Liam comprobó con un rápido vistazo que su tiro había sido certero, se alegró por ello y no pudo reprimir una sonrisa. Los alemanes también disparaban hacía ellos, aunque no hacía su zona, no habían averiguado su ventajosa posición. Un pensamiento fugaz atravesó su mente, y se preguntó si habrían herido a algún compañero. Aunque no podía saberlo.
Tumbado en la nieve volvió a percutir su caravina y apuntó al mismo alemán. Esta vez lo mandaría directo al infierno.
Tirada: 4d10(+5)
Motivo: disparo
Resultados: 10(+5)=15, 2(+5)=7, 4(+5)=9, 10(+5)=15
Edvin, viendo al nazi que sube el montículo para teneros mejor a tiro, se decide a subirlo también y buscar posición desde la que disparar, colocándose codo con codo con Murray. Precisamente el irlandés acaba de derribar de un disparo a su blanco, cuyas heridas parecen francamente incompatibles con la vida.
Estamos esperando a Thrud, Gladstone, Fiske, y Hansen.
Iniciativas (en negrita quienes ya han actuado en este segundo asalto):
6 Thrud
6 Gladstone y Fiske (simultáneo)
7 Murray
8 Hansen
8 Edvin
10 Anderson
10 Nazi
10 Asleson
12 Nazi
12 Thrud
12 Gladstone Fiske (simultáneo)
13 Hunt
13 Nazi
13 Hilda
14 Murray
16 Hansen
16 Edvin
18 Thrud
18 Gladstone y Fiske (simultáneo)
20 Anderson
20 Nazi
20 Asleson
Lars se mantiene en posicion, sin hacer el mas minimo gesto y con su arma en las manos. Echa una mirada a Edvin esperando una señal, no confia en disparar en estas circunstancias, pero si las cosas se ponen muy feas lo hara.
Mientras permanece de espaldas contra el montículo, enfriando así el dolor de su hombro herido, Thrud tiene un segundo para ver lo que sucede a su alrededor. Su fijación anterior le había impedido observar más que lo que había del lado de los nazis. Pero ahora, ante sus ojos, desde su ángulo y entre la ventisca, puede ver cómo todos se van moviendo acompasadamente, al ritmo de la guerra, como si todos fuesen músculos de un mismo cuerpo que se armonizan para permitir el movimiento. Británicos y noruegos, unidos por el mismo odio y la misma determinación. Valientes, resistentes, fuertes, con un sólo pensamiento en la cabeza: matarlos a todos, a los nazis, y si es posible, sólo de ser posible... sobrevivir.
El brazo le late, le tiembla ligeramente. Thrud debate con fuerza contra sí misma, inconsciente. Su cuerpo quiere subir de nuevo al montículo, hacer blanco, ofrecer su carne para las balas, en tanto ese sea el precio para destruirlos. Pero su razón le recuerda que ella es la guía del grupo, que tardarían en reclutar otra persona que pudiese conducirlos así por esas tierras, y que aquello tan inmenso como el plan que tienen no puede ser dejado de lado. Se debate, uno o dos segundos, y llega a una solución intermedia.
Levanta de nuevo la escopeta, sin volver a ponerse en la cima del montículo. Y a ciegas, sólo por recuerdo, dispara.
Tirada: 3d10(+7)
Motivo: Disparo a ciegas al nazi
Dificultad: 16+
Resultados: 7(+7)=14, 7(+7)=14, 9(+7)=16
Exitos: 1
Gasta dos puntos de Esfuerzo. Intenta pegarle a alguno de los nazis que, más o menos recuerda, están a su alcance... ¡Y le pega!
Los disparos se suceden, resuenan en mi cabeza como atronadoras bombas, pero no se oye nada mas, ninguna voz, ningun animal, ni el soplido del gelido viento del norte. Cada vez estoy mas asustada, mas nerviosa, cada segundo es interminable...
Aunque agachada, hecha practicamente un ovillo, de repente levanto la cabeza, como despertada por algo... el instinto... No aprecio ni veo nada, pero se que algo acecha... deberia hacer algo...
Bueno, no es mi turno, pero ya me cansaba de esperar... no hago ninguna accion por si acaso...
Thomas corrió el cerrojo de su fusil y apuntó con cuidado a otro de los nazis. Ya habían caido heridos o muertos varios de ellos. La verdad es que la milicia noruega se estaba portando increíblemente bien. Parecían estar fogueados en el combate, aunque por la información que tenía de ellos no debería ser así. Eran guerrilleros, y ahora estaban luchando cual soldados, incluyendo a esa increible mujer que disparaba como el más veterano soldado con una simple escopeta. Daba gusto verlos.
Apretó el gatillo, pero el tiro tan sólo levantó nieve un par de metros por detrás del alemán al que apuntaba. La bala había pasado por encima del maldito boche sin causar daño.
Tirada: 3d10(+5)
Motivo: Disparar nazi
Dificultad: 13+
Resultados: 2(+5)=7, 5(+5)=10, 2(+5)=7
Exitos: 0
Me quedo el 5+5=10
Fiske se agacha hincando la rodilla en la nieve mientras ayuda a parapetarse a Asleson tras el pequeño monticulo de nieve de su lado, intentando evitar asi que el nazi que ha ascendido tenga facilidades para disparar sobre ellos.
Con su arma preparada Fiske no llega a disparar. Sabe que es un tirador mediocre y que la distancia, la ventisca y la cobertura, es suficiente para que su disparo, sin lugar a dudas, falle. Asi que, ¿para que malgastar municion?
Mira alrededor y comprueba el estado de los hombres junto a el. Lo mas importante en este momento para el "rebelde" es no estar a tiro de las balas alemanas.
Deberiamos partir ya, aprovechando el tiroteo para ganarlos unos metros antes de que se nos echen encima - piensa mientras las balas vuelan a su alrededor.
El disparo de Thrud impacta en el nazi que acabab de ser herido, derribándole del todo. Mientras, Murray procura ocuparse del nazi que se ha subido a la colina. Está cubierto a medias, por lo que es un disparo difícil pero hace todo lo posible. ¡Un buen tiro! Directo en el pecho. El soldado parece desfallecer, pero aún se mueve, aunque poco. Y por poco tiempo, pues el tercer disparo termina de rematarle.
Tirada: 3d10(+7)
Motivo: disparo
Dificultad: 14+
Resultados: 7(+7)=14, 10(+7)=17, 8(+7)=15
Exitos: 3
Tirada: 3d10(+5)
Motivo: disparo
Dificultad: 14+
Resultados: 8(+5)=13, 4(+5)=9, 7(+5)=12
Exitos: 0
Tirada: 3d10(+5)
Motivo: disparo
Dificultad: 14+
Resultados: 7(+5)=12, 9(+5)=14, 3(+5)=8
Exitos: 1
Pnjoteo a Murray. Gasta dos puntos de Esfuerzo en el primer tiro.
6 Thrud
6 Gladstone y Fiske (simultáneo)
7 Murray
8 Hansen
8 Edvin
10 Anderson
10 Asleson
12 Nazi
12 Thrud
12 Gladstone Fiske (simultáneo)
13 Hunt
13 Nazi
13 Hilda
14 Murray
16 Hansen
16 Edvin
18 Thrud
18 Gladstone y Fiske (simultáneo)
20 Anderson
20 Nazi
20 Asleson
Como veis, le toca a Asleson y Anderson. Pero dado que tienen complicado disparar y que ninguno tiene a la vista al nazi superviviente (aunque tengáis idea general de dónde está) podéis declarar los demás vuestras acciones.
Thrud se lamenta no ser capaz de observar el campo de batalla. No sabe qué ha sucedido con su disparo, pero tampoco lo necesita. Una ojeada a su alrededor le describe movimientos que se corresponden con pura adrenalina. Músculos que siguen tensos, rostros pétreos, evidencian que la amenaza aún no ha acabado. Nadie a su alcance de vista está herido, y eso le ayuda a ganar fuerzas contra sí misma para resistir la tentación. Nota como la sangre escapa a latidos rítmicos de la herida, y lleva la mano izquierda a cubrir el agujero, a presionar con fuerza contra la nieve. Los dedos de la otra se engarfian sobre el cañón de la escopeta, luchando consigo misma.
Al final, la Thrud de su patria vence. Se queda quieta intentando parar la sangre, mientras la Thrud en su interior trata de trepar el montículo a través de los ojos de Hunt y del rifle de Glandstone, y transformarse en cada una de esas balas que se dirigen hacia el enemigo llevando la muerte.
Asleson y Anderson mantienen sus posiciones, expectantes. Sólo el segundo de ellos avanza un poco en busca de algún enemigo más que pueda quedar al acecho..
Venga chicos. Como no veis al nazi superviviente, auqneu sabéis que tiene que estar en alguna parte, podéis postear todos, insisto.
Murray se mantiene en su posición. Se percata de que Olsen se coloca a su par y le hace un gesto para que se agache y se mantenga a cubierto.
Murray se mete algo de nieve en la boca para evitar que su aliento le descubra y avanza agachado unos cuantos metros en linea recta. Con cuidado de no llamar mucho la atención. Una vez allí simplemente aguarda. No quiere levantarse y que le peguen un tiro, prefiere ser cauto. No ve a nadie, pero eso no significa que no haya nadie allí.
Mantengo mi posición, agachada, preocupada... Esta espera interminable, este silencio horrendo me esta desquiciando por momentos... Quiero que todo acabe ya, que podamos llegar a la cabaña, al embriagador calor de la estufa de latón....
No muevo ni un apice de mi cuerpo, pero sin embargo mi mano se aferra fuertemente a la empuñadura de mi pistola...
Uno de esos malditos nazis está danzando por ahi... Que lo abatan ya... ¿Tendré que usarla? Maldita sea, no soy como Thrud, nunca lo seré... me digo a mi misma casi entre sollozos....
Fiske aprovecha su posicion y la situacion parada de la contienda para instar al resto de compañeros de que mantenerse alli es una locura. El ruido de los disparos sin duda atraeran a mas soldados y ellos no deben estar alli cuando lleguen. Asi pues invita "cortesmente" a Asleson a que termine de moverse por la cobertura y aproveche que los soldados ingleses ya se encuentran alli parapetados mientras hace gestos a Lars para que este avance rapidamente hacia su posicion mientras el le cubre.
- Vamos chicos, es hora de moverse lo mas rapidamente posible... - su voz es casi un susurro pues no piensa delatarse torpemente y darle a los nazis motivos para que le acribillen.
-Pero hay que abatir a ese nazi.- susurra a su vez Anderson en respuesta a Fiske. -Puede dar nuestra dirección, nuestro número y quizá la descripción de miembros de la resistencia.-
El teniente Anderson os da algunas instrucciones mediante gestos para que os empecéis a mover a uno y otro lado del montículo de nieve para rodearlo, además de indicar a Thrud, Gladstone y Hunt que os cubran desde arriba.
El viento bloquea la percepción con su aullido y su neblina de hielo. Avanzáis sin ver, sin que la luna pueda hacer más que lanzar un mínimo de luz reflejada en la nieve. Un paso. Otro paso. Vigilar una esquina. Avanzar, vigilar la siguiente. Contener el aliento.
De repente, una sombra. Un hombre que sale de su escondite y corre, pero de espaldas, dándoos la cara para apuntar. Cuando aprieta el gatillo la luz de los chispazos os permite ver su rostro, un alemán joven con el miedo del novato en la mirada, con los dientes apretados. Una breve lluvia de plomo es arrojada en vuestra dirección casi al azar. Algunos os echáis al suelo, otros contra el muro de nieve del montículo, todos los que podéis devolver los disparos lo haceís también casi a ciegas.
Un estallido de espuma rojiza borra la cara del nazi como una goma de borrar sobre tinta roja reciente. El cuerpo cae. Algunos os acercáis corriendo. No es necesario rematarle: una de vuestras balas, no sabríais decir cual, le ha acertado directamente en la frente.
Pero otros os quedáis atrás, los que en la tensión de los disparos y aun rodeados de la espesa nevada habéis visto una figura retorcerse y caer entre los vuestros. Os arrodilláis sorbe ella. Es Anderson, el teniente Anderson. No hay nada que hacer. Una bala igual de fortuita del novato alemán le ha entrado bajo la barbilla y ha debido alcanzar el cerebelo. La muerte ha sido inmediata. En sus ojos abiertos aún queda la expresión de determinación con la que os guiaba a este necesario encuentro. Ahora, incluso si se han escuchado los disparos, si os marcháis pronto nadie sabrá la dirección que habéis tomado.
Os retorcéis unos momentos entre la lealtad a vuestros sentimientos y a la misión.
Thomas se santiguó con rabia. En sus ojos asomaban las lágrimas de ira por no haber podido salvar a su teniente. Una bala al nazi antes de que apretara el gatillo habría hecho que nada de esto hubiese pasado.
Pero ahora no es momento de lamentarse. Las plañideras ya tendrán tiempo de llorar a los héroes caidos en la batalla.
Con voz ronca, se dirigió a los presentes.
-Que alguien coja su equipo y otra persona el mío. Partiremos inmediatamente hacia el refugio. Esperemos que nuestras huellas sean borradas por la nevada.
Se agachó al lado del cuerpo del teniente, e hinchando los músculos lo levantó del suelo y se lo gcargó atravesado en los hombros.
-Vamos, daos prisa.
Liam fue de los que había ido a inpeccionar al muchacho alemán abatido. Volvía con una gran sonrisa de oreja a oreja. Habían terminado con el peligro y podrían continuar.
Se dirigió a donde estaban todos y con fanfarronería comenzó a jactarse. Seguro que ha sido una de mis balas la que... La escena que vieron sus ojos le dejaron pasmado, su corazón le dió un vuelco. El teniente estaba muerto. Todavía seguía con la boca abierta pero ya no pronunciaba palabra.
El cabo no había dejado tiempo a las lamentaciones, dió las nuevas instrucciones y tenía razón. De nada servía quedarse allí mas tiempo a menos que quisieran morir también. Rápidamente recogió las cosas del teniente y se las echó sobre las suyas y comenzó a andar sin pronunciar más que una frase entre susurros.
Malditos alemanes de mierda... Musitó.
Se había ido un gran hombre.
Lars se ve horrorizado por la situacion, ya tenian una baja antes de tiempo. Le asusta pensar que todos podrian acabar asi, pero sacude la cabeza y agarra las cosas de Gladstone.
-Tenga cuidado cabo, llevar a su compañero podria ser su sentencia de muerte.
Le reprocha, entiende el aprecio de Gladstone por su superior, pero llevar un cadaver en las circunstancias en las que estan solo les hara ir mas lentos
Fiske se incorpora de la proteccion a la que se habia confiado y revisa su ropa para verificar que no tiene ninguna herida o alguna marca de sangre que, por el frio, pudiese ser obivada y le provocase una muerte estupida y dolorosa. Tras unos momentos el resto del grupo da la buena nueva de que han abatido al ultimo nazi pero parece ser que uno de los suyos, Anderson, tambien ha caido en el tiroteo.
Fiske no hace gesto ninguno; sacude la cabeza con resignacion y se pone en movimiento. Solo le preocupa el y que uno de sus "compañeros" haya caido solo representa mas trabajo y menos por quien preocuparse. Deben segir hasta la seguridad.
- Continuemos... ya hemos perdido demasiado tiempo y puede que la tormenta empeore.
Finalmente no fue necesario usar la pistola, mis valientes compañeros, britanicos y compatriotas, abatieron sin cuartel a todos y cada uno de esos malditos, aunque jovenes e inexpertos nazis...
Pero... ¿a que precio? En cuanto veo tal espantosa escena, al pobre teniente muerto sobre la ya no impoluta nieve, manchada de su sangre, no puedo hacer otra cosa que apartar instintivamente la vista, y apoyando mi frente y mis llorosos ojos en el hombro de mi padre, le abrazo fuertemente, como una niña indefensa tras una interminable pesadilla....
Pocos segundos despues, me separo de mi padre, quien me consuela, y observo al cabo Gladstone, un hombre valiente, de ferreos principios, que por nada en el mundo dejaria a su superior tirado en medio de la nada, como acarrea a su compañero y quizas amigo con una frialdad absoluta...
Escucho las palabras de algunos de mis compañeros...
Dejadlo tirado... Insensibles... No podemos dejar abandonado el cuerpo de un bravo guerrero... jamas...
Varias lagrimas recorren mis mejillas, nuevamente, cuando ya me dispongo a seguir a los demas, recogiendo algunas de las cosas que el pobre teniente ya no iba a necesitar, integrandome de nuevo en esta funesta y apagada comitiva....