Partida Rol por web

El profesor prefiere no moverse del sitio, esperando y rezando para que el peligro pase de largo o para escuchar un primer disparo, lo que le llevaría a correr como alma que lleva el diablo.

Los nazis siguen avanzando despacio hacia la posición de Asleson. ¡Pero uno de ellos levanta la vista en dirección al punto desde el que Thrud otea! -Achtung!- grita, antes de levantar el arma y disparar en esa dirección. Los balazos impactan alrededor de su cabeza, levantando nieve pero nada más.

Empieza ala fiesta.

Fiske al comprobar que no habia visibilidad en la zona que su arma cubria decidio incorporarse con celeridad tras los primeros disparos y correr hacia Asleson con la intencion de ayudarle a llegar al otro lado del cruce, es decir, hacia la cobertura donde el resto habia logrado pasar.

Debia hacerlo con rapidez, sin detenerse, agarrandole como buenamente pudiese para arrastrarle a la seguridad del monticulo de nieve para, una vez alli, dejarle y poder cubrir al resto de sus compañeros y matar unos cuantos nazis.

Dos órdenes coexisten cuando los ojos del nazi y los suyos parecen cruzarse, un momento suspendido entre la ventisca y su propia imaginación. Una de ellas es cubrirse, guarecerse, bucear bajo el amparo de la nieve buscando el refugio necesario para escapar de lo que seguramente sería una sucesión de disparos con buena puntería. Pero la otra es resistir con valía, no quitar la mirada del enemigo, apretar los dientes y no retroceder. Thrud es presa de aquella dualidad cuando el nazi grita, y por ello no atina a moverse de su sitio mientras las balas impactan a su lado, levantando polvo de nieve sobre su cabeza y apagando aún más lo oscuro de su cabello. La adrenalina descarga su látigo sobre su columna, sabiéndose salvada por los dioses de sus inclementes tierras, y no lo duda más.

Ya había apuntado. Ahora aprieta el gatillo sin hablar, sin gritar, pero con toda la ira que trae dentro de sí.

Gladstone ha sido entrenado exactamente para esto, para buscar al enemigo y eliminarlo, para cubrir las espaldas de sus compañeros y en especial la de los miembros de la resistencia, que son su seguro de vida aquí.

Hunt no tiene claro qué está ocurriendo, pero desde luego, sabe que hay un combate. Como ingeniero, es consciente de que si él cae, la misión, basada en hacer explotar la fábrica, sufriría un buen revés. Pero no puede ver a la noruega bajo el fuego enemigo y permanecer impasible. Saca su arma y se arrastra por la nieve para colocarse a su lado.

Los disparos de Thurd y Gladstone son brutalmente certeros, derribando cada uno a su blanco de un sólo y potente disparo.

Uno de los soldados enemigos, al ver caer a su compañero, devuelve el disparo hacia Thrud y corre a pegarse a la loma para salir de su campo de tiro. La mayoría de los disparos vuelven a levantar nieve, pero esta vez la noruega nota un fuerte dolor en el hombro y no tiene que mirar el impacto para saber que acaba de recibir un balazo allí.

Otro soldado nazi lanza una ráfaga contra Fiske, al ver a la sombra que se lanza a salvar a Asleson del fuego enemigo. Sin embargo, Fiske es escurridizo y las balas se pierden en la nelina sin herirle.

Mantengo mi posición, agachada, agazapada, con las manos en las orejas y los brazos cubriendo mi cabeza y mi palido semblante...

Esos infernales estruendos... Dios... que se acabe ya....

Estoy a punto de llorar... Temo por la vida de mi padre, de mi mejor amiga, de todos los valientes compatriotas e intrepidos britanicos que han venido a nuestro pais tan solo para ayudarnos...

Una solitaria lagrima recorre mi mejilla derecha, solo una...

No puedo ser debil... No, ahora no...

Escucho como mis compañeros se mueven subrepticiamente por la nieve, como martillean sus respectivas armas... Incluso casi puedo percibir un agudo grito ahogado de Thrud, mi mejor amiga, mi hermana, no de sangre pero si de alma....

Thrud!!!!!! grito por dentro.... No es momento de delatar a mis compañeros, de dar a conocer mi situacion... no es momento de gritar....

Pero el miedo me atenaza, apenas puedo mover un solo musculo...

Los primeros disparos comenzaron a sonar y Liam pudo ver desde su posición como varios nazis caían. Se alegró por ello aunque le dió algo de envidia no ser él quien los hubiera derribado. Asíque llevó su ojo a la mirilla de su carabina y apuntó al nazi que tenía enfrente. No se habían percatado de su posición asique tenía un punto a su favor.

Comete esto maldita rata, te va a saber mejor que el strudel.

Fiske hizo lo que tenia que hacer... y punto. Aunque sus impulsos le animaban a alzar su arma y disparar sin cesar contra los nazis, habia llegado hasta Asleson, asi que, mientras las balas silbaban a su alrededor, agarro del brazo a aquel estupido que les habia delatado y tiro de el, tan fuerte, que apenas se dio cuenta de que estaban andando por la nieve. Tan rapido como sus piernas le permitieron Fiske condujo con rapidez a Asleson hasta la cobertura de la que habia salido momentos antes para evitar que les volasen la cabeza con algun disparo afortunado...

al ver que fiske tira de mi, me dejo llevar y le sigo con la cabeza gacha. al ver que todos tienen las armas preparadas me siento un poco estupido por no tener la mia en la mano.

Lars, que se ve desbordado por la situación y teniendo a los alemanes aún fuera del alcance de su sencilla pistola, se limita a apoyarse contra la esquina del pequeño desfiladero que forma la nieve y queda a la espera, animando mentalmente a Fiske y Asleson para que logren cruzar a salvo.

Gladstone rueda por la nieve para acercarse un poco a Hilda y hace un nuevo disparo. Ha perdido de vista al nazi que se les ha acercado y debe estar justo al otro lado del montículo ahora, pero no pierde la oportunidad de intentar eliminar a otro de sus compañeros..

¡Damn! Mala suerte. La bala pasa peinando la cabeza de un kraut, pero sin tocarle. ¡Que le sirva de aviso a su ángel de la guarda!

Edvin demuestra que no es líder de la Resistencia, pese a su edad, por tener buenos modales. Avanza hacia el desfiladero y dispara contra la sombra de los nazis, esperando así cubrir a Fiske y Asleson.. ¡Bingo! Su disparo hiere en el abdomen a uno de los invasores, que cae al suelo, aunque sigue consciente y capaz de disparar desde su posición si se le da la oportunidad..

La sangre de su hombro riega los alrededores nevados, salpicando de forma aleatoria y caótica. Thrud aprieta los dientes para resistir el dolor, viéndose obligada a inclinarse un poco hacia ese lado, para dejar que la herida de bala haga contacto con la nieve. El frío, el blanco infierno de las tierras noruegas que para ella es la única imagen de paraíso, penetra por la grieta en sus ropas y su piel quemando a su paso, helando todo, y funciona como rudimentaria morfina. El impacto es como un latigazo, pero para Thrud no es si no una descarga más de adrenalina. Apenas escucha los otros disparos, pero sabe que se están haciendo. No puede ocultarse inmediatamente, sin dar un último intento de batalla. Había tumbado a uno, y no se iría sin intentar hacerlo con otro.

El brazo con el que apuntaba el arma se estabiliza, y vuelve a mirar en la dirección de los nazis, a un objetivo alcanzable, limpio y solo. Un nuevo disparo. Y luego, sin quedarse si quiera a ver en qué había resultado, rueda sobre el hombro que tenía apoyado sobre la nieve y se quita del alcance de los nazis, y de la posibilidad de continuar en la refriega de momento. Su mente se llena de gritos contra lo que acaba de hacer, gritos que tratan de hacerla volver inmediatamente a la parte de arriba del montículo y seguir disparando entre la balacera. Su padre no había hecho eso, su padre había resistido...

No eres cobarde, Thrud. Eres valiente, resistente. No estás escapando con el rabo entre las piernas. Lo haces sólo para luchar un día más, no pueden prescindir de nadie, no en estas condiciones...

El disparo de Murray consigue herir en un costado al soldado que tenía en el punto de mira. Este se retuerce a un lado y busca con la mirada a su atacante. Cubiertos por esta ráfaga, Fiske y Asleson consiguen cruzar casi hasta el otro lado del hueco sin cobertura, para alivio de ambos. Anderson se limita a ayudarles a terminar de cruzar lo antes posible y ponerse delante de ellos, ganando una posicion adecuada para disparar a cualquiera que venga por el callejón.

Nadie puede ver claramente, ni siquiera ella, al nazi al que Thrud ha disparado y que se había pegado a la loma para buscar cobertura, siendo imposible determinar si ha resultado herido o no.

El más alejado de los alemanes corre hacia una loma y la trepa para tener mejor posición de tiro. Desde ahí puede veros varios y está mejor cubierto, se ha convertido en un peligro.

oigo balas a mi alrededor y no puedo evitar encoger la cabeza. se que ahora estoy a cubierto pero no puedo dejar de pensar que una de aquellas balas podria matarme.

veo como todos estan organizandose y yo me siento un poco inutil. no he disparado muchas veces y no es algo que me guste. mis nervios aun estan a flor de piel y hago lo que creo que es lo mas sensato: quitarme de en medio y dejar que los que saben lo que hacen hagan su trabajo sin mi molestia... aunque no puedo evitar ser util, asi que sacare mi pistola y me preparare por si tengo que disparar.