Partida Rol por web

Esperáis durante un minuto mientars decidís si merece la pena seguir y el lobo, despacio, se acerca un poco más, quedando a sólo un centenar de metros. A esa distancia podéis ver que el tono de su pelaje mezcla el negro con el rojizo y que para ser un lobo es muy grande, con tanto pelo alrededor del cuello que más pareciera una hiena de ocico afilado.

Entonces, para aumentar vuestra inquietud, un segundo lobo llega por el camino tras del primero, uniéndose a él en su cauto avance hacia vosotros.

Eso no es un lobo... Masculla asustado al ver a la otra fiera que se aproxima a la primera y poder distinguir su extraño pelaje y su forma.

-No sé qué mierdas será eso, pero no me da buena espina. Vayamos lentamente hacia la espesura. En caso de problemas, siempre podremos trepar a un árbol.

Irguiéndose en su máxima altura, intentó ver si había más de esos cánidos cerca, entre ellos y el bosque.

-Fiske, abre la marcha. Que las mujeres te sigan. Los militares iremos detrás. Manteneos cerca de sitios elevados a donde podais trepar en caso de problemas. Y coged una piedra grande cada uno. Nos podría ser útil.

Con sus fuertes manos apretó la piedra que ya tenía cogida. Elevó el brazo haciendo un amago de lanzamiento contra los dos "lobos".

Fiske se alegro de ser el primero en salir de alli y alejarse cuanto antes de los tremendos "lobos" que habian aparecido. No era el momento ni el lugar de hacerse el heroe o de morir por lo que intento que sus movimientos fuesen lo mas silenciosos posible aunque la nieve no ayudaba demasiado.

Solo esperaba que el viento no ayudase a los animales a captar sus olores y que pudiese llegar, si fuese necesario, a los arboles para ponerse a salvo... aunque por el tamaño de las criaturas dudaba que pudiesen escapar de ellas si les veian.

Cuando empezáis a avanzar con prisa hacia lo árboles, comienza a hacerse evidente que estáis metidos de lleno en un problema. A los dos primeros lobos se les une segundos después un tercero; este, a diferencia de los otros, aparece por encima de vuestro nivel y os sigue en paralelo, desde arriba de la falda de la montaña. Luego, un cuarto se une a él y un quinto aparece en el grupo perseguidor, con lo que tenéis ahora tres a vuestra cola y dos desde arriba, cada vez más cerca. Son rápidos y se mueven en su elemento.

¡Te vuelve a ocurrir! De nuevo la sensación de que algo se acerca, olores entremezclados, sonidos extraños. Olor animal y humano, aunque, ¿cómo es que sabes distinguirlos? unido a un temblor del suelo aún sutil y el tintineo de metales entrechocando. ¿Cómo es que puedes escuchar todo eso y tus compañeros no?

¿Metales entrechocando?¿Humano y animal? Maldita sea, viene gente a caballo. Da igual que sean nazis o no, necesitamos su ayuda para salir del cerco de estos malditos animales.

Hinchando sus pulmones al máximo de capacidad, el cabo Gladstone soltó un grito desde lo más hondo de sus entrañas.

¡AYUDA!¡QUIENES QUIERA QUE SEAIS, AYUDADNOS!

Enarboló la piedra preparado para arrojársela al lobo más cercano en cuanto sus salvadores aparecieran en escena.

-Preparaos. Oigo que viene gente.

Thrud estaba como congelada. Mecánicamente había sacado el cuchillo cuando Gladstone lo había pedido, pero se había mantenido mirando a su alrededor, seria, silenciosa, estática. Luego había seguido todas las indicaciones. La noruega parecía no haber podido recuperarse de la circunstancia de que aquello, efectivamente, no era el sitio del que habían partido. Alguien tan aferrado a la realidad parecía haber encontrado quebrada su capacidad de razonar, muy a pesar que el pragmatismo le llevaba a obedecer, y hacia la supervivencia. Y con el tema de los lobos...

- No hay lobos aquí. No hay lobos aquí, y esos no son lobos. 

¿Por qué grita? Casi está a punto de saltar sobre Gladstone y cortarle la garganta para que se calle. Pero igual que todas las veces anteriores, sus movimientos parecían distantes, como aletargados por la duda. Salió de ella casi de inmediato.

- Si un lobo se acerca demasiado, dejádmelo, que tengo el cuchillo.

Adentrarse en el bosque le pareció mala idea. Los lobos cazan en manada, ya lo había dicho, en un bosque solo podrían trepar a los árboles, los lobos conocían mejor el terreno que los humanos, podían sorprenderles desde cualquier sitio sin que ellos les vieran. Cuándo quiso avisarles ya estaban en el bosque.

¡Estupido, Liam! ¡Maldita sea, tú sabias que cazaban en manada, tenias que saber que os estarían rodeando! ¡Pero esa mierda no es un lobo! ¿O tal vez estaba tan asustado que le pareció otra cosa?

Comenzar a gritar le pareció peor idea. Ahora nos atacaran. Pensó apretando los puños de rabia. No tenían armas, estaba medio congelado, pero no podía atacar a una bestia asi con las manos desnudas.

¡Olvidad eso! Le dijo a Thrud. No podemos matarlos con un cuchillo y menos con una piedra, ¡subid a los putos árboles! Corrió hacía el más cercano y pego un salto para encaramarse a la rama más baja y trepar por el tronco.

A la mierda la discreccion.

Fiske escucho los gritos de sus compañeros, la locura de esa situacion y de esos "lobos" que pretendian darles caza. No necesitaba saber mucho mas porque rapidamente su "sentido de la supervivencia" se activo y se volvio loco. Realmente subir a los arboles eran lo mejor que podia hacer pero... para que? esperarian alli arriba a que los lobos se cansasen? Incluso podria ser posible que unos lobos de tal envergadura tumbaran el arbol cual oso enfurecido.

Cuando se quiso dar cuenta ya se encontraba corriendo hasta alcanzar un arbol recio, cercano, seguro. Sin perder tiempo trato de aferrarse a el y trepar, tan rapido como pudo, hasta un lugar que pudiese considerar a salvo...

La idea era buena. De hecho, era buenísima. Pero Thrud no saltó para trepar, sino que se dio vuelta hacia Hilda.

- ¡Hilda! ¡Vamos, te ayudaremos!

Lográis llegar a duras penas al borde del bosque cuando los lobos se os echan encima, prestos al ataque. Habéis evitado que os rodeen, afortunadamente, pero son grandes y fuertes, quizá puedan llegar a las ramas baja de los árboles.

Y, tal y como predijo Gladstone, alguien más llega. Tras de la última colina de nieve surje un grupo de hombres a caballo. Y si no estuviéseis ocupados sobreviviendo, os sorprendería sobremanera ver que todos ellos visten ropas de cuero y piel animal sobre las cuales algunos llevan camisas de anillas de metal. Más impresionante aún, en lugar de pistolas o escopetas, sacan hachas de mano y espadas cortas mientras cabalgan en vuestra dirección.

¿¡QUE DEMONIOS ESTÁ PASANDO!?

El cabo saltó y agarró una rama con la mano libre de la piedra. Al ver que con ella no podía subir, la dejó caer. Su salvación inmediata era más importante.

Desde las ramas más seguras del árbol, comenzó a gritar a pleno pulmón a la gente que se acercaba.

-¡Quitadnos a estos lobos de encima!

Ni siquiera se fijaba en la compañía que se acercaba, si no que centrbaa su atención en Hilda.

Debería estar ayudandola...

¡Malditas bestias! Exclamó tratando de trepar a las ramas más altas.

Concentrado en salvar su culo apenas se percató de la presencia de los hombres a caballo. Si tuviera un cuchillo al menos para defenderme de estas bestias sería otro cantar... Pensó el irlandes, que no deseaba más que pegarles un tiro y que le dejaran en paz.

Fiske no penso en lo que sucedia. A su alrededor los caballos avanzaban hacia los lobos dispuestos a darles muerte pero el tenia suficiente con esforzarse al maximo para salir del alcance de sus garras.

Una vez estuviese a salvo ya se preocuparia por organizar sus ideas...

Todos excepto Hunt y Thrud lográis subir a los árboles cuando los dos primeros de los lobos os alcanzan e intentan rodear al primero para atacarle. Los jineste se acercan y lanzan gritos que sin duda pretenden asustar a los lobos, pero, ¿lo lograrán a tiempo? Vistas más de cerca las bestias rojizas parecen mucho más terribles y el brillo inteligente de sus ojos no hace nada por tranquilizaros.

El cabo se dispuso a arrojar ramas y palos cual mono enfadado para distraer a los lobos.