana, la que hubiera derramado su sangre por ti.  Y lo que era mas importante ¿por que al resto no le importo? 

No Hamza, no te escucho, me marcho. Os dejo, esta no es mi manada, esta no es la hermandad de la que forme parte.  Y lo peor es que esa cria que hay en la mia, me recuerda demasiado a ti y tu individualidad, nos matara o haran que nos maten.

Asiento ante las palabras de la Ductus pero no puedo evitar levantar la mano derecha, aún envuelta en la negrura del cuero de los guantes, y alzar el dedo índice.

Disculpe. - digo refiriéndome con respeto y una inclinación de cabeza hacia el gangrel. - El salvoconducto para acceder al lugar y realizar la purga... ¿conlleva también el de salida del territorio del pueblo lobo?

No entiendo como la rubia no se ha dado cuenta de la omisión, intencionada o no, pero no sería la primera vez que veo retorcer tratos de forma similar y quiero respetar su posición, si se la gana, pero no tengo intención de terminar la noche escapando a toda velocidad con una manada de peludos olisqueándonos el culo porque caímos en una trampa propia de un setita recién abrazado.

El grupo de lobos parece estar a punto de comenzar a moverse, cuando la repentina intervención de Jules hace que la tensión regrese inesperadamente. Las miradas vuelan de unos a otros, y casi todas terminan sobre Igor y Joseba. El lupino mira al motero con fiereza, como alguien a quien acaben de escupir a la cara, al parecer dispuesto a tomar represalias. Sin embargo, la bestia cainita se adelanta a él con un gruñido, dando un par de pasos en dirección al motorista... y a la manada Sabbat.

Me confundes con otro, y ese es un error que en otros tiempos te hubiera costado la cabeza. Ves mi aspecto y me crees un perro sin honor, vislumbras mi historia al servicio de tu enemigo y me crees un remilgado que emplea las palabras como artimañas. Os he dado mi palabra, y en mis tiempos la palabra de un hombre valía algo -Oírle hablar de palabra y honor hace que os preguntéis por su edad, imaginando a un joven caballero siendo abrazado en tiempos de las cruzadas ¿Realmente será tan antiguo?- Si mi intención fuera engañaros, podría decir que contáis con un salvoconducto y luego negarlo en el momento adecuado, sucio niño en la sangre. Os he dado mi palabra y la cumpliré, podréis entrar, cumplir vuestro cometido y ¡¡sí!! salir de este territorio sin sufrir daño por nuestra parte.

Cuando suponía que el paseo al zoológico había terminado, escucho la voz de Jules hacer una pregunta bastante impertinente, no por eso, menos acertada.

Bueno, eso resuelve lo que nadie quería preguntar en voz alta. Nada mal, rubio, nada mal.

Esta vez no tuve intenciones de intervenir puesto que había ya usado el comodín de la noche, por lo que me mantuve callado como tenía por costumbre en esta nueva faceta mía, aunque atento y muy expectante a la respuesta de la comunidad animal.

Su reacción y la tensión del lugar me ponen en alerta y me acerco hacia el Tzimisce, la otra figura importante de la manada. Seguro que el perrito obediente y Albret defienden a la Ductus. 

Ciertamente cuando veo el aspecto de aquella criatura, veo un perro. Pero no uno común y corriente, sino uno jodidamente peligroso.

No puede culparnos por ser precavidos.

No puede negar que incluso ofendiéndose y habiendo "aclarado" el "desliz" sigue estando en la perfecta capacidad de anular el trato en cualquier momento y matarnos.

¡C'est la vie! Hay que jugar las cartas que nos han tocado en la mesa que elegimos.

No intervengo. Es sumamente necesario ahora seguir manteniendo la misma pinta que ellos nos demuestran. 

- Bocazas -

Es lo primero que me viene a la cabeza tras las palabras de Jules.

Pero no por ello deja de ser divertido y no puedo evitar que mi media sonrisilla vuelva a dibujarse en mi cara. Desde luego, nadie pondrá jamas en duda que somos buenos sabbat, aquí ni Caín sigue las órdenes y todos osamos en algún momento contradecir la autoridad. No envidio los papeles de Steff y Koldolak.

- Barkatu Joseba, estoy seguro que no era intención de nuestro hermano pretender ofender su honor. - sin moverme de mi sitio, adelanto mis palabras antes de que la mirada inyectada en sangre de Steff mate a alguien. Además, no tiene porqué ser siempre nuestra ductus la que cargue con todas y cada una de nuestras malmeteduras, ¿o sí?

- Ahora, con su permiso, creo que va siendo hora de que nos apartemos de su vista. -

Concluyo mientras inclino la cabeza para a continuación mirar a Igor a la espera de que nos indique el camino a seguir.

- Para ser bestias descerebradas más de acción que de palabras, a estos pulgosos parece que les gusta demasiado perder el rato con matices intriguescos. -

Sin dejar de sonreir, Hunter se acercó al coche y abrió la puerta, ansioso por ponerse a trabajar. La vitae ardia en sus musculos y la Bestia se agitaba en su interior, anticipandose a la confrontación futura. Sus instintos le advirtieron de que la tormenta estaba a punto de desatarse y giró sobre sus talones, dejando la puerta entreabierta...

Aunque jamas se lo confesaria a nadie, la idea de cazar y combatir en el bosque no le atraia lo más minimo... Preferia acechar a la sombra de los soportales, en los callejones oscuros o desde los tejados. Ese bosque tenia algo, primigenio y sobrenatural, que alteraba más alla de toda media al cazador. La bestia que habia emergido del bosque, una especie de primo lejano, ejercia una extraña y repulsiva influencia sobre Hunter.... Y estaban tardando demasiado.

"Mecagüenlaputa...."

Ante la estupefacción de Hunter, sus compañeros empezaron un improvisado y silencioso ballet, cargado de gestos insinuados y veladas amenazas. Unos y otros se juzgaban y se median, ofreciendo a los bestiales habitantes del monte bilbaino un improvisado espectaculo, digno de los platos televisivos de sobremesa.

"Cagalli y Steff se odian... Lo que no es de extrañar siendo mujeres... Luigi tampoco parece conforme... O esta intranquilo por lo que sabe, o lo esta por lo que no sabe... Por lo menos, Albret esta centrado en la tarea de cazar serpientes..."

La solucitud de antención de Jules atrajo la atención del cazador, sorprendido por un gesto infantil en apariencia, tan fuera de lugar en un lugar como aquel... En una persona como el motero... Un espasmo de terror recorrió la espina dorsal de Hunter al escuchar la intervención de Jules. Su puño derecho se cerró sobre el marco de la puerta, haciendo saltar la pintura y arrancando un gemido al metal, al retorcerse entre las firmes garras del antitribu Gangrel.

El rostro del vástago se contorsionó en una mueca de odio, ira y terror, mientras luchaba por no dejar rienda suelta a su Bestia. Él, mejor que nadie, sabia de las consecuencias de pasarse de listo y dejarse llevar ante un adversario superior... O por el ansia de sangre...

"¡¿En que coño estais pensando, imbeciles?!¡¿Que más da que nos haya dado su palabra?! ¡¿Que más da que mienta o sea sincero?! ¡No vamos a confiar en su palabra! ¡¡Asumid que tendremos que salir de este puto bosque luchando, y punto.!"

El antitribu Gangrel golpeó con fuerza el techo del vehiculo, tratando de atraer la atención de sus hermanos de manada...

"Despedios. Nos vamos ya."

Sé que mi vida, mi no-vida, acaba de peligrar profundamente hace unos instantes y que esta intervención va a pesar sobre mí en esta manada.

Aún así, clama al cielo que ese animal se ofenda por el honor cuando todo su clan vendió a la Camarilla para vivir cómodamente, haciendo tratos con el Sabbat cuando le conviene y viviendo entre chuchos y pulgosos...

El golpe de Peludito sobre el vehículo corta la tensión y realizo una inclinación ante el deformado gangrel.

Mis disculpas. - digo mirandole pero sin clavar mis ojos en los suyos, lo último que faltaría ahora es que piense que esto es un duelo de perros a ver quién ladra más alto.

Me giro y ajusto mis gafas sobre mi rostro mientras espero que el Sacerdote se dirija hacia el coche para abrirle la puerta.

Ante las nuevas reacciones Cagalli simplemente observa:

- Asi que parece que el orgullo lo tienen bastante alto, vaya eso es bastante interesante de saber, a fin de cuentas es una debilidad explotable si fuera necesario, se habra dado cuenta esa estirada? no lo creo, sin duda es la menos apta para cualquier cosa de todos nosotros

Mientras la situacion se ponia tensa Cagalli simplemente sigue caminando hacia la moto, uan vez alli se sienta distraidamente en la parte de atras, o al menos aparentemetne ya que se pone a mirar a los alli presentes

Todo bien y tenia que hablar alguien, creo que esta noche se acabo ser una hermanita de la Camarilla. 
La cria va a aprender por las malas que a mi no me torea ni el propio Cain aunque se despertara de su Letargo y el calvito que si yo digo algo se cumple o pierde la lengua. Al nuevo simplemente...deberia dejarlos a todos y que se mataran mientras me divierto jugando con algun humano despreocupado. 

Albert queriendo sacar mas puntos con todos. Hunter preocupado por la pelea que podria provocarse y que estariamos en inferioridad, nos aniquilarian a todos y deberia aceptar  que lo hicieran asi me quitaria peso muerto de mi alrededor. 

Miro al monstruoso Gangrel antes de subir al coche, mi mirada lo dice todo, la disculpa silenciosa de algo que deberia haber previsto y no hice.  Entro en el coche y me siento con cuidado, espero a los demas para irnos.

Regresáis a vuestros vehículos, bajo la atenta mirada de los lupinos y el Antiguo. Sea lo que sea que ha sucedido en este encuentro, no os cabe duda de que se trata de algo excepcional. Y algo así os parece leer en los ojos sin vida del Tzimisce Koldolak, que curiosamente se encuentra ya sentado en el asiento trasero del coche, esperando. Clava sus ojos negros en Steff cuando la ve llegar, y su sonrisa parece anticipar una conversación que mantener con ella. Quizás no ahora, pero más adelante.

Ahora tienen algo más importante que hacer.

Salís del aparcamiento, con los lupinos repartidos por delante y detrás vuestro, montando en motocicletas chopper que hacen disfrutar a Jules del espectáculo. Tan solo el Gangrel desaparece de vuestra vista, sin que volváis a saber de él. En cierto modo, no dejáis de reconocer la astucia de ese viejo salvaje. Supo hacerse valioso para la Camarilla cuando esta gobernaba, y necesario hora para el Sabbat cuando ha tomado el control. Su labor como interlocutor con los lupinos es indispensable, y eso convierte al Antiguo en un superviviente perfectamente adaptable. Sigue siendo vuestro enemigo, ya que no es miembro del Sabbat, pero es un enemigo admirable.

Las motocicletas se desvían de la carretera entrando en un camino peatonal secundario, apenas una senda. Cuando los motores dejan de hacer ruido y las luces se apagan, la manada os indica que les sigáis, y el camino os lleva a una pequeña colina, un promontorio no demasiado elevado, desde el que se ve el local X-Treme, con su letrero luminoso bien alto sobre una torreta.

Parece un edificio de dos plantas, más un sótano que da acceso a una terraza situada a distinta altura, ya que el terreno se encuentra en cuesta. La planta cero coincide con la altura de la calle, contando con un patio y una explanada protegida por muros de ladrillo de tres metros de alto y coronados por alambradas oxidadas. Se ve movimiento por esa zona, hombres que pasean de un lugar a otro sin rumbo fijo, y demasiado concentrados. Guardias. Las ventanas del edificio muestran luz en su interior, y sombras que evidencian actividad. Incluso os llega el sonido de la música con el viento.

Tan pronto como todos subieron al Citröen, Hunter arrancó y salió del aparcamiento precedido por la manada de lupinos motorizados. Ni siquiera lo surrealista de la situación y de las circunstancias consiguieron arrancarle una sonrisa, mientras conducia lo más rápido que podia.

"Maldito seas, viejo... Para tí los malditos bosques y las montañas... Mi sitio no es este... Yo cazo entre farolas y soportales... Acecho a mis presas al amparo de las sombras... No corro en pelotas, aullando a la luz de la luna... Maldita sea mi sangre... ¡¡Y maldita la tuya, Urtaín!!"

Hunter redujó la velocidad y bajó a una marcha más corta, a fin de conseguir algo tracción en el camino de cabras que las autoridades del lugar llamaban "Senda peatonal". El rostro del antitribu Gangrel estaba petrificado en una adusta expresión de concentración. Sus ojos se movian metódicamente de un espejo a otro, controlando en todo momento las vueltas y revueltas del camino.

Por fin, las chopper se hicierón a un lado y se detuvierón bruscamente. Hunter obligó al turismo a hacer lo propio y frenó el coche apagando las luces. En silencio, el cazador descendió del coche y siguió a sus guias hasta las proximidades del club que era su objetivo.

"El X-treme... El nido de viboras donde se esconden los enemigos que tratan de destruirnos... Bien... Ya iba siendo hora..."

"Ese es nuestro objetivo... Bien..." Hunter bajo la voz hasta convertirla en apenas un susurro, mientras exponía su plan de acción... "Cagalli, Steff y el señor Koldolak entraran primero... Albret y Luigi iran despues... Jules vendra conmigo y entraremos desde el terraplen... No dudo que alguien como usted, señor Koldolak, podrá hacer creer a los guardias que ellas son sus muñecas de sangre... Y Luigi podrá franquear el paso a su pareja..."

Hunter esperó las más que previsibles criticas a su idea, sabedor de que si no contaban con el factor sorpresa, la incursión se complicaría rápidamente...

Cagalli se baja de la moto y se queda observando, entonces escucha el plan de Hunter y dice:

- Si por mi fuera incendiaria el local y haria que no pudieran salir.

Ella misma sabe que no es una buena idea ya que a fin de cuentas son vampiros, entonces dice:

- Y una vez dentro que es lo que hariamos? ademas si no me falla la memoria todos los compañeros del Sabatt estuvimos la otra noche en el teatro, ademas si son serpientes dudo mucho que no sepan quienes somos

Parece darse cuenta de algo y añade:

- Vaya, pero si nos atacaron, o mejor dicho mandaron a sus lacayos a atacarnos a nuestro propio refugio, no se pero creo que ese tipo de estrategia esta descartada no?

Mientras desde donde esta trata de fijarse en el edificio, cualquier rendija, las puertas, las plantas, cualquier detalle que le llame la atencion

- ademas si no me falla la memoria todos los compañeros del Sabatt estuvimos la otra noche en el teatro, ademas si son serpientes dudo mucho que no sepan quienes somos

No todos, nena. - respondo a la Barbie con un guiño; por un segundo tengo que contener el impulso de darle un cachete en el culo, como cualquier motero hace con su paquete.

E incendiar el edificio sería complicado, por no hablar de las distintas rutas de escape que tendrían las serpietenes. - añado.

Miro a la Ductus. ¿Sabemos si ese escamoso tiene más vástagos con él? Porque protección humana tiene, seguramente alguno condimentado, pero quizá deberíamos empezar a limpiar el exterior y avanzar hacia dentro.

Si hermano hablaremos, cuando todo termine. El viaje se me hace corto y a la vez largo. Los planes deben modificarse, deben crearse desde 0 de nuevo.

El frenazo, el aire de la noche hace que vea lo que hay a mi alrededor y que el objetivo esta cerca.

Hunter propone un buen plan a pesar de los huecos que tiene, cosa que la cria no comprende.  Creo que tendre que demostrarla que a veces lo que ella cree no es realmente lo que es real.

Incendiar el edificio queda descartado, quiero que sufran y vean quien se lo ha echo. Aunque uno vivo sera de utilidad para nuestro sacerdote. Digo mientras miro al edificio y a los guardias, observando como se mueven y que patron pueden tener. Asi mismo observo el edificio desde el techo hasta los cimientos. Con tiempo y un plano podria haber echo un plan mas acorde.

Si bien Jules tiene razon, nos conocen a casi todos, pero desde esa noche nuestro sacerdote ha cambiado para mejor. 
Y creo que podria ayudarnos un poco esta noche a pasar desapercibidos, con un toque de su genialidad.

Miro a Jules, puedes estar seguro que tendra a todos y que al menos seran tres de ellos. 
Albret dentro necesitaremos que hagas un poco de magia sombria

El cazador sonrió sombriamente, asintiendo para sí...

"Menos mal... He visto coteries más unidas en la defensa de sus refugios que nosotros en la de nuestras propias existencias... Se han puesto deacuerdo en que no les gusta mi plan... Es un principio..."

Uno por uno fuerón exponiendo sus pegas y quejas, a las que el antitribu Gangrel respondia con un gruñido pensativo. Sin embargo, su mente daba vueltas a los problemas que se planteaban...

"Me gusta la idea de hacer arder ese nido de viboras..." Hunter lanzó una significativa mirada hacia su Ductus, consciente de que estaba desafiando su autoridad... "Será una bonita firma cuando terminemos el trabajo, ¿no os parece?" De nuevo, se instaló en su rostro aquella sonrisa desviada, lobuna. "¿Que qué hacemos una vez dentro, Cagalli? Eso es simple... Matarles a todos..." El cazador hizó una pausa para poder corregirse antes de continuar... " A casi todos..." De nuevo miró a Steff, sosteniendo su mirada unos pocos instantes, mientras hablaba con la joven antitribu Assamita. "Si quieres evitar que os reconozcan, disfrazaos... Estoy seguro de que la gabardina de nuestra Ductus sobre tus hombros excitará la imaginación de esos guardias y distraera su atención."

"Y Steff podrá sacarle bastante más partido a tu vestuario, pequeña"

Por un instante, el severo cazador se desconcentró, mientras por su mente cruzaba un tren de pensamientos bastante interesantes...

"Puede que los que esten dentro nos reconozcan, pero dudo que sus guardianes sepan que aspecto tenemos... Si ponemos un pie dentro, eso ya no importará..."

Hunter paseo su mirada por el pequeño consejo de guerra, deteniendose en el motero. El antitribu Gangrel le dedicó una mirada apreciativa, como si estuviese decidiendo si contratar sus servicios o donde golpearle para arrancarle la chupa de cuero. Sonrió...

"Coincido en que los vigilantes pueden suponer un problema... Pero confio en que juntos podamos encargarnos... Rápida y expeditivamente, ¿verdad?"

Hunter sonrió aún más ampliamente, desafiando a su compañero a una competición amistosa.